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Entrada al Templo
Recuerdo del primer mensaje :
Sarahissa se paró frente al umbral que dabal a entrada al tiempo. Lo observó durante lo que le pareció una eternidad, pensando que era lo que su señor estaba haciendo con esa mujer. Algo en su corazón la tenía bastante nerviosa... tenía un mal presentimiento de todo eso. Su mirada de hielo estaba enfocada en el templo, concentrandose profundamente en las cosmoenergías que sentía.
Estaba segura que Apocalypse cumpliría el labor que le había asignado, ser un inútil. Las motivaciones de todo lo que hacía las conocía sólo ella. A su tiempo se explicarían, por su puesto. Por ahora, permanecería en el templo de Ares, lista, esperando a su señor... alistando todo lo que tuviera que comenzar a alistarse.
Sintió tambien el cosmo de dos bersekers contra el divino cosmo de Poseidón. Pensó por su puesto que eran idiotas. Ni si quiera Steven podía ser lo suficientemente tarado como para enfrentarse a un dios como ese... pero despues de todo, los Bersekers tenían más orgullo que cerebro.
Con sus ojos fijos en la entrada, comenzó a avanzar para traspasar el arco de marmol rojizo. Parecía como si el color de las llamas con el tiempo se hubiese adherido a éste. No le importaba nada más que cumplir con su labor, no interesaba cuantos muriesen... ella sabía lo que tenía que hacer, seguir las ordenes y deseos de su Señor.
Sarahissa se paró frente al umbral que dabal a entrada al tiempo. Lo observó durante lo que le pareció una eternidad, pensando que era lo que su señor estaba haciendo con esa mujer. Algo en su corazón la tenía bastante nerviosa... tenía un mal presentimiento de todo eso. Su mirada de hielo estaba enfocada en el templo, concentrandose profundamente en las cosmoenergías que sentía.
Estaba segura que Apocalypse cumpliría el labor que le había asignado, ser un inútil. Las motivaciones de todo lo que hacía las conocía sólo ella. A su tiempo se explicarían, por su puesto. Por ahora, permanecería en el templo de Ares, lista, esperando a su señor... alistando todo lo que tuviera que comenzar a alistarse.
Sintió tambien el cosmo de dos bersekers contra el divino cosmo de Poseidón. Pensó por su puesto que eran idiotas. Ni si quiera Steven podía ser lo suficientemente tarado como para enfrentarse a un dios como ese... pero despues de todo, los Bersekers tenían más orgullo que cerebro.
Con sus ojos fijos en la entrada, comenzó a avanzar para traspasar el arco de marmol rojizo. Parecía como si el color de las llamas con el tiempo se hubiese adherido a éste. No le importaba nada más que cumplir con su labor, no interesaba cuantos muriesen... ella sabía lo que tenía que hacer, seguir las ordenes y deseos de su Señor.
Raider- Status : Guerrera Sin Dios
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Re: Entrada al Templo
Larissa dio por terminado su ataque, pues algo estaba haciendo mal y tenía que arreglarlo de una vez. Como en todas las épocas ella había decidido escoger una maestría, y era su obligación llevar todos sus ataques por la línea de la misma, porque otro modo no hubiese tenido sentido que haya elegido un esquema para su defensa con sus cantos y toda la cosa; al final Larissa entendió que por mucho que ella quisiera hacer un homenaje a su antigua forma y a los seres que antes le habían acompañado en cada pelea, ahora que tenía otra rama que seguir no podía, por lo que olvidando ya aquella idea descabellada decidió empezar otra vez a dar la forma de su primer ataque.
-Tiene que ser un canto... Algo debe salir de los cantos que hago. Lo siento mucho por Lestat pero quizá es necesario que yo me quede más tiempo realiazando mi técnica, porque esta definitivamente no se va a quedar.-Decía en voz baja Larissa, pues luego de tanto esfuerzo se había dado cuenta, de que necesitaba pensar en algo que le puediese ayudar con su técnica y si para eso debía permanecer días en ese lugar tenía que hacerlo, por lo que no pensaba retener durante más tiempo a su esposo en ese lugar. Estaba más que segura que su superior iba a necesitar la fuerza de alguien como Lestat, por lo que pedirle al mismo que se quedara con ella era un acto egoísta y bastante inconsciente de su parte, así que lamentando no poder tener durante más tiempo la compañía de su amado, la chica de los ojos miel decidió decirle lo siguiente al hombre que estaba con ella en ese lugar:
-Lestat lamento mucho si te hago perder el tiempo, pero la técnica que he ensayado hasta ahora definitivamente no es la que tengo que llevar a cabo. Por lo que tengo que quedarme más tiempo para poder tener listo algo que me vaya a servir de verdad. Si de pronto deseas irte para poder a nuestro señor yo no voy a enojarme.
Una vez dicho esto el avatar de Anhilion cerró sus ojos y pensó en algún tipo de melodía que pudiese hacer que ella tuviese algo bueno para atacar y otra vez un canto lúgubre salió de los labios de la joven de cabellos castaños, quien ahora elevando mucho más su cosmos hacía que las palabras que ella decía se manifestasen a la vista humana como un arpa de cosmos cuyas cuerdas se movían sin que una mano se pasara sobre ellas. Ahora sí la chica de los cabellos castaños estaba usando algo que podía servirle de verdad en batalla, porque la idea de los gusanos era algo que no iba a servirle para nada en la batalla. Después de todo quién iba a temerle a bichos asquerosos que se arrastran lentamente hacia su objetivo? Definitivamente nadie.
Correcion del ataque: Primer post del ataque debil maestria en sonido
-Tiene que ser un canto... Algo debe salir de los cantos que hago. Lo siento mucho por Lestat pero quizá es necesario que yo me quede más tiempo realiazando mi técnica, porque esta definitivamente no se va a quedar.-Decía en voz baja Larissa, pues luego de tanto esfuerzo se había dado cuenta, de que necesitaba pensar en algo que le puediese ayudar con su técnica y si para eso debía permanecer días en ese lugar tenía que hacerlo, por lo que no pensaba retener durante más tiempo a su esposo en ese lugar. Estaba más que segura que su superior iba a necesitar la fuerza de alguien como Lestat, por lo que pedirle al mismo que se quedara con ella era un acto egoísta y bastante inconsciente de su parte, así que lamentando no poder tener durante más tiempo la compañía de su amado, la chica de los ojos miel decidió decirle lo siguiente al hombre que estaba con ella en ese lugar:
-Lestat lamento mucho si te hago perder el tiempo, pero la técnica que he ensayado hasta ahora definitivamente no es la que tengo que llevar a cabo. Por lo que tengo que quedarme más tiempo para poder tener listo algo que me vaya a servir de verdad. Si de pronto deseas irte para poder a nuestro señor yo no voy a enojarme.
Una vez dicho esto el avatar de Anhilion cerró sus ojos y pensó en algún tipo de melodía que pudiese hacer que ella tuviese algo bueno para atacar y otra vez un canto lúgubre salió de los labios de la joven de cabellos castaños, quien ahora elevando mucho más su cosmos hacía que las palabras que ella decía se manifestasen a la vista humana como un arpa de cosmos cuyas cuerdas se movían sin que una mano se pasara sobre ellas. Ahora sí la chica de los cabellos castaños estaba usando algo que podía servirle de verdad en batalla, porque la idea de los gusanos era algo que no iba a servirle para nada en la batalla. Después de todo quién iba a temerle a bichos asquerosos que se arrastran lentamente hacia su objetivo? Definitivamente nadie.
Correcion del ataque: Primer post del ataque debil maestria en sonido
Última edición por Larissa el Dom Feb 12, 2012 2:00 pm, editado 1 vez
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Entrada al Templo
La mujer de los cabellos castaños nuevamente estaba intentaba hacer algo creativo con su técnica, y fue así que aumentó su cosmos, para que de esa manera, aquella arpa que tocaba sola ahora empezó a sacar notas musicales hechas de cosmos, todas ellas se arremolinaron y dieron vuelta sobre su eje para dirigirse como una especie de cadena hacia el enemigo. El elemento ahora estaba bien escogido, y poco a poco los gusanos pequeños y los más grandes desaperecieron del lugar y dejaron que aquellas notas musicales siguieran su curso con toda la tranquilidad del mundo. Las notas direron vueltas libremente como si siguiersen el curso del viendo, o quisieran ganarle al mismo, y luego chocaban una y otra, y otra vez contra las paredes del palacio de Ares haciendo que una de las columnas empezara a mostrar signos de deterioro.
-Esto me gusta más que los insectos. Estoy segura que algo así sí dará miedo a los insensatos que intenten atacarme como si yo fuese un ser insignificante. Pronto cuando mis enemiso escuchen esta melodía temblarán de miedo y correrán por sus vida. Yo, Larissa, la berseker cantante haré que el nombre de Ares signifique terror y muerte!
Larissa dijo esto elevando su cosmos nuevamente y haciendo que las notas musicales aumentasen el número de sí mismas. Antes las notas eran de color dorado, pero poco a poco tomaron una coloración marrón pálido, que se fue haciendo más fuerta cada dos vueltas que daban por encima del terreno hasta hacer una cadena larga que se dirigía contra Lestat el portador de Infernatil.
Cuando las notas chocaban, ya no era solo un signo de deterioro el que se observaba en las columnas de aquel templo, sino que se podía observar la forma de las mismas en la superficie de los pilares. Larissa esperaba que en el camino se le ocurriese otra cosa más para poder de una vez presentarse frente a su amo, sin tener alguna técnica vergonzosa que la hiciera ver mal. Es que ya imaginaba que su señor no iba a estar contento con que le mostrase una música como ataque. Para que su superior considerase aceptable su nivel y su maestría, tenía que impresionarlo, o por lo menos in tentar hacer tal cosa, ya que los demás tenían mejores ataques y de seguro al haber obtenido sus armaduras, ya eran muy fuertes de por sí.
-Lestat escucha con atención, porque esta es la melodía que antecede al principio del fin. Es la nota que necesito para poder hacer trisas los huesos y armadura de todo aquel que intente ir en contra de mi señor Ares. Se paciente, pues aún no la termino por completo. Pero no ya que te has ofrecido a ayudarme, creo firmemente que puedes dejar que por lo menos una de ellas te toque y te trasmita el canto de muerte que esconden en su figura fantasmal.
Segundo post del ataque debil maestria en elemento sonido.
-Esto me gusta más que los insectos. Estoy segura que algo así sí dará miedo a los insensatos que intenten atacarme como si yo fuese un ser insignificante. Pronto cuando mis enemiso escuchen esta melodía temblarán de miedo y correrán por sus vida. Yo, Larissa, la berseker cantante haré que el nombre de Ares signifique terror y muerte!
Larissa dijo esto elevando su cosmos nuevamente y haciendo que las notas musicales aumentasen el número de sí mismas. Antes las notas eran de color dorado, pero poco a poco tomaron una coloración marrón pálido, que se fue haciendo más fuerta cada dos vueltas que daban por encima del terreno hasta hacer una cadena larga que se dirigía contra Lestat el portador de Infernatil.
Cuando las notas chocaban, ya no era solo un signo de deterioro el que se observaba en las columnas de aquel templo, sino que se podía observar la forma de las mismas en la superficie de los pilares. Larissa esperaba que en el camino se le ocurriese otra cosa más para poder de una vez presentarse frente a su amo, sin tener alguna técnica vergonzosa que la hiciera ver mal. Es que ya imaginaba que su señor no iba a estar contento con que le mostrase una música como ataque. Para que su superior considerase aceptable su nivel y su maestría, tenía que impresionarlo, o por lo menos in tentar hacer tal cosa, ya que los demás tenían mejores ataques y de seguro al haber obtenido sus armaduras, ya eran muy fuertes de por sí.
-Lestat escucha con atención, porque esta es la melodía que antecede al principio del fin. Es la nota que necesito para poder hacer trisas los huesos y armadura de todo aquel que intente ir en contra de mi señor Ares. Se paciente, pues aún no la termino por completo. Pero no ya que te has ofrecido a ayudarme, creo firmemente que puedes dejar que por lo menos una de ellas te toque y te trasmita el canto de muerte que esconden en su figura fantasmal.
Segundo post del ataque debil maestria en elemento sonido.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Entrada al Templo
Larissa estaba entusiasmada al ver lo que su nuevo ataque hacía, tanto que no se había fijado en que su esposo al parecer movido la impaciencia había decidido irse de ese luar dejándola sola con el problema de crear un nuevo ataque. A esas alturas la berseker lo comprendía, sabía que si de entrada salía con errores como esos, era posible que esa reacción, no solo viense por parte de Lestat, sino también de los demás, a quienes no guardaba ningún tipo de apreciación, pero que de igual forma quería impresionar para que por lo menos no intentasen burlarsde ella así no más.
-La velocidad a la que se mueven es muy lenta. Supongo que si aumento otra línea al canto, o por lo menos aumento el cosmos quizá vayan más rápido.- Larissa empezó a aumentar su cosmos con el fin de obtener algo; sin embargo luego de pensarlo mucho, se dio cuenta de que el hacer tal cosa iba a representar un problema enorme, porque no estaba bien que en el primera ataque desperdiciara tanto poder, pues el cosmos debía guardarse para las técnicas más elaboradas.
-Supongo que lo mejor es que tome un descanso, ya que de esta forma sólo voy a bloquearme, y eso me hará tardar más. No quiero hacer esperar más a mi amo.- Larissa disminuyó su cosmos y se sentó en la semi-oscuridad de ese lugar a pensar en su nueva técnica. Aún había algo de la sustancia que botaron los gusanos a los que ella había llamado con aquel primer canto, por lo que el sitio donde ella pudiese recostarse estaba limitado, y al final no le quedó más remedio que seguir en la misma posición mientras cerraba los ojos y se concentraba. Aún le faltaba mucho para llegar a ser una guerrera, y si no quería quedarse atrás, era su obligación pensar en algo rápido para mejorar. Esa era ahora su mayor responsabilidad.
-No se me ocurre nada, la verdad es que a este paso voy a perderlo todo. No puedo seguir así, porque de otro modo Ares querrá matarme al ver el poco nivel que poseo. Seguro prescindirá de mi y hará que me separe de Lestat. Quisiera ser como el y poder tener mi ataque de una vez.
Larissa nuevamente disminuyó su cosmos e hizo que todas las notas musicales desparecieran en al ire. No tenía sentido seguir si su esposo no estaba ahí atento para poder impedir su ataque, para defenderse, para mostrarle que algo de lo que estaba haciendo le había quedado medianamente bien. Con pesar la mujer de los cabellos castaños se detuvo se quedó quieta. Antes que nada tenía que visualizar las cosas en su mente para poder hacerlo bien. Lestat no esperaba menos.
Tercer post del ataque debil: Elemento manipulación del sonido, Matría.
-La velocidad a la que se mueven es muy lenta. Supongo que si aumento otra línea al canto, o por lo menos aumento el cosmos quizá vayan más rápido.- Larissa empezó a aumentar su cosmos con el fin de obtener algo; sin embargo luego de pensarlo mucho, se dio cuenta de que el hacer tal cosa iba a representar un problema enorme, porque no estaba bien que en el primera ataque desperdiciara tanto poder, pues el cosmos debía guardarse para las técnicas más elaboradas.
-Supongo que lo mejor es que tome un descanso, ya que de esta forma sólo voy a bloquearme, y eso me hará tardar más. No quiero hacer esperar más a mi amo.- Larissa disminuyó su cosmos y se sentó en la semi-oscuridad de ese lugar a pensar en su nueva técnica. Aún había algo de la sustancia que botaron los gusanos a los que ella había llamado con aquel primer canto, por lo que el sitio donde ella pudiese recostarse estaba limitado, y al final no le quedó más remedio que seguir en la misma posición mientras cerraba los ojos y se concentraba. Aún le faltaba mucho para llegar a ser una guerrera, y si no quería quedarse atrás, era su obligación pensar en algo rápido para mejorar. Esa era ahora su mayor responsabilidad.
-No se me ocurre nada, la verdad es que a este paso voy a perderlo todo. No puedo seguir así, porque de otro modo Ares querrá matarme al ver el poco nivel que poseo. Seguro prescindirá de mi y hará que me separe de Lestat. Quisiera ser como el y poder tener mi ataque de una vez.
Larissa nuevamente disminuyó su cosmos e hizo que todas las notas musicales desparecieran en al ire. No tenía sentido seguir si su esposo no estaba ahí atento para poder impedir su ataque, para defenderse, para mostrarle que algo de lo que estaba haciendo le había quedado medianamente bien. Con pesar la mujer de los cabellos castaños se detuvo se quedó quieta. Antes que nada tenía que visualizar las cosas en su mente para poder hacerlo bien. Lestat no esperaba menos.
Tercer post del ataque debil: Elemento manipulación del sonido, Matría.
Última edición por Larissa el Mar Mar 13, 2012 9:36 pm, editado 3 veces
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Entrada al Templo
-Ufff…
Un suspiro manó de mis labios mezquinos. Era demasiado largo y remarcaba que estaba de lo más distraído. ¿Podría Larissa perdonármelo?… la verdad eso no era ya de mi interés. Lo mejor que podía yo hacer era continuar. La mujer ya había hecho su entrenamiento por su parte. A mí en si ya no me necesitaba como conejillo de indias… ahora sólo quería robarle un beso y así preguntarle qué sería lo mejor que podríamos hacer estando solos.
El tiempo había pasado demasiado lento. Mis pensamientos que me habían hundido en el abismo de mi mente… lo único que habían generado era una desconexión de mundo, porque pues en si sentía que sólo nada pensaba… sentía un enorme vacío de recuerdos, y la verdad ni sabía por qué lo sentía.
Ladeando el rostro y esbozando una sonrisa insípida… fijaba la mirada a las caderas de Larissa. Sabía a la perfección que sus ojos me iban a intimidad por la forma en que aquella mujer veía el mundo que le rodeaba. Caminando a paso lento, firme en mi proceder, llegaba a estar frente a aquella nueva guerrera. Sonreí y dije con mesura:
-Bueno, mujer y ahora… ¿Cuál será nuestro plan? Estamos solos y sinceramente hablando… es débil el cosmos que siento de mi deidad… ¿Lo buscamos junto? O ¿esperamos plácidamente aquí?… tú decides bella mujer…
Dicho eso y con maniobras rápidas, pero delicadas, tomaba las caderas de Larissa jalándola hacia a mí para tan sólo robarle un profundo beso… aquellos que añoraba cada día desde que le había conocido.
Un suspiro manó de mis labios mezquinos. Era demasiado largo y remarcaba que estaba de lo más distraído. ¿Podría Larissa perdonármelo?… la verdad eso no era ya de mi interés. Lo mejor que podía yo hacer era continuar. La mujer ya había hecho su entrenamiento por su parte. A mí en si ya no me necesitaba como conejillo de indias… ahora sólo quería robarle un beso y así preguntarle qué sería lo mejor que podríamos hacer estando solos.
El tiempo había pasado demasiado lento. Mis pensamientos que me habían hundido en el abismo de mi mente… lo único que habían generado era una desconexión de mundo, porque pues en si sentía que sólo nada pensaba… sentía un enorme vacío de recuerdos, y la verdad ni sabía por qué lo sentía.
Ladeando el rostro y esbozando una sonrisa insípida… fijaba la mirada a las caderas de Larissa. Sabía a la perfección que sus ojos me iban a intimidad por la forma en que aquella mujer veía el mundo que le rodeaba. Caminando a paso lento, firme en mi proceder, llegaba a estar frente a aquella nueva guerrera. Sonreí y dije con mesura:
-Bueno, mujer y ahora… ¿Cuál será nuestro plan? Estamos solos y sinceramente hablando… es débil el cosmos que siento de mi deidad… ¿Lo buscamos junto? O ¿esperamos plácidamente aquí?… tú decides bella mujer…
Dicho eso y con maniobras rápidas, pero delicadas, tomaba las caderas de Larissa jalándola hacia a mí para tan sólo robarle un profundo beso… aquellos que añoraba cada día desde que le había conocido.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Entrada al Templo
Larissa al fin vio a su esposo hacer algo más que sólo estar de pie como si fu era una estatua. Estaba conciente de que un hombre como él podía aburrirse un poco de ver lo mismo, pero ella sentía que necesitaba que aquel hombre le diera su apoyo, por lo menos unos momentos para su entrenamiento. Bien sabido era que cada berseker caminaba por su lado siempre y todos los días, pero eso era algo que ella consideró en eras pasadas cuando no se había unido para nada a Infernatil. Aquel ser que hacía que su corazón latiera con mucha fuerza.
-Como?- Larissa abrió los ojos sorprendida ante el proceder de su amado. Definitivamente esten o estaba ni tibio, ni se enteraba de lo que ella tenía que hacer. Era como si de pronto aquel hombre se hubiese olvidado de que ella era la que necesitaba entrenar. Tenía su armadura sí, pero eso no era lo único que necesitaba para estar tranquila, le faltaba su ataque y el había prometido ayudarla.
-Cielo eres muy dulce y sabes que nada me gusta más que el estar así a tu lado, pasar mucho tiempo juntos sin que nadie nos moleste o nos diga nada.- Larissa pasó su mano por el cabello de su amado mientras lo miraba a los ojos con algo de dificultad por la falta de luz en ese lugar y continuó diciendo:
-Pero en este momento creo que debemos estar más antento. Yo aún no consigo mi ataque, pero seguro lo consigo con algo de tu ayuda. No es tanta la que voy a pedirte, sólo una poca. Una vez más y te prometo que termino. Vamos querido sé que no te vas a negar.- Larissa dejó que su esposo la tomara de las caderas y la acercara mucho a ella a tal punto de que le robó un beso, el cual ella correspondió sin pensarlo dos veces. Estaba contenta de tenerlo con ella, pero quería terminar lo que había empezado.
-Bueno amor mío entonces si está en mis manos elegir, decido que nos quedemos aquí entrenando y haciédonos más fuertes para poder hacer sentir orgulloso a nuestro amo. Luego haremos lo que tu quieras.- Larissa le dio otro beso a su esposo y esperó la respuesta de éste mientras observaba la flama de las antorchas aumentar su combustión por segundos.
-Como?- Larissa abrió los ojos sorprendida ante el proceder de su amado. Definitivamente esten o estaba ni tibio, ni se enteraba de lo que ella tenía que hacer. Era como si de pronto aquel hombre se hubiese olvidado de que ella era la que necesitaba entrenar. Tenía su armadura sí, pero eso no era lo único que necesitaba para estar tranquila, le faltaba su ataque y el había prometido ayudarla.
-Cielo eres muy dulce y sabes que nada me gusta más que el estar así a tu lado, pasar mucho tiempo juntos sin que nadie nos moleste o nos diga nada.- Larissa pasó su mano por el cabello de su amado mientras lo miraba a los ojos con algo de dificultad por la falta de luz en ese lugar y continuó diciendo:
-Pero en este momento creo que debemos estar más antento. Yo aún no consigo mi ataque, pero seguro lo consigo con algo de tu ayuda. No es tanta la que voy a pedirte, sólo una poca. Una vez más y te prometo que termino. Vamos querido sé que no te vas a negar.- Larissa dejó que su esposo la tomara de las caderas y la acercara mucho a ella a tal punto de que le robó un beso, el cual ella correspondió sin pensarlo dos veces. Estaba contenta de tenerlo con ella, pero quería terminar lo que había empezado.
-Bueno amor mío entonces si está en mis manos elegir, decido que nos quedemos aquí entrenando y haciédonos más fuertes para poder hacer sentir orgulloso a nuestro amo. Luego haremos lo que tu quieras.- Larissa le dio otro beso a su esposo y esperó la respuesta de éste mientras observaba la flama de las antorchas aumentar su combustión por segundos.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Entrada al Templo
-Lo que yo quiera? Eh!... Mmm! Me parece perfecto mi querida doncella.
Contesté de manera tranquila. En si podía yo aprovecharme de aquel trato que había hecho con mi esposa, pero en esa ocasión no lo haría. Ya había perdido demasiado tiempo. Ya era hora de que comenzáramos a destacar como soldados de Ares. La nueva guerra estaba aproxima y teníamos que estar ya preparados para una muerte digna.
Suspirando y con los ojos cerrados dejaba que Larissa me diera un segundo beso. Sus labios suaves como la seda me volvían loco. Sonriendo mesuradamente, le di una palmada en su hombro izquierdo y me aleje a paso contaste de ella.
Al mismo tiempo que daba la media vuelta para estar a la vista de la mujer, elevaba mi cosmos, el cual, se materializó en forma de llamas que absorbió la oscuridad del derredor... Como si fueran un nuevo sol. De repente la entrada del templo de Ares yacía iluminada... Era un bello panorama de batalla.
Dibuje una mueca de ironía, abriendo con lentitud mis ojos, fijando mi insípida mirada a Larissa y por último, tomando una bocanada de aire... Dije tranquilamente:
-Adelante guerrera de Ares, termina el entrenamiento. No dudes Larissa, da tu más potente golpe y no te preocupes que yo sabré como detenerlo...
Dicho eso fruncí mi ceño, relamí mis mezquinos labios y aun más aumente la cosmosenergia que emanaba desde mi interior. La verdad es que estaba impaciente, quería ver que tan fuerte era aquella mujer... Qué tan capaz era para sobrellevar aquella gran responsabilidad que era ser la escolta guardiana de algún Dios.
Contesté de manera tranquila. En si podía yo aprovecharme de aquel trato que había hecho con mi esposa, pero en esa ocasión no lo haría. Ya había perdido demasiado tiempo. Ya era hora de que comenzáramos a destacar como soldados de Ares. La nueva guerra estaba aproxima y teníamos que estar ya preparados para una muerte digna.
Suspirando y con los ojos cerrados dejaba que Larissa me diera un segundo beso. Sus labios suaves como la seda me volvían loco. Sonriendo mesuradamente, le di una palmada en su hombro izquierdo y me aleje a paso contaste de ella.
Al mismo tiempo que daba la media vuelta para estar a la vista de la mujer, elevaba mi cosmos, el cual, se materializó en forma de llamas que absorbió la oscuridad del derredor... Como si fueran un nuevo sol. De repente la entrada del templo de Ares yacía iluminada... Era un bello panorama de batalla.
Dibuje una mueca de ironía, abriendo con lentitud mis ojos, fijando mi insípida mirada a Larissa y por último, tomando una bocanada de aire... Dije tranquilamente:
-Adelante guerrera de Ares, termina el entrenamiento. No dudes Larissa, da tu más potente golpe y no te preocupes que yo sabré como detenerlo...
Dicho eso fruncí mi ceño, relamí mis mezquinos labios y aun más aumente la cosmosenergia que emanaba desde mi interior. La verdad es que estaba impaciente, quería ver que tan fuerte era aquella mujer... Qué tan capaz era para sobrellevar aquella gran responsabilidad que era ser la escolta guardiana de algún Dios.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Entrada al Templo
Larissa escuchó con atención lo que decía su amado y dejó que este le diera otro beso antes de que empezaran a pelear. Ella entendía que si no podía superar a ese hombre que tenía en frente, iba a ser el hazmereír de todos los berseker de Ares, eso si es que ya no lo era, porque había que ver la forma en la que todos intentaban destruirse y hacerse quedar mal. Parecía que en vez de pelear todos por la misma deidad, peleaban entre ellos para deshacerse mutuamente. Por ahí dentro de sus pensamientos presumía que quizá eso podría representar un problema durante las batallas contra otros reinos, pero como su señor no decía nada, o no parecía hacerlo, mejor guardaba silencio en cuanto a ese tema.
Con los ojos cerrados, Larissa empezó con su canto nuevamente e hizo que su arpa de cosmos apareciera encima de ella. Esa parte ya la había ensayado antes, pero dado el caso de que necesitaba con urgencia que las cosas le salieran bien, decidió esforzarse mucho en el inicio de su ataque. Esta vez la mujer de los cabellos castaños estaba haciendo un esfuerzo por hacer algo definitivamente bueno con su técnica, pues quería hacerla de una vez para librarse de todo ese problema. Y fue así que aumentó su cosmos, para que de esa manera, aquella arpa de cosmos rojo empezar a tocar sola y a sacar notas musicales hechas de cosmos. Todas del mismo color que el arpa de cosmos, las cuales se arremolinaron y dieron vuelta sobre su eje para dirigirse como una especie de cadena hacia Lestat, quien estaba frente a ella esperando el ataque.
-Espero tú tampoco te contengas porque quiero ver la fuerza que has obtenido y quiero ver si he podido alcanzarte en algo, porque aunque te suene raro... Quiero superarte e impresionarte mucho. Ya se terminó ese época en la que nadie me tomaba en serio. Ahora querido disfruta de esta melodía traída del infierno sólo para tí.
Una vez más, las notas musicales siguieron su curso con toda la velocidad que Larissa podía otorgarles y se dirigieron hacia el hombre de los cabellos castaños que esperaba el momento en que éstas intentaran impactar contra él. Pronto cada una de ellas creció un poco más y tomaron mayor velocidad. Al fin la melodía infernal de la berseker había tomado la forma correspondiente. Si lograban golpear a su enemigo las cosas serían mejores. Una sóla de esas notas podrían hacer que la piel perfecta de su querido esposo se cortase en cuestión de segundos. El efecto logrado por muchas, de seguro sería por demás mucho mejor y bastante dañino, justo como ella lo quería.
Cuarto post del ataque débil elemento: manipulación del elemento sonido.Con los ojos cerrados, Larissa empezó con su canto nuevamente e hizo que su arpa de cosmos apareciera encima de ella. Esa parte ya la había ensayado antes, pero dado el caso de que necesitaba con urgencia que las cosas le salieran bien, decidió esforzarse mucho en el inicio de su ataque. Esta vez la mujer de los cabellos castaños estaba haciendo un esfuerzo por hacer algo definitivamente bueno con su técnica, pues quería hacerla de una vez para librarse de todo ese problema. Y fue así que aumentó su cosmos, para que de esa manera, aquella arpa de cosmos rojo empezar a tocar sola y a sacar notas musicales hechas de cosmos. Todas del mismo color que el arpa de cosmos, las cuales se arremolinaron y dieron vuelta sobre su eje para dirigirse como una especie de cadena hacia Lestat, quien estaba frente a ella esperando el ataque.
-Espero tú tampoco te contengas porque quiero ver la fuerza que has obtenido y quiero ver si he podido alcanzarte en algo, porque aunque te suene raro... Quiero superarte e impresionarte mucho. Ya se terminó ese época en la que nadie me tomaba en serio. Ahora querido disfruta de esta melodía traída del infierno sólo para tí.
Una vez más, las notas musicales siguieron su curso con toda la velocidad que Larissa podía otorgarles y se dirigieron hacia el hombre de los cabellos castaños que esperaba el momento en que éstas intentaran impactar contra él. Pronto cada una de ellas creció un poco más y tomaron mayor velocidad. Al fin la melodía infernal de la berseker había tomado la forma correspondiente. Si lograban golpear a su enemigo las cosas serían mejores. Una sóla de esas notas podrían hacer que la piel perfecta de su querido esposo se cortase en cuestión de segundos. El efecto logrado por muchas, de seguro sería por demás mucho mejor y bastante dañino, justo como ella lo quería.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Entrada al Templo
A como podía ver aquella situación, me percataba de que en verdad Larissa estaba dando su mejor esfuerzo. Su determinación y decisión en salir adelante como guerrera de Ares, me movía a hacer lo mismo. Pensaba que si era el marido de esa hábil mujer, no podía quedarme atrás. Ella siempre me inspiraba a superarme... Si que era maravillosa la mujer con la cual me habla casado.
Fruncí mi frente al escuchar el canto de la dama, no era por que fuera espantoso... No, para nada! Tan sólo era incómodo, pues las ondas sonoras iban aumentando en cada nota al grado que afectaba mi sensibles tímpanos... Al final de cuentas ese era el propósito del canto.
Separaba mis piernas al ver como Larissa manipulaba su energía cósmica con el afán de así atacarme. Las ondas sonoras que manaban de aquella imaginaria arpa, se concentraban en una especie de carmín remolino que abruptamente a la orden de su creadora iban directo a mi ser.
Estaba muy ansioso y confiado a que nada en lo absoluto me pasaría. Por lo que elevando mi cosmos comencé a partir el suelo para que de entre las grietas manara el fuego que lanzaría a encapsular y desviar aquel ataque.
Todo iba bien... O eso pensaba. Estaba seguro de que me defendería, pero no fue así. Cuando anteponía las manos frente a mi, con el propósito de manipular el manto de fuego y desbiar dicho ataque... Un tremendo dolor punzante que surgía desde mi espina dorsal provocaba mi distracción.
El fuego se apagaba y yo me contraía hacia la izquierda, sujetando con fuerza mis piernas. Bajaba totalmente la guardia, pues no podía respira. Sentía como onda de calor rodeaba mi cuerpo. La armadura de Infernatil me pesaba e incomodaba por completo. Jadeando alzaba el rostro recordando que Larissa había lanzado su ataque. Era demasiado tarde, pues apenas fijaba la mirada hacia el frente las notas musicales del cántico infernal de mi esposa impactaban contra mi.
El impacto de aquel potente ataque hacía que saliera disparado unos cuantos metros y mientras era arrastrado por aquella energía, mi cuerpo sufría una serie de cortaduras tan penetrantes que generaban dolor en mi. Sólo un pilar de la entrada detenía aquel vuelo forzado. Mi espalda y la fuerza del disparo provocaban el partir de aquel mármol fino.
Caía hincado en el suelo con los brazos colgados y el rostro agachado. Agitado y con un dolor agudo trate de pararme, pero no pude. Con esfuerzo recuperaba la vista, viendo como las heridas manaban sin cesar aquel fluido escarlata, acumulando una enorme charca.
Cómo me había dejado golpear por aquella mujer? Analizando bien las cosas, tenia todo para eludir su ataque, pero la culpa de aquel repentino ardor en mi... Era el causante de mi padeser.
No podía respirar muy bien, me ahogaba la armadura, sentía mucho calor. Estaba sofocado y débil por el ataque de mi esposa. Alzando mi brazo izquierdo como queriendo alcanzar a Larissa caía sobre el charco de mi propia sangre, contrayendome de dolor.
Fruncí mi frente al escuchar el canto de la dama, no era por que fuera espantoso... No, para nada! Tan sólo era incómodo, pues las ondas sonoras iban aumentando en cada nota al grado que afectaba mi sensibles tímpanos... Al final de cuentas ese era el propósito del canto.
Separaba mis piernas al ver como Larissa manipulaba su energía cósmica con el afán de así atacarme. Las ondas sonoras que manaban de aquella imaginaria arpa, se concentraban en una especie de carmín remolino que abruptamente a la orden de su creadora iban directo a mi ser.
Estaba muy ansioso y confiado a que nada en lo absoluto me pasaría. Por lo que elevando mi cosmos comencé a partir el suelo para que de entre las grietas manara el fuego que lanzaría a encapsular y desviar aquel ataque.
Todo iba bien... O eso pensaba. Estaba seguro de que me defendería, pero no fue así. Cuando anteponía las manos frente a mi, con el propósito de manipular el manto de fuego y desbiar dicho ataque... Un tremendo dolor punzante que surgía desde mi espina dorsal provocaba mi distracción.
El fuego se apagaba y yo me contraía hacia la izquierda, sujetando con fuerza mis piernas. Bajaba totalmente la guardia, pues no podía respira. Sentía como onda de calor rodeaba mi cuerpo. La armadura de Infernatil me pesaba e incomodaba por completo. Jadeando alzaba el rostro recordando que Larissa había lanzado su ataque. Era demasiado tarde, pues apenas fijaba la mirada hacia el frente las notas musicales del cántico infernal de mi esposa impactaban contra mi.
El impacto de aquel potente ataque hacía que saliera disparado unos cuantos metros y mientras era arrastrado por aquella energía, mi cuerpo sufría una serie de cortaduras tan penetrantes que generaban dolor en mi. Sólo un pilar de la entrada detenía aquel vuelo forzado. Mi espalda y la fuerza del disparo provocaban el partir de aquel mármol fino.
Caía hincado en el suelo con los brazos colgados y el rostro agachado. Agitado y con un dolor agudo trate de pararme, pero no pude. Con esfuerzo recuperaba la vista, viendo como las heridas manaban sin cesar aquel fluido escarlata, acumulando una enorme charca.
Cómo me había dejado golpear por aquella mujer? Analizando bien las cosas, tenia todo para eludir su ataque, pero la culpa de aquel repentino ardor en mi... Era el causante de mi padeser.
No podía respirar muy bien, me ahogaba la armadura, sentía mucho calor. Estaba sofocado y débil por el ataque de mi esposa. Alzando mi brazo izquierdo como queriendo alcanzar a Larissa caía sobre el charco de mi propia sangre, contrayendome de dolor.
Primer post de cuatro: despertar de segundo ataque débil.
Maestría en el elemento fuego.
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Re: Entrada al Templo
Larissa al fin lo había logrado. Había conseguido materializar su música de manera tal que su ataque había nacido y se había manfiestado de la manera correcta. Sabía que no es que fuera tan enorme su fuerza, pero entendía que si era capaz de hacer algo así, era sólo cuestión de tiempo y entrenamiento que pudiera lograr muchas cosas más, sólo con el hecho de seguir entrenando sin desfallecer. Poco o nada le importaba a la joven que tuviera que pasar encerrada en ese lugar oscuro y húmedo hasta lograr todos sus ataques, pues nada de eso se comparaba al triunfo de ser una gran guerrera.
Las notas siguieron su trayecto con rapidez hacia el esposo de la mujer de cabellos castaños, quien esperaba por mucho que el mismo se defendiera o por lo menos tratara de hacer algo para que esas notas no llegasen a tocarlo. Lo sabía bien. Si una de esas notas tocaba el cuerpo de su amado podría traer consecuencias muy graves para el mismo.
-Lestat! ¿Por qué no te defendiste del ataque?- Dijo la berseker bastante molesta mientras se acercaba de mala gana hacia su contrincante para observar el estado en el que podría encontrarse. Sabía que no tenía mucho que hacer si es que su esposo resultaba severamente herido por su ataque, ya que después de todo ella entendía que de curar heridas no sabía nada y que si él salía muy lastimado era su culpa por subestimarla y no defenderse.
-Lestat estás bien?- Larissa se sentó al lado del cuerpo de su marido y se acercó mucho para verlo. Se veía bastante afectado y podía ver en su rostro una mueca de dolor. Algo más estaba pasándole además de las heridas producidas por su notas musicales. Algo que ella sospechaba iba a ser bastante parecido a lo que había sucedido en el camino a Tarraconense. Efetivamente Larissa pensaba que nuevamente Infernatil iba a volverse loco y que una vez más Lestat caería presa en el delirio de aquel hombre.
Las notas siguieron su trayecto con rapidez hacia el esposo de la mujer de cabellos castaños, quien esperaba por mucho que el mismo se defendiera o por lo menos tratara de hacer algo para que esas notas no llegasen a tocarlo. Lo sabía bien. Si una de esas notas tocaba el cuerpo de su amado podría traer consecuencias muy graves para el mismo.
-Lestat! ¿Por qué no te defendiste del ataque?- Dijo la berseker bastante molesta mientras se acercaba de mala gana hacia su contrincante para observar el estado en el que podría encontrarse. Sabía que no tenía mucho que hacer si es que su esposo resultaba severamente herido por su ataque, ya que después de todo ella entendía que de curar heridas no sabía nada y que si él salía muy lastimado era su culpa por subestimarla y no defenderse.
-Lestat estás bien?- Larissa se sentó al lado del cuerpo de su marido y se acercó mucho para verlo. Se veía bastante afectado y podía ver en su rostro una mueca de dolor. Algo más estaba pasándole además de las heridas producidas por su notas musicales. Algo que ella sospechaba iba a ser bastante parecido a lo que había sucedido en el camino a Tarraconense. Efetivamente Larissa pensaba que nuevamente Infernatil iba a volverse loco y que una vez más Lestat caería presa en el delirio de aquel hombre.
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Re: Entrada al Templo
-No es tanto el sufrimiento proveniente de tu ataque Larissa, ese tal vez ya haya desaparecido, pero algo raro me sucede y no puedo evitar contraerme del dolor que viene naciendo desde mi interior… lo más correcto es que te alegres de mí no quiero lastimarte amor.
Dije al ver como Larissa se sentaba a un lado mí y observaba con desconcierto lo que me estaba pasando. Agitado trataba de levantarme, pero no podía el peso de la armadura me ganaba y hacia que callera sentado sobre el charco de mi escarlata sangre que se derramaba gracias a la heridas provenientes por el ataque de Larissa.
Tragando un poco de saliva ensangrentada alzaba el rostro y veía el frente hacia la entrada del tempo de Ares. Estaba muy cansado y por alguna razón comenzaba a tener sueño, pero de repente un tremenda panzada directo a la medula espinal hizo que despertara y me levantara de un brinco.
De repente observé como el charque de sangre comenzaba a burbujear signo de que hervía, pero por qué si noche era y el clima frio estaba. No obstante inquirí que mi cuerpo estaba cambiando la temperatura y eso fue aclarado cuando sentía como el hierro caliente de la armadura que llevaba puesta carcomía mi piel. El dolor era insoportable y no pudiendo evitar comenzaba a salivar del dolor, mas no gritar.
Vi a Larissa un poco apenado, no quería que presenciada mi agonía patética… no era digno de mi, por lo que quitando rápidamente la vista de ella comencé a caminar hacia el frente, alejándome paso a paso del cuerpo de mi esposa. Ya entado a una considerable distancia me di media vuelta y frunciendo mis hombros dije:
-Creo que me esta pasando lo mismo que a ti mujer, por ello te pido levántate que es momento de que me ayudes a liberar esta mierda opresora de mi cuerpo… terminando te juro que nos daremos un buen baño y descansaremos un poco amor mío.
Dicho eso suspiré y de inmediato comencé a concentrar mi fuerza en la presión de mis puños. De repente el suelo se partía frente de mí y cerca de Larissa, eso parecía que sería algo magnifico pues su magnitud era potente. Elevando más y más mi cosmos comenzaba a materializar una que otra lengua de fuego que danzaba en derredor mío alumbrando como un segundo sol un gran perímetro de los terrenos del templo de vuestro dios.
Enardeciendo mi cuerpo alzaba el rostro y con mirada fría observaba a Larissa pues esperaba que aquella mujer se pusiera en guardia y así me ayudara a liberar una de mis habilidades como servidor del gran Ares.
Segundo post de cuatro: Entrenamiento del segundo ataque débil
Maestría del elemento Fuego
Dije al ver como Larissa se sentaba a un lado mí y observaba con desconcierto lo que me estaba pasando. Agitado trataba de levantarme, pero no podía el peso de la armadura me ganaba y hacia que callera sentado sobre el charco de mi escarlata sangre que se derramaba gracias a la heridas provenientes por el ataque de Larissa.
Tragando un poco de saliva ensangrentada alzaba el rostro y veía el frente hacia la entrada del tempo de Ares. Estaba muy cansado y por alguna razón comenzaba a tener sueño, pero de repente un tremenda panzada directo a la medula espinal hizo que despertara y me levantara de un brinco.
De repente observé como el charque de sangre comenzaba a burbujear signo de que hervía, pero por qué si noche era y el clima frio estaba. No obstante inquirí que mi cuerpo estaba cambiando la temperatura y eso fue aclarado cuando sentía como el hierro caliente de la armadura que llevaba puesta carcomía mi piel. El dolor era insoportable y no pudiendo evitar comenzaba a salivar del dolor, mas no gritar.
Vi a Larissa un poco apenado, no quería que presenciada mi agonía patética… no era digno de mi, por lo que quitando rápidamente la vista de ella comencé a caminar hacia el frente, alejándome paso a paso del cuerpo de mi esposa. Ya entado a una considerable distancia me di media vuelta y frunciendo mis hombros dije:
-Creo que me esta pasando lo mismo que a ti mujer, por ello te pido levántate que es momento de que me ayudes a liberar esta mierda opresora de mi cuerpo… terminando te juro que nos daremos un buen baño y descansaremos un poco amor mío.
Dicho eso suspiré y de inmediato comencé a concentrar mi fuerza en la presión de mis puños. De repente el suelo se partía frente de mí y cerca de Larissa, eso parecía que sería algo magnifico pues su magnitud era potente. Elevando más y más mi cosmos comenzaba a materializar una que otra lengua de fuego que danzaba en derredor mío alumbrando como un segundo sol un gran perímetro de los terrenos del templo de vuestro dios.
Enardeciendo mi cuerpo alzaba el rostro y con mirada fría observaba a Larissa pues esperaba que aquella mujer se pusiera en guardia y así me ayudara a liberar una de mis habilidades como servidor del gran Ares.
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Re: Entrada al Templo
Las palabras que había dicho el hombre cuando la berseker se acercó a ella, sirvieron por mucho para que ella pudiera determinar lo que le estaba pasando a aquel hombre de los cabellos castaños. Tal y como ella había sospchada el berseker iba a obtener otro poder nuevo. Y eso le quedó confirmado cuando el charco de sangre producido por las heridas que tenía el hombre por causa de su ataque empezó a hervir como si hubiera un calor insoportable en el lugar. Lo cual obvimaente no era percibido para nada. Con la tranquilidad propia de una guerrera, la mujer se puso de pie y se alejó de su amante, pues ahora estaba más que dispuesta a superarlo y le tenía ganas de demostrarle que sus defensas podían parar cualquier ataque.
-Muy bien Lestat creo que ya es hora de que te pruebe que puedo parar todo lo que tú me mandes sin problema alguno. No voy a dejar que me venzas así no más. No me interesa si para eso tengo que matarte aquí mismo, así que no te contengas.
Larissa dijo esto no porque no quisiera al hombre que tenía en frente, sino por el hecho de que ambos tenían que acostumbrarse a olvidar un poco sus sentimientos para ser buenos guerreros. Ella lo tenía bien claro desde que tuvo su armadura. Tenía que ser buena ante los ojos de su amo, el señor de la guerra.
-Pero qué?- Larissa no pudo terminar la pregunta que iba a hacer cuando vio que su esposo pegaba su puño contra el piso de manera violenta. No entendía bien de qué iba la cosa, pero sabía que no podía dejar de protegerse de lo que estaba ahí, por lo que la mujer de los cabellos castaños cerró sus ojos y emitió el canto que la defendía para poder así parar de lleno el ataque que amenazaba con herirla. A diferencia de Lestat ella no era lo suficiemente loca como para dejar que el ataque de su contrincante le pegara de lleno.
-Interesante pero débil. No voy a atacarte a menos que tú me motives a hacerlo, y con ese ataque tan débil y poco motivado dudo que puedas hacer que quiera gastar mi cosmos en tí.
-Muy bien Lestat creo que ya es hora de que te pruebe que puedo parar todo lo que tú me mandes sin problema alguno. No voy a dejar que me venzas así no más. No me interesa si para eso tengo que matarte aquí mismo, así que no te contengas.
Larissa dijo esto no porque no quisiera al hombre que tenía en frente, sino por el hecho de que ambos tenían que acostumbrarse a olvidar un poco sus sentimientos para ser buenos guerreros. Ella lo tenía bien claro desde que tuvo su armadura. Tenía que ser buena ante los ojos de su amo, el señor de la guerra.
-Pero qué?- Larissa no pudo terminar la pregunta que iba a hacer cuando vio que su esposo pegaba su puño contra el piso de manera violenta. No entendía bien de qué iba la cosa, pero sabía que no podía dejar de protegerse de lo que estaba ahí, por lo que la mujer de los cabellos castaños cerró sus ojos y emitió el canto que la defendía para poder así parar de lleno el ataque que amenazaba con herirla. A diferencia de Lestat ella no era lo suficiemente loca como para dejar que el ataque de su contrincante le pegara de lleno.
-Interesante pero débil. No voy a atacarte a menos que tú me motives a hacerlo, y con ese ataque tan débil y poco motivado dudo que puedas hacer que quiera gastar mi cosmos en tí.
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Re: Entrada al Templo
Larissa estaba esperando a que su esposo le contestara el ataque, pero lejos de observar algún tipo de acción de parte suya, lo que pudo ver fue un extraño ensimismamiento que lejos de causarle alguna precupación a la joven, empezó a causarle un fastidio tan grande que terminó por hacerla empezar a sentir que lo que hacía porque ambos estuviesen juntos no significaba nada. Ella amaba a Lestat, eso era más cierto que cualquier afirmación antes hecha por nadie, pero también amaba su armadura y así misma. Entendía que si el hombre que estaba con ella se sumía largamente en aquellos ensimismamientos sin razón alguna, y no había absolutamente nada por salir de ellos, sencillamente el futuro de ambos se iba a ver afectado de manera negativa.
COn algo de resignación la mujer de los cabellos castaños bajó su cosmos a cero y se acercó a su marido para verlo de cerca. Se veía tan fuera de sí que parecía una especie de estatua. Apenas sí respiraba o parpadeaba, era como si un maleficio hubiera caído encima suyo, como si algo lo estuviese sumiendo en aquel legatargo sin que el opusiera resistencia. En conclusión, era como si Lestat ya no estuviera más en ese lugar, ni mucho menos infernatil.
-Esto no puede ser... Lestat si no te despiertas de ese letargo yo no podré ayudarte a que sigamos juntos. Sabes que yo te quiero, pero sabes también así mismo que yo le debo más obediencia que nada a mi señor, y que si no hago lo posible por ser alguien digno de ocupar sus filas estaré faltando a mi deber... Espero entiendas lo que voy a hacer- Larissa dijo esto y depositó un beso corto en los labios inertes de su esposo, para luego tomar dirección hacia la puerta y salir, no sin antes dedicarle algunas palabras a aquel hombre.
-Lestat espero salgas pronto de ese estado. Si de pronto sientes que tienes ganas de compartir mis ideales búscame en cualquier sitio de este templo. Por lo pronto yo iré a fortalecerme en este lugar, pues tengo que seguir adelante para desarrollarme como una guerrera. -
Una vez que esto se escuchó de los labios de la mujer de los cabellos largos, la puerta pesada se abrió para que la joven se marchase de aquel lugar a buscar otro sitio donde poder entrenar.
COn algo de resignación la mujer de los cabellos castaños bajó su cosmos a cero y se acercó a su marido para verlo de cerca. Se veía tan fuera de sí que parecía una especie de estatua. Apenas sí respiraba o parpadeaba, era como si un maleficio hubiera caído encima suyo, como si algo lo estuviese sumiendo en aquel legatargo sin que el opusiera resistencia. En conclusión, era como si Lestat ya no estuviera más en ese lugar, ni mucho menos infernatil.
-Esto no puede ser... Lestat si no te despiertas de ese letargo yo no podré ayudarte a que sigamos juntos. Sabes que yo te quiero, pero sabes también así mismo que yo le debo más obediencia que nada a mi señor, y que si no hago lo posible por ser alguien digno de ocupar sus filas estaré faltando a mi deber... Espero entiendas lo que voy a hacer- Larissa dijo esto y depositó un beso corto en los labios inertes de su esposo, para luego tomar dirección hacia la puerta y salir, no sin antes dedicarle algunas palabras a aquel hombre.
-Lestat espero salgas pronto de ese estado. Si de pronto sientes que tienes ganas de compartir mis ideales búscame en cualquier sitio de este templo. Por lo pronto yo iré a fortalecerme en este lugar, pues tengo que seguir adelante para desarrollarme como una guerrera. -
Una vez que esto se escuchó de los labios de la mujer de los cabellos largos, la puerta pesada se abrió para que la joven se marchase de aquel lugar a buscar otro sitio donde poder entrenar.
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