Salón Principal

por Samantha Mar Ene 18, 2011 6:45 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Por lo menos el lado este de lo que había sido en eras pasadas el Palacio del Caos y la Discordia, por fin estaba totalmente reconstruido, por lo que Samantha acelero el paso, adentrándose entre los oscuros pasillos, el vacio del lugar era eminente, por lo que sus pisadas resonaban por doquier en un estrepitoso e incomodo eco. En aquel lugar el aire ya no corría de la misma manera, además ya no era cálido y reseco… al contrario, se había vuelto un poco sereno y gélido, provocando el constante temblar de su cuerpo. Mas todo cambio cuando dicha Diosa de linaje primordial, elevaba delicadamente su cosmos, derrochando su cálido perder para así poner en un ambiente mejor el clima de aquellos oscuros y húmedos pasillos.

Su caminata culmino frente a una enorme entrada de vidrio negro, pulido y finamente delineado con acabados dorados, los cuales dibujaba toda una historia de guerra y destrucción, Samantha simplemente sonrió y reposo su mano derecha en aquel vidrio soplado, para que tan solo con un leve esfuerzo abriera las puertezuelas, las cuales expedían un fogonazo de luz incandescente que segaba efímeramente a la Diosa.

Sus vista se ponía un poco llorosa y borrosa, por lo que Samantha repasaba sus manos para así hacer su mirada un poco límpida, quedando maravillada al ver el hermosos cuadro que tenia en frente, las paredes eran de mármol finamente pulidas y pintadas con colore violetas amarillos, rojizos tonos y unos tantos azules… haciendo así una hermosa pintura de un ocaso y un jardín solitario.

Mas su mirada no estaba atenta a todo lo que en verdad adornaba la extensa sala, pues estaba mas distraída admirando su viejo y enorme trono color caoba, con una cantidad exagerada de piedras presionas, Samantha como pudo se acerco a dicho asiento magistral, repasando su diestra en las formas curvilíneas, para así surcar una sonrisa, dar media vuelta y echar su cuerpo hacia atrás, cruzándose de piernas, recargando su cabeza en la espalda del acolchonado y terciopelado trono, mirando el frente esperando la enterad de sus Fantasmas.

por Mauritius Jue Jul 14, 2011 12:01 pm

Flori se alejaba como dejandonos espacio a ambos, lydia se encontraba solo de frente, mientras que yo, buscaba la manera de acercarme hacia ella, respondio con cierta sutileza a lo del cosmos, que al instante se desvanecio en el ambiente, como si nadie hubiera existido ahi, era verdad, talvez era solo un gusano que se habia arrastrado hasta aqui para solor ver su muerte llegar lentamente.

Bien parece ser que esa rata no volvera a molestar, creo que a llegado a su limite, ja, pero que educacion la mia, lydia,.... calle por un momento,... sabes que desde ese momento en que te mire en el senado, y en que te converti en mi mujer, a pasado mucho tiempo, y en verdad necesito de ti... Dije mientras lentamente pasaba mi mano por su cintura, y acariciaba su mejilla con mi otra mano, Mi cuerpo necesita una vez mas de ti... se que este no es el lugar indicado, puesto que en cualquier momento apareceria Eris, o algun otro enemigo, pero quiero que lo tengas presente... algo dentro de mi, aparecia de nuevo, de solo recordar aquellos momentos de lujuria y parion que se devolvia en mis pensamientos, era claro, no podia vivir sin ella, puesto que ella era la unica por el momento que habia encendido en mi, esa llama de lujuria y pasion...

Entonces que dices lydia?

por Lydia Dom Jul 17, 2011 10:50 am

La princesa de Roma dejó que Flori se marchase como lo estaba pidiendo, puesto que no tenía ya nada qué hacer en ese sitio, a diferencia de Zeus y ella que tenían que estar en el gran salón para cuando Eris llegase por si necesitaba ayuda, además que sabía bien que los fantasmas de Eris podrían ser atacados en cualquier momento si ella no se quedaba en ese lugar central y se tomase el tiempo para ir a vagar a otro lado.

Con tranquilidad la diosa de cabellos negros hizo aparecer una copa llena de vino en sus manos y la bebió poco a poco mientras pensaba en la existencia de Solomon y en su posible muerte. No sentía su existencia como tal en la tierra, y su poder para saber si estaba muerto o no aún no estaba lo suficientemente despierto para poder determinarlo; sin embargo no podía negar que ella estaba sintiendo una energía diferente por parte de su primo cuando se concentraba y pensaba en él. Una que no podía determinar si era como deidad o como alma en pena, porque al ser tan repulsivo, no se lo quería ni el el elíseo ni el inframundo.

-Sería un problema que alguien como él resultase ser otro dios, y de paso uno de los primeros. Tendría eso sí que andarme con cuidado por mucho que mi primo sea un tonto.- Afrodita pensó esto mientras recordaba lo molesto que se mostró su primo cuando supo quien era ella. Lydia por su parte también se sintió molesta, pero en esos momentos en los que era vulnerable, no quiso siquiera matarlo y sabía que dentro de poco podría arrepentirse por ello.

-Zeus tú...- Afrodita dejó de hablar puesto que Mauritius se había acercado a ella abrazándola por la cintura y acariciando su mejilla mientras le decía cuán deseoso estaba una vez más de pasar un tiempo a solas con ella. Lydia tambíen quería algo como, si corazón se aceleraba de sólo pensar en ello, pero recordó que estaba en el templo de Eris y que hacer tal cosa podría ser considerada una gran ofensa por parte de ambos hacia la deidad de la guerra, y lo que ella menos quería era que esa mujer se portase como su enemiga, por lo que al final, con todo el dolor de su alma, la diosa del amor y la lujuria dijo:

-Mauritius querido... En serio lo lamento y sabes claramente que si yo pudiese lo haría con mucho gusto, pero estamos en este lugar, y no quiero que Eris piense que sólo pasamos en eso y que somos tan viciosos que ni siquiera respetamos su sitio de reinado. Además podrían pasar los fantasmas de Eris por aquí y nos verían, no quiero la verdad pasar por un bochorno así, ya lo pasé una vez con Hefestos, no quiero que nadie se vuelva a burlar así de mí.

Una vez dicho esto Lydia besó con pasión a Mauritius pensando si sería prudente o no, que le preguntase sobre la reencarnación de otra deidad que además de sabe que estaba pendiente, podría haber sentido que se encontraba despierto hace poco, pero estaba segura que si hacía eso el podría sentirse molesto, así que decidió esperar un poco a ver cómo evolucionaban las cosas.

Narro/ Afrodita/ Pensamientos de Afrodita

por Mauritius Jue Jul 21, 2011 11:46 am

Quizas tenia razon, pero aun asi, no deje de besarla con lujuria para que sintiera lo que me nacia por ella, la tome aun mas fuerte por la cintura, pero sin apesarla o lastimarla, solo queria que supiera lo mucho que la necesitaba. Terminaba el beso, la danza de nuestras lenguas uniendose una a otra habia terminado. Por otro lado, eso me sirvio para acercarme hacia su oido para musitarle... Tienes razon amor, pero aun asi, crees que Eris estara aqui, la pelea contra apolo, talvez la deje sin ganas de siquiera vernos, pero por otro lado, los fantasmas, tienes razon, ellos pueden estar viendonos sin que nosotros sepamos, y si, seria una humillacion que Eris no sacara de su palacio... Respire un poco... pero bien, cuando acabe todo esto, estare contigo....

Lentamente me dedique de nueva cuenta a darle un beso, en esos labios que me tenian perdido, jugueteando d enueva cuenta, pero entonces una presencia a lo lejos, en el mundo de los humanos hacia que me precipitara un poco, me separe de ella, terminando el beso, pero sin que sospechara nada, era mejor asi, un dios habia despertado, y su cosmos era el mismo al de hace muchos siglos mas...Era quizas el hermano que habia perdido, Posiedon, ya la familia se veia reunidad, Hades, Poseidon y yo, los mismos que alguna vez derrocamos a los titanes, ahora nos veiamos en la tierra, era cuestion de felicitar o solo de bajar para lo que ocurriria.

Lydia, creo que algo ando sucediendo en algun otro lado, ¿tu tambien has sentido ese cosmos?, quiero irme a cerciorar de quien se trata, incluso quisiera ver como la esta pasando Eris, te pediria ese favor, pero creo que deberias de proteger a sus fantasmas aqui... Tendre que irme, cualquier cosa vendre a avisarte....

Me acerque de nuevo a ella, para darle un beso mas, como si en ello me fuera la vida... Cuidate...

por Lydia Sáb Jul 23, 2011 2:33 pm

A pesar de lo que la mujer de cabellos negros había dicho, el dios del trueno había querido empezar aponerse un poco insistente con el asunto, eso no le molestaba en lo más mínimo, pues pensaba claramente que si el se ponía así era porque su deseo y pasión hacia ella no habían disminuido para nada; sin embargo no podía negar que le ponía algo nerviosa que en esos momentos el hiciera referencia a esas cosas cuando estaban en un sitio donde podría verlos cualquiera y más que todo, un lugar donde Eris podría aparecer en cualquier momento y enojarse con ambos.

Con la misma pasión de antes, la mujer de cabellos negros correspondió el beso de su interlocutor mientras le acariciaba los cabellos, ya la existencia de ese cosmos le importaba casi nada, porque sabía que nada sacaba con preocuparse con ese asunto, cuando era más que claro que lo mejor era que se dedicara a esperar que las cosas se dieran como tenían que darse, sin planeaciones, sin prisas, sin desesperación. Pronto el cosmos de Poseidón se pudo sentir en toda la tierra, algo tenue, porque recién era su despertar, pero bastante notorio para las deidades que estaban al tanto del poder del dueño de los mares. Con la misma delicadeza de siepre Zeus se separó de Lydia y le dijo que tenía que ir a atender el asunto del cosmos y de quien se trataba. Antes de irse como siempre, su amante le dio un beso y luego se separó con lentitdu para decirle que se cuidara y desaparecer al fin del ese lugar dejando a la diosa sola en ese salón.

-Que fastidio! ¿Será ese tonto el contenedor de Poseidón? Si cuento a los miembros de la familia real aún falta más de uno, pero la cosa es que si tomo en cuenta lo que me dijo Eris, eso podría ser cierto. Si el fuese entonces uno de ellos seguirá pensando que soy la culpable de sus desgracias? No tengo ganas de meterme en líos con nadie aún... Odio que me culpen de lo que no hago... A todo esto. ¿Qué será lo que sucede con Eris?- Dijo la joven de cabellos negros mientras se acercaba a la mesa para tomar algo de vino para mojar su garganta.

por Aramse Miér Jul 27, 2011 3:08 pm

Aramse comenzaba a pasar por todo los rincones de aquel maravilloso templo o por lo menos para el era un templo maravilloso, puesto era el de su diosa Eris. Su cosmos o guiaba cada vez mas por todo rincón irreconocible para el pelirrojo su cosmos lo guiaba como la corriente del rió por lo pasillos y pronto imágenes de pasar por estos recorridos llegaban a su mente poco a poco una seria de flashback hasta que pronto se vio frente a un gran salón abierto en el cual se encontraba una mujer bebiendo un poco de vino, esta no era su diosa Eris ni la reconocía como una de sus hermanas Fantasmas, era extraño pero su cosmos y apariencia eran muy llamativas y poderosas.

Se acercaba lentamente caminado hacia a ella con su armadura en la espalda y pronto se sentó junto a ella tomando un baso y sirviendo un poco de vino también, y pronto de beber un poco la mira a los ojos y el dijo con una sonrisa relajado.-Bien que interesante que una dama este aquí no siendo Eris ni una fantasma, debes tener valor o ¿acaso eres invitada? tengo un tiempo perdido en este templo asi que no podría saber ahora dime ¿quien eres?.-Callo enseguida aun sentado en aquel asiento y tomaba un trago de el vino aun observándola atentamente.

por Lydia Miér Jul 27, 2011 3:31 pm

La diosa del amor pasional estaba aburriéndose hasta casi caer en el letargo, sin embargo la presencia de otro cosmos hizo que la atención de la joven se centrara en la presencia del ser que estaba con ella en ese lugar. Este joven tenía una energía bastante parecida a la de las fantasmas de Eris, pero no era lo suficientemente fuerte como ellas dos; suponía que recién estaba despertando, por lo que no sabía que ella estaba en ese lugar por el simple hecho de haber sido invitada por su misma deidad, quien ahora se encontraba atendiendo asuntos importantes, los cuales ella esperaba fueran resueltos de la mejor manera posible, ya que no quería perder a nadie de su familia falsa, puesto que en un principio su parte humana se sintió respaldada por ellos dos.

-¿Con eso crees? - Lydia enarcó una ceja y se acercó a su interlocutor con lentitu mientras pensaba en la manera de jugar un rato con ese joven que estaba tan ignorante de la situación, lo cual lo hacía también bastante ingenuo y una presea fácil para ser molestado por Lydia.- ¿Y qué harías si estoy aquí como una intrusa? Según sé por ahí, la diosa de este templo se ha marchado a un sitio bastante lejano, porlo que no tienes a nadie que te proteja.

Lydia sonrió muy cerca de su interolutor y con lentitud le quitó la copa de vino que estaba sosteniendo para mirarlo con extrema atención. No se creía que un joven como el tuviese el poder para ser un fantasma de Eris, pero al final se estaba dando cuenta de que su prima podía sorprenderla siempre que quisiera, por lo que esto no tenía que extrañarle para nada.

-Te diré algo... Te daré la oportunidad de saber qué es lo que hago aquí, si tú juegas a las adivinanzas conmigo. Si tú ganas te diré todo lo que desees saber, pero si gano yo...- Lydia bebió de la copa del fantasma de Eris mientras cerraba sus ojos, y luego de dejarla en su sitio siguió diciendo- Tendrás que ser mi lacayo y aguantar todas mis humillaciones.

por Aramse Miér Jul 27, 2011 9:17 pm

Aramse podía observar aquella mujer muy hermosa, de cabellos negros y un semblante serio que pronto aparto enarcando su ceja sobre la pregunta de Aramse, solo ella sabría que iba a suceder, imprudente como siempre Aramse metiéndose con la diosa de la belleza y el amor sin darse cuenta que hacia, mas sin embargo seguía haciéndolo y tal vez jugar con ella escuchando sus palabras sobre que pasaría si fuera una intrusa haciendo que Aramse respondiera a lo que le decía.-Pues tendría que sacarla de aquí o divertirme un poco ¿no cree? a y gracias por avisarme.... que habrá ido a hacer mi diosa fuera... sabes acaso si se fue con unas ...- Aramse enseguida sintió el cosmos de sus hermanas por lo que se detuvo y obvio la preguntaba que iba hacer puesto ya sabia que su diosa había ido sola según creía.

Paso un rato antes que la mujer volviera a hablar esta vez quitando le la copa de vino con lentitud y proponiendo le un trato sobre un juego muy interesante y divertido pero que tenia todas las de perder Aramse ya que ella solo debía dar información y Aramse no podía dejarse doblegar por alguien mas que no fuera su amada diosa Eris, pero lastimosamente su tan imprudente personalidad le hizo sonreír quitando le la copa a la mujer y tomando un poco de vino de aquella copa para decirle.-¿Por que no? aunque me parece un poco injusto que yo solo doy información y si llego a perder daré mucho incluso podría faltar le a mi diosa.-

por Lydia Vie Jul 29, 2011 6:42 pm

El muchacho que estaba con la deidad del amor estaba pasándose un poco de listo con la princesa de ROma, pero esta nada dijo acerca de ello porque le divertía ver cómo alguien se ponía en ese plano y se portaba de esa manera, porque después de todo el tenía algo de razón en lo que decía. Ella sólo tenía que dar información y el por su parte daba casi todo lo que tenía, lo cual era el ser devoto a su queridad deidad, la diosa de la Discoridia. Por unos segundos pensó en que esta podría enojarse con ella por hacer tal cosa, pero ella no tenía planeado tomar como esclavo a ese joven, sólo quería molestarlo porque no tenía nada que hacer con Zeus fuera y con la soledad en ese lugar.

-Entiendo... Me parece algo bastante interesante lo que expresas y siendo justa tienes razón.- Afrodita acomodó sus cabellos y atrevidamente se sentó sobre las piernas de Aramse para mirarlo de cerca y decirle- ¿Qué cosa querrías pedirme si perdiera yo? -Una vez dicho esto Lydia desapareció y se puso detrás de la silla del fantasma del sufrimiento para decirle en tono tranquilo como si lo que estuviese tratando fuese una conversación cualquiera y no la negociación de su lealtada a su deidad.

-Quizá quieres un juego más fácil? No tengo idea de qué otro jugar.- Afrodita suspiró y se puso la mano en la frente mientas trataba de olvidarse la presencia del cosmos de Poseidón. Le preocupaba que hubiese otra deidad por ahí suelta, eso no era algo que le pudiese hacer sentir mejor, pues para ella cada deidad era una amenaza a sus planes y lo que menos deseaba era que otro ser se interpusiera en sus objetivos, ya que tenía demasiados en ese juego y aunque todos lo negaran, todos querían lo mismo que ella. Poder.

por Lydia Lun Ago 08, 2011 1:42 pm

La diosa del amor pasional estaba un tanto aburrida de esperar a que su interlocutor le conteste, por lo que en vez de esperar por su respuesta decidió mejor sentarse a la mesa y empezar a comer uvas. NO entendía por que le gustaban tanto esas frutas, si habían sido una de las némesis de su querida madre, pero ya a esas alturas de la vida, nada quería averiguar acerca de esas cosas. El cosmos de su querido amente poco a poco fue desapareciendo, dando ya a entender que ya la presencia del señor del rayo había desaparecido de ese lugar.

No había forma de que el fuese a ver la resurección de su hermano, eso era algo que para ella quedaba bastante claro. Y es que no podía concebir tal cosa sabiendo que desde tiempos inmemoriales esos dos no se llevaban bien; poco o nada entendía Afrodita acerca de esos dos seres, pero si había algo que sí sabía era que nunca se llevaban bien los hermanos, porque la lucha por el poder que había de por medio, ameritaba que tuviesen vínculos tan frágiles como su mascota de orejas grandes.

-¡Qué lindo que eres! Nunca dejarás de gustarme- Decía la diosa de cabellos negros a su mascota mientras miraba hacia el sitio donde había desaparecido Eris, pues ya quería que ella se dignase a aparecer, porque no quería estar más tiempo en ese lugar.

-Apolo eres un tonto... Tanto como deidad, como en el papel de ser humano- Suspiró Lydia y siguió jugando con su mascota encima de la mesa mientras le daba de comer una que otra uva.

por Aramse Vie Ago 12, 2011 10:22 pm

Aramse escuchaba con atención las palabras de aquella dama Lydia, la cual ya luego de un momento trato de cambiar el trato que habían hecho para el juego que estaban ideando, Aramse no le molestaba puesto no tenia mucho interés en el trato que habían hecho y al verla como se sentaba sobre sus piernas, este se sonrojo por un momento viendo su cuerpo y al verla desaparecer suspiro por un momento y se dio cuenta al fin que esta no era mas que una diosa o debería serla puesto su cosmos y el acto que había ejecutado eran de ese tipo.Aquel chico de cabellos rojizos no quería problemas con su diosa y menos si esta se trataba de su aliada por lo que simplemente respondió a sus palabras diciendo.-No, pues yo no sabría que pedirle, no la conozco después de todo y tampoco se que podría perder. Por supuesto yo no se que juego podríamos jugar con una dama como usted ahora dígame ¿Que hacemos?.-

Este joven solo metió la mano en un frutal y saco una manzana y relamiendo sus labios luego el dio una mordida mientras esta comía unas uvas con una mascota de aspecto muy extraño, mas o menos parecida a la que había visto con anterioridad cuando entrenaba con su hermana fantasma Shezznarnda.Se quedo callado esperando al respuesta de aquella dama y sus palabras, sobre Apolo el dios con el que su prima se había marchado por lo que apretó solo un poco el puño y no pudo evitar preguntar sobre eso.-Oye, ¿me podrías decir que es lo que pasa con Apolo?.-

Off: disculpa la tardanza mi familia se ha quedado un tiempo mas hasta el lunes pero ya mi ausencia eta pasada así que aproveche una escapada para rolear aquí.

por Lydia Mar Ago 16, 2011 6:15 pm

La diosa del amor y la lujuria estaba tan aburrida en ese lugar que lo único que encontró como diversión fue el tratar de empachar a su mascota con una gran cantidad de uvas que atropellaba en la boca de su pobre animalito, el cual no dejaba de chillar y mover su cabeza de un lado al otro, pues ya estaba harto de comer esa fruta y seguro iba a regurgitar todo lo que había comido con su querida ama. Un suspiro por parte de ese joven fantasma se escuchó en la habitación del salón principal, por lo que la diosa levantó la vista y fijó la misma en una manzana que sacó Aramse para empezar a comerla. No podía evitar sentir que estaba deseosa de tenerla, no para comerla, sino para tenerla y mirarla durante horas enteras, porque después de todo ella tenía más de una afición sin sentido y esta no dejaba de ser una de ellas. Molesto, el animalito que Lydia cargaba de frutas escupió las últimas y corrió por la larga mesa para jugar con unos adornos del mantel que estaban en alto relieve.

La pregunta de Aramse aún no había sido respondida, por lo que la diosa del amor pasional decidió hablar de una vez para contestar la duda del joven acerca del juego que ya no jugarían porque ella no quería que su aliada se quejase de que ella no daba información a sus fantasmas y en vez de eso se ponía a ofrecer tratos inútiles a sus subordinados.

-Bueno... No jugaremos nada. No tenía intenciones en realidad de ello- Lydia puso sus codos sobre la mesa y apoyó su barbilla sobre el dorso de sus manos mientras miraba de forma penetrante a Aramse. Le llamaba la atención que un joven así fuese el fantasma de Eris, pero ella no podía quejarse, porque sus ángeles no eran tan imponentes como los demás esperaban. La segunda pregunta de Aramse fue bastante certera y daba a entender que ese ser sabía mucho más de lo que decía, por lo que no pudo evitar esbozar una sonrisa y mirar hacia la copa de vino que aún no había terminado de beber para decir:

-Bueno... Lo que pasa con él, es que... Está haciendo que tu diosa se ponga molesta así que ella ha tenido que explicarle "amablemente" cómo son las cosas. Espero regrese pronto, porque mientras esté ausente ninguno de ustedes puede salir de este lugar.

por Lydia Mar Ago 23, 2011 9:20 pm

La deidad del amor pasional estaba esperando por el regreso de su prima y ya se estaba aburriendo porque esta parecía no llegar. Un presentimiento se instaló en el corazón de Lydia, quien ahora quería hacer todo lo posible para encontrar la manera de ir a ver a Samantha, pero lejos de hacer eso se quedó en su sitio al recordar que era su misión ayudar a los esbirros de su prima.

No sabía bien cómo plantearle a esos jóvenes que tenían que ir con ella a su reino si por alguna razón su prima quedaba sellada. Obviamente ella tendría que ponerse en la horrible tarea de tener que encontrar a su prima y liberarla de su sello, cosa que le daba pereza por todo lo alto, ya que no quería tener que hacer todo eso ella sola, porque ese era un proceso largo y aburrido. Una energía fuerte se sintió elevarse de forma desesperada y luego de pocos segundos descendió su nivel más bajo y se extinguió haciendo que en el templo el campo de siempre que protegía a los fantasmas de Eris poco a poco se fue debilitando hasta desaparecer casi por completo dejando apenas una semi-esfera morada que cubría toda la estructura de arquitectura antigua.

-¡No puede ser!- Lydia se puso de pie de forma tan violenta que su mascota pegó un brinco y casi termina por caer dentro de una bandeja de frutas.- Niño ve a buscar a tus hermanas. Supongo que ya han de saber más o menos lo que ha pasado.- Lydia caminó unos centímetros y se puso en el centro del salón para usar su cosmos y crear una defensa provisional, porque temía que los enemigos de Eris se atreviesen a lastimar a esos fantasmas viendo que su deidad ya no estaba por el momento.

-El tiempo es primordial, así que te aconsejaría que te movieras un poco si?

por Aramse Sáb Ago 27, 2011 10:24 pm

Aramse comía una manzana mientras esperaba la respuesta de aquella dama la cual se hizo entender que ya no quería jugar mas algo muy extraña es que se haya cansado tan pronto de jugar sin ni siquiera jugar con él, mientras comía su manzana volvió a escuchar su voz retumbar y decir que Apolo había hecho enojar a su diosa y esta había partido para darle una lección. Provocando que Aramse esbozara una sonrisa en su rostro que no duro mucho tiempo ya que mientras observaba como la mujer metía uva y uva dentro de la boca de aquel animal sintió un gran dolor en su pecho como si lo atravesaran con una lanza o una espada, un profundo dolor en su pecho y luego vio como aquella doncella se levantaba enseguida y le decía que fuera por sus hermanas.

Era obvio lo que sucedía, su diosa le había ocurrido algo, aquel profundo dolor solo podía ser causado por ello y estaba tan impactado que no le respondió ni dirigió una palabra a la mujer de cabellos negros sino que se levanto y enseguida corroo fuera del salón aun sin saber a donde iba solo lo guiaba su instinto de ir por los corredizos en busca de sus hermanas fantasmas y con el temor de no volver a ver a su diosa Eris dentro de mucho tiempo nuevamente después de haber esperado tanto por ella era algo muy confuso y doloroso para este joven de cabellos rojizos.

por Lydia Jue Sep 01, 2011 4:13 pm

La diosa del amor pasional estaba de pie en medio del salón esperando a que llegaran los fantasma de Eris, después de todo ella tenía que cuidar de ellos mientras su prima despertaba del letargo al que había de someterse por haber pedido contra Apolo, quien tampoco daba señales de vida, porque su cosmos no se podía sentir absolutamente para nada. No podía negar que sentía algo de tristeza, puesto que en el fondo entendiá que esos dos hermanos que estaban peleando eran sus primos y que no tenía más familia en es ese lugar, porque todos los demás eran seres despreciables ante sus ojos, exceptuando a Sophía, pero sabía que siendo ella quien era, no podría si quiera aspirar a ver a los ojos a tan pura mujer.

-No siento el cosmos de Apolo... Creo que al final alguien ha ido a matarle... ¿Será acaso que Mauritius fue para allá a terminar lo Eris no puedo hacer? Cielos eso sería un poco preligroso y complicado, puesto que el no tenía que tomar parte en esto de forma tan directa- Lydia suspiró y elevó su cosmos de color rosado para seguir diciendo- Supongo que no pasará nada, puesto que el ya no tiene nadie que lo llore a excepción de sus musas...- La diosa del amor pasional guardó silencio y esperó, pues sabía claramente que no podía hacer nada más que esperar a que todo pasara. Tenía un mal presentimiento, y pensó más de una vez dejar todo de lado, pero al final, la diosa del amor pasional decidió quedarse en ese lugar para recibir a los fantasmas, puesto que no quería que ellos se sintiesen desamparados.

-Fantasmas... No se preocupen. Samantha no es tan débil y por suerte ella no fue sellada hasta la otra era, sólo estará dormida hasta que llegue el tiempo de su despertar. Por lo pronto deberían prepararse para su regreso... Y creo que eso debería pasar dentro de mi templo, porque así yo podría ayudarles mucho mejor...- Lydia dijo esto en tono monocorde, como si estuviese repitíendole un plan a alguien que no existía.

por Lydia Jue Sep 08, 2011 5:38 pm

Una energía se sintió en el templo de la discordia. La presencia de Ares se notaba muy de lejos y no había que ser un genio para poder adivinar lo que este prentendía hacer en ese lugar, ya que se entendía que al saber de la muerte de Eris; porque ¿quién de ellos a esas alturas no podría saber o darse cuenta de que el cosmos de la diosa de la discordia se había apagado? Seguro el también sabía que ella podría resucitar pronto, estaba más que confiada en que su motivo de visita era exactamente la intención de brindar protección a los fantasmas de Eris, puesto que ahora que ella estaba sellada lo que más querría alguien era ganar puntos con ella para cuando regresara otra vez.

No había dudas de que la diosa del amor iba a ser movida por un impulso desquiciado para tratar de impedrir que ese hombre se llevase a los fantasmas que ella había tomado a cargo, pero entendía claramente que si iba así de la nada a enfrentar a ese hombre hablando como una loca, lo único que lograría sería complicar las cosas, ya que la alianza era claramente con Samantha, más no con ella, la diosa del amor pasional. Con la misma tranquilidad con la que hubiese reaccionado la princesa, en caso de una calamidad ante la cual ella tenía que hacer frente, la mujer de cabellos negros corrió hacia el inicio de los pasillos para tratar de llegar al sitio donde estaba Ares, pero una vez más se detuvo ya que este se había marchado y con él, uno de los fantasmas también. Aquella mujer que se hacía llamar Flori, se había decidido irse con Ares dejando a sus hermanos, de quienes aún sentía el cosmos en se lugar.

-Vaya... No sé como lo tomará ella. Entiendo que es muy posesiva con sus esbirros, ojalá y esto no termine mal.- Dijo la princesa mientras se sentaba otra vez a la mesa, pues ahora sólo tenía que esperar que llegasen esos fantasmas a hablar con ella. Además que también tenía que esperar a Zeus, quien le traería las noticias relacionadas con lo sucedido en el templo de la discordia.

por Lydia Dom Sep 11, 2011 11:55 am

Lydia se quedó más de unos minutos decidiendo qué hacer, porque al final de cuentas, Eris iba a regresar y situación de esa fantasma que se marchó con Ares que al principio no parecía tan grave, ahora se le antojaba bastante preocupante y terrible, ya que sabía que su querida amiga no era tan apacible como debiera y de reflexiva no tenía nada, por lo que si ella no era capaz de estar segura de que esa fantasma se fue con el señor de la guerra por propia voluntad, entonces las cosas podrían ponerse feas no sólo para la muchacha, sino para los otros fantasmas, pues la diosa de la discorida era buenísima para repartir y extender la culpa de una persona a los demás.

-Creo que tendré que ir a ese lugar... La verdad no me sentiré tan cómoda pero no puedo evitar sentir que si no me pongo en la tarea de averiguar si este hombre se la llevó a base de amenazas o algo así, Eris me querrá estrangular hasta verme morada.

La princesa de Roma cerró sus ojos y pensó en quién de la familia real podría ser su antiguo amante, a quien dejó ya hace mucho. Esperaba y rogaba que no fuese alguno de sus primos, porque tendría que irremediablemente incluir a SOlomon, aquel tonto al que quería ver sufriendo y muriendo de la peor forma del mundo. -Ya estoy otra vez acordándome de ese aunto insignificante...Será mejor que deje esa perjudicial conducta.

Lydia cerró sus ojos y suspiró bastante molesta, luego se puso de pie y caminó hacia el centro del salón para abrir un portal que llevaría a quien entrase en él hacia la entrada de su reino, después de todo su pla inicial de cuidar a esos fantasmas era precisamente en su reino, ya que sabía que nadie podía entrar en su reino si ella no se lo permitía, y el portal sólo aceptaba a los fantasmas de Eris y a nadie más. Pensando que si dejaba su portal sin decirle nada a nadie, seguro ellos no sabrían a donde los iba a llevar.

-Bueno es hora de que deje a alguien para que le diga a esos fantasmas lo que tienen que hacer.- La princesa de los cabellos negros elevó su cosmos e hizo brillar su cuerpo para dar paso a la aparición de una mujer de estatura mediana bastante linda, era una de sus creaciones temporales que cumpliría con la labor de indicar a los fantasmas de Eris a donde debían ir; una vez hecho esto la diosa del amor pasional dejó el templo de la diosa de la discordia para dirigirse al templo de la guerra, donde esperaba no se armara una catástrofe sólo por su aparición.

por Mauritius Jue Sep 15, 2011 7:24 pm

Solo habian pasado unos cuantos minutos cuando enfrente de mi habia ocurrido la muerte de Eris, y de Apolo, uno por mis manos, la otra, solo por ir a buscar respuestas. Mi presencia se denoto rapidamente en aquel recinto. Un rayo atraveso todo el lugar mientras que mi cuerpo quedaba en ese instante. Conmigo portaba solo el cuerpo de aquella mujer, que le habia servido de recipiente a Eris. No sabia siquiera quien era, solo tenia lastima que ese cuerpo estuviera en ese lugar. Ademas de que le serviria a los fantasmas a saber esperar y no precipitarse. Mis manos aun cargaban con el cadaver, mientras que buscaba con mi mirada a aquella mujer que habia prometido quedarse ahi. A lo lejos no pude mirar a nadie. Que habia pasado ahi. O es que esas mujeres estaban destinadas a perderse. ¿O irse con el primer hombre que se cruzara en la ausencia de su diosa?. De solo pensarlo, crujia los dientes, como queriendo soportar el coraje que hacian crecer mas y mas.

Camine unos cuantos pasos, para solo comprobar que no habia presencia de Eris, pero en cambio, habia un cosmos debil, pero que se trataba de un dios. Quizas habia decidido irse con el, buscando un amorio, o solo por locuras. No sabia ya en que pensar. Pero lo primero era lo primero. Segui avanzando hacia una mesa principal. No habia mas. Asi que deje el cuerpo recostado ahi, ahora le pertenecia a aquellos.

Bien, dejen de esconderse y vengan... Pronuncie con una voz de trueno, que se dispersaba por todo el recinto. Esperaba que con eso ya no quisieran andar fisgoneando por otros lados ni tampoco empezar una revuelta. Que esperan insectos que no tengo todo su tiempo...

por Lydia Lun Sep 19, 2011 9:11 pm

Como si se tratase de una emergencia o una catástrofe, la diosa del amor pasional llegó al templo de la discordia e inmediatamente hizo desaparecer su portal con aquella sirvienta que había creado usando sus poderes. Era más que obvio quien se encontraba ahí, y al parecer podía determinarse que no estaba para nada contento, aún Afrodita ignoraba por qué, pero parecía que Zeus estaba siendo presa de una ira demasiado grande, una que le parecía hasta cierto punto irreal y para nada justificada.

Con una alegría propia de una niña que recibe un juguete nuevo, la mujer de los cabellos negros se acercó a Mauritius y sin esperar respuesta de él o alguna acción, la joven se abrazó con fuerza a su pecho rodeándole la espalda con los brazos. No es que ella fuese una mujer desconfiada, pero en el fondo temía que con lo de la muerte de Eris y todo el asunto, su querido señor del trueno decidiera marcharse a buscar otra cosa con qué entretenerse, puesto que a ni un hombre le gusta meterse en problemas por una mujer.

-Es bueno verte otra vez mi querido Mauritius, aunque pareces algo molesto, me gustaría saber por qué- Lydia sonrió muy contenta y siguió diciendo- Parece que ni te alegraras de verme. Eso puede hacerme sentir bastante mal... Vamos dame una sonrisa.- Dijo Afrodita mientras se empinaba, un poco (porque el hombre era un poco más alto que ella) y le daba a su amante un beso en los labios, para luego proceder a despegarse de él y darse media vuelta para ver el cuerpo de su prima Samantha recostado en la mesa. Un grito se ahogó en la garganta de Lydia y algunas lágrimas corrieron en recuerdo de quien una vez fue su prima, aquel ser al que quería mucho y le brindó mucho apoyo cuando ella estaba pasando por momentos difíciles.

-Creo que... Debemos esperar a los fantasmas de Eris para que ellos le hagan el entierro respectivo, o la quemen en una balsa que se vaya al mar, no sé bien... Ellos sabrán que hacer.

por Mauritius Jue Sep 22, 2011 8:38 pm

Que creias, que solo me quedaria aqui, sonriendo como un maldito bufon, mientras que tu prima, amiga, o lo que hubiera sido esa mujer, recipiente de Eris esperaba la muerte, dime acaso esto es bueno, ¿es momento para estar feliz?... respire un poco, no estaba de humor como para andar en ese lugar. Primero, ninguna de esas fantasmas habia llegado al lugar, todas perdidas por el horror que causaria llevar ese cadaver hasta ellos Quizas no eran lo demasiado fuertes como para poder ser llamados fantamas. Tan solo al no aparecer en mi presencia, hacia caso omiso a mis ordenes.

Malditos, pareciera que ahora temen poder enfrentarse al mundo, que se jodan , no daria mi vida por estos insectos tan debiles, solo he estado aqui esperando como un anormal. Que estaba pasando en ese instante. Lydia, regresando de uno de los tantos lugares donde se pasearia. Inluso entre sus ropajes aun se podia oler la fragancia de un lugar ajeno a este. Me importaba un bledo donde se encontrara en ese momento de muerte. Pero solo queria saber que estaba pasando en ese mundo de ratas.

Y tu lydia, donde has estado, tus ropas huelen a otro lugar. donde has estado, mientras este lugar se vuelve un manicomio, bola de ignorantes, no se han presentado, y asi quieren que los proteja uno. Que se pudran, no estoy de humor como para estar bajo tutela de unos insectos....bien, puedes darle entierro a ese cuerpo inservible que se a convertido ahora ese recipiente. Me importa muy poco si habia sentimientos de por medio, solo deshaste de eso. Dije mientras señalaba el cadaver. Y acto seguido de la nada aparecio una botella de vino, lo tome directamente, no habia porque ser mas educados...

por Lydia Vie Sep 23, 2011 9:46 am

La diosa del amor escuchó lo que decía el hombre de cabellos rubios, quien más que hablar sólo renegaba y despotricaba contra todo el mundo. Era cierto que le había tocado hacer muchas cosas, pero si el quería hacer todo eso entonces no tenía para qué haberse tomado el trabajo de hacer todas las cosas y listo. Hablaba sobre tener que cuidarlos y todo eso, cuando era a ella quien Eris se lo había pedido. Si no le gustaba que los fantasmas no le hicieran caso, entonces que se marhase, además que era claro que ellos no le iban a hacer caso, porque los fantasmas de Eris no eran sólo fieles a su diosa. Si el no se aguantaba esa voluntad entonces no tenía caso que siguiera en ese lugar. No había duda de que Marutius estaba pasándose de la raya, y que bien merecía que ella le contestara de la manera en que se debía, pero también tenía claro que tenía que guardar la compostura, puesto que entendía que la violencia era sólo para los bestias y que lo mejor era que pensara las cosas. Por lo menos todo esto le duró hasta que aquel hombre desclasado terminó de decir todas sus cosas, lo últmo que dijo hizo que ella se sintiera molesta hasta casi romperse los dientes de ira.

-¿Que tengo un aroma distinto? ¿Cuál es el problema con ello?- Lydia puso las manos sobre sus caderas y miró desafiante a su amante- ¿Acaso soy un animal que puedes dejar encerrado con un bozal? ¿Soy un objeto que debe ponerse en un sitio que tú elijas y no moverse nunca más? Estuviste fuera tanto tiempo, demasido para este asunto. ¿Acaso no sé que hace horas murió Apolo y tú recién apareces?

Lydia miró el cuerpo de su prima y se acercó a el para pasar con ternura su mano por los cabellos de su difunta prima. Estaba claro que al final de cuentas, como humana su prima era la única que siempre la ayudaba y la comprendía. Mal se sentía que ahora no estuviese a su lado, porque ahora se sentía más sola que nunca. En realildad todo lo que ella tenía en el mundo había sido aquel hombre al que se había aferrado ya hora estaba dándose cuenta de lo alejada que estaba también de él.

-No entiendo porqué descargas tu ira contra mí... No tengo que sorprenderme, puesto que no es la primera vez que haces esto. No sé lo que quieras hacer, pero está y estará más que claro que siempre puedes volverte contrá mí. - Lydia siguió mirando a su prima y recordó a sus fantasmas, entonces también recordó el motivo de su partida a otro lugar y sin poder evitarlo decidió contarle lo que había pasado en su ausencia, aún cuando ella hubiese preferido no decirle nada y dejarlo tan ignorante como siempre.

-La razón por la que ellos no vienen es simple... Ellos aún están asimilando que una de ellos se haya marchado con la deidad de la guerra.- Cuando ella dijo esto se dio cuenta de que su respuesta había podido ser conseguida por parte de uno de esos fantasmas y que no tenía que ir para allá; sin embargo había algo que no podía hacer preguntándole a los esbirros de Eris, y era el convencer a esa fantasma de regresar con los suyos para poder evitar la ira de Eris. Ella lo que deseaba mientras estaba esperando por Ares, no era en sí hablarle, sino ver a esa fantasma para determinar si en sus ojos estaba el deseo de abandonar a su señora o no, pero... ¿Todo eso para qué había servido? ¿Para qué?

por Mauritius Sáb Sep 24, 2011 2:08 pm

Tu no eres ningun animal, puedes tomar tus propias decisiones. Pero incluso a ti, Eris te habia enconmedado proteger a sus fantasmas durante su ausencia... A ti mas que nadie... y dime, que crees que pasaria, si cuando regresara, se enterara que andabas de un lugar a otro sin hacer su voluntad... Dije mientras dí otro sorbo de vino. Hasta que que se acabo. Arroje la botella contra la pared. Hasta que esta se rompio en pedazos. ¿Crees que pelear es solamente un juego?, incluso crees que la muerte no significa nada para mi?, una de mis hijas a muerto y tu ahora vienes ante mi diciendo porque no regrese lo mas rapido... porfavor.

Escuche por unos momentos lo que tenia que decirme, a veces tenia razon aquella mujer, que me sobreponia ante todos los demas, buscando siempre tener la razon. Pero la guerra habia comenzado, no habia mas tiempo para seguir razonando, en cualquier momento, caeria otro mas, siempre asi era. No importaba como se lo dijera, siempre heria a quien yo quisiera, ese era mi simple realidad. No podia ser mas arrogante, y menos cuando un miembro de mi familia estaba ahi.. muerta.

Disculpa Lydia, sabes que como dios siempre soy arrogante... iba a terminar mi frase, hasta que escuche lo final. Que se habia creido ese pequeño insecto, ¿que podia solo alejarse asi sin ninguna razon?. porque era tan inutil que no podia siquiera obedecer la orden de su señora. Todo se lo estaba llevando el demonio. Primero la muerte, para luego solo saber que sus mismos fantasmas ahora se alejaban.

Me voltee, mientras lydia aun permanecia viendo el cuerpo de su prima. No haremos nada lydia, deja que ella despierte como eris, para volver a tener el control de estos animales humanos. Por mi parte, solo le arrancaria la cabeza, pero bueno, Eris aun los quiere tener como soldados, y ni modos, no podemos tocarlo... decia con voz tranquila, pero mientras tanto en mi interior queria explotar de rabia contra todos esos humanos.

por Aramse Dom Sep 25, 2011 5:18 pm

Aquel chico pelirrojo se encontraba caminando junto a su hermana mientras conversaban, sobre los sucesos que habían ocurrido en ese momento, la muerte de su Diosa ya demás que su hermana Flori se marchara con aquel dios de la guerra. Luego de un rato logro escuchar a su hermana decir que alguien mas se encontraba en los aposentos del templo, Aramse poseía cierta curiosidad por que al sentir el cosmos de esa persona pudo saber que era una deidad pero no lograba reconocer quien era, pero era algo simple que pronto vería ya que estaban saliendo de los pasillos y entrando al salón principal donde se encontraron a la Diosa de el amor y la lujuria y un hombre de cabellos rubios junto a ella los cuales parecían discutir.

Aquel joven se acercaron con su hermana ante la deidad Afrodita para luego dictar unas palabras sobre la tardanza que tuvieron. ~Disculpe por hacerla esperar, pero tuvimos unos cuantos inconvenientes ya estamos listos para irnos.~ Callo un momento para esperar lo que iba a hacer su hermana, o alguna de las dos deidades.

por Sheznarda Mar Oct 04, 2011 9:10 pm

La fantasma de los cabellos rubios escuchó lo último que decía su hermano. Muy a diferencia de lo que ella pensaba parecía que el no tenía de verdad idea de lo que había pasado y no había preguntado eso con ningún deseo de molestarla o hacerla sentir mal. El cosmos de la deidad de los rayos se sentía bastante fuerte y violento, tanto que si no fuese por la presencia de la diosa del amor pasional y la presencia de su hermano, ella pensaría que su vida corría peligro y que lo mejor era que se dedicase tratar de arreglar las cosas ella sola, porque después de todo era la vida de su querida señora la que aún estaba en peligro.

-Bueno esto ya no tiene solución… Espero poder recibir el cuerpo de mi querida deidad sin problemas, puesto que lo mejor que puedo hacer en estos momentos es dedicarme a darle sepultura o quemarlo, dependiendo de lo que sea conveniente.

Sheznarda dijo esto mientras llegaba al final de los pasillos, su mascota temblaba mucho más a medida que ella se acercaba a la entrada del salón principal, y la voz grave de un hombre bastante molesto se escuchó en aquel salón haciendo que la joven se sintiese un poco preocupada por lo que tenía que enfrentar en ese lugar junto con su hermano; no podía negar que sentía un poco de coraje con su hermana que se había marchado con ese hombre que nada era para ella dejándola con su hermano en esos momentos tan críticos. Claro estaba que no podía odiarla tanto, ni resentirse tanto con la fantasma de la muerte, porque según sus palabras ella parecía considerar un destino incierto en cuanto a su señora, a diferencia de ella, quien había hecho de su suposición una certeza enorme al decir y entender dentro de su corazón que su señora podía regresar, porque ella de las deidades no sabía nada y apresurarse a decir que va a regresar en cuestión de días, no era algo que se considerase en realidad razonable o lógico.

-Espero esto no termine peor de lo que estoy suponiendo… Tengo aprecio por mi hermana y si Eris regresa y se entera de todo esto no creo que se sienta contenta… ¡Es más! Estoy empezando a pensar que su vida correrá peligro así como la mía, por no haber impedido que se marchara- Sheznarda dijo esto y apretó con fuerza el dije de su collar y cerró los ojos para correr hacia el salón principal y ver la presencia de su hermano, y esas dos deidades.

por Sheznarda Sáb Oct 08, 2011 12:34 am

Sheznarda había llegado ya al salón principal y había encontrado el panorama más terrible que había podido ver alguna vez. Su querida deidad estaba en la mesa donde antes se habían preparado los alimentos para la reunión anterior y al parecer aquel avatar en el que se movía a parte de estar sin vida, lucía bastante maltratado, como si de pronto la fuerza de mil rayos lo hubiesen intentado calcinar. La ladrona de los cabellos rubios entendía claramente que era su deber el intentar hacer algo para encargarse del cuerpo de su señora, por lo que sin reparar en la presencia del señor del rayo, la joven ladrona se acercó a la mesa para acariciar los cabellos de quien fue su amiga y su ama.

Con algo de preocupación escuchó lo que decía su hermano acerca de irse con la deidad de los cabellos negros, y otra vez la preocupación por la suerte de sus hermanos se instaló en el corazón de la ladrona quien con tranquilidad dijo a su hermano:

-Aramse... No creo que tengamos que irnos a ningún sitio, puesto que Eris se enojaría si despierta y no nos encuentra aquí. Yo creo que mejor es que nos encarguemos de ella primero y luego esperemos unos días, no creo que la amiga de nuestra señora se ponga molesta por ello, ten paciencia que la prisa lleva al desastre- Sheznarda dejó de acariciar los cabellos de Samantha y miró a Mauritius para decirle con tono casi solemne, como si se tratase de un acto ceremonial:

-Le agradezco por haberla traído acá. De ahora en adelante me ocuparé de este asunto, siéntase cómodo de sentarse en donde desee y descansar, puesto que ha sido largo el viaje desde el templo de Apolo hasta acá- Sheznarda dio vuelta sobre sus pasos y otra vez se fue al inicio de los pasillos para mirar hacia el fondo del camino. Este lucía bastante oscuro, más que hace pocos segundos y con eso la mujer determinó que ya estaba anocheciendo y su miedo de que alguien estuviese en la oscuridad acechando, al saber que no estaba Eris en ese lugar, nació en ella de inmediato; sin embargo no iba a dejar que su miedo la detuviese, puesto que en su habitación tenía un manto hermoso, el cual serviría para poder cubrir el cuerpo de Samantha y su deber era ir a verlo.

-Ya vengo, no tardaré- Sheznarda dijo esto y se fue para ir en busca de su manto bordado con los más finos y caros hilos. Seguro era digno de su deidad.

por Mauritius Dom Oct 09, 2011 2:30 pm

Ahg, que bien, hasta que aparecen, tomen el cuerpo inerte de su diosa, hagan lo que quieran no me importa, pero de ahora en adelante no podran hacer nada mas, estan ahora bajo las ordenes de lydia o mias, no podran salir de este lugar sin el consentimiento de uno de nosotros dos... Estaba enojado por las circunstancias que estaban pasando en ese momento, muerte y desobediencia por parte de los guerreros de Eris, sin duda alguna esto estaba de mas. Aunque con cierta paciencia esperaba que de nuevo renaciera Eris, como lo que era, una diosa, habian pasado ya varias horas de su muerte, pero en mis pensamientos buscaba que retornara, ya la vida misma estaba siendo un asco, mientras que en otras partes se seguia haciendo lo que quisiera.

Camine hacia donde estaba lydia, la verdad, habia menospreciado a esa mujer, pero que se tenia que hacer, ¿solo pedir perdon?, la verdad tenia ya suficiente ego como para hacerlo. Los fantasmas de poco a poco llegaban al lugar, solo dos, y una era la que hablaba, los mire fijamente, eran solo pequeños insectos que podian ser aplastados como a una cucaracha, podria hacerlo por mi cuenta, para que no se atrevieran a desobedecer ordenes, pero pensaba en lo que diria Eris.

Bien, pero no se alejen demasado, no sabemos lo que depara el destino, quizas solo empiecen a llegar visitas inesperadas. Musite mientras comenzaba a estar mas cerca de aquella mujer... ¿Y tu lydia, que piensas hacer ahora que tu prima querida no esta entre nosotros eh?

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