A las afueras de Cambre.

La Villa de Cambre, la antigua hacienda de la familia de los Gemelos Aspros y Defteros a quienes se les había adicionado una lacra inesperada llamada Mauritius, se mantenía en perfecto estado aún cuando sus dueños hubieran permanecido ausentes durante bastante tiempo…o al menos, cuando su verdadero dueño se hubiera marchado sin dar señales de vida. Los sirvientes podían preocuparse, pero sin escapar de todas las responsabilidades que se les había asignado desde su contratación original…todavía había personas fieles quienes se mantenían regando las plantas, cuidando los límites del lugar y atendiendo los demás menesteres domésticos que pudieran surgir en el día a día. Era algo que Aspros apreciaba, a pesar de su enorme ego y complejo de superioridad…o al menos, algo que hacía hasta que la basura llamada Mauritius (quien poseía el título de “hermano” del ex-senador tanto como para su gemelo) había puesto uno de sus inmundos pies en la Villa, desde ese instante todo se había corrompido. Eso Aspros no lo soportaba, era algo que no consentía al haber sido criado bajo los tradicionales valores romanos y era algo que ya no iba a permitir…la única opción que le quedaba, entonces, era cortar los miembros infectados.

Ha!...Parece ser que este es el adiós, Cambre. Descansa apaciblemente y despídete de la inmundicia que te dominó desde la llegada de esa basura…hasta nunca…Villa de Cambre. llegando a través de un portal abierto con su habilidad para distorsionar el mismísimo tiempo y espacio, el ex-senador se encontraba en los jardines que daban hacia la fachada principal mientras apuntaba con su palma abierta y extendida directamente hacia esta. Al terminar de pronunciar aquellas últimas sílabas con un tono siniestro y una sonrisa demente, la energía del Geminiano envestido con su armadura dorada se hizo sentir por todo el lugar, aunque solo alguien versado en el manejo del cosmos podría sentirlo… en menos de un instante, la tierra se estremeció y el suelo se cuarteó: en lugar de nubes de polvo, enormes chispas llameantes surgían a una velocidad alarmante y en meros segundos, todo fue cubierto por un mar de lava que el peliazul había invocado…ahora su proeza en el volcán de la Isla Kanon se repetía pero de una manera inversa, en lugar de usarla para proteger a las personas, su don estaba siendo utilizado para eliminar algo que llenaba su cabeza de pensamientos negativos tales cuales eran la ira, el rencor, la envidia y el odio puro. Desaparece! exclamando con una emoción contenida desde hacía meses, una erupción volcánica había empezado a destruir todo el lugar en medio de gritos de auxilio, desesperación y terror absolutos. Manteniendo su sonrisa demente y siendo protegido por su armadura de las oleadas de piedra fundida a una temperatura inhumana, Aspros simplemente abrió otra distorsión espacio temporal para que su silueta se borrara lentamente entre destellos naranjas y amarillos.

Hehe...hahaha...HAHAHAHA! ahora Cambre no era más que un punto brillante en el territorio asignado para las Villas de la aristocracia romana, en meros minutos todo se vería destruido y reducido a menos que cenizas…seguramente ya todos los trabajadores habían perecido, los gritos poco a poco se apagaban y los fogonazos aumentaban más y más mientras la lava consumía toda la hacienda. Aspros se había deshecho por fin de uno de sus pesos más molestos, ahora quedaba continuar con su siguiente estrategia, algo sugerido por la pequeña sombra del pasado que había quedado impregnada en la Armadura de Géminis desde la era anterior. Era el momento de empezar a mover los peones y cumplir su mayor ambición. Era el momento de presentarse como el 3er Guardián del Santuario de Athena…o tal vez no, ya vería como sería la situación para actuar en consecuencia. Sin más, los vestigios de su presencia en Roma, se desvanecieron, así como Cambre en el horizonte.