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[Alejandría] Habitación de Selene
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Gelum
Kisame
Illidan
Selene
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[Alejandría] Habitación de Selene
Recuerdo del primer mensaje :
Trepar por la pared no había sido nada divertido cuando de pronto se dio cuenta que los guardias llegaban. Había tenido que saltar desde una altura bastante considerable del punto más alto de la muralla hacia los jardines interiores del palacio. Solía hacerlo desde pequeña cuando se escapaba de sus tardes de estudio y se iba a jugar por Alejandría perdiéndose, pero hacerlo a esa edad le parecía irritante. Era la maldita reina de todo Egipto y aun así no podía siempre hacer lo que a ella le diera la gana, como, estar sola. La noche había caído hacía mucho y de hecho ya amanecía… cuando Selene se tiró en su cama y escuchó una voz conocida, su niñera desde que había sido solo una muchacha asustada. Era lo más cercano a una madre para ella y su nombre era Nefert.
- ¿Dónde ha estado señora? – Se escuchó que la voz preguntaba con humildad y preocupación. Selene sólo suspiró irritada.
- ¿Quién te ha dado permiso de entrar en mi habitación? - Preguntó colocándose una almohada sobre el rostro para no gritar más de lo necesario. - ¡Dije expresamente que nadie entrara aquí!
- Sólo me aseguraba de que nada perturbara su sueño, si la he ofendido con gusto me quitaré la vida. – La mujer bajó el rostro y se tiro de rodillas al suelo, todos temían a Selene.
- No es necesario, solo mantén tu boca callada sobre este asunto, esclava. – A pesar de que entre ellas había una relación cercana, Selene la trataba con la frialdad de siempre. Así eran las cosas en Egipto.
- Le puedo preguntar donde ha ido mientras la arreglo y aseo. – La mujer levantó su cabeza mirando a Selene. La joven suspiró y se puso de pie elevando las manos para que la vistieran, asearan y pintaran.
- Hazlo rápido. – La mujer se acercó y comenzó a desvestir a Selene para luego frotar su cuerpo con agua de flores y aceites, algo que hacían todos los días. - Estuve lejos leyendo, necesitaba privacidad.
- Tiene mucho que hacer el día de hoy…- Decían mientras masajeaba su espalda con aceite de rosas, un olor que lleno el cuarto de Selene y misteriosamente, en el techo que observaba Selene, comenzaban a crecer enredaderas. La joven sonrió. - Hay mucha gente impaciente esperándola en el gran salón del palacio.
- ¿Están impacientes? ¿Y quien tiene en cuenta mi paciencia? – Selene sonaba cansada, irritada, molesta y bastante impanciente. La mera idea de tener que estar solucionando todo el día asuntos de vida o muerte de hombres, crímenes, la suerte del grano, el destino de los prisioneros romanos… la agotaba. - Que se pudran esperando. Parezco una esclava sacrificándome constantemente por esta gente… ya ni si quiera tengo vida privada…
- Isis… usted es el sol del cielo de Egipto… - La mujer pasaba una toalla de algodón secando el cuerpo de Selene mientras que con un pincel comenzaba a trazar líneas negras por el cuerpo de la joven, decorándolo de esa forma por sus brazos, manos, cintura y espalda. - ¿Acaso tiene el sol vida privada?
- Hasta el sol tiene la noche… - Suspiró Selene mientras en el techo florecían rosas. - Ellos quieren que aparezca todo el día, a cada hora…¿Y para que? ¡Para las ratas romanas! – Gritó mientras bajaba los brazos y lanzaba uno de los vasos del mueble contra la pared. - ¡Para esos malditos canallas que apestan mi palacio con su olor a puercos!
El sonido convulsionó a todo el palacio. La esclava había terminado de pintar el cuerpo desnudo de Selene en donde la tinta se secaba de inmediato. La cubría en tela nuevamente para ajustar su cintura con una prenda de oro y colocar su peluca en el lugar donde iba. En nada, Selene pasaba de parecer un muchacho a toda una reina.
- ¡Que calor hace hoy! ¡El calor de Egipto me oprime! ¡Me sofoca! – Selene se movía el cuello de oro de su ropa de un lado a otro intentando aflojárselo. - ¡Piden demasiado! Te digo esclava que esos puercos no hacen más que torturarme… Después de Diva y Roma, son lo que más odio… ese inmundo aliento de los romanos flota por mi palacio… en mis jardines… quisiera…quisiera… ¡Que murieran todos ellos! ¡Me irritan los Romanos! ¡ME IRRITAN! ¡¿He yo de vivir para ellos o ellos para mi?!
- Lamentablemente Isis… - Dijo la esclava susurrando mientras le acomodaba el cuello y sacaba las manos inquietas de Selene poniendolas en sus costados. - como Reina debe tener una tierra que gobernar… aguantar a los romanos es un mal necesario… usted tiene hombros lo suficientemente fuertes para soportar dicha carga
Pero parecía que Selene no escuchaba, no le interesaba escucharlos. Estaba harta de esos Romanos, los odiaba con el fondo de su alma y haber tenido que aguantar a Edward, Orpheo y Strife por dos días había agotado completamente su paciencia. Despues de todo lo que se había propuesto ya estaba hecho. Sabía lo suficiente sobre sus costumbres como para tratar con su futuro esposo y poder complacerlo.
- Y ahora va a venir una comitiva de esas mugres… a ensuciar mi palacio…¡PUES SE ACABÓ! … Dile a los guardias que el ÚNICO romano permitido en mi palacio de ahora en adelante responde al nombre de Gelum. No quiero volver a ver a ningún otro, ¿Escuchaste? ¡Llamen a Illidan, a él mismo le daré esta orden! Aunque quizás Kisame sería más eficaz… Al que llegue primero!
- Sí mi señora… apenas llegue lo mandaremos a llamar.
___
OFF
El que llegue primero se puede presentar. El resto q espere en el salon si kieren ver a Selene.
(Algunos dialogos clasicos de un emperador xDD que grandes fueron)
Trepar por la pared no había sido nada divertido cuando de pronto se dio cuenta que los guardias llegaban. Había tenido que saltar desde una altura bastante considerable del punto más alto de la muralla hacia los jardines interiores del palacio. Solía hacerlo desde pequeña cuando se escapaba de sus tardes de estudio y se iba a jugar por Alejandría perdiéndose, pero hacerlo a esa edad le parecía irritante. Era la maldita reina de todo Egipto y aun así no podía siempre hacer lo que a ella le diera la gana, como, estar sola. La noche había caído hacía mucho y de hecho ya amanecía… cuando Selene se tiró en su cama y escuchó una voz conocida, su niñera desde que había sido solo una muchacha asustada. Era lo más cercano a una madre para ella y su nombre era Nefert.
- ¿Dónde ha estado señora? – Se escuchó que la voz preguntaba con humildad y preocupación. Selene sólo suspiró irritada.
- ¿Quién te ha dado permiso de entrar en mi habitación? - Preguntó colocándose una almohada sobre el rostro para no gritar más de lo necesario. - ¡Dije expresamente que nadie entrara aquí!
- Sólo me aseguraba de que nada perturbara su sueño, si la he ofendido con gusto me quitaré la vida. – La mujer bajó el rostro y se tiro de rodillas al suelo, todos temían a Selene.
- No es necesario, solo mantén tu boca callada sobre este asunto, esclava. – A pesar de que entre ellas había una relación cercana, Selene la trataba con la frialdad de siempre. Así eran las cosas en Egipto.
- Le puedo preguntar donde ha ido mientras la arreglo y aseo. – La mujer levantó su cabeza mirando a Selene. La joven suspiró y se puso de pie elevando las manos para que la vistieran, asearan y pintaran.
- Hazlo rápido. – La mujer se acercó y comenzó a desvestir a Selene para luego frotar su cuerpo con agua de flores y aceites, algo que hacían todos los días. - Estuve lejos leyendo, necesitaba privacidad.
- Tiene mucho que hacer el día de hoy…- Decían mientras masajeaba su espalda con aceite de rosas, un olor que lleno el cuarto de Selene y misteriosamente, en el techo que observaba Selene, comenzaban a crecer enredaderas. La joven sonrió. - Hay mucha gente impaciente esperándola en el gran salón del palacio.
- ¿Están impacientes? ¿Y quien tiene en cuenta mi paciencia? – Selene sonaba cansada, irritada, molesta y bastante impanciente. La mera idea de tener que estar solucionando todo el día asuntos de vida o muerte de hombres, crímenes, la suerte del grano, el destino de los prisioneros romanos… la agotaba. - Que se pudran esperando. Parezco una esclava sacrificándome constantemente por esta gente… ya ni si quiera tengo vida privada…
- Isis… usted es el sol del cielo de Egipto… - La mujer pasaba una toalla de algodón secando el cuerpo de Selene mientras que con un pincel comenzaba a trazar líneas negras por el cuerpo de la joven, decorándolo de esa forma por sus brazos, manos, cintura y espalda. - ¿Acaso tiene el sol vida privada?
- Hasta el sol tiene la noche… - Suspiró Selene mientras en el techo florecían rosas. - Ellos quieren que aparezca todo el día, a cada hora…¿Y para que? ¡Para las ratas romanas! – Gritó mientras bajaba los brazos y lanzaba uno de los vasos del mueble contra la pared. - ¡Para esos malditos canallas que apestan mi palacio con su olor a puercos!
El sonido convulsionó a todo el palacio. La esclava había terminado de pintar el cuerpo desnudo de Selene en donde la tinta se secaba de inmediato. La cubría en tela nuevamente para ajustar su cintura con una prenda de oro y colocar su peluca en el lugar donde iba. En nada, Selene pasaba de parecer un muchacho a toda una reina.
- ¡Que calor hace hoy! ¡El calor de Egipto me oprime! ¡Me sofoca! – Selene se movía el cuello de oro de su ropa de un lado a otro intentando aflojárselo. - ¡Piden demasiado! Te digo esclava que esos puercos no hacen más que torturarme… Después de Diva y Roma, son lo que más odio… ese inmundo aliento de los romanos flota por mi palacio… en mis jardines… quisiera…quisiera… ¡Que murieran todos ellos! ¡Me irritan los Romanos! ¡ME IRRITAN! ¡¿He yo de vivir para ellos o ellos para mi?!
- Lamentablemente Isis… - Dijo la esclava susurrando mientras le acomodaba el cuello y sacaba las manos inquietas de Selene poniendolas en sus costados. - como Reina debe tener una tierra que gobernar… aguantar a los romanos es un mal necesario… usted tiene hombros lo suficientemente fuertes para soportar dicha carga
Pero parecía que Selene no escuchaba, no le interesaba escucharlos. Estaba harta de esos Romanos, los odiaba con el fondo de su alma y haber tenido que aguantar a Edward, Orpheo y Strife por dos días había agotado completamente su paciencia. Despues de todo lo que se había propuesto ya estaba hecho. Sabía lo suficiente sobre sus costumbres como para tratar con su futuro esposo y poder complacerlo.
- Y ahora va a venir una comitiva de esas mugres… a ensuciar mi palacio…¡PUES SE ACABÓ! … Dile a los guardias que el ÚNICO romano permitido en mi palacio de ahora en adelante responde al nombre de Gelum. No quiero volver a ver a ningún otro, ¿Escuchaste? ¡Llamen a Illidan, a él mismo le daré esta orden! Aunque quizás Kisame sería más eficaz… Al que llegue primero!
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Selene- Dama del Pecado
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Capullo de Rosa
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Lentamente comenze a sobarme despues de las cachetadas que me habian dado, solo aquello habia hecho despertar de ese trance que tenia, yo enamorado de Selene, porque habia caido tan bajo, sabia que tarde o temprano asi lo seria, no se podia confiar de una simple mujer y mas de ese reino, porque todo tenia que ser tan dificil en estas situaciones, como si fuera posible congeniar con personas asi, todas me veian con asco, incluso la que seria mi esposa ante todos sus ojos, eso era, tenia que destruir ese pais, pero por ahora no, seria despacio, buscando la manera de hacer un mayo daño, aleje mis manos de mis mejillas, que habian quedado marcadas las manos en estas, y con una sonrisa hipocrita hice frente a lo que podia ser, mi enemiga.
Jum, esas cachetadas han estado un poco fuertes, me sorprende tu dureza, sabia que algo hiba a pasar cuando cruze esas puertas, y justo esto me tengo por creer tan solo en ti, pero si asi lo has querido entonces no ahi mas que hablar, solo..... gracias, por abrirme de nueva cuenta los ojos, por ahora no volvere a molestarte, solo sere un reflejo de ti.
Dije mientras me fue alejando de aquella mujer, la puerta se abria, con detras mio, y con un poco mas de fuerza, estas se azotaron hasta cerrarse abruptamente, dejando que solo mi locura se fuera expandiendo, el hielo rodeo todo mi cuerpo, ese no era el lugar para que se dieran cuenta de mi poder, solo me tomarian como un loco, no habia mas forma de ocultarlo, camine rapidamente mientras me dirigia hacia mi habitacion, esta noche seria larga, asi que tenia que pensar todo lo que habia pasado en ese momento.
Dije mientras me fue alejando de aquella mujer, la puerta se abria, con detras mio, y con un poco mas de fuerza, estas se azotaron hasta cerrarse abruptamente, dejando que solo mi locura se fuera expandiendo, el hielo rodeo todo mi cuerpo, ese no era el lugar para que se dieran cuenta de mi poder, solo me tomarian como un loco, no habia mas forma de ocultarlo, camine rapidamente mientras me dirigia hacia mi habitacion, esta noche seria larga, asi que tenia que pensar todo lo que habia pasado en ese momento.
Gelum- Caballeros Dorados
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Pureza Cristalina
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Selene observó simplemente como Gelum salía de esa habitación intentando controlar la respiración por la molestia que sentía que ese niño se estuviese tmando atribuciones que no le correspondían. Lo miraba y detestaba la forma en que el la miraba de vuelta, con rencor en aquellos ojos ingenuos y torpes de un niño que no sabe que quiere. Lo odio en ese instante por querer jugar con ella sin si quiera saber a que quería jugar... ¿Al amante? ¿Al enemigo? Ese niño era simplemente un estupido. Eso era lo que Selene pensaba y nadie le sacaría eso de la cabeza. Un momento buscaba sus manos, la llamaba esposa, la buscaba entre la oscuridad... al siguiente la odiaba con la mirada. ¿Que pretendía con acciones así? Que Selene corriera y le suplicara perdon y que se quedara en su lecho esa noche. Selene jamás haría cosa así. Era una mujer, una verdadera mujer. No necesitaba andar atras de nadie y menos de un niño.
- El día que sepas que quieres abriras tus ojos... mocoso. - Dijo lo último con un claro tono despectivo, despreciandolo por ser menor que ella. - Hasta entonces... Adios!
Se dio vuelta y caminó al balcón de su habitación abriendolo de par en par. El aire frío de la noche desertica la golpeo dandole un escalofrío sobre la piel. Miro hacia afuera... las estrellas se movían con una rapidez que nunca antes había observado. Estaban ocurriendo muchas cosas en el mundo del cual ella no tenía mucha noción. Cerró los ojos intentando buscar el cosmo de Hades a la distancia pero fracaso en ello. Estuviera donde estuviera el cuerpo que su señor usaría esa era... Hades estaba completamente dormido en él. Era labor de Pandora despues de todo buscar al joven, no suyo. Ella sería llamada en el momento en que de verdad se necesitara su lealtad. Lo único que podía hacer era esperar ordenes de Illidan, que seguramente ni si quiera seguiría.
- Dónde estará ese sujeto... - Susurró mirando la luna. Por alguna razon, mirarla en ese momento le recordaba a Illidan...
El balcón con rapidez se comenzó a llenar con una fragancia exquisita... olor a rosas silvestres que trepaban juguetonas por los pilares de arena, creciendo en ellas capullos minusculos. Selene parecía ajena a ello, no le tomaba importancia a esas cosas. Tocó su pecho... pensando en Wyvern. ¿Donde estaría ese sujeto tan molesto? ¿Habría nacido nuevamente en esa era...? Sólo el tiempo lo diría... tal vez ya nada los uniera, por ello nunca lo había visto si quiera. Eso era lo de menos. Wyvern solo se entrometía en sus asuntos y no había tiempo para perderlo en un sujeto tan inferior como él.
- Maldito sea... - Susurró nuevamente apretando el puño, sintiendo un leve dolor en el pecho que paso tan rapido como apareció. - Jamás me lo permitiré... - No estaba dispuesta a sentir nada por nadie en esa vida. Menos por basura como esa. - Jamas...
- El día que sepas que quieres abriras tus ojos... mocoso. - Dijo lo último con un claro tono despectivo, despreciandolo por ser menor que ella. - Hasta entonces... Adios!
Se dio vuelta y caminó al balcón de su habitación abriendolo de par en par. El aire frío de la noche desertica la golpeo dandole un escalofrío sobre la piel. Miro hacia afuera... las estrellas se movían con una rapidez que nunca antes había observado. Estaban ocurriendo muchas cosas en el mundo del cual ella no tenía mucha noción. Cerró los ojos intentando buscar el cosmo de Hades a la distancia pero fracaso en ello. Estuviera donde estuviera el cuerpo que su señor usaría esa era... Hades estaba completamente dormido en él. Era labor de Pandora despues de todo buscar al joven, no suyo. Ella sería llamada en el momento en que de verdad se necesitara su lealtad. Lo único que podía hacer era esperar ordenes de Illidan, que seguramente ni si quiera seguiría.
- Dónde estará ese sujeto... - Susurró mirando la luna. Por alguna razon, mirarla en ese momento le recordaba a Illidan...
El balcón con rapidez se comenzó a llenar con una fragancia exquisita... olor a rosas silvestres que trepaban juguetonas por los pilares de arena, creciendo en ellas capullos minusculos. Selene parecía ajena a ello, no le tomaba importancia a esas cosas. Tocó su pecho... pensando en Wyvern. ¿Donde estaría ese sujeto tan molesto? ¿Habría nacido nuevamente en esa era...? Sólo el tiempo lo diría... tal vez ya nada los uniera, por ello nunca lo había visto si quiera. Eso era lo de menos. Wyvern solo se entrometía en sus asuntos y no había tiempo para perderlo en un sujeto tan inferior como él.
- Maldito sea... - Susurró nuevamente apretando el puño, sintiendo un leve dolor en el pecho que paso tan rapido como apareció. - Jamás me lo permitiré... - No estaba dispuesta a sentir nada por nadie en esa vida. Menos por basura como esa. - Jamas...
Selene- Dama del Pecado
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Capullo de Rosa
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Se colo facilmente por una de las ventanas de la habitacion de la emperatriz. Era sabido para él que toda abertura hecha o no, era conocida como si se tratara de la palma de su mano, ya que, en un pasado no tan lejano, habia sido guardaespalda desde que tenia consciencia de aquella chiquilla tan fastidiosa.
Como si de un huesudo craneo tratase; la luz de la luna bañaba el piso de la habitacion. En medio de la misma se erguia un imponente hombre de complexion atletica, sus cabellos tan negros como la noche se escondian en la oscuridad de la pieza. Llevo sus dos ojos tan blancos e irritados como si no pudiera ver, y observo la cama vacia. Tan limpia como costumbre, seguro por las tantas sirvientas que estaban bajo el servicio de ella.
Adelanto su pie izquierdo, haciendo rechinar un poco la madera del lugar por su peso. En su retaguardia colgaba aquella arma envendada que le daba el atributo a hombre demonio. Alli se alzaba Kisame, racio se mostraba en aquella situacion.
-Creo que aqui no es el banquete... kehehehe-
Como si de un huesudo craneo tratase; la luz de la luna bañaba el piso de la habitacion. En medio de la misma se erguia un imponente hombre de complexion atletica, sus cabellos tan negros como la noche se escondian en la oscuridad de la pieza. Llevo sus dos ojos tan blancos e irritados como si no pudiera ver, y observo la cama vacia. Tan limpia como costumbre, seguro por las tantas sirvientas que estaban bajo el servicio de ella.
Adelanto su pie izquierdo, haciendo rechinar un poco la madera del lugar por su peso. En su retaguardia colgaba aquella arma envendada que le daba el atributo a hombre demonio. Alli se alzaba Kisame, racio se mostraba en aquella situacion.
-Creo que aqui no es el banquete... kehehehe-
Kisame- Espectro de Hades
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Uno a uno caían al ser envueltos por mi cosmos, un profundo sueño los dominaba para dejarme el camino libre, saltando sus cuerpos me aproximaba a las puertas para empujar solo una con cuidado e ingresar, no me anunciaba, no llamaba antes de entrar. El pequeño animal ingreso primero para detenerse congelado y erizar levemente su pelaje.
La habitación estaba inundada de bellas rosas, unas de un tono rojizo contra otras de un color casi más negro que la noche, cerraba con cuidado la puerta detrás de mí tratando de encontrarla, daba unos pequeños pasos aproximándome hacia la cama. Las rosas parecían reconocerme de un tiempo atrás pues su perfume fue disparado dándome quizás la bienvenida o para avisar que un nuevo intruso invadía la propiedad de la estrella de la Ira.
Aún tenía poco conocimiento sobre los rangos y jerarquías en lo que los espectros y jueces se manejaban, ni si quiera sabía que esa mujer a la que con tanta ansiedad había buscado estaba muy por encima de mí. Solo estaba consciente que un mal recuerdo había quedado entre nosotras, algo que seguramente ella sabía mejor que nadie. Entonces gracias a los rayos de la luna pude encontrarme contra su fina silueta, incluso admirar el profundo color oscuro de su cabello dándome la espalda, el talle de su cuerpo me hacía sentir una leve nostalgia pero eso no significaba que me moviera de mi lugar. Mi sombra se proyectaba hacia su dirección, de seguro que no tardaría en darse cuenta de mi presencia, mi cabello se movía al son del viento en una forma pausada.
La habitación estaba inundada de bellas rosas, unas de un tono rojizo contra otras de un color casi más negro que la noche, cerraba con cuidado la puerta detrás de mí tratando de encontrarla, daba unos pequeños pasos aproximándome hacia la cama. Las rosas parecían reconocerme de un tiempo atrás pues su perfume fue disparado dándome quizás la bienvenida o para avisar que un nuevo intruso invadía la propiedad de la estrella de la Ira.
Aún tenía poco conocimiento sobre los rangos y jerarquías en lo que los espectros y jueces se manejaban, ni si quiera sabía que esa mujer a la que con tanta ansiedad había buscado estaba muy por encima de mí. Solo estaba consciente que un mal recuerdo había quedado entre nosotras, algo que seguramente ella sabía mejor que nadie. Entonces gracias a los rayos de la luna pude encontrarme contra su fina silueta, incluso admirar el profundo color oscuro de su cabello dándome la espalda, el talle de su cuerpo me hacía sentir una leve nostalgia pero eso no significaba que me moviera de mi lugar. Mi sombra se proyectaba hacia su dirección, de seguro que no tardaría en darse cuenta de mi presencia, mi cabello se movía al son del viento en una forma pausada.
Astrid- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Selene no se movió. La luna luz de la luna la rodeaba haciéndola ver hermosa entre los pilares de su balcón, rodeada como siempre de rosas. La había sentido desde el momento en que entró en el castillo, no era una sorpresa para ella la presencia de aquella persona. No se movía, permanecía de brazos cruzados mirando hacia el cielo. La noche era apacible, desde el jardín se veían las antorchas alumbrando las fuentes de agua y más allá… el faro de Alejandría iluminando el mundo.
- Han pasado tantos siglos que de nuestros restos no debe quedar ni el polvo… - Dijo son suavidad, y hasta un tanto de melancolía, aun sin voltearse a mirar a la recién llegada. - Y aun así sigues buscándome. Pensé que el tiempo te volvería menos patética.
Tomó de su copa un poco de vino refrescando su garganta. Su cuerpo se apoyaba de costado contra uno de los pilares cubiertos en rosas. Sabía quien era que estaba atrás de ella. Si la mujer pensaba que la había tomado por sorpresa estaba muy equivocada. De hecho, Selene se preguntaba que la había demorado tanto.
- Ese olor… - Susurró respirando profundamente mientras sonreía con algo de nostalgia. - Han pasado siglos y aun recuerdo tu olor a lirios. Eres inconfundible… inolvidable. A pesar del tiempo sigues estando en mis recuerdos como si todo hubiese sido ayer.
La mujer cerró los ojos y pudo incluso ver ese rostro perdido en el tiempo. Sus ojos vacíos y su piel de porcelana, su larga cabellera rubia… podía incluso sentir sus dedos escabullirse por su pelo. Veía todos esos recuerdos de una vida pasada junto al orgullo, caminando descalza sobre los lirios que adornaban el templo en donde aquella mujer solía jugar en los inicios del tiempo.
- ... Deberías marcharte. Ya me viste. Tu presencia me irrita.
- Han pasado tantos siglos que de nuestros restos no debe quedar ni el polvo… - Dijo son suavidad, y hasta un tanto de melancolía, aun sin voltearse a mirar a la recién llegada. - Y aun así sigues buscándome. Pensé que el tiempo te volvería menos patética.
Tomó de su copa un poco de vino refrescando su garganta. Su cuerpo se apoyaba de costado contra uno de los pilares cubiertos en rosas. Sabía quien era que estaba atrás de ella. Si la mujer pensaba que la había tomado por sorpresa estaba muy equivocada. De hecho, Selene se preguntaba que la había demorado tanto.
- Ese olor… - Susurró respirando profundamente mientras sonreía con algo de nostalgia. - Han pasado siglos y aun recuerdo tu olor a lirios. Eres inconfundible… inolvidable. A pesar del tiempo sigues estando en mis recuerdos como si todo hubiese sido ayer.
La mujer cerró los ojos y pudo incluso ver ese rostro perdido en el tiempo. Sus ojos vacíos y su piel de porcelana, su larga cabellera rubia… podía incluso sentir sus dedos escabullirse por su pelo. Veía todos esos recuerdos de una vida pasada junto al orgullo, caminando descalza sobre los lirios que adornaban el templo en donde aquella mujer solía jugar en los inicios del tiempo.
- ... Deberías marcharte. Ya me viste. Tu presencia me irrita.
Selene- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Estaba de pie y como me imaginaba ya me había sentido llegar, cerraba los puños, lo que despertaba ella en mí no solo era la melancolía si no también la frustración misma, enarcaba mi ceja demostrando que ya no me extrañaba su actitud.
Si tú dices…
Respondiéndole desganadamente apenas avanzaba un paso, entreteniéndome de la belleza de la habitación pero era algo en verdad que no me interesaba y mucho menos a ella por lo que se veía. El aroma que desprendía mi piel no era superado por las rosas, el perfume de los lirios se entremezclaba llegando hasta la misma pelinegra. Detuve apenas mi andar, cuando pedía que me marchase, sonreía apenas negando con la cabeza.
¿Así es como tratas a las visitas?, pensaba que tus modales habían mejorado.
Ahora era yo que me acercaba, a pesar de que mandaba que me retirara era yo quien la desafiaba rotundamente, colocándome justo dos pasos detrás de ella diciéndole con esa pequeña afrenta que no me importaba en lo absoluto.
Las estrellas se mueven demasiado… además se nota por tu cosmos que no soy lo único que tienes que lidiar.
Traspasándola seguía hasta el balcón para girarme, era exactamente como la recordaba, ella aparentaba no verme aunque estuviera de pie frente a ella, la miraba ahora en lo que se había convertido.
No me marcharé. Si algo que me irrito fue que durante todo este tiempo tener que recordar entre sueños tu presencia, siempre reprochándome que te traicione y que si me atrevía a hacerlo te encargarías que no volviera a despertar.
Mi voz sonaba pausada, denotando la molestia de no solo querer correr tras sus brazos y entregarme ciegamente a su persona por amistad, respeto.. esos sentimientos ya no intervendrían en ambas aunque…
Si quieres que me vaya oblígame.
Si tú dices…
Respondiéndole desganadamente apenas avanzaba un paso, entreteniéndome de la belleza de la habitación pero era algo en verdad que no me interesaba y mucho menos a ella por lo que se veía. El aroma que desprendía mi piel no era superado por las rosas, el perfume de los lirios se entremezclaba llegando hasta la misma pelinegra. Detuve apenas mi andar, cuando pedía que me marchase, sonreía apenas negando con la cabeza.
¿Así es como tratas a las visitas?, pensaba que tus modales habían mejorado.
Ahora era yo que me acercaba, a pesar de que mandaba que me retirara era yo quien la desafiaba rotundamente, colocándome justo dos pasos detrás de ella diciéndole con esa pequeña afrenta que no me importaba en lo absoluto.
Las estrellas se mueven demasiado… además se nota por tu cosmos que no soy lo único que tienes que lidiar.
Traspasándola seguía hasta el balcón para girarme, era exactamente como la recordaba, ella aparentaba no verme aunque estuviera de pie frente a ella, la miraba ahora en lo que se había convertido.
No me marcharé. Si algo que me irrito fue que durante todo este tiempo tener que recordar entre sueños tu presencia, siempre reprochándome que te traicione y que si me atrevía a hacerlo te encargarías que no volviera a despertar.
Mi voz sonaba pausada, denotando la molestia de no solo querer correr tras sus brazos y entregarme ciegamente a su persona por amistad, respeto.. esos sentimientos ya no intervendrían en ambas aunque…
Si quieres que me vaya oblígame.
Última edición por Astrid el Dom Feb 13, 2011 3:32 pm, editado 1 vez
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Con el poder de la diosa ya ahabian llegado a una habitacion, por lo que podia ver eran los aposenos de Ira, ademas de que se encontraba en Egipto, muy habilidoso por parte de ela en verdad, pues el lugar era como el Palacio del Cesar, muy bello en verdad, sin embargo esta se quedo con Phantasos, pues Astrid enseguida se habia ido en direccion de Ira, el cosmos de ella lo habia detectado desde hace ya unos segundos, cuando aun estaban en Roma, lo podia ver ya con mas claridad en el momento que aparecieron de dicho lugar.
La chica de cabello pelirojo tan solo se quedo admirando aquella escena de ambas mujeres, que apesar de su actitud, podia sentir que algo muy profundo ocurrio entre ellas y sus palabras lo daban a demostrar, apesar de que no recordara muco de ambas, sabia que algo fuerte habia acontecido despues de su induccion al sueño profundo antes.
Ambas chicas, se reconocian a pesar de que se habian visto por primera vez en mucho tiempo, los aromas claramente los reconocian, y tambien ella los pudo percibir, con un toque especial, púes orgullo no habia cambiado nada y tampoco Ira.
Luego de que Ira se recargara en un pilar del lugar, de entre las sombras aparecia la diosa Persephone, emanando tenuemente su cosmos, y con una semblante serio le dijo
- Hazle caso a Orgullo Ira, pues es descortes correr de esa forma tus invitados, no lo crees, Selene??? -
Luego se acerco un poco mas, jalando un poco a Phantasos para que se acercara, pues mientras Astrid hacia estado con Ira, se habia quedado sola con el , y lo llevaba con ella al momento de aparecer.
Miro a Selene y acercando aun mas a ella, hasta quedar enmedio de la mirada de ambas les dijo- Ira....parece ser que ni aun con los siglos cambias, sin embargo no es momento que tengas esa actitud, aun la guerra no comienza, ademas, a mi tambien me da gusto verte de nuevo Ira....
La chica de cabello pelirojo tan solo se quedo admirando aquella escena de ambas mujeres, que apesar de su actitud, podia sentir que algo muy profundo ocurrio entre ellas y sus palabras lo daban a demostrar, apesar de que no recordara muco de ambas, sabia que algo fuerte habia acontecido despues de su induccion al sueño profundo antes.
Ambas chicas, se reconocian a pesar de que se habian visto por primera vez en mucho tiempo, los aromas claramente los reconocian, y tambien ella los pudo percibir, con un toque especial, púes orgullo no habia cambiado nada y tampoco Ira.
Luego de que Ira se recargara en un pilar del lugar, de entre las sombras aparecia la diosa Persephone, emanando tenuemente su cosmos, y con una semblante serio le dijo
- Hazle caso a Orgullo Ira, pues es descortes correr de esa forma tus invitados, no lo crees, Selene??? -
Luego se acerco un poco mas, jalando un poco a Phantasos para que se acercara, pues mientras Astrid hacia estado con Ira, se habia quedado sola con el , y lo llevaba con ella al momento de aparecer.
Miro a Selene y acercando aun mas a ella, hasta quedar enmedio de la mirada de ambas les dijo- Ira....parece ser que ni aun con los siglos cambias, sin embargo no es momento que tengas esa actitud, aun la guerra no comienza, ademas, a mi tambien me da gusto verte de nuevo Ira....
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
- Por favor... ¿Quien eres tu para hablarme de modales cuando llegas sin ser invitada? - preguntó Selene aun sin darse vuelta y dandole otro sorbo a su copa de vino. No estaba realmente interesada por ese momento en escuchar a Orgullo hablar. La verdad estaba molesta de que orgullo estuviese ahí, pues significaba sólo una cosa, que la guerra estaba en sus puertas y los siete pecados del inframundo se volvían a juntar para luchar. Selene tenía aun muchas cosas inconclusas como para haber querido emprender una batalla en ese momento... - El único motivo por el cual aun no separo la cabeza del resto de tu cuerpo es porque no quiero manchar mi sagrada habitación con tu vulgar sangre.
La mujer dio un paso hacia adelante, iba a retirarse a su balcón pues hablar con orgullo la irritaba de verdad. Era como una sombra, siempre escabullendose pensado que Selene no podía sentirla. Siempre atras de ella, nunca brillando por luz propia. Selene desde el inicio de los tiempos se había sentido frustrada con ello, pero en el momento en que no tuvo orgullo había sido como si le arrancaran un pedazo de su propia alma y la buscó desesperadamente para traerla de vuelta a su lado, aunque fuera de la peor forma posible... matándola.
- Mi....Se... señora.. - Murmuró Selene sorprendida. ¿Sus ojos la engañaban? Miró de inmediato las manos de Orgullo para asegurarse de que no fuera ésta una de sus trucos baratos con su espejo de mierda. Como odiaba el espejo de Orgullo y las estupideces que podían sacar a lucir en el ambiente.
El espejo no estaba ahí. Lo que veía y sentía era real. Estaba frente a la diosa exiliada del inframundo, aquella que alguna vez había sido su ama y señora... Kore. Selene bajó el rostro en verguenza, pues no creyó que volviese a ver a Kore viva despues de lo que Hades le había hecho. Quizo preguntar com ose había escaoado, como su alma había roto el sello de Hades... pero no se atrevió. Su boca no pronunció palabra alguna. Las rosas abandonaban a Selene, dejandola practicamente sola... moviendose con delicadeza hacia la dueña de la primeravera, la señora de todas las flores. A los pies de Kore crecian rosas hermosas y blancas, celebrando su presencia con jubilo. Selene estaba paralizada. Nunca en su vida había quedado en un situación sin saber que decir. Era una mezcla de verguenza y hasta respeto... pues era evidente a que venía la exiliada esposa de Hades a ese lugar.
- Mi señora... yo... - No podía explicar el motivo por el cual ninguna de las damas que la debían proteger con la vida habían solo observado la destrucción del santuario de la primavera, abnegadas de que su diosa muriera en manos del dios del inframundo. - Yo... - No habían palabras que pudieran explicar sus sentimientos, pues no estaba arrepentida de lo que había hecho. Hades era la opción que debía seguir en ese momento, pero su traición era evidente. - Si viene por mi vida... con gusto se la daré. - Su voz sonaba triste y apagada. Por primera vez en su vida, se reclinó completamente y se arrodilló frente a Saphire y la jovencita que la acompañaba. Orgullo tal vez ya había cumplido su penitencia, Selene no lo sabía. Pero si ella debía cumplir la suya por traicionarla, lo haría. Aunque ahora fuese un espectro, tenía muy presente que primero había sido la dama de las rosas y el espiritu de la Ira la poseía para desenvolverse en el mundo...
Todo era confuso. Había ocurrido en el momento en que Hades tomó como esposa a Kore y la bautizó como Persephone, regalandole todos los pecados del mundo para que cuidaran de ella. De esa forma, la reina del inframundo dejó que en las almas de sus guardianas se fusionaran con las almas de los pecados de Hades... el hibrido eran ellas... damas del infierno, pecados andantes, que podían controlar las flores a su antojo. Pero aun si Selene mantenía su lealtad hasta el final con Hades... sabía que había incurrido en un horrible pecado al observar como Persephone moría sin hacer nada al respecto. Si era hora de que su alma desapareciera para siempre, estaba lista para afrontarlo.
La mujer dio un paso hacia adelante, iba a retirarse a su balcón pues hablar con orgullo la irritaba de verdad. Era como una sombra, siempre escabullendose pensado que Selene no podía sentirla. Siempre atras de ella, nunca brillando por luz propia. Selene desde el inicio de los tiempos se había sentido frustrada con ello, pero en el momento en que no tuvo orgullo había sido como si le arrancaran un pedazo de su propia alma y la buscó desesperadamente para traerla de vuelta a su lado, aunque fuera de la peor forma posible... matándola.
- Mi....Se... señora.. - Murmuró Selene sorprendida. ¿Sus ojos la engañaban? Miró de inmediato las manos de Orgullo para asegurarse de que no fuera ésta una de sus trucos baratos con su espejo de mierda. Como odiaba el espejo de Orgullo y las estupideces que podían sacar a lucir en el ambiente.
El espejo no estaba ahí. Lo que veía y sentía era real. Estaba frente a la diosa exiliada del inframundo, aquella que alguna vez había sido su ama y señora... Kore. Selene bajó el rostro en verguenza, pues no creyó que volviese a ver a Kore viva despues de lo que Hades le había hecho. Quizo preguntar com ose había escaoado, como su alma había roto el sello de Hades... pero no se atrevió. Su boca no pronunció palabra alguna. Las rosas abandonaban a Selene, dejandola practicamente sola... moviendose con delicadeza hacia la dueña de la primeravera, la señora de todas las flores. A los pies de Kore crecian rosas hermosas y blancas, celebrando su presencia con jubilo. Selene estaba paralizada. Nunca en su vida había quedado en un situación sin saber que decir. Era una mezcla de verguenza y hasta respeto... pues era evidente a que venía la exiliada esposa de Hades a ese lugar.
- Mi señora... yo... - No podía explicar el motivo por el cual ninguna de las damas que la debían proteger con la vida habían solo observado la destrucción del santuario de la primavera, abnegadas de que su diosa muriera en manos del dios del inframundo. - Yo... - No habían palabras que pudieran explicar sus sentimientos, pues no estaba arrepentida de lo que había hecho. Hades era la opción que debía seguir en ese momento, pero su traición era evidente. - Si viene por mi vida... con gusto se la daré. - Su voz sonaba triste y apagada. Por primera vez en su vida, se reclinó completamente y se arrodilló frente a Saphire y la jovencita que la acompañaba. Orgullo tal vez ya había cumplido su penitencia, Selene no lo sabía. Pero si ella debía cumplir la suya por traicionarla, lo haría. Aunque ahora fuese un espectro, tenía muy presente que primero había sido la dama de las rosas y el espiritu de la Ira la poseía para desenvolverse en el mundo...
Todo era confuso. Había ocurrido en el momento en que Hades tomó como esposa a Kore y la bautizó como Persephone, regalandole todos los pecados del mundo para que cuidaran de ella. De esa forma, la reina del inframundo dejó que en las almas de sus guardianas se fusionaran con las almas de los pecados de Hades... el hibrido eran ellas... damas del infierno, pecados andantes, que podían controlar las flores a su antojo. Pero aun si Selene mantenía su lealtad hasta el final con Hades... sabía que había incurrido en un horrible pecado al observar como Persephone moría sin hacer nada al respecto. Si era hora de que su alma desapareciera para siempre, estaba lista para afrontarlo.
Selene- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Y de inmediato unos ecos como de metal chocando con aquellos suelos pulidos se hicieron notar; al igual un aura de azulados colores danzaba en derredor de una figurilla, que tras las sombras de aquellas extrañas construcciones era difícil de divisar y decir de quien se trataba. Tal aura al chocar con las paredes de aquellos pasillo, causaba que estos se cristalizaran y asimismo se congelaran, de repente se escucho como una tela era sacudida… buscando era la figurilla que tras la emanación de su cosmos hacia oscilar su capa roído y vieja.
La silueta que tal parecía era de mujer caminaba un tanto perdida entre la construcciones egipcias de aquella enorme casa, aun así daba facetas de buscar algo o alguien de una manera un tanto desesperante. Los pasos de aquel ente sin rostro y nombre se dejaron de escuchar y con ello el cosmos que congelaba el lugar se amansó, pues la figura se detenía frente a lo que parecía la entrada a una habitación…
El ser elevo su mano izquierda y así posándola sobre la madera empujo con gran fuerza, al mismo tiempo que la puerta se habría se comenzaba a destilar una combinación de aromas de diferentes entidades, por lo que suspirando la errante mujer se adentro, dejando soltado un leve fogonazo de luz que cubría y disipaba por efímeros segundos su silueta…
-Mmmmm
Aquella silueta pronunció tendidamente, mientras que la luz que radiaba su cuerpo comenzó a perder fuerza hasta por fin esbozar límpidamente de quien se trataba… era Alessa quien con gran seriedad portaba orgullosamente su armadura de pecado, mientras que por detrás de su espalda se ondeaba un viejo cuero que serbia como capa… al igual que cargaba con su enrome escudo del cual un demonio atroz albergaba; y a los costados sus enormes espadas de resurrección, las cuales se campaneaban con un vaivén incitador al compas de su senos, gracias a la fuerza de sus pazos.
La estrella del infierno cerró despacio la puerta y así se recargo, cruzándose de brazos y piernas, esbozando una sonrisa serena y cerrando su ojo derecho, pues ya había visto las cuatro figuras que se encontraban reunidas en aquella ostentosa habitación, por lo que suspirando tan solo dijo:
-¿Llegue en mal momento?
[i]La silueta que tal parecía era de mujer caminaba un tanto perdida entre la construcciones egipcias de aquella enorme casa, aun así daba facetas de buscar algo o alguien de una manera un tanto desesperante. Los pasos de aquel ente sin rostro y nombre se dejaron de escuchar y con ello el cosmos que congelaba el lugar se amansó, pues la figura se detenía frente a lo que parecía la entrada a una habitación…
El ser elevo su mano izquierda y así posándola sobre la madera empujo con gran fuerza, al mismo tiempo que la puerta se habría se comenzaba a destilar una combinación de aromas de diferentes entidades, por lo que suspirando la errante mujer se adentro, dejando soltado un leve fogonazo de luz que cubría y disipaba por efímeros segundos su silueta…
-Mmmmm
Aquella silueta pronunció tendidamente, mientras que la luz que radiaba su cuerpo comenzó a perder fuerza hasta por fin esbozar límpidamente de quien se trataba… era Alessa quien con gran seriedad portaba orgullosamente su armadura de pecado, mientras que por detrás de su espalda se ondeaba un viejo cuero que serbia como capa… al igual que cargaba con su enrome escudo del cual un demonio atroz albergaba; y a los costados sus enormes espadas de resurrección, las cuales se campaneaban con un vaivén incitador al compas de su senos, gracias a la fuerza de sus pazos.
La estrella del infierno cerró despacio la puerta y así se recargo, cruzándose de brazos y piernas, esbozando una sonrisa serena y cerrando su ojo derecho, pues ya había visto las cuatro figuras que se encontraban reunidas en aquella ostentosa habitación, por lo que suspirando tan solo dijo:
-¿Llegue en mal momento?
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
La diosa Kore solo sonreia pues al parecer Ira no habia cambiado nada, pues la recordaba tal y como lo estaba haciendo ahora, siempre tratando de desacerse de las personas que le irritaban, pero algo habia cambiado, pues al no verle, ella le habia contestado de esa forma, sin emabrgo al darse vuelta con su copa, su rostro cambio por completo, dejandose ver que estaba sorprendida, ademas de que al parecer la habia reconocido rapidamente.
Tambien habia mirado a Orgullo, tal ve pensaba que era objeto de ilusion de ella, pero se daba cuenta que no era asi. Las rosas que acompañaban a la Dama, la dejaron sola, llendose de nueva cuenta con la diosa de la primavera, Kore, en señal del jubilo por la presencia de ella de nuevo.
Sentia el espiritu de ella intranquilo, y eso le hacia recordar el como se habia sentido ella, al momento de que veia en ruinas lo que era su templo. Ademas de la furia contenida en Hades, el momento en que fue destruida, llegando consigo un nuevo recuerdo, el de la mirada de su dama ante su inminente destruccion y no hacian nada.
Sin embargo antes de que su espiritu se exterminara por completo y se sellase, dejo algo en su templo, para poder regresar en la siguiente era, y ahora ya que se habia liberdo del sello de Hades, su momento al fin llegaria.
Pero las palabras de Ira la sacaron de aquello meditabundos pensamientos, quedandose impactada por aquellas palabras...como le decia que la destruyera??....ella aun mas vengativa y ruin que fuera, jamas tomaria la vida de una valiosa damas como ella, su rostro fue de sorpresa y mas de sorpresa, fue de afliccion.
Lentamente se fue acercando a ella y tomando su rostro la estrecho en su pecho, la alejo un poco y con una sonrisa en el rostro le dijo.
- Mi querida dama de la Ira, no terminare la existencia de aquella que porta el espiritu de las rosas, pues apesar de todo lo pasado, he aprendido algo, su penitencia ya la habeis pasado desde hace mucho tiempo, tanto tuya como la de Orgullo, ambas son muy valiosas para mi y para mi ya han sido perdonadas..... -
Luego de aquellas palabras, hizo aparecer una rosa en su mano, era hermosa igual que Selene, tenia un brillo en cada petalo y la coloco en un lado de su cabello, adornandolo este con la flor.
Sin embargo algo mas aparecio en la habitaion, la otra dama llegaba al fin, La pereza llegaba hasta ahi, tan solo suspirando y diciendo algunas palabras que apenas fueron audibles, enseguida sonrio y le dijo
-Es bueno verte Pereza, pense que jamas te veia......me alegra verlas a todas de nuevo....todas son valiosas para mi, por lo que las quisiera llevar, a un lugar especial.....que dicen? -
Ahora miraba a las tres damas, percatandose que ahora las habia vuelto espectros Hades, eso lo cambiaria todo, pero aun podia hacer algo para recuperar lo que por derecho le correspondia.Asi espero alguna accion o respuesta de alguna de ellas.
Tambien habia mirado a Orgullo, tal ve pensaba que era objeto de ilusion de ella, pero se daba cuenta que no era asi. Las rosas que acompañaban a la Dama, la dejaron sola, llendose de nueva cuenta con la diosa de la primavera, Kore, en señal del jubilo por la presencia de ella de nuevo.
Sentia el espiritu de ella intranquilo, y eso le hacia recordar el como se habia sentido ella, al momento de que veia en ruinas lo que era su templo. Ademas de la furia contenida en Hades, el momento en que fue destruida, llegando consigo un nuevo recuerdo, el de la mirada de su dama ante su inminente destruccion y no hacian nada.
Sin embargo antes de que su espiritu se exterminara por completo y se sellase, dejo algo en su templo, para poder regresar en la siguiente era, y ahora ya que se habia liberdo del sello de Hades, su momento al fin llegaria.
Pero las palabras de Ira la sacaron de aquello meditabundos pensamientos, quedandose impactada por aquellas palabras...como le decia que la destruyera??....ella aun mas vengativa y ruin que fuera, jamas tomaria la vida de una valiosa damas como ella, su rostro fue de sorpresa y mas de sorpresa, fue de afliccion.
Lentamente se fue acercando a ella y tomando su rostro la estrecho en su pecho, la alejo un poco y con una sonrisa en el rostro le dijo.
- Mi querida dama de la Ira, no terminare la existencia de aquella que porta el espiritu de las rosas, pues apesar de todo lo pasado, he aprendido algo, su penitencia ya la habeis pasado desde hace mucho tiempo, tanto tuya como la de Orgullo, ambas son muy valiosas para mi y para mi ya han sido perdonadas..... -
Luego de aquellas palabras, hizo aparecer una rosa en su mano, era hermosa igual que Selene, tenia un brillo en cada petalo y la coloco en un lado de su cabello, adornandolo este con la flor.
Sin embargo algo mas aparecio en la habitaion, la otra dama llegaba al fin, La pereza llegaba hasta ahi, tan solo suspirando y diciendo algunas palabras que apenas fueron audibles, enseguida sonrio y le dijo
-Es bueno verte Pereza, pense que jamas te veia......me alegra verlas a todas de nuevo....todas son valiosas para mi, por lo que las quisiera llevar, a un lugar especial.....que dicen? -
Ahora miraba a las tres damas, percatandose que ahora las habia vuelto espectros Hades, eso lo cambiaria todo, pero aun podia hacer algo para recuperar lo que por derecho le correspondia.Asi espero alguna accion o respuesta de alguna de ellas.
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
La veía extrañada, aún poseía aquellos aires de grandeza sin mencionar aquel carácter fuerte que desprendía tratando de intimidar a los demás. Apenas mis labios se abrieron para tratar de responderle cuando de entre las sombras la energía de Saphire invadió el lugar proyectando su presencia, bajaba la cabeza pues no podía comportarme como lo hacía con Selene.
Algo inesperado surgió en la habitación pues las rosas abandonaban a la reina para dirigirse a la pelirroja. Lirios, rosas, claveles, margaritas, jazmines… más y más flores salían rodeándola, la prepotencia de Selene se vio opacada cuando se inclinó ante ella, era algo que no conocía pero tenía razón en algo cuando ofreció su misma vida para redimir sus acciones del pasado. Yo solo prefería mirar en dirección al balcón, sabía que nuestra lealtad debía de estar con Kore pero ahora estábamos a disposición de Hades. El rechinido de la puerta se escuchaba para notar otra presencia familiar, aunque no la llegué a conocer anteriormente sabía de quién se trataba.. pereza.
Aquella diosa había disculpado los sus pecados de todas sus guerreras, era tanto el amor que nos tenía o posiblemente ya tenía pensado algo más que ninguna de nosotras tenía idea. Pero el ofrecernos la idea de acompañarla no era posible.
Ira levántate…
Por fin me atrevía a interrumpir, el orgullo mismo ahora predominaba en mi interior y no permitiría que esa mujer bajará la cabeza, aunque siempre me había mantenido neutral en todo esta vez tenía que informarle a la diosa como estaban las cosas.
Kore… yo no hablaré por nadie sino por mí misma pero debe de saber que mi fidelidad hacia usted ha desaparecido y me temo que yo declinare a su invitación de llevarnos a otro sitio. Soy un pecado, una estrella infernal de Hades, el orgullo predomina en mí más de lo que predomina el alma de los lirios… solo que a cambio de esta mujer que le ofreció su vida yo permaneceré neutral… hasta que Hades despierte solo seré fiel a una persona… a MI.
Ignoraba la presencia de Ira y Pereza, yo misma no me reconocía, estaba desafiando las disposiciones de una diosa.
Algo inesperado surgió en la habitación pues las rosas abandonaban a la reina para dirigirse a la pelirroja. Lirios, rosas, claveles, margaritas, jazmines… más y más flores salían rodeándola, la prepotencia de Selene se vio opacada cuando se inclinó ante ella, era algo que no conocía pero tenía razón en algo cuando ofreció su misma vida para redimir sus acciones del pasado. Yo solo prefería mirar en dirección al balcón, sabía que nuestra lealtad debía de estar con Kore pero ahora estábamos a disposición de Hades. El rechinido de la puerta se escuchaba para notar otra presencia familiar, aunque no la llegué a conocer anteriormente sabía de quién se trataba.. pereza.
Aquella diosa había disculpado los sus pecados de todas sus guerreras, era tanto el amor que nos tenía o posiblemente ya tenía pensado algo más que ninguna de nosotras tenía idea. Pero el ofrecernos la idea de acompañarla no era posible.
Ira levántate…
Por fin me atrevía a interrumpir, el orgullo mismo ahora predominaba en mi interior y no permitiría que esa mujer bajará la cabeza, aunque siempre me había mantenido neutral en todo esta vez tenía que informarle a la diosa como estaban las cosas.
Kore… yo no hablaré por nadie sino por mí misma pero debe de saber que mi fidelidad hacia usted ha desaparecido y me temo que yo declinare a su invitación de llevarnos a otro sitio. Soy un pecado, una estrella infernal de Hades, el orgullo predomina en mí más de lo que predomina el alma de los lirios… solo que a cambio de esta mujer que le ofreció su vida yo permaneceré neutral… hasta que Hades despierte solo seré fiel a una persona… a MI.
Ignoraba la presencia de Ira y Pereza, yo misma no me reconocía, estaba desafiando las disposiciones de una diosa.
Astrid- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
- Si no tomará mi vida, entonces entenderé que mi deuda con usted esta pagada ya. No hay nada más que nos una excepto nuestro amor por Hades… - Lo último lo dijo con algo de ironía, pues no sabía si Kore aun amaba a Hades como lo había hecho ingenuamente la era pasada y por ello, había muerto en sus manos.
Selene la miró desde la lejanía, pues eso de que aquella mujer la abrazara le sentó pésimo. Su piel se encrespó al sentir que otra persona la tocase sin su autorización. Era tan orgullosa, tan altanera, que la idea de que existiera alguien que no necesitaba pedirle autorización para estar en su presencia y que además la tocará sin pedirlo… hacía que sus manos temblaran de rabia y empezara a sudar por la fuerza que requería controlarse para no querer lastimarla.
Y así, enervada completamente por la insolencia de esos visitantes… vio que las visitas poco deseadas no paraban de llegar. La puerta de su habitación se abría y la presencia de alguien más se podía sentir. Un pecado. Selene no mostró emoción alguna… pero de inmediato pensó en sus guardias y en lo incompetentes que mostraban ser si 4 personas ya habían entrado a su habitación mágicamente sin ser notados. Por muy espectros que fueran, los dos negros gigantes a las puertas de su habitación debieron ser algún tipo de trabajo. Pero… aparte de esa desagradable muestra de incompetencia por parte de los egipcios, Selene le molestaba que simples plebeyos se mostraran en la presencia de una diosa terrenal como lo era ella, sin la más mínima muestra de respeto.
- ¿Cuándo ha sido tu presencia deseada o autorizada? – Preguntó mirando a la recién llegada. – Para llegar en mal momento a una ocasión, deberías ser invitada o requerida primero, ¿Me equivoco? … Ninguna de dichas situaciones ha sido el caso, por lo cual me pregunto, ¿Cómo mierda hiciste para pasar por todos los guardias que hay en este palacio, incluyendo a los dos gigantes en la puerta, sin que tengas sangre en el cuerpo o si quiera haya escuchado algún grito? …
Luego vio que Kore no había terminado, aun había algo más que tratar. Al parecer estaba feliz de poder sentir a las damas del inframundo uniéndose una vez más; deseaba llevarlas a un lugar. Selene apretó su puño. Era la primera vez que veía tanto a Orgullo y a Pereza aquella era y ya tenía que hacer cosas en equipo. ¿Acaso nadie conocía a Ira en lo absoluto? Ella no peleaba en grupo ni hacia cosas junto a nadie… como mucho a veces aceptaba la compañía de orgullo pues su silencio era refrescante. Se sacó la hermosa rosa que llevaba en su cabellera y la miró un instante, para voltear su rostro hacia un costado y hacer que la rosa volviera a Kore en muestra de rechazar aquel presente, y por ende, rechazarla a ella también.
- Se que en algún momento parte de mi alma le perteneció y por ello hay aun algo en mi que se sujeta asquerosamente a la idea de que debo protegerla de alguna forma. Dicho eso, aquella epoca en que era la dama de las rosas se ha acabado. Si las rosas permanecen cercanas a mi debe ser por nostalgia mas que por lealtad, pues como ha visto, en la primera oportunidad que pudieron ya me han traicionado… bastante predecible, debo agregar. – Selene era elocuente con sus palabras, siempre lo había sido pues era la hija de un rey, no era una simple comunera o una esclava. Esa mujer estaba acostumbrada a otro tipo de vida, seguramente mucho más lujoso y digno que cualquiera en esa habitación. La idea de estar compartiendo el aire con todos ellos que a sus ojos eran indignos de su presencia, la tenía bastante nerviosa. - Ya no posee la misma fuerza y divinidad que en antaño poseía, pues Hades se la ha quitado del cuerpo. Debe recordarlo incluso mejor que yo.
La imagen de Persephone desaparecieron del mundo para que Hades pudiera erigir la Temen Ni Gru aparecía en la mente de Selene. No le había molestado en ese momento que aquello sucediera, pero si cuando el alma de la ira había sido sellada… recordaba haber estado en los brazos de Wyvern y haber llorado por su traición a Persephone, pero ya era demasiado tarde para lamentarse o enmendar ese error, sorbe todo ahora que Hades la había destinado como receptora de la estrella infernal de la Ira en esa era del mundo… a ella, la reencarnación de Isis.
- Por ello, debo rechazar rotundamente la invitación a seguirla. Yo estoy justo en el lugar donde deseo estar. Me quedaré aquí por ahora Kore, ya que esa es la voluntad que Hades me ha comunicado a través del señor Thanatos… si he de viajar, es para atender otros asuntos apenas sienta que el momento ha llegado. Por ahora, Egipto es el lugar donde debo quedarme. Pues es el lugar elegido por Hades para gobernar el resto del mundo.
No lo dijo, pues no sintió que debía hacerlo, pero Thanatos le había encomendado la labor de construir el palacio más glorioso posible para celebrar la vuelta de Hades al mundo, luego de haber sido sellado por Athena tanto tiempo atrás. Los planos ya habían sido entregados por los arquitectos y Selene había autorizado la construcción del nuevo y glorioso palacio… en el lugar más solemne de todos.
Selene suspiró, pues aun intentaba controlar la idea de dejar que todas las rosas devoraran a los intrusos de su habitación. Luego, dio unos pasos más atrás y se posicionó cerca de Orgullo y Pereza.
- A diferencia de Orgullo, yo si creo en la fidelidad entre todos los habitantes del inframundo y mi lealtad esta con ellos y con cada una de mis hermanas, los siete pecados. – Fue tajante en ello. Selene de verdad creía que su fidelidad debía estar con las personas que al igual que ella eran capaces de defender el idea de su señor Hades. - Siempre y cuando no sean un estorbo en mi camino.
Miró tanto a Orgullo como Pereza, parándose entre ambas. Sabía que ambas eran capaces de luchar de la mejor manera posible y que no serían un bulto, pero le preocupaba que la autonomía y libertad que mostraba cada una de ellas fuera un obstáculo para lograr cualquier meta común que intentara.
- Pereza, hay un cuarto conjunto a este, ordenaré que se acomode lo mejor posible para que te puedas asear pues portar esa armadura pesada con este calor debe tener tu cuerpo vuelto un asco, y no permito la presencia de gente que huele a puercos cerca de mí. – No pretendió decirlo como un insulto, pero notó que había sonado como uno. Aun así no le importó. - Mi señora Kore, usted puede dormir en las habitaciones que hay cerca del jardín junto con su acompañante. Creo que ese lugar le parecerá cómodo y retirado. Aun así… esta quedándose en mi palacio, como mi invitada, no como mi señora. La única señora de Selene, es Selene y Hades.
Selene bajó la copa de vino y caminó hacia el balcón dándoles a todos la espalda, entendiendo que podían retirarse. Era muy entrada la noche y no tenía deseos de lidera con ninguno de ellos en ese momento.
- Ahora, debo pedirles a todos que se retiren y nos volvamos a ver mañana en la noche, a la cena, donde se celebrará por la llegada de amigos desde el extranjero… serán mis invitadas de honor. – Estaba furiosa de que esa gente hubiese entrado en su habitación, pero como la reina que era, mantuvo la postura de dicha situación. – Eso sí…Orgullo, te debo pedir que te quedes pues hay un asunto delicado que deseo tratar contigo.
Y así, salió de su habitación para sentarse sobre un cojín en el balcón, lugar en el cual comenzó a jugar con un racimo de uvas entre sus dedos. Espero que Orgullo llegara a compartir la escena de aquella luna llena juntas. Aunque no lo dijese... extrañaba la compañía de aquel mujer de ojos vacios.
Selene la miró desde la lejanía, pues eso de que aquella mujer la abrazara le sentó pésimo. Su piel se encrespó al sentir que otra persona la tocase sin su autorización. Era tan orgullosa, tan altanera, que la idea de que existiera alguien que no necesitaba pedirle autorización para estar en su presencia y que además la tocará sin pedirlo… hacía que sus manos temblaran de rabia y empezara a sudar por la fuerza que requería controlarse para no querer lastimarla.
Y así, enervada completamente por la insolencia de esos visitantes… vio que las visitas poco deseadas no paraban de llegar. La puerta de su habitación se abría y la presencia de alguien más se podía sentir. Un pecado. Selene no mostró emoción alguna… pero de inmediato pensó en sus guardias y en lo incompetentes que mostraban ser si 4 personas ya habían entrado a su habitación mágicamente sin ser notados. Por muy espectros que fueran, los dos negros gigantes a las puertas de su habitación debieron ser algún tipo de trabajo. Pero… aparte de esa desagradable muestra de incompetencia por parte de los egipcios, Selene le molestaba que simples plebeyos se mostraran en la presencia de una diosa terrenal como lo era ella, sin la más mínima muestra de respeto.
- ¿Cuándo ha sido tu presencia deseada o autorizada? – Preguntó mirando a la recién llegada. – Para llegar en mal momento a una ocasión, deberías ser invitada o requerida primero, ¿Me equivoco? … Ninguna de dichas situaciones ha sido el caso, por lo cual me pregunto, ¿Cómo mierda hiciste para pasar por todos los guardias que hay en este palacio, incluyendo a los dos gigantes en la puerta, sin que tengas sangre en el cuerpo o si quiera haya escuchado algún grito? …
Luego vio que Kore no había terminado, aun había algo más que tratar. Al parecer estaba feliz de poder sentir a las damas del inframundo uniéndose una vez más; deseaba llevarlas a un lugar. Selene apretó su puño. Era la primera vez que veía tanto a Orgullo y a Pereza aquella era y ya tenía que hacer cosas en equipo. ¿Acaso nadie conocía a Ira en lo absoluto? Ella no peleaba en grupo ni hacia cosas junto a nadie… como mucho a veces aceptaba la compañía de orgullo pues su silencio era refrescante. Se sacó la hermosa rosa que llevaba en su cabellera y la miró un instante, para voltear su rostro hacia un costado y hacer que la rosa volviera a Kore en muestra de rechazar aquel presente, y por ende, rechazarla a ella también.
- Se que en algún momento parte de mi alma le perteneció y por ello hay aun algo en mi que se sujeta asquerosamente a la idea de que debo protegerla de alguna forma. Dicho eso, aquella epoca en que era la dama de las rosas se ha acabado. Si las rosas permanecen cercanas a mi debe ser por nostalgia mas que por lealtad, pues como ha visto, en la primera oportunidad que pudieron ya me han traicionado… bastante predecible, debo agregar. – Selene era elocuente con sus palabras, siempre lo había sido pues era la hija de un rey, no era una simple comunera o una esclava. Esa mujer estaba acostumbrada a otro tipo de vida, seguramente mucho más lujoso y digno que cualquiera en esa habitación. La idea de estar compartiendo el aire con todos ellos que a sus ojos eran indignos de su presencia, la tenía bastante nerviosa. - Ya no posee la misma fuerza y divinidad que en antaño poseía, pues Hades se la ha quitado del cuerpo. Debe recordarlo incluso mejor que yo.
La imagen de Persephone desaparecieron del mundo para que Hades pudiera erigir la Temen Ni Gru aparecía en la mente de Selene. No le había molestado en ese momento que aquello sucediera, pero si cuando el alma de la ira había sido sellada… recordaba haber estado en los brazos de Wyvern y haber llorado por su traición a Persephone, pero ya era demasiado tarde para lamentarse o enmendar ese error, sorbe todo ahora que Hades la había destinado como receptora de la estrella infernal de la Ira en esa era del mundo… a ella, la reencarnación de Isis.
- Por ello, debo rechazar rotundamente la invitación a seguirla. Yo estoy justo en el lugar donde deseo estar. Me quedaré aquí por ahora Kore, ya que esa es la voluntad que Hades me ha comunicado a través del señor Thanatos… si he de viajar, es para atender otros asuntos apenas sienta que el momento ha llegado. Por ahora, Egipto es el lugar donde debo quedarme. Pues es el lugar elegido por Hades para gobernar el resto del mundo.
No lo dijo, pues no sintió que debía hacerlo, pero Thanatos le había encomendado la labor de construir el palacio más glorioso posible para celebrar la vuelta de Hades al mundo, luego de haber sido sellado por Athena tanto tiempo atrás. Los planos ya habían sido entregados por los arquitectos y Selene había autorizado la construcción del nuevo y glorioso palacio… en el lugar más solemne de todos.
Selene suspiró, pues aun intentaba controlar la idea de dejar que todas las rosas devoraran a los intrusos de su habitación. Luego, dio unos pasos más atrás y se posicionó cerca de Orgullo y Pereza.
- A diferencia de Orgullo, yo si creo en la fidelidad entre todos los habitantes del inframundo y mi lealtad esta con ellos y con cada una de mis hermanas, los siete pecados. – Fue tajante en ello. Selene de verdad creía que su fidelidad debía estar con las personas que al igual que ella eran capaces de defender el idea de su señor Hades. - Siempre y cuando no sean un estorbo en mi camino.
Miró tanto a Orgullo como Pereza, parándose entre ambas. Sabía que ambas eran capaces de luchar de la mejor manera posible y que no serían un bulto, pero le preocupaba que la autonomía y libertad que mostraba cada una de ellas fuera un obstáculo para lograr cualquier meta común que intentara.
- Pereza, hay un cuarto conjunto a este, ordenaré que se acomode lo mejor posible para que te puedas asear pues portar esa armadura pesada con este calor debe tener tu cuerpo vuelto un asco, y no permito la presencia de gente que huele a puercos cerca de mí. – No pretendió decirlo como un insulto, pero notó que había sonado como uno. Aun así no le importó. - Mi señora Kore, usted puede dormir en las habitaciones que hay cerca del jardín junto con su acompañante. Creo que ese lugar le parecerá cómodo y retirado. Aun así… esta quedándose en mi palacio, como mi invitada, no como mi señora. La única señora de Selene, es Selene y Hades.
Selene bajó la copa de vino y caminó hacia el balcón dándoles a todos la espalda, entendiendo que podían retirarse. Era muy entrada la noche y no tenía deseos de lidera con ninguno de ellos en ese momento.
- Ahora, debo pedirles a todos que se retiren y nos volvamos a ver mañana en la noche, a la cena, donde se celebrará por la llegada de amigos desde el extranjero… serán mis invitadas de honor. – Estaba furiosa de que esa gente hubiese entrado en su habitación, pero como la reina que era, mantuvo la postura de dicha situación. – Eso sí…Orgullo, te debo pedir que te quedes pues hay un asunto delicado que deseo tratar contigo.
Y así, salió de su habitación para sentarse sobre un cojín en el balcón, lugar en el cual comenzó a jugar con un racimo de uvas entre sus dedos. Espero que Orgullo llegara a compartir la escena de aquella luna llena juntas. Aunque no lo dijese... extrañaba la compañía de aquel mujer de ojos vacios.
Selene- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Había sido determinante de cual era mi postura, ese vacío en mis ojos contemplaban el rostro de la ahora diosa de la primavera, su apariencia podía resultar diferente pero seguía conservando la misma esencia con la que se caracterizaba.
Aguardaba en silencio, no esperaba que me perdonara ni mucho menos que me reprendiera por mis palabras, debía entender que ya no podía disponer de nosotras como lo hacía antes. Su actitud cambiante me hizo recordar el momento en que la encontré por primera vez en la posada, algo que no deseaba pues el incidente en Roma me conllevo a encerrarme cada vez más en mi propio mundo pues aunque ella no estuviera consciente de que poseía el poder y recuerdos de una diosa yo me había entregado buscándole pero al parecer sus planes eran otros, ladeaba mi rostro a un costado, no había más que decirle, ni si quiera me preocupaba por la presencia de Pereza que nuevamente nos reunía casi como hermanas.
Un corto suspiro escapaba de mis labios pues al parecer la ahora soberana de Egipto no había terminado de responder y tal como lo esperaba de ella, su lealtad a Hades seguía firme, aquella lealtad que incluso definió nuestro lazo posiblemente rompiéndolo en esta era. No iba a comentar nada a sus palabras pues ella había decidido que camino elegir y yo no tenía ninguna intención de intervenir. De entre las sombras salía aquella pequeña criatura que encontraba en los bosques, reclinándome acariciaba su cabeza dejando que la mujer se encargará de todos nosotros no sin antes mencionar algunas palabras a este.
Stern deberás quedarte a lado de Alizé, yo iré con ustedes en cuanto termine con esto.
Sabía que al estar junto a Phantasos estaría a salvo. Me reincorporaba sin que la reina se diera cuenta de la orden de mi nueva mascota pero extrañada la miraba cuando pidió que me quedara después de que ella misma había ordenado que me retirara.
Aguardaba en silencio, no esperaba que me perdonara ni mucho menos que me reprendiera por mis palabras, debía entender que ya no podía disponer de nosotras como lo hacía antes. Su actitud cambiante me hizo recordar el momento en que la encontré por primera vez en la posada, algo que no deseaba pues el incidente en Roma me conllevo a encerrarme cada vez más en mi propio mundo pues aunque ella no estuviera consciente de que poseía el poder y recuerdos de una diosa yo me había entregado buscándole pero al parecer sus planes eran otros, ladeaba mi rostro a un costado, no había más que decirle, ni si quiera me preocupaba por la presencia de Pereza que nuevamente nos reunía casi como hermanas.
Un corto suspiro escapaba de mis labios pues al parecer la ahora soberana de Egipto no había terminado de responder y tal como lo esperaba de ella, su lealtad a Hades seguía firme, aquella lealtad que incluso definió nuestro lazo posiblemente rompiéndolo en esta era. No iba a comentar nada a sus palabras pues ella había decidido que camino elegir y yo no tenía ninguna intención de intervenir. De entre las sombras salía aquella pequeña criatura que encontraba en los bosques, reclinándome acariciaba su cabeza dejando que la mujer se encargará de todos nosotros no sin antes mencionar algunas palabras a este.
Stern deberás quedarte a lado de Alizé, yo iré con ustedes en cuanto termine con esto.
Sabía que al estar junto a Phantasos estaría a salvo. Me reincorporaba sin que la reina se diera cuenta de la orden de mi nueva mascota pero extrañada la miraba cuando pidió que me quedara después de que ella misma había ordenado que me retirara.
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Tal parecía que la pelirroja que tenía en frente Alessa, era la mismísima diosa de la primavera Kore, quien cuando era robada por su amante el gran Hades se hacia pasar con el nombre de Persephone, surcando una sonrisa y escuchando las pequeñas palabras que emitía aquella débil diosa, la mujer con gran despotismo contesto ignorado la presencia de Orgullo, Ira y aquel ser asexual que a un lado de la señorita Diosa tenia:
-¿A si, le da gusto verme? ¿Es bueno que me presente aquí? Así que tu eres la famosa deidad de la primavera… mmm si eres como me lo imagine hermosa pero incrédula y débil… Kore (posando su mirada con gran seriedad hacia le frente) yo nunca me moví por el aroma de los girasoles y mucho menos ante tus servicio como pecado, siempre que reencarnaba tu ya estabas sellada y me tocaba servir al señor Hades… ¿valiosa? ¿Y por que? ¿A dónde? (cuestionaba Alessa sin miedo alguno pues con tan solo oler el aroma de aquella mujer, reducía que era demasiado débil ante ella y que la pereza no seguía ni seguiría a mierdas endebles como lo era la pelirroja deidad) Sabes… yo desperté al orgullo y me comento sobre reunirnos con nuestra señora Persephone, pero sinceramente tu no lo eres, hasta donde irradia tu espíritu y llega a mi cuerpo me dice que eres simplemente Kore… ajajajaja yo no te sigo ni te seguiré, mi lealtad esta con los espectros, naci como estrella del infierno, como pecado siempre me he movido y no me postrare ante ti, ni seré tu dama de primavera, por que es eso bajar asquerosamente de nivel de pela y yo Alessa, la estrella infernal de la pereza, no puedo deshonrar estas espadas, mi escudo, mi armadura, mies hermosas y poderosas hermanas y hermanos y mucho menso al señor Hades… así que mujercita débil vete metiendo en la cabeza que la pereza escupe tu nombre y no tiene miedo, por que meramente eres Kore y eso es sinónimo de mediocridad y debilidad, te respeto por tengo claro que eres una diosa menor pero no mi señora…
Suspirando la mujer acallaba sus palabras pues ahora Ira hablaba, siempre tan petulante y llena de orgullo, demostrando y derrochando su ego por todo aquel cuarto, las palabras de Ira eran frías pero certeras, para Alessa era gracioso el como aquella dama del pecado ahora estrella del infierno, rechazaba a Kore de una manera sutil, después una seria de interrogaciones se hacían escuchar dirigidos para la pereza, al o que tan solo contesto:
-¿Qué? ¿Esas mierdas de soldados son los que te protegen querida hermana?, sinceramente son porquería, cada vez que querían alzar su mano ante mi, se congelaba… upsss lo siento no era mi intención, igual tampoco no fue mi intención recargarme en cada figurilla de cristal y tirarla… jejeje (alzando levemente su cosmos) yo nunca pediré permiso para presentarme, ¿Qué mierda crees que soy yo? Aun así me disculpó por mi tan nefasta educación de mundana servidumbre, Disculpa por interrumpir tú decline ante la Diosa de la primavera señorita Ira…
Se cruzo de breaos y tan solo de reojo veía a orgullo, mientras que Ira hacia lo suyo para hablar con al princesa que alguna vez se le sirvió y protegió con gran devoción y respeto, después Ira se posaba cerca de Orgullo y Alessa, hablando de la creencia antela fidelidad para con Hades, a lo que Alessa solo contesto bajando el rostro y dando una reverencia, signo de que ella también esta de acuerdo con Ira. Después la mujer quien cargaba con la esencia de aquel pecado tan más nefasto para el hombre, se dirigió un tanto grosero, a lo que Alessa con ironía surco una sonrisa y dijo:
-Gracias fina dama por ofrecerme tu elogiado baño y el sugerirme que lavé mis impurezas que se asemejan a las pestes de un animal, que delicada mujer que se preocupa de la pulcritud de otra, con gusto tomare el cuarto y me bañare cientos de veces si es necesario, para ser digna ante tu olfato…
Dio media vuelta ofendida por lo dicho, mas no hizo mas, después la Ira sugería el salir de sus aposentos, con exención de Orgullo a lo que girando la perilla Alessa abrió la puerta y señalo a Kore que saliera primero, con signo de respetó bajando su postura y haciendo una reverencia:
-Usted primero señorita Kore y su acompañante…
-¿A si, le da gusto verme? ¿Es bueno que me presente aquí? Así que tu eres la famosa deidad de la primavera… mmm si eres como me lo imagine hermosa pero incrédula y débil… Kore (posando su mirada con gran seriedad hacia le frente) yo nunca me moví por el aroma de los girasoles y mucho menos ante tus servicio como pecado, siempre que reencarnaba tu ya estabas sellada y me tocaba servir al señor Hades… ¿valiosa? ¿Y por que? ¿A dónde? (cuestionaba Alessa sin miedo alguno pues con tan solo oler el aroma de aquella mujer, reducía que era demasiado débil ante ella y que la pereza no seguía ni seguiría a mierdas endebles como lo era la pelirroja deidad) Sabes… yo desperté al orgullo y me comento sobre reunirnos con nuestra señora Persephone, pero sinceramente tu no lo eres, hasta donde irradia tu espíritu y llega a mi cuerpo me dice que eres simplemente Kore… ajajajaja yo no te sigo ni te seguiré, mi lealtad esta con los espectros, naci como estrella del infierno, como pecado siempre me he movido y no me postrare ante ti, ni seré tu dama de primavera, por que es eso bajar asquerosamente de nivel de pela y yo Alessa, la estrella infernal de la pereza, no puedo deshonrar estas espadas, mi escudo, mi armadura, mies hermosas y poderosas hermanas y hermanos y mucho menso al señor Hades… así que mujercita débil vete metiendo en la cabeza que la pereza escupe tu nombre y no tiene miedo, por que meramente eres Kore y eso es sinónimo de mediocridad y debilidad, te respeto por tengo claro que eres una diosa menor pero no mi señora…
Suspirando la mujer acallaba sus palabras pues ahora Ira hablaba, siempre tan petulante y llena de orgullo, demostrando y derrochando su ego por todo aquel cuarto, las palabras de Ira eran frías pero certeras, para Alessa era gracioso el como aquella dama del pecado ahora estrella del infierno, rechazaba a Kore de una manera sutil, después una seria de interrogaciones se hacían escuchar dirigidos para la pereza, al o que tan solo contesto:
-¿Qué? ¿Esas mierdas de soldados son los que te protegen querida hermana?, sinceramente son porquería, cada vez que querían alzar su mano ante mi, se congelaba… upsss lo siento no era mi intención, igual tampoco no fue mi intención recargarme en cada figurilla de cristal y tirarla… jejeje (alzando levemente su cosmos) yo nunca pediré permiso para presentarme, ¿Qué mierda crees que soy yo? Aun así me disculpó por mi tan nefasta educación de mundana servidumbre, Disculpa por interrumpir tú decline ante la Diosa de la primavera señorita Ira…
Se cruzo de breaos y tan solo de reojo veía a orgullo, mientras que Ira hacia lo suyo para hablar con al princesa que alguna vez se le sirvió y protegió con gran devoción y respeto, después Ira se posaba cerca de Orgullo y Alessa, hablando de la creencia antela fidelidad para con Hades, a lo que Alessa solo contesto bajando el rostro y dando una reverencia, signo de que ella también esta de acuerdo con Ira. Después la mujer quien cargaba con la esencia de aquel pecado tan más nefasto para el hombre, se dirigió un tanto grosero, a lo que Alessa con ironía surco una sonrisa y dijo:
-Gracias fina dama por ofrecerme tu elogiado baño y el sugerirme que lavé mis impurezas que se asemejan a las pestes de un animal, que delicada mujer que se preocupa de la pulcritud de otra, con gusto tomare el cuarto y me bañare cientos de veces si es necesario, para ser digna ante tu olfato…
Dio media vuelta ofendida por lo dicho, mas no hizo mas, después la Ira sugería el salir de sus aposentos, con exención de Orgullo a lo que girando la perilla Alessa abrió la puerta y señalo a Kore que saliera primero, con signo de respetó bajando su postura y haciendo una reverencia:
-Usted primero señorita Kore y su acompañante…
Última edición por Alessa el Lun Feb 14, 2011 10:03 pm, editado 1 vez
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
La dama ya habia escuchado sus respectivas respuesta de Ira y Orgullo, ninguna de las dos pensaba acompañarla, es mas, ya no le eran fiel a ella. Ya no le tratabn como su señora, como algunas vez lo hicieron, sin embargo no las culpaba, puesto que Hades tenia que ver ahi, el se las habia robado practicamente, cosa que lleno de un proundo pesar y otro sentimiento en su corazon, aquel que una vez le tuvo qu ejurar fidelidad y lealtad, ademas de amor, le habia pagado con su muerte,la destruccion de su templo y ahora esto. Eso sin contar que habia sellado una aprte de su poder, rebajandola practicamente a una diosa de menor rango.
Debia hacer algo pronto pues lo que menos queria era seguir siendo una diosa de ese rango, ademas, aquellas palabras de Selene y Astrid habian llegado a un sentido aun mas relevante para ella.
Orgullo le habia dicho que solo seria fiel a ella misma hasta que Hades despertara, y algo que habia temido, fue ratificado por esta, el espiritu de lirios era casi nulo, predominando mas el de orgullo sobre su alma, es asi que ahora debia volver a resurguir, pues en su estado, aun no podria volver a su meta propuesta.
Por otro lado Ira habia rechazado la rosa que le iba a poner en su cabellera y eso asi pensar que rechazaba su propuesta y a ella misma, no sin mencionar que como orgullo, su espiritu desaparecia, pero algo que dijo, hizo que la diosa se desconcertara, pues ella sabia de lo que habia hecho hades en su cuerpo, aun recordaba aquello.
Ahora, otra cosa pasaba, puesto que ya ninguna de las dosa le era fiel, ira habia afirmado serle fiel a Hades, a su amado Hades, ella aun no sabia quien en este mundo era su reencarnacion, pero algo que si podia presentir que si lo veia, todo iba a cambiar, pues apesar de todo aun un poco de ese sentimiento que le profeso, quedaba en ella, o almenos eso pensaba creer.
Sin embargo algo que le llamo la atencion, fue que menciono que Thanatos le habia dado indicaciones de Hades, pero sabia que aquel dios, era un farsante practicamente, pues solo manejaban cosas a su comveniencia a nombre de Hades, eso en ese momento lo creia.
Ademas mencionaba Ira que ella si le era fiel a sus compañeras, pero que si estorbaban en su amino, seria otra cosa, esto no le extraño nada, pues esperaba una respuesta similar.
Ahora, tambien Pereza le respondia, una sarta de cosas que mas bien parecian reproche, sin encambio tal vez estaban fundamentadas, pues algo era cierto, ella era Kore, no persefone, pero eso habia sido gracias a Hades, pero le iba a demostrar a los demas que volveria a ser la señora persefone....
Otra cosa mas, ella le habia pedido quedarse en una habitacion cerca del jardin, por lo que le sorprendio un poco, pues pensaba que despues de esto no dejaria que la volviera a ver o tener contacto cercano, sin embargo eso le agradaba, aclarando que solo le era fiel a ella y a Hades. Al aparecer se ya le habia quedado bastante claro, opr loq ue al fin le respondio.
- Esta bien Ira, lo comprendo, pues no vine a pedirles fidelidad ni nada de eso a todas, pues no era mi intencion, ademas, se que ahora estan al servicio de Hades, lo he notado desde que desperte, sin embargo, solo piensen las cosas bien, por que no todo el tiempo permanecere en este estado, Hades no fue tan inteligente como para sellarme bien.
Ahora bien, ustedes pueden hacer su fidelidad como les venga mejor, por que como ya dije, no busco la fidelidad de estedes, ya no me sirven a mi sino a Hades, pero tenia la remota esperanza de que recordar un poco los viejos tiempo.
Orgullo, ya me diste a entender que no m seras fiel ni nada, pero lo se, y aun asi no esperaba eso, como ya se lo dije a Ira....
Pereza, es cierto jamas te conoci hasta ahora, y se que le eres fiel a Hades y estuviste siempre junto a el...pero eso si jamas, digas cosas que aun no sabes con certeza querida ( la miro fijamente a los ojos, irradiando un poco de furia, como se atrevia a decir tales barbaridades a alguien como ella ) ademas....pronto tendras que callar un poco ese lexico que tienes.....y se que pronto tus palabras que dijiste sobre mi las tendras que callar.......
Ademas tienes razon Ira, ahora solo el unico lazo que nos une es el amor por Hades, pues apesar de todo algo de aquel sentimiento queda en mi....... Sin embargo, al ver que eres la soberana de Egipto te agradezco tu invitacion de la cena, con gusto la acompañaremos... con permiso, Ira...-
lo ultimo dicho por la dama fue con un tono distinto, miro a ambas, tomo de la mano a Alize, y salio de ahi no sin antes mirar a Pereza, con cierto renconr en ella, al ver como esta le abria e porton para salir de ahi.
Debia hacer algo pronto pues lo que menos queria era seguir siendo una diosa de ese rango, ademas, aquellas palabras de Selene y Astrid habian llegado a un sentido aun mas relevante para ella.
Orgullo le habia dicho que solo seria fiel a ella misma hasta que Hades despertara, y algo que habia temido, fue ratificado por esta, el espiritu de lirios era casi nulo, predominando mas el de orgullo sobre su alma, es asi que ahora debia volver a resurguir, pues en su estado, aun no podria volver a su meta propuesta.
Por otro lado Ira habia rechazado la rosa que le iba a poner en su cabellera y eso asi pensar que rechazaba su propuesta y a ella misma, no sin mencionar que como orgullo, su espiritu desaparecia, pero algo que dijo, hizo que la diosa se desconcertara, pues ella sabia de lo que habia hecho hades en su cuerpo, aun recordaba aquello.
Ahora, otra cosa pasaba, puesto que ya ninguna de las dosa le era fiel, ira habia afirmado serle fiel a Hades, a su amado Hades, ella aun no sabia quien en este mundo era su reencarnacion, pero algo que si podia presentir que si lo veia, todo iba a cambiar, pues apesar de todo aun un poco de ese sentimiento que le profeso, quedaba en ella, o almenos eso pensaba creer.
Sin embargo algo que le llamo la atencion, fue que menciono que Thanatos le habia dado indicaciones de Hades, pero sabia que aquel dios, era un farsante practicamente, pues solo manejaban cosas a su comveniencia a nombre de Hades, eso en ese momento lo creia.
Ademas mencionaba Ira que ella si le era fiel a sus compañeras, pero que si estorbaban en su amino, seria otra cosa, esto no le extraño nada, pues esperaba una respuesta similar.
Ahora, tambien Pereza le respondia, una sarta de cosas que mas bien parecian reproche, sin encambio tal vez estaban fundamentadas, pues algo era cierto, ella era Kore, no persefone, pero eso habia sido gracias a Hades, pero le iba a demostrar a los demas que volveria a ser la señora persefone....
Otra cosa mas, ella le habia pedido quedarse en una habitacion cerca del jardin, por lo que le sorprendio un poco, pues pensaba que despues de esto no dejaria que la volviera a ver o tener contacto cercano, sin embargo eso le agradaba, aclarando que solo le era fiel a ella y a Hades. Al aparecer se ya le habia quedado bastante claro, opr loq ue al fin le respondio.
- Esta bien Ira, lo comprendo, pues no vine a pedirles fidelidad ni nada de eso a todas, pues no era mi intencion, ademas, se que ahora estan al servicio de Hades, lo he notado desde que desperte, sin embargo, solo piensen las cosas bien, por que no todo el tiempo permanecere en este estado, Hades no fue tan inteligente como para sellarme bien.
Ahora bien, ustedes pueden hacer su fidelidad como les venga mejor, por que como ya dije, no busco la fidelidad de estedes, ya no me sirven a mi sino a Hades, pero tenia la remota esperanza de que recordar un poco los viejos tiempo.
Orgullo, ya me diste a entender que no m seras fiel ni nada, pero lo se, y aun asi no esperaba eso, como ya se lo dije a Ira....
Pereza, es cierto jamas te conoci hasta ahora, y se que le eres fiel a Hades y estuviste siempre junto a el...pero eso si jamas, digas cosas que aun no sabes con certeza querida ( la miro fijamente a los ojos, irradiando un poco de furia, como se atrevia a decir tales barbaridades a alguien como ella ) ademas....pronto tendras que callar un poco ese lexico que tienes.....y se que pronto tus palabras que dijiste sobre mi las tendras que callar.......
Ademas tienes razon Ira, ahora solo el unico lazo que nos une es el amor por Hades, pues apesar de todo algo de aquel sentimiento queda en mi....... Sin embargo, al ver que eres la soberana de Egipto te agradezco tu invitacion de la cena, con gusto la acompañaremos... con permiso, Ira...-
lo ultimo dicho por la dama fue con un tono distinto, miro a ambas, tomo de la mano a Alize, y salio de ahi no sin antes mirar a Pereza, con cierto renconr en ella, al ver como esta le abria e porton para salir de ahi.
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Alessa no pudo evitar surcar una sonrisa un tanto burlona al recordar las palabras que Kore le había dirigido después de que la pereza se había portado de una manera poco educada y ortodoxa, mas no dijo nada tan solo de reojo veía como aquella de cabellos rojos y su acompañante de rostro asexual salían rápidamente de los aposentos de la Ira encarnada, suspirando y comenzando a caminar hacia el frente mientras jalaba la puerta con ella, ladeo el rostro y fijo su mirada al palco para tan solo decir:
-Orgullo e Ira, os dejo para que vosotras hablen a gusto, tomare el cuarto que con gran educación la señorita emperatriz de Egipto me ha donado, espero mi llamado para la cena, con su permiso mis hermosas mujeres, la Pereza se retira.
Acto seguido cerraba la puerta y hacia de frente fijaba su mirada recortada, aumentando levemente su cosmos, dijo tras ver las espaldas de la que alguna vez sirvió con honor:
-Kore, yo acepto que en la forma como te trate anteriormente no fue la mas idónea para la ocasión… te sientes lo mas seguro humillada y un tanto traicionadas de aquella que alguna vez fueron tus damas… mas sin embargo yo no retiro nada de lo dicho, bórrate la idea estúpida de que declinare con mis ideales y callare… y tan solo te refutare algo, tras a ver escuchar cuando tu me hablabas un tanto ofendida y llena de rencor… te equivocas Kore… para ser Diosa… yo no estoy con los ideales de Hades ni mucho menos para otros dioses, no me rijo por su palabra y fe, pero el ha sido generoso a lo largo de las eras y como agradecimiento le doy mi respeto… que te quede claro señorita que no le soy fiel a ningún dios, pero puedo llegar a ser respetuosa y ser generosa con el ser divino que se ha portado atento conmigo. Sabe donde me hospedaré, espero puede usted ir cuando guste y hablar con mas civilización, con su permiso diosa…la Pereza se retira… aunque me gusta mas que me llamen con mi nombre mortal : Alessa, con su permiso.
Dicho eso la pereza reencarnada giro hacia el costado izquierdo y con ello se retiro de los aposentos de su hermana la Ira reencarnada, para así llegar a los que a ella le correspondieran y así poderse asearse.
-Orgullo e Ira, os dejo para que vosotras hablen a gusto, tomare el cuarto que con gran educación la señorita emperatriz de Egipto me ha donado, espero mi llamado para la cena, con su permiso mis hermosas mujeres, la Pereza se retira.
Acto seguido cerraba la puerta y hacia de frente fijaba su mirada recortada, aumentando levemente su cosmos, dijo tras ver las espaldas de la que alguna vez sirvió con honor:
-Kore, yo acepto que en la forma como te trate anteriormente no fue la mas idónea para la ocasión… te sientes lo mas seguro humillada y un tanto traicionadas de aquella que alguna vez fueron tus damas… mas sin embargo yo no retiro nada de lo dicho, bórrate la idea estúpida de que declinare con mis ideales y callare… y tan solo te refutare algo, tras a ver escuchar cuando tu me hablabas un tanto ofendida y llena de rencor… te equivocas Kore… para ser Diosa… yo no estoy con los ideales de Hades ni mucho menos para otros dioses, no me rijo por su palabra y fe, pero el ha sido generoso a lo largo de las eras y como agradecimiento le doy mi respeto… que te quede claro señorita que no le soy fiel a ningún dios, pero puedo llegar a ser respetuosa y ser generosa con el ser divino que se ha portado atento conmigo. Sabe donde me hospedaré, espero puede usted ir cuando guste y hablar con mas civilización, con su permiso diosa…la Pereza se retira… aunque me gusta mas que me llamen con mi nombre mortal : Alessa, con su permiso.
Dicho eso la pereza reencarnada giro hacia el costado izquierdo y con ello se retiro de los aposentos de su hermana la Ira reencarnada, para así llegar a los que a ella le correspondieran y así poderse asearse.
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
El joven de cabellera rosada simplemente había permanecido con la boca cerrada, tal como debía hacerlo para no hacer enfurecer a una figura de autoridad como aparentaba ser Selene. En ningún momento pensó siquiera en separase un poco de Kore, pues sólo junto a la Diosa se sentía seguro. No se debía a que fuera un cobarde, era porque sabía lo que le convenía. Aún no estaba despierto por completo, detalle que lo ponía en desventaja. Si las damas lo hubiesen querido habrían podido pulverizar su cuerpo mortal. No comprendía mucho de lo que había acontecido, dado a que él no conocía el pasado de las damas y Kore y tampoco estaba demasiado informado sobre el tema, y de estarlo todavía no poseía los recuerdos.
Phantasos era algo muy fugaz, que sólo revelaba partes de él en ciertos momentos, confundiendo al chico casi todo el tiempo. Todavía era difícil procesarlo, pero tenía fe en que pronto abriría completamente los ojos para poder ver las cosas desde un punto de vista diferente, con los recuerdos de vidas pasadas y su linaje divino recuperados por completo. Con un movimiento suave se apartó de la Diosa después de ser sacado de la habitación por la misma al tomarlo de la mano, y se dirigió a las habitaciones que habían sido ofrecidas por la reina Selene para que pudieran pasar ahí su estadía.
Sólo quería recostarse y olvidarse un poco del asunto. El problema principal era que él estaba varado ahí hasta que recuperara sus poderes de Dios, hasta ese entonces sólo era un chiquillo más. Vio a la pequeña criatura que siempre acompañaba a Astrid dirigirse hacia él, por órdenes de la mujer. Al chico no le importaba que el pequeño ser le hiciera compañía, mientras no lo molestara estaría bien.
Alize- Cantidad de envíos : 83
Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Selene ingresó a su habitación desde el balcón. No sabía que había decidido hacer Astrid en el exterior, tal vez quería mirar las estrellas un poco mas de tiempo, o seguir soñando con las lejanas tierras de donde venía ella.
Por otra parte, se sentía el cosmo de Alessa por el castillo junto a alguien más, tal vez era Hang... le tenía sin cuidado que estuvieran haciendo mientras no la molestaran a ella. Todos se estaban dando al parecer una rebienvenida, un "hola de nuevo" despues de tanto tiempo ausentes del mundo de los humanos.
Selene se miró las manos. ¿Estaba realmente ahí? No le interesaba, no quería saber quien era ni si quiera que hacía ahí. ¿Era Egipcia o era un Espectro? ¿Era Isis reencarnada o era simplemente la sirvienta de Hades? Sintió que pisaban su propio orgullo al entender que ella era una reina sirvienta de algo mayor, de los dioses... pero tragó ese dolor amargo y siguió mirando hacia adelante mientras se sentaba en su cama.
No se sentía con animo de desvestirse. La verdad su animo estaba decaido, aunque nunca lo hubiese admitido. Tal vez la cercanía con Astrid la habían puesto más vulnerable, algo que le desagrado por completo, sin poder imaginar que una mujer como esa la hiciera sentirse tan pequeña, como si le faltara el aire a su alrededor.
- Maldita sea... - Murmuró. Cerró los ojos, apretandolos con fuerza, intentando calmar ese dolor en su pecho. ¿Le dolía ya estar lejos de ella? ¿Que mierda le estaba pasando? Ella no era así, no era asi de debil y patetica... ella era una reina, no una niña estupida. ¿Acaso era la ira que estaba intentando salirse de control...? - Maldita seas Astrid...¿Por que tuviste que volver a mi vida niña estúpida?
Se tomó la frente y respiró intentando calmarse, pero sentía que su cosmo subía con rapidez quemandole los musculos, incluso lastimandole la piel... había algo dentro de ella que quería salir, quería liberarse... la ira y su propia alma no se estaban acoplando tan bien como al principio. ¿Acaso Astrid había hecho alguna diferencia en ello con su apestoso olor a Lirios?
Apretó su puño y con fuerza dio un manotazo contra todos los objetos de su velador, los cuales salieron volando rompiendose en el piso. Escuchó el sonido de todo quebrarse, incluso los espejos que adornaban el cuarto. Respiró profundamente de nuevo y se recostó sobre su cama, intentando poner su mente en blanco, no pensar en Astrid, no pensar en Wyvern... no pensar en nada, solo en luchar cuando saliera el sol.
Por otra parte, se sentía el cosmo de Alessa por el castillo junto a alguien más, tal vez era Hang... le tenía sin cuidado que estuvieran haciendo mientras no la molestaran a ella. Todos se estaban dando al parecer una rebienvenida, un "hola de nuevo" despues de tanto tiempo ausentes del mundo de los humanos.
Selene se miró las manos. ¿Estaba realmente ahí? No le interesaba, no quería saber quien era ni si quiera que hacía ahí. ¿Era Egipcia o era un Espectro? ¿Era Isis reencarnada o era simplemente la sirvienta de Hades? Sintió que pisaban su propio orgullo al entender que ella era una reina sirvienta de algo mayor, de los dioses... pero tragó ese dolor amargo y siguió mirando hacia adelante mientras se sentaba en su cama.
No se sentía con animo de desvestirse. La verdad su animo estaba decaido, aunque nunca lo hubiese admitido. Tal vez la cercanía con Astrid la habían puesto más vulnerable, algo que le desagrado por completo, sin poder imaginar que una mujer como esa la hiciera sentirse tan pequeña, como si le faltara el aire a su alrededor.
- Maldita sea... - Murmuró. Cerró los ojos, apretandolos con fuerza, intentando calmar ese dolor en su pecho. ¿Le dolía ya estar lejos de ella? ¿Que mierda le estaba pasando? Ella no era así, no era asi de debil y patetica... ella era una reina, no una niña estupida. ¿Acaso era la ira que estaba intentando salirse de control...? - Maldita seas Astrid...¿Por que tuviste que volver a mi vida niña estúpida?
Se tomó la frente y respiró intentando calmarse, pero sentía que su cosmo subía con rapidez quemandole los musculos, incluso lastimandole la piel... había algo dentro de ella que quería salir, quería liberarse... la ira y su propia alma no se estaban acoplando tan bien como al principio. ¿Acaso Astrid había hecho alguna diferencia en ello con su apestoso olor a Lirios?
Apretó su puño y con fuerza dio un manotazo contra todos los objetos de su velador, los cuales salieron volando rompiendose en el piso. Escuchó el sonido de todo quebrarse, incluso los espejos que adornaban el cuarto. Respiró profundamente de nuevo y se recostó sobre su cama, intentando poner su mente en blanco, no pensar en Astrid, no pensar en Wyvern... no pensar en nada, solo en luchar cuando saliera el sol.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
El sol estaba pegando en el rostro delicado de Selene, lo sintió de inmediato pues lo odiaba. Odiaba con toda su alma el sol, la luz, ese calor asqueroso que la hacía sudar a medio día y la obligaba a sumergirse en agua de inmediato hasta que se escondieran los rayos que tanto la incomodaban.
Se tapó el rostro con una almohada, intentando despertar de a poco, pero no podía. Había soñado nuevamente con ese hombre... ese señor entre los hombres... Wyvern. Nunca lo había visto en esa era y ya lo detestaba. ¿Por qué no podía parar de pensar en él? ¿Por que su rostro aparecía en su mente cada vez que bajaba la guarda?
- Wyvern... te detesto... - Murmuró melancólica mientras intentaba olvidarlo, desaparecer su existencia por completo de su mente, esfumar el pensamiento que alguna vez, hacia muchisimos años... lo había preferido sobre cualquier otro.
Se sentó sobre la cama con la mirada ida aun con su cuerpo semi cubierto por el algodón egipcio. Parecía seda contra su piel, suave como ninguna otra tela. Suspiró con amargura, su piel necesitaba algo que la cubriera y no era precisamente tela...
Miró a su alrededor, estaba sola. Sus sirvientas aun no habían ingresado a amargar su día como de costumbre, lo cual era en parte bueno pues podría desaparecer sin la necesidad de dar explicaciones en cuanto a ello. Abrió de par en par las puertas de su closet y atras de todos los vestidos de hilo, habían dos prendas un tanto gastadas, ropa de hombres, ropa de esclavos... ropa que no era digna de cubrirla. Un pantaloncillo corto de algodon y una polera polvorienta y con algunos agujeros. Se las puso de prisa antes de que alguien pudiera verla. Cuando se vestía de esa forma, y por su cabello corto, parecía un simple muchacho, flacuchento, pobre.
Se escabulló con rapidez al balcón y saltó de este, como una sombra en medio del día, cubierta sólo por su capa, ocultando su rostro de la luz del sol como siempre.
Se tapó el rostro con una almohada, intentando despertar de a poco, pero no podía. Había soñado nuevamente con ese hombre... ese señor entre los hombres... Wyvern. Nunca lo había visto en esa era y ya lo detestaba. ¿Por qué no podía parar de pensar en él? ¿Por que su rostro aparecía en su mente cada vez que bajaba la guarda?
- Wyvern... te detesto... - Murmuró melancólica mientras intentaba olvidarlo, desaparecer su existencia por completo de su mente, esfumar el pensamiento que alguna vez, hacia muchisimos años... lo había preferido sobre cualquier otro.
Se sentó sobre la cama con la mirada ida aun con su cuerpo semi cubierto por el algodón egipcio. Parecía seda contra su piel, suave como ninguna otra tela. Suspiró con amargura, su piel necesitaba algo que la cubriera y no era precisamente tela...
Miró a su alrededor, estaba sola. Sus sirvientas aun no habían ingresado a amargar su día como de costumbre, lo cual era en parte bueno pues podría desaparecer sin la necesidad de dar explicaciones en cuanto a ello. Abrió de par en par las puertas de su closet y atras de todos los vestidos de hilo, habían dos prendas un tanto gastadas, ropa de hombres, ropa de esclavos... ropa que no era digna de cubrirla. Un pantaloncillo corto de algodon y una polera polvorienta y con algunos agujeros. Se las puso de prisa antes de que alguien pudiera verla. Cuando se vestía de esa forma, y por su cabello corto, parecía un simple muchacho, flacuchento, pobre.
Se escabulló con rapidez al balcón y saltó de este, como una sombra en medio del día, cubierta sólo por su capa, ocultando su rostro de la luz del sol como siempre.
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Re: [Alejandría] Habitación de Selene
Despues de un largo y merecido baño en el cual se sacó todas las impurezas de sus días en el inframundo y su arduo entrenamiento, Selene se sentó sobre una silla real y dejó que todas las criadas la secaran. Eran alrededor de 5 pero Selenen o las miraba ni ponía si quiera atención en la forma minuciosa en que sus esclavas se encargaban de asearla y hacerla parecer nuevamente como la Reina Egipcia.
Limaron sus uñas y arreglaron aquellas que con el tiempo se habían quebrado, peinaron su corto cabello derramando suspiros al notar la forma abrupta en que se lo había cortado y fueron tan lejos como para seguir cortando, hasta que Selene parecía un muchacho con un suave pelaje sobre el casco cabelludo. Era mejor de esa forma, el calor Egipcio, la tierra, el polvo, el sudor y los piojos eran algo que deseaba evitar como de lugar en un lugar así. Le agotaba tener que estar sentada observando todo a la distancia, mientras que sus sirvientas masajeaban su cuerpo con aceites sagrados con olor a anis y canela. Cuando estuvo lista, desnuda, una mujer comenzó a dibujar extraños simbolos con tinta negra y dorada alrededor de su espalda, de sus brazos y sus manos. Eran emblemas de buena fortuna y una tradición que los de su linaje venían conservando por un buen tiempo ya. Esperó hasta que la pintura se secara cuando llegó el turno de sus ojos, que fueron finamente delineados con negro haciendo que sus ojos violetas se vieran como esferas de cristal.
La peluca fue lo que vino. Había usado pelucas toda su vida, era la tradición, pero esos dias en que habia disfrutado estar sin ellas la habían hecho darse cuenta lo incómodas que eran. ¿Qué mas daba? Una melena de pelo negro y liso le llegaba hasta más allá de los hombros, bordaba finamente en trenzas en algunas partes y otras libre. Sus embleamos reales la cubrieron mientras una fina capa de algodon blanco cubría su desnudes. Las mujeres ataron todo con cintas doradas y hermosas incrustadas con lapizlazuli.
En 2 horas, Selene volvió a ser la misma joven que había sido, al menos por fuera. Su viaje le había dado la opción de madurar y poder prepararse para su conquista personal. Podía ser un espectro de Hades, pero seguía siendo la reina Egipcia sedienta de gloria y batalla de siempre.
La unica diferencia, ahora, era que sabía que su vientra moriría plano, pues nunca daría a luz a un hijo. No había hombre en el mundo capaz de subyugarla, conquistarla y hacer que le bajara la cabeza en señal de sumisión. No había un hombre que hubiese podido comprender su corazon ni sus deseos, por lo cual, no seguiría esperando a que éste llegara.
Se puso de pie, seguida de las sirvientas, lista para escuchar las piticiones del día.
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