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A las afueras de Cambre.
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Rain
Defteros
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A las afueras de Cambre.
Accediendo a los intereses de Rain, Defteros la conducía por los lujosos pasillos de la villa. Estaba de más explicarle o mostrarle todas las comodidades de la casa. Para él esas atribulaciones y lujos le eran superfluos, era en si la comunión con la naturaleza la que siempre había apreciado más que todo.
Era como si su alma se sintiera libre al deambular por las inmediaciones de todos los lugares. Su espíritu le reclamaba transitar los caminos, las plantaciones, aquellos lugares alejados de lujos y riquezas. Era por esa misma razón que parte de su vida la pasaba lejos de la villa, se aislaba fortaleciendo su visión de aventuras y el deseo ávido de conocimiento.
- Por lo que veo, el senador Mauritius ha regresado de nuevo a la villa.
Comentó hacia su distinguida acompañante en espera de que ella pudiera advertirle el deseo de interactuar con alguien de más peso en Roma. Quizá ella encontraría mas ventajoso estrechar relaciones con un romano de su gran envergadura.
De momento no encontró razón alguna para que ella fraternizara con su hermano. El hecho de que le hubiese pedido conocer la villa era indicativo preciso de que por ahora su mente estaba interesada en ello. Y por un lado oportuno, su hermano quizá necesitaba un tiempo a solas, un lugar para reafirmar sus ideas.
Defteros lo había notado un tanto frustrado en la cena, quizá a noticias nada agradables o el peso que se cernía sobre sus hombros como un senador de peso le estaba sobrepasando. Clarificó su mente mientras acompasaba sus pasos al distinguido y galante andar de ella...
Era como si su alma se sintiera libre al deambular por las inmediaciones de todos los lugares. Su espíritu le reclamaba transitar los caminos, las plantaciones, aquellos lugares alejados de lujos y riquezas. Era por esa misma razón que parte de su vida la pasaba lejos de la villa, se aislaba fortaleciendo su visión de aventuras y el deseo ávido de conocimiento.
- Por lo que veo, el senador Mauritius ha regresado de nuevo a la villa.
Comentó hacia su distinguida acompañante en espera de que ella pudiera advertirle el deseo de interactuar con alguien de más peso en Roma. Quizá ella encontraría mas ventajoso estrechar relaciones con un romano de su gran envergadura.
De momento no encontró razón alguna para que ella fraternizara con su hermano. El hecho de que le hubiese pedido conocer la villa era indicativo preciso de que por ahora su mente estaba interesada en ello. Y por un lado oportuno, su hermano quizá necesitaba un tiempo a solas, un lugar para reafirmar sus ideas.
Defteros lo había notado un tanto frustrado en la cena, quizá a noticias nada agradables o el peso que se cernía sobre sus hombros como un senador de peso le estaba sobrepasando. Clarificó su mente mientras acompasaba sus pasos al distinguido y galante andar de ella...
Defteros- Caballeros Dorados
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Re: A las afueras de Cambre.
Despues de haberle dado mi respuesta al señor Defteros este me pidio que lo siguiera cosa que hice con bastante tranquilidad debido a que por alguna razon me sentia tranquila estando a su lado asi que lo segui a paso lento estando un poco atras de el viendo alrededor con ojo critico maravillandome un poco mas con la arquitectura de los romanos cosa que fue la primer razon por la cual queria viajar alli, porque queria conocer las costumbres y bellas artes de ese sitio sintiendome bastante satisfecha con lo que veia. En ese momento mientras ibamos caminando escuche bastante tranquilos el señor Defteros menciono que su hermano el senador Mauritius habia regresado al lugar cosa que la verdad en esos momentos no me interesaba mucho ya que lo unico que deseaba era conocer mejor ese sitio para no tener problemas luego mas justo en ese momento vi que este caminaba un poco mas lento para ponerse a mi lado cosa a lo cual lo vi extrañada fijandome en su mirada con cuidado intentando el leer aquella oscura pero hermosa mirada que tenia el señor Defteros, dandome cuenta que habia algo de preocupacion en esta ademas de algo de afliccion a lo cual me puse frente a el para poder detener su paso y que asi quedaramos frente a frente nuevamente. Tome aire poniendo mis manos en mi espalda viendolo con cierta comprension.
- Aunque el señor Mauritius regreso es a usted con quien quiero conocer este sitio porque usted fue lo suficientemente amable con esta simple extranjera en ofrecerle el mostrarle este majestuoso lugar...puedo fijarme que tiene cierta preocupacion en su mirada quisiera hablar de ello?... -fijandose un poco en su actitud haciendo una reverencia- perdon fui descortes al inmiscuirme en asuntos que no me interesan me disculpo con usted...
- Aunque el señor Mauritius regreso es a usted con quien quiero conocer este sitio porque usted fue lo suficientemente amable con esta simple extranjera en ofrecerle el mostrarle este majestuoso lugar...puedo fijarme que tiene cierta preocupacion en su mirada quisiera hablar de ello?... -fijandose un poco en su actitud haciendo una reverencia- perdon fui descortes al inmiscuirme en asuntos que no me interesan me disculpo con usted...
Rain- Status :
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Re: A las afueras de Cambre.
Hubo un pequeño lapso en el que las palabras quedaron silenciadas, sólo los pasos que hacían resonar suavemente la grava del terreno se alzaba por encima del ligero canto de los grillos y el ulular de una ave solitaria y nocturna que anunciaban la caída de la noche. Por alguna razón ajena a su entendimiento, Defteros encontraba la compañía de aquella mujer demasiado cómoda, como si tuviera alguna conexión entrañable. Era sumamente extraño, que una chica como ella, apartada de su mundo tuviera alguna especie de resonancia con su alma.
Él intentaba descifrar un poco aquel enigma, tenía la extraña manía de vincular las cosas encontrando la razón de los sucesos extraños. Perdido en sus reflexiones no reparó que sus pasos se hicieron más lentos y fue aquel cambio de ritmo tan notorio que Rain se le adelantó unos pasos. Ella se le plantó de frente provocando que Defteros despertará de su letargo.
- ¿Tan evidente soy?
Le preguntó mostrando una tenue sonrisa. Rain le había sorprendido con esa acción, pero para nada le molestó. Se detuvo a escasos pasos de ella, le miraba a los ojos, unos que seguramente habrían acaparado el corazón de cualquier hombre. Ella era tan expresiva en su mirada pero al mismo tiempo lucía fría y solitaria, quizá por algún infortunio en su alma. Rain era sumamente perspicaz por lo que tratar de solventar una respuesta diligente y evasiva no le habría servido de algo.
- Sólo me invadió la sensación de que te conozco, como si en alguna vida pasada nuestros caminos se hubieran cruzado. Es raro siendo que tú provienes de una tierra lejana a la cual no he tenido el gusto de visitar. Pero aún así tu compañía se me hace familiar. No me hagas caso, puede que el trabajo en la villa me esté influyendo un poco.
Esperaba que ella no se mofara de su respuesta, si bien ella era más inteligente que él tal vez encontraría sus palabras algún indicio de locura.
- Aunque por lo mismo y a lo mejor te resultará extraño pero puedes hablar libremente ante mi persona. Considerame una especie de compañero...
Él no hubiese comprendido la magnitud de aquellas frases, pero el tiempo le revelaría que no estaba tan alejado de la verdad. Pero ahora quizá se aventuraba a pedirle algo imposible para ella. Su educado comportamiento obedecía sin duda al título que portaba en su país. Una persona como ella sin duda habría recibido una educación de lo más estricta para poder comportarse debidamente ante una reina y si ella era la sacerdotisa real tal vez el que hablara con naturalidad le era prohibido.
- Bueno señorita Rain, si hay algo que le gustaría preguntar durante el trayecto sientase segura de expresarlo. Espero que igual pueda formularle algunas interrogantes sobre el estilo de vida de su país. Pero por ahora ¿le parece bien que reanudemos la marcha...?
Él intentaba descifrar un poco aquel enigma, tenía la extraña manía de vincular las cosas encontrando la razón de los sucesos extraños. Perdido en sus reflexiones no reparó que sus pasos se hicieron más lentos y fue aquel cambio de ritmo tan notorio que Rain se le adelantó unos pasos. Ella se le plantó de frente provocando que Defteros despertará de su letargo.
- ¿Tan evidente soy?
Le preguntó mostrando una tenue sonrisa. Rain le había sorprendido con esa acción, pero para nada le molestó. Se detuvo a escasos pasos de ella, le miraba a los ojos, unos que seguramente habrían acaparado el corazón de cualquier hombre. Ella era tan expresiva en su mirada pero al mismo tiempo lucía fría y solitaria, quizá por algún infortunio en su alma. Rain era sumamente perspicaz por lo que tratar de solventar una respuesta diligente y evasiva no le habría servido de algo.
- Sólo me invadió la sensación de que te conozco, como si en alguna vida pasada nuestros caminos se hubieran cruzado. Es raro siendo que tú provienes de una tierra lejana a la cual no he tenido el gusto de visitar. Pero aún así tu compañía se me hace familiar. No me hagas caso, puede que el trabajo en la villa me esté influyendo un poco.
Esperaba que ella no se mofara de su respuesta, si bien ella era más inteligente que él tal vez encontraría sus palabras algún indicio de locura.
- Aunque por lo mismo y a lo mejor te resultará extraño pero puedes hablar libremente ante mi persona. Considerame una especie de compañero...
Él no hubiese comprendido la magnitud de aquellas frases, pero el tiempo le revelaría que no estaba tan alejado de la verdad. Pero ahora quizá se aventuraba a pedirle algo imposible para ella. Su educado comportamiento obedecía sin duda al título que portaba en su país. Una persona como ella sin duda habría recibido una educación de lo más estricta para poder comportarse debidamente ante una reina y si ella era la sacerdotisa real tal vez el que hablara con naturalidad le era prohibido.
- Bueno señorita Rain, si hay algo que le gustaría preguntar durante el trayecto sientase segura de expresarlo. Espero que igual pueda formularle algunas interrogantes sobre el estilo de vida de su país. Pero por ahora ¿le parece bien que reanudemos la marcha...?
Defteros- Caballeros Dorados
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Re: A las afueras de Cambre.
Apenas termine de hablar cuando vi que el señor Defteros se detenia para responderme cosa a lo cual decidi guardar silencio para poder escuchar todo lo que tenia que decir. Me sorprendi un poco con su respuesta ya que no me esperaba que dijera eso, yo tambien me sentia comoda estando con el y del mismo modo pensaba que ambos nos habiamos conocido antes pero tal cual como dijo era imposible puesto que ambos habiamos nacido en lugares distintos y jamas nos habiamos visto en nuestras vidas hasta ahora que fue por un cambio diplomatico pero mas nada. Su peticion me dejo algo desconcertada ya que me pedia que fuera yo misma y lo tratara como alguien conocido cosa que no podia hacer por cuestion de cortesia y modales, ademas me matarian si hablara libremente cuando se supone que estoy en una mision de paz. Despues de todo desde que era una esclava se me enseño a ser servicial y a hacer las tareas que se me mandaran ademas de eso tuve que aprender a leer y a escribir ademas de aprender otros idiomas cuando se vio que tenia muchas mas capacidades que cualquier esclavo, me obligaron a aprender de todo para que fuera la perfecta sacerdotiza de Egipto y mi presencia no causara problemas en algun momento. Apenas termine de pensar eso cuando el señor Defteros me dijo algo mas a lo cual solo lo mire un momento antes de contestar.
- La verdad es que yo tambien siento algo parecido, como si nos hubieramos conocido de antes...en cuanto a su peticion pues me gustaria hablar libremente alguna vez pero se me a prohibido desde que era una simple esclava puesto que hablar significaba castigo perpetuo por esa razon en cierto modo aprendi a temer a hablar como quiero...pero si lo hace sentir comodo intentare el hacerlo señor Defteros...y si podemos reanudar la marcha señor Defteros -viendolo con tranquilidad mientras volvia a ponerse a su lado caminando a paso lento-
- La verdad es que yo tambien siento algo parecido, como si nos hubieramos conocido de antes...en cuanto a su peticion pues me gustaria hablar libremente alguna vez pero se me a prohibido desde que era una simple esclava puesto que hablar significaba castigo perpetuo por esa razon en cierto modo aprendi a temer a hablar como quiero...pero si lo hace sentir comodo intentare el hacerlo señor Defteros...y si podemos reanudar la marcha señor Defteros -viendolo con tranquilidad mientras volvia a ponerse a su lado caminando a paso lento-
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Re: A las afueras de Cambre.
La misma sumisión que Defteros había visto en Alejandra ahora la presenciaba por parte de Rain. Él no conocía la vida en esclavitud, había tenido un acercamiento más estrecho con sus trabajadores pero nunca había llevado una vida como la de ellos. Que siendo privados de su albedrío padecían la vejaciones y abusos en su precario estilo de vida. Pensar en aquel trato y la forma en que ellos siempre vencían sus obstáculos no hizo más que sentir un profundo respeto por todos ellos. Ahora se sentía minimizado en cierta forma, él había llevado una vida demasiado cómoda y era cierto que tenía a muchos esclavos a su servicio, pedirles tal acto de confianza era absurdo.
Le sostuvo la mirada mientras asentía con un sobrado respeto por la respuesta cortés de Rain. En unos segundos ambos reanudaban su pequeño trayecto en un silencio de mutuo acuerdo. La noche se cernía sobre ellos pero los rayos de la luna proyectaban una luminosidad suficiente para contemplar en esos momentos las localidades de Cambre. Recorrían un pequeño sendero que estaba vadeado por columnas de mármol artísticamente tallados. Sobre la superficie de roca se podía distinguir el escudo de armas de la familia, aquel que siempre era reconocido por la nobleza romana.
Pequeñas enredaderas subían por aquellas columnas que mantenían una distancia equidistante de tres metros entre ellas. Algunas flores brotaban de los delgados tallos ofreciendo una ornamentación bella. Aquel sitio era un jardín reluciente que a los rayos argentados parecían dormitar. Distintas clases de flores tapizaban el césped a los costados, pero fue una especie de flores en particular que llamaron rápidamente la atención de Defteros.
Las rosas que mantenían sus pétalos cerrados por la noche ahora abrían sus capullos resplandeciendo en toda su magnitud conforme los dos se iban trasladando. Le resultaba extraño ese comportamiento de la flora, algo que nunca hubiese presenciado. Sus pasos se detuvieron para mirar con más detalle el botón de una rosa blanca. Sus pliegues reflejaban pálidamente los rayos lunares. Las puntas de los dedos de Defteros recorrían con cuidado sus bordes. Giró su rostro notando como aquellas rosas que habían dejado atrás ahora volvían a replegar sus aterciopelados pétalos.
- Nunca había visto este tipo de reacción en las flores. He recorrido este mismo camino en muchas ocasiones y siempre mostraban el mismo patrón nocturno que las caracteriza. Pero ahora despiertan, pareciera que quieren mostrar toda su belleza por alguien en particular.
Hizo una pausa, tratando de razonar. ¿Habría sido esa chica la que habría influido en el comportamiento de las rosas? Meneó la cabeza, él había olvidado que era el anfitrión de Rain y que ponerse a razonar sobre las cosas no serviría en lo absoluto para mantener una estancia agradable para la invitada personal de su hermano mayor.
- Tal vez al notar su presencia señorita Rain... las rosas han querido igualar su belleza...
Pronunció irrespetuosamente quizá, pero lo hacía para romper el hielo en le que habían caído y sobre todo tratar de que ella no estuviera tan preocupada de su estatus en la villa, al menos no con él. Se levantó carraspeando por su último comentario sopesando que quizá le había faltado al respeto. No habría contemplado que los egipcios pudiesen tener otro trato, su comportamiento con ella podría haber resultado negativo.
- Pero dejaré de aburrirla con mis cosas, como guía no he resultado la mejor opción de la villa. Esta zona señorita Rain pertenecía a mi madre. Ella gustaba de cultivar una gran variedad de flores, le gustaba hacerlo ella misma, las rosas blancas siempre eran sus favoritas. Para mi siempre mostraban la pureza de su alma.
Con un movimiento sereno se levantaba para volver junto a Rain.
- Aunque usted no ha venido desde tan lejos para mirar el jardín de la familia. Sigamos señorita Rain, aún hay muchas cosas en la villa que pueden parecerle interesantes.
Le sostuvo la mirada mientras asentía con un sobrado respeto por la respuesta cortés de Rain. En unos segundos ambos reanudaban su pequeño trayecto en un silencio de mutuo acuerdo. La noche se cernía sobre ellos pero los rayos de la luna proyectaban una luminosidad suficiente para contemplar en esos momentos las localidades de Cambre. Recorrían un pequeño sendero que estaba vadeado por columnas de mármol artísticamente tallados. Sobre la superficie de roca se podía distinguir el escudo de armas de la familia, aquel que siempre era reconocido por la nobleza romana.
Pequeñas enredaderas subían por aquellas columnas que mantenían una distancia equidistante de tres metros entre ellas. Algunas flores brotaban de los delgados tallos ofreciendo una ornamentación bella. Aquel sitio era un jardín reluciente que a los rayos argentados parecían dormitar. Distintas clases de flores tapizaban el césped a los costados, pero fue una especie de flores en particular que llamaron rápidamente la atención de Defteros.
Las rosas que mantenían sus pétalos cerrados por la noche ahora abrían sus capullos resplandeciendo en toda su magnitud conforme los dos se iban trasladando. Le resultaba extraño ese comportamiento de la flora, algo que nunca hubiese presenciado. Sus pasos se detuvieron para mirar con más detalle el botón de una rosa blanca. Sus pliegues reflejaban pálidamente los rayos lunares. Las puntas de los dedos de Defteros recorrían con cuidado sus bordes. Giró su rostro notando como aquellas rosas que habían dejado atrás ahora volvían a replegar sus aterciopelados pétalos.
- Nunca había visto este tipo de reacción en las flores. He recorrido este mismo camino en muchas ocasiones y siempre mostraban el mismo patrón nocturno que las caracteriza. Pero ahora despiertan, pareciera que quieren mostrar toda su belleza por alguien en particular.
Hizo una pausa, tratando de razonar. ¿Habría sido esa chica la que habría influido en el comportamiento de las rosas? Meneó la cabeza, él había olvidado que era el anfitrión de Rain y que ponerse a razonar sobre las cosas no serviría en lo absoluto para mantener una estancia agradable para la invitada personal de su hermano mayor.
- Tal vez al notar su presencia señorita Rain... las rosas han querido igualar su belleza...
Pronunció irrespetuosamente quizá, pero lo hacía para romper el hielo en le que habían caído y sobre todo tratar de que ella no estuviera tan preocupada de su estatus en la villa, al menos no con él. Se levantó carraspeando por su último comentario sopesando que quizá le había faltado al respeto. No habría contemplado que los egipcios pudiesen tener otro trato, su comportamiento con ella podría haber resultado negativo.
- Pero dejaré de aburrirla con mis cosas, como guía no he resultado la mejor opción de la villa. Esta zona señorita Rain pertenecía a mi madre. Ella gustaba de cultivar una gran variedad de flores, le gustaba hacerlo ella misma, las rosas blancas siempre eran sus favoritas. Para mi siempre mostraban la pureza de su alma.
Con un movimiento sereno se levantaba para volver junto a Rain.
- Aunque usted no ha venido desde tan lejos para mirar el jardín de la familia. Sigamos señorita Rain, aún hay muchas cosas en la villa que pueden parecerle interesantes.
Defteros- Caballeros Dorados
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Re: A las afueras de Cambre.
Volvimos a caminar apenas di mi respuesta llegando a un hermoso jardin o al menos yo pensaba que asi era, el cual estaba lleno de diferentes especies de plantas fijandome en unas en especifico las cuales eran ¿Rosas?...era algo raro puesto que la unica rosa que conocia era una azul que poseia y que habia encontrado cerca del Nilo mas jamas pense ver otro tipo de rosas fijandome que estas eran blancas pero habian tambien de otros colores mas, viendo que habian unas rojas, rosadas, amarillas y hasta de color anaranjado palido sonriendo al ver tantas flores ya que me encantaban mucho. En eso escuche un comentario del señor Defteros cayendo en cuenta que las flores se abrian apenas pasabamos cerca de ellas mas apenas alejarse volvian a cerrarse para ocultar su belleza, me sentia rara viendo aquello mas al escuchar el otro comentario del señor Defteros todos los colores se me subieron a la cara haciendome ver como si fuera un tomate maduro de lo roja que estaba,¿acaso estaba diciendo que yo era bella? movi la cabeza hacia los lados para que se pasara un poco el color rojo de mi rostro al momento que lo escuchaba hablar prestando atencion a todo lo que decia del lugar sonriendole un poco al oirle hablar de su madre puesto que por sus palabras podia saber que le profesaba un gran amor fraternal hacia ella.
- La verdad yo pienso que su madre hubiera querido que me mostrara este sitio y a mi tambien ya que adoro mucho las plantas, en especial las flores asi que no es ninguna perdida de tiempo el estar aqui señor Defteros...pero si quiere continuar mostrandome el lugar podemos seguir -sonriendole mientras caminaba un poco mas adelante de el-
Off: perdon si me tarde andaba sin ideas por el termino de examenes x.x
- La verdad yo pienso que su madre hubiera querido que me mostrara este sitio y a mi tambien ya que adoro mucho las plantas, en especial las flores asi que no es ninguna perdida de tiempo el estar aqui señor Defteros...pero si quiere continuar mostrandome el lugar podemos seguir -sonriendole mientras caminaba un poco mas adelante de el-
Off: perdon si me tarde andaba sin ideas por el termino de examenes x.x
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Re: A las afueras de Cambre.
En aquellos momentos la estancia de Rain parecía alegre, alejada de las tensiones o los problemas de su mente. Ahora, caminaba con la soltura de una dama, radiante y cautivadoramente juvenil por el sendero de los jardines de Cambre. Mostraba ante todo una libertad poco a poco aventurándose a apresurar sus pasos pero no por un sentimiento de prisa, era la acción de mostrarse segura en las cercanías con Defteros como guía, que a pesar de su reticencia por ahondar lazos con los demás, por ahora encontraba aquel encuentro tan natural, exento de trivialidades y protocolos por afinar.
En un principio se había comprometido a atender a la invitada de Mauritius para las buenas relaciones diplomáticas no sólo de su apellido si no de toda Roma. Pero conforme pasaba el tiempo, las explicaciones y reacciones de una mujer como Rain le esfumaron aquellos objetivos, ahora lucía como un paseo entre dos entrañables amigos, con la confianza de que podían ser tan libres como ellos lo quisieran ser. Defteros la seguía de cerca pareciendo ahora mas tranquilo y dando la impresión de que era él el que estaba siendo guiado por Rain.
- Me alegra pensar que disfrutes este sitio. Mi madre lo cultivaba con mucho cariño y esmero, sus ojos resplandecían de ilusión cuando cuidaba de las rosas, ella habría gustado de conocerla y seguramente le habrías parecido encantadora.
Aumentó el ritmo de sus pasos y en unos segundos se puso a la par de ella. Caminaron un poco más hasta que llegaron a una intersección. El sendero en si se prolongaba más allá pero a ambos lados habían otros caminos más.
- Al lado izquierdo de donde nos encontramos, se encuentran los hogares de los trabajadores de la Villa. Son personas muy leales y de una gran entereza espiritual. De niño solía escabullirme para convivir con ellos. Cómo sabrá, en la mayoría de las civilizaciones no esta muy bien visto que las personas con algún estatus elevado interactué con sus propios trabajadores.
Defteros señaló hacia la distancia, apenas unas casas podían avistarse en la lejanía pero era suficiente como para notar que unas luces permanecían encendidas. Parecía una pequeña aldea dentro de las inmediaciones de la Villa.
- Nosotros tomaremos el otro camino, no pretendo agotarla con caminatas tan largas. Iremos primeramente a las caballerizas para hacernos de un par de corceles y poder así completar el recorrido sin que nos lleve toda la noche el hacerlo. Espero sepa montar a caballo o de lo contrario deberá cabalgar conmigo.
Le sonrió un poco, comenzando a recorrer aquel nuevo camino de donde una edificación comenzaba a ser revelada entre las cercanías.
- No se preocupe, sólo bromeaba un poco para que se sienta más en confianza, no haría nada que pudiera comprometerla. Pero si no sabe montar bien nos la podemos arreglar al preparar un coche aunque eso si, deberé ser yo el que asuma la función de cochero mientras la llevo a otros sitios de esta villa aunque también podríamos a aventurarnos y recorrer la ciudad, a estas horas tiene un extraño encanto que cuando se visita por las mañanas.
No era desconocido entre la población de Roma que el residente menor de Cambre gustaba de recorrer la ciudad en altas horas de la noche, era parte de su conducta, pero por ahora se mantendría atento a los intereses que Rain pudiera tener para esos instantes. Cualquier cosa en la que estuviera interesada Defteros estaría gustoso de conceder.
En un principio se había comprometido a atender a la invitada de Mauritius para las buenas relaciones diplomáticas no sólo de su apellido si no de toda Roma. Pero conforme pasaba el tiempo, las explicaciones y reacciones de una mujer como Rain le esfumaron aquellos objetivos, ahora lucía como un paseo entre dos entrañables amigos, con la confianza de que podían ser tan libres como ellos lo quisieran ser. Defteros la seguía de cerca pareciendo ahora mas tranquilo y dando la impresión de que era él el que estaba siendo guiado por Rain.
- Me alegra pensar que disfrutes este sitio. Mi madre lo cultivaba con mucho cariño y esmero, sus ojos resplandecían de ilusión cuando cuidaba de las rosas, ella habría gustado de conocerla y seguramente le habrías parecido encantadora.
Aumentó el ritmo de sus pasos y en unos segundos se puso a la par de ella. Caminaron un poco más hasta que llegaron a una intersección. El sendero en si se prolongaba más allá pero a ambos lados habían otros caminos más.
- Al lado izquierdo de donde nos encontramos, se encuentran los hogares de los trabajadores de la Villa. Son personas muy leales y de una gran entereza espiritual. De niño solía escabullirme para convivir con ellos. Cómo sabrá, en la mayoría de las civilizaciones no esta muy bien visto que las personas con algún estatus elevado interactué con sus propios trabajadores.
Defteros señaló hacia la distancia, apenas unas casas podían avistarse en la lejanía pero era suficiente como para notar que unas luces permanecían encendidas. Parecía una pequeña aldea dentro de las inmediaciones de la Villa.
- Nosotros tomaremos el otro camino, no pretendo agotarla con caminatas tan largas. Iremos primeramente a las caballerizas para hacernos de un par de corceles y poder así completar el recorrido sin que nos lleve toda la noche el hacerlo. Espero sepa montar a caballo o de lo contrario deberá cabalgar conmigo.
Le sonrió un poco, comenzando a recorrer aquel nuevo camino de donde una edificación comenzaba a ser revelada entre las cercanías.
- No se preocupe, sólo bromeaba un poco para que se sienta más en confianza, no haría nada que pudiera comprometerla. Pero si no sabe montar bien nos la podemos arreglar al preparar un coche aunque eso si, deberé ser yo el que asuma la función de cochero mientras la llevo a otros sitios de esta villa aunque también podríamos a aventurarnos y recorrer la ciudad, a estas horas tiene un extraño encanto que cuando se visita por las mañanas.
No era desconocido entre la población de Roma que el residente menor de Cambre gustaba de recorrer la ciudad en altas horas de la noche, era parte de su conducta, pero por ahora se mantendría atento a los intereses que Rain pudiera tener para esos instantes. Cualquier cosa en la que estuviera interesada Defteros estaría gustoso de conceder.
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Re: A las afueras de Cambre.
Mientras caminaba frente al señor Defteros escuche sus comentarios con atencion sonriendo al escuchar lo que decia acerca de su madre ya que eso solo me confirmaba que la queria mucho. Llegamos a una interseccion a lo cual el señor Defteros me explico que de uno de los lados se encontraban los aposentos de los sirvientes de la villa cosa que me interesaba ya que en Egipto no existian casas para los esclavos sino que simplemente nos mandaban a dormir al aire libre con apenas algo de comida y una pequeña fogata que se encendia para que pudieramos apaciguar el frio del desierto. Lo escuche decir que tendriamos que ir a las caballerizas por unos caballos sintiendo mis mejillas arder por el rubor rojo que las habia rodeado cuando dijo que tendria que cavalgar con el sino sabia hacerlo cosa que enrealidad no era necesaria. Segui escuchandolo hablar sintiendo algo de curiosidad cuando dijo lo de recorrer la ciudad cosa que no habia hecho bien debido a que la ultima vez fue para buscar a esa esclava la cual ahora ya no me importaba para nada y solo esperaba que no volviera a aparecerse frente a mi o de lo contrario no sabria que haria al respecto ya que me sentiria demasiado furiosa con ella. Puse gesto pensativo ya que las dos ideas eran bastante tentadoras pero debia decidir una en especifico, disponiendome a decirle lo que queria.
- La verdad creo que ir a la ciudad estaria bien...no conozco bien este lugar pero tambien me encantaria conocer otros lugares ademas tambien me interesa saber como sera de noche -sonriendole con suavidad luego de terminar de hablar-
- La verdad creo que ir a la ciudad estaria bien...no conozco bien este lugar pero tambien me encantaria conocer otros lugares ademas tambien me interesa saber como sera de noche -sonriendole con suavidad luego de terminar de hablar-
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Re: A las afueras de Cambre.
Pasados unos minutos, la inusual pareja llegaba por fin al sitio destinado para el descanso de los equinos. Nobles animales que se utilizaban para las distintas labores de la villa, eran bien apreciados por todos, igual de algunos magníficos ejemplares se lograba comerciar con la crianza de los mismos. En ciertas ocasiones se habían empleado para la justa de cuadrigas cuando el padre de Defteros vivía. Algo que a él en ocasiones no le gustaba, le dejaba un agrio sabor el observar como aquellos bellos caballos eran expuestos a los peligros de una carrera.
Sobre las pequeñas portezuelas asomaban las cabezas de algunos caballos. Postes circundando por el recinto servía para sujetar las riendas y más allá cerca de la salida secundaria quedaban ubicadas las sillas.
- Primero habrá que buscarte el más noble de los caballos que disponemos, creo que tengo la opción adecuada.
Le expresó con toda la afabilidad que ella le transmitía, verla tan accesible a sus proposiciones le tranquilizaba demasiado. No era una incomodidad permanecer con Rain siendo que Defteros normalmente se aislaba de casi todo el mundo. La mirada de ella, a pesar de ser indiferente mantenía una cierta calidez, podía denotarse por el brillo que emitían. La dejó en la entrada mientras él pasaba por los distintos emplazamientos, mirando, buscando y cerciorándose que todo estuviera en calma.
Una sonrisa se dibujó en sus labios al encontrar a un equino con una estampa elegante digna de los más altos nobles de Roma. Su linaje correspondía a los más antiguos caballos árabes, ejemplares hermosos y bastante dóciles.
- Calma, calma... esta noche serás el encargado de pasear a una bella invitada.
Expresaba al tiempo que pasaba con cuidado su palma por el cuello del equino, y con un pulso sereno tomaba las riendas con cautela tirando levemente de él. Los cascos resonaron rompiendo aquella ligera calma y con paso acompasado regresaba a la posición de Rain.
- Ahora si señorita Rain, podremos continuar con el recorrido. Este amigo el cual por cierto se llama Argento tendrá la misión de llevarla a través de la villa y más allá de ella.
Defteros ensillaba el caballo, hacía mucho que no fraternizaba con alguien, incluso con sus hermanos y la llegada de una invitada a la villa habría sido sin duda una visita muy oportuna.
Sobre las pequeñas portezuelas asomaban las cabezas de algunos caballos. Postes circundando por el recinto servía para sujetar las riendas y más allá cerca de la salida secundaria quedaban ubicadas las sillas.
- Primero habrá que buscarte el más noble de los caballos que disponemos, creo que tengo la opción adecuada.
Le expresó con toda la afabilidad que ella le transmitía, verla tan accesible a sus proposiciones le tranquilizaba demasiado. No era una incomodidad permanecer con Rain siendo que Defteros normalmente se aislaba de casi todo el mundo. La mirada de ella, a pesar de ser indiferente mantenía una cierta calidez, podía denotarse por el brillo que emitían. La dejó en la entrada mientras él pasaba por los distintos emplazamientos, mirando, buscando y cerciorándose que todo estuviera en calma.
Una sonrisa se dibujó en sus labios al encontrar a un equino con una estampa elegante digna de los más altos nobles de Roma. Su linaje correspondía a los más antiguos caballos árabes, ejemplares hermosos y bastante dóciles.
- Calma, calma... esta noche serás el encargado de pasear a una bella invitada.
Expresaba al tiempo que pasaba con cuidado su palma por el cuello del equino, y con un pulso sereno tomaba las riendas con cautela tirando levemente de él. Los cascos resonaron rompiendo aquella ligera calma y con paso acompasado regresaba a la posición de Rain.
- Ahora si señorita Rain, podremos continuar con el recorrido. Este amigo el cual por cierto se llama Argento tendrá la misión de llevarla a través de la villa y más allá de ella.
Defteros ensillaba el caballo, hacía mucho que no fraternizaba con alguien, incluso con sus hermanos y la llegada de una invitada a la villa habría sido sin duda una visita muy oportuna.
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Re: A las afueras de Cambre.
Al pasar unos minutos en los cuales no dijimos absolutamente nada ambos llegamos a las caballerizas las cuales estaban llenas de caballos lo cual se podia saber por el ruido que hacian algunos viendo como el señor Defteros me hacia una señal para esperarlo suponiendo que iria por alguno de los caballos a lo cual asenti viendo como se adentraba en las caballerizas dejandome parada frente a la entrada alo cual me puse a pensar un poco. No entendia porque me sentia tan a gusto estando junto con el señor Defteros es mas me sentia mas comoda que cuando estaba con mi señora Selene a la cual obviamente respetaba y amaba de una manera fraternal, pero nunca me sentia comoda a su lado debido a que podia sentir su aura y esta parecia algo turbia y siempre intentando el hacer que todos obedecieran sus ordenes hablandoles directamente y sin importarle si los lastima de cualquier modo posible. Mientras que el señor Defteros aun cuando era algo reservado en ciertos aspectos su aura era extrañamente calida y me hacia sentir tranquila obviamente sabia que el debia comportarse a la altura por su posicion en esa villa pero aun asi me trataba con bastante simpleza haciendome sentir a gusto puesto que me permitia hablar y comportarme como realmente era. En ese momento deje mis pensamientos puesto que el señor Defteros habia llegado con un caballo muy bonito.
- Por supuesto...ademas puedo ver que lo han cuidado muy bien puesto que se le ve muy feliz estando con usted señor Defteros -sonriendole ampliamente al tiempo que se acercaba para acariciar la cabeza del caballo quien acepta la caricia aun sin haberla conocido-
- Por supuesto...ademas puedo ver que lo han cuidado muy bien puesto que se le ve muy feliz estando con usted señor Defteros -sonriendole ampliamente al tiempo que se acercaba para acariciar la cabeza del caballo quien acepta la caricia aun sin haberla conocido-
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Re: A las afueras de Cambre.
Lydia hizo su aparición en los caminos de la villa de Cambre, estaba pensando en ver a Mauritius porque le quería bastante, estaba bastante encantada con el y no podía permanecer mucho tiempo sin verlo, estaba pensando en qué explicaciones le podría dar para no verlo como podría hacerlo cun cualquier mujer pero no se le ocurría nada; tenía serios deseos de abrazarlo y besarlo como esa vez, pero lo que más deseaba era poder hablar con el para ver si había cumplido lo que le había pedido acerca de lo de Diva.
Lentamente la diosa caminó hacia la villa y luego coquetear con esos hombres que solían estar en los alrededores de la villa preguntó por el paradero su amante y nuevo amor llamado Mauritius, estos al final le dijeron que no estaban seguros si estaba o no dentro de su villa, por lo que la diosa se vio obligada a caminar lentamente para buscarlo ahí y preguntarle a los sirvientes del lugar, porque a final de cuentas ellos sabían más sobre el paradero de sus amos.
-Esta gente es tan inútil, no puede ser posible esto- decía la diosa luego de pasar su mano por la mejilla de un hombre que parecía estar encantado con su belleza- NO hay manera, tengo que entrar no más a su villa y buscarle- Lydia suspiró y sin decir nada avanzó hasta la puerta de la villa de su amante y luego de pensar que talvez no debería ir a buscarle porque todavía no era el tiempo indicado para verle; pero luego de pensar que eso era tonto e inmaduro decidió avanzar con paso firme para ver a Mauritius.
Lentamente la diosa caminó hacia la villa y luego coquetear con esos hombres que solían estar en los alrededores de la villa preguntó por el paradero su amante y nuevo amor llamado Mauritius, estos al final le dijeron que no estaban seguros si estaba o no dentro de su villa, por lo que la diosa se vio obligada a caminar lentamente para buscarlo ahí y preguntarle a los sirvientes del lugar, porque a final de cuentas ellos sabían más sobre el paradero de sus amos.
-Esta gente es tan inútil, no puede ser posible esto- decía la diosa luego de pasar su mano por la mejilla de un hombre que parecía estar encantado con su belleza- NO hay manera, tengo que entrar no más a su villa y buscarle- Lydia suspiró y sin decir nada avanzó hasta la puerta de la villa de su amante y luego de pensar que talvez no debería ir a buscarle porque todavía no era el tiempo indicado para verle; pero luego de pensar que eso era tonto e inmaduro decidió avanzar con paso firme para ver a Mauritius.
Lydia- Dios/a
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Re: A las afueras de Cambre.
Despues de las andadas en el senado algo desperto mi curiosidad despues de que lydia me dejo solo de nueva cuenta, algo andaba pasando en ella que no dejaba acercarme por mucho tiempo mas cuando dije que estaba por casarse Richard, sabia que tenia algo entre manos con su primo, pero mientras no me fuera infiel todo estaba bien, porque si no, la dejaria marcada para siempre.
Lentamente me fui acercando a mi villa donde habia nacido mi popularidad despues de haber recibido un buen de ganancias por parte de mi padre, y la villa de Cambrie, algo estaba modificado, la asucencia de este me tenia in cuidado pero lo de mis hermanos, por una parte los veia como enemigos pero a la vez como los hermanos que nunca tuve, tenia que acercarme a ellos, si, pero todo hiba a ser a su debido tiempo.
Segui caminando mientras sentia una presencia algo acostumbrada a su debido tiempo, no habia sentido eso, pero un cosmos parecido a uno de tantos legionarios que habian estado a mi lado protegiendome despues de varios centenares de años, s ehaica presente justo en aquella villa, ¿acaso seria aquel huesped, el que deberia de ser gladiador, o uno de mis hermanos serian ahora mis custodios?, solo con el despertar de mi cosmos, haria que este sintiera el verdadero poder del dios zeus y viniera en busca de su dios, solo asi podria ser posible que yo pudiera verlo cara a cara ysaber quien podria ser.
Lentamente me fui acercando a mi villa donde habia nacido mi popularidad despues de haber recibido un buen de ganancias por parte de mi padre, y la villa de Cambrie, algo estaba modificado, la asucencia de este me tenia in cuidado pero lo de mis hermanos, por una parte los veia como enemigos pero a la vez como los hermanos que nunca tuve, tenia que acercarme a ellos, si, pero todo hiba a ser a su debido tiempo.
Segui caminando mientras sentia una presencia algo acostumbrada a su debido tiempo, no habia sentido eso, pero un cosmos parecido a uno de tantos legionarios que habian estado a mi lado protegiendome despues de varios centenares de años, s ehaica presente justo en aquella villa, ¿acaso seria aquel huesped, el que deberia de ser gladiador, o uno de mis hermanos serian ahora mis custodios?, solo con el despertar de mi cosmos, haria que este sintiera el verdadero poder del dios zeus y viniera en busca de su dios, solo asi podria ser posible que yo pudiera verlo cara a cara ysaber quien podria ser.
Mauritius- Dios/a
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Re: A las afueras de Cambre.
Lydia al fin llegó a la villa de Cambre, ya estaba anocheciendo y la luna empezaba a dibujuarse tenuemente en el cielo y los pájaros pronto habían dejado ya de cantar porque tenían que irse a dormir, todo estaba llegando a la calma y los insectos estaban empezando a hacer sus sonidos típicos ambientando el anochecer, el momento del día en el que había prometido ver a Mauritius, su amado senador.
Un cosmos dorado empezó a verse en la villa llamándola, era la primera vez que percibía una energía cósmica tan fuerte, estaba pensando que ese cosmos le recordaba a Zeus el dios de los rayos, el que la había obligado a casarse con Hefestos y de paso le exigió fidelidad a ese matrimonio nefasto; un enojo recorrió su cuerpo he hizo que se detuviera a medio camino pensando en el odio que una vez sintió hacia ese dios abusivo que la obligó a hacer algo que no deseaba.
Con una ira creciente en su ser la diosa avanzó elevando su cosmos y avanzando con rapidez hacia el ser de donde emanaba tal cosmos, pero su sorpresa fue enorme al ver a Mauritius liberando tal cantidad de energía cósmica haciendo que ella se sintiera burlada, estafada y bastante decepcionada, nunca daba pie con bola; sino se enamorada de un tarado que tenía tetosterona en el cerebro como lo fue el dios de la guerra, se enamorada de otro hombre que ni la miraba; y ahora para terminar de completar su panorama desolador se había enredado con el soberano del cielo, el dios de los rayos y truenos, el señor de los relápagos, el mismo que la obligó a casarse con el dios de la forja en contra de su voluntad. Zeus.
-No lo entiendo... Por qué tú emanas esa energía cósmica tan fuerte?- Lydia retrocedió un poco horrorizada al ver a su amante con esa aura amarilla rodeando su ser, estaba sintiendo una decepción profunda y sus ojos se inundaron de lágrimas furiosas al ver que Mauritius era el dios del olimpo y no se lo había dicho.
-No puede ser posible. Tú también te burlas de mí? Ahora qué me dirás de excusa? Te pareció divertido jugar conmigo de esa manera no? Pues bien! NO me verás nunca más en tu vida, esta mentira me la cobro bien.- Lydia elevó su cosmos y levantó las rocas de la entrada de la villa y las hizo añicos, luego de pensar que nada tenía que hacer en ese lugar la diosa del amor y la lujuria dijo en voz baja:
-Mauritius nada tengo que hacer en este lugar... No me busques más, te lo ordeno.- La diosa del amor se desvaneció pensando que ya todo estaba dicho y que podía irse a su templo ya que su amante allá no la iba a ir a buscar, le había mentido por lo que ella al fin comprendió que no era tan importante como para buscarla hasta el fin del mundo; al parecer su historia con el senador se había terminado en ese lugar, y aunque lo deseara su orgullo no le dejaba dar marcha atrás.
Lydia- Dios/a
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Re: A las afueras de Cambre.
[1er POST PARA DEFENSA]
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
Sus pies lo llevaban a las afueras de la Villa Romana de Cambre, Dahinten no se podía detener, pues había algo que lo llamaba potentemente. Esa energía que el sentía...
De pronto sintió una nueva energía y notó que tal energía o de donde procedía la misma estaba muy furiosa e iracunda, era muy fuerte, era muy parecida a la segunda energía que había sentido al principio, pero tambien muy diferente. La tercera energía cesó de pronto y tras unos segundos; Dahinten ya no la sintió. Iba caminando por los grandes pasillos de la Villa, sus armas y su medallón seguían con el y Hachi lo seguía.
Poco a poco fue saliendo, hasta que al voltear una curva, la energía se dejo ver. Envolvía al senador Mauritius, el senador parecía haber notado también algo, pues cuando Dahinten apareció por ahi; Mauritius volteó a ver. A grandes pasos, Dahinten se fue acercando. La noche se hacía presente fuera de la hospitalaria Villa, y el frío se notaba poco a poco mientras mas se alejaba de las antorchas de la villa.
Dahinten llegó con el senador Mauritius, Hachi seguía detrás de él y con las siguientes palabras se dirigió al senador:
-Senador Mauritius- mientras se inclinaba ligeramente -perdone que haya regresado tan pronto a la Villa y haya abandonado el Coliseo, pero hay algo en mí que no entiendo....Es un tipo de energía que me invade, es algo muy extraño. Desde hace un tiempo siento algo como un impulso en mi, una fuerza que al mismo tiempo es buena y mala. Hace un rato regresé a la Villa y me dijeron que usted no estaba, por lo tanto decidí esperar, y mientras lo esperaba tuve un sueño muy extraño señor...
Soñé que penetraba a un edificio de gran blancura, en el cual había un aura de misticismo muy grande. Habían muchas personas en aquel lugar, y de todas emanaba un tipo de luz, algunas me miraban extrañadas y otras me sonreían. Me dirigía hacia un tipo de trono, en el cual se encontraba un hombre que me parecía muy conocido. Detrás de el habían muchos truenos, a cada paso que daba un nuevo haz de luz iluminaba la estancia. No podía ver al hombre del trono sin taparme un poco los ojos con las manos, pues la luz que emanaba de él era muy potente y cegadora; aunque a lo lejos me pareció ver que era rubio...
Cuando desperté, noté una nueva energía, pero mucho mas fuerte que la que me invade a mí, era algo muy extraño, de pronto sentí otra energía mas, esta parecía muy enfadada. Segundos mas tarde tal energía desapareció. Mis pies me conducían a este lugar, como por arte de magia pues me pareció que yo no controlaba a donde iba...
Ahora, estando cerca de usted, senador, siento la segunda energía; solo que ahora la siento más fuerte, a pesar de que es muy intensa. Me parece que tal energía no es mía señor, quizás usted me lo pueda explicar un poco, pues aunque no molesta ni duele tal energía si la he estado notando desde ayer y me tiene con la duda....
Tambien tengo otra duda....el hombre rubio, me parecía conocido....ahora que lo pienso...se parece a usted....es usted senador, el hombre de mi sueño! ES USTED!! Dijo Dahinten sobresaltado y admirado al mismo tiempo mientras detrás de los hombros del senador notaba una luz muy intensa parecida a la que Dahinten había visto en su mismo cuerpo momentos antes.
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
Sus pies lo llevaban a las afueras de la Villa Romana de Cambre, Dahinten no se podía detener, pues había algo que lo llamaba potentemente. Esa energía que el sentía...
De pronto sintió una nueva energía y notó que tal energía o de donde procedía la misma estaba muy furiosa e iracunda, era muy fuerte, era muy parecida a la segunda energía que había sentido al principio, pero tambien muy diferente. La tercera energía cesó de pronto y tras unos segundos; Dahinten ya no la sintió. Iba caminando por los grandes pasillos de la Villa, sus armas y su medallón seguían con el y Hachi lo seguía.
Poco a poco fue saliendo, hasta que al voltear una curva, la energía se dejo ver. Envolvía al senador Mauritius, el senador parecía haber notado también algo, pues cuando Dahinten apareció por ahi; Mauritius volteó a ver. A grandes pasos, Dahinten se fue acercando. La noche se hacía presente fuera de la hospitalaria Villa, y el frío se notaba poco a poco mientras mas se alejaba de las antorchas de la villa.
Dahinten llegó con el senador Mauritius, Hachi seguía detrás de él y con las siguientes palabras se dirigió al senador:
-Senador Mauritius- mientras se inclinaba ligeramente -perdone que haya regresado tan pronto a la Villa y haya abandonado el Coliseo, pero hay algo en mí que no entiendo....Es un tipo de energía que me invade, es algo muy extraño. Desde hace un tiempo siento algo como un impulso en mi, una fuerza que al mismo tiempo es buena y mala. Hace un rato regresé a la Villa y me dijeron que usted no estaba, por lo tanto decidí esperar, y mientras lo esperaba tuve un sueño muy extraño señor...
Soñé que penetraba a un edificio de gran blancura, en el cual había un aura de misticismo muy grande. Habían muchas personas en aquel lugar, y de todas emanaba un tipo de luz, algunas me miraban extrañadas y otras me sonreían. Me dirigía hacia un tipo de trono, en el cual se encontraba un hombre que me parecía muy conocido. Detrás de el habían muchos truenos, a cada paso que daba un nuevo haz de luz iluminaba la estancia. No podía ver al hombre del trono sin taparme un poco los ojos con las manos, pues la luz que emanaba de él era muy potente y cegadora; aunque a lo lejos me pareció ver que era rubio...
Cuando desperté, noté una nueva energía, pero mucho mas fuerte que la que me invade a mí, era algo muy extraño, de pronto sentí otra energía mas, esta parecía muy enfadada. Segundos mas tarde tal energía desapareció. Mis pies me conducían a este lugar, como por arte de magia pues me pareció que yo no controlaba a donde iba...
Ahora, estando cerca de usted, senador, siento la segunda energía; solo que ahora la siento más fuerte, a pesar de que es muy intensa. Me parece que tal energía no es mía señor, quizás usted me lo pueda explicar un poco, pues aunque no molesta ni duele tal energía si la he estado notando desde ayer y me tiene con la duda....
Tambien tengo otra duda....el hombre rubio, me parecía conocido....ahora que lo pienso...se parece a usted....es usted senador, el hombre de mi sueño! ES USTED!! Dijo Dahinten sobresaltado y admirado al mismo tiempo mientras detrás de los hombros del senador notaba una luz muy intensa parecida a la que Dahinten había visto en su mismo cuerpo momentos antes.
Última edición por Dahinten el Sáb Feb 05, 2011 10:42 am, editado 2 veces
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Re: A las afueras de Cambre.
Mmm vaya asi que has tenido un hermoso sueño con sufiecientes augurio, si puede ser que tu sueño halla sido el ams bello, peor despierta esto no va a ser asi, la vida de un guerrero siempre es dificil por lo cual, la tuya no va a ser todo color de rosas, y tienes razon has tenido un sentimiento asi porque yo he despertado como zeus el gran dios, padre de varios y hermano de otros, pero ten por seguro que en este reino podras tener todo lo que quieras, asi como te lo dije, cuando era humano, siempre que seas fiel y te alzes con la victoria cotra otros, podras serme util y yo te pagare con creses, por ahora, no me da coraje de que te hallas retirado del coliseo, ya que es justo lo que esperaba porque hoy despertaras tu propio cosmos.
Dije mientras que en mi mano derecha comenzaba a formarse una pequeña esfera de luz, era sin duda mi cosmos, adaptando un rayo, este seria uno de los primero pasos a seguir para que pudiera despertar...mira bien lo que tengo en la mano, es uno de los tantos rayos que usado en mis demas combates hace muchos siglos, por lo cual tendria que decirte que mi cosmos adapta estos rayos, y hace que cumplan mi orden inmediata, esto es mi cosmo, lo que hace que una gran energia rodee toda mi mano y se convierta en mi poder, solo es poder adaptar todo el poder que reside en ti, como el legionario que eres, pdras entenderlo, pero vamos ahora, prueba este simple rayo luminoso que te envio, con tu rapidez y fuerza podras esquivarlo, y mas cuando pongas tu cosmos y vida en ello, vamos hazlo como si tu vida dependiera de ello.
Dije mientras que en mi mano derecha comenzaba a formarse una pequeña esfera de luz, era sin duda mi cosmos, adaptando un rayo, este seria uno de los primero pasos a seguir para que pudiera despertar...mira bien lo que tengo en la mano, es uno de los tantos rayos que usado en mis demas combates hace muchos siglos, por lo cual tendria que decirte que mi cosmos adapta estos rayos, y hace que cumplan mi orden inmediata, esto es mi cosmo, lo que hace que una gran energia rodee toda mi mano y se convierta en mi poder, solo es poder adaptar todo el poder que reside en ti, como el legionario que eres, pdras entenderlo, pero vamos ahora, prueba este simple rayo luminoso que te envio, con tu rapidez y fuerza podras esquivarlo, y mas cuando pongas tu cosmos y vida en ello, vamos hazlo como si tu vida dependiera de ello.
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Re: A las afueras de Cambre.
[2do. POST PARA DEFENSA]
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
El senador Mauritius, le dijo a Dahinten que su sueño había sido hermoso y muy revelador al mismo tiempo. El rubio no entendía su sueño al principio, pero poco a poco se iba dando cuenta de lo que realmente había sucedido. Todo era una revelación, el salón que había visto no podía ser otro que la morada del Dios Zeus, y ahora se daba cuenta de que el Dios Zeus era el que hasta el momento había sido su jefe...el senador Mauritius. Asímismo, Mauritius, le dijo que no estaba enojado porque Dahinten su hubiera retirado del coliseo, inclusive parecía complacido y le dijo que hoy iba a despertar su cosmos.
Así que esta energía que siento en mí, se llama cosmos... Pensó Dahinten.
El senador en ese momento expresaba que si Dahinten le seguía siendo f¡el y saliera victorioso de sus combates, el senador iba a pagarle muy bien por tales acciones. Dahinten comprendía ahora mejor lo que pasaba. Una gran fuerza invadía el cuerpo del senador, y se lllamaba cosmos, su sueño había sido una revelación de su futuro inmediato y al parecer; sus sueños de grandeza y poder se estaban cumpliendo, pues iba a ser el servidor del Dios Zeus. Sabía que Mauritius no era facil de complacer, pues exigía mucha entrega y trabajo en todo lo que realizara, por el momento tenía a Dahinten entrenando en el coliseo, lo cual demostraba que se tomaba todo muy en serio y que pensaba antes de hacer algo, seguramente la vida al servicio del gran Dios no iba a ser facil, pero al contrario de temer, Dahinten se sentía ilusionado por mejorar y servir fervorosamente al Dios Zeus y por serle útil ya sea en el coliseo o como un guardaespaldas.
De pronto, el asombro de Dahinten no conoció límites al ver que el senador extendía su mano y de ella emanaba una luz muy intensa que iba tomando la forma de un rayo, Dahinten observaba fascinado mientras el senador le explicaba que aquel rayo era una fuerza muy poderosa que el cosmos comandaba y que era una forma de cosmos al mismo tiempo, y le dijo tambien que esos rayos los había usado varias veces ya. Era una forma de adaptar el poder a la forma que uno deseara.
De pronto, una palabra del senador hizo reflexionar rapidamente al rubio...legionario. Recordó en aquel momento sus espadas y la historia de las mismas.
Un momento, fue un legionario quien le dió estas espadas a mi abuelo y que le dijo que un descendiente las iba a portar, yo soy tal descendiente y estas espadas son para un legionario, y en eso me he convertido sin darme cuenta.... Pensó.
Luego el senador le dijo que probaran con aquel rayo, que el senador se lo iba a lanzar a Dahinten y que el rubio tenía que esquivarlo, si ponía su mente y cuerpo a ello lo lograría. Dahinten acostumbrado a obedecer a su jefe y ahora Dios, se alejó unos pasos y intentó dejar de lado todo lo que le rodeaba, de concentrar su cosmos en el, dejar que invadiera cada centímentro de su cuerpo y se apoderara de sus neuronas. Concentrar su cosmos en el rayo que tenía el senador en su mano y en el cuerpo de Dahinten, intentando que ambos fueran uno y así poder esquivarlo o defenderse. Mientras tanto sin darse cuenta, del cuerpo de Dahinten emanaba una luz, la luz de su cosmos aunque no era tan grande como la del Dios Zeus encarnado en el cuerpo del senador Mauritius, pero ya estaba controlando su cosmos.
-Listo!- Gritó.
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
El senador Mauritius, le dijo a Dahinten que su sueño había sido hermoso y muy revelador al mismo tiempo. El rubio no entendía su sueño al principio, pero poco a poco se iba dando cuenta de lo que realmente había sucedido. Todo era una revelación, el salón que había visto no podía ser otro que la morada del Dios Zeus, y ahora se daba cuenta de que el Dios Zeus era el que hasta el momento había sido su jefe...el senador Mauritius. Asímismo, Mauritius, le dijo que no estaba enojado porque Dahinten su hubiera retirado del coliseo, inclusive parecía complacido y le dijo que hoy iba a despertar su cosmos.
Así que esta energía que siento en mí, se llama cosmos... Pensó Dahinten.
El senador en ese momento expresaba que si Dahinten le seguía siendo f¡el y saliera victorioso de sus combates, el senador iba a pagarle muy bien por tales acciones. Dahinten comprendía ahora mejor lo que pasaba. Una gran fuerza invadía el cuerpo del senador, y se lllamaba cosmos, su sueño había sido una revelación de su futuro inmediato y al parecer; sus sueños de grandeza y poder se estaban cumpliendo, pues iba a ser el servidor del Dios Zeus. Sabía que Mauritius no era facil de complacer, pues exigía mucha entrega y trabajo en todo lo que realizara, por el momento tenía a Dahinten entrenando en el coliseo, lo cual demostraba que se tomaba todo muy en serio y que pensaba antes de hacer algo, seguramente la vida al servicio del gran Dios no iba a ser facil, pero al contrario de temer, Dahinten se sentía ilusionado por mejorar y servir fervorosamente al Dios Zeus y por serle útil ya sea en el coliseo o como un guardaespaldas.
De pronto, el asombro de Dahinten no conoció límites al ver que el senador extendía su mano y de ella emanaba una luz muy intensa que iba tomando la forma de un rayo, Dahinten observaba fascinado mientras el senador le explicaba que aquel rayo era una fuerza muy poderosa que el cosmos comandaba y que era una forma de cosmos al mismo tiempo, y le dijo tambien que esos rayos los había usado varias veces ya. Era una forma de adaptar el poder a la forma que uno deseara.
De pronto, una palabra del senador hizo reflexionar rapidamente al rubio...legionario. Recordó en aquel momento sus espadas y la historia de las mismas.
Un momento, fue un legionario quien le dió estas espadas a mi abuelo y que le dijo que un descendiente las iba a portar, yo soy tal descendiente y estas espadas son para un legionario, y en eso me he convertido sin darme cuenta.... Pensó.
Luego el senador le dijo que probaran con aquel rayo, que el senador se lo iba a lanzar a Dahinten y que el rubio tenía que esquivarlo, si ponía su mente y cuerpo a ello lo lograría. Dahinten acostumbrado a obedecer a su jefe y ahora Dios, se alejó unos pasos y intentó dejar de lado todo lo que le rodeaba, de concentrar su cosmos en el, dejar que invadiera cada centímentro de su cuerpo y se apoderara de sus neuronas. Concentrar su cosmos en el rayo que tenía el senador en su mano y en el cuerpo de Dahinten, intentando que ambos fueran uno y así poder esquivarlo o defenderse. Mientras tanto sin darse cuenta, del cuerpo de Dahinten emanaba una luz, la luz de su cosmos aunque no era tan grande como la del Dios Zeus encarnado en el cuerpo del senador Mauritius, pero ya estaba controlando su cosmos.
-Listo!- Gritó.
Última edición por Dahinten el Sáb Feb 05, 2011 10:46 am, editado 1 vez
Dahinten- Status :
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Re: A las afueras de Cambre.
Mmm interesante historia, parece que tienes algo entremezclado con tu ser, esas armas pueden ser de un legionario, pero justo espero que lo sepas usar, porque si no seria una perdida de tiempo, por lo demas solo queda remarcar lo que has dicho, ese es tu cosmos, pero veamos que puedes hacer con ello, justo estaba esperando que estuvieses listo para lanzarte el primer ataque, primero vamos a empezar desde cero, con un ataque debil, pero despues empezare a lanzar mas rapido o mas fuerte mi poder, para que sigas creciendo mas y mas, asi que va a ver dificultad en esto no lo niego, pero como lo que eres, debes de hacerlo con todo tu poder, porque no quisiera perder un legionario, porque no me contendre, los guerreros se forman a base de esfuerzo y entrenamiento.
Dije mientras que en mi mano derecha comenzaba a envolverse una fuerza completamente desconocida para dahinten, pero claro estaba que este seria mi primera prueba, no sabia como responderia, pero esperaba que bien porque no queria que fuera tan debil, puesto que yo no lo era, y no queria que los demas creyeran que era mi reflejo, asi que fue creciendo un poco mas mi cosmoenergia, hasta que de mi mano, salio disparado un rayo, era compeltamente electrico e hiba a la misma velocidad, era cuestion de rapidez para poder esquivarlo, o usar la fuerza del cosmos para poder repelerlo, eso seria la constante en toda esta pelea de entrenamiento.
Vamos Dahinten, muestrame lo que tienes, espero que tu entrenamiento en tus tierras sirva para que puedas despertar esto, esquiva el propio poder de un dios, y podras ser digno de llamarte legionario, y ser visto con buenos ojos ante mi.
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Re: A las afueras de Cambre.
Lydia llegó una vez más a la villa de Mauritius, había comprendido tristemente que no tenía la verdad alguien más con quien compartir queno fuera su amiga LIn, pero no quería que ella estuviera hastiada de escuchar sus lamentaciones, eso no era bueno para su ángel, no quería que pensara que su destino era defender a auna diosa débil y tonta que se deja guiar por las palabras de un humano, pero no sabía bien porqué precisamente los desplantes de Solomon hacían que ella se pusiera así.
Lentamente las lágrimas de la diosa resbalaron por sus mejillas y cayeron al piso haciendo un efecto nunca antes visto ni por ella; cada vez que una lágrima caía a la tierra, un destello rosado iluminaba el lugar, cosa que podría llamar bastante la atención de Mauritius, quien tambien era Zeus y no le parecía recomendable para nada que el la viera también así.
-Eres una tonta Lydia- dijo para sí misma en voz baja- No puedes pretender buscar consuelo con el. Qué vas a decirle cuando te vea? Es Zeus! El orgulloso dios del trueno , que no ama a nadie más que así mismo, incluso tú amas a alguien más de lo que el amó alguna vez a alguna mujer.
Lydia cerró los ojos y una vez mas se concentró y se puso a pensar detenidamente en su accionar para encontrarle coherencia, pero al final no lo hizo, no encontró nada bueno, ni nada coherente que fuera con su figura de la diosa del amor y la lujuria, por lo que una vez más dijo en tono bajo:
-No puede ser ¿Qué prentendo yo acá? No puedo alejarme de el, pero en estas condiciones tampoco puedo estar cerca de él tampoco... No entiendo de qué se ha valido este ser para que yo no pueda dejar de buscarlo... Aunque sigo pensando en el...- Lydia dijo esto un poco más lento en su tono y recordó lo que dijo Solomon sintiéndose triste y tonta por haberlo querido tanto, pero las cosas no terminaban ahí porque estaba mal todo en su vida; no podía contarle a Lin como se sentía eso empañaría más su imagen de diosa, no podía contarle a Mauritius porque el al ser Zeus era tan orgulloso que no soportaría que la mujer a la que juró amor le fuera a contar que estaba triste por causa de otro hombre, eso era algo absurdo para el, seguro se enojaría tanto que la atacaría con uno de sus rayos.
-No Lydia mejor vete a llorar bajo una roca o encima de ella, aquí es donde menos tienes que estar- dijo la diosa en voz baja con las lagrimas derramándose por sus mejillas de modo que otra vez una luz rosada más fuerte salió de la misma al chocar contra la tierra y su intensidad fue tanta que esta sí llegó hacia donde estaba Mauritius, o mejor dicho Zeus, lo cual hizo pensar a Lydia que esta vez si podría llamar su atención, por lo que contemplando con tristreza la figura del senador a lo lejos dio media vuelta para caminar lentamente, aún no había dejado el lugar, pero su amante estaba entrenando a su legionario, por lo que no iba a distraerse por solo una lucecita peregrina que salió por ahí.
-Aún así... Te quiero tanto... Dios del rayo...
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=OMuwuhQjPVE&feature=related [/youtube]
Lentamente las lágrimas de la diosa resbalaron por sus mejillas y cayeron al piso haciendo un efecto nunca antes visto ni por ella; cada vez que una lágrima caía a la tierra, un destello rosado iluminaba el lugar, cosa que podría llamar bastante la atención de Mauritius, quien tambien era Zeus y no le parecía recomendable para nada que el la viera también así.
-Eres una tonta Lydia- dijo para sí misma en voz baja- No puedes pretender buscar consuelo con el. Qué vas a decirle cuando te vea? Es Zeus! El orgulloso dios del trueno , que no ama a nadie más que así mismo, incluso tú amas a alguien más de lo que el amó alguna vez a alguna mujer.
Lydia cerró los ojos y una vez mas se concentró y se puso a pensar detenidamente en su accionar para encontrarle coherencia, pero al final no lo hizo, no encontró nada bueno, ni nada coherente que fuera con su figura de la diosa del amor y la lujuria, por lo que una vez más dijo en tono bajo:
-No puede ser ¿Qué prentendo yo acá? No puedo alejarme de el, pero en estas condiciones tampoco puedo estar cerca de él tampoco... No entiendo de qué se ha valido este ser para que yo no pueda dejar de buscarlo... Aunque sigo pensando en el...- Lydia dijo esto un poco más lento en su tono y recordó lo que dijo Solomon sintiéndose triste y tonta por haberlo querido tanto, pero las cosas no terminaban ahí porque estaba mal todo en su vida; no podía contarle a Lin como se sentía eso empañaría más su imagen de diosa, no podía contarle a Mauritius porque el al ser Zeus era tan orgulloso que no soportaría que la mujer a la que juró amor le fuera a contar que estaba triste por causa de otro hombre, eso era algo absurdo para el, seguro se enojaría tanto que la atacaría con uno de sus rayos.
-No Lydia mejor vete a llorar bajo una roca o encima de ella, aquí es donde menos tienes que estar- dijo la diosa en voz baja con las lagrimas derramándose por sus mejillas de modo que otra vez una luz rosada más fuerte salió de la misma al chocar contra la tierra y su intensidad fue tanta que esta sí llegó hacia donde estaba Mauritius, o mejor dicho Zeus, lo cual hizo pensar a Lydia que esta vez si podría llamar su atención, por lo que contemplando con tristreza la figura del senador a lo lejos dio media vuelta para caminar lentamente, aún no había dejado el lugar, pero su amante estaba entrenando a su legionario, por lo que no iba a distraerse por solo una lucecita peregrina que salió por ahí.
-Aún así... Te quiero tanto... Dios del rayo...
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Re: A las afueras de Cambre.
Todo se comenzaba a volver blanco, el destello de mi poder se estaba convirtiendo en un destello que dejaba casi ciego a quien lo pudiera ver, pero algo en el cielo comenzaba a llamarme la atención, alguna parte de este se comenzaba a teñir de un color rosado, era mi imaginación o de verdad algo o alguien estaba haciéndolo, pensé que podría ser obra del destino, pero decidí inspeccionar antes de que pasara algo, con rapidez, hice un relámpago que corto el espacio que estaba alrededor mio, y con facilidad comencé a elevarme por los aires, mientras que todo el espacio de la tierra comenzaba a hacerse lento, mientras que yo me tele transportaba a la velocidad de la luz, solo para ver que lydia lloraba, las gotas salinas venían de sus ojos y se resbalaban en cada mejilla, algo estaba mal, ella nunca había llorado en mi presencia, mas no sabia el producto de su llanto quería saberlo, pero ella aveces se ocultaba tras la verdad, o solo desaparecía, pero ahora no la iba a dejar sola, aunque dejaría atrás a mi orgullo, esta vez el cuerpo humano en el cual estaba resguardado no estaba cumpliendo mis antojos, se había enamorado de esa mujer, y la verdad, yo como dios lo había hecho también, debería anteponer el amor al titulo del mas promiscuo, era hora de enfrentar la realidad.
Me acerque rápidamente hacia ella antes de que pudiera escapar, la aprese con mis brazos rodeándola por la espalda, mientras me acercaba, respire el aroma de sus cabellos negros como la noche, solo de respirarlo, el aroma comenzó a extasiarme, era un esquisto perfume y la verdad, era lo que mas me atraía de ella, su delicioso perfume de su piel que se había impregnado al mio como un tatuaje.
Me acerque rápidamente hacia ella antes de que pudiera escapar, la aprese con mis brazos rodeándola por la espalda, mientras me acercaba, respire el aroma de sus cabellos negros como la noche, solo de respirarlo, el aroma comenzó a extasiarme, era un esquisto perfume y la verdad, era lo que mas me atraía de ella, su delicioso perfume de su piel que se había impregnado al mio como un tatuaje.
Que pasa Lydia porque has llorado, dime la verdad, es acaso mi apariencia o el rango que tengo en el olimpo, solo dímelo por favor, quiero una respuesta y la quiero pronto, dime si en tu vida has amado a otro tonto, espero que no, porque al menos en eso, el primero quiero ser, el primer tonto de tu vida quiero ser.
Mauritius- Dios/a
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Re: A las afueras de Cambre.
Lydia iba a marcharse, pero al final su amante la alcanzó usando su poder del dios del rayo, en menos de un segundo el dios del olimpo la había con sólo alcanzado sino también atrapado con un abrazo haciendo que ella fuera descubierta llorando; con la ternura que siempre el tenía para con ella, el dios Zeus aspiró el aroma de sus cabellos y se embriagó de los mismos, su piel se erizó al sentir el contacto de los brazos de Mauritius sobre la misma y su corazón latió con fuerza al escuchar las palabras del senador.
Lentamente la princesa de ROma intentó levantar sus brazos para soltase de ese abrazo, pero no pudo, sus fuerzas estaban completas, pero su corazón no deseaba moverse ni dar señales de vida en su cuerpo; no sabía bien qué decirle a Mauritius, o mejor dicho Zeus, no sabía bien que haría con el ni cómo terminaría esa conversación que iban a iniciar, pero sabía que tenía que hacerlo, tenía que hablar de una vez porque sólo podría hacerlo con el. Nadie más la podría entender, o por lo menos eso pensaba.
-La verdad Mauritius son las dos cosas, un imbécil que sólo me hizo desplantes, y tu rango que mantuviste oculto de mí para burlarte... Cuándo pensabas decirme quié eras realemente? Ustedes los hombres sólo han hecho que me decepcione, y lo peor es que a pesar de todo no puedo evitar sentirme mal por los desplantes de ese maldito, y no puedo alejarme de tí porque parece que estoy pegada a tu cuerpo...
Lydia se soltó y se dio media vuelta frente al senador para verlo a los ojos, luego de derramar otra vez sus lágrimas que cayeron al piso haciendo su espectáculo de luces, luego abrazó al dios del rayo aferrándose a el mientras decía:
-No entiendo porqué si le odio sus desplantes me siguen doliendo tanto... Mauritius, Zeus seas quien seas haz que me olvide de él, haz que de e no quede ni el recuerdo...Deseo que hagas que no puedo vivir sin tí...Ha que no voltee a mirar su rostro aún cuando pueda morir, haz que mis deseos de salvarlo no nazcan de nuevo... Pero qué vas a hacer eso... Tu también me has herido sin compasión.
Lydia se spearó otra vez de Zeus para mirar sus ojos, podría ser que el se enojara con ella, pero ya no importaba nada de eso, se sentía con frío y no prescisamente por el clima era algo de precepción, algo que estaba segura el podía entender, aunque esa peteición era vieja sabía que aún no estaba fuera de lugar porque según las palabras de ese hombre el aún la amaba. Pero ella seguía molesta y herida con el, porque al final sentía que el se había burlado de ella, por lo tanto no podía sentir que confiaba en él en un cien por ciento, no podía sentirse totalmente amada por él.
Lentamente la princesa de ROma intentó levantar sus brazos para soltase de ese abrazo, pero no pudo, sus fuerzas estaban completas, pero su corazón no deseaba moverse ni dar señales de vida en su cuerpo; no sabía bien qué decirle a Mauritius, o mejor dicho Zeus, no sabía bien que haría con el ni cómo terminaría esa conversación que iban a iniciar, pero sabía que tenía que hacerlo, tenía que hablar de una vez porque sólo podría hacerlo con el. Nadie más la podría entender, o por lo menos eso pensaba.
-La verdad Mauritius son las dos cosas, un imbécil que sólo me hizo desplantes, y tu rango que mantuviste oculto de mí para burlarte... Cuándo pensabas decirme quié eras realemente? Ustedes los hombres sólo han hecho que me decepcione, y lo peor es que a pesar de todo no puedo evitar sentirme mal por los desplantes de ese maldito, y no puedo alejarme de tí porque parece que estoy pegada a tu cuerpo...
Lydia se soltó y se dio media vuelta frente al senador para verlo a los ojos, luego de derramar otra vez sus lágrimas que cayeron al piso haciendo su espectáculo de luces, luego abrazó al dios del rayo aferrándose a el mientras decía:
-No entiendo porqué si le odio sus desplantes me siguen doliendo tanto... Mauritius, Zeus seas quien seas haz que me olvide de él, haz que de e no quede ni el recuerdo...Deseo que hagas que no puedo vivir sin tí...Ha que no voltee a mirar su rostro aún cuando pueda morir, haz que mis deseos de salvarlo no nazcan de nuevo... Pero qué vas a hacer eso... Tu también me has herido sin compasión.
Lydia se spearó otra vez de Zeus para mirar sus ojos, podría ser que el se enojara con ella, pero ya no importaba nada de eso, se sentía con frío y no prescisamente por el clima era algo de precepción, algo que estaba segura el podía entender, aunque esa peteición era vieja sabía que aún no estaba fuera de lugar porque según las palabras de ese hombre el aún la amaba. Pero ella seguía molesta y herida con el, porque al final sentía que el se había burlado de ella, por lo tanto no podía sentir que confiaba en él en un cien por ciento, no podía sentirse totalmente amada por él.
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Re: A las afueras de Cambre.
La verdad, era lo que ella queria, que mas daba, no confiaba en mi tan solo por no saber que yo era un juego en esto, en lo de la mitologia, solo un recipiente usado por el mismo dios de los rayos, comenze entonces a tomarle la mano derecha, me agache un poco, mientras llevaba su mano hacia mis labios, para darle un pequeño beso,mientras no dejaba que se alejara usando algun truco, asi la mantendria cercana hacia mi, no podia dejarla irse asi, ademas de que, se referia a ua persona con desprecio, no era posible, pero en mi mente habian demasiados remordimientos, cuando la habia conocido, nisiquiera tenia el mas minimo sentido, que cabiera que yo era el dios del trueno, antes solo era un simple humano segado por las avaricias y lujurias de un cuerpo normal, no habia un pensamiento que podria alzarme como un verdadero dios, hasta aquella tarde, despues de que la conoci, y despues de haberse alejado asi de mi.
Lydia, nunca te he mentido, justo igual esperaba decirtelo, cuando te fusite de mi recinto, justo despues de haber estado contigo, ahi fue cuando en un gesto de ira, desperte como dios, pensaba porque te habias alejado asi tan rapidamente, sin antes poder despedirte, desapareciste de la nada, entonces en mi mente, una voz extraña me metio ideas, pensando en que solo me habias usado de diversion, pero aun asi yo creia en ti, y sabia que no serias de esas mujeres, incluso pelee contra ese dios, pero cual fue mi sorpresa, cuando senti una electricidad, y ahi comprendi que estaba a punto de ser un dios... respire un poco... cuando me querias ver en el senado, ahi queria decirtelo, pero entre mis sentimientos de verte y la audiencia que tenia, se me perdio todo, ademas de que no creia que me hibas a creer, y justo ahora, estamos aqui, y solo este instante tengo para decirtelo, si lydia, soy el dios del relampago, el dios zeus, pero al contrario de lo que se dice de el, no cambiare en nada el amor que tengo hacia ti, se que la historia atravez de ls siglos han hecho que, en tus pensamientos dudes de mi, pero no importa.
Mi mano temblo ligeramente al pensar que ella ahora me dejaria por aquel suceso, las palabras sobraban, cuando ella me recriminaba eso, queria mirarla, por lo menos si eso seria el final, solo queria llevarme en mis recuerdos, su rostro, el hermoso rostro de aquella mujer que amaba.
Tu me miras de ese modo que me haces suspirar cuando estoy entre tus brazos me siento tan dichoso por la paz que tu me das amor,pideme lo que mas quieras que yo todo te dare es tan grande mi locura este amor no tiene duda te quiero tanto que...amor, dependo cada dia mas de ti mis sueños tienen alas y es por ti, si un dia te enamoras de otro amor no quiero ni pensarlo mas yo se perdona por sentir celos asi...
Lydia, nunca te he mentido, justo igual esperaba decirtelo, cuando te fusite de mi recinto, justo despues de haber estado contigo, ahi fue cuando en un gesto de ira, desperte como dios, pensaba porque te habias alejado asi tan rapidamente, sin antes poder despedirte, desapareciste de la nada, entonces en mi mente, una voz extraña me metio ideas, pensando en que solo me habias usado de diversion, pero aun asi yo creia en ti, y sabia que no serias de esas mujeres, incluso pelee contra ese dios, pero cual fue mi sorpresa, cuando senti una electricidad, y ahi comprendi que estaba a punto de ser un dios... respire un poco... cuando me querias ver en el senado, ahi queria decirtelo, pero entre mis sentimientos de verte y la audiencia que tenia, se me perdio todo, ademas de que no creia que me hibas a creer, y justo ahora, estamos aqui, y solo este instante tengo para decirtelo, si lydia, soy el dios del relampago, el dios zeus, pero al contrario de lo que se dice de el, no cambiare en nada el amor que tengo hacia ti, se que la historia atravez de ls siglos han hecho que, en tus pensamientos dudes de mi, pero no importa.
Mi mano temblo ligeramente al pensar que ella ahora me dejaria por aquel suceso, las palabras sobraban, cuando ella me recriminaba eso, queria mirarla, por lo menos si eso seria el final, solo queria llevarme en mis recuerdos, su rostro, el hermoso rostro de aquella mujer que amaba.
Tu me miras de ese modo que me haces suspirar cuando estoy entre tus brazos me siento tan dichoso por la paz que tu me das amor,pideme lo que mas quieras que yo todo te dare es tan grande mi locura este amor no tiene duda te quiero tanto que...amor, dependo cada dia mas de ti mis sueños tienen alas y es por ti, si un dia te enamoras de otro amor no quiero ni pensarlo mas yo se perdona por sentir celos asi...
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Re: A las afueras de Cambre.
Lydia ya no estaba molesta, su interlocutor tenía razón, ella no sintió esa energía en su ser cuando estuvo con el, lo más probable era que el hubiera despertado antes y no por eso el se merecía su desprecio. Lentamente sus lágrimas dejaron de caer, ahora solo el viento soplaba esa noche secando el camino qeu habían hecho las cascadas de los ojos de la diosa en su rostro; si lo pensaba bien ella tampoco le había dicho que ella era Afrodita, pero no se lo dijo porque Zeus había dispuesto que no podían revelar la información de quienes eran a los humanos, ahora no sabía bien que decirle a ese hombre o dios que estaba frente a ella, así que tragando saliva lentamente la diosa suspiró y empezó a hablar mirando a los ojos a Mauritius.
- Si efectivamente eres Zeus ya sabes tú quien soy entonces, y ya sabes porqué mismo no te dije quien era. Es cierto que mi accionar no ha sido el más transparente, pero no tienes porqué sentir celos, yo misma he venido a tí porque no puedo alejarme de tu presencia, sin embargo estoy preocupada no te lo puedo negar dime... ¿Qué pasaría si despertara Hera? Te irías con ella y me dejarías para siempre?
Lydia se sentó en el suelo tomando una posición muy delicada y sugerente, su amante estaba mirándola con más amor que nunca, y al parecer su plan de hacer que el se enamorara de ella había fucionado, pero había algo más. Ella la diosa del amor y la lujuria lo quería más de lo que pensaba, y no había forma de que eso cambiara, es más el hecho de que ella se preocupara hacía ver que ese sentimiento hacia el senador creciera a pasos agigantados. Lo último que dijo el senador o Zeus, ahora le daba igual, hizo que Lydia se sintiera algo rara, era la primera vez que alguien le decía algo así.
-Estás diciendo que tienes celos de que me interese en alguien más? - Lydia pasó su mano por la mejilla de Mauritius y siguió mirándolo para continuar diciendo- Ni Ares o Hefestos me habían dicho algo así. Bueno Hefestos si tenía celos pero yo a el lo odiaba y siempre me trataba mal. Zeus por qué dejaste que me quedara con el en ese lugar? Lo único que te pido es que no me dejes nunca y jamás me hagas desplantes como los que me hizo el tonto despreciable al que juré nunca más ver a los ojos.
Lydia se acercó y le dio un beso al senador que aún estaba de rodillas mirándola espectante, como la hermosa deidad que ella era, estaba sencillamente encantada de tener un hombre como el a su lado, aunque el no fuera el hombrel del que ella se enamoró al principio, el era el hombre que había sido creado para ella, aunque fuera Zeus, qué pena por Hera, pero las cosas eran así, ella lo había encontrado primero y no lo dejaría a menos que el se lo dijera, y esperaba que eso no pasara, pero como siempre ella era desconfiada, decidió darle una especie de advertencia al dios del relámpago para que comprendiera que ya estaba cansada de todos los desengaños pasados y que no iba a aguantar uno mas.
-Sin embargo si me traicionas yo te haré la vida imposible porque ya no voy a aguantar más malos trastos de nadie más... En esta era nunca nadie me amó, espero no me hagas ilusionar con un engaño más de los que hacen los hombres a las damas hermosas sólo para tenerlas en sus lechos unas horas.
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Re: A las afueras de Cambre.
Un nombre se escabullia entre mis labios, para solo dar paso al nombre de aquella mujer, mejor dicho de aquella deidad que habia logrado embrujarme con su cuerpo y mas con el cariño que estaba sintiendo por ella... Afrodita...musité, lentamente mientras me perdia entre ella, para abrazarla lentamente y le decia el oido, sabia que ella tenia preocupaciones, mas cuando se inmiscuian pesares, que se traian arrastrando desde hace muchos ayeres, siglos y demas, y ahora lo comprendia, ella habia sufrido por mi accionar cuando se la habia dado por esposa a Hefestos, pero ahora estaba para mi ahi, sin esperar nada a cambio, solo me miraba y yo a ella, nuestros cuerpos humanos ya se habian conocido de sobremanera, y ahora estaba yo con ella, sin mas tapujos, solo el de dos dioses que comenzaban a amarse y lo demostraban dando sus puntos de vista.
Afrodita realmente siento haberte dejado a tu suerte en aquellos tiempos, pero era necesario, toda la corte celestial veia con malos ojos que estuvieses soltera, y que mas daba, Hefestos forjo para ti las mejores piedras preciosas, era noble, pero tienes razon, era un desquiciado en sus celos, pero eso ha pasado Lydia, ahora podremos ser felices, de Hera no deberias preocuparte, ella solo sera la madre de mis hijos y demas cosas, y rangos que le quieran poner, pero ahora, tu eres la mujer que amo, y espero amar por toda la eternidad, y si acaso despertara en esta tierra, cosa que lo dudo, no tendria porque meterse en lo nuestro.
Algo de todo aquello podria ser crucial en todo, ella estaba dispuesta a estar conmigo, y yo tambien, le tome de la mano, y cree un pequeño anillo de un rayo de luz, que con mi cosmos se comenzo a crear una coraza, capaz de soportar todo aquel poder del rayo, y quedar contenido ahora en un objeto comun, un anillo, el cual con otr rayo mas, se fue marcando cada signo, dando el efecto marcado en las paredes de este, y con una pequeña piedra en medio de todo el conjunto.
Por cada momento que estes sola, o necesites de mi compañia, podras tener todo mi poder, todo mi calor en este anillo, el cual podra reconfortante, o poder acompañarte en este largo camino, no podria darte mucho mas, o si crees que el anillo no es suficiente, pideme lo que quieras y te lo dare.
Afrodita realmente siento haberte dejado a tu suerte en aquellos tiempos, pero era necesario, toda la corte celestial veia con malos ojos que estuvieses soltera, y que mas daba, Hefestos forjo para ti las mejores piedras preciosas, era noble, pero tienes razon, era un desquiciado en sus celos, pero eso ha pasado Lydia, ahora podremos ser felices, de Hera no deberias preocuparte, ella solo sera la madre de mis hijos y demas cosas, y rangos que le quieran poner, pero ahora, tu eres la mujer que amo, y espero amar por toda la eternidad, y si acaso despertara en esta tierra, cosa que lo dudo, no tendria porque meterse en lo nuestro.
Algo de todo aquello podria ser crucial en todo, ella estaba dispuesta a estar conmigo, y yo tambien, le tome de la mano, y cree un pequeño anillo de un rayo de luz, que con mi cosmos se comenzo a crear una coraza, capaz de soportar todo aquel poder del rayo, y quedar contenido ahora en un objeto comun, un anillo, el cual con otr rayo mas, se fue marcando cada signo, dando el efecto marcado en las paredes de este, y con una pequeña piedra en medio de todo el conjunto.
Por cada momento que estes sola, o necesites de mi compañia, podras tener todo mi poder, todo mi calor en este anillo, el cual podra reconfortante, o poder acompañarte en este largo camino, no podria darte mucho mas, o si crees que el anillo no es suficiente, pideme lo que quieras y te lo dare.
- Spoiler:
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Re: A las afueras de Cambre.
La diosa del amor y la lujuria no pudo evitar sentir el latir de su corazón como una manada de caballos salvajes ante el abrazo de su amante, definitivamente si había alguien en esa era que le movía el suelo era Mauritius, tanto así que ella quien en otros tiempos había jurado reclamarle cada sufrimiento por su matrimonio con hefestos a Zeus, no refutó nada de lo que el dijo, porque ahora el estaba haciendo otra cosa mucho mejor que hizo que la diosa se sintiera feliz y afortunada de tener cerca a un ser como el.
Un fuerte despliegue de cosmos y un gran ruido muy parecido al de mil rayos cayendo en un mismo punto hizo que la diosa se tapara los oídos y cerrara los ojos, una vez que el evento de luces y centellas terminó la diosa abrió los ojos y vio el anillo que tenía en su mano el senador para ella; era un anillo muy especial y estaba segura que ni una mujer en el mundo tendría algo igual , definitivamente ella era muy afortunada.
-Que anillo más hermoso- dijo la diosa mientras le pasaba la mano por la mejilla al senador, estaba feliz, no importaba si Hera despertaba, ella no iba a separarla del dios del rayo, ahora todo estaba bien hasta que alguien por ahí apareciera para arruinar su felicidad; con un amor muy grande la diosa de cabellos negros besó una vez más a Mauritius y se abalanzó sobre el para hacerlo caer hacia atrás y quedarse con la cabeza recostada en el pecho del senador con los ojos cerrados; no quería hacer nada más que eso, quería estar así en silencio a su lado para poder sentir su respiración, no necestaba nada más, incluso aquello de Roma y su primo Solomon le parecía lejano. Es más! Hasta lo de Diva le parecía banal y poco importante, porque ahora mismo ella estaba con el ser que más quería en la tierra, y si pasaba la eternidad con el, nada más tenía importancia.
-Mauritius nunca digas que lo que me das es insuficiente, jamás lo pienses, porque yo estoy feliz contigo, solo me preocupaba que despertaran Hera y Hefestos, temía que me dejaras y me obligaras a regresar con el otra vez, para vivir esa vida de infierno que se me impuso, es que yo de verdad no le quería ni un poco- Lydia se incorporó una vez más y le dio un beso en la frente al senador para una vez más sólo dedicarse a mirarlo como absorta y embelezada.
Con una delicadeza propia de una deidad como ella, la diosa tomó el anillo y lo puso en su dedo anular de la mano izquierda, simulando un anillo de compromiso, ella por su condición sabía que jamás iba a recibir uno, pero por lo menos trató de simular lo mismo con ese obsequio que le daba el dios del rayo, ese anillo forjado con el poder del dios de trueno, y que estaba marcado como su cuerpo con la huella imborrable de sus caricias y besos.
-Zeus es un anillo precioso y no voy a pederlo nunca, me siento feliz porque tú me has dado este obsequio que vale más que las joyas del fondo del mar, es lo mejor que me han dado en muchos siglos, y lo llevaré como una esposa lleva su anillo de matrimonio, no me lo sacaré jamás.
Lydia- Dios/a
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Re: A las afueras de Cambre.
[3er POST PARA DEFENSA]
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
Dahinten intentaba concentrarse a toda costa, y concentrar su cosmos en detener o eludir el ataque que el señor Mauritius o Zeus le iba a enviar. Cada músculo de Dahinten se contraía nerviosamente por tanta fuerza que el legionario hacía para intentar poner en sintonía su cuerpo, su mente y su cosmos.
Por la mente de Dahinten pasaban muchas cosas, miles de recuerdos y experiencias. Pasaban por su cabeza como imágenes interminables a gran velocidad, recordaba su casa, a sus padres, su vida en el bosque, ir de cacería, la pelea con el león, su solitario viaje, la cabaña del bosque, al grandote Aldebarán, a la pequeña Sylvanas, a su amigo muerto Argol, a Hachi, a su caballo, la villa miseria, la villa Romana de Cambre, el coliseo, al senador Mauritius, Yeterni, el coliseo, la señorita de cabello rojo y muchas cosas más.
De la mano del señor Mauritius emanaba una energía muy poderosa en forma de rayos, el senador le dijo a Dahinten que iban a ir ascendiendo gradualmente la velocidad y fuerza de los ataques, parecía que el senador quería probar a Dahinten para ver hasta que grado llegaban su fuerza, velocidad y cosmos. El cosmos de Dahinten lo iba invadiendo centímetro a centímetro, cada pulgada de su ser estaba siendo inundada con una poderosa fuerza, esa fuerza que era propia de los Dioses y sus guerreros: el cosmos.
Dahinten abrió los ojos y se fijó en los rayos de la mano del Dios Zeus encarnado en el senador Mauritius, concentrándose nuevamente; esperó al senador hasta que este hizo un movimiento algo extraño con su mano; y el rayo salió despedido en dirección a Dahinten.
De improviso, Dahinten sintió un nuevo cosmos, lo había notado anteriormente, era algo muy extraño, pues a lo lejos se podía divisar unos destellos color rosa que desprendían una gran nostalgia y variedad de sentimientos, Dahinten se desconcentraba, pero a pesar de eso Dahinten retomó la compostura y se concentró en el rato enviado por el señor Mauritius, todo esto solo había pasado en fracción de segundos.
El rayo enviado por el Dios Zeus que se había materializado en el cuerpo del senador Mauritius y jefe de Dahinten avanzaba rápidamente, el rubio utilizando todo su poder se quedó parado sin el menor indicio de moverse para esquivar el ataque, quería bloquearlo. No sabía porqué su cosmos le decía que se quedara ahí y no hacerse a un lado para evitar el rayo, pero decidió obedecerlo sabiendo cuan poderoso era el cosmos en general.
Cada vez, el rayo se acercaba más y más, el rubio se preparó y expulsó todo su cosmos para detener el ataque, cual sería su sorpresa al ver que frente a él, una figura de un león se formaba, algo así como un escudo en forma de león, el cual era muy grande. Más alto que Dahinten y cubría muy bien el cuerpo del rubio. Al momento en el que el rayo tocó al león, una luz muy fuerte y cegadora hizo su aparición. Dahinten notó una onda expansiva que salía de la región donde el rayo y el león protector se unieron. Al finalizar la luz, Dahinten pudo ver al león en la misma posición, sin un solo rasguño y en posición defensiva. Buscó con la mirada al senador Mauritius, pero no lo encontró en el suelo, iba por los aires rodeado de rayos.
Dahinten se acercó al león y este le devolvió una mirada no de furia ni de enojo, sino que le pareció que había mucha paz en los ojos del felino. Dahinten puso su mano sobre el lomo del animal y tuvo una sensación de calidez, el león rugió y se desvaneció, dejandole a Dahinten una sensación calmada y tranquila aunque con un sentimiento de agresividad por dentro...
ELEMENTO: ELECTRICIDAD
Dahinten intentaba concentrarse a toda costa, y concentrar su cosmos en detener o eludir el ataque que el señor Mauritius o Zeus le iba a enviar. Cada músculo de Dahinten se contraía nerviosamente por tanta fuerza que el legionario hacía para intentar poner en sintonía su cuerpo, su mente y su cosmos.
Por la mente de Dahinten pasaban muchas cosas, miles de recuerdos y experiencias. Pasaban por su cabeza como imágenes interminables a gran velocidad, recordaba su casa, a sus padres, su vida en el bosque, ir de cacería, la pelea con el león, su solitario viaje, la cabaña del bosque, al grandote Aldebarán, a la pequeña Sylvanas, a su amigo muerto Argol, a Hachi, a su caballo, la villa miseria, la villa Romana de Cambre, el coliseo, al senador Mauritius, Yeterni, el coliseo, la señorita de cabello rojo y muchas cosas más.
De la mano del señor Mauritius emanaba una energía muy poderosa en forma de rayos, el senador le dijo a Dahinten que iban a ir ascendiendo gradualmente la velocidad y fuerza de los ataques, parecía que el senador quería probar a Dahinten para ver hasta que grado llegaban su fuerza, velocidad y cosmos. El cosmos de Dahinten lo iba invadiendo centímetro a centímetro, cada pulgada de su ser estaba siendo inundada con una poderosa fuerza, esa fuerza que era propia de los Dioses y sus guerreros: el cosmos.
Dahinten abrió los ojos y se fijó en los rayos de la mano del Dios Zeus encarnado en el senador Mauritius, concentrándose nuevamente; esperó al senador hasta que este hizo un movimiento algo extraño con su mano; y el rayo salió despedido en dirección a Dahinten.
De improviso, Dahinten sintió un nuevo cosmos, lo había notado anteriormente, era algo muy extraño, pues a lo lejos se podía divisar unos destellos color rosa que desprendían una gran nostalgia y variedad de sentimientos, Dahinten se desconcentraba, pero a pesar de eso Dahinten retomó la compostura y se concentró en el rato enviado por el señor Mauritius, todo esto solo había pasado en fracción de segundos.
El rayo enviado por el Dios Zeus que se había materializado en el cuerpo del senador Mauritius y jefe de Dahinten avanzaba rápidamente, el rubio utilizando todo su poder se quedó parado sin el menor indicio de moverse para esquivar el ataque, quería bloquearlo. No sabía porqué su cosmos le decía que se quedara ahí y no hacerse a un lado para evitar el rayo, pero decidió obedecerlo sabiendo cuan poderoso era el cosmos en general.
Cada vez, el rayo se acercaba más y más, el rubio se preparó y expulsó todo su cosmos para detener el ataque, cual sería su sorpresa al ver que frente a él, una figura de un león se formaba, algo así como un escudo en forma de león, el cual era muy grande. Más alto que Dahinten y cubría muy bien el cuerpo del rubio. Al momento en el que el rayo tocó al león, una luz muy fuerte y cegadora hizo su aparición. Dahinten notó una onda expansiva que salía de la región donde el rayo y el león protector se unieron. Al finalizar la luz, Dahinten pudo ver al león en la misma posición, sin un solo rasguño y en posición defensiva. Buscó con la mirada al senador Mauritius, pero no lo encontró en el suelo, iba por los aires rodeado de rayos.
Dahinten se acercó al león y este le devolvió una mirada no de furia ni de enojo, sino que le pareció que había mucha paz en los ojos del felino. Dahinten puso su mano sobre el lomo del animal y tuvo una sensación de calidez, el león rugió y se desvaneció, dejandole a Dahinten una sensación calmada y tranquila aunque con un sentimiento de agresividad por dentro...
Última edición por Dahinten el Sáb Feb 05, 2011 10:51 am, editado 1 vez
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