Salón Principal

por Samantha Mar Ene 18, 2011 6:45 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Por lo menos el lado este de lo que había sido en eras pasadas el Palacio del Caos y la Discordia, por fin estaba totalmente reconstruido, por lo que Samantha acelero el paso, adentrándose entre los oscuros pasillos, el vacio del lugar era eminente, por lo que sus pisadas resonaban por doquier en un estrepitoso e incomodo eco. En aquel lugar el aire ya no corría de la misma manera, además ya no era cálido y reseco… al contrario, se había vuelto un poco sereno y gélido, provocando el constante temblar de su cuerpo. Mas todo cambio cuando dicha Diosa de linaje primordial, elevaba delicadamente su cosmos, derrochando su cálido perder para así poner en un ambiente mejor el clima de aquellos oscuros y húmedos pasillos.

Su caminata culmino frente a una enorme entrada de vidrio negro, pulido y finamente delineado con acabados dorados, los cuales dibujaba toda una historia de guerra y destrucción, Samantha simplemente sonrió y reposo su mano derecha en aquel vidrio soplado, para que tan solo con un leve esfuerzo abriera las puertezuelas, las cuales expedían un fogonazo de luz incandescente que segaba efímeramente a la Diosa.

Sus vista se ponía un poco llorosa y borrosa, por lo que Samantha repasaba sus manos para así hacer su mirada un poco límpida, quedando maravillada al ver el hermosos cuadro que tenia en frente, las paredes eran de mármol finamente pulidas y pintadas con colore violetas amarillos, rojizos tonos y unos tantos azules… haciendo así una hermosa pintura de un ocaso y un jardín solitario.

Mas su mirada no estaba atenta a todo lo que en verdad adornaba la extensa sala, pues estaba mas distraída admirando su viejo y enorme trono color caoba, con una cantidad exagerada de piedras presionas, Samantha como pudo se acerco a dicho asiento magistral, repasando su diestra en las formas curvilíneas, para así surcar una sonrisa, dar media vuelta y echar su cuerpo hacia atrás, cruzándose de piernas, recargando su cabeza en la espalda del acolchonado y terciopelado trono, mirando el frente esperando la enterad de sus Fantasmas.

por Samantha Jue Jun 02, 2011 5:25 pm

Samantha, la diosa de la Discordia y el Caos en el mundo terrenal, ahora se podía ver tan tranquila tomada de la mano de su fantasma y amiga, el fantasma del hambre; caminando con lentitud entre los pasillos del palacio en ruinas de Eris. Aquellas se dirigían con el mero propósito de llegar al salón principal, ya que la Diosa se preocupaba de que Flori sola estaba y además aquel cosmos que parecía ser de u Dios le intrigaba de sobremanera.
Ya estando ambas frente a la entrada del salón principal, la Diosa sonrió con ternura y ladeó su rostro para así bajarlo y susurrarle a Sheznarda:

-Ni se te ocurra dejarme entendiste… No me trae buen presentimiento la visita de éste Dios cuando no se le ha solicitado… Alerta a tu hermana ¿entendiste? Y si pido que se vayan y me dejen sola aunque implique ya no vernos nunca más… Así lo harán si reprochar… Ahora actuemos natural… Que nos sorprenda ver aquel ser divino… Ufff…

Dicho eso Samantha giró la perilla y de inmediato se adentro aún tomando la mano de su fantasma al salón principal. Quedo atónita al ver la silueta de un hombre que se le hacia familiar. No recordaba su nombre, eso que ni que, pero sabía que antes lo había visto en el senado. Sólo un mortal, pero que irradiaba una cosmosenergía divina. Suspirando y apretando la diestra de su fantasma la mujer se quedó parada en la entrada y simplemente musitó:

-Muy buenas tardes tenga usted joven senado… Disculpe que le haya tenido esperando, pero nunca se me fue anunciada su visita como debería de haber sido. Nunca vino un mensajero o una paloma anunciando su visita, por lo tanto no se hizo ningún preparativo para esperarle… Con humildad le doy una sincera disculpa por parte de este reino… Ahora bien senador… ¿Cuál es su propósito entre las tierras de la Discordia?… Yo que sepa la Diosa no tiene lazos con el senado…

Dicho eso aquella se quedo mirando la espalda corpulenta del extraño mientras seguía aferrándose a la cálida mano de Sheznarda, al igual con su vista buscaba la silueta de Flori que no muy lejos estaba pero por el cansancio de la batalla no podía ver bien…

por Mauritius Vie Jun 03, 2011 12:41 am

Voltee lentamente mientras sentia como de poco en poco, ambas cosmoenergias se iban acercando mas y mas, hasta el punto en que las pude sentir a mi espalda, y cual fue mi sorpresa en mirar a una exhuberante mujer acompañada de otra, tomadas de las manos, quizas temian de lo que fuera capaz de hacerle, pero en verdad yo solo buscaba respuestas, de modo que no buscaba ninguna pelea entre los reinos, ya se me habia tachado de ser persona mala en el senado, pero con ella queria ser distinto.

Mire fijamente a la diosa, que ahora parecia agotada, tanto fisica como con su cosmos, habia bajado a tan intensidad que pareciera de un simple guerrero, sin que algo se pudiera interponer entre los ataques de los demas dioses. Respire un poco al ver su fisico estupendo que portaba, aquel vestido que se movia con el aire dejaba todo a la imaginacion, no habia un momento en que la mitologia se quivocara, siempre Eris habia sido un poco loca, pero a su estilo, y algunos dioses le llamaba la atencion aquellos desplantes.

Eris.... En que te has convertido... Tu cosmos es igual a la de un guerrero, que a pasado, pense que sentiia la brisa, tu imponencia ante mi, pero veo que me he equivocado, o es que acaso aquella mujer que tomas entre manos ¿te a hecho eso?... Voltee completamente mi cuerpo para estar enfrente de ella camine unos cuantos pasos, y estaba muy cerca de ella, solo centimetros separaban mi existir de ella... oh, pero que descortecia la mia, si, soy un senador, bueno.... lo era, porque este cuerpo ya no tiene mas existencia que ser mi recipiente... soy .... Tu padre... Zeus, el dios del olimpo que por curiosidad a venido hasta aqui, y por sugerencia de afrodita, a la que veo que se conocen muy bien....

por Samantha Vie Jun 03, 2011 10:10 am

Jalando a su fantasma del hambre y posándola atrás de su espalda, la Diosa del Caos con seriedad escuchaba y observaba a aquel extraño que parecía ser sin duda laguna el gran Zeus. La forma en que actuaba y hablaba de una manera tan arrogante que molestaba a Eris. ¿Cómo osaba en comparar su cosmos con la de un guerrero?… fue ahí cuando recordó que había bajado sus energías con el propósito de poder entrenar con Sheznarda para que así no hubiera ventaja.

A Samantha le llamaba la atención lo último que decía Zeus con respecto a su prima Lydia. Fue ahí cuando soltó la mano de su fantasma y bajó el rostro, oscureciendo sus facciones con la sombra de su postura. Suspirando y relamiendo sus labios la Diosa de repente generaba una enorme ventisca que mecía abruptamente todo su alrededor, incrementado su energía como debería de ser. Cruzándose de brazos, alzaba su vista de nueva cuenta y tomando una postura arrogante, pero sin perder su sensualidad como dama dijo:

-Es demasiado arriesgado juzgar el cosmos de otro Dios mi querido Padre… pero por dejarlo esperando con demasiado tiempo ignorare aquella grave falta de respeto. Estoy cansada eso que ni qué, pero la razón por la que me encontró a estos niveles fue porque estaba ayudando a mi querida Sheznarda en su entrenamiento.

La dama suspiró y de inmediato señaló el frente indicando que Zeus fuera hacia uno de los tronos que tenía en el salón principal, sino antes decir:

-Por favor tomemos asiento querido, efectivamente mi relación con Afrodita es estrecha… en vida de notarles fuimos y aún lo somos… Primas, pienso que ya le ha de ver comentado el tema de una alianza con el reino de Apolo y el mío y que se hará una esquisto fiesta… si es así y quiere usted saber más del tema, os invito a que tome asiento para así con más comodidad hablar del tema…

Dicho eso de inmediato Samantha comenzó a caminar hacia el frente hasta llegar al trono principal, en el cual se sentó ofreciendo el pequeño asiento de la izquierda a Zeus, mientras decía:

-Fantasma del Hambre por favor traiga un poco de vino para el invitado y algo para mí y de inmediato quiero que esté a mi lado derecho al igual que Flori… rápido… vamos querido Zeus no tenga pena y tome asiento a mi lado.

Guardando silencio la dama se cruzó de piernas mostrando su fina piel desnuda mientras jugaba con sus cabellos, esperando la reacción por parte del joven visitante.

por Pandora1 Sáb Jun 04, 2011 8:27 am

Al ver entrar a Samantha en el salón principal me sorprendí, no la esperaba tan pronto pero estaba allí, y también un hombre rubio a quien no creía haber visto antes pero ese cosmos me parecía demasiado para ser un siempre guerrero o algo parecido, debía ser un dios sin dudas, aunque era muy extraño que se haya presentado al templo de la discordia sin antes avisar, no era de esperarse. Permanecí pensativa por un momento mientras notaba a mi diosa y mi hermana Shezanrda del hambre que llegaban juntas hacia el salón, no dudé ni un segundo más en levantarme de la pequeña banca dorada y sin más dejé bajar al suelo a mi pequeño felino que no se quedó allí, sino que comenzó a correr alejándose del lugar. No le agradaba estar frente a gente nuevo que él no conocía por lo que permití que se marchara, ya luego lo buscaría.

Pude escuchar que aquel hombre que estaba allí se trataba del gran Zeus, el dios del Olimpo. Al principio fue muy extraña y demasiado incómoda la forma en que éste se había dirigido a la diosa, juzgándole. Pero pronto Eris arregló el asunto y eso me dejó más tranquila. No deseaba que nada malo ocurriera y mucho menos con mi diosa, mi amiga, a quien siempre había respetado y servido incluso desde mis tiempos de humana normal y corriente.

Me decidí a caminar en dirección hacia donde se encontraba la diosa Eris, no quería que se preocupe, había estado esperando su llegada y por fin estaba allí. Entonces me acerqué a ella y estando parada a bastantes metros de ambos dioses hice una pequeña reverencia en forma de saludo para asistir al lugar. -Con permiso... aquí estoy, mi señora.- pronuncié en un tono normal y pacífico mientras volvía a pararme derecha y me dirigía hacia un lado de la diosa del caos y la discordia. Sin decir nada más permanecí allí inmóvil nada más esperando la siguiente acción. Estaba alerta a cualquier cosa que pueda ocurrir.

por Mauritius Sáb Jun 04, 2011 3:23 pm

Oh, asi que era para ayudar a tu fantasma, pense que habias despertado con ese cosmos tan debil, pero bah, es bueno saber que tu cosmos es asi de agresivo, puesto que necesitaremos de ambos para esto... Acompañe a la diosa mientras ella le hablaba a sus demas guardianes para que la acompañaran, a una la mando a traer vino.. que considerable de tu parte, ya se me estaba secando la garganta, igual, quisiera pedirte una disculpa, pero ya sabes, pense que darias mucho a desear, incluso antes de conocerte pense que no estarias por estos rumbos, inclusive me sorprendio que lydia me hablara de ti, pero bueno esa es otro historia que quizas ella te la cuente, de...ta...lla...da...men...te..., lo dije de manera pausada porque buscaba alguna reaccion por parte de la diosa,...parece ser que hay otro dios, hijo mio, he sentido su cosmos, pero no logro ubicarlo... me sente placidamente a su lado, no me preocupaba en lo mas minimo que estuviera a su lado, estaba en su casa, en su recinto, por ello la dispocision de mi parte.

Asi que primas, bien, entonces ya me imagino porque se unieron, bien, solo ella me comento algo acerca de una alianza, y que buscaban mi incorporacion, pero dime a quien le podriamos hacer la vida imposible, a cualquiera o podria haber un reino o region en especial... la sorpresa me carcomia ya buscaba la respuesta optima... Me parece claro, que deben de tener un objetivo claro... Segui respirando mientras tragaba un poco de saliva... Me interesa ser parte de esta alianza, pero claro esta debo de conocerlo todo, por eso es que estoy aqui...

Habia dado a conocer el objetivo de mi llegada, era claro que quizas estaria junto con ellos, las deidades mas fuertes podrian arrasar lo que fuera, pero para no hacer daño o ganarse eternos rivales, era mejor limitar los puntos, y eso era lo que esperaba... mientras esperaba el vino, miraba de reojo la piel blanca de la diosa, que con aquel vestido dejaba mucho a la imaginacion.

por Samantha Sáb Jun 04, 2011 4:48 pm

Era increíble el repentino la conducta de Samantha. Aquella se comportaba de una manera tan serena ante aquellas actitudes arrogantes por parte del Dios Zeus. Parecía que no era la típica Eris que se ofendía de manera rápida, no, aquella vez era distinta, parecía que quería escuchar más al joven de los cabellos dorados. Sus palabras mostraban que tan ansioso estaba por saber con exactitud el tema de la alianza, cosa que lo sabría, pero a futuro, hasta que su curiosidad le segara y los mostraba tal cual como un ser un tanto irracional.

La dama divisaba el como aquel caballero la observaba. Samantha comenzaba a ofenderse con eso por lo que de inmediato se levantó provocando el mecer de todo su sensual cuerpo y cuando se disponía a hablar un escalofrió le invadió por completo. Aquella giró su rostro hacia la izquierda directo a una de las enromes ventanas el salón principal. Frunciendo su ceño aquella musitó:

-Alguien ha osado a invadir mi reino y eso es imperdonable… Zeus querido, la alianza se hará con Afrodita, Apolo y Eris… si gustas esperar un poco más de tiempo iré a ver de se trata todo esto… una vez más disculpa que te deje solo… ya habrá tiempo para reclamos y pagos de ofensas… Mis fantasmas están advertidas a no ir al jardín… si duermo una era más no importa pues lo hare felizmente ya que sabré que las protegí… Sheznarda el verdugo de tu amor yace en el jardín ¿Qué te parece si la hago sufrir un poco?

Dicho eso la dama surcó una macabra sonrisa y elevando su cosmos de manera apabullante la mujer hizo abrir un portal el cual manaba s4ensacines gélidas que de inmediato comenzó succionar todo lo de su alrededor, incluyendo a Samantha para así transportarse de inmediato hacia el jardín donde el ser permanecía invadiendo sus terrenos sagrados.

por Mauritius Dom Jun 05, 2011 8:36 pm

Lentamente miraba como la diosa se iba alejando del lugar, mientras que una de sus fantasmas se quedaba a mi lado, la mire a arriba a abajo, parecia debil ,pero como en todo la vida, hay errores, quizas podria equivocarme y pagar caro por eso. Estaba un poco ansioso, sabia que se trataba de un berserker de ares, queria comentarselo a eris, pero quizas no atenderia a mis palabras. El mismo cosmos que en el senado, la misma esencia, solo que otro personaje, igual las escorias de una a una se estarian presentando. la curiosidad me carcomia por querer saber de quien se trataban.

Primero habia conocido a Diva, la cual fue una grata sorpresa que hubiera podido quemar a los demas senadores, que simples humanos no pudieron soportar el calor que de ella expedia, parecia que se hacia llamar Ushuriel, o algo asi, y otra que solo experimentaba su poder contra las paredes, ada, o cosas por el estilo, esas dos ratitas habia salido de la alcantarilla aquella tarde, y ahora hiban saliendo de mas en mas.

Interesante, creo que deberia de ver como anda todo por alla, me intriga saber quien es este personaje, igual necesito algo conque entretenerme, y si tocara esta fantasmita, eris no me lo perdonaria, asi que dejemoslo asi, sera bueno que marche aver de que se trata todo ese alboroto.

Me levante mientras ajustaba mi toga, y acomodaba mis sandalias, solo para bajar de poco a poco las escaliatas y seguir caminando por todo el salon hasta llegar a la puerta, donde hace varios minutos, ella lo habia atravesado.

Fantasma, no te atrevas a cruzar esta puerta, tu diosa lo dejo en claro, y si en caso de que fallaras, ella no solo te castigara, ......tambien lo hare yo, y ten por seguro que te dolera... mucho.

Hablo - Rol - pienso

por Sheznarda Miér Jun 08, 2011 12:26 pm

Sheznarda llego de la mano con su querida deidad y superiora, la diosa de la discordia. Tenía mucho tiempo que no llegaba a ese lugar, con su querida diosa, el sitio estaba como siempre, con la única diferencia de que el padre de la joven deidad que estaba gobernando ese lugar, se encontraba en el lugar donde ellas habitaban. Un cosmos bastante asqueroso llegó ante los sentidos de Sheznarda. No tenía que ser una genio para saberlo, era más que claro que Sheznarda había sentido la presencia de un berseker de Ares, pero estaba más que segura que ese cosmos no era de su querido Jabranth por mucho que ella lo quisiera con todas sus fuerzas.

-Pues la verdad es que si usted deseara hacer tal cosa yo no haría más que sentirme complacida, espero ese ser pague caro su afrenta al venir a este lugar a mancillar sus jardines, pero la verdad es que eso podría hacerse sólo si el caso lo ameritara. Si usted desea puede hacerlo siempre en cuando vea que es bueno para usted.

Sheznarda se quedó de pie mientras escuchaba lo que decía aquella deidad que prentendía ser Zeus. No sentía muchos deseos de que él se pusiera a decirle aquellas cosas como si ella no lo supiera, pero lejos de ponerse a discutir con el diciendo que no tenía derecho de ponerse a decirle lo que ella podía o no hacer; decidió sentarse en el suelo de aquel sitio a esperar a su deidad quien ya se había marchado haciendo uso de un portal bastante interesante, que hacía tiempo que no veía aparecer frente a sus ojos. Tenía que admitir que tenía tantos deseos de que esa berseker asquerosa muerise, que no quería quedarse en ese lugar sin hacer nada, pero no quería desobedecer una vez más a su deidad porque despúes de todo ella tenía más de un punto desfavorable ante Eris.

por Pandora1 Miér Jun 08, 2011 12:37 pm

Pronto comenzó a sentirse un cosmos amenazante en el ambiente, provenía de los jardines del templo al parecer, nunca antes había sentido una energía igual de hostil. Tan solo miré a la diosa del caos y la discordia, noté su reacción al levantarse del trono, nos advirtió a sus dos fantasmas presentes que no nos atrevamos a salir del salón principal, era demasiado peligroso salir, pero en ese momento temí por ella, no sabía si iba a estar bien, pero tenía en cuenta que igualmente era una diosa y tenía un enorme poder. Asentí con mi cabeza a esa orden -Sí, mi señora, no se preocupe, permaneceré aquí... como usted ordena.- Me acerqué un poco hacia la entrada, pero a una distancia considerable, no muy cerca mientras veía que la diosa se iba a través de un extraño portal.

A los pocos minutos el extraño sujeto que era Zeus se levantó también y antes de salir a los jardines dijo unas palabras, por supuesto no me agradaron en lo absoluto, repitiendo lo que Samantha había mencionado amenazó con darme un castigo. Fruncí el ceño mientras lo veía salir de la sala. -Sí claro ¿Quien te crees para darme órdenes?... aunque seas el mismísimo Zeus no haré caso a lo que dices, no eres mi jefe... no eres mi dios... sólo Eris me da ordenes, solo mi diosa puede castigarme si no le obedezco.- Pasaba eso por mi mente sin siquiera mencionar ni una palabra. Recordaba aquello que Eris me había dicho en una oportunidad, que a pesar de estar aliados con otros dioses nunca nos debíamos dejar dominar por ellos, no dejar que nos den órdenes. Yo estaba muy de acuerdo con ello y además la alianza con Zeus aún no se había concretado, eso fue lo que me hizo enfurecer. Su actitud desde el principio no me había agradado mucho. Sólo obedecería a alguien más si mi diosa me lo ordenara. Pero lo dejé pasar, no quería problemas y mucho menos con un dios que sería el posible aliado de Eris. -Sólo me quedaré aquí porque las ordenes salieron de la boca de Eris.- pensaba luego, y permanecía en el lugar muy cerca de mi hermana Sheznarda, sin decir nada, en ningñun momento hable acerca de lo que se decía, tan solo me mantenía alerta a la situación que se estaba dando.

por Sheznarda Sáb Jun 11, 2011 6:21 pm

Sheznarda escuchó lo que decía su compañera bastante molesta. No había nada que hacerle, la joven fantasma del hambre era más temperamental que nadie en ese sitio, incluso ella podría parecer un pan de Dios al lado de tal fantasmal mujer de mal carácter. No es que no le importara que Zeus estuviera por ahí dándoles órdenes, sólo que no le interesaba gastar su saliva y sus valiosas palabras con aquel hombre que prentendía darse aires de grandeza, cuando se sabía más que de sobra que no tenía la grandeza ni de un gran toro de piel roja. Al final pensaba que había ganado más quedándose callada que poniéndose a pelear con Zeus por cualquier tontería, ya que el no la atacaría en ese rato porque estaba con Eris, pero apenas ella se descuidara, el podría acabar con su vida en cuestión de segundos.

Una vez más la sala principal quedó en silencio, de modo que Sheznarda no pudo hacer más que sentarse a esperar a que llegara ERIS, quien se había marchado para ver a la intrusa de su recinto. Por ahí pensó en hacerle conversación a Flori, pero a pesar de que eran hermanas, la joven fantasma del hambre no pudo evitar sentirse bastante incómoda y poco dueña de tema para conversar con ella, por lo que decidió seguir en silencio por unos momentos. Una vez que el silencio molestó lo suficiente, Sheznarda empezó a jugar con su mascota y viendo que no podría entablar conversación con su hermana decidó mandarle a Heero un ratito para que le hiciera compañía en representación a ella, y así el animalito llegó hasta donde Flori y empezó a jugar y a mover su cola frente a ella.

-Mira que es lindo no?- Fue todo lo que dijo Sheznarda porque algo empezó a inquietarle bastante y tenía deseos de ir al jardín para ver qué pasaba. La presencia de la berseker estaba borrada del lugar y ahora se sentía la energía de otra deidad en aquel lugar.

-ALgo ha pasado, mira que mi señora ha elevado su cosmos... Quisiera ir a ver qué sucede, pero no creo que eso sea posible ¿no?- Sheznarda se puso de pie y se paró en el umbral de la salida hacia el jardín, pero no salió de ese lugar porque no quería hacer nada que molestara a su querida señora, por mucho que esta se hubiese marchado ya.

-Tengo un mal presentimiento... ¿Crees que haya pasado algo con la alianza Flori?

por Pandora1 Dom Jun 12, 2011 5:13 pm

Me encontraba viendo a la puerta de entrada del templo de la Discordia, había algo que me mantenía inquieta y curiosa, no sabía lo que pasaría con aquel Berseker, aparentemente, que había entrado en el territorio de la Discordia y sus fieles guerreros. A pesar de tener en cuenta el enorme poder de Eris me preocupaba lo que podría pasar luego. Nunca se sabe lo que un extraño pretende al visitar territorios ajenos. Y a pesar de eso me sentía extraña, quizás una leve preocupación invadía mí mente, pero tan solo restaba esperar.

Pronto algo interrumpió esos inquietos pensamientos que atormentaban de a momentos mi mente. Sentí algo en mis pies. Cuando bajé la vista noté que se trataba de un pequeño y adorable animalito con hermosas alas que jugueteaba alrededor de mí mientras movía alegremente su cola peluda. Al mismo tiempo sentí la voz femenina que me hablaba y cuando volteé mi rostro vi que era mi hermana del hambre. -Sí, es muy lindo y agradable. Me gusta- dije mientras me agachaba y acariciaba el suave pelaje azul de aquel animal.

Pero pronto algo ocurrió que llamó mi atención tanto como a Sheznarda. El cosmos del Berseker desaparecía como si se alejara. Tal vez las cosas habían salido bien y el reino y la diosa se encontraban en paz. Fue algo que me alivió de cierta forma. Pero no fue todo lo que pasó allí. Seguido de eso comenzó a sentirse un cosmos más fuerte, inmenso, como el de la mismísima Eris que parecía furiosa o molesta por algún motivo. En ese momento dejé de acariciar al animalito y me volví a incorporar mientras veía hacia el frente.

-Lo se, hermana, sentí lo mismo que tú. No creo que sea simple. Algo grave debe de haber sucedido. Créeme que también deseo averiguarlo.- Dije en un tono un tanto débil y cauteloso. Para seguidamente escuchar las próximas palabras de la joven. -Es lo que temo, Sheznarda. La señora ya se ha de haber retirado, siento su cosmos alejarse. Y de verdad me preocupa que lo que ocurre sea algo grave.- contesté a las últimas palabras del fantasma del hambre, en un tono de preocupación, temía de verdad que las cosas se arruinen o haya una guerra contra otro dios, una traición o alguna idea que impulse a Samantha tanto odio. Entonces caminé rápidamente hacia donde estaba la entrada y me apoyé en uno de los ventanales que estaba a un lado de la puerta. En ese mismo momento volvió a aparecer mi pequeña mascota que corría hacia mí, con un maullido extraño. -¿Crees que al menos en esta ocasión debamos salir para saber lo que ocurre allí?- inquirí en un tono de confusión. Sabía que debía hacerle caso a mi diosa pero en ese momento más me inquietaba el poder saber que ocurría con ella. -Esto comienza a inquietarme...-

por Sheznarda Sáb Jun 18, 2011 10:16 pm

La mascota que estaba al lado de Flori,ahora se encontraba corriendo asustada hacia Sheznarda, pues ella sentía más que nadie la emociones que transmitía la ladrona en sus momentos de preocupación. Al igual que la mujer de cabellos rubios, la joven fantasma de la muerte estaba bastante preocupada por su ama, debido a que no sabía bien lo que tenía que hacer; Samantha les había ordenado que se quedaran en ese lugar, por lo que ellas estaban atadas de pies y manos, sintiéndose cada ves más que ínútiles, o por lo menos eso pensaba Sheznarda.

-No tengo idea, pero sólo nos toca esperar, sin embargo no puedo dejar de tener miedo. Nuestra señora es fuerte, pero los otros dioses débiles son tramposos y eso me pone molesta. NO quisiera que ella sufriera un destino fatal por culpa de las actividades incordiosas de esos enemigos cobardes.

El problema de que Eris fuera a pelear sola la ponía en un predicamento bastante preocupante, porque si ella con su aire fatalista dejaba que su depresión la matara, entonces Flori y la ladrona estarían solas y no sabrían a donde ir. Eris, era la deidad a la que servían y si esta se iba, no iban a tener un sitio a donde regresar. Ella por lo menos, si no tenía a Eris, no iba a tener un sitio al cual volver, porque su amado ya no estaba en ese mundo, por lo que su existencia otra vez iba a carecer de sentido.

-Flori, creo que lo mejor es que nos vallamos al pasillo o que nos movamos. Eris nos ha dejado para que vivamos y por lo tanto tendremos que escondernos para que no nos encuentren nuestros futuros enemigos. NO me gusta para nada eso, pero hasta no saber bien qué es lo que está sucediendo no podemos desobeder las órdenes de nuestra señora.

Una vez dicho esto, la fantasma del hambre tomó a su mascota y sin decir nada más dejó el salón principal para ir a los pasillos, porque sabía que de una u otra forma, no era factible que ella se quedara de blanco fáciel en un sitio como ese. Ni ella, ni su hermana debían hacerlo.

por Pandora1 Dom Jun 19, 2011 9:57 am

Era evidente que algo extraño estaba ocurriendo, algo que involucraba a Eris y sus fantasmas también. Ella quería protegernos, siempre había tenido esa actitud sobre protectora para conmigo y mi hermana del hambre. Sobre todo porque además que sus guerreras eramos sus amigas. Pero tanto Sheznarda como yo estábamos muy preocupadas por ese tema. Pero las ordenes de la diosa habían sido muy claras, no podíamos movernos de allí ni aunque quisiéramos. Sería un error desobedecerle, pero en mi mente me invadía ese miedo por que algo malo ocurriera. Estaba confundida y no sabía que hacer. Lo presentía en mí, no podía hacer nada de todas formas.

Escuché con atención las palabras de mi hermana. Al parecer ella estaba igual de preocupada que yo, y sabía que no podía hacer nada al respecto. Era cirto que debíamos obedecer, no nos quedaba otra opción. Y por el momento protegernos por si algo ocurría, por lo menos hasta tener noticias de lo que estaba ocurriendo.

Al igual que Sheznarda, yo tenía miedo, si llegara a ocurrir lo peor... no iba a tener sitio a donde ir, dios a quien servir, estaría perdida en un mundo desconocido. Sobre todo porque no conocía a nadie más importante en la vida que aquella mujer. La actual diosa de la discordia fue siempre mi ama, desde un principio y llegó a confiarme su amistad, tomarme como su mano derecha. Sin ella no sería nada, ella era todo y lo único en mi vida.

-Tienes razón... mejor será escondernos. Si Eris desea protegernos y quiere que vivamos es lo mejor que podemos hacer hasta tener noticias. No podemos ser blanco fácil para los enemigos en este momento.- En ese momento también mi pequeña mascota corrió hacia mí, maullando de una forma extraña, estaba asustado también. Lo miré y me agaché para alzarlo entre mis brazos. -Tranquilo pequeño, se que estás asustado, yo también, pero Sheznarda tiene razón... ahora sólo nos toca esperar...- dije con una voz baja mientras miraba al gatito. Entonces Sheznarda se retiró hacia el pasillo. Entonces decidí seguirla y dejar el salón principal, también deseaba estar segura frente al peligro que en ese momento corríamos.

por Lydia Dom Jun 19, 2011 8:25 pm

Lydia usó su cosmos y apareció en el salón principal, donde horas atrás estuvo la diosa de la discorida pensando su plan para derrocar a Athena, o ir contra Hades; fuera lo que fuera que ella quisiera hacer, le sentaba como anillo al dedo para su deseo de la obtención del poder. Por un lado tenía que admitir que le emocionaba bastante ver a su antiguo amante el señor de la guerra, sin embargo también sentía algo de preocupación, puesto que el había hecho alianza con Eris, de hecho solicitó la misma con una mensajera, pero con ella no había solicitado absolutamente nada, por lo que no sabia cómo iba a estar su situación.

-Bueno este lugar está desierto. Tengo que buscar la manera de que esas chicas estén aquí a mi lado, o que por lo menos sepan que yo estoy aquí para ayudarlas, ya que la situación con Eris está ahora poco definida...- La princesa de ROma tenía razón de pensar eso, puesto que ellas no podían salir a arriesgarse cuando eran el blanco de muchos enemigos. Ella lo entendía claramente, porque tenía una única guerrera a la que quería proteger a toda costa.

-¿Cómo se supone que voy a llamarlas? No sé ni sus nombres.- Lydia hizo aparecer a su mascota y jugó con su pelaje mientras pensaba en la posibilidad de que con la elevación de su cosmos alguna de ellas fuera a su encuentro y se enterara que ella estaba en ese lugar para protegerlas o ayudarlas.

-Como no tengo otra opción mejor hago eso- Lydia miró a su mascota y dijo- ¿Qué opinas Darien?- El animalito movió la cola, y Lydia elevó su cosmos trantando de que ese no pareciera hostil o amenazador.

por Pandora1 Lun Jun 20, 2011 1:33 am

Caminaba en dirección hacia los pasillos del templo de la discordia, mi paso era bastante veloz pues Sheznarda me había dejado atrás a una distancia considerable y quería alcanzarla. Había estado distraída pensando en lo que podría estar pasando con la diosa de la discordia. El tema me tenía un tanto preocupada y peor aún sabiendo que no podía hacer nada estando allí adentro con la orden estricta de no salir hacia el exterior del templo por nada. La diosa nos quería a salvo.

De pronto algo me llamó la atención, al mismo tiempo que mi pequeña mascota saltaba de mis brazos y corría nuevamente hacia el salón, pero con una actitud distinta a la anterior. Sus maullidos no eran amenazantes y temerosos, actuaba raro esta vez. Me detuve y lentamente me volteé. Me quedé paralizada unos minutos al ser sorprendida por un inmenso y cálido cosmos, no parecía amenazador. Era distinto también. Podía percibir una sensación de calma, algo que me hacía sentir bien. Era la energía de un dios, de eso no había duda. Pude saber que se trataba de la diosa Afrodita, pues antes lo había sentido, en la primera reunión que pude percibir en el templo de la discordia, aquella vez que discutieron anteriormente el tema de la alianza. Allí fue que reconocí su presencia.

Entonces decidí regresar, seguí a mi mascota hacia el salón principal y me di cuenta que de verdad se trataba de un cosmos divino. Era una mujer hermosa, no podía negarlo, su cosmos se sentía tan cálido y acogedor. Incluso me sorprendía su presencia en el salón principal pero seguramente Eris le había comunicado algún mensaje para sus fantasmas, o eso era lo que yo pensaba en ese momento. Sino no se me ocurría otro motivo por el cual ella estuviera en ese lugar.

-Señora Afrodita...- dije en un tono de tranquilidad y amabilidad mientras me inclinaba levemente en un saludo mostrando respeto. Estaba acostumbrada a hablar así ante los dioses sobre todo. Ante aquellos que no mostraban hostilidad. -Disculpe... es que sentí un cálido y divino cosmos y decidí venir para saber de que se trataba... y la encuentro a usted.- La miraba fijamente a sus ojos mientras la admiraba. -Es un placer estar ante su presencia. Soy Flori, fantasma de la muerte- pronuncié por último presentándome ante la diosa. En ese momento me quedé en silencio para esperar la respuesta. Deseaba saber el motivo por el cual estaba allí, pero no podía decírselo desde un principio, sería una falta de respeto sin antes presentarme.

por Lydia Lun Jun 20, 2011 2:49 pm

Lydia había obtenido buenos resultados al elevar su cosmos de esa manera, pues al final de cuentas, alguien había ido a su encuentro. Una pequeña mascota había salido corriendo hacia ella provocando que la suya saltara de sus brazos y bajara para ponerse a jugar con la misma. Luego de ver tal cosa interesante, la diosa del amor pasional no tardó en ver la silueta de la fantasma de la muerte quien se acercaba de manera respetuosa hacia ella, mostrando la forma en la que Eris las había educado. Ahora más que nunca comprendía porqué esa diosa de la discordia le había pedido que fuese amable con ellas y que no las tratara como si fueran mandaderas. Había visto a una de ellas y con eso lo comprendió todo. Ella misma entendía que si fuera la situación a la inversa, le pediría a Samantha que cuidara de Lin y no la hicera pasar un mal rato.

-Es un gusto verte mi querida niña.- Lydia miró a ambos lados y dijo algo extrañada- ¿No solías ir acompañada de otra fantasma? No la veo contigo.- Las preguntas por parte de Flori no se hicieron esperar, pues aún no sabían bien por qué ella estaba ahí; y es que era más que cierto que aquella mujer de cabellos negros no había dicho su propósito en ese lugar, y que Eris no había tenido el timepo para poder explicarle a sus subordinadas que ella estaba a cargo para cuidarlas hasta que sus asuntos fueran resueltos. Esperaba por el bien de esas dos fantasmas, que las cosas salieran a favor de su prima.

-Mi querida niña, entiendo tu preocupación, puesto que no es normal esto que se está llevando a cabo en este lugar, sin embargo, tengo que decirte con toda la seguridad del mundo, que yo no estoy aquí para indisponerlas a tí y a tu fantasma, sino más bien para poder cuidar de ustedes hasta que ella llegue. No piensen que les vengo a imponer nada, pueso no es así, sólo estará como siempre vigente una sola orden. La de no salir aunque sientan que tienen que hacerlo. Eso lo ha dicho ella.

por Pandora1 Miér Jun 22, 2011 8:25 am

Al presentarme ante la diosa de la belleza y el amor fui recibida de una manera muy amable y serena, pensando entonces que quizás aquella mujer estaba respondiendo amablemente a un favor pedido por mi señora, la diosa Eris. Entonces me sentía un poco aliviada aunque mi preocupación por la diosa de la discordia no se iría tan fácil. Quizás hubiese estado más tranquila si ella nos hubiese avisado antes, a mi y a mi hermana del hambre, el motivo por el cual se había ido de esa manera. Pero igualmente me dispuse con todo respeto a escuchar las primeras palabras de Lydia, a lo que respondí con el mismo tono de tranquilidad.

-Sí, está en lo correcto, señora. Solía acompañarme el fantasma del hambre, Sheznarda. No se encuentra aquí puesto que creyó sería mejor ocultarse en alguna sala posterior, en el templo de la discordia para evitar ser blanco fácil de nuestros futuros enemigos. Más en este momento que nuestra señora no se encuentra, ya que Eris pretende que vivamos y estemos seguras... quiere lo mejor para nosotras- traté de explicar lo más claro posible el motivo por el cual mi compañera no se encontraba en aquella sala junto a mí. Sí estaba en el palacio, pero quiso estar más segura; eso fue lo que dije en ese momento sin dudar. -Iba a ir con Sheznarda, pero ella se adelantó y yo cuando sentí el cosmos de usted decidí regresar para ver de que se trataba.- agregué luego y seguido de esas simples y expresivas palabras hice silencio escuchando lo siguiente que la diosa decía.

Eso que ella decía me tranquilizaba más puesto que se cumplía lo que creí, al parecer ella había sido enviada por Eris para que nos protegiera y nos mantuviera a salvo mientras ella no estuviese. Me agradó el hecho de que Lydia seguía lo que Eris pidió, concordaba con lo que la diosa me había mencionado alguna vez. Aquella mujer de oscuros cabellos no pretendía darnos ninguna orden, sólo mantenernos seguras y que confiáramos en ella. Tan sólo obedecer a lo que la diosa de la discordia antes había ordenado, de no movernos del templo. Eso pudo confirmarme que Afrodita estaba allí por un pedido de Eris, así podía sentirme más segura.

-Es un alivio el oír eso. Le daré las gracias, señora. Quiero que sepa que confío en usted pues sé lo que mi señora quiere para mí y mi compañera, y es justamente lo que está diciendo ahora. Sólo desea protegernos. No se muy bien lo que está ocurriendo pero me tranquiliza el hecho de que usted esté aquí para cuidar de nosotras...- contesté por último. Las palabras de aquella deidad parecían ser sinceras y firmes. Mi señora Eris me había enseñado a confiar en esa clase de personas y era lo que haría, pues en ese momento no quedaba otra cosa. Había muchos enemigos y Lydia era una de los pocos seres en los que podía depositar mi confianza en ese momento tan extraño y confuso.

por Mauritius Dom Jun 26, 2011 9:29 pm

Habian pasado segundos desde que lydia se habia alejado de mi, desapareciendo con el uso de su cosmos, me habia hecho pensar, sus palabras parecian tener un cierto vacio en cada letra que pronunciaba, ¿que tanto llegaria a afectarle mis respuestas?, ¿ habria sido malo juguetear un rato con Eris?, todo daba vuelco en mi cabeza, y sin saberlo podria haberse reflejado en mi forma de decirlo. Llegaba ahora al salon, donde se podia sentir ahora dos tipos de cosmos, uno de la diosa Lydia, y otro de los fantasmas de eris.

Camine directamente hacia lydia, pero entonces comenze a evadirla, para luego irme a sentar al trono derecho, donde hace rato me habia sentado, de ahi solo escuchaba lo que decian esas mujeres, no tenia mucho que opinar tan solo estaban ahi, tratando de preveer el futuro, sin que alguna de las dos pudiera ser certera.

Tsk... bien Lydia, creo que no hay de que preocuparse aqui, puedes cuidar bien a aquellas mujeres, las fantasmas de tu queridisima prima Eris, de mi parte solo me quedare por si acaso necesitaran algo... tome la botella de vino que aun quedaba en la mesa, y rapidamente lo comenze a beber... no habia mucho asi que me lo acabe muy rapido, y sin mas decir, la deje de nuevo en la mesa... bien si no es mucha molestia fantasma, ¿podrias traerme un botella de vino?... por cierto como te llamas, ya que me he cansado de decirte fantasma, seria mejor con tu nombre, ¿no crees?

por Lydia Mar Jun 28, 2011 10:03 pm

Lydia había entendido todo. Aquella otra fanstama de cabellos rubios estaba escondida en los pasillos, no podía negar que le daba bastante pena que guerreras como ellas tuvisen que esconderse por orden de su querida deidad; sabía más que nadie, que esas mujeres eran luchadoras por naturaleza, pero viendo todo ese lío no había más remedio que tomar esa posición.

Un suspiro se escapó de los labios de la deidad del amor pasional, puesto que había recordado que su querido ángel del amor se encontraba en los jardines esperando por ella y que en cierta forma ella también estaba haciendo lo mismo que Eris al dejarla ahí, pero es que ella no quería que su ángel sufriera por imprudencias suyas, eso era algo que no podía permitirse, la quería tanto que no era posible que ella permitiera tal cosa. Un cosmos algo débil llamó la atención de la joven mujer de cabellos negros quien se sobresaltó y miró en dirección a los pasillos. Alguien estaba ahí, podía sentirlo con todas sus fuerzas, pero aún no sabía quien era exactamente, su cosmos se le hacía conocido, pero aún sus recuerdos estaban bloqueados. No lo podía saber.

-Descuida querida, sabes más que nadie que yo no tengo intenciones de hacerte daño y no hay para mí más gusto que ayudar a mi querida prima en todo lo que necesita y no tengo problemas en cuidar de ustedes, para mí es todo un gusto.- Lydia guardó silencio y observó a su querido amante entrar a la habitación y sentarse en el trono de su hija, esto seguro no iba a hacerle gracia a los habitantes de ahí, ni mucho menos les iba a gustar que el abusara de su autoridad pidiendo cosas como esas. Las fantasmas de Eris no eran sus sirvientas y el debería saberlo, pero como no quería un problema en ese lugar, la deidad del amor decidió decirle a Zeus con sutileza lo siguiente:

-Ellas no son tus sirvientas y no creo que a Eris le guste que tú te sientes sobre su trono.- Una botella apareció en la mano de Zeus por el cosmos de Afrodita y una vez que esta terminó de materializarse, la princesa de Roma siguió diciendo- Espero no olvides por qué estamos en este lugar.

por Pandora1 Miér Jun 29, 2011 9:32 am

Aquella dama tenía mucha razón y me agradaba de sobremanera escuchar aquellas palabras, que para mí eran muy sinceras y ciertas. Cualquier dios que estuviera aliado con otro haría lo posible, en el caso que dicho dios se encuentre ocupado con sus asuntos, por tratar cuidar a sus guerreros y haría que se sintieran cómodos, de igual manera que Afrodita lo hacía en ese momento conmigo y mi hermana fantasma del hambre. Sonreí notablemente al escuchar finalizar sus palabras. -Se lo agradezco mucho.- dije por último.

Pronto llegó desde la entrada aquel rubio que había escogido zeus como cuerpo mortal. Era increíble esa actitud que estaba teniendo, conociendo más o menos a ciertos dioses me parecían extrañas y confusas aquellas actitudes que tenía aquel dios. Obviamente me tenía que mantener callada, no podía recriminarle nada pues tan solo era una simple guerrera. Los dioses tendrán sus propios motivos. Igualmente en ese momento recordaba las palabras de Eris, de no permitir que me trataran como sirviente.

Antes de que pudiera hacer nada Afrodita habló. Tan sólo me limité a escuchar sus palabras por el momento, mientras la observaba fijamente. Pero luego no pude evitarlo, debía contestar aunque no pretendía faltarle el respeto a aquel dios. Me volteé y con un tono sereno y suave dije. -Disculpe, no quiero faltarle el respeto, pero la señora Afrodita tiene razón. Yo estoy aquí solamente para servir a la diosa de la discordia.- Dije mientras lo miraba fijamente y sin temor en lo absoluto. Luego hice una pausa de algunos segundos y me dispuse a tomar aliento para continuar.

-Ah lo siento, mi nombre es Flori, soy el fantasma de la muerte.- pronuncié por último en un tono amable y sereno. No pretendía estar en contra de nadie y mucho menos si eran dioses y aliados de mi señora Eris. Sólo deseaba sentir seguridad y confianza por parte de ellos, entonces yo les devolvería de la misma forma amable y confiable sin ninguna excusa. e moví a un lado y quise comunicar unas últimas palabras a la diosa.

-¿No precisa nada más por mi parte, señora? Si es así y usted lo desea puedo retirarme o quedarme aquí, como prefiera. Después de todo pueden confiar en mí para lo que sea. Mi señora no se encuentra en este momento y no tengo mucho que hacer más que esperar.- dije por último. Pues mientras Eris no se encontrar estaba al cuidado de aquellas deidades que en el salón se encontraran.

Me paré a un lado sin decir nada más, sólo esperando una respuesta.

por Mauritius Jue Jun 30, 2011 10:43 pm

jajaja, querida creo que te has equivocado, decia mientras tomaba la botella que antes lydia habia hecho aparecer de la nada, solo con la manipualacion de su cosmos, tendre que decirte que esta no es la silla de Eris, la de ella se encuentra en el centro, y yo estoy a su derecha.... comenze a beber el vino lentamente, a tragos lentos, mientras miraba el techo de aquel lugar... ademas no queria que ustedes pensaran que las manipulo a mi antojo, solo que este salon es nuevo para mi y, mmm no se, a lo mejor en un descuido me perderia por estos lares... decia mientras en mi cara se dibujaba una mueca...

Tome la botella, ya estaba a la mitad de su capacidad, bendita mania de los humanos en crear un elixir delicioso, y mas dionisios por haberla creado, hacia tiempo que no habia provado el liquido vital en toda fiesta. Y ahora divagaba de nueva cuenta, ultimamente todas las mujeres guerreras se habian portado altaneramente, primero aquella diva, que se convirtio en un lacayo mas de ares, y en este mismo lugar sarahissa, otra mas de aquel circulo. Respire lentamente, mientras bajaba la mirada para mirar a Flori, ahora ella se expresaba asi de mi, que se le iba a hacer, estaba en un lugar que solo mandaba su ama Eris, y ahora lydia de su parte, no habia mucho que decir, tenia que acatar, si no solo se pondrian mal, y harian un gran borlote por todo eso.

Bien bien, ya, bien flori, entonces no quise incomodarte, y tampoco a ti lydia, no hagan mas enojos, bien, entonces Lydia, que haras si en este mismo instante se mostrata un guerrero enemigo y viniera por la cabeza de una de los fantasmas de Eris, ¿pelearias?, o que harias.....

por Lydia Dom Jul 03, 2011 4:12 pm

La diosa del amor pasional escuchó lo que decía Flori ante la forma que tenía Mauritius para dirigirse a ella, así mismo escuchó la contestación de su amante mientras trataba de recordar bien de donde se le hacía tan familiar la energía leve y minúscula que percibía en ese lugar. Le recordaba a uno de sus guerreros, pero la verdad era que para esa mujer aún estaba encriptado el nombre de aquella escencia que se paseaba por ese templo de la discordia; lugar donde precisamente no tenía por qué estar. Pasados los segundos la diosa del amor y la lujuria escuchó la pregunta de Zeus, quien para ser su amante, era la primera vez que se ponía serio con ella y le preguntaba algo de esa índole.

Ella estaba sólo interesada en cuidar ese lugar y a esas chicas pero usando la amenaza de su cosmos, sin embargo para Zeus estaba el elemento de la batalla, cosa que ella no había tomado en cuenta para nada porque no estaba dentro de sus planes arriesgarse tanto, aunque si lo pensaba bien, ya se había arriesgado con estar en ese sitio ayudando a Flori.

-Supongo que buscaría la forma de que tú pelearas en mi lugar, porque no me gustaría perder mi tiempo de esa forma tan tonta tratando de ganarle a una basura cuando debería estar mirando de cerca a esas dos chicas.- Lydia se pasó la mano por los cabellos y con el mismo modo arrogante de siempre dijo en tono traquilo- Eso está bien para los hombres, ellos tiene ese... Digámoslo así... Instinto animal para las cosas más simples. Las mujeres nos centramos más en proteger.- Lydia se acercó a Flori y la abrazó en un gesto bastante maternal, pues le había nacido abrazarla como abrazaba a cada uno de sus ángeles hermosos, luego con la misma ternura de antes, la mujer de cabellos negros dijo- No piensas así mi querida Flori?

por Mauritius Mar Jul 05, 2011 9:08 pm

Seguia bebiendo, casi hasta acabarme la botella, no habia mas, pensaba en pedirle mas a lydia, pero se veria mas como mi sirvienta, como la mujer que yo amaba, deje la botella tirada debajo del asiento, tenia pensado quebrarlo con el suelo, pero seria mas estrepitoso para ellas. De pronto, algo cambio mi forma de ver a lydia, algo maternal la inundaba, era posible que solo era por el momento, se dejaba llevar por eso, darle un abrazo a la fantasma de eris, un cuadro algo conmovedor, pero todo fue cortado por la presencia de un cosmos ajeno.

Era diminuto, pero aun parecia ser de alguien extraño a la sala y al salon, solo era una rata mas que llegaba hasta ahi, lentamente me levante, para acercarme hacia lydia, solo unos metros nos separaban, que pronto quedo disminuido hasta poder tocarle la mejilla con mi mano, me inque poco para quedar a su altura.

Vamos lydia, no te preocupes, se que me he comportado mal, pero aun asi sabes que te quiero, y lamento no poder haber estado ahi en momentos importantes, pero ahora, aqui, no dejare que nadie te valla a hacer daño, porque tu eres mi vida, y no importa lo que me pase a mi, morire con gusto si es para protegerte.

Me levante, no estaba acostumbrado a abrirme asi, mis sentimientos solo se estaban perdiendo, pero ahora me alejaba de ella, solo por unos metros... Lydia, ¿has sentido tambien ese ligero cosmos?, que crees que sea, un enemigo, o solo una visita inesperada....

por Pandora1 Mar Jul 05, 2011 11:10 pm

Me encontraba allí en medio mientras aquellos dioses platicaban, sinceramente me sentía como un estorbo o algo parecido. Sentía que en ese momento debía dejarlos solos para que hablaran de sus asuntos. Mi trabajo había acabado por informarle a la diosa del amor acerca de mí y mi compañera fantasma. No tenía más nada que hacer en ese salón. No me preocupaba demasiado en los asuntos personales de cada uno, yo sólo estaba para obedecer a Eris y mientras ella no se encontraba me sentía una inútil. Estaba conteniendo una impresionante energía en mi interior y debía alejarme, al menos hasta otra habitación de aquel templo. No quisiera que los dioses lograran ver el instante en que me descargaba de ese sentimiento insoportable que aguardaba en mi cuerpo. Por lo que interrumpí por un momento.

-Si me disculpan, debo retirarme. Necesito un tiempo a solas y no quiero ser una molestia aquí. Así que los dejaré platicar sobre sus asuntos, estaré en mi habitación, por cualquier eventualidad.- comenté en un tono serio y algo débil, pero es que no necesitaba levantar mucho más la voz ya que el silencio en ese lugar por momentos era hasta incómodo y nada más que el viento podía oírse. Por lo tanto no se hacía difícil hablar y mucho menos escuchar con claridad lo que cualquiera decía.

-Con permiso.- agregué a lo último mientras que hacía una leve reverencia en muestra de respeto, como un saludo hacia aquellas deidades que en el salón principal de la discordia se encontraban. Entonces me di media vuelta y comencé a caminar hacia el pasillo para llegar hacia mis aposentos.

por Lydia Jue Jul 07, 2011 5:30 pm

La presencia que LYdia había sentido en el templo de la discordia y que tanto le había llamado la atención, desapareció en cuestión de segundos, como si jamás hubiese estado en aquel sitio. Por unos segundos una sensación de tristeza hizo que la princesa de Roma sintiera un deseo de sentarse a dejar rienda suelta a su melancolía, pero luego se dio cuenta de que eso era la cosa más absurda que ella podía ponerse a hacer, por lo que decidió que ese sentimiento se marchase tan pronto como vino.

Con lentitud, la diosa del amor pasional se separó de la fantasma de la muerte y puso atención a lo que estaba diciendo Zeus, quien olvidando las reglas de educación y las buenas costumbres se acercó demasiado a ella mostrando ante la joven fantasma una escena melosa que ella hubiese querido evitar, no porque se avergonzara, sino porque no quería que su prima se sintiera ofendida por esa conducta.

La voz suave de la fantasma de la muerte se escuchó en ese lugar diciendo que se iría de ese lugar. A Lydia no le molestaba para nada porque a fin de cuentas sabía que ella tenía cosas que hacer y que no podía obligarla a quedarse en ese sitio aburriéndose todo el rato que su superiora estuviese fuera; por un segundo se preocupó por Eris, pues aunque sabía que era poderosa, estaba al tanto de las tretas de su primo y pensaba que por ese lado el podría intentar ganarle y sellarla haciendo que su liberación fuese más complicada que de costumbre.

-Creo yo que está más que claro que tú no me dejarás querido. Después de todo ambos hemos aprendido cosas acerca de la lealtad y el cumplimiento de las promesas.- Con la misma forma delicada con la que había abrazado a Flori, la diosa del amor se movió un poco y ladeó la cabeza para ver a la fantasma de Eris y decirle con amabilidad:

-Por su pueso querida. No pretendo hacerte quedar en este lugar por gusto, eso sería injusto para todos, por lo que puedes marcharte que no molesta para nada que lo hagas.- Una vez dicho esto Lydia regresó la mirada hacia su amante para seguir diciéndole mientras le acariciaba la mejilla- NO desconfío de tí para nada. Y no tienes que preocuparte por esa presencia, creo que era una persona insignificante que se marchó de este lugar porque nada tenía que hacer aquí en realidad.

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