[Villa Rodorio] - Calles Principales

por Kardia1 Sáb Dic 10, 2011 5:10 pm

Caminando por las calles de la villa miraba en todas direcciones a ver si encontraba alguna de las bellas jovencitas que repartían pan a los caminantes de esos lugares, pero parecía que era muy temprano para que empezaran a salir, aunque sí, algunos ya estaban en la calle, abriendo las puertas de las tiendas y negocios que tenían. Eran unos obsesivos en ese sentido. ¿Para qué levantarse tan temprano a trabajar? Eran como las siete de la mañana, o quizás un poquito más tarde.

Me detuve frente a un hombre que llevaba un carro de madera, guiado por un caballo blanco y manchado con marrón. Bostecé de manera exagerada. Todavía no me despertaba del todo, parecía un zombi paseando por las calles de una ciudad un tanto poblada. Parpadeé un par de veces y en ese momento se me pasó por la mente que debía tomar un baño. Hacía ya algunos días que no lo hacía y empezaba a faltar el agua.

– “Me pregunto donde podré conseguir un buen sitio para tomar un baño.” – Pensé.

Ya había dejado la posada así que no pensaba volver por nada. Ahora tenía que ver que haría. Tampoco conocía mucho que digamos ese pueblo y el muchacho que me había guiado ya se había desaparecido completamente de mi vista, y no pensaba ni siquiera en ir a ese tal santuario para buscarlo. Podía arreglármelas solo… tal vez.

Froté un momento mis ojos con los puños y volví a mirar al sujeto del carro. Aunque no sabía para qué si ni siquiera me servía de algo.

– Qué más da… –

Volví a retomar mi paso hacia cualquier sitio que estuviera frente a mí. Ni siquiera yo sabía a donde iba, tal vez en una de esas encontraba mi caballo de nuevo y no tenía que seguir caminando como un idiota, pero bueno… en ese momento ni siquiera yo sabía para qué existía.

por Kardia1 Dom Dic 11, 2011 10:47 am

Caminaba por las calles de esa ciudad mirando en todas direcciones como iban saliendo las personas de sus hogares para trabajar y todo eso. Mientras tanto me puse a pensar en dónde mierda había quedado ese caballo rebelde que me había regalado la pelirroja del carro. Lo necesitaba, no podía andar caminando por la vida como un indigente, aunque el animal no servía mucho… era algo al menos.

– Estaba por aquí… –me froté la cabeza un momento.– Quién me manda a dejarlo suelto, mierda…

Aunque tenía todo el tiempo del mundo para andar haciendo idioteces en ese pueblucho, no tenía ganas de estar buscando un tonto caballo por todos lados; quería encontrarlo cuanto antes así veía que podía hacer de mi vida en ese lugar desconocido. Tenía que arreglármelas solo de igual manera, aunque pasaba por la calle y todos me ofrecían su ayuda.

Lo único que hacía últimamente era comer, beber, pasear y dormir. Me estaba cansando de toda esa porquería de vida, me faltaba lo que en realidad más me gustaba. En ese sitio no había ningún idiota con quien pelear y deseaba volver a ver sangre de una vez por todas. Por eso no quería tardarme, tenía que encontrar un rumbo a donde ir.

Caminé y caminé como imbécil hasta que vi un oscuro callejón. Me pareció ver una sombra, figura o algo allí dentro en medio de la oscuridad. Había unos destellos de luz que iluminaban allí, pero desde la distancia que estaba, no podía saber que era.

– Tal vez sea el estúpido caballo –Murmuré para mí mismo.– No perderé nada con averiguar… creo.

No hice más que caminar hasta ese rincón de la calle con la curiosidad de saber qué era esa mierda. No me perdería nada y sinceramente estaba tan aburrido que si no hacía algo me pondría de mal humor y nuevamente tendría problemas en algún lado del mundo.

por Kardia1 Miér Dic 21, 2011 8:10 am

Volvía las calles aburriéndome como un idiota y encima sin encontrar el estúpido caballo. Bueno, igualmente creía que ya no tenía caso; quizás me lo habían robado por idiota descuidado. Pero tenía sueño y sed, no podía preocuparme por mí y por el animal al mismo tiempo. Entonces seguí caminando mientras las horas pasaban, viendo a mi alrededor como todas las personas comenzaban a pasear por las calles haciendo compras y llevando alimento por todas partes. En ese pueblo nunca se podía estar aburrido si todo el tiempo había algo para quedarse viendo.

De pronto una jovencita con una canasta en sus manos se acercó a mí. La miré detenidamente por un momento, analizándola. Me parecía haberla visto antes. Entonces se detuvo y me miró con una adorable sonrisa en su rostro.

Buenos días, señor. ¿Le gustó el pan del otro día? –dijo la muchachita, entonces ahí me di cuenta que era la misma a quien le había intentado robar antes de encontrar al sujeto de ojos grandes y actitud extraña; a ese tal Arone. Entonces me reí ridículamente y froté su cabeza un momento.

Cierto! Eres tú. La verdad sí Podrías darme otro ¿No? Me muero de hambre. –dije sin mucha ceremonia.

Pero claro, señor. –contestó la chiquilla sacando un panecillo de la canasta y entregándomelo.– Que lo disfrute. Si necesita algo, sólo búsqueme, no estaré lejos.

Sí claro jejeje. –contesté sonriendo de manera insinuante mientras tomaba el panecillo y sin más seguí caminando al mismo tiempo que comía un poco. A decir verdad tenía hambre y qué mejor que un rico pan recién hecho a la mañana.

No tenía nada que hacer y mejor era caminar un rato hasta cansarme así que no hice más que caminar, caminar paseando por la calle principal de la villa Rodorio.

por Sophia Miér Dic 21, 2011 5:18 pm

Sophia miraba hacia todos lados mientras camiba por la Villa. Como todas las construcciones Griegas debía haber alguna plaza si seguía por la calle principal, y si ese era el caso, cerca de ese punto era más que seguro encontraría una posada en donde poder pasar la noche. La idea de ser una mujer sola viajando la preocupaba un tanto, no sabía que podrían haber pensando los residentes de esa Villa de ver a una dama durmiendo sola en una posada sin una compañía.

Aun así, la ciudad estaba bastante tranquidad, más que tranquila parecía estar durmiendo, lo cual era obvio considerando que el sol se estaba poniendo entre las colinas que la rodeaban.

De pronto en medio del camino vio a un sujeto de larga cabellera azul quien pensó era muy atractivo con esa enorme sonrisa.

<< No es Griego. Camina como un soldado... y sus ojos son los típicos ojos de los que habitan al otro lado del río... ¿Qué hará tan lejos de Roma un hombre así? >>

Le llamó mucho la atención ver que una niña se le acercaba y lo trataba con mucha cordialidad, a lo cual el le acariaciaba la cabeza. Le dio un pan y cada uno siguió su camino. Sophia se quedó parada sosteniendo su bolsa en la espalda, con la ropa de la hija del comerciante, esos pantalones de hilo y una camisa de hilo blanca y suelta bajo un corset de cuero bastante apretado que le permitía no temer de que se le fuera a caer. Sus trenzas se movieron con la brisa mientras veía a esa niña caminar.

<< Esa niña lleva un canasto de pan. A esta hora... debe estar llevandolo a una posada o algo así... si la sigo encontraré la plaza. >>

Así, disimuladamente, Sophia comenzó a seguir a la niña con la canasta de pan.

por Kardia1 Jue Dic 22, 2011 7:25 pm

Mientras caminaba por las calles de ese pueblo miraba hacia los lados y comía el pan que me había regalado la muchachita que hacía un momento me había detenido en ese lugar. No sabía que hacer y solamente caminaba por caminar, ya que el aburrimiento comenzaba a molestarme. Pero de pronto algo me llamó la atención, una linda jovencita algo delgada y de estatura media, con unas adorables trenzas en su cabello que era un tanto violáceo. Traía una bolsa sujeta en su espalda y miraba a la chica que hacía un momento se alejó de mí. Parecía una viajera o estaba perdida, seguramente no era griega. Los rasgos de su rostro le delataban y además su manera de actuar, caminaba como si no conociera nadie allí ni tuviera un rumbo fijo.

Vaya, por aquí abundan las mujeres bellas. –murmuré sin dejar de mirar a la joven de cabellos violáceos.

Me detuve en el lugar y me quedé pensando un momento, mientras la miraba fijamente. Tal vez podría dirigirle la palabra o algo. Esa jovencita me llamaba la atención, y no sólo por ese bello rostro y esos grandes ojos verdes. Mordí otro trozo de pan y después, sin dudarlo mucho más me acerqué a ella con un paso cauteloso y me detuve a su lado.

Hola, preciosa. Disculpa que me meta en donde no me incumbe jejeje. –dije con un tono algo relajado. Estaba de humor al menos por el momento.– Pero es raro ver a una mujer como tu caminando sola por estos lados. Sospecho que no eres de por aquí.

Hablaba con un tanto de gracia en mi voz, planeaba ofrecerle ayuda o algo de eso. No conocía nada de nada en ese pueblo pero al menos podría improvisar un poco. Esa mujer se veía, al menos de lejos, alguien bondadosa. Sospechaba que sería fácil llamar su atención.

O no se… tal vez estés buscando a alguien. Quizás necesites ayuda. –comenté por último como si no me importase nada, como si no estuviera equivocado y de verdad esa mujer fuese de otra parte y necesitara ayuda. Solía ser así directo con lo que hablaba. Me quedé mirándole fijamente. De verdad me llamaba la atención esa mujer, veía algo en sus ojos.

por Sophia Jue Dic 22, 2011 7:43 pm

La voz de un hombre le interrumpió sus pensamientos y cuando se dio vuelta para ver de quien se trataba se dio cuenta de que era el mismo sujeto a quien había estado mirando desde la distancia, aquel a quien la niña que seguía le había vendido o regalado un pan. Que la llamara "preciosa" le pareció de mal gusto, pero al menos se dio cuenta por la forma en que hablaba de que era Romano al igual que ella, por lo cual no se molestó en hablar en Griego sino que le respondió en Latín.

- No... soy Romana. Me crié a las afueras de Roma en el Valle Dulce. - Respondió Sophia un tanto avergonzada. Ese chico no le había pedido tanta información pero cuando se ponía nerviosa solía hablar mas de la cuenta. - Sí, busco a alguien. Su nombre es Fye Juliai.

Sacó de su bolso la pequeña bolsita que portaba con monedas de cobre, sabiendo que era mucho más facil asoltar la lengua de un hombre así con monedas que con palabras dulces. Despues de todo estaba dispuesta a lo que fuera por encontrar a su hermano.

- Mide como... - Subió su mano y la puso a la altura en donde terminaba la cabeza del chico poniendose de puntillas. - Esto... es esbelto y muy buen mozo. Su cabello es rubio muy claro, porta un parte en el ojo derecho. Es Romano tambien. - Pensó que otra cosa ultil podría decir, pero realmente no había mucho más que eso. - Por favor... si lo ha visto, ¿Me podría decir donde? Puedo pagar por dicha información.

Entre más miraba a ese nombre más lo asociaba con alguien. Se le había familiar aquellos ojos por algun motivo, por muy raro que pareciera. Había algo en él que había visto antes. Pero eso era lo de menos, no quería molestarlo si era posible que le dijera en donde se encontraba su hermano.

por Kardia1 Sáb Dic 24, 2011 2:36 pm

Por lo que parecía, la chica estaba buscando a alguien. La verdad era demasiado adorable, parecía uno de los habitantes de ese pueblo en el que estaba, pero sólo por ese detalle. La verdad era que en el poco tiempo que había estado en la villa Rodorio no había visto ni siquiera en las cercanías a ese muchacho, según las características que la chica describía.

Hmm… –Me quedé pensando por un momento mientras veía como ella sacaba una bolsa que parecía tener monedas, y al instante ofrecía una paga si sabía algo de ese muchacho al que buscaba.

"Mierda, no tengo idea. No he visto alguien parecido a ese del que habla ella." –me decía en mi mente.– "Pero… cómo me puedo perder una buena paga. Soy un idiota."

Pensé y pensé pero después de unos segundos me di por vencido. No tenía ni la más mínima idea y no era bueno para identificar a las personas. Un chico alto, de cabellos rubios claros… y con esas características que mencionaba la chica. No había visto a alguien parecido cerca de ese pueblo Griego.

Emm… lo siento, pero no creo haber visto alguien con esas características. –Hice una pausa y suspiré.– ¿Y… tienes alguna idea de cual fue su último paradero cerca de aquí? Quizás así pueda ayudarte a buscarlo. O al menos podría ayudarte en algo jeje, ya que te ofreci ayuda pues.

Ya que me había ofrecido, al menos podía intentar algo más, además no podía perderme de esas monedas. Si era eso lo que la chica planeaba darme por paga.

por Sophia Lun Dic 26, 2011 2:09 am

Sophia suspiró al darse cuenta que su esfuerzo con ese hombre había sido inútil. No sabía nada de Fye al igual que a todas las personas que les había preguntado hasta ese momento. Era un poco desalentador pero si había algo que Sophia no se permitiría era perder las esperanzas de poder encontrar a Fye sano y salvo y llevarlo de vuelta a casa.

- Ya veo. - Le respondió sonriendo, no iba a entristecer a un completo extraño con quejidos o lamentos, todo aquello era una nueva oportunidad de ponerse de pie nuevamente y seguir intentandolo. - Muchas gracias de cualquier forma. - Cerró la bolsita donde guardaba las monedas de Ghizcar le había dado y la colgó en su cinturón de cuero que mantenía los pantalones de lona en su lugar. - No se preocupe, no es el primero que no sabe nada de él. Pensé que al ser este un lugar tan famoso, tal vez... podría visitarlo.

Miró el cielo y notó que las primeras estrellas ya estaban apareciendo en el ocaso. La noche griega caería en cualquier momento y era mejor saber donde se podría asear, comer alguna cosa y luego dormir. Tal vez si le preguntaba a ese joven le pudiese responder de una forma más adecuada.

- ¿Me podría indicar hacia donde queda la plaza de la Villa Rodorio? o... ¿Tal vez usted conosca un lugar donde pueda dormir? ¿Una posada?... descente.

Tampoco le hacía mucha gracia que ese joven la pudiese mandar a un prostibulo, ya que generalmente donde fuera que durmieran hombres había prostitutas y alcohol. Eso era así en todas partes. Pero tal vez aun en esa Villa hubiese algun lugar honesto en donde Sophia pudiese pagar por agua tibia para lavarse el cuerpo cansado, por una cama suave donde dormir y quisas por un guiso de verduras con carne. Se le hacía agua la boca tan sólo pensar en ello.

- Disculpe por no presentarme antes. Mi nombre es Sophia Juliai. ¿Me podría decir con quien tengo el gusto de hablar? - Al terminar de hablar volvióa sonreir mostrando que esa ropa tan extraña no le sentaba mucho. Lo usual era ver a las mujeres de mar usando algo así, no a una chica tan dulce y despistada.

Lo educado era preguntarle el nombre antes de pedirle ayuda, pero Sophia estaba tan cansada que hasta sus buenos modales olvidaba. Aunque luego pensó que si la estaban buscando por la muerte de Solomon no sería muy buena idea andar diciendo su nombre a todas las personas que cruzaban su camino.

por Kardia1 Lun Dic 26, 2011 2:42 am

Aunque no hubiera dado nada de información a la muchacha, ella agradeció igual de amablemente como había hablado desde un principio. A decir verdad no me era extraño encontrar a esa clase de personas en esa villa tan pacífica. Ella sonrió, guardó las monedas y seguido de eso continuó con otra pregunta. Por suerte para eso tenía una respuesta, pues conocía una posada que había visitado luego de plaza por la plaza del pueblo, ideal para que la muchacha descansara e hiciera todo lo que tenía pendiente. Era un buen lugar y según yo, estaba demasiado bien cuidado.

Pues… claro conozco una posada muy bien cuidada que no está muy lejos. Supongo que debe ser un lindo lugar para que una joven como tú pueda quedarse. –dije en un tono calmo y miré hacia atrás, desde donde venía caminando. Por allí se encontraba la posada de la que venía.

Volví a mirar a la muchacha y me quedé callado por un momento, mirándola nada más. Pasados unos segundos contesté:

He Sophia, bonito nombre. Puedes llamarme Kardia. –dije en pocas palabras mostrando una pícara sonrisa en mi rostro.– Bueno… Sophia, puedo acompañarte a esa plaza, y si quieres te muestro esa posada de la que hablo.

Me quedé esperando una respuesta, para saber si ella aceptaba que la guiara hasta ese lugar. No sería mucha molestia ni trabajo volver a donde había estado hacía unas pocas horas, y no sería problema guiar a esa jovencita.

por Sophia Lun Dic 26, 2011 4:41 pm

- Kardia... - Murmuró Sophia para si misma, grabandose el nombre de ese muchacho en su mente. Por muy extraño que pareciese sentía que ya antes había escuchado ese nombre, pero no pensó mucho en el asunto. Kardia le recordaba a alguien, pero fuese quien fuese Sophia no podía decirlo con completa claridad. - Muy bien señor Kardia, lo seguiré.

Se arregló el bolso que cargaba a la espalda con una sonrisa y miró al joven esperando para partir. No sabía muy bien donde estaba pero si las leyendas eran ciertas ese lugar llamado Villa Rodorio había sido testigo de numerosas batallas, todas ellas épicas, de las cuales en Roma se hablaba de vez en cuando. Se beneraba a la diosa Athena en dicho lugar, o más bien Minerva como la llamaban en Roma. Sophia se sentía en paz ahí, había un ambiente muy grato que la hacía de alguna manera tonta sentirse en casa.

- No quiero sonar tonta con esta pregunta... - Dijo Sophia sonrojandose, pensando que tal vez con lo que iba a preguntar ese chico la consideraría rara, pero ¿Qué más daba? De seguro ya pensaba que Sophia era una chica extraña al estar buscando a su hermano perdido y además con un vestuario como el que portaba. - Pero... ¿Es cierto lo que dicen de este lugar? ¿Que hay un Santuario con una estatua gigante y que de vez en cuando se ve hombres portando armaduras de oro sólido? Cuando era niña leía sobre aquellas historias y siempre pensé que eran mentira, pero ahora que veo que Villa Rodorio si existe... debe pensar que estoy loca.

por Kardia1 Lun Dic 26, 2011 6:44 pm

Bueno, vamos por aquí. –dije tras las palabras de la chica contestándome que iba me a seguir hasta la posada.

Empecé a caminar a paso lento y sin siquiera hablar, acomodando un poco la mochila que llevaba sobre mis hombros, esa que contenía frutas y demás. De a momentos miraba hacia atrás fijándome si la joven Sophía me seguía hasta que pronto se le ocurrió hacer otra pregunta. Quería saber acerca del santuario, la estatua de la llamada Athena y sus extraños guerreros con armaduras doradas.

Hmm… –murmuré pensando por un momento en eso.

Así que al final eso sí tenía algo de cierto después de todo. Esa chica pelirroja que me había llevado a Grecia en su carroza estaba en lo cierto, o de lo contrario, me había topado con otra loca. Pero no lo creía así; las cosas comenzaban a tomar un poco de sentido. En ese minuto recordé al muchacho llamado Arone, ese raro chico de ojos grandes mencionando con preocupación que temía que ese tranquilo pueblo se viera involucrado en una guerra, y luego invitándome al santuario confesándome que si quería pelear, era un buen lugar. De a poco iba recolectando información sin intención de eso siquiera e iba comprendiendo un poco. Aunque tampoco hacía mucho esfuerzo por saber de qué se trataba.

Miré de reojo a la chica mientras caminaba a paso lento.

De hecho, no creo que suenes tonta preguntando eso. Sino todos aquí, o la gran mayoría son tontos o estarían locos. –Dije sin muchos rodeos para después añadir, mirando nuevamente al frente.– Debo confesarte, Sophia, que no eres la primera que habla de eso. Sí tengo algo de conocimiento aunque no creo que sea muy importante.

Dije aquello con algo de indiferencia al mismo tiempo que echaba otro vistazo a la joven de cabellos violáceos.

Escucha, me han hablado acerca de ese santuario y la estatua de una diosa. Dicen que es un lugar sagrado dedicado a la bendición de Athena, y hay caballeros o algo así, que portan armaduras de oro y protegen el trayecto de ese lugar y de vez en cuando pasan por este pueblo. Todos aquí le rezan a esa diosa y confían en su protección. –Hice una pausa y luego continué.– No se si creerles o no, pero me han dicho que desde la plaza de aquí puede verse la colina donde esa estatua sobresale.

Guardé silencio un momento mirando al frente mientras caminaba lentamente en dirección a la plaza de la villa Rodorio. Volví a mirar a la chica.

Hace poco me topé con un tal Arone, un extraño chiquillo romano de ojos grandes. También me habló de eso; me dijo que él vive en ese santuario desde su llegada a Grecia y me invitó a ese lugar cuando precisara ayuda.

Seguía hablando a esa muchacha, diciéndole con poco interés todo lo que me habían contado acerca de las leyendas de Grecia con respecto al santuario, Athena y sus caballeros de armaduras brillantes.

Suena un poco loco para ser cierto ¿no crees? – Comenté después de acabar mis palabras.– De todas formas, tanta gente me ha hablando del tema en este pueblo, que ya no sé que pensar.

Guardé silencio nuevamente después de haberle dicho todo lo que sabía con respecto al santuario. Desde lo que la joven Aricia me había contado, hasta lo que me dijo el pequeño Arone y los comentarios que oí en las calles del pueblo. Continué mi camino guiando a Sophia por las calles principales de la villa Rodorio que conducían a la plaza, cercana a donde se encontraba la posada. Ahora comenzaba a interesarme un poco, tal vez podía llegar a esa plaza y comprobar por primera vez, si lo de la estatua era cierto.

por Sophia Lun Dic 26, 2011 8:26 pm

Sophia escuchó con gran interes lo que estaba diciendo ese sujeto llamado Kardia. Todo lo que estaba hablando le parecía algo interesante, algo que nunca antes había escuchado y quería saber más. Su despreocupación aparente para ver y decir las cosas le parecía a Sophia algo nuevo y completamente refrescante. Toda su vida había vivido en un ambiente donde todo lo que se hacía y decía debía ser de importancia y de cierto grado de perfección. Kardia parecía tomarse todo a la ligera, incluso las cosas que había visto u oído y aquella era una cualidad que Sophia no había visto en otro hombre, excepto por aquell que la sacó de su casa en primer lugar... Un sujeto llamado Manigoldo.

- Sabes, ¡Ya se a quien me recuerdas! Una vez conocí a un hombre que me dijo que había crecido abajo de un puente en el río Tiber ... y sabes, me dijo... que tenía un hermano llamado Kardia y me contó sobre... "Como Kardia y yo nos salvamos de la peor nevazón de la historia." ¿Eres tú ese Kardia no? Lo pregunto porque te pareces mucho a él... a Manigoldo... Me contó que querían saquear un palacio norteño y que la nieve no dejaba de caer y que una avalancha los había cubierto, pero que había sobrevivido porque un milagro había ocurrido y un mando cálido de energía lo había cubierto toda la noche mientras dormía bajo la nieve... y que al día siguiente la nieve se había repetido en un circulo alrededor de él y su hermano, ¡Que había sido un verdadero milagro! Siempre me repetía que no le dijera señor, que le molestaba que lo llamara así...

Dijo ser un soldado de la doceava legión por lo cual al comienzo pensé que mi primo lo había mandado por mi. Mi primo solía mandar hombres de la legiones al valle para que me cuidaran. Le agradesco de alguna forma, me enseñó lo que era la vida afuera del Valle, el primero que realmente me mostró lo que significaba no estar segura en el mundo y siempre temer lo que esta a la vuelta de la esquina. - Sophia sonrió mirandolo más de cerca, subiendose en las puntillas de sus pies para verlo. - Debes ser un legionario ¿No? ¿Tienes más hermanos o familiares?

Tal vez la pregunta era un tanto imprudente, pero a Sophia no le pareció así. ¿Por qué habría sido imprudente preguntarle a alguien por sus seres queridos y sobre el ejercito romano? A menos que fuera un desertor y se estuviese escondiendo en Grecia tal como lo hacían tantos hombres.

- Ooohh ¿Se ve la estatua desde la plaza? - Preguntó Sophia tan sorprendida que al ir caminando a su velocidad casi se cayó el piso tropezando con una piedra. - Lástima que sea de Noche... tal vez mañana en la mañana se logre ver alguna cosa.

Se quedó callada mirando de lado a lado las construcciones de la Villa. Era tan pintoresca como se hubiese podido pedir de una Villa en Grecia, pero había algo más en ella, algo especial. De partida haberse encontrado con Kardia ya parecía hacerla algo más de lo que era... Kardia, un hombre que en Roma ella seguramente no habría mirado dos veces temiendo que Fye le diera un sermón por hablar con alguien vulgar y pleyebeyo. Ella era una dama, debía estar sólo con hombres de su mismo nivel tanto intelectual como económico, despues de todo, el hermano de su madre había sido un conquistador y había portado el título de príncipe de Roma así como tanto otros.

Cuando escuchó a Kardia mencionar a Arona, los párpados de Sophia subieron mientras llevaba su dedo indicide al mentón.

- ¿Arone? Yo lo conosco. Me lo encontré en el Puerto Mercante de Atenas. Me dijo que me ayudaría a buscar a Fye pero me trajo a este lugar.... luego caminé hasta la Villa sola, no quería seguir abusando de su hospitalidad. - Dijo Sophia mirando el cielo estrellado pensando que ese chico le había mentido, nunca le había dicho nada del ser uno de los caballeros tan legendarios de la orden de Athena. - Aunque el Arone que yo me topé era Egipcio... creo que debemos estar hablando de distintas personas. Este chico portaba un conejo muy raro con marcas rojas... nunca había visto nada tan adorable antes.

Off:
Si quieres podemos poner que llegamos a la Posada o como tu quieras, yo te sigo onrol.

por Jezzara Lun Mar 19, 2012 9:27 pm

Tengo un extraño presentimiento. –Mencioné en voz baja mirando al frente.

Estaba intranquila pues sentía que algo estaba pasando en el santuario; no es que fuera algo malo precisamente, pero estaba inquieta. No sabía lo que estaba sucediendo a mi alrededor, ni siquiera estaba segura de si fuera dentro del santuario o si simplemente estuviese equivocada. Sólo sentía algo en mi ser, algo fuera de lo común.

No sé qué estoy haciendo aquí, caminando como una simple mujer normal. Debería estar en mi templo, tengo que proteger el paso. –Pensaba luego.

Sentía algo de culpa pues desde que obtuve mi manto dorado de Virgo sólo había estado una vez en mi templo y en realidad mi deber era protegerlo siempre, a cada minuto sin descansar. Los peligros de la guerra estaban cada vez más cercanos y era una falta de consciencia el no hacer nada para ayudar y esperar la llegada próxima de Athena.

Mis pasos eran cada vez más acelerados y constantes. Mi mente se inundaba de pensamientos y culpa, y deseaba llegar cuanto antes hasta el camino que me guiase al santuario donde en verdad pertenecía.

Por detrás, mis dos compañeros animales me seguían fielmente sin importar lo que yo pensara hacer. Ellos me acompañaban siempre ya que además de ser unos buenos amigos, eran muy buena ayuda a la hora de la batalla, tenían dones únicos.

por Cassie Jue Mar 29, 2012 2:34 am

-Vaya! Que largo camino, pero valió la pena... Que hermosa la villa está. Un poco callada a mi parecer, pero bueno, de nada me sirve remarcar esa característica no vengo a eso al fina de cuenta.

Musité tranquilamente mientras observaba el paisaje que en frente tenia, que viéndolo con detalle no era la gran cosa. Unas cuantas casas con corte griego y una larga arena de batalla.

Siendo el sitio aquel algo común no me hizo que me quedara lo suficiente para maravillar mi vista. Ya no era la vieja Cassie que se detenía a hacer prosas a cada objeto brilloso con el que se topaba... Eso era en los tiempos de cuando musa fui. Que si bien poniéndome a analizar no babia pasado mucho.

De unos días para acá, sentía como una oscura energía me iba envolviendo haciendo perder el interés de la belleza natural. Al principio le atribuía a las fuerzas lúgubre que había adquirido para la batalla. La verdad no sabía si era eso o el gran vacío por la perdida de un incansable amor.

-Aún siento que cometisté una tremenda estupidez Apolo...

Susurré a la vez que bajaba el rostro y encorvada mi postura al fruncir mis hombros. Suspirando comencé a caminar sin tomar en cuenta a que dirección iba y por donde daba mis pasos, estaba distraída pensando en... Mmm! En realidad en nada.

Y así seguí una larga caminata, has que de repente me detuvo. Alce el rostro y vi el horizonte naranja. Agitada parpadeé una y otra vez, estaba emocionada. Y es que de la nada sentía una energía dulce, tierna... Llena de bondad que acariciaba mis mejillas.

-Así qué es ahí.

Dije al mismo tiempo que estiraba mis brazos. Estaba dispuesta a continuar, por lo visto no estaba tan lejos del santuario. Así que jalando una enorme bocanada de aire comencé a correr con una remarcada emoción. Mi paso era veloz, por lo que en una de esas la manta que cubría mi armadura se voló casi por completo, se había aferrado a las hombreras por lo que daba la apariencia de una capa.

Ese efecto de aire y tela no me importo, yo seguí corriendo, quería saber mi siguiente destino... Mi nueva historia. Y estaba haya... Frente a mí.

por Alexer Vie Mar 30, 2012 4:05 pm

Al fin había llegado a la villa Rodorio. Había logrado obtener la información de su ubicación pero me fue extremadamente difícil llegar hasta aquí. Recuerdo que emprendí el viaje solo sabiendo su nombre y ahora por fin lo había logrado. Con la rara experiencia que tuve el día anterior comente a creer aun más en las historias que me habían contado.

Camine através de lo que parecía ser la calle central del pueblo. Mientras pasaba la gente lugareña me miraba aunque era una reacción que sabia que pasaría. Algunos niños jugaban con raras figuras haciendo como que combatían entre ellos y gritando nombres raros , haciendo ademanes de que sus muñecos disparaban alguna clase de magia.

" Uhm... y ahora que puedo hacer? Como hago para obtener información acerca de ella?" me preguntaba en mi mente. De alguna forma debía conseguir algo que me llevara un paso más allá en mi búsqueda de la leyenda.
Mi pensamiento se ve interrumpido por un ruido muy fuerte seguido de unos gritos. Corrí através de las calles y llegue a una casa que parecía que se había derrumbado.
Afuera un unos hombres trataban de levantar una enorme viga de madera que estaba sobre el cuerpo de una señora de unos 40 años de edad. Aquellos enormes hombres no podían lograrlo, la mujer padecía mucho dolor.
Las palabras no llegaba a entenderlas pero si los gestos. Mire hacia unos metros mas allá y vi. Como un pequeño fuego comenzó a arder, tal vez seria de alguna comida que la mujer preparaba. Rápidamente el fuego comenzó a tomar el resto de la viga y algunas cosas mas produciendo un grueso humo de color negro. Aquellas personas no aguantaban el humo y poco a poco fueron perdiendo sus fuerzas. Con mucho dolor en su rostro, la señora comenzó a llorar pidiendo que la ayuden a salir de allí. Aun así la fuerza de esos hombres parecía no poder hacer nada. La gente se reunía alrededor viendo el terrorífico escenario donde el fuego comenzaba a acercarse al cuerpo de la señora.

Los hombres fueron cayendo poco a poco en algún sentimiento malo por así decirlo y vi. como algunos se retiraban, dejando la mujer sin ayuda posible.

“No...No pueden dejarla allí ¡¡ NO PUEDEN¡¡" pensé viendo lo que pasaba.

Efectivamente aquellas personas no pudieron levantar la pesada madera que atrapaba a la mujer, tal vez por el humo, el calor o por miedo dejaron de ayudarla.

--Que hacen¡¡-- les grite -- no pueden abandonarla¡¡--
Tome la bandana y la puse alrededor de mi nariz y boca para que no me afectara el humo y me adentre hacia el. El fuego casi llegaba a quemarla. La mujer estaba inconsciente en ese momento cuando arribe.

"rayos y ahora que?? Debo tratar de mover esto no hay tiempo"

Trate de hacer palanca con algunas pequeñas vigas de madera que había pero nada. El fuego se acercaba más y más. Alcance a ver como la mujer abre uno de sus ojos, no entendía que me decía solo movía sus manos como echándome del lugar.

" No puedo dejarla..Pero que puedo hacer? ".

Allí nuevamente sentí aquella rara sensación que tuve en mi sueño y luego esta mañana con aquella brisa. Cerré mis ojos mirando hacia dentro mío , rogando por un milagro. En ese momento toma la viga casi prendida fuego en su totalidad con mis manos por debajo de ella. “puedo hacerlo...solo tengo que levantarla un poco nada mas." Pensé. Comencé a hacer toda la fuerza que podía hacer dándome ánimos a mi mismo. -- Solo un poco por favor¡¡ -- me decía , en mi cruzaban una variedad de emociones. Hasta sentía voces que decían no podrás aquellos hombres no pudieron y son el doble de fuertes, aléjate nadie te culpara.

Mi corazón se paralizo por un momento cuando sentí como algo me diera fuerza, era algo que cubría mi espíritu algo que nunca sentí . Una tenue luz en mi cuerpo me llamo la atención cuando vi. Mis brazos rodeado por ella. Su color era celeste casi como el del cielo. Ahí logre ver como la candente viga dejo de quemar mis manos y logre levantarla apenas unos centímetros, aunque aun no era lo necesario para que la mujer saliera. Con un fuerte grito , pude sentir como una onda de energía recorrió mi cuerpo y paso lo increíble.

" No puede ser. Lo...lo logre."

Había logrado levantar la pesada viga que atrapaba a la mujer. -- Rápido córrase un poco señora ¡¡ -- grite. La mujer se corrió con mucho dolor apenas un poco, lo suficiente para salir del encarcelamiento ocasionado por el pedazo de madera. Lo solté y tome a la mujer en mis brazos. El denso humo no me dejaba ver más allá de unos pocos centímetros por delante de mí. Estaba comenzando a intoxicarme cuando esa sensación regreso. Aquella aura calida la sentí venir desde mi izquierda. Tome esa dirección y logre salir de ese infierno que se desato en tan solo unos escasos segundos. La gente no podía creer que ambos estuviéramos a salvo, entregue a la señora a unos habitantes allí y me senté casi sin fuerzas y tosiendo mucho.

OFF: " pienso "
-- hablo o hablan --

por Jezzara Lun Abr 02, 2012 6:28 pm

Corría por las calles principales del pueblo buscando el camino correcto que me llevase de una vez al santuario de Athena. Había perdido ya demasiado tiempo con Manigoldo en el cementerio y tenía que darme prisa, llegar cuanto antes. Un extraño presentimiento recorría mi ser, como si Athena estuviera próxima a despertar. No lo sabía pero ante la duda no me quedaría de brazos cruzados.

Avancé a paso rápido y pude ver en las lejanías una vivienda que parecía caerse a pedazos y el fuego invadía el lugar.

¿Qué es esto? –Musité atónita. Podía ver allí a un hombre que levantaba una enorme y pesada viga salvando a una mujer que estaba allí atrapada. Había algo en él, una fuerza enorme que quizás el chico ignoraba. Me llamaba poderosamente la atención. Tenía que llegar hasta allí.

Cuando por fin me detuve cerca del chico pude ver que otra gente atendía a la mujer recién rescatada, pero no le daban atenciones al muchacho que sentado parecía estar sin fuerzas. Me acerqué algo agitada por todo el camino que había recorrido a paso rápido y paré enfrente. La caja dorada que cubierta permanecía por una tela blanca reposaba en mi espalda, aferrada a mis hombros, conteniendo en secreto la armadura amazónica de Virgo.

Me quité ese peso por un momento apoyando cuidadosamente la caja en el suelo y dirigí la mirada al valiente chico que había tomado la iniciativa de ayudar a esa pobre mujer. Me dio pena el estado en que se encontraba por lo tanto planeaba ayudarle al menos.

Disculpa. –Rompí el silencio, hablándole al chico. –Vi cómo salvaste a esa mujer, fue increíble. Admiro mucho ese acto por tu parte. Eres valiente, chico.

Lo que más me impresionó fue el valor con que accionó el chico, fue así que una notoria aura rodeó su cuerpo y pude sentir apenas esa energía.

¿Estas bien, no te has hecho daño? –Hice una pausa. – ¿Necesitas ayuda? No me parece que seas de por aquí.

Sonreí entonces de una manera agradable y amigable. Solía confiar demasiado en las personas que a simple vista me agradaban y me llamaban la atención. A veces eso era una enorme ventaja que me ayudaba mucho, pero otras veces era un defecto terrible.

A simple vista el chico no me parecía proveniente de Grecia, aunque quién sabía, igual no podía adivinar a menos que utilizara alguna de mis técnicas para leer la mente; pero eso no me parecía necesario en este caso.

Permanecí en silencio esperando una respuesta, quizás el chico necesitara ayuda.

por Alexer Mar Abr 03, 2012 8:15 am

Los habitantes ayudaban a aquella mujer, yo solo miraba pensativo de que era esa explosión que sentí. Mil preguntas pasaban por mi mente.
"Como lo había logrado? hombres mas fuertes físicamente no lo lograron , como pude hacerlo yo?".
No note que en mis manos estaban quemadas con seriedad pero por alguna razón no me dolían. Me encontraba exhausto, al menos la mujer parecía recuperar movilidad lo que hizo que una sonrisa se dibujara en mi rostro.

Sentí una calida presencia seguida de unos pasos cerca mios. Cuando levante la mirada parecía que había visto un ángel. Sus ojos grandes brillaban como cientos de estrellas y su larga cabellera era del color de los rayos del sol. Al parecer era mas joven que yo pero su porte, la forma en que miraba la hacían impactante ante mi mirada.

Disculpa. Vi . cómo salvaste a esa mujer, fue increíble. Admiro mucho ese acto por tu parte. Eres valiente, chico.

Su voz era increíblemente tranquilizadora, conocí muy pocas personas con esa cualidad. -- No se si valiente -- mencione con algo de timidez -- pero al menos pude hacer algo --.

¿Estas bien, no te has hecho daño? . ¿Necesitas ayuda? No me parece que seas de por aquí.

Cuando me pregunto si tenia daño mire mis manos, estaban bastante quemadas por el fuego. Lentamente le mostré mis manos mientras le respondía a su segunda pregunta. -- Es que no lo soy, provengo desde muy lejos cerca de Asgard . Conoces? .--

Aun estaba atónito ante los sucesos que habían sucedido pero tal vez ahora alguien podrá decirme algo sobre la diosa que vengo a buscar...

OFF:" pienso "
-- hablo --
color dialogo otro personaje

por Jezzara Miér Abr 04, 2012 8:16 am

Cuando el chico me mostró sus manos me preocupé por eso. No era demasiado grave, pero esas heridas necesitaban que alguien las tratara cuanto antes. Me dio algo de pena la situación del muchacho, y para colmo, no conocía las tierras Griegas. Suspiré ligeramente y le miré a los ojos.

Ya veo. Pues a decir verdad no conozco esas tierras, sólo he escuchado de ellas. –Contesté con respecto a la respuesta inmediata del joven.

Después de eso hice una corta pausa, observando sus maltratadas manos.

Necesitas alguien que trate esas heridas, no se ven bien. –Contesté a su última acción. Conocía un sitio en Rodorio donde vivía un hombre que solía tratar esa clase de heridas. Muchos jóvenes viajaban a Grecia para completar duros entrenamientos y solían necesitar de un doctor de vez en cuando.

A decir verdad, no veía por qué no ayudarlo, el hombre parecía ser un buen tipo y no creía que fuera a ser una mala influencia en el pueblo.

Mira… conozco un sitio donde pueden ver esas quemaduras. Hay un hombre en este pueblo que trata esa clase de heridas –Informé entonces –. Si me lo permites, puedo guiarte.

Hice una pausa bastante larga, fueron unos cuantos segundos de silencio y me quedé pensativa. Luego recordé que no me había presentado, eso me parecía de mal gusto entonces hablé por último.

Por cierto, mi nombre es Jezzara. –Sentencié al final para así permanecer ala espera de una respuesta.

por Alexer Miér Abr 04, 2012 8:56 am

La chica al parecer decide ayudarme. Me cuenta sobre un hombre que puede revisar mis heridas.

Mira… conozco un sitio donde pueden ver esas quemaduras. Hay un hombre en este pueblo que trata esa clase de heridas. Si me lo permites, puedo guiarte.

Su calida voz preocupándose por mis manos me llamo la atención.

-- Claro. Supongo que deberían revisarlas, no me duelen igual. -- le dije ya con una voz mas confiada.

Al levantarme del suelo hubo un silencio, una pausa algo incomoda para mí. Ya sobre mis pies no me había percato de su estatura, al menos le llevaba varios centímetros sin dudas era mas joven que yo. Pero por que esta sensación de que ella emanaba una aura de tranquilidad pero a la vez de gran poder. Este sentimiento era nuevo para mí. Desde cuando comencé a sentir esas cosas?.
Parece que ella se sintió incomoda también ante el silencio y rompió con el dándome a conocer su nombre. Jezzara. Interesante y raro nombre pensé.

-- Jezzara ? Nunca escuche un nombre así.-- le dije mientras pensaba. "Al parecer no soy el único extranjero aquí"
Vi como antes de irnos ella tomo un objeto que al parecer portaba. Estaba cubierto por un telar blanco. No quería parecer entrometido asíque con voz suave le pregunte.

-- Si eso es pesado puedo ayudarte a llevarlo.-- haciendo alusión al objeto cubierto por la tela.—jaja disculpa no te dije mi nombre—le dije alegremente llevando una mano a mi cabeza.—Me llamo Alexer vengo desde muy lejos buscando…-- allí me quede callado.
”¿ Que le iba a decir que buscaba ? Como creería lo que le diría? Ni yo podía entender las cosas mucho menos lo que paso recién o la noche anterior con mi sueño. Mejor me quedo callado” me dije en mi mente pero algo debía decirle. Aparte ella se quedo viéndome, esperando el final de la oración .

-- Solo viajo buscando un nuevo lugar para vivir—Le dije tartamudeando ante la mentira que dije, igual ella no me creería aunque le hablara con la verdad.

Off: -- hablo --
" pienso "
Color : dialogo de otro personaje.

por Jezzara Miér Abr 04, 2012 11:40 pm

Una vez que el muchacho acepto que lo acompañara hasta esa casa donde vivía el hombre que solía sanar las heridas de los guerreros que viajaban para entrenar, tomé la caja de mi armadura cubierta por aquella inmaculada tela y la coloqué sobre mis hombros. Escuché cuando respondió acerca de mi nombre, a lo que ligeramente sonreí. Cada uno a quien le mencionaba mi nombre se extrañaban o algunos incluso solían adivinar mi procedencia.

No es extraño que no te suene conocido –. Respondí con un aire de dulzura, como solía dirigirme a la gente que apenas conocía – Es que tampoco soy de aquí, provengo de Egipto. Hay muchos aquí que vienen de distintas partes del mundo, generalmente atraídos por las historias del Santuario de Athena. Y me incluyo, jeje.

Mi respuesta simple no se dejó esperar e informé al muchacho acerca de mi verdadera procedencia y además, agregando de extra una pequeña información acerca de los habitantes de Rodorio.

Fue cuando empecé a caminar por el sendero principal de las calles de Rodorio que el chico amablemente preguntó si podía ayudarme con la caja que, claramente, contenía mi armadura aunque no podía notarse con claridad por la tela que la cubría.

Eres muy amable y lo aprecio, aunque no creo que debas preocuparte en llevar esta carga, estoy acostumbrada ya –. Respondí sonriendo cuando lo miré, justo antes de avanzar. No quería que él hiciera el trabajo por mi ni que llevara mis cargas, sólo pretendía ayudarlo que era lo que hacía generalmente con aquellos que me parecían agradables personas.

Es un gusto Alexer –. Dije al momento de oír su nombre – ¿Así que sólo vienes en busca de un lugar para vivir? No me extraña demasiado, aunque la mayoría de los que vienen aquí buscan algo en especial. Como yo… hace ya mucho tiempo que estoy en Villa Rodorio.

Mi paso era lento, pero mientras tanto dialogaba con el chico que recién había conocido. Sentía algo fuerte que provenía de su espíritu, un aura que me hacía sentir cómoda cerca de él. No podía descifrar de qué se trataba pero era similar a lo que me pasaba con aquel muchacho llamado Edward y la señorita Seiren que le acompañaba, o también lo que sentía en mí cuado me encontré en la presencia del joven de géminis, Aspros.

Lo que tenía el chico era algo que superaba la normalidad… algo había en el joven Alexer.

---------

Off-Rol: Después de este tema voy a postear en otro lado, cuando termine te paso el link.

por Alexer Jue Abr 05, 2012 8:47 am

La respuesta que estaba buscando, la información más anhelada. Surgió de los labios de aquella mujer. Por un segundo mi rostro mostró una cara de sorpresa que trate de no hacer notar demasiado.

" El santuario... de Athena?? Acaso ella lo conoce? " Pensé inmediatamente. Mi corazón comenzó a entender lo que había sucedido la noche anterior aunque mi mente siempre me hacia retroceder tratando de marcar mas la realidad que me habían mostrado. Luego de que me cuenta de que muchos vienen a vivir aquí , vi. que aquella muchacha de cabello dorado había creído mi historia. Las voces comenzaron a sonar dentro de mí. Si ella te ayuda porque le mientes? dile la verdad. Es tu oportunidad.. Me detuve quedando detrás de ella y baje mi cabeza... La chica se da vuelta con cara extraña , tal vez preguntándose que me pasaba.

-- Señorita Jezzara... Lo siento esa no es la verdadera razón por la que estoy aquí. dije con una voz leve mirando hacia el suelo. Luego de un silencio de mi parte de unos segundos levante mi cabeza y mirándola a los ojos le dije. --La verdad es que estoy buscando a Athena¡¡.--

En ese instante una brisa volvió a soplar, la misma brisa que me había acompañado hace escasos días en mi viaje. El calor reparador invadía mi alma dándome fuerzas como siempre. Allí en medio de la calle le conté a esa desconocida pero confiable señorita mi historia. Desde el principio como fui criado cerca de Asgard , las historias que me contaba mi abuelo , la invasión que sufrimos , el asesinato de mi familia y de Sandival. Aunque me costo también le mencione el sueño que había tenido acerca de aquel caballo alado y una voz femenina que me ayudaron a llegar aquí cuando me había perdido.
Algo sentimental, con algunas lágrimas muy pequeñas en mis ojos le dije. No espero que me creas. Pero si sabes de ese supuesto Santuario, Por favor ¡¡ indícame la dirección. Mi abuelo me decía que esos guerreros peleaban por la paz del mundo. Son mi única esperanza para la gente de mi tierra..

Pensando en eso y con mi bandana en una de mis manos, comencé a sentir ondas eléctricas pasando através de todo mi cuerpo. Aquella manifestación la sentí hacia minutos cuando levante la viga. Solo que antes era una explosión. Mi mano derecha, donde tenia la bandana cubriéndola, Comenzó a brillar como hacia momentos atrás. Su brillo daba un color celeste muy tenue. Apenas vi. eso la tape con mi otra mano al desconocer que era eso.

OFF: Bueno luego me pasas el link .

"pienso"
--Hablo--

Por consejo de algunos amigos decido cambiar la forma de expresar el dialogo y pensamiento. Ahora lo hare con esos colores.

por Jezzara Miér Abr 11, 2012 7:53 am

Salí de aquel edificio esperando que el muchacho me siguiera mientras escuchaba sus palabras; evidentemente tenía muchas dudad y quizás se sentía algo... confundido o tal vez incómodo por el hecho de no saber lo que ocurrías. Si bien yo sospechaba de pronto muchas cosas, no quería decirle nada acerca del cosmos por el momento. Todo debía ir a su tiempo, por lo que, mientras que caminaba, lo miré por un momento y le dije:

Ya te lo dije, no es algo por lo que debas temer, por eso es que no me he sorprendido. Conozco acerca de lo que esta pasando y créeme que es algo muy difícil de explicar, por eso es que te acompañaré hasta el Santuario, allí encontrarás muchas respuestas.

Comenté aquello con respecto a su primera pregunta, haciendo referencia al fenómeno extraño que él había presenciado con aquella energía que incluso había sanado sus heridas.

El viaje es largo, Alexer. Hay que subir a través de la colina que hay en las cercanías de este pueblo. –Comenté con algo de frialdad. –¿Estás seguro de que quieres hacerlo?

Me detuve por un momento, volteándome para verlo de manera seria.

Simplemente porque lo siento… siento que eres alguien con un corazón bondadoso. Sé que estás siendo sincero. –Respondí a sus últimas palabras con un tono cálido y amigable. En realidad su cosmos tan puro me lo decía, evidentemente su destino estaba en el santuario y no en otro lado.

por Alexer Miér Abr 11, 2012 9:29 am

Afuera del consultorio Jezznarda me responde de manera fría a mi tono de broma. Lleve mi mano derecha a mi cabeza y frotándola contra mi cabello le di la respuesta junto con una sonrisa amable.
Jaja no te preocupes por mí. Haz hecho mucho por mi debería ser yo quien te ayudara. Ya déjame cargar eso por ti. le dije señalando la enorme caja que llevaba. Que llevas allí? parece que encerrara algo enorme.. Continúe preguntando siempre con una sonrisa. Pero ella estaba seria todo el tiempo. Salí de mi faceta graciosa creo que eso no le agrado. Cuando le consulte sobre el porque me ayudaba ella me respondía con palabras que había escuchado antes en mi lejano país. Ella seria alguien muy especial capaz de leer las almas de las personas, mi padre solía hacer lo mismo. Según el las almas pueden ser vistas por algunas personas que desarrollan un don especial que todos tenemos, pero pocos logran usarlo. Decidí dejar de indagarle cosas que tal vez la pusieran incomoda en ese momento.

Pasaron algunos minutos y caminando junto a ella sentía un clima de paz - Nos dirigíamos hacia la salida de la villa, caminando através de la calle principal. Ella mediante sus palabras calmaba mi ansiedad de respuestas. Pasamos cerca del lugar del reciente siniestro. Allí no evite mirar de reojo como los lugareños estaban apagando unas pequeñas llamas que quedaban. Aquel desastre iniciado tal vez por un accidente será recordado por ser la llave que me llevo al santuario. Tal vez me hubiera tardado mucho tiempo en conseguir la información o tal vez no. Lo que si es seguro fue el punto de reunión con esta joven... Jezznarda. Su juventud no era acorde con su madurez, la miraba preguntándome si ella abría pasado por lo mismo que yo.

" Ahh ya son demasiadas cosas las que pienso " Me dije en mi cabeza . Mas adelante estaba el final de la villa y se comenzaba a ver la colina que menciono antes la joven Jezznarda. Nuevamente aquella brisa soplo sacando mis pensamientos. Algo dentro mío comenzó a explotar, serian ganas de llegar rápidamente tal vez. Hacia mucho que no me sentía así. Mis frustraciones, miedos y malos pensamientos parecían alejarse cada vez más. Sin aguantar más la energía dentro de mí sentí como una onda eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Mire a la muchacha de cabellos dorados y le dije. Por allí es?? jaja vamos te juego una carrera¡¡

En ese punto me sentía como un niño descubriendo un nuevo mundo. Se que mi alboroto haría verme mas chico que la joven que me asistía. Pero que rayos ya estaba cerca del Santuario, más cerca de obtener la ayuda para mi gente.

por Jezzara Jue Abr 12, 2012 8:53 am

Después de unos minutos caminando el chico empezó a actuar extraño, como si fuera un niño queriendo jugar; parecía estar muy emocionado en ese minuto, quizás eran sus ansias por conocer el Santuario, por llegar al lugar que tanto anhelaba llegar. Arqueé las celas incrédula al velo, pero por alguna razón deseaba seguirle el juego. Recordaba aquellos tiempos cuando hacía ese tipo de cosas junto a mi hermana Selene, recordaba los entrenamientos y los juegos con los que pasábamos el tiempo y la melancolía volvía a mí, pero fuera como fuese quería seguirle la corriente al muchacho de cabello castaño.

¡Espera! –Exclamé en un tono animado mientras mostraba una pequeña sonrisa, entonces sin esperarlo me eché a correr detrás del muchacho para alcanzarlo; directo a la colina que llevaba hasta el conocido Santuario de Athena.

Mientras me dirigía hacia allá comencé a sentir un extraño presentimiento, como si se tratase de la misma Athena advirtiéndome algo.

"¿Acaso Athena ya estará reuniendo a los Santos y planeando las acciones futuras del Santuario?" –Me decía en mi mente tratando de comprender aquello que de repente invadió mi mente. No importaba demasiado de qué se tratase, pero al parecer, era algo importante.

Por un momento mi mente se perdió en mis pensamientos y cuando me di cuenta, tropecé tambaleándome en las calles camino a la colina, por poco no me caí al suelo, pero estuve cerca de hacerlo. Fue ahí que una exclamación salía de mi boca.

¡Ay, por poco! –Y me detuve unos minutos recuperando la compostura. Miré al frente y noté que Alexer se alejaba, por lo que volví a retomar el paso para tratar de alcanzarlo.

por Alexer Jue Abr 12, 2012 10:03 am

Mi mente tuvo una regresión de al menos 10 años en ese momento que corría. Logre recordar los juegos que hacíamos con mis hermanos y como siempre pude ganarles o al menos eso me hacían creer. De cierta manera el aura calida que emanaba de esa chica me dejaba reconfortado. También por el hecho de que me ayudara a llegar al santuario.
Nunca me detuve a pensar que pasaría cuando llegue allí.

Al cabo de unos segundos me detuve, Extrañado sentí como si algo importante sucediera. Era difícil de explicar pero era como una energía que lo cubría todo. Mi corazón se paralizo unos instantes, aquellas ganas de correr se desvanecieron. Gire para ver a Jezzara y la vi que venia al trote. También note algo en su rostro... "Acaso ella sintió lo mismo?" Pensé.

Cuando llego hacia mi me disculpe ante mi tonta acción. -- Disculpa¡¡ debes pensar que soy un tonto solo que me entusiasme un poco...-- le mencione mientras miraba el suelo. Aun esa sensación estaba dentro de mí. Levante mi cabeza mirándola a Jezzara a los ojos. Una mirada mas seria que la que le mostré con anterioridad se coloco en mi rostro. Incluso mi voz que hasta el momento sonaba tímida y simplona ahora había cambiado solo con el fin de mostrarle seriedad a la chica de cabellos dorados.

-- No te volveré a dejar atrás. Ya estoy listo para ir hacia el Santuario.--

Me coloque a su lado y con el gesto de mi pulgar hacia arriba le di la señal de que estaba preparado... El camino final al Santuario era lo próximo a seguir.

por Contenido patrocinado

[Villa Rodorio] - Calles Principales

[Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales

Re: [Villa Rodorio] - Calles Principales