Salón Principal

por Samantha Mar Ene 18, 2011 6:45 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Por lo menos el lado este de lo que había sido en eras pasadas el Palacio del Caos y la Discordia, por fin estaba totalmente reconstruido, por lo que Samantha acelero el paso, adentrándose entre los oscuros pasillos, el vacio del lugar era eminente, por lo que sus pisadas resonaban por doquier en un estrepitoso e incomodo eco. En aquel lugar el aire ya no corría de la misma manera, además ya no era cálido y reseco… al contrario, se había vuelto un poco sereno y gélido, provocando el constante temblar de su cuerpo. Mas todo cambio cuando dicha Diosa de linaje primordial, elevaba delicadamente su cosmos, derrochando su cálido perder para así poner en un ambiente mejor el clima de aquellos oscuros y húmedos pasillos.

Su caminata culmino frente a una enorme entrada de vidrio negro, pulido y finamente delineado con acabados dorados, los cuales dibujaba toda una historia de guerra y destrucción, Samantha simplemente sonrió y reposo su mano derecha en aquel vidrio soplado, para que tan solo con un leve esfuerzo abriera las puertezuelas, las cuales expedían un fogonazo de luz incandescente que segaba efímeramente a la Diosa.

Sus vista se ponía un poco llorosa y borrosa, por lo que Samantha repasaba sus manos para así hacer su mirada un poco límpida, quedando maravillada al ver el hermosos cuadro que tenia en frente, las paredes eran de mármol finamente pulidas y pintadas con colore violetas amarillos, rojizos tonos y unos tantos azules… haciendo así una hermosa pintura de un ocaso y un jardín solitario.

Mas su mirada no estaba atenta a todo lo que en verdad adornaba la extensa sala, pues estaba mas distraída admirando su viejo y enorme trono color caoba, con una cantidad exagerada de piedras presionas, Samantha como pudo se acerco a dicho asiento magistral, repasando su diestra en las formas curvilíneas, para así surcar una sonrisa, dar media vuelta y echar su cuerpo hacia atrás, cruzándose de piernas, recargando su cabeza en la espalda del acolchonado y terciopelado trono, mirando el frente esperando la enterad de sus Fantasmas.

por Samantha Lun Feb 07, 2011 8:27 pm

Samantha en circunspección escuchaba y escudriñaba cada movimiento de su prima y su mellizo, las actitudes de Afrodita un tanto le hacían molestar, pues era diosa y a ella no se le podía engañar para nada, aun así no dijo nada se siguió recargada entre el costado de aquella mujer… la princesa de Roma, se expresaba de varias maneras, hablaba de un amante que era un dios también… su propio padre el gran Zeus, la protección y el respeto de su único ángel, y algo mas interesante el derrocar un nación antes de lanzar la ira a Roma… y aunque fuese extraño Richard también estaba deseos de destruir la misma tierra que proponía Lydia, también pedía respeto para su estúpida Musa y aunque aquel dios del sol comparara a Samantha como una serpiente mortal, la discordia reencarnada no dijo nada, solo se quedo esperando a que ambos terminaran de balbucear, cuando vio que tales acababan, esta suspiro y se levanto de su trono, camino al frente y vio con seriedad a Richard, para tan solo decir:

-¿Me comparas con una serpiente en mi propio templo Apolo? Si quieres que mi fantasma y yo respeten a tu única musa, tu a mi me respetaras, no por que sea mujer ni por que fui tu hermana por durante veintidós años, si no por que soy una Diosa y estas en mi territorio, yo cuando vaya al palacio de las artes mostrare mi respeto espero y hagas lo mismo Apolo…y si no puedes hacerlo entonces ¿que esperas? pelemos…

Molesta se dio la media vuelta y se dirigió hacia donde estaba su prima, tonándola del mentón, la diosa se acerco y surcando una sonrisa dijo:
-Lydia ¿Zeus? Por los dioses de esta era, debe ser muy impresionante el cuerpo mortal que alberga su esencia para que tu te hayas fijado en el, me parece perfecto que lo convenzas a que se alié conmigo, pero quiero conocerlo y tratarlo dile que lo invito a cenar en mi humilde palacio, acompañado claro contigo para que no haya malos entendidos…

Besando su frente, la mujer una vez mas se sentó en su trono cruzo sus pernas y acaricio el muslo de su prima viendo seriamente al frente sin despegar la vista de su hermano, surco una vez más su sonrisa irónica y dijo:

-A lo de su guerreros con gusto mis fantasma desmontaran el respeto que les e enseñado, al igual que yo, con al condición que usted no tiene poder ante ellos, son como mis hijos ¿saben? y no permitiré que ustedes les ordene al igual que yo a sus subordinadas… Ahora bien algo me intriga ¿por que quieren la caída de Egipto? dígame… debe ser una buena escusa que acaparé también mi mente y me nazca también el deseo de atacarle… ¿que es lo que tiene esa ciudad para que dos dioses desea su ruina?

por Lydia Mar Feb 08, 2011 10:47 pm

Lydia pudo observar como su prima Samantha la observaba como si opinara lo contrario a lo que había dicho; ante esta situación Lydia sencillamente se encogió de hombros y siguió mirando la escena en la que Samantha se enojada con su hermano mellizo por haberla comparado con una serpiente.Personalmente a ella le parecia una comparación linda, porque a ella le gustaban esos animales tan bellos e hipnotizantes, era como si fueran hechos para ella, pero su prima era otra y por lo tanto ella no gustaba de tales comparaciones, por lo que ponerse en favor de su primo era una estupidez que ella no quería cometer, porque pensaba claramente que si quería ver sus planes realizados tenía que estar cerca de sus aliados y no peleándose por defender una comparación de su tonto primo, quien no se fija a quien se las dice.

-Cielos primito tú si que no haces las cosas bien, parece que eso lo copiaste de tu tarado hermano... Bueno espero se te quite con el pasar del tiempo, al estar alejado de él seguro podrás usar tu cerebro.

Con alegría también escuchó que su prima estaba dispuesta a respetar la vida de su ángel querido con tal de que ella respetara a los suyos y de que no interara para nada mandar sobre sus fantasmas de la discordia; Lydia por su parte no pensaba para nada tratar si quiera de mandar sobre esos seres, pero esperaba que estos no le faltaran el respeto eso sí. Pronto la mano de su prima tomó su mentón de modo que acercó más su rostro y con ese tono dulzón de siempre le dijo que invitar a cenar a su querido amante con ella para evitar malos entendidos por parte de la celosa diosa del amor y la lujuria, respuesta ante la cual la princesa de Roma dijo tranquilamente:

-De tí no desconfiaría, porque sé que tú eres incapaz de serme desleal- Lydia sonrió mientras sentía el beso en la frente de la diosa de la discorida, estaba pensando que aquella alianza podía serle bastante útil para regocijarse viendo sus objetivos cumplidos, por ahora; una vez más su prima posó aquella mano traviesa encima de su muslo mientras miraba a su heramano el dios Apolo; si se lo preguntaban a ella, no era tan conveniente que Samantha hiciera eso puesto que su primo era un total depravado que estaría pensando quien sabe qué horrores en su mente, pero tampoco dijo nada de eso porque el asunto estaba poniéndose un poco serio.

Samantha obviamente se intrigó al saber que ambos quería la destrucción de Egipto, y es que era de esperarse que preguntara el porqué. Afrodita como siempre empezó a hilvanar en su mente un posible motivo, y es que el decir que quería su caída sólo porque de ahía salió Diva era algo tonto, pero la verdad es que ese y el hecho de que también odiaba a Selene era el único y real motivo, por lo que al final sin poder pensar en algo mejor decidió decir la verdad luego de suspirar profundamente al ver que no podía encontrar mejor explicación:

- Pues la verdad el motivo por el que quiero que esa nación caiga, no sé si es el mismo de Apolo, y la verdad no se lo pregunté cuando estuve "charlando" con él en sus aposentos, pero mi razón es simple: De ahí salieron dos mujeres que odio con todo mi corazón y con toda mi alma: Selene y Diva.

Lydia pasó la mano derecha por sus cabellos y miró a su prima con determinación, estaba más que resuelta a ir en contra de esas dos mujeres aunque le costara la vida, por lo que al final dijo para concluir su motivo- Deseo que ambas sufran la caída de sus imperios que tanto ostentan, quiero verlas revolcarse de dolor, que sufran lentamente y mueran al fin como las bestias que son... Ah! Y se me olvidaba... Quiero que Solomon la vea morir frente a sus ojos, sí quiero que el vea morir a su amada y que cargue con su muerte sin poderla olvidar jamás.

Lydia esta vez dejó salir todo su odio, deseaba que su venganza fuera llevada a cabo a como diera el lugar y no le importaba si antes había profesado amor por Solomon o cariño hacia él, por ratos tambien deseaba verlo muriendo bajo sus pies, y quien sabía si en algún rato ella le causaba tanto dolor que le suplicaría la muerte y ella no se la daría como acto de crueladad.

-Ah! Se me olvidaba a quién quieres que manipule? No te entendí bien...- Lydia dijo esto con un tomo más calmado ahora mirando a su primo con una mirada bastante seria.- Cuidado me pides alguna tontería, que estoy de un pésimo humor.

Narro/Hablo/ Pienso

por Richard Miér Feb 09, 2011 8:50 am

Mi mente estaba en blanco, solo podia pensar por unos instantes lo que diria luego, sin embargo no planeaba nada, no tenia nada premeditado, estaba con la guardia baja, sin embargo, los animo se tornaron tensos, al pareser mis palabras ponian de mal humor a la diosa de la discordia, de ante mano conosia su ira mortal y tambien sabia sus alcances como diosa, asi que ese cuerpo y esa alma eran una combinacion bastante fuerte en cuanto a fiereza y humor, solo calle, escuchaba y obserbaba a mi melliza, alli frente a mi hablando y cuando luego volvio a su asiento la continue mirando fijamente, sus palabras eran precisas, firmes, concretas, y era natural que preguntase por los motivos que teniamos Lydia y yo para querer destruir Egipto.

Antes de que yo siquiera abriera mi boca la diosa de la lujuria y la belleza inundo el salon con su voz melodiosa y aquel tono que siempre suele tener en este tipo de conversaciones, todo se tornaba un poco mas serio, escuche sus razones, para mi eran obias, ademas en nuestra "conversacion" anterior ya algo me habia comentado, solo espere a aque cesaran sus palabras y poder hablar.

Querida Samantha, Eris, hermana, no quiero luchar con tigo, la verdad es que si te he ofendido, te expreso mis disculpas, la verdad no queria hacer una comparacion que os ofendiese, no te comparo con nunguna serpiente, solo que sabes mejor que nadi el hodio hacia todos los humanos, aun habitando yo uno de ellos, y cuando solo era Richard, tu mellizo aquel que veia por tus ojos odiaba a cualquier ser a mi alrededor y fuistes tu una de las exepciones, y ahora veo porque, por mi parte no hay niingun inconveniente en lo de tus guerreros y guerreras tampoco, no estan a mi servicio asi que no soy quien para darles ordenes, gire mi rostro hacia Lydia, Lydia, no pretendo ofenderte ni mucho menos, pero si hay alguien capaz de mover a las figuras masculinas tanto mortales como inmortales eres tu, y no te pido nada solo que estoy seguro que tus encantos son mas que suficientes para atontar a Zeus, pero esa es tu decision.

Camine unos pasos y quede frente a ambas diosas, observandolas seriamente, un cuadro peculiar de dos diosas confavulandose para la maldad, cualquier artista estaria estasiado de verlas, yo quiero ver la caida de Egipto simplemente porque quiero que caigan todos los imperios y los mortales, ademas si Egipto cae primero para eso podemos manipular a Roma y luego cuando este Roma confiada la destruimos, con la caida de Egipto sangre, dolor y sufrimiento se vera, y con la de Roma aun mas ademas que poder ver sufrir a Solomon, sabenque nunca fue de mi agrado, aun que fue mi hermano por tantos años, aquel ser fue la causa de mcuhos de los males de este cuerpo asi que lo quiero ver sufriendo, suplicante y destruido, esas son mis razones. Luego de aquellas palabras volvi a callar a la espera de la reaccion de aquellas olimpicas damas.

por Samantha Miér Feb 09, 2011 2:53 pm

Samantha mientras masajeaba en silencio aquel muslo de su prima como juego, escuchaba atentamente todo lo que Lydia decía, luego hablo Apolo un sinfín de palabras rebuscadas… esto hizo que la diosa de la discordia por fin concluyera los verdaderos propósitos vanos que tenían esos Dioses, quitando la mano del cuerpo de su prima, se ladeaba hacia la izquierda y recargaba su cabeza en el quicio de la espalda del trono, peinando sus cortos cabellos con la diestra, cerró sus ojos y suspiro, al terminar de lanzar su aliento la mujer con mesura hablo:

-Ya veo mis queridos Dioses, antes de que de mi conclusión, Apolo espero y no vuelvas a tratarme de esa manera… por lo de mis fantasmas no se preocupen que al estar en alianza todos se cuidaran a todos, Lydia espero conocer a tu ángel del Amor, Apolo igual con tu musa, les parece que en días venideros se haga una fiesta, entre estos tres reinos y así nos conozcamos… al igual que tu Lydia me gustaría que trajeras a tu amante, el gran Zeus.

Guardando silencio la diosa del caos y la discordia, relamió sus labios lentamente, para así abriendo los ojos, con una expresión de seriedad y mirando el frente y a su mellizo, dijo:

-Por lo de Egipto se me hace demasiado extraño y discúlpeme como lo diga, pero muy vano sus razones… ¿Cómo puede ser posible que tu Lydia, diosa Afrodita odies a unas simples mujeres mortales y quieras hacer tal estrago? Tal vez por parte de lo de Diva te ayude pues me siento responsable, pero ¿Selene? ¿Qué te hizo esa mujer? Algo a de ver sido y demasiado fuerte para mutar un odio en un cuerpo divino… y por tu parte Apolo simplemente la quieres destruir por diversión… y entonces yo ¿cual seria mi propósito de guerra? (levantándose de su trono) agradezco que sean sinceros y me den sus verdaderos propósitos, pero no se ponen a pensar que esas razones son un tanto estúpidas…igual para mi seria perfecto destruir esa ciudad para ver caer a Roma… ahora existe otra cosa curiosa de tratar mis queridos dioses aliados, y esto es el caso de Solomon… yo mas que todos ustedes lo quiero ver ahogándose en su propia saliva, pero vean somos familia, lazos de sangre, ya dos hermanos y una prima salieron como dioses reencarnados… no se pueden poner a pensar que en Solomon pueda nacer un dios… se necesita mucho recapacite y analizar los pros y los contras de su deseos mis niños.

Samantha guardaba silencio y bajaba la mirada, en su mente resonaban las palabras de aquellos dos seres del Olimpo, era en verdad tentador ver el poder de un dios arrasando con una ciudad completa y pues aunque Egipto no era de su interés, quería ya participar en su destrucción, suspirando y alzando una ve mas la mirada, girando su rostro y ahora viendo a su prima, surco una sonrisa y dijo:

-Antes de que haya destrucción, quiero conocer a esa mujer, que logro mutar odio en tu corazón prima, a de ser en verdad sorprendente… ufffff (sacando un poco de su aire) Bueno les ayudare a destruir esa ciudad mis queridos olímpicos ¿pero exactamente que quieren que yo haga?… además este favor se pagara con una petición de mi parte y es ayudarme a derrocar a Ares y a Athena… aunque Athena en este momento es un cero a la izquierda con mis propósito de guerra, no me llama la atención siempre e dicho que es demasiado débil y se aprovecha del encanto que tiene con sus guerreros… pero Ares (surcando una sonrisa) ese si es un dios guerrero…

Guardo silencio y se alejo de su trono a lado izquierdo, llegando a un extremo de la sala donde una mesa pequeña yacía sosteniendo una charola de cristal con cuatro copas de vidrio pulido y una jarra del mismo material, tomando la oreja de aquel recipiente vertió el vino sanguinolento y así con ambas manos tomo las tres copas que había llenado, dando media vuelta se campaneo hasta donde estaba sus dioses, ofreciendo una copa por cada cuerpo y quedándose con una de ellas, suspiro y olfateo la esencia de aquel elixir embriagador, para tan solo decir:

-¿Bueno y que me contesta ustedes dos?…

Después de eso sorbió una vasta cantidad del líquido carmín y espero respuestas por parte de Afrodita y Apolo.

por Lydia Jue Feb 10, 2011 4:37 pm

Lydia escuchó lo que dijo su prim estaba en desacuerdo con ella en algunas cosas, pero no quería refutarle nada en ese momento, si bien era cierto su prima tenía razón y sus motivos eran un capricho, para la diosa del amor y la lujuria las cosas tenían que ser así, y Eris no podía quejarse, ella era la diosa de la discordia y discordia era lo que tenía que causar, para que sus fantasmas dejaran atrás la muerte y el hambre; aún cuando no quisiera enojarse estaba empezando a sentirse un poco indignada con lo que decía Samantha, de modo que ahora la joven princesa de Roma sólo podía pensar en tratar de controlarse para no pelar con su aliada, por lo que poniéndose de pie la diosa del amor y la lujuria suspiró y dijo:

-No son estúpidas para mí. Todos saben que las mortales y su tonta vanidad despiertan mi odio así de fácil, sino recuerda a Sique y sus tareas. Soy una diosa y puedo odiar a quien quiera, y esas mujeres se merecen mi odio, pero más Diva, por lo que si no quieres destruir Egipto on me sentiré muy dolida, pero he de decirte que esa mujer se cree una diosa y hay que bajarla de su nube para ponerla en su sitio, osea arrastrarla por el piso.

Luego de decir esto la diosa de cabellos negros pensó en lo que decía su prima acerca de Solomon, y a su mente llegó la imagen mental de la energía que vio en el cuerpo de ese ser cuando lo vio por última vez; en cierta forma Samantha tenía razó, podría ser que Solomon tuviera un dios dormido dentro, y que por eso era tan altanero con ellos, pero de igual forma esperaba que el muriera antes que su dios despertara.

-Pues ahora que lo dices si sentí una energía inusual en él, pero la verdad no había pensado de tal forma, talvez es cierto y si es así tenemos que andarnos con cuidado, yo por mi parte le he dicho que estoy de acuerdo con el para todo lo quiera hasta que obviamente Egipto caiga. Cosa que significa ahora que lo pienso que este tarado me dará peores problemas que antes, no puede ser.

Lydia suspiró y se acercó a su primo el dios Apolo para pasar su mano por la mejilla derecha de este simulando el acto anterior de lujura desapareció para tomar sito detrás de su primo y hablarle al oído en tono bastante seductor pero eso sí bastante alto para que Eris la escuchara mientras iba por una copas que estaban servidas:

-No me has ofendido para nada lindo, pero creo que mi molestia contigo podría disminuir si hicieras lo que te dije acerca de tu querida guerrera, no nos conviene que te odie, sino su actitud la convertirá en un estorbo y seguro no quieres eso...

Lydia una vez más pasó su lengua lentamente por el cuello de Richard con el fin de hacerlo recordar las escenas de actos pasados, y luego de terminar aquel acto, la princesa de Roma caminó hacia su sitio anterior para tomar aquella copa que le ofrecía Eris y bebió su contenido cerrando sus ojos, aú no había contestado lo de Athena y Ares, pero como tenía que ir a buscar a su querido amante decidió contestar una vez terminado de beber aquel líquido:

-Cuenta conmigo para ir contra quienes desees, recuerda que para eso estoy aquí, para ayudarte, por eso hice alianza contigo, y no te preocupes no te impediré que derrotes a mi ex amante, es más deseo verlo caer como una torre con bases de barro; ahora sabiendo todo esto yo me iré a buscar a Zeus, porque mis ausencias siempre lo ponen algo inseguro o celoso, y algo me dice que ha pasado algo que lo ha puesto igual, no sé qué puede ser.

Lydia dejó su copa en la brazera del trono de su prima y se acercó a darle un fuerte abrazo, puesto que a pesar que fueran diosas, ella la quería mucho, por lo que no iba a dejar de darle muestras de afecto.

-Linda me voy y me parece excelente idea lo de la fiesta, si deseas puede ser en mi reino o en el tuyo, tú sólo dime que yo te ayudo, ahora buscaré a Zeus, por ahí siento su cosmos.

Lydia miró a su primo con una sonrisa bastante atrevida, no iba a despedirse de el con tanta efusión, porque ya estaba más que visto que cuando ella se le acercaba demasiado su musa tenía el desacierto de encontrarlos en ciertos actos que podrían causar más líos en las divisiones de las artes y la luz, de modo que la alianza podría afectarse de manera irreversible.

-Es un gusto verte Apolo, tú lo sabes, pero ya no puedo darte más muestras de aprecio, sabes que eso es un tanto perjudicial, ve a arreglar las cosas con tu ex-novia.

Una vez dicho esto Lydia miró a su prima y elevó su cosmos, unos corazones lila con negro hicieron una espiral ruidosa y dieron vuelta como si fueran una centrífuga, para luego desaparecer con el cuerpo perfecto de la diosa.

por Richard Vie Feb 11, 2011 7:36 am

Los minutos pasaban y aquell reunion entre nosotros se tornaba iinteresante, los animos se habian calmado y una brisa fria soplaba sin cesar levemente en toda la habitacion, yo solo me quedaba alli, inmovil, solo escuchando todas y cada una de las palabras de mi hermana, Samantha, sus palabras eran serias, frias, constantes y siempre directas, no habia cambiado mucho al ser diosa, solo la observe, su hablar, y su caminar cuando se levanto de aquel lugar donde se encontraba sentada, mientras continuaba hablando. luego cunado regreso una copa de aquel elixir de delicioso sabor que tenia tintes sanguinarios me opfrecio, con gusto acepte y tome una de las copas, tome un sorbo y antes de que pudiese objetar las palabras que la diosa de la discordia habia pronunciado Lydia hablo.

Las palabras de Lydia no solo eran para con Samantha si no tambien para conmigo y el pequeño incidente por asi llamarlo de hacia unos momentos, tambien la escuche, observe su movimientos, su actuar, delicada, provocativa y sensual como siempre, cuando termino de hablar desaparecio de una forma pulcra, llamativa y sexy, como siempre caracteristico de la diosa del amor y la lujuria, en ese instante solo alcance a desirle: lastima, me divertian nuestros "juegos", luego gire el rostro para ver a mi hermana.

Eris, Samantha, la verdad es que mis motivos.. son vanos, esta era solo quiero caos, destruccion, sin importar que o quien caiga o tenga que hacer caer para lo grarlo, la era pasada di mi via por estos humano, y ¿como nos pagan?, muchos nos dejan en el olvido, otros nos insulta, los humanos no aprecian lo que los dioses han hecho por ellos atra vez de las eras, asi que quiero su total aniquilacion, asi que cuentas con mi apoyo incondicional para tus planes querida diosa de la discordia, sobre lo de Solomon, si un dios renace en el seria patetico por parte suya escojer a tan inutil y patetico mortal, pero yo de que me quejo si tome a su hermano jajaja, ares y Athena, pues... tome un respiro en ese instante, Ares seguro dara batalla, pero puede ser destruido y Athena, esa ingenua y patetica disque diosa, encuanto caigan sus santos ella se desboronara. hice una pausa larga, observando a mi hermana y tomando un poco de vino, mantenia aquella copa en mi mano derecha, con mirada altiva y un profundo deseo de destruccion en mi rostro.

Sobre la fiesta tambien estoy deacuerdo, y sera como gustes, incluso al igual que Lydia pongo a tu dispocicion mi templo, el templo de las artes y la luz tambien seria un buen escenario, lo dejo a tu criterio querida, me hacerque a ella, termine de tomar mi vino y coloque la copa bacia sobre la bandeja, le di un beso en al mejilla, bueno debo arreglar las cosas con Cassie, no puedo dejar que siga con ese odio hacia mi, aunque no sean las cosas como antes, sera mejor que la calme o en un arranque va y arrastra a Lydia por todo el Olimpo jajaj, te dejo adorada hermana, caotica diosa y divinidad Olimpica, haa pero antes, me puedes acompañar a los jardines de ti templo, alli esta aquella musa, pues si no tienes nada mas que hacer, luego de mis palabras di unos pasos y me quede en la entrada de aquel salon con la mano estirada y la vista en Samantha, esperando su respuesta.

por Samantha Sáb Feb 12, 2011 2:21 pm

La diosa del caos con tranquilidad vertía el vino hacia su garganta, tragándolo con una pasión un tanto lujuriosa, mientras que sus oídos atentos se ponían con las palabras de su prima y unas cuantas oraciones de su hermano mellizo, la mujer quien en circunspección analizaba cada oración de Lydia, pudo identificar rápidamente que dicha diosa estaba un poco molesta por que Samantha había contrapuesto sus propósitos, mas no dijo nada, solo surcaba una sonrisa que ni expresaba ironía ni jubilo, tan solo algo incierto de describir… después aquellos dos dioses se hablaban a susurros un tanto estridentes que con gran limpidez la diosa del caos escuchaba mas no expresaba nada, tal parecía que Afrodita pedía que Richard fuera mas humilde y fuera corriendo a ver a su musa, a lo cual Samantha no pudo evitar soltar una carcajada burlona.

Suspirando despeos de un buen rato la diosa del amor y la supuesta lujuria divina abrazo al caos reencarnado con un sentimiento propio de ella, pues ambas mujeres se apreciaban tanto que no podían quitar esas costumbres. Samantha también correspondía el abrazo con gran emoción mientas le susurraba en el ido:

-Fue un gusto enorme verte de nuevo linda, espero y nos veamos pronto, saluda a mi padre por parte mía… Te quiero prima querida espero y no me odies con lo que hare.

Después tan solo se quedo impregnado el aroma de la princesa de roma entre su olfato, acto seguido se daba media vuelta y regresaba a su asiento cruzándose de piernas y escuchando con tranquilidad a su mellizo quien se disponía a ir a ver a su musa para aclarar las cosas. Samantha surcaba una sonrisa un poco burlona y se dejaba besar por su hermano, después esté se alejaba y se hasta quedar yaciente en la puerta de la enteada incitando así a Samantha a que le acompañara a los jardines de su templo, para que viera su reconcilie con su amante a lo que con seriedad pero siempre respetando contesto:

-Hermano querido… Apolo; ¿para que me quieres ahí? Sabes muy bien que a esa mujer en cierta forma la aborrezco, pues te dio lo que alguna vez quise darte… un beso. Sabias muy bien que te amaba mucho a ti como si fueras un amante, pero a la larga y al conocer a mi marido eso cambio y tan solo quedo el sentimiento de hermandad, yo no puedo estar presente ahí Richard, sabes muy bien que ese asunto es de los dos, no debe de a ver un tercero en la escena que ponga intranquilas las cosas, como concejo de una mujer, se delicado a como tratas a tu ex – amante; si esta un poco sensible tal vez todo le duela… ahora por el momento yo lo único que quiero es dormir… estoy cansada y quiero visitar a alguien antes de morir en esta era Hermano… ve por favor y suerte con lo que pase hermano siempre estaré aquí para animarte, aunque en aquella ocasión en mi habitación te dijera las cosas de una manera tan fría, sabes muy bien que soy una persona muy apasionada… tu nunca dejaras de ser mi hermano e incluso Solomon, y sabes me encanto vivir compartiendo rostro contigo por durante veintidós años, gracias hermano siempre fuiste alguien tan lindo y extraño pero sabes muy bien que muy pronto yo me iré, y antes de eso, quiero que lo sepas… quien sepas que te amo hermanó mío y nunca cambiara mi sentimiento hacia a ti; ahora verte por favor no quiero hablar mas del asunto… ve con Cassie es lo mas correcto.

Suspirando y bajando su mirada la diosa se quedo pensando en muchas cosas, en lo que haría a futuro y que sabia muy bien que dejaría desprovistos a varios que contaban con ella; pero necesario era…ya estaba harta de aquel mundo en donde tan solo había preferencia para algunos, donde a ella como diosa que se desgarraba todo los días para ser alguien importante y venerable no se le trataba con el respeto que se merecía, por lo que mejor dejaría aquella humillación y desaparecería… pero antes haría un estrago terrible en la historia de Roma que acusaría el odio total hacia su persona.

-Si ves a Flori, por favor dile que estaré en mis aposentos… y hablando de la fiesta me gustaría que fuera en tu palacio, el mío es demasiado bizarro y el de Afrodita es muy erótico… que mejor que en el templo de las artes mortales y la luz divina…

Después de eso la mujer se levanto de su trono, camino y salió por otra puerta que tenia a su costado dejando así a su hermano para que hiciera lo correcto…

por Richard Dom Feb 13, 2011 12:08 pm

los segundos transcurrian y el viento gelido continuaba fluyendo por toda lña habitacion, allli me encontraba yo, con mi mano estirada de sierta manera a la espera de la contestacion de mi melliza, aquel ser de caos y destruccion que por veinti dos años habia sido mi compañia y mi apoyo en todo momento, dichas palabras no se hicieron esperar, cada paslabras, cada oracion era tan sierta y fria como la anterior, sin embargo al referirse a nuestra relacion de tanto tiempo eran mas calidad aquellas fraces, no podia evitar que me trageran nistalgia, recuerdos surcaban mi mente, Samantha y yo, jugando, hablandso, cabalgando, contandonos todo y Solomon alli, siendo la fiel sombra de nuestro padre pero cuando murio hay estubo, una figura molesta pero responsable.

Mi mente se nublaba y solo podia ver frente a mi las figuras de la que ahora era la diosa de la discordia y mi persona juntos, todo el tiempo, dos ghotas de agua no solo fisicas si no sentimentalmente, inseparables hermanos no solo con amor filial, las palabras de Samantha resonaban en mi mente una tras otra y cuando culmino seguian rondando mis penzamientos, paresia mas que un hasta luego parecian palabras de despedida. luego de unos minutos reaccione, me encontraba en el mismo sitio solo, con una lagrima que los hojos, estupido Richard aun sigue demostrando sus sentimiento, mi cosmos se alzo, tambien te aprecie mucho en el pasado mas que como hermana, pero como tu misma dices ahora solo hay cariño fraternal... y ahora somos dioses, luego de aquellas palabras me marche de aquel lugar cerrando la puerta detras mio y dirigiendome hacia los jardines, debia ir a hablar con Cassie y luego preparar la celebracion que tendria lugar en mi templo.

por Alucard Mar Feb 15, 2011 3:58 pm

un suspiro , una exalacion y pasar de saliva las palabras de mi diosa herian aun alma todavia atormentada por su pasado , pero en esas palabras un aliento de confiansa se deja notar , al levantar mi rostros sus ojos se posan en mi , dejando ver el alma de esposa atrapada al igual que la mia , sus ojos reflejan amor , calor , seduccion y odio ante aquellos que os la haveis lastimado bajando mi rostro me pide que me retire y vaya a sus aposentos que hay hablara conmigo, en esos instante mi diosa se aleja de mi una humillacion frente a mis hermanos que an de pensar que soy un initil , en esos instante una cosmo enrgia muy poderosa llenava el salon , su hermano mellizo richard era la encarancion de apolo y lydia la pricesa de roma era nadmas que afrodita , ellos havia sido llamados por mi diosa para discutir asuntos que a simples lacayos no nos incumbian del todo asi que con produncia segui hagachado para no causar ninguna falta de respeto a los invitados de mi diosa

diablos se an de estar burlando y mofando de mi , pero esto no se quedara asi juro que no sera asi , me esforsare para volver a hcer el mejor d etodos , ya lo veran , pero creo que debo ser prudente ahora mismo mi diosa tienen ams preferencia por mis hermanas pero no importa llagara el momento en que recupere mi poder por completo y entonces me mirara d enuevo ami , *subiendo la cabaeza* mi señora como usted me lo ha pedido me retiro ire a preparar sus aposentos para su descanso *levantandome camino hacia la salida , empujando el gran porton salgo de la habitacion dirijiendome hacia los pasillos

Burlense y piensen que soy un inutil que pronto conoceran lo que es en verdad el horror y el poder del rencor , sabran que conmigo la luz sucumbira ante mi oscuridad

por Pandora1 Miér Feb 16, 2011 7:09 am

Caminando lento llegaba por fin al portón principal del templo de la discordia. Me detuve frente a él y levanté lentamente una mano para así empujar lento y cuidadoso para abrir por fin la enorme puerta, que mientras se movía emitía un molesto chirrido pero le daba el toque perfecto a aquel sitio. Sin siquiera esperar me adentré en el gran salón principal, sin prestar mucha atención a los alrededores aunque la decoración me llamaba mucho la atención, era bella e hipnotizarte. Mi pequeña mascota se bajó de mi hombro y comenzó a correr delante de mí. Suspiré mientras lo miraba alejarse y quise detenerlo.

-¡Ruffo espera! ¿Que te he dicho miles de veces...? me esperas a mi, no hagas estragos pequeño...- Dije en voz alta regañando al animalito que se volteó y maulló despacio. Yo seguía caminando en dirección a los aposentos de mi diosa, quizás necesitaba un poco que ayuda, solo quería comunicarle mi fidelidad, haría lo que fuera por estar cerca de ella y que esté feliz y orgullosa de su fantasma de la muerte. Me dirigía hacia los pasillos del palacio de la discordia, esos hermosos pasillos rodeados por pilares de piedra decorados con colores exóticos y extraños y algunas pinturas bellas e interesantes. Caminaba sin prestar atención a nada a mi alrededor, con mi mente en blanco sin pensar en nada en absoluto.

por Pandora1 Vie Mar 18, 2011 8:01 am

Ya había cumplido mi misión de ir a comprar las ropas para la fiesta pero ahora debía ir en busca de mi hermana del hambre, aunque no la había encontrado en ningún sitio al que fuí, pero ahora que estaba cerca del templo de la discordia podía sentir su cosmos muy cerca ¿Acaso se había adelantado y llegado antes que yo? Como sea tenía que advertirle que Samantha estaba ocupada con su fantasma del rencor y además debía ir en busca de aquella ropa para la celebración que se llevaría a cabo, no podía fracasar, debía encontrar a Sheznarda antes de que llegue a donde esta la diosa. Corrí a gran velocidad abriendo con fuerza la puerta enorme de la entrada al salón principal del templo de la discordia. Miré por un momento hacia atrás y mi a mi mascota corriendo detrás.

-Vamos Ruffo, más rápido!- Le exclamé al animalito para que apure el paso así llegábamos a tiempo. Me detuve un poco, no me gustaba correr dentro de los pasillos del templo, era una costumbre que tenía desde mucho antes, cuando trabajaba en las villas. Pero igualmente iba caminando a paso rápido sin detenerme en nada en lo absoluto, tan solo mirando hacia delante para poder llegar con mi hermana, y si no lo lograba, bueno, no habría muchos que hacer, se que mi diosa podría llegar a regañarme pero eso no me interesaba porque sería por una justa causa. Lo que me interesaba era darle una información a Sheznarda, que no había podido alcanzarla antes por una cuestión de tiempo, tan solo porque decidí ir primero en busca de mi vestido.

por Samantha Vie Mar 18, 2011 8:25 pm

Samantha conocía muy bien cada milímetro de su recinto por lo que antes de llegar a la puerta del salón principal una portezuela oculta se mantenía en camuflaje para que dicha divinidad se reincorporara a la habitación por detrás de su enorme trono. La Diosa abría con su cosmos dicha puertezuela oculta y con ello se adentraba al su salón principal, la esencia de ambas fantasmas se derrochaba en el lugar una alejada de la otra pero al final ambas ya estaban en el palacio por lo tanto su enojo descendió y simplemente suspiró.

Tronando su cuello la dama se sentó en su enorme trono lo lejos diviso la silueta de una doncella, quien era Flori surcando una sonrisa la dama no despego la mirada de ella y con ello simplemente musitó:

-Buenas noches mi querida Dama, tus manos yacen vacías ¿Dónde está el hambre? ¿No me digas que se te adelanto una vez más? Jajaja mujer que le vamos a hacer… como sea linda has traído las telas para hacerte un sensual vestido, emocionada estoy por la fiesta y una cosa mas he invitado a un deidad más luego te la presentare mi querida Flori… debes de estar cansada así que siéntate linda a mi lado y cuéntame que has traído del mundo mortal.

Dicho eso Samantha se cruzó de piernas y observó el frente con una sonrisa de lado a lado con sus ojos cerrados, esperando la reacción de su fantasma de la muerte y mano derecha Flori.

por Sheznarda Mar Mar 22, 2011 11:19 am

Sheznarda abrió con lentitud la puerta del salón principal del templo de la diosa de la discordia, tal y como ella estaba pensando, su diosa estaba ahí sentada disfrutando de un descanso que obviamente se merecía bastante, su hermana el fantasma de la muerte también estaba con su diosa muy cerca de ella, y no era de sorprenderse puesto que bien sabido era por todos, que el fantasma de la muerte de Eris era la mano derecha de la diosa de la discordia.

Con un caminar un poco cohibido, la dama del hambre se adentró en ese salón grande esperando poder coger a su diosa de buen genio, ya que después de todo podría ser que por haberse marchado alguna cosa no hizo, o tal vez en algo no pudo ayudarla por estar ausente, espera que si había algún regaño, este no fuera tan grande ni tan feo, porque la verdad era que no quería ponerse triste luego de pasar un momento tan alegre; Sheznarda caminó con lentitud y se postró ante la silueta de Eris sentada sobre su trono, iba a decir algo, pero entonces un presentimiento extraño hizo que el corazón de la mujer rubia latiera con mucha fuerza y le transmitiera un dolor que le impediría respirar por unos segundos, segundos en los que no podía hacer nada más que disimular que todo estaba bien.

-No puede ser... Presiento que algo malo va a pasarle... Ya el presagio de la muerte estaba molestándome hace rato... Jabranth.

Sherznarda pensó todo esto mientras sentía la cola de su mascota pasar por sus piernas, quería decirle que se quedara quieta, pero no deseaba pasar del saludo a Eris por regañar a su animalito, así que tratando de olvidarse de la posibilidad de que algo malo le pasara a Jabranth decidió hablar tratando de fingir alegría para disipar la preocupación que podría escucharse en su tono de su voz.

-Mi señora estoy aquí justo como se lo he prometido.

por Samantha Jue Mar 24, 2011 8:47 pm

Samantha divisó cada movimiento que su fantasma del hambre Sheznarda realizaba dejando atrás la presencia de Flori. Tal parecía que ya había presagiado lo que le sucedía a su amante, aquel ser servidor del asqueroso Ares, cosa que generó el surcar de una sonrisa en la Diosa del Caos. Sheznarda hablaba a lo que Samantha desapareció y reapareció a un lado de la mujer rubia. Posando su mano derecha en su hombro la mujer suspiró y con ello musitó:

-Las palabras de tu amante marca una total traición a su Dios. Sea quien sea al ser que sirva el humano debe de tener en cuenta el respeto a ese ser divino. Perdóname Sheznarda pero aquel hombre actuó de una manera estúpida y suicida. Te dije que traidores cerca de mi o de algún fantasma a quien proteja no tendría apiade alguno. Tengo el poder de interferí y alargar su muerte ¿Pero para qué? Sheznarda es claro que el quiere morir, lo siento de verdad mujer pero es mejor para ambos.

Dicho eso la diosa se puso de cuclillas frente a Sheznarda y con ello repaso sus manos en su faz surcando una sonrisa la Diosa dijo:

-No puedo permitir que desciendas al mundo mortal Sheznarda, lo siento pero estás vetada al permiso que te he dado… si llega a morir tu amante ni lo podrás ir a ver a su tumba hasta que el “peligro” descienda… eres tú más importante que otro ser mortal… no me odies mujer sólo quiero que tengas en cuenta que es decisión de él… déjale que haga su voluntad si lo hace es por alguna razón.

Tomándola de los hombros y atrayéndola hacia su cuerpo para surcarla en un abrazo fuerte en el cual en silencio permaneció por un largo tiempo para así susurrarle:

-Mujer la vida de un mortal se acaba eso debes de saberlo ya que tú lo eres y así has sido educada. Si Jabranth lo ha decidido así es disposición suya. Lo único que queda es recordarle por siempre… Hay dos opciones una es tratarlo de salvar pero ¿qué caso tiene mujer? es servidor de nuestro rival… la segunda esperar y sólo esperar a que llegue esa persona e intervenga… la cosa es que no te vayas a lamentar mujer ya que sería un peso que marcaria la desdicha de tu amante en su eternidad bajo el yugo del cielo o el infierno… dependiendo a donde llegue su alma después de la muerte…

Dicho eso Samantha echo su cuerpo hacia atrás para así simplemente sentarse. Su mente estaba siendo invadida por un sinfín de probabilidades y reacciones… pero lo importante en ese momento era que Sheznarda estuviera tranquila y no cayera en una depresión, que conllevaría a que Eris hiciera un acto alocado y carente de razón por ver feliz a su amiga y fantasma…

por Sheznarda Dom Mar 27, 2011 11:29 pm

Sheznarda estaba en lo cierto, algo le iba a pasar a su querido novio y no podía hacer nada para impedirlo ya que esos eran los líos que tenían seres de otros reinos, seres que la misma diosa de la discordia veía como inferiores y que no tenían razón siquiera de existir. No sabía por qué, pero a la fantasma del hambre le reconfortaba un poco el pensamiento de que su amado moriría defendiendo lo que creía, no importaba si era por causa de una traición a su dios; aunque no estuviera de acuerdo con lo que estaba diciendo su señora, Sheznarda no hizo más que seguir en su posición inicial esperando que su señora terminara de argumentar.

El abrazo que presentó su diosa ante ella, no hizo más que afianzar la seguridad que sentía Sheznarda, de que si Jabranth no era capaz de hacer entender a los demás al golpe limpio, que el hacía lo que se le daba la gana si quería, entonces no podía ser digno de ella, porque a fin de cuentas, la ladrona era un ser tan especial que la misma diosa de la discordia, no iba a permitir que nada le pasara. Eso sí, la sorpresa de Sheznarda al saber que su señora conocía acerca del peligro que sufría un ser ajeno a ella en el mundo mortal, era algo que no dejaba de aumentar a cada segundo. Una vez que Eris terminó de decir todo lo que deseaba echó su cuerpo hacia atrás y en menos de unos segundos apareció en su trono. Sheznarda quien quería dejarle en claro su posición en relación a Jabranth le dijo:

-Si bien es cierto yo amo a ese hombre de una forma irracional- Sheznarda se puso de pie y avanzó para ponerse al lado del trono de Samantha. - Pero la verdad es que si le pidiera que lo salvara, sería lo peor que yo podría hacer en mi vida, estaría obligándolo a ser un cobarde que huye de su las consecuencias de sus acciones, y los cobardes no me merecen. El que el pueda morir defendiendo lo que piensa, sea lo que sea que piense, es lo que hace que me sienta más enamorada de él.

Sheznarda guardó silencio unos segundos y luego tomar aire continuó con su diálogo hacia su diosa:

-La verdad es que si el muere es obvio que me pondré triste, no es para más puesto que le amo demasiado y maldigo a Ares por tomarlo como su guerrero, me hubiera gustado que el tuviera el honor de servir a su lado así como lo hago yo, pero no podrá ser. En cuanto a eso de mi permiso, no tengo oposición puesto que usted lo hace para cuidarme, podré ver su cuerpo muerto y putrefacto en el caso de que muera, sólo cuando usted me lo diga; o en el caso de que viviera podré verle de nuevo sólo cuando usted lo considere necesario, por eso no se preocupe.

La ladrona guardó silencio mientras pensaba en las mil y un formas de disimular su llanto cuando se enterara de que sus presentimientos negativos habían sido cumplidos a cabalidad, no quería que su amado novio se muriera, pero si el lo hacía defendiendo su causa, así fuera la más estúpida, ella tenía que sentirse orgullosa, pues para ella no había peor hombre que el que no mantenía su palabra.

por Samantha Mar Mar 29, 2011 8:09 pm

Samantha simplemente escuchaba las palabras estúpidas por parte de su amiga y fantasma del hambre: Sheznarda. Y es que Eris cansada estaba ya al escuchar siempre lo mismo y lo mismo, que hacía que su sangre hirviera más. Sin embargo no lo demostraba, seria estaba posando su mirada en la silueta de la ladrona rubia, quien culminaba su alegato generando que dicha Diosa suspirara y lentamente se levantara de su cómodo trono. Acercándose a Hambre aquella dijo con voz firme y un tanto fría:

-Como quieras mujer (pasándose derecho haciendo agudo el sonido de sus zapatillas) Pasamos a mejores temas y éste es la Fiesta que haremos nosotros los Dioses Aliados en el templo de mi querido hermano mellizo Richard reencarnación de Apolo. Debes de buscar un buen vestido mi querida rubia que mi acompañante serás en este evento… pero antes mi dama vayamos a recibir a otra Diosa quien ha arribado en la entrada de Discordia a la espera de que nosotras como perfectas edecanes le demos bienvenida.

Dicho eso Samantha se contoneo hasta la entrada del salón principal dando media vuelta y alzando su cosmos ya que en bata perduraba y no podía presentarse con tales harapos a una igual de rango mas no de poder. Por lo tanto hizo que sus prendas se desgarran y que una ligera bruma grisácea le cubriera hasta solidificarse y así mostrar un corto vestido color carmín, surcando una sonrisa esta suspiró y musitó:

-Perfecto ahora si vayamos a la entrada de nuestro plació Hambre… me adelanto yo, debes de porta tú armadura y animo querida que de la oscuridad la luz nace…

Dicho eso Samantha elevó una vez más su cosmos y desapareció de aquella enorme estancia de recreación… rumbo a donde Kore habiallegado.

por Sheznarda Miér Mar 30, 2011 8:56 pm

Sheznarda escuchó aquello que dijo su diosa, al parecer no estaba tan feliz de que ella estuviera enamorada de Jabranth, pero eso ya lo sabía desde hace mucho tiempo. Sin embargo no podía negar, que cada vez que ella decía algo acerca de su amor y su diosa se enojaba, ella sentía muy mal; una tristeza nueva se apoderó de la ladrona de cabellos rubios, tenía muchos deseos de poder entregarse por completo a su labor como fantasma de Eris, y esa era precisamente la razón por la que la posible muerte de su amado, a más de causarle una tristeza enorme, significaría para ella la libertad para cumplir con su labor sin distracciones.

-Está bien mi señora, si así lo desea yo iré con usted portando mi armadura, no hablaremos más de este tema. No se preocupe, mis ánimos saldrán de verla a usted tan contenta, ya que usted es la razón de mi vivir.

Sheznarda se puso de pie rápidamente elevó su cosmos haciendo que la caja donde portaba su armadura se abriera para dejar a la vista, su hermosa armadura de color oscuro. Una vez que esta estuvo al descubierto, la fantasma del hambre dejó que el viento llevara su armadura haciendo que la misma cubriera su cuerpo. Ahora sí Sheznarda lucía como una fantasma del hambre, la sirvienta de Eris, la amiga de Samantha, ya no era más la mujer que locamente se había enamorado de un ser que resaltó entre todas las escorias que había en el ejército de Ares, un ser que bien podría haber sido mejor cosa que el perro del dios de la guerra; ya no importaba como se sintiera en relación a eso, o en relación a la muerte de su novio, por ahí podía ser que su muerte lo haría libre de una vez, eso era exactamente lo que tenía que pensar si quería, por lo menos mantenerse en pie todos los días.

-Bueno... Hagamos esto.

Sheznarda se acomodó el casco de la armadura y siguiendo el cosmos de su diosa se dirigió hacia la entrada del templo para recibir a la invitada de su deidad.

por Samantha Dom Abr 03, 2011 1:48 pm

De repente entre la sala principal del palacio de la discordia un remolino se comenzó a formar despedazando parte del mármol de las paredes y suelo. Pequeñas centellas y rayos se dispersaban chocando con el lugar y destrozándolo aún más. Y de la nada un fogonazo de luz incandescente se dejó suelto proyectando en las paredes y en forma de estrella las siluetas de dos féminas demasiado cercas: Eran Kore y Samantha quienes se habían transportado desde la entrada de aquel lugar tétrico hasta la sala principal.

Eris soltaba el cuerpo de aquella invitada para que así de inmediato buscara al hambre con el propósito de ordenarle que cuidara muy bien de dicha Diosa hasta su regreso. Su rostro reflejaba una desesperación abrumadora, la mujer se detenía en media sala y con ello cerraba sus puños y ojos para que elevando su cosmos destrozara su ropaje mortal y de inmediato surgiera su Kamei divina. Dicha pieza metálica se fraccionaba cubriendo apropiadamente a la dama. Senos bien contorneados, caderas ligeramente cubiertas, abdomen y vientre desnudo como también brazos y piernas, botas metálicas de pico y una arracada de serpiente en el cuello, mientras que su parte intima en triangulo quedaba.

La mujer circunspecta alzaba ambas manos en dirección del cielo materializando sus objetos bélicos: la manzana de oro y el tridente de tres pico envenado. De la nada los ojos de Samantha se desviaron en dirección de la puertezuela divisando como Sheznarda lentamente salía del lugar, con vos imponerte digna de una Diosa bélica como lo era ella, exclamó:

-No es necesario que salgas de lugar fantasma del hambre nosotras ya hemos llegado, ahora bien Sheznarda querida una nueva misión te doy y es proteger a toda costa a esta señorita, quien de su cuerpo reencarnó Kore la diosa de la primavera (caminado hacia donde Sheznarda estaba tomándola de los hombros y musitando es susurro) Si no regreso mujer quiero que sepas que todo lo que hice fue por amor a tu persona… lo único que quería era que fueras feliz y lo arruine por completo… si he de morir hoy fue por protegerlas a ustedes… mis hijas (acercando su faz al cuello de Sheznarda ésta le daba un lajero beso mientras su cuerpo comenzaba a desvanecer del lugar) Cuídala por lo que más quieras, cuídate y perdóname…

Dicho eso la esencia de Samantha como su cuerpo desaparecía dejando así un sensación de vacio en la habitación combinado con una roma dulzón, propio de las orquídeas, flores muy apreciadas por aquella Diosa reencarnada.

oFF: Sheznarda cuida a Kore en lo que yo salvo a Sophia y Gelum abriré un tema en las ruinas del templo cuando los traiga a salvo para que haya nos veamos… querída n.n

por Sheznarda Mar Abr 05, 2011 1:09 pm

Sheznarda escuchó lo que decía su interlocutora acerca de proteger a la diosa que estaba en ese lugar. Al no haber estado el tiempo suficiente no se enteró de que esa diosa también estaba del lado de Samantha, sin embargo en lo que a ella concernía no iba a contradecir a Eris, ni a preguntarle estupideces porque no tenía el derecho de cuestionarla, después de todo ella hacía todo lo que estaban en sus manos para que todos sus fantasmas estuvieran bien aunque sólo fueran dos.

-Como usted ordene mi señora, yo protegeré a la diosa del la primavera, y me encargaré de que su estancia en este lugar se buena, no se decepcionará ni uno de las dos.

Una vez que Sheznarda dijo esto dejó que su deidad se abrazara a ella, esta era una despedida un tanto rara para la ladrona, puesto que siempre que se marchaba Samantha, sólo les daba indicaciones a ella y a su hermana, sin embargo este día y esta vez, la diosa de la discordia se abrazó como queriendo aferrarse para no perderse de algo, o no dejarse arrastrar por cierta cosa que podría arruinar el futuro de ella y sus fantasmas para siempre.

-Mi señora... Qué es lo que...

Sheznarda apenas si susurró estas palabras en voz baja, porque escuchó que la diosa de la primavera estaría ahí y no quería incomodarla con cosas raras como esas, así que Sheznarda decidió sólo guardar silencio y abrazar a su deidad para luego soltarse con lentitud y dejar que ella se fuera, ahora la fantasma del hambre se dedicó a su nueva labor.

por Pandora1 Lun Abr 25, 2011 2:41 pm

Había aparecido la diosa de la discordia dirigiendo unas palabras hacia mí, las que no pude contestar pues otra presencia se apareció en la sala. Era Sheznarda, el fantasma del hambre justamente, la diosa, dejando atrás mi presencia se dispuso a platicar unas palabras con mi hermana. En mi mente se formó un mar de pensamientos, sacándome completamente de la realidad, sumida en mi imaginación olvidé completamente lo que hacía en ese momento en el templo de la discordia. Estaba como dormida pero con mis ojos abiertos, no reaccionaba a nada. Incluso cuando ambas mujeres desaparecieron del lugar.

Pasó algún tiempo y desperté de mis pensamientos profundos, estaba en el suelo, acostada. Nunca supe como llegué allí pero en ese momento ya nadie estaba en la habitación, me encontraba sola. Miré en todas direcciones, una laguna se formó en mi mente, no recordaba como llegué a ese estado ni el por qué. Me levanté lentamente para así ponerme de pie. Limpié mi ropa con mis manos y entonces miré al suelo donde se encontraba mi mascota, estaba senado descansando, ni siquiera me miraba.

-Tengo que encontrar a Eris y Sheznarda... no se que me habrá ocurrido pero el tiempo ha pasado...- pensaba mientras miraba al pequeño animalito. Sentía esa presencia tan fuerte, la diosa no estaba muy lejos, aunque no sabía si estaría ocupada o en presencia de alguien más. Pero igualmente decidí que tenía que encontrarla, no sabía que era lo que había pasado pero me sentía extraña y culpable de algo. Quizás de haberme perdido y no poder seguir las órdenes que me había dado mi diosa. Ahora tenía que encontrarla y recuperar el tiempo perdido.

-Vamos, pequeño...- dije mientras miraba a mi pequeño compañero felino. Comencé a caminar a donde sentía esa presencia, hacia los pasillos.

por Saphire Dom Mayo 01, 2011 10:33 pm

Realmente no sabia que pasaba, pero tenia un extraño presentimiento, pues antes de haber llegado al templo de Eris, una fuerte punzada recorrio su ser, su corazon....por que pasaria algo asi? por que un sentimiento extraño se alojaba en su cuerpo??...no lo entendia muy bien, pero al ver a Eris muy preocupada y sobre todo, presurosa de ir con Sophia, hacia que pensara tambien en ir, pues sabia que si algo estaba mal con Sophia, tambien con Fye y aruinaria un parte de susplanes, pero recapacitando, lo mejor seria aguardar y preguntarle a Eris cuando regresara....por lo que suspiro con pesadez y en un susuroo dijo

- Que te habra pasado Sophia?-la diosa miro a la súbdita de Eris, en verdad si que se veia un reino prometedor, por lo que sonrio de lado, recordando que ella tambien tuvo uno asi, pero que le habian traicionado por Hades....maldito Hades...Maldito seas!! repetia con furia y rabia a si misma...como habia podido caer en ese estupido juego de aquel dios....pero pagaria caro, eso era seguro, pues no iba a permitir que pensara que era una debil....claro que no...esta vez le demostraria lo que era capaz de hacer. Una sed de venganza recorria todo su ser, Hades tenia que morir!!.....aquellos eran los pensamientos...los unicos propositos de Kore.....vengarse de Hades.

por Pandora1 Dom Mayo 08, 2011 8:12 am

Me detuve al escuchar voces en el pasillo, parecía ser que la diosa estaba hablando con Sheznarda si mi nituición y mi oído no fallaban. Por supuesto no iba a interrumpir una charla, quizás sea importante. Me arrepentí y pense que sería mejor esperar, no era urgente ver a Samantha, no tenía nada que decirle por el momento, solo planeaba verla de nuevo y esperar que me dijera algo. Sonreí entonces, me agaché y tomé en brazos a mi compañero felino que maulló agradablemente en ese momento.

-Mejor vamos a esperar, pequeño...- dije con un tono de voz suave mirando al animal y mostrando esa sonrisa que llevaba casi siempre, sobre todo cuando notaba la presencia de Eris que había resultado ser una diosa muy amable y sobre todo amiga de sus fantasmas que era lo que un dios necesitaba siempre para ganar la confianza absoluta de sus guerreros. A pesar de que yo la conocía desde mucho antes, siempre fui su fiel sirviente y con mis actos me había ganado su amistad. Saber que era el fantasma de la muerte y mano derecha de la diosa de la discordia me llenaba de orgullo pero creía que aún me faltaba por cambiar algunas actitudes que me había mensionado Eris como aquello que sentirme siempre culpable y pedir perdón por cada cosa que creía que estaba mal.

Caminé hasta un rincón de la gran habitación y me senté en un asiento grande que había allí, soltando a mi mascota en el suelo para que juegue como siempre. Me quedé esperando, aunque en verdad no sabía lo que esperaba pero no tenía mucho que hacer, apoyé la cabeza en el muro y cerré los ojos por un momento.

por Pandora1 Lun Mayo 16, 2011 12:58 am

Aún permanecía sentada con mi cabeza estirada hacia atrás y mis ojos cerrados, por un momento creí que había quedado dormida o por lo menos en eso estaba pero de pronto volvía a abrir mis ojos. No pasaba nada, a parecer la diosa de la discordia seguía ocupada con mi hermana del hambre, o eso creía pues aún no había rastros de ninguna de ellas en el salón principal del templo. Suspiré exhausta y aburrida, no sabía que hacer hasta que la diosa de desocupe pero una idea invadía mi mente y me dejaba inquieta. Pensaba que era muy probable que la diosa me regañe o algo por estar desaparecida de su presencia, por así decirlo, aunque a decir verdad no sabía lo que me había pasado y quería arreglar el asunto cuanto antes, aunque Eris me había dicho muchas veces que no debía disculparme creía que esa era una verdadera ocasión para sí hacerlo. En cuanto la viera quería hablar con ella y disculparme por haber sido irresponsable, por lo menos desde mi punto de vista. Ya que era una costumbre y deber mío el estar siempre pendiente de sus órdenes, siempre fue así, incluso cuando yo era una simple sirviente ella me eligió para que le sirviera e incluso sea su mano derecha, no quería destruir eso que había logrado, tenía que, de alguna forma, arreglarlo, volver con ella y saber lo que pensaba en ese momento. Pero no quería interrumpir, mejor sería esperar el momento justo.

Así que permanecí sentada en ese mismo lugar, sin hacer nada, sola con mi mascota que siempre me acompañaba a todas partes, al igual que mi cosmos de muerte. Ellos me eran imprescindibles siempre.

por Pandora1 Miér Mayo 25, 2011 3:20 pm

Mi mirada perdida perdida en la nada indicaba que no prestaba atención a lo que ocurría a mi alrededor, ya de por sí no ocurría nada importante en ese ligar, por lo menos no en el salón en donde me encontraba aburrida y a la espera de que mi diosa acabe con sus asuntos. Podía sentir su vos y de mi compañera fantasma del hambre aunque no lograba saber de que se trataba. Quizás era otro de esos actos de Sheznarda que siempre tenía que oír o tal vez era algo más importante, no lo sabía y no podía averiguarlo hasta que pueda hablar con ella.

Solía disculparme siempre por cosas pequeñas como llegar unos minutos tarde ante mi diosa o no haber podido cumplir un pequeño encargo encomendado por ella, de cualquier manera Eris siempre me regañaba por ese motivo, no le agradaba que siempre esté pidiendo disculpas. No sabía si éste motivo era para pedirlas pero consideraba que era un tanto más importante que mis anteriores errores. Algo había pasado que no me permitió seguir sus pasos y no sabía el por qué de lo que ocurría, no tenía idea de algunas cosas de las que simplemente ignoré por un pequeño inconveniente que me impidió estar al tanto de mi diosa. De todos modos no quedaba otra cosa más que sentarme a esperar la presencia de la diosa de la discordia. No era mi estilo interrumpir y a eso lo había aprendido de aquellos años en la servidumbre de la familia misma de Samantha.

Suspiré acomodándome un poco y miré a mi mascota que estaba a mi lado en la banca. Lo tomé con ambas manos y lo coloqué sobre mi falta, al mismo tiempo que el animal emitió un pequeño maullido, entonces empecé a acariciar su oscuro pelaje sin decir ni una palabra, ningún gesto.

por Mauritius Miér Jun 01, 2011 8:53 pm

Me alejaba lentamente del lugar cuando un cosmos similiar a la de un espectro se hacia presente, quizas no era del todo cierto lo que me habia dicho kore, la curiosidad era algo grande pero temia que la diosa Eris se enojara, ademas de que buscaba de algun modo buscar todas las respuestas a las cuestiones que tenia en mi mente. Respire un poco mientras me hiba alejando del lugar, camine por unos momentos hasta alejarme un poco mas de aquella mujer, casi niña, que se perdia ahora entre sus labores propias.

Me veia frente algun cuarto principal que se abria paso a paso. quizas era el salon preferido de Eris, pero ella donde se encontraba, a lo lejos podia sentir un dos cosmos casi debiles, que peleaban entre si, pero no seria novedad que algunos de los fantasmas estuvieran peleando entre si.

Me guie hacia las escalinatas, donde estaban los aposentos de la mujer, camine siguendo la brecha que habian dejado, me sente en el lugar de la diosa, la verdad estaba cansado de estar esperando, pero al menos acabarian las dudas en mi, y sabria algunas cuantas cosas, pero aun asi, la presencia de un espectro en el reino de Eris, podria causarle demasiado daño, quizas no tanto, solo una muerte rapida, por andar metiendose en lugares que no debria.

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