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Villa Adriana
Recuerdo del primer mensaje :
Una carroza aparecia en el horizonte de la colina "purpura", llamada asi por el afloramiento de extrañas plantas de hojas y retoños purpuras que aparecieron poco despues del inicio de la construcción de la villa. La caballeria avanzaba a paso lento por entre aquellas pequeñas flores que desplegaban sus delicados petalos al notar la presencia del esplendoros sol que justo ese dia aparecia como señal de buena fortuna.
La villa Adriana era propiedad del padre de Solomon, aunque su remodelamiento habia sido recientemente iniciado a petición de la hermana menor de la familia. Justo eso traia al joven senador a casa...Samantha.
La carroza luego de pasar por el arco de enredaderas se detenia frente a la entrada principal adornada por una par de estatuas dedicadas a la diosa Afrodita y Hermes, ambos dioses predilectos de la madre y padre del joven respectivamente.
El joven de cabellos rubios bajo haciendo esperar al cochero con una seña, previamente habia pasado por todo Roma sin ver ninguna rastro aparante de los homenajeados, solo decenas de peronas haciendo los preparativos, todo iba bien, y mientras todo siga en calma y orden en la ciudad él podia ausentarse una par de horas.
No habia rastros de sus hermanos lo cual le extraño mucho, si habia algo importante que hacer era mantener una imagen de familia unida, no era por él, sino por el bienestar de todo Roma, ya era suficiente con la disputa apaciguada entre Fye y Virgilius...lo que fue una comidilla para la nobleza durante meses. Una verdadera decepción.
Abrio pausadamente la puerta, un silencio absoluto hacia aparentar la ausencia de personas en la primera estancia. El joven quedo cavilando un par de minutos para luego cerrar con relativa fuerza el portico. Un par de esclavos se acercaron rapidamente para atender a su señor. La musica comenzo a sonar para agrado de Solomon.
Sirviente: Su hermano salio rumbo al puerto mi señor...
Lose, supe de eso por la mañana, dime...donde se encuentra Samantha.
El criado de tez morena le indico hacia los jardines del coliseo maritimo, a lo cual Solomon salio rumbo a aquel recinto.
Llego pronto a caballo al recinto reconocido como "el más bello" en la epoca de juventud de su padres, una construcción circular adornada con varias esculturas de varias divinidades en cuyo centro e hallaba una pequeña isla con gradas. Alli pudo oir la voz clara y hermosa de su hermana. Camino pausadamente para posar su ojos sobre los de ella.
Samantha...aun estas aqui...
Avanzo hata ponerse a su altura. Su voz era firma y algo fria sin perder la familiaridad con que se trataban. Desde que su padre murio, olomon habia atentido en lo mejor posible a su hermana, por que la queria...aunque un pasado tragico estuviera siempre preente entre ambos...
Levantante hermana, debemos ir de inmediato a Roma, es nuestro deber como parte de la familia real...lo sabes bien...
Una carroza aparecia en el horizonte de la colina "purpura", llamada asi por el afloramiento de extrañas plantas de hojas y retoños purpuras que aparecieron poco despues del inicio de la construcción de la villa. La caballeria avanzaba a paso lento por entre aquellas pequeñas flores que desplegaban sus delicados petalos al notar la presencia del esplendoros sol que justo ese dia aparecia como señal de buena fortuna.
La villa Adriana era propiedad del padre de Solomon, aunque su remodelamiento habia sido recientemente iniciado a petición de la hermana menor de la familia. Justo eso traia al joven senador a casa...Samantha.
La carroza luego de pasar por el arco de enredaderas se detenia frente a la entrada principal adornada por una par de estatuas dedicadas a la diosa Afrodita y Hermes, ambos dioses predilectos de la madre y padre del joven respectivamente.
El joven de cabellos rubios bajo haciendo esperar al cochero con una seña, previamente habia pasado por todo Roma sin ver ninguna rastro aparante de los homenajeados, solo decenas de peronas haciendo los preparativos, todo iba bien, y mientras todo siga en calma y orden en la ciudad él podia ausentarse una par de horas.
No habia rastros de sus hermanos lo cual le extraño mucho, si habia algo importante que hacer era mantener una imagen de familia unida, no era por él, sino por el bienestar de todo Roma, ya era suficiente con la disputa apaciguada entre Fye y Virgilius...lo que fue una comidilla para la nobleza durante meses. Una verdadera decepción.
Abrio pausadamente la puerta, un silencio absoluto hacia aparentar la ausencia de personas en la primera estancia. El joven quedo cavilando un par de minutos para luego cerrar con relativa fuerza el portico. Un par de esclavos se acercaron rapidamente para atender a su señor. La musica comenzo a sonar para agrado de Solomon.
Sirviente: Su hermano salio rumbo al puerto mi señor...
Lose, supe de eso por la mañana, dime...donde se encuentra Samantha.
El criado de tez morena le indico hacia los jardines del coliseo maritimo, a lo cual Solomon salio rumbo a aquel recinto.
Llego pronto a caballo al recinto reconocido como "el más bello" en la epoca de juventud de su padres, una construcción circular adornada con varias esculturas de varias divinidades en cuyo centro e hallaba una pequeña isla con gradas. Alli pudo oir la voz clara y hermosa de su hermana. Camino pausadamente para posar su ojos sobre los de ella.
Samantha...aun estas aqui...
Avanzo hata ponerse a su altura. Su voz era firma y algo fria sin perder la familiaridad con que se trataban. Desde que su padre murio, olomon habia atentido en lo mejor posible a su hermana, por que la queria...aunque un pasado tragico estuviera siempre preente entre ambos...
Levantante hermana, debemos ir de inmediato a Roma, es nuestro deber como parte de la familia real...lo sabes bien...
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
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AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
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Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
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Re: Villa Adriana
La tranquilidad poco natural del jardín misterioso dedicado al dios Apolo traía paz absoluta al atormentado senador quien por fin podía descansar amenamente, sus pensamientos divagaban con ayuda del coro de avecillas risueñas que parecían seguirle y cantar suavemente para beneplácito suyo.
Escucho indiferente el abrir y cerrar de la puerta que conducía al salón principal de la primera fase de la villa, aquellos pasos modestos, fríos venían acompañados de otras más pausados y elegantes, Solomon permaneció sentado cabizbajo con los ojos bien cerrados, conocía el estilo de caminata que llevaba su hermano menor, pero quien le acompañaba de seguro no era Samantha…
Hermana…
La luz del sol laceraba por poco sus cristalinos orbes mientras alzaba su rostro para poder divisar a quienes ya estaban muy cerca suyo, venia Richard con Lydia, la prima a quien por extrañas razones había olvidado su estancia. La brisa soplaba con lentitud y suavidad apenas meciendo algunas hojas del follaje que colgaba de los varios pilares que rodeaban la arquitectónica dedicada al dios sol, las ondas de las fuentes diáfanas que rodeaban el sitio se hacían más pronunciadas, lo suficiente como para atemorizar a los pequeños peces multicolores que de inmediato hacían fuga a aguas más tranquilas. La cabellera dorada de Solomon se enarbolaba mientras un punzante recuerdo venia a su mente y fragilizaba su espíritu, era la figura delicada de su prima Lydia quien le regresaba a aquella estancia en los jardines de palacio, aquella vez donde una diminuta sierva de Diva le menciono lo acontecido por su hermana, Samantha.
El sueño profundo y casi mítico que le rodeaba se esfumaba rasgado por las acusaciones de Nia contra Samantha, lo recordó rápidamente cortándole la placentera mañana, de inmediato se sentó de aquel sillón, los problemas que se habían suscitado en roma, en Diva y en Gelum le habían hecho olvidar algunos pasados, en especial los que conferían a su propia familia.
Richard y Lydia, parados como estaban frente suyo, quietos como estatuas con sus faces y cuerpos oscurecidos por la sombra que proyectaba el astro rey, parecían ser seres misteriosos, que traían entre manos era algo que Solomon debía descubrir, y mucho más apremiante era el tener en cuenta que poco tiempo le quedaba por quedarse para resolver todo antes de su viaje a Egipto.
Hermano…prima…al fin nos volvemos a ver.
Un gentil saludo que ocultaba el verdadero motivo del senador, necesitaba comprobar si lo dicho por Nia era falso, aunque conociendo a Richard…
Creo que pospusimos una charla, no?...
Acoto con aplomo entre tanto veía a unos sirvientes para que le trajeran algunos sillones más para los amos de la casa y vino como de costumbre. Luego de que se dispusieran a sentarse los miro con la misma confianza de siempre, esperando a que hablara alguno, pero era evidente que no lo harían, quizás, porque trataban de preparar mentalmente las palabras que emplearían, a lo que Solomon prefirió hablar para romper el hielo y ser lo más directo posible.
Richard algo me dice que debes saber muy bien el estado de nuestra hermana, al igual que tu Lydia, me dirás si es cierto lo que oí por ahí…espero que todo sea una simple falacia, pues de hecho, como sabrás, aquí van a cortarse algunas cabezas…
Espero inmutable, bebiendo un largo sorbo del cáliz de plata que le habían traído poco antes, estudiaba con disimulo las miradas de ambos parientes quienes comenzarían a replicarle.
Escucho indiferente el abrir y cerrar de la puerta que conducía al salón principal de la primera fase de la villa, aquellos pasos modestos, fríos venían acompañados de otras más pausados y elegantes, Solomon permaneció sentado cabizbajo con los ojos bien cerrados, conocía el estilo de caminata que llevaba su hermano menor, pero quien le acompañaba de seguro no era Samantha…
Hermana…
La luz del sol laceraba por poco sus cristalinos orbes mientras alzaba su rostro para poder divisar a quienes ya estaban muy cerca suyo, venia Richard con Lydia, la prima a quien por extrañas razones había olvidado su estancia. La brisa soplaba con lentitud y suavidad apenas meciendo algunas hojas del follaje que colgaba de los varios pilares que rodeaban la arquitectónica dedicada al dios sol, las ondas de las fuentes diáfanas que rodeaban el sitio se hacían más pronunciadas, lo suficiente como para atemorizar a los pequeños peces multicolores que de inmediato hacían fuga a aguas más tranquilas. La cabellera dorada de Solomon se enarbolaba mientras un punzante recuerdo venia a su mente y fragilizaba su espíritu, era la figura delicada de su prima Lydia quien le regresaba a aquella estancia en los jardines de palacio, aquella vez donde una diminuta sierva de Diva le menciono lo acontecido por su hermana, Samantha.
El sueño profundo y casi mítico que le rodeaba se esfumaba rasgado por las acusaciones de Nia contra Samantha, lo recordó rápidamente cortándole la placentera mañana, de inmediato se sentó de aquel sillón, los problemas que se habían suscitado en roma, en Diva y en Gelum le habían hecho olvidar algunos pasados, en especial los que conferían a su propia familia.
Richard y Lydia, parados como estaban frente suyo, quietos como estatuas con sus faces y cuerpos oscurecidos por la sombra que proyectaba el astro rey, parecían ser seres misteriosos, que traían entre manos era algo que Solomon debía descubrir, y mucho más apremiante era el tener en cuenta que poco tiempo le quedaba por quedarse para resolver todo antes de su viaje a Egipto.
Hermano…prima…al fin nos volvemos a ver.
Un gentil saludo que ocultaba el verdadero motivo del senador, necesitaba comprobar si lo dicho por Nia era falso, aunque conociendo a Richard…
Creo que pospusimos una charla, no?...
Acoto con aplomo entre tanto veía a unos sirvientes para que le trajeran algunos sillones más para los amos de la casa y vino como de costumbre. Luego de que se dispusieran a sentarse los miro con la misma confianza de siempre, esperando a que hablara alguno, pero era evidente que no lo harían, quizás, porque trataban de preparar mentalmente las palabras que emplearían, a lo que Solomon prefirió hablar para romper el hielo y ser lo más directo posible.
Richard algo me dice que debes saber muy bien el estado de nuestra hermana, al igual que tu Lydia, me dirás si es cierto lo que oí por ahí…espero que todo sea una simple falacia, pues de hecho, como sabrás, aquí van a cortarse algunas cabezas…
Espero inmutable, bebiendo un largo sorbo del cáliz de plata que le habían traído poco antes, estudiaba con disimulo las miradas de ambos parientes quienes comenzarían a replicarle.
Solomon- Dios/a
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Re: Villa Adriana
Lydia vio acercarse a la causa de sus tormentos con paso firme y elegante, estaba llegando justo en el momento en que la discusión con su primo Richard había terminado, por lo que se sentía más tranquila; sin embargo no importaba como ni cuando, por mucho que ella hubiera querido impedir que los sentimientos por su primo crecieran, estos estaban todavía ahí, y aunque ahora no tenía la misma confianza que solía tener en el, la joven princesa de Roma sintió que no debía cambiar su actitudo con el, puesto que le quería y le dedicó esa sonrisa que solía usar con Diva, pero bien se sabía era falsa y sólo para guardar apariencias, sin embargo no fue su culpa, era la única de las sonrisas que podía dedicarle a el.
-Dichosos los ojos que te ven Solomon, y dichosa el alma que está frente a tí- dijo en tono monocorde sorprendiéndose ella misma, mientras se sentaba en los asientos que habían traído los sirvientes de la villa, para luego pensar detenidamente cómo debía actuar con su primo si quería apelar por Samantha, para que no quedara peor de lo que ya estaba; aunque personalmente no consideraba que Solomon fuera quien para juzgar a los demás, puesto que el no es precisamente un ícono de nobleza y justicia, y hata cierto punto le molestaba que el actuara como juez, pero si quería que Samantha tuviera tiempo de huir debía ponerse en un plan pasivo, para evitar provocar la ira de su primo. -Cabezas? Rodar? Sé de una que está frente a mi y que tiene que rodar primero que la de los demás.
-Yo primo? Te digo que sólo sé estrictamente lo que sabe mi primo Richard, ya que el y yo acabamos de venir de ver a Samantha no es así?- Dijo Lydia mirando a su primo de forma inexpresiva, puesto que ahora sí tenía una gran preocupación por su prima, y bien sabido era por ella, que no podía meterse demasiado en ese asunto, y menos aún lograr poner algún impedimento para el castigo de su prima, sin embargo nada perdía con intentar, eso lo sabía más que nadie.
Lydia tomó la copa de plata que le ofrecieron los sirvientes de Solomon, pero dado que sabía cosas de el que hicieron que perdiera la confianza en el, decidió no tomar un sólo sorbo, sino que únicamente mojó sus labios con el contenido de la misma, para luego secarse con un pañuelo y seguir diciendo:
-Me equivoqué, puesto que sí sé algo más... Esa Nia... Ha mentido, puesto que Samantha no se había acostado con ese hombre como solían decir por ahí- Lydia dejó la copa en el piso a la misma altura de la pata de la silla donde estaba sentada y siguió- Eso si ha sido un rumor como yo te dije en un principio... Pero creo que lo peor para tí viene ahora- Lydia supiró y entrelazó sus manos para apoyar su barbilla en ellas, dejando que sus negros cabellos calleran de momento sobre sus ojos tapándolos un poco a la vista de Solomon, sólo para esconder la alegría que se instalaba en sus ojos al pensar en que su prima era feliz.- Se ha casado y hasta donde sé no piensa regresar a este lugar.
-Y bien pensado se lo tiene puesto que venir acá sería como pedir que la llevarn derechito al lago estigia sólo para caer por el barco y caer en los infiernos.
Off
Narro/Hablo/ Pienso
-Dichosos los ojos que te ven Solomon, y dichosa el alma que está frente a tí- dijo en tono monocorde sorprendiéndose ella misma, mientras se sentaba en los asientos que habían traído los sirvientes de la villa, para luego pensar detenidamente cómo debía actuar con su primo si quería apelar por Samantha, para que no quedara peor de lo que ya estaba; aunque personalmente no consideraba que Solomon fuera quien para juzgar a los demás, puesto que el no es precisamente un ícono de nobleza y justicia, y hata cierto punto le molestaba que el actuara como juez, pero si quería que Samantha tuviera tiempo de huir debía ponerse en un plan pasivo, para evitar provocar la ira de su primo. -Cabezas? Rodar? Sé de una que está frente a mi y que tiene que rodar primero que la de los demás.
-Yo primo? Te digo que sólo sé estrictamente lo que sabe mi primo Richard, ya que el y yo acabamos de venir de ver a Samantha no es así?- Dijo Lydia mirando a su primo de forma inexpresiva, puesto que ahora sí tenía una gran preocupación por su prima, y bien sabido era por ella, que no podía meterse demasiado en ese asunto, y menos aún lograr poner algún impedimento para el castigo de su prima, sin embargo nada perdía con intentar, eso lo sabía más que nadie.
Lydia tomó la copa de plata que le ofrecieron los sirvientes de Solomon, pero dado que sabía cosas de el que hicieron que perdiera la confianza en el, decidió no tomar un sólo sorbo, sino que únicamente mojó sus labios con el contenido de la misma, para luego secarse con un pañuelo y seguir diciendo:
-Me equivoqué, puesto que sí sé algo más... Esa Nia... Ha mentido, puesto que Samantha no se había acostado con ese hombre como solían decir por ahí- Lydia dejó la copa en el piso a la misma altura de la pata de la silla donde estaba sentada y siguió- Eso si ha sido un rumor como yo te dije en un principio... Pero creo que lo peor para tí viene ahora- Lydia supiró y entrelazó sus manos para apoyar su barbilla en ellas, dejando que sus negros cabellos calleran de momento sobre sus ojos tapándolos un poco a la vista de Solomon, sólo para esconder la alegría que se instalaba en sus ojos al pensar en que su prima era feliz.- Se ha casado y hasta donde sé no piensa regresar a este lugar.
-Y bien pensado se lo tiene puesto que venir acá sería como pedir que la llevarn derechito al lago estigia sólo para caer por el barco y caer en los infiernos.
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Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
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Re: Villa Adriana
Continuaba mi travesía por aquellos pasillos a mi lado Lydia, mi prima, mi contrincante en aspectos éticos y personales, aquella con la cual había tenido discusiones hace unos instantes, se encontraba a mi lado, hasta que pude divisar entre las sombras un poco de luz solar hacia visible a mi hermano, aquel ser que desde la muerte de nuestro padre el ha sido no solo el mayor si no el Pater que nos hizo falta pero que ya a aquellas instancias no necesitaba, me quede estático, observando sus movimientos como siempre, analizando sus movimientos, el muchas veces era un misterio, sin embargo, entre hermanos o entre Samantha, Solomon y yo, poco era lo que no sabíamos, un abismo nos separaba, pero los secretos no debían ser llamados como tales, se dirigió hacia nosotros y sus palabras escuche, di unos pasos hacia delante hasta quedar frente a el, una silla colocaron los sirvientes y una copa con vino en mi mano derecha, a mi lado otra silla, para Lydia, antes de sentarme escuche nuevamente el pronunciamiento de Solomon que prácticamente era una afirmación, lo mire, di un respiró, espabile y asentí con la cabeza, de pronto Lydia comenzó a hablar, la verdad me no me sorprendía, pero quería ser yo mismo quien hablase de aquellos asuntos primero,
Como muchas veces, no te equivocas hermano, pero primero, que bueno que ya estés de regreso en la villa, todo lo que has escuchado de Samantha como siempre son falsas y otra es verídica, empecemos por el primer rumor que solo se esparció por nuestra villa y la de nuestros primos, Samantha si estuvo con aquel senador, Alucard, pero solo hablando ya que el vino ha buscarte y tu no estabas, pero eso ya no es problema yo mismo me he encargado de quienes han comentado esos rumores y como veras hay personal nuevo en casi todas las villas, las cabezas han rodado ya, tome un sorbo de aquel vino exquisito y di un respiro, Lydia ha mentido y yo también, pero bueno ese asunto ya lo arregle ajajá, igual ya no se puede hacer nada con eso y será mejor que Solomon continúe creyendo que es una mentira, no me sorprendía en lo mas mínimo que Solomon estuviese enterado de algunos acontecimientos, mas estaba casi seguro que mis siguientes palabras no le darían gusto ni mucho menos tenia la información, o por lo menos no completa.
El otro asunto es que Samantha como te ha dicho ahora mismo Lydia, pero, lo ha hecho a nuestras espaldas, había salido hacia la villa de nuestro primo Fye y mientras yo estaba esperándola a ella y a ti también, me llegaron rumores de su casamiento, de inmediato fui a cerciorarme y a detener aquellos actos pero llegue tarde, sin informarnos ha cometido tal acto que no es grave el hecho de casarse si no las condiciones en las cuales lo ha hecho, ha mancillado su honor, su nombre, nuestro apellido y todo por ese senador, además sin el consentimiento tuyo que eres como nuestro Pater, las leyes condenan esa unión, pero eso ya lo sabes, y Lydia es cierto que solo sabe lo mismo que yo, ella también ha ido a la villa de Alucard pero aunque tenemos opiniones diferentes de los actos de Samantha se ha mantenido en una posición neutral y de observadora, como debe ser, sobre todo que me quería hasta arrojar del carruaje por mis palabras, pero bueno eso ya no tiene relevancia, luego de decir aquellas palabras volví a silenciarme mientras tomaba mas vino y esperaba la reacción de Solomon.
Como muchas veces, no te equivocas hermano, pero primero, que bueno que ya estés de regreso en la villa, todo lo que has escuchado de Samantha como siempre son falsas y otra es verídica, empecemos por el primer rumor que solo se esparció por nuestra villa y la de nuestros primos, Samantha si estuvo con aquel senador, Alucard, pero solo hablando ya que el vino ha buscarte y tu no estabas, pero eso ya no es problema yo mismo me he encargado de quienes han comentado esos rumores y como veras hay personal nuevo en casi todas las villas, las cabezas han rodado ya, tome un sorbo de aquel vino exquisito y di un respiro, Lydia ha mentido y yo también, pero bueno ese asunto ya lo arregle ajajá, igual ya no se puede hacer nada con eso y será mejor que Solomon continúe creyendo que es una mentira, no me sorprendía en lo mas mínimo que Solomon estuviese enterado de algunos acontecimientos, mas estaba casi seguro que mis siguientes palabras no le darían gusto ni mucho menos tenia la información, o por lo menos no completa.
El otro asunto es que Samantha como te ha dicho ahora mismo Lydia, pero, lo ha hecho a nuestras espaldas, había salido hacia la villa de nuestro primo Fye y mientras yo estaba esperándola a ella y a ti también, me llegaron rumores de su casamiento, de inmediato fui a cerciorarme y a detener aquellos actos pero llegue tarde, sin informarnos ha cometido tal acto que no es grave el hecho de casarse si no las condiciones en las cuales lo ha hecho, ha mancillado su honor, su nombre, nuestro apellido y todo por ese senador, además sin el consentimiento tuyo que eres como nuestro Pater, las leyes condenan esa unión, pero eso ya lo sabes, y Lydia es cierto que solo sabe lo mismo que yo, ella también ha ido a la villa de Alucard pero aunque tenemos opiniones diferentes de los actos de Samantha se ha mantenido en una posición neutral y de observadora, como debe ser, sobre todo que me quería hasta arrojar del carruaje por mis palabras, pero bueno eso ya no tiene relevancia, luego de decir aquellas palabras volví a silenciarme mientras tomaba mas vino y esperaba la reacción de Solomon.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Villa Adriana
Todo yacía igual, el sol, el viento, los tulipanes, los peces, la muerte, todo se mantenía quieto y estable, poco o nada se percibía del avance del tiempo que incesante lucha por cambiar todo. El rostro de aquel joven de cabellera dorada no resultaba ser la excepción, su majestuoso porte no decaía ante las palabras que cada pariente suyo le daba en determinado momento.
Pero que sentido tenia lo que decían, para él, nada, solo balbuceos incomprensibles, los hechos que le eran narrados le parecían absurdos y hasta ridículos, pero ocultaba perfectamente estos sentimientos, su faz nunca estuvo más ecuánime, quizás, la impresión le había llevado a esto, un shock, un golpe restregado en su cara con el peso de una pared de granito.
Richard y Lydia, su hermano y prima, ambos daban a conocer su verdad, más no era toda, Solomon lo denoto, pero subconscientemente pasaba esto de lado, lo olvidaba para centrarse solo en lo que decían. Deseaba ser engañado.
Así…que eso paso…
Levanto pausadamente la copa plateada para llevar el líquido que guardaba a su interior, paladeando a cada segundo aquella esencia de la vid, era dulce en su boca y amarga en su garganta. Acabo de un solo sorbo el vino para luego depositarlo mecánicamente por sobre el apoyo del mueble donde estaba sentado. Veía a ambos frente suyo como pensativo aunque su resolución ya estaba tomada.
Comprendo…
Finalizo con la voz templada mientras entrelazaba sus dedos poniéndolos por frente suyo en señal de resolución, no parecía molesto, ni conmocionado aparentemente.
Lydia, comprenderás bien que este acto es una rebelión contra nuestra familia, eso te incluye…nuestro deber es intervenir inmediatamente de forma justa y lógica.
Sus ojos luminosos comenzaron a tambalearse, a perder ligeramente la compostura para luego ser repuestos inmediatamente, Solomon se guardaba para si la tristeza que aquella humillación significara, la piedad para su hermana era de momento imposible de brindar, más deseaba darle una ultima oportunidad.
Richard, en este caso el escándalo será lo primero en impedirse, has ido a ver a Samantha? No podemos permitir que esto crezca a niveles insospechados que atenten contra la honorabilidad de nuestra casa y la de los demás parientes.
Pero que sentido tenia lo que decían, para él, nada, solo balbuceos incomprensibles, los hechos que le eran narrados le parecían absurdos y hasta ridículos, pero ocultaba perfectamente estos sentimientos, su faz nunca estuvo más ecuánime, quizás, la impresión le había llevado a esto, un shock, un golpe restregado en su cara con el peso de una pared de granito.
Richard y Lydia, su hermano y prima, ambos daban a conocer su verdad, más no era toda, Solomon lo denoto, pero subconscientemente pasaba esto de lado, lo olvidaba para centrarse solo en lo que decían. Deseaba ser engañado.
Así…que eso paso…
Levanto pausadamente la copa plateada para llevar el líquido que guardaba a su interior, paladeando a cada segundo aquella esencia de la vid, era dulce en su boca y amarga en su garganta. Acabo de un solo sorbo el vino para luego depositarlo mecánicamente por sobre el apoyo del mueble donde estaba sentado. Veía a ambos frente suyo como pensativo aunque su resolución ya estaba tomada.
Comprendo…
Finalizo con la voz templada mientras entrelazaba sus dedos poniéndolos por frente suyo en señal de resolución, no parecía molesto, ni conmocionado aparentemente.
Lydia, comprenderás bien que este acto es una rebelión contra nuestra familia, eso te incluye…nuestro deber es intervenir inmediatamente de forma justa y lógica.
Sus ojos luminosos comenzaron a tambalearse, a perder ligeramente la compostura para luego ser repuestos inmediatamente, Solomon se guardaba para si la tristeza que aquella humillación significara, la piedad para su hermana era de momento imposible de brindar, más deseaba darle una ultima oportunidad.
Richard, en este caso el escándalo será lo primero en impedirse, has ido a ver a Samantha? No podemos permitir que esto crezca a niveles insospechados que atenten contra la honorabilidad de nuestra casa y la de los demás parientes.
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Re: Villa Adriana
Y sus pasos firmes, resonaban entre los pasillos enormes de la villa Adriana, ecos era lo único que se extendían entre el ambiente tenso, Samantha relamía sus labios como signo de nerviosismo, pues frente a la entada a la sala principal ya estaba, percatándose que tres sombras yacían murmullando para su conveniencia, surcando una sonrisa esta reposaba su diestra en la puerta, tomando profundamente aire, para así, poder adentrarse, pero algo le detuvo… un dialogo proveniente de su hermano Solomon, el cual, remarcaba su nombre con algo de enojo, esta se detuvo y simplemente bajo sus hombros dejando atrás el estrés que generaba un supuesto final, el cual, imaginaba a cada segundo; tronando su cuello de lado a lado simplemente Samantha empujó la puerta y así fue como se presento, recargando su cuerpo ene el costado de la entrada esta se cruzo de pernas y brazos, mirando que ahí estaba tanto Salomon como Lydia y Richard, remarcando su sonrisa carente de emociones eta dijo con sarcasmo:
-¿Acaso me hablaban?… pues ya estoy aquí, mis queridos familiares, no me esconde en la oscuridad, para vivir efímeramente una mentira (fijando su mirada petulante en la de Salomon)… o simplemente me encierro en un cuarto par distraerme ( girando su rostro y posando su mirada llena de discordia en la de Richard)… ya estoy aquí para enfrentarme a las acciones, pero tan solo digo que no tengo el suficiente tiempo para escucharles minuciosamente, así que hablen o griten… o como quieran, que yo tan solo vengo en si a traer un objeto apreciado para mi antes de salir de viaje, ustedes están en segundo plano mis queridos hermanos.
Y adentrándose en la habitación, Samantha azotaba la puerta y se quedaba parada esperando alguna respuesta por parte de los presentes, su tiempo estaba contado, y estar a lado de aquello hombres que ya no les consideraba nada, simplemente cerro sus ojos y espero impacientemente.
-¿Acaso me hablaban?… pues ya estoy aquí, mis queridos familiares, no me esconde en la oscuridad, para vivir efímeramente una mentira (fijando su mirada petulante en la de Salomon)… o simplemente me encierro en un cuarto par distraerme ( girando su rostro y posando su mirada llena de discordia en la de Richard)… ya estoy aquí para enfrentarme a las acciones, pero tan solo digo que no tengo el suficiente tiempo para escucharles minuciosamente, así que hablen o griten… o como quieran, que yo tan solo vengo en si a traer un objeto apreciado para mi antes de salir de viaje, ustedes están en segundo plano mis queridos hermanos.
Y adentrándose en la habitación, Samantha azotaba la puerta y se quedaba parada esperando alguna respuesta por parte de los presentes, su tiempo estaba contado, y estar a lado de aquello hombres que ya no les consideraba nada, simplemente cerro sus ojos y espero impacientemente.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
Mientras esperaba una reacción por parte de mi hermano, el silencio de aquel lugar era amenazado por pasos cuyos ecos resonaban por toda la habitación, el sonido era fuerte , profundo y lleno de firmeza, alguien se acercaba con gran rapidez y con gran imponencia, gire mi rostro y allí estaba, Samantha, aquella ala que le había gritado tantas cosas en la villa, aquella de quien en aquellos momentos tenia vergüenza, sus palabras eran llenas de sarcasmos he ironías, su mirada no solo era, fuerte, penetrante si no también era desafiante, aquella vista solo la había alcanzado a ver en ella pocas veces y en mi ser cada vez que me miraba a un espejo, solo la mire y una riza pequeña que mantenía ira y satisfacción dibujaban mis labios mientras sorbía un poco de mi vino, la mire fijo y aparte la copa, aquella estaba imponente, estaba desafiante en aquellos instantes.
¿Crees que por decir esas palabras voy a retractarme?, sabes muy bien que te equivocas, además ya te dije lo que te tenia que decir allá en la villa, tu villa, Samantha, Samantha, siempre has tenido lo que has deseado, no te hemos cohibido de nada ni mucho menos de la posibilidad de casarte, pero tus acciones han repercutido o pueden repercutir en nosotros, ¿crees que el amor es un motivo suficiente para darnos la espalda?, no lo digo tanto por Solomon, mire a mi hermano, eso lo sabes y no debo ser hipócrita con mi sentir, yo, tu hermano, tu mellizo, tu igual no solo físico, a estas alturas me da vergüenza llamarte hermana, eres una persona que has tomado una decisión, a la ligera solo por huir de un dolor te refugias en el seno de un hombre, solo ella entendería mis siguientes palabras ¿crees que no sentí tus pisadas?, tu aroma, tu presencia que aun estando en oscuridad yo siempre te encontraba, no seas ingenia, si te sentí, pero en vez de afrontar las ocas como siempre, esta vez haz salido huyendo, de todo y todos, no enfrentando las consecuencias de tus actos, y no me habías dado la cara y en la villa ni siquiera quistes hablar con migo, como si a mi no me hubiese dolido que ella estuviese con Alucard y en un balcón, luego de aquellas palabras, calle y solo quede observando a Samantha, esto se estaba tornando entro nosotros dos, sin embargo, no negaría la participación de Lydia o Solomon.
¿Crees que por decir esas palabras voy a retractarme?, sabes muy bien que te equivocas, además ya te dije lo que te tenia que decir allá en la villa, tu villa, Samantha, Samantha, siempre has tenido lo que has deseado, no te hemos cohibido de nada ni mucho menos de la posibilidad de casarte, pero tus acciones han repercutido o pueden repercutir en nosotros, ¿crees que el amor es un motivo suficiente para darnos la espalda?, no lo digo tanto por Solomon, mire a mi hermano, eso lo sabes y no debo ser hipócrita con mi sentir, yo, tu hermano, tu mellizo, tu igual no solo físico, a estas alturas me da vergüenza llamarte hermana, eres una persona que has tomado una decisión, a la ligera solo por huir de un dolor te refugias en el seno de un hombre, solo ella entendería mis siguientes palabras ¿crees que no sentí tus pisadas?, tu aroma, tu presencia que aun estando en oscuridad yo siempre te encontraba, no seas ingenia, si te sentí, pero en vez de afrontar las ocas como siempre, esta vez haz salido huyendo, de todo y todos, no enfrentando las consecuencias de tus actos, y no me habías dado la cara y en la villa ni siquiera quistes hablar con migo, como si a mi no me hubiese dolido que ella estuviese con Alucard y en un balcón, luego de aquellas palabras, calle y solo quede observando a Samantha, esto se estaba tornando entro nosotros dos, sin embargo, no negaría la participación de Lydia o Solomon.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Villa Adriana
Richard hablaba hasta por lo coros tal parecía que quería desahogarse por tal pesada situación, generando que Samantha simplemente le mirara despectivamente, mientras surcaba una sonrisa irónica y cruzaba sus brazos, para tan solo esperar con indiferencia en sus ojos a que aquel acabará su refute estúpido, los minutos pasaron y su vos ya era algo desaprensaste, suspirando Samantha estaba para así, no estallar en rabia y lanzarse en contra de su hermano al golpes y bofetadas, pero todo aquello culmino cuando este término su patético dialogo , a lo que sonriendo Samantha ,levemente refuto:
-¿Terminaste?… no te estoy pidiendo que te retractes porque simplemente no me interesan tus palabras vacías, al diablo de esperar apoyo de tu parte Richard, no sé ni quién eres, me reclamas demasiado, ¿pero y tú qué? ¿ Apoco ya se te óvido lo de Cassie?… así que no me vengas con cuestiones de moral, que simplemente quise ser feliz por un momento en mi vida… ¿el amor… motivo suficiente para darles las espalda?… jajajaja… No simplemente quise desviar la atención a mí… Pues ya se comenzado a desparramar el amorío de nuestro hermano Solomon con la emperatriz Diva… nuestra familia esta cayendo en un denigre y no nada más por uno, aquí el que empezó todo esto, fue nuestro hermano Solomon, solamente yo quise casarme, hacer una familia y vivir con humildad, mas sin embargo ustedes no lo entienden… y no me vengas con el clásico del huir pues no lo hice, aquí esto, enfrentándome a vosotros pues se que lo que hice no tiene perdón, pero no me importa lo que tu digas Richard para mí ni conocido eres, así que cállate que aquí solamente con mi hermano debo de hablar y afrontar mi regaño… vete de mujeriego que eso a ti te queda bien… maldito hipócrita romano… yo contigo no tenía ni tengo nada que hablar, aquí solamente Solomon tiene que saber todo… solo te digo que tú me provocas asco, y más a saber que comparto rostro con algo como tu… cállate de una vez por todas… que no tienes ningún derecho aquí…
Dándole la espalda pues estaba demasiada molesta Samantha , aquello que había dicho fue sin pensar pero él no tenía derecho de refutar su felicidad, no venía a verlo a él, su amor se había muerto desde el momento que noto que no le correspondería de la manera que ella quería, tranquilizando la cólera de su espirito, esta se acerca a Solomon le mira y dice:
-Aquí esto senador Solomo, vengo a defender el poco honor que me queda y el amor que tengo hacia mi amado Alucard, y un perdón a vuestro ojos, pues se que lo que hice fue precipitado y muy oriente a su espíritu, así que estoy dispuesta a escuchar vuestras palabras… sabéis muy ben hermano como soy con vos, a usted le respeto, pero esta vez quise volar por mi misma…
-¿Terminaste?… no te estoy pidiendo que te retractes porque simplemente no me interesan tus palabras vacías, al diablo de esperar apoyo de tu parte Richard, no sé ni quién eres, me reclamas demasiado, ¿pero y tú qué? ¿ Apoco ya se te óvido lo de Cassie?… así que no me vengas con cuestiones de moral, que simplemente quise ser feliz por un momento en mi vida… ¿el amor… motivo suficiente para darles las espalda?… jajajaja… No simplemente quise desviar la atención a mí… Pues ya se comenzado a desparramar el amorío de nuestro hermano Solomon con la emperatriz Diva… nuestra familia esta cayendo en un denigre y no nada más por uno, aquí el que empezó todo esto, fue nuestro hermano Solomon, solamente yo quise casarme, hacer una familia y vivir con humildad, mas sin embargo ustedes no lo entienden… y no me vengas con el clásico del huir pues no lo hice, aquí esto, enfrentándome a vosotros pues se que lo que hice no tiene perdón, pero no me importa lo que tu digas Richard para mí ni conocido eres, así que cállate que aquí solamente con mi hermano debo de hablar y afrontar mi regaño… vete de mujeriego que eso a ti te queda bien… maldito hipócrita romano… yo contigo no tenía ni tengo nada que hablar, aquí solamente Solomon tiene que saber todo… solo te digo que tú me provocas asco, y más a saber que comparto rostro con algo como tu… cállate de una vez por todas… que no tienes ningún derecho aquí…
Dándole la espalda pues estaba demasiada molesta Samantha , aquello que había dicho fue sin pensar pero él no tenía derecho de refutar su felicidad, no venía a verlo a él, su amor se había muerto desde el momento que noto que no le correspondería de la manera que ella quería, tranquilizando la cólera de su espirito, esta se acerca a Solomon le mira y dice:
-Aquí esto senador Solomo, vengo a defender el poco honor que me queda y el amor que tengo hacia mi amado Alucard, y un perdón a vuestro ojos, pues se que lo que hice fue precipitado y muy oriente a su espíritu, así que estoy dispuesta a escuchar vuestras palabras… sabéis muy ben hermano como soy con vos, a usted le respeto, pero esta vez quise volar por mi misma…
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
Lydia escuchó las palabras del senador Solomon, su más querido primo y el hombre al que a pesar de lo que sabía le resultaba difícil dejar de querer. Claro todo lo que hablaba hacía pensar que el era un hombre justo muy capacitado en concreto para castigar los actos impuros que podrían tener los miembros de su familia, sin embargo ella sabía que en el fondo el no tenía nada que reclamar a nadie; todo iba bien, palabras iban y venían de un lado a otro como si estuvieran perdidas o faltas de algún horizonte, era eso, o es que simplemente ella había perdido los suyos. No se podía determinar.
-Solomon querido primo creo que tú no comprendes... Y si fuera tú me marcharía antes que se me haga un juicio por traición, ya que el rumor de tus romances con Diva están próximos a saberse, eso si es que Samantha no los hizo regar ya de una vez.
Lydia acarició cada una de esas palabras en sus pensamientos, tratando de determinar cuanto se habría tardado ya Samantha para hacer regar ese rumor, ella sabía que con aquella sugerencia su prima había hecho arder toda esa villa sólo con ese rumor, que bien sabía ella correría por toda Roma para su deleite. Lejos de ponerse a peder el tiempo tratando de contradecir a su primo en lo que estaba diciendo, la princesa de los cabellos negros se ocupó específicamente de pensar la manera de tratar de apelar a la piedad de Solomon, puesto que el asunto no era con ella, o por lo menos eso pensaba; las palabras de su primo tenían un significado, entre líneas le estaba diciendo que sabía de antemano que ella tenía alguna participación en el asunto, o que ella como familiar debía estar de acuerdo con lo que se dispusiera en ese lugar, sin embargo fuera cual fuera la opción ella estaba implicada y no iba a salir bien parada si no se ponía atenta en el asunto.
Pasados los segundos Lydia miró fijamente a su primo Richard y suspirando se puso de pie haciendo otra vez que ese perfume de sándalo se escapara de sus cabellos e inundara toda la habitación; si bien era cierto ella no se había pronunciado acerca del asunto, era tiempo ya de que empezara a decir unas cuantas cosas sin tratar de hacer que su prima se perjudicara más. Muy pronto los labios de la princesa se abrieron pues iba a ya a comenzar su repertorio, sin embargo Samantha irrumpió en el lugar para decir unas cuantas verdades, que bien podrían terminar de mancillar el nombre de la familia.
-Valla... Siempre es un gusto verte prima, gracias por demostrar tu falta de educación pasando del saludo que deberías darme, cosas como estas hacen que me pregunte ¿Qué hago yo intentando ayudarte o tratando de hacer que el nombre de la familia no quede ya en el suelo por tu proceder?- Dijo la princesa con un aire de petulancia bastante grande, pues tenía que dar a entender que lo que ella iba a decir no era precisamente por un favoritismo hacia ella, y esperaba que su prima luego no le fuera a reclamar tampoco, porque ya veía venir un reclamo por parte de uno de los hermanos.- La verdad prima debería quemarte en la hoguera por guardar tanto tiempo estos secretos a mi padre y a mí, pero ya te daré un castigo yo sola por aquello... A mí no se me olvidan las cosas.
-Solomon antes que irrumpas en gritos como lo ha hecho ya mi querido Richard- Lydia miró al mellizo de Samanta y continuó- Déjame decirte que la acusación que está lanzando Samantha sobre tí es muy grave, el castigo mínimo por esto que se considera traición contra el emperador es bastante... Cómo decirlo... Feo, o más bien vergonzoso- Lydia se acomodó el vestido y siguió diciendo- El senado bien podría condenarlos a tí y a Diva a la hoguera, o si no al decapitamiento, encierro, horca, como sea toda serie de castigos bellísimos que me gustaría presenciar... Sin embargo sólo piénsalo por un segundo...
-Bueno trata si es que se puede y todavía no estás contaminado por el perfume de la ramera... Digo de la emperatriz Diva que no te deja pensar querido primo Solomon.
-Qué muchacha se casaría y al fin sentaría cabeza si no viniera de una familia noble, con unos hermanos igualmente honestos y recatados? ¿Acaso el senado osaría acusarte abiertamente y armarte un juicio teniendo por parte de Samanta esta muestra de que todo lo que se piensa de tí por estos rumores fuera lo contrario? Aunque la verdad fuera otra estoy segura que el senado descartaría esos rumores y no escucharía a los testigos sólo por la evidencia de Samantha. No estoy defendiéndola porque creo yo que ella tiene conocimiento de que no estoy de acuerdo por obvias razones, sin embargo ya con eso está siendo de gran ayuda, para no hacerles perder más el honor..- La princesa de Roma guardó silencio y suspiró mientras trataba de pensar con la cabeza fría, puesto que sabía bien que si se le pedía que diera alguna resolución en el asunto ella se vería obligada como mínimo a mandar a encarcerlar a los tres que estaban ahí, quemar la villa entera y acusarlos ante el senado de traición; cosa que por un lado le llamaba la atención, pero por otro lado, un lado más dulce y amable no podía hacer, puesto que aún amaba a Solomon de esa manera tan irracional y sus primos por muy tontos que fueran no dejaban de ser eso. Sus primos.
-Bueno con eso creo que está más que entendido cual es mi posición en el asunto, que aunque mi querido primo Richard ha pensado que es neutral, no lo parece ya cuando doy mi opinión. ¡Pero bueno! Tú eres el hermano mayor, y eres tú quien debe tomar las resoluciones pertinentes en este caso, y no yo.
Una vez que Lydia dijo esto otra vez tomó asiento para mirar fijamente a su prima, quien apenas pudo se tranquilizó y se puso a mirar fijamente a su hermano el senador Solomon. Posiblemente iba a haber una gran pelea por parte de ambos, pero dado el caso esperaba que esto no sucediera; aunque por ahí ella presumía que Solomon trataría de parecer racional y reaccionaría menos irritado que su hermano.- Espero primo que por tu bien no hagas que Samantha salga disparada a esparcir más esos rumores, aunque estoy segura que ya en Villa Crisadia se empezó a regar el veneno; pero si Samantha quiere irá a acusarte al senado, y si no lo hace ella seguro lo hará Alucard... ¿Será un espectáculo digno de ver o no?
-Solomon querido primo creo que tú no comprendes... Y si fuera tú me marcharía antes que se me haga un juicio por traición, ya que el rumor de tus romances con Diva están próximos a saberse, eso si es que Samantha no los hizo regar ya de una vez.
Lydia acarició cada una de esas palabras en sus pensamientos, tratando de determinar cuanto se habría tardado ya Samantha para hacer regar ese rumor, ella sabía que con aquella sugerencia su prima había hecho arder toda esa villa sólo con ese rumor, que bien sabía ella correría por toda Roma para su deleite. Lejos de ponerse a peder el tiempo tratando de contradecir a su primo en lo que estaba diciendo, la princesa de los cabellos negros se ocupó específicamente de pensar la manera de tratar de apelar a la piedad de Solomon, puesto que el asunto no era con ella, o por lo menos eso pensaba; las palabras de su primo tenían un significado, entre líneas le estaba diciendo que sabía de antemano que ella tenía alguna participación en el asunto, o que ella como familiar debía estar de acuerdo con lo que se dispusiera en ese lugar, sin embargo fuera cual fuera la opción ella estaba implicada y no iba a salir bien parada si no se ponía atenta en el asunto.
Pasados los segundos Lydia miró fijamente a su primo Richard y suspirando se puso de pie haciendo otra vez que ese perfume de sándalo se escapara de sus cabellos e inundara toda la habitación; si bien era cierto ella no se había pronunciado acerca del asunto, era tiempo ya de que empezara a decir unas cuantas cosas sin tratar de hacer que su prima se perjudicara más. Muy pronto los labios de la princesa se abrieron pues iba a ya a comenzar su repertorio, sin embargo Samantha irrumpió en el lugar para decir unas cuantas verdades, que bien podrían terminar de mancillar el nombre de la familia.
-Valla... Siempre es un gusto verte prima, gracias por demostrar tu falta de educación pasando del saludo que deberías darme, cosas como estas hacen que me pregunte ¿Qué hago yo intentando ayudarte o tratando de hacer que el nombre de la familia no quede ya en el suelo por tu proceder?- Dijo la princesa con un aire de petulancia bastante grande, pues tenía que dar a entender que lo que ella iba a decir no era precisamente por un favoritismo hacia ella, y esperaba que su prima luego no le fuera a reclamar tampoco, porque ya veía venir un reclamo por parte de uno de los hermanos.- La verdad prima debería quemarte en la hoguera por guardar tanto tiempo estos secretos a mi padre y a mí, pero ya te daré un castigo yo sola por aquello... A mí no se me olvidan las cosas.
-Solomon antes que irrumpas en gritos como lo ha hecho ya mi querido Richard- Lydia miró al mellizo de Samanta y continuó- Déjame decirte que la acusación que está lanzando Samantha sobre tí es muy grave, el castigo mínimo por esto que se considera traición contra el emperador es bastante... Cómo decirlo... Feo, o más bien vergonzoso- Lydia se acomodó el vestido y siguió diciendo- El senado bien podría condenarlos a tí y a Diva a la hoguera, o si no al decapitamiento, encierro, horca, como sea toda serie de castigos bellísimos que me gustaría presenciar... Sin embargo sólo piénsalo por un segundo...
-Bueno trata si es que se puede y todavía no estás contaminado por el perfume de la ramera... Digo de la emperatriz Diva que no te deja pensar querido primo Solomon.
-Qué muchacha se casaría y al fin sentaría cabeza si no viniera de una familia noble, con unos hermanos igualmente honestos y recatados? ¿Acaso el senado osaría acusarte abiertamente y armarte un juicio teniendo por parte de Samanta esta muestra de que todo lo que se piensa de tí por estos rumores fuera lo contrario? Aunque la verdad fuera otra estoy segura que el senado descartaría esos rumores y no escucharía a los testigos sólo por la evidencia de Samantha. No estoy defendiéndola porque creo yo que ella tiene conocimiento de que no estoy de acuerdo por obvias razones, sin embargo ya con eso está siendo de gran ayuda, para no hacerles perder más el honor..- La princesa de Roma guardó silencio y suspiró mientras trataba de pensar con la cabeza fría, puesto que sabía bien que si se le pedía que diera alguna resolución en el asunto ella se vería obligada como mínimo a mandar a encarcerlar a los tres que estaban ahí, quemar la villa entera y acusarlos ante el senado de traición; cosa que por un lado le llamaba la atención, pero por otro lado, un lado más dulce y amable no podía hacer, puesto que aún amaba a Solomon de esa manera tan irracional y sus primos por muy tontos que fueran no dejaban de ser eso. Sus primos.
-Bueno con eso creo que está más que entendido cual es mi posición en el asunto, que aunque mi querido primo Richard ha pensado que es neutral, no lo parece ya cuando doy mi opinión. ¡Pero bueno! Tú eres el hermano mayor, y eres tú quien debe tomar las resoluciones pertinentes en este caso, y no yo.
Una vez que Lydia dijo esto otra vez tomó asiento para mirar fijamente a su prima, quien apenas pudo se tranquilizó y se puso a mirar fijamente a su hermano el senador Solomon. Posiblemente iba a haber una gran pelea por parte de ambos, pero dado el caso esperaba que esto no sucediera; aunque por ahí ella presumía que Solomon trataría de parecer racional y reaccionaría menos irritado que su hermano.- Espero primo que por tu bien no hagas que Samantha salga disparada a esparcir más esos rumores, aunque estoy segura que ya en Villa Crisadia se empezó a regar el veneno; pero si Samantha quiere irá a acusarte al senado, y si no lo hace ella seguro lo hará Alucard... ¿Será un espectáculo digno de ver o no?
Narro/ HABLO/ Pienso
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
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Re: Villa Adriana
Solomon
Lydia
Samantha
------------------------
Tal vez Solomon guardaba un tierno recuerdo de su hermana menor, a pesar de tener bien presente el hecho que aquella niña tuviera mucho que ver en la muerte de su padre, la quería mucho, tanto como a Sophia o a Lydia, pero la imagen guardada en su mente se deshacía ante la presencia de una nueva Samantha, quien aparecía de improviso, inclinada por sobre una de las entradas del bello jardín de Apolo, era una mujer muy distinta a la jovencita que había dejado algunas semanas atrás, su porte era nulo, carecía de la fineza de las mujeres de su rango, totalmente despreocupada con su cuerpo, sus ojos no mostraban dulzura y encanto juvenil, solo llevaban la marca de la arrogancia y la sabiduría que solo las matronas de los más famosos burdeles de Roma tenían.
Esto conmociono en sobremanera al senador quien se mantuvo quieto sin poder dirigir su mirada a los suyos sentados próximos a él, sin embargo, aunque raro pareciera, Richard dejaba su timidez habitual para afrontarla, a su melliza, a quien desde siempre había protegido de todos, incluso del propio Solomon. Le increpaba con la autoridad que solo tendría un amante herido o un gran hermano que desde luego era él para ella. Todo era confuso, Solomon no pudo evitarse preguntarse a si mismo, si Richard y Samantha no hubieran sido alcanzados por la terrible plaga que infecto a Diva, Octavius y Gelum en su ausencia.
Pero la sorpresa no acababa con la sorpresiva inspiración de Richard, la respuesta de Samantha era lo que en verdad dejaba perplejo al senador quien aun yacía sentado con la copa de vino en su mano, su actitud altanera y nada juiciosa comenzaba a sacar a Solomon de aquel pequeño trance, lentamente reaccionaba ante cada acusación brindada por su hermana…
…jajajaja…No simplemente quise desviar la atención a mí… Pues ya se comenzado a desparramar el amorío de nuestro hermano Solomon con la emperatriz Diva… nuestra familia esta cayendo en un denigre y no nada más por uno, aquí el que empezó todo esto, fue nuestro hermano Solomon, solamente yo quise casarme, hacer una familia y vivir con humildad…
La tranquilidad de la villa desaparecía sin remedio, la tensión iba en aumento crítico y la coherencia se perdía a cuentagotas. Solomon debía poner un freno a toda aquel monologo dado por quien consideraba una de las personas más preciadas, no creía que su propia sangre fuera quien intentara derrumbarle, ni siquiera Gelum habría llegado a tanto, ni Fye mismo con su absoluto resentimiento. Quizás su amorío con Diva le obligaría a pagar un costo muy alto, levemente su rostro amable y apaciguado se desvanecía, se volvía serio y poco clemente, tal como el de su difunto padre.
Toda la situación se iría sin control rápidamente, a menos que actuara, pues como veía, Richard y Samantha chocaban con la misma fuerza sin darle a alguno como ganador. Las aves del paraíso que cubrían sus cabezas revoloteaban para dirigirse a áreas más serenas, la bulla producida era inaceptable, más las palabras de su prima quien estaba parada a su lado le inquietaron en sobremanera…
Déjame decirte que la acusación que está lanzando Samantha sobre tí es muy grave, el castigo mínimo por esto que se considera traición contra el emperador es bastante... Cómo decirlo... Feo, o más bien vergonzoso…
Eso despertó la alerta en Solomon quien ya veía frente a él el veredicto del senado, porque lo dicho por Lydia era cierto, la traición era lo mínimo que consideraría su tío al saber la desvergüenza producida por su mujer, y tendría que verse forzado a dar un ejemplo para toda la comunidad romana mandándolos a matar. Pero la impresión de que su prima conociera más de lo que admitía no se hizo esperar al oír detenidamente lo que proseguía.
El senado bien podría condenarlos a tí y a Diva a la hoguera, o si no al decapitamiento, encierro, horca, como sea toda serie de castigos bellísimos que me gustaría presenciar... Sin embargo sólo piénsalo por un segundo...
Tomo aquello ultimo como una advertencia que el mal podría venir perfectamente de otra lugar al que consideraba sagrado, su familia estaba desmoronándose ante sus ojos, veía la historia pasada repetirse nuevamente y lo más insólito era que solo el parecía dar cuenta de aquello. Samantha habría de perder su confianza y Lydia ya estaría por ese camino, solo rogó en su mente que nada enturbiase la calidad de espíritu de su única prima aislada de las malevolencias de la ciudad, Sophia.
Dejo su cáliz por sobre el apoyo y tomo un corto sorbo de su propia saliva para ver con claridad los ojos de su prima, tratando de examinar sus pensamientos, aunque esto fuese imposible, justo en ese instante la voz de quien se decía Samantha llegaba a sus oídos, estaba ya muy cerca, avanzaba dejando de lado al desconsolado Richard para detenerse frente del senador, para brindarle su ultimo argumento.
-Aquí esto senador Solomo, vengo a defender el poco honor que me queda y el amor que tengo hacia mi amado Alucard, y un perdón a vuestro ojos, pues se que lo que hice fue precipitado y muy oriente a su espíritu, así que estoy dispuesta a escuchar vuestras palabras… sabéis muy ben hermano como soy con vos, a usted le respeto, pero esta vez quise volar por mi misma…
Un mutismo escalofriante llego apenas terminada su ultima silaba, no se oía ni siquiera el respiro de los criados y los soldados que atraídos por el chisme comenzaban a rodearles en la periferia de la sala destinada al astro rey quien parecía incluso verles desde el alto cielo. Solomon solo se fijo en aquellos detalles, más no le importo, de inmediato se paro. El viento corrió como alma que lleva el diablo, rodeando a cada personaje que allí yacía, las túnicas y vestidos se mecían elegantemente; Solomon solo permaneció estático algunos segundos viendo a aquella mujer, buscando algún indicio de usurpación o de manipulación, solo los dioses serían testigos que en su corazón buscaba en verdad algo de cordura por parte de su menor. Pero su lógica le decía que no existía.
Plattgthhhh
Un fuerte sonido intercedió en pleno jardín, una sola cachetada que hacía reclinar la figura de Samantha al suelo. Solomon no bajaba su mirada viendo con absoluta frialdad el horizonte que poco antes le había tapado su hermana.
Dices que me respetas!?...así es como lo demuestras Samantha…no solo casándote con el primer infeliz que se te cruza por el camino. Claro que no. Levantando la voz contra tu hermano Richard quien solo ha velado por ti en todos estos años incriminándole sinvergüencería…eso es inaceptable!
El joven camino un par de pasos en dirección de la entrada del jardín, justo por donde había entrado Samantha, lo suficiente como para estar al lado izquierdo suyo, luego bajo su vista para verla con la misma actitud inclemente.
Aquí no existe mayor caradura que tu hermana mía, pues solo a ti se te podría pasar por la mente desposarte a espaldas de los seres que te queremos con demasía. Esto no solo es denigrante, es blasfemo contra nuestra estirpe, contra nuestros padres e incluso contigo misma…
Que hemos hecho nosotros para guardar tanta rabia y celos en tu corazón, tan solo de verte me produce nauseas…con la arrogancia de una vil ramera vienes a acusarme de los más terribles improperios para luego a los pocos minutos decirme que me respetas…
Dejo de verla para pasar a llamar a los guardias de la villa, sin temer antes impactar sus implacables ojos contra los de Lydia y los de su hermano.
Jamás debiste salir de esta villa hermana…solo el tiempo sanara las heridas que has infringido en mi corazón, más no creerás que todo esto quedara así como así…
Los soldados justo llegaban cuando Solomon mando a que dos de ellos se posicionaran a cada lado de la susodicha.
Aquí existe solo un culpable del veneno que cubre tu alma, y ese es aquel senador, pagara con su vida…así es…Alucard será demandado con todo el peso de la ley…y tu…quedaras aquí en villa Adriana imposibilitada de huir, ni de mostrar nuevamente tu rostro en Roma hasta que todo esto se calme…hasta que las mentiras que brotaran de tu boca se disipen por completo…
Guardias acompáñenla a su recamara y cierren todo con llave…
Solomon habría actuado muy distinto si no fuera por lo dicho de parte de Samantha, ahora el rumor de su romance con la emperatriz se esparciría, y todo aquello afectaría a toda la familia, incluyéndola a ella misma, debía actuar con rapidez para evitar un atentado contra él y contra los suyos. Y ya cocinaba la respuesta. Así fue como advirtió a su querida hermana antes que le replicase por última vez.
Es obvio que has perdido la razón, mañana llegara un medico para dictaminar lo mejor para ti…y certificar fehacientemente el aprovechamiento que Alucard tuvo para con una minusválida mental. Adiós…Hermana…de momento solo puedo repudiarte, más buscare al culpable de todo esto.
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Posdata: Cualquier problema que tenga q ver con la ligera manipulación que tome me avisan y la cambio, solo fue para dramatizar la situación^^.Saludos.
Lydia
Samantha
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Tal vez Solomon guardaba un tierno recuerdo de su hermana menor, a pesar de tener bien presente el hecho que aquella niña tuviera mucho que ver en la muerte de su padre, la quería mucho, tanto como a Sophia o a Lydia, pero la imagen guardada en su mente se deshacía ante la presencia de una nueva Samantha, quien aparecía de improviso, inclinada por sobre una de las entradas del bello jardín de Apolo, era una mujer muy distinta a la jovencita que había dejado algunas semanas atrás, su porte era nulo, carecía de la fineza de las mujeres de su rango, totalmente despreocupada con su cuerpo, sus ojos no mostraban dulzura y encanto juvenil, solo llevaban la marca de la arrogancia y la sabiduría que solo las matronas de los más famosos burdeles de Roma tenían.
Esto conmociono en sobremanera al senador quien se mantuvo quieto sin poder dirigir su mirada a los suyos sentados próximos a él, sin embargo, aunque raro pareciera, Richard dejaba su timidez habitual para afrontarla, a su melliza, a quien desde siempre había protegido de todos, incluso del propio Solomon. Le increpaba con la autoridad que solo tendría un amante herido o un gran hermano que desde luego era él para ella. Todo era confuso, Solomon no pudo evitarse preguntarse a si mismo, si Richard y Samantha no hubieran sido alcanzados por la terrible plaga que infecto a Diva, Octavius y Gelum en su ausencia.
Pero la sorpresa no acababa con la sorpresiva inspiración de Richard, la respuesta de Samantha era lo que en verdad dejaba perplejo al senador quien aun yacía sentado con la copa de vino en su mano, su actitud altanera y nada juiciosa comenzaba a sacar a Solomon de aquel pequeño trance, lentamente reaccionaba ante cada acusación brindada por su hermana…
…jajajaja…No simplemente quise desviar la atención a mí… Pues ya se comenzado a desparramar el amorío de nuestro hermano Solomon con la emperatriz Diva… nuestra familia esta cayendo en un denigre y no nada más por uno, aquí el que empezó todo esto, fue nuestro hermano Solomon, solamente yo quise casarme, hacer una familia y vivir con humildad…
La tranquilidad de la villa desaparecía sin remedio, la tensión iba en aumento crítico y la coherencia se perdía a cuentagotas. Solomon debía poner un freno a toda aquel monologo dado por quien consideraba una de las personas más preciadas, no creía que su propia sangre fuera quien intentara derrumbarle, ni siquiera Gelum habría llegado a tanto, ni Fye mismo con su absoluto resentimiento. Quizás su amorío con Diva le obligaría a pagar un costo muy alto, levemente su rostro amable y apaciguado se desvanecía, se volvía serio y poco clemente, tal como el de su difunto padre.
Toda la situación se iría sin control rápidamente, a menos que actuara, pues como veía, Richard y Samantha chocaban con la misma fuerza sin darle a alguno como ganador. Las aves del paraíso que cubrían sus cabezas revoloteaban para dirigirse a áreas más serenas, la bulla producida era inaceptable, más las palabras de su prima quien estaba parada a su lado le inquietaron en sobremanera…
Déjame decirte que la acusación que está lanzando Samantha sobre tí es muy grave, el castigo mínimo por esto que se considera traición contra el emperador es bastante... Cómo decirlo... Feo, o más bien vergonzoso…
Eso despertó la alerta en Solomon quien ya veía frente a él el veredicto del senado, porque lo dicho por Lydia era cierto, la traición era lo mínimo que consideraría su tío al saber la desvergüenza producida por su mujer, y tendría que verse forzado a dar un ejemplo para toda la comunidad romana mandándolos a matar. Pero la impresión de que su prima conociera más de lo que admitía no se hizo esperar al oír detenidamente lo que proseguía.
El senado bien podría condenarlos a tí y a Diva a la hoguera, o si no al decapitamiento, encierro, horca, como sea toda serie de castigos bellísimos que me gustaría presenciar... Sin embargo sólo piénsalo por un segundo...
Tomo aquello ultimo como una advertencia que el mal podría venir perfectamente de otra lugar al que consideraba sagrado, su familia estaba desmoronándose ante sus ojos, veía la historia pasada repetirse nuevamente y lo más insólito era que solo el parecía dar cuenta de aquello. Samantha habría de perder su confianza y Lydia ya estaría por ese camino, solo rogó en su mente que nada enturbiase la calidad de espíritu de su única prima aislada de las malevolencias de la ciudad, Sophia.
Dejo su cáliz por sobre el apoyo y tomo un corto sorbo de su propia saliva para ver con claridad los ojos de su prima, tratando de examinar sus pensamientos, aunque esto fuese imposible, justo en ese instante la voz de quien se decía Samantha llegaba a sus oídos, estaba ya muy cerca, avanzaba dejando de lado al desconsolado Richard para detenerse frente del senador, para brindarle su ultimo argumento.
-Aquí esto senador Solomo, vengo a defender el poco honor que me queda y el amor que tengo hacia mi amado Alucard, y un perdón a vuestro ojos, pues se que lo que hice fue precipitado y muy oriente a su espíritu, así que estoy dispuesta a escuchar vuestras palabras… sabéis muy ben hermano como soy con vos, a usted le respeto, pero esta vez quise volar por mi misma…
Un mutismo escalofriante llego apenas terminada su ultima silaba, no se oía ni siquiera el respiro de los criados y los soldados que atraídos por el chisme comenzaban a rodearles en la periferia de la sala destinada al astro rey quien parecía incluso verles desde el alto cielo. Solomon solo se fijo en aquellos detalles, más no le importo, de inmediato se paro. El viento corrió como alma que lleva el diablo, rodeando a cada personaje que allí yacía, las túnicas y vestidos se mecían elegantemente; Solomon solo permaneció estático algunos segundos viendo a aquella mujer, buscando algún indicio de usurpación o de manipulación, solo los dioses serían testigos que en su corazón buscaba en verdad algo de cordura por parte de su menor. Pero su lógica le decía que no existía.
Plattgthhhh
Un fuerte sonido intercedió en pleno jardín, una sola cachetada que hacía reclinar la figura de Samantha al suelo. Solomon no bajaba su mirada viendo con absoluta frialdad el horizonte que poco antes le había tapado su hermana.
Dices que me respetas!?...así es como lo demuestras Samantha…no solo casándote con el primer infeliz que se te cruza por el camino. Claro que no. Levantando la voz contra tu hermano Richard quien solo ha velado por ti en todos estos años incriminándole sinvergüencería…eso es inaceptable!
El joven camino un par de pasos en dirección de la entrada del jardín, justo por donde había entrado Samantha, lo suficiente como para estar al lado izquierdo suyo, luego bajo su vista para verla con la misma actitud inclemente.
Aquí no existe mayor caradura que tu hermana mía, pues solo a ti se te podría pasar por la mente desposarte a espaldas de los seres que te queremos con demasía. Esto no solo es denigrante, es blasfemo contra nuestra estirpe, contra nuestros padres e incluso contigo misma…
Que hemos hecho nosotros para guardar tanta rabia y celos en tu corazón, tan solo de verte me produce nauseas…con la arrogancia de una vil ramera vienes a acusarme de los más terribles improperios para luego a los pocos minutos decirme que me respetas…
Dejo de verla para pasar a llamar a los guardias de la villa, sin temer antes impactar sus implacables ojos contra los de Lydia y los de su hermano.
Jamás debiste salir de esta villa hermana…solo el tiempo sanara las heridas que has infringido en mi corazón, más no creerás que todo esto quedara así como así…
Los soldados justo llegaban cuando Solomon mando a que dos de ellos se posicionaran a cada lado de la susodicha.
Aquí existe solo un culpable del veneno que cubre tu alma, y ese es aquel senador, pagara con su vida…así es…Alucard será demandado con todo el peso de la ley…y tu…quedaras aquí en villa Adriana imposibilitada de huir, ni de mostrar nuevamente tu rostro en Roma hasta que todo esto se calme…hasta que las mentiras que brotaran de tu boca se disipen por completo…
Guardias acompáñenla a su recamara y cierren todo con llave…
Solomon habría actuado muy distinto si no fuera por lo dicho de parte de Samantha, ahora el rumor de su romance con la emperatriz se esparciría, y todo aquello afectaría a toda la familia, incluyéndola a ella misma, debía actuar con rapidez para evitar un atentado contra él y contra los suyos. Y ya cocinaba la respuesta. Así fue como advirtió a su querida hermana antes que le replicase por última vez.
Es obvio que has perdido la razón, mañana llegara un medico para dictaminar lo mejor para ti…y certificar fehacientemente el aprovechamiento que Alucard tuvo para con una minusválida mental. Adiós…Hermana…de momento solo puedo repudiarte, más buscare al culpable de todo esto.
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Posdata: Cualquier problema que tenga q ver con la ligera manipulación que tome me avisan y la cambio, solo fue para dramatizar la situación^^.Saludos.
Solomon- Dios/a
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Re: Villa Adriana
Lydia observó cada accionar de su primo Solomon, al parecer la piedad no tenía lugar en el corazón de ese hombre, entonces no veía ella porqué habría de mostrar piedad con el igualmente; mientras pensaba esto dos planes vinieron a su cabeza, solo que uno de ellos no le cuadraba muy bien. Le venía mal que su primo tratara tan mal a Samantha y que además dijera que las cosas que estaba diciendo Samantha eran mentiras, cosas que ciertamente contradecían la realidad, porque era bien sabido que Samantha no hablaría si no tuviera pruebras. Además ella sabía que era cierto porque su mismo hermano se lo había dicho, lo había delatado sin pena ni gloria, y lo peor es que no lo hizo con esas verdaderas intensiones, puesto que el presumía era una verdad que Lydia ya conocía. Cosa que no era así.
-Ay Solomon tu intento por negar algo que es tan evidente además de pobre sencillamente me da lástima, no dejas de acusarte y hundirte más con cada cosa que haces. Que distante ha quedado aquel hombre noble, que no tenía nada que ocultar. Esto es lo que ha quedado de aquel hombre bueno y sincero que una vez conocí y del cual me enamoré?
-Solomon mi querido primo, me sorprende que digas que son mentiras esas acusaciones cuando tu mismo hermano me lo ha confirmado en la cara, sin el claro pretender hacerlo- Lydia miró a Richard y puso una mirada fría y penetratante, como si quisiera traspasarlo y romperlo en dos de esa manera, sin embargo sólo duró pocos minutos; ya que la princesa de Roma se estaba solo inclinando para tomar la copa de plata que tenía cerca de la pata de la silla- Sólo me bastó observar las acciones de Richard para saber que lo que me decían los tres testigos sobre el romance que tienes con Diva fuera confirmado, así que no pienses que el fue con el chisme, ni intentes hacerle algo malo, ya que el no tiene la culpa de nada.
La princesa de Roma otra vez observó a su prima, no se creía para nada que ella aguantara ese golpe así por así, y Lydia tampoco quería tolerar que una mujer fuera golpeada en su presencia, sin embargo cosas como esas sucedían y si ella quería ayudar a su prima debía mantenerse al margen, no fuera que luego a ella también la quisieran encerrar, aunque en su caso sería inútil, puesto que ella no tenía el más mínimo deseo de acatar órdenes o encierros por parte de nadie, y en menos de lo que canta un gallo ella saldría descaradamente por la puerta de en frente para marcharse, porque esa era su voluntad y tenía que ser cumplida; solo en esos momentos comprendió que tanto ella como Samantha eran iguales, eran precisamente de la misma naturaleza, y era ese el motivo por el cual se llevaban bien.
-Bueno mi querido primo... Tú ya has tomado tu decisión, y como puedo ver es irrevocable e indiscutible- Lydia miró la copa con deseos de lanzarla contra Solomon y que esta le abriera la frente, pero ya no era una niña y no tenía caso que le lanzara esas cosas tan livianas cuando había alguna silla cerca, pero ciertamente su anorexia y su sub alimentación estaban surtiendo sus efectos y Lydia tenía dolor de cabeza y estaba viendo doble; o era su anorexia, o su falta de sueño aún no se se sabía bien, fuera como fuera tenía que ser como su madre, quien consideraba y le había enseñado que el peor enemigo de una mujer a parte de otra de su mismo género, era un hombre, y si quería tener libertad para actuar o proceder tenía que ser cautelosa, por lo que la violencia la delataría evidentemente.
-Si es así como termina esto entonces creo yo que no tengo nada más que hacer aquí, y como es de día y el sol está ya amenazando con aparecer por completo tengo que aprovechar el tiempo, porque ahora mismo tengo... Cosas que hacer.- Lydia recordó claramente lo que había dicho el acerca de que Samantha había perido la razón y la princesa de ROma no debía perderse la oportunidad de responder a aquello, puesto que estaban los soldados de la villa en ese lugar, quienes eran personas muy elocuentes y con ellos el rumor terminaría por regarse hasta la sobajera, cosa que divertiría mucho a la princesa de Roma, quien como siempre luego se haría la desentendida del asunto.
-Primo Samantha no ha perdido la razón, y mi cordura es indiscutible también, justo el día de hoy se me ocurre que con estos guardias puedo conversar del asunto antes mencionado pero dime... Crees tú que deba hacer eso? Es que mira- Lydia señaló a Samantha- Has decidido encerrar a mi prima, la única mujer con la que puedo hablar de este asunto, y sencillamente... Yo me aburro si no converso con alguien de una noticia tan importante...- Lydia terminó de decir esto y avanzó hasta ponerse frente a su primo de cabellos rubios separada eso sí por Samantha quien ella rogaba; se levantara del piso a darle una lección de hombría a Solomon, quien había demostrado ser capaz de un acto de cobardía bastante grande- Lo que estoy diciendo es que no la encierres querido primo o yo misma te freiré en aceite. Ah! Y si matas a Alucard el mismo plutón vendrá a llevarte, porque yo misma pactaré con su mujer para que te mande al haberno.
Los ojos de la princesa de Roma ahora estaban clavados fijamente en los de Solomon, ahora la presencia de su primo Richard estaba haciendo que ella se sintiera mal, puesto que no quería mostrar ese lado tan feo a un primo que quería tanto y aunque peleara bastante con el, adoraba con un amor que sólo se le tenía a un hermano, cosa que no podría decirse de Solomon, a quien ella había llegado a amar como hombre, y contra quien se vengaría si se le ocurría dejando salir todo su despecho- Bueno mi querido primo... Yo como dije debo hacer cosas importantes... Y el día la verdad no me alcanzará aunque valla con los más veloces caballos, así que tú decides... Puedo irme ya...- Lydia puso un sonrisa un tanto maliciosa y mirando de reojo a los guardias siguió con su diálogo diciendo- O tienes algo que decirme? Porque a mi parecer la charla solo ha sido para mis primos.-Lydia miró a Samantha en el piso y con aire altivo y lleno de orgullo dijo en voz alta para que todos la escucharan- Samantha ponte de pie, puesto que tú eres más que ellos, has demostrado ser una mujer llena de humildad y no tienes nada que esconder, eso te da grandeza y sin importar lo que Solomon valla a decirme después de manifestar esto tengo que decirte que tú eres diez veces más que ellos- Una vez dicho esto una voz que parecía ser la de la misma princesa empezó a susurrarle algo al oído, algo que no entendía por completo, pero que estaba segura tenía que ser dicha y dejada en claro de una buena vez y para siempre- Tú y yo tenemos la misma naturaleza, por lo tanto si yo estoy de pie, tú también debes estarlo... -Una vez dicho esto Lydia se recostó en un pilar y esperó la respuesta de su primo, puesto que no podía irse así no más, ya que era muy posible que el intentara hacer que los guardias le impidieran la salida diciendo que aún tenía que hablar con ella, o diciendo que ella también estaba loca, cosa que ella sabía no era cierto, pero los guardias no, así que aún no debía moverse de ese lugar.
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Re: Villa Adriana
Narración // Dialogo de Samantha // Pensamiento de Samantha// Dialogo de Lydia// Dialogo de Solomon // Dialogo de Eris.
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Las palabras terminaban de salir de aquella garganta, dejando un leve jadeo que envolvía desquiciadamenté el pecho de Samantha, dicha dama, sentía como la adrenalina corría entre sus venas, inundando su ser con el mero propósito de abofetear a alguno de los presentes e imponer su palabra como si fuese una reina, pero todo cambio, cuando una voz fémina se remarco entre la cúpula del jardín, aquel pequeño edifico donde Samantha una vez sonrió con ilusión y pasión; era simplemente la princesa de Roma… su amada prima Lydia, Samantha giro su rostro y escucho su reproche con cautela y mesura. “Valla... Siempre es un gusto verte prima, gracias por demostrar tu falta de educación pasando del saludo que deberías darme” –Generando inevitablemente que el enojo de Samantha aumentara aun mas con aquellas palabras, esas que le lastimaban demasiado su corazón ya herido y a punto de morir, pues lo menos que buscaba era un reclamo de parte de la única, que podía ser su amiga en aquella cúpula, decepcionándose por completo pues ya en ese grado de discusión, reclamar por un mero saludo ya dado anteriormente… simplemente sorprendente… fijo su mirada en Lydia y le siguió escuchando. “Cosas como estas hacen que me pregunte ¿Qué hago yo intentando ayudarte o tratando de hacer que el nombre de la familia no quede ya en el suelo por tu proceder?-Al escuchar eso, Samantha se desmorono por completo dentro de su ser, apenas y le miro, pues la cuestión de Lydia, había matado un poco el orgullo de la juzgada, cerro sus puños, sus ojos color violeta le demostraron a Lydia la ira y el dolor que habían nacido hacia su persona, relamió sus labios y lanzo un poco de aliento, para así, retirar su vista de aquella dama que le había, según para Samantha, herido absolutamente.
Después de algunos segundos de silencio, una vez más procedía Lydia a hablar, ahora queriendo apoyar a su prima Samantha, cosa que para ella, ya no era de su importancia ni aceptación. Seria y callada, Samantha escuchaba sin decir nada, pues por dentro lentamente su alma se desquebrajaba, remarcando dolorosamente la carencia de la estampa de Alucard, para así, apoyarle; generando que recordara él como Alucard le cuestionaba hirientemente ante su partida, algo devastador para su corazón, pero aun así, su exterior demostraba una indiferencia de sentimientos dolorosos, una firmeza y decisión de proceder en aquella incomoda reunión de juzgado, mientras que sus ojos reflejaban un valor abundante, para defendeos hasta con la mera muerte si fuese necesario, la vida de su amado esposo.
Aun parloteaba Lydia, como si su saliva nunca se resecara; el asunto de casamiento, juzgados en el senado, honor y salvación, ya era demasiado hostigarte para los oídos de Samantha, ya deseaba darse la media vuelta y abofetear a la princesa, pero su lado lógico le remarcaba que aquella palabras era para ayudarle un poco más a no quedar tan manchada, ante la vista de su hermano Solomon, por lo que tragando saliva simplemente agradeció:
-Gracias Lydia por comprender la situación, por ver, que mis acciones tontas no fueron para humillar a la familia, pues si Solomon acepta mi casamiento yo misma negare los rumores de su amorío con Diva… pues mi tío, el Emperador de Roma, siempre me ha querido como si fuera su hija.
Después de eso, Samantha acallo, percatándose de reojo como Lydia una vez más tomaba asiento, aun así, dicha mujer, de pelos cortos y azulados, no despegaba la mirada de los ojos de su hermano, que en frente lo tenía cayado, sentado y sosteniendo su copa de vino, pero de la nada este se levantaba, la brisa rezagante se entreveraba entre las vestimentas de aquellos cuerpo yacentes; y por fin frente a frente estaban, centímetros separaban los cuerpos de Solomon y Samantha, cayados sin decir ni hacer nada, queriéndose escudriñar el alma con una simple mirada, no era mucha la diferencia de alturas las que sobraban o faltaban, mas sin embargo el porte que sobresalía con supuesto poderío, era la del hermano mayor de Samantha.
Y el silencio se corto con el simple hecho de ecos, que remarcaban una abrupta cachetada, en un parpadeo Samantha tendida en el suelo estaba, su cuerpo temblaba de dolor inmanente, pues su vientre antes de caer por completo, había azotado primero con el quicio de un pequeño banco de lado derecho, esta se llevaba la surda hacia tal parte de su cuerpo, mientas que con la derecha apenas y se sostenía desgarradoramente en el suelo, para así, tener su torso recto y alzado, su rostro bajado estaba, no quería demostrar que tan potente golpe, había causado la ruptura de su nariz y una cortada en su boca al momento del impacto, con un simple resultado: el sangrar exagerado, que lentamente manchaba la piel de su rostro, para así, caer a borbotones en el suelo y manchar el mármol viejo.
Y las refutaciones, como las comparaciones humillantes e hirientes palabras llegaban por parte de Solomon; Samantha ni podía interrumpirle por el dolor que le embriagaba los sentidos, pero aun así, demasiado fuerte era, pues ya cualquier mujer estaría, o desmayada o gritando de dolor mientras llorara; pero no para aquella orgullosa, simplemente recogió un poco su piernas hacia su abdomen, que se contraía lentamente por el anterior golpe; le escucho con la cabeza aun baja, como si deseara que su muerte llegara con el simple hecho del desangre exagerado, que en aquel momento vivía.
Solomon caminaba escasos pasos, quedando a un costado de la tendida mujer. Samantha le miraba de reojo mientras aun en silencio le escuchaba, cada frase a la que a futuro le refutaría resonantemente; pues aun tenía que recuperar fuerzas tanto en su espíritu como boca. Pero algo le impacto a Samantha, aquel dialogo por parte de Solomon, era sorprendente hasta para aquella abstemia de sentimientos. “Que hemos hecho nosotros para guardar tanta rabia y celos en tu corazón (Samantha en pensamiento contestaba: ¿Tu Solomon?, haber muerto para mi con aquel acto de adulterio… Richard, sea lo que sea, aun guarda una cierta imagen en mi corazón, efímera, pero puede crecer y sobre llevar la situación, pues es mi igual, al fin y a cabo siento que él seguirá a mi lado… Mas sin embargo tu Solomon, sobre pasaste los limites, hiriendo a tus más cercanos seres queridos, nos ignoraste, pues descaradamente tus acciones se rigieron con el libido de tu cuerpo)… “tan solo de verte me produce nauseas” (Jaja… Comparto lo mismo hermano, pero desde ya hace algunos años… pero no puedo juzgarte, es lo más frustrante… al fin y al cabo, yo también tengo culpa de tu decline de moral)… ”con la arrogancia de una vil ramera vienes a acusarme de los más terribles improperios para luego a los pocos minutos decirme que me respetas…” ( ¿Que maldito pedazo de porquería eres tú?… aun descarado niegas todo, ja… ¿compararme con una ramera?… eso díselo a tu amante…).
Solomon guardaba silencio, para así, llamar a unos guardias, si no antes remarcar que para Samantha jamás hubiera salido de los prados de la villa Adriana, recalco que las heridas de su podrido corazón sanarían simplemente con el tiempo, pero que incrédulo era aquel hombre; entre la oscuridad de su escarlata cara, Samantha apenas y alzo con dolencia el lado izquierdo de su boca, como signo de burla, surcando así una sonrisa escuálida, provocando el aumentar de su hemorragia nasal.
Los soldados llegaban poniéndose uno en cada costado de Samantha, esta alzaba los hombros y en silencio trataba de levantarse, cuando Solomon dictaminaba el castigo por sus acciones de querer ser libre, feliz y dejar a un lado las leyes de Roma.
“Aquí existe solo un culpable del veneno que cubre tu alma, y ese es aquel senador, pagara con su vida…así es…Alucard será demandado con todo el peso de la ley” ( Samantha habría los ojos hasta no mas poder, mientras que las lagrimas por fin comenzaban a caer, un sollozar en silenció, combinado aquel caudal de sal y dolor, con la sangre de su interior que manchaba parte de su cara, ese dictaminar dolía mas que la molestia aguda de su abdomen y vientre)…”y tu…quedaras aquí en villa Adriana imposibilitada de huir, ni de mostrar nuevamente tu rostro en Roma hasta que todo esto se calme…hasta que las mentiras que brotaran de tu boca se disipen por completo…”(¿Mentiras?… nada era mentira, pero aquel se jactaba de demostrar su cordura, humillando la lógica de la hermana menor. Samantha no lo podía creer; en ese momento una furia le envolvía, con deseo de cortarle la garganta a Solomon, pero eso era darle una muerte digna a aquel desvergonzado ser mortal, aun así, Samantha no dijo nada para apelar en contra de dictamine de su hermano, el cual, atentaba contra la vida de su amado; pues aun el caos de su corazón le envolvía y le distraía para no desatar en una cólera, para así, cuando fuese el momento preciso atacar con todo, dicha mujer se estaba conteniendo demasiado, eso ya era preocupante)
Solomon ordenaba al par de guardias, el acompañar de Samantha a su aposento, cuarto que aguan vez sirvieron para poder conocer el amor de su vida; ordenando también el encerrarla con llave, como si fuese un animal siendo privado de su derecho de libertad. Pero el miedo en Solomon por fin lo estaba dominando, remarcándolo con su último dialogo, antes de cesar y esperar respuestas. Es obvio que has perdido la razón, mañana llegara un medico para dictaminar lo mejor para ti…y certificar fehacientemente el aprovechamiento que Alucard tuvo para con una minusválida mental. Adiós…Hermana…de momento solo puedo repudiarte, más buscare al culpable de todo esto. (Samantha no puedo aguantar y apenas y se carcajeó al escuchar eso, pues ya le había dado la clave para un buen refute a futuro, el cual, no tardaría mucho en venir, uno que se merecía aquel ingenuo y engreído ser, uno que le aria enmudecer y pedir clemencia ante la amenaza de esa mujer).
Samantha se ahogaba con su propio fluido escarlata, generando que callara su carcajada, simplemente se mantuviera en la misma pose, aun así, notaba como Richard ya no refutaba a nada, hasta ahí se había quedado su hombría, hasta ese punto, donde ya veía su igual tumbada en el suelo, casi muriendo por aquel fatal golpe, en una parte gloriosa e importante para una la dama: su corazón.
Y de la nada Lydia hablaba, recalcando como le sorprendía que Solomon negara sus verdades, Samantha solo escuchaba todas sus palabras, sin alzar el rostro, pues estaba muerta de la vergüenza, no por la indignantes palabras de su hermano mayor, si no por el ser débil y dejarse golpear por aquel hombre.
Lydia hablaba de los testigos, ¿Solo tres?… Samantha surcaba una sonrisa pues ya eran demasiadas personas las que sabían el improperio de su hermano Solomon y si ella no llegaba a la villa de su marido, para antes del atardecer el caos comenzaría contra el honor de su hermano, pues no había sido estúpida para ir a aquel infierno reencarnado, así de esa manera, Tan desprotegida, sin antes maquinar el perfecto plan…pues a Samantha se le conocía por un vasto conocimiento que más que eso, era mañanas muy bien elaboradas y empleadas.
La princesa de roma caminaba entre aquella cúpula linda, del jardín de Apolo, mientras dialogaba que ya su presencia sobraba en esos momentos, pues Solomon había dictaminado el fin de tan abochornada situación, Samantha al escuchar eso, se lleno de odio aun mas, pues no le era razonable que después de comenzar un dialogo de defensa simplemente se lavara las manos y saliera. Ladeo su rostro indignada por tales palabras y aun agachada y tendida estaba, su fuerza lentamente se recuperaba esperando el momento precisó de atacar.
Aun así esta hablaba algo incoherente, como queriéndole amenazar a Solomon, pues mantenía en sus palabras el hecho que al momento de que Samantha fuese encerrada esta se aburriría y comenzaría a hablar por todos lados, temas íntimos como lo era la situación de Solomon y su pensó amorío, una buena táctica pues su hermano mayor no tena poder ante la princesa de roma, Samantha simplemente se carcajeo y siguió escuchando, ya llegaba por fin su momento para hablar.
Y unas cuantas preguntas ironices resonaron por de entre los pilares de aquella zona de desastre sentimental, una orden de parte de Lydia para que dicha mujer caída se levantara y demostrará su valor ante los hombres de su familia, remarcado que ella superior de entre aquellos seres, queriendo darle animo, antes de que Lydia por fin culminara de hablar, quedando inconcluso esa ultima palabras de su prima *el pertenecer a la misma naturaleza* aquello le extraño por meros segundos pero no refuto, Lydia se calmaba y se recargaba delicadamente para no lastimarse en una pilastra que daba ya hacia la salida, dejando así su perfume de sándalo, como único avivado en la estampa de aquella dramatización, perfecto espectáculo para los dioses.
Los segundos se tornaron en un mutismo incomodo, solo a lo lejos se escuchaba el cantar de las golondrinas de aquellos majestuosos prados, Samantha relamía y tragaba la sangre de si cara, por fin lentamente se paraba, costosamente, quedando en medio de los soldados, dando un paso hacia adelante esquivando el pisar de su propia sangre, que yacía desparramad en el suelo, esta costosamente se dio la media vuelta, fijando su mirada en Richard, que viera como esta por culpa de Solomon, aun la poca sangre que no coagulaba se resbalaba por su terso y lizo cuello, dejando así unas pequeñas y finas garras de dicho plasma dibujadas; parte del escote de su vestido de bodas manchado estaba, antes blanco y ahora escarlata.
Su mirada se torno dolorosa y llena de decepción, pues Richard le había traicionado aquel pacto que de niños habían sellado, con descaro lo había dejado atrás entre los recuerdos muertos de su niñez, aquel pacto que decía que aunque los mellizos estuviesen envueltos en una rencilla, siempre protegerán el uno al oro ante los golpes de terceros, pues simplemente los que tenían el derecho de alzar la mano eran ellos mismos, moviendo su rostro negativamente, cerro sus ojos dejando escapar unas cuantas lagrimas que se perdían entre el rubor de su rostro manchado. Después fijo su mirada en la de su prima Lydia y dijo:
-Gracias Lydia (ladeando su rostro hacia la estampa de Solomo)… quisiera que eso mismo penaran mis hermanos de mi, pero… no fue así, me sorprende que descarado e ha vuelto el senador, como negar aquello, solamente lo reduzco que es por miedo, hasta lo esclavos vale más a un lado de el… de aquel hombre que alguna vez fue digno de admirad y seguir, de aquel senador rudo y lleno de valores, a cual, nadie negaba acatar, pero solo esa estampa duro nada, pues su verdadero rostro hipócrita broto con el llegar Diva a su vida, maldigo ese día, maldigo ser hermana de un traidor de Roma y aun mas maldigo en haberme casado, para así, darle el gusto a aquel hombre de rubios cabellos de darse su papel de santo.
Samantha camino y dejo a tras a los soldados, que aun le respetaban un poco, sobrepasando la autoridad de Solomo, esta se paro frente a su hermano mayor, con otra estampa, las sombras cubrían parte de su cara, sus ojos se tornaban rojizos y un leve aura color indago lentamente le surcaba, mientras que a su alrededor las cosas comenzaba a envolverse en un pequeño temblor, tomando la mandíbula de Solomon, una vez más hablo:
-No Solomon, esta vez no… esta vez te quedaras cayado con las manos cruzadas y aceptaras la boda de Samantha, como un evento legal, si deseas conservar tu cabeza y seguir con tu patético engaño de corazón, al vivir una ilusión carnal con Diva…¡Adelanté! No me interesa asqueroso mortal…pues te hincaras y pedirás perdón ante las palabras que le has dicho, ante ese golpe que has causado el marcar del rostro de mi protegida Samantha, y ruega a los demás dioses que yo cuando despierte, no te mate con mis propias manos, de la peor manera posible, has tentado tu suerte al levantar la mano ante mí y ante tu hermana… (Las cosas comenzaban a crujir, la vida que estaba alrededor como jardineras y pequeñas aves caían muertas al instante, los muros comenzaban a partirse y un ligero aire gélido se hacía presente)… Como osas golpearme tu… un simple mortal… pides a gritos una torturante y humillante muerte… ¿Qué esperas rata terrenal? Híncate y pide perdón ya… besaras mis pies y suplicaras patéticamente mi perdón… el perdón de una Diosas.
Samantha parecía envuelta en un descomunal trance, pues como le hablaba de aquella manera tan incoherente a Solomon y el tono que expresaba cada frase, era totalmente aterrador. Apretando con ira esta estaba entre la mandíbula de aquel payaso terrateniente, haciendo que la brisa que danzaba entre la cúpula, se tornara en un sotavento que golpeaba con desdén a los presentes. Rápidamente toda aquella manifestación de naturaleza iracunda desvanecía, generando que también el aspecto tenebroso de samanta, aquella caía levemente recargada con signos de lagunas mentales entre el pecho de Solomon, y mirado por doquier, esta con esfuerzo se levanto y habla de otra manera:
-No Solomon, ya es momento de que yo hable y tu acalles tu parloteo rebuscado, típico de los ardidos, ¿Pero por qué?… todo lo que escuche solamente fue demasiado hipócrita… ya dejaras de una vez tu teatrito de los valores lacerados, que ni siquiera tú te los crees, como osas pegarme tu un ser aun mas hundido en el pecado que yo… maldito hombre mojigato, como puedes vivir cargando toda esa denigración y esconderte en fachas hipócritas… Maldita sea sí que eres sorprendente… Ya es momento de que me alce ante ti y deje mi miedo por no quiere herirte con palabras pero ya me demostraste que no lo vales… Tu simplemente me veras ser feliz a lado de mi marido Alucard, y no refutaras nada, es mas sonreirás y dirás que estas orgulloso de tal unió… mataras esta vez tu estúpido orgullo si es que quieres seguir con vida. Y No Solomon yo no te envenenare en secretó o mandara a matarte, porque eso sería darte una muerte demasiado digna para un embustero como lo eres tú… y otra cosa te digo, el tema de tu adulterio ya no es de más de tres personas que lo saben, aparte de ti… No Solomon no me creas estúpida, al pensar que vine a la villa sin saber anticipar las cosas… Así que retracta ante mí, de la decisión que tienes contra mi marido Alucard, con migo hasta pide perdón de este bofetón que me has dado, como osas a levantarme la mano, a mi… Maldito… eso nunca te lo perdonare, tal vez, eso estaría olvidado, pero si estas necio a atentar contra mi felicidad, desde hoy te digo que no duermas tranquilo.
Y le soltó con fuerza y rabia, tomando una fuerza sobre humana, pues al momento de empujarle, esta hacia nacer una brisa petulante, generando que azotara a unos cuantos metros el cuerpo de Solomon, cerro sus puños y bajo su rostro, mientras que su pelo tomaba vida propia y danzaba mágicamente, la cólera de su corazón estaba provocando el romper de aquel sueño, aquel sellar por conveniencia de terceros, nuevamente los suelos temblaban mientras que la fauna se marchitaba, aquel jardín perdía su brillo… Relamiendo sus labios esta surco cínicamente una sonrisa, dio media vuelta, y fijo a mirada en sus primos, los cuales marcaban un miedo sin igual, esta parpadeo y volvió aquella luz serena que siempre cargaba la verdadera Samantha, rompiendo en llanto, se llevaba ambas manos a sus ojos para tan solo decir:
-¿Qué me está pasando? (girando, viendo a su hermano tendido, el cual, se había golpeado la espalda con el quinesia de un banco de mármol, el impacto había sido demasiado brusco, generando que en su rostro, se marcara la dolencia que estaba viviendo ahora)… ¿Solomon? (Alzando su rostro, Samantha miraba el terror que desbordaban exageradamente los soldados al mirarla, tal cual fuera la misma muerte, dicha mujer no sabía lo que estaba pasando, generando que callera en un tumulto de razón)… ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ( cayendo dramáticamente en el suelo, hincándose mientras se tapaba los oídos con su palmas y enterraba las uñas entre el cuero cabelludo)… Todo es un sueño, todo es un sueño… maldición Haaaaa…
Y dando medía vuelta esta salía despavorida de aquel lugar, ¿Pero a donde? Simplemente hacia su cuarto, no quería esta en aquel medio, donde todos les miraba como si fuese un fenómeno, corrió por todo el pasillo escondiéndose de los esclavos, su desesperación se reflejaba en aquellos violista ojos, que lentamente se apagaban por su venidero futuro.
Después de algunos segundos de silencio, una vez más procedía Lydia a hablar, ahora queriendo apoyar a su prima Samantha, cosa que para ella, ya no era de su importancia ni aceptación. Seria y callada, Samantha escuchaba sin decir nada, pues por dentro lentamente su alma se desquebrajaba, remarcando dolorosamente la carencia de la estampa de Alucard, para así, apoyarle; generando que recordara él como Alucard le cuestionaba hirientemente ante su partida, algo devastador para su corazón, pero aun así, su exterior demostraba una indiferencia de sentimientos dolorosos, una firmeza y decisión de proceder en aquella incomoda reunión de juzgado, mientras que sus ojos reflejaban un valor abundante, para defendeos hasta con la mera muerte si fuese necesario, la vida de su amado esposo.
Aun parloteaba Lydia, como si su saliva nunca se resecara; el asunto de casamiento, juzgados en el senado, honor y salvación, ya era demasiado hostigarte para los oídos de Samantha, ya deseaba darse la media vuelta y abofetear a la princesa, pero su lado lógico le remarcaba que aquella palabras era para ayudarle un poco más a no quedar tan manchada, ante la vista de su hermano Solomon, por lo que tragando saliva simplemente agradeció:
-Gracias Lydia por comprender la situación, por ver, que mis acciones tontas no fueron para humillar a la familia, pues si Solomon acepta mi casamiento yo misma negare los rumores de su amorío con Diva… pues mi tío, el Emperador de Roma, siempre me ha querido como si fuera su hija.
Después de eso, Samantha acallo, percatándose de reojo como Lydia una vez más tomaba asiento, aun así, dicha mujer, de pelos cortos y azulados, no despegaba la mirada de los ojos de su hermano, que en frente lo tenía cayado, sentado y sosteniendo su copa de vino, pero de la nada este se levantaba, la brisa rezagante se entreveraba entre las vestimentas de aquellos cuerpo yacentes; y por fin frente a frente estaban, centímetros separaban los cuerpos de Solomon y Samantha, cayados sin decir ni hacer nada, queriéndose escudriñar el alma con una simple mirada, no era mucha la diferencia de alturas las que sobraban o faltaban, mas sin embargo el porte que sobresalía con supuesto poderío, era la del hermano mayor de Samantha.
Y el silencio se corto con el simple hecho de ecos, que remarcaban una abrupta cachetada, en un parpadeo Samantha tendida en el suelo estaba, su cuerpo temblaba de dolor inmanente, pues su vientre antes de caer por completo, había azotado primero con el quicio de un pequeño banco de lado derecho, esta se llevaba la surda hacia tal parte de su cuerpo, mientas que con la derecha apenas y se sostenía desgarradoramente en el suelo, para así, tener su torso recto y alzado, su rostro bajado estaba, no quería demostrar que tan potente golpe, había causado la ruptura de su nariz y una cortada en su boca al momento del impacto, con un simple resultado: el sangrar exagerado, que lentamente manchaba la piel de su rostro, para así, caer a borbotones en el suelo y manchar el mármol viejo.
Y las refutaciones, como las comparaciones humillantes e hirientes palabras llegaban por parte de Solomon; Samantha ni podía interrumpirle por el dolor que le embriagaba los sentidos, pero aun así, demasiado fuerte era, pues ya cualquier mujer estaría, o desmayada o gritando de dolor mientras llorara; pero no para aquella orgullosa, simplemente recogió un poco su piernas hacia su abdomen, que se contraía lentamente por el anterior golpe; le escucho con la cabeza aun baja, como si deseara que su muerte llegara con el simple hecho del desangre exagerado, que en aquel momento vivía.
Solomon caminaba escasos pasos, quedando a un costado de la tendida mujer. Samantha le miraba de reojo mientras aun en silencio le escuchaba, cada frase a la que a futuro le refutaría resonantemente; pues aun tenía que recuperar fuerzas tanto en su espíritu como boca. Pero algo le impacto a Samantha, aquel dialogo por parte de Solomon, era sorprendente hasta para aquella abstemia de sentimientos. “Que hemos hecho nosotros para guardar tanta rabia y celos en tu corazón (Samantha en pensamiento contestaba: ¿Tu Solomon?, haber muerto para mi con aquel acto de adulterio… Richard, sea lo que sea, aun guarda una cierta imagen en mi corazón, efímera, pero puede crecer y sobre llevar la situación, pues es mi igual, al fin y a cabo siento que él seguirá a mi lado… Mas sin embargo tu Solomon, sobre pasaste los limites, hiriendo a tus más cercanos seres queridos, nos ignoraste, pues descaradamente tus acciones se rigieron con el libido de tu cuerpo)… “tan solo de verte me produce nauseas” (Jaja… Comparto lo mismo hermano, pero desde ya hace algunos años… pero no puedo juzgarte, es lo más frustrante… al fin y al cabo, yo también tengo culpa de tu decline de moral)… ”con la arrogancia de una vil ramera vienes a acusarme de los más terribles improperios para luego a los pocos minutos decirme que me respetas…” ( ¿Que maldito pedazo de porquería eres tú?… aun descarado niegas todo, ja… ¿compararme con una ramera?… eso díselo a tu amante…).
Solomon guardaba silencio, para así, llamar a unos guardias, si no antes remarcar que para Samantha jamás hubiera salido de los prados de la villa Adriana, recalco que las heridas de su podrido corazón sanarían simplemente con el tiempo, pero que incrédulo era aquel hombre; entre la oscuridad de su escarlata cara, Samantha apenas y alzo con dolencia el lado izquierdo de su boca, como signo de burla, surcando así una sonrisa escuálida, provocando el aumentar de su hemorragia nasal.
Los soldados llegaban poniéndose uno en cada costado de Samantha, esta alzaba los hombros y en silencio trataba de levantarse, cuando Solomon dictaminaba el castigo por sus acciones de querer ser libre, feliz y dejar a un lado las leyes de Roma.
“Aquí existe solo un culpable del veneno que cubre tu alma, y ese es aquel senador, pagara con su vida…así es…Alucard será demandado con todo el peso de la ley” ( Samantha habría los ojos hasta no mas poder, mientras que las lagrimas por fin comenzaban a caer, un sollozar en silenció, combinado aquel caudal de sal y dolor, con la sangre de su interior que manchaba parte de su cara, ese dictaminar dolía mas que la molestia aguda de su abdomen y vientre)…”y tu…quedaras aquí en villa Adriana imposibilitada de huir, ni de mostrar nuevamente tu rostro en Roma hasta que todo esto se calme…hasta que las mentiras que brotaran de tu boca se disipen por completo…”(¿Mentiras?… nada era mentira, pero aquel se jactaba de demostrar su cordura, humillando la lógica de la hermana menor. Samantha no lo podía creer; en ese momento una furia le envolvía, con deseo de cortarle la garganta a Solomon, pero eso era darle una muerte digna a aquel desvergonzado ser mortal, aun así, Samantha no dijo nada para apelar en contra de dictamine de su hermano, el cual, atentaba contra la vida de su amado; pues aun el caos de su corazón le envolvía y le distraía para no desatar en una cólera, para así, cuando fuese el momento preciso atacar con todo, dicha mujer se estaba conteniendo demasiado, eso ya era preocupante)
Solomon ordenaba al par de guardias, el acompañar de Samantha a su aposento, cuarto que aguan vez sirvieron para poder conocer el amor de su vida; ordenando también el encerrarla con llave, como si fuese un animal siendo privado de su derecho de libertad. Pero el miedo en Solomon por fin lo estaba dominando, remarcándolo con su último dialogo, antes de cesar y esperar respuestas. Es obvio que has perdido la razón, mañana llegara un medico para dictaminar lo mejor para ti…y certificar fehacientemente el aprovechamiento que Alucard tuvo para con una minusválida mental. Adiós…Hermana…de momento solo puedo repudiarte, más buscare al culpable de todo esto. (Samantha no puedo aguantar y apenas y se carcajeó al escuchar eso, pues ya le había dado la clave para un buen refute a futuro, el cual, no tardaría mucho en venir, uno que se merecía aquel ingenuo y engreído ser, uno que le aria enmudecer y pedir clemencia ante la amenaza de esa mujer).
Samantha se ahogaba con su propio fluido escarlata, generando que callara su carcajada, simplemente se mantuviera en la misma pose, aun así, notaba como Richard ya no refutaba a nada, hasta ahí se había quedado su hombría, hasta ese punto, donde ya veía su igual tumbada en el suelo, casi muriendo por aquel fatal golpe, en una parte gloriosa e importante para una la dama: su corazón.
Y de la nada Lydia hablaba, recalcando como le sorprendía que Solomon negara sus verdades, Samantha solo escuchaba todas sus palabras, sin alzar el rostro, pues estaba muerta de la vergüenza, no por la indignantes palabras de su hermano mayor, si no por el ser débil y dejarse golpear por aquel hombre.
Lydia hablaba de los testigos, ¿Solo tres?… Samantha surcaba una sonrisa pues ya eran demasiadas personas las que sabían el improperio de su hermano Solomon y si ella no llegaba a la villa de su marido, para antes del atardecer el caos comenzaría contra el honor de su hermano, pues no había sido estúpida para ir a aquel infierno reencarnado, así de esa manera, Tan desprotegida, sin antes maquinar el perfecto plan…pues a Samantha se le conocía por un vasto conocimiento que más que eso, era mañanas muy bien elaboradas y empleadas.
La princesa de roma caminaba entre aquella cúpula linda, del jardín de Apolo, mientras dialogaba que ya su presencia sobraba en esos momentos, pues Solomon había dictaminado el fin de tan abochornada situación, Samantha al escuchar eso, se lleno de odio aun mas, pues no le era razonable que después de comenzar un dialogo de defensa simplemente se lavara las manos y saliera. Ladeo su rostro indignada por tales palabras y aun agachada y tendida estaba, su fuerza lentamente se recuperaba esperando el momento precisó de atacar.
Aun así esta hablaba algo incoherente, como queriéndole amenazar a Solomon, pues mantenía en sus palabras el hecho que al momento de que Samantha fuese encerrada esta se aburriría y comenzaría a hablar por todos lados, temas íntimos como lo era la situación de Solomon y su pensó amorío, una buena táctica pues su hermano mayor no tena poder ante la princesa de roma, Samantha simplemente se carcajeo y siguió escuchando, ya llegaba por fin su momento para hablar.
Y unas cuantas preguntas ironices resonaron por de entre los pilares de aquella zona de desastre sentimental, una orden de parte de Lydia para que dicha mujer caída se levantara y demostrará su valor ante los hombres de su familia, remarcado que ella superior de entre aquellos seres, queriendo darle animo, antes de que Lydia por fin culminara de hablar, quedando inconcluso esa ultima palabras de su prima *el pertenecer a la misma naturaleza* aquello le extraño por meros segundos pero no refuto, Lydia se calmaba y se recargaba delicadamente para no lastimarse en una pilastra que daba ya hacia la salida, dejando así su perfume de sándalo, como único avivado en la estampa de aquella dramatización, perfecto espectáculo para los dioses.
Los segundos se tornaron en un mutismo incomodo, solo a lo lejos se escuchaba el cantar de las golondrinas de aquellos majestuosos prados, Samantha relamía y tragaba la sangre de si cara, por fin lentamente se paraba, costosamente, quedando en medio de los soldados, dando un paso hacia adelante esquivando el pisar de su propia sangre, que yacía desparramad en el suelo, esta costosamente se dio la media vuelta, fijando su mirada en Richard, que viera como esta por culpa de Solomon, aun la poca sangre que no coagulaba se resbalaba por su terso y lizo cuello, dejando así unas pequeñas y finas garras de dicho plasma dibujadas; parte del escote de su vestido de bodas manchado estaba, antes blanco y ahora escarlata.
Su mirada se torno dolorosa y llena de decepción, pues Richard le había traicionado aquel pacto que de niños habían sellado, con descaro lo había dejado atrás entre los recuerdos muertos de su niñez, aquel pacto que decía que aunque los mellizos estuviesen envueltos en una rencilla, siempre protegerán el uno al oro ante los golpes de terceros, pues simplemente los que tenían el derecho de alzar la mano eran ellos mismos, moviendo su rostro negativamente, cerro sus ojos dejando escapar unas cuantas lagrimas que se perdían entre el rubor de su rostro manchado. Después fijo su mirada en la de su prima Lydia y dijo:
-Gracias Lydia (ladeando su rostro hacia la estampa de Solomo)… quisiera que eso mismo penaran mis hermanos de mi, pero… no fue así, me sorprende que descarado e ha vuelto el senador, como negar aquello, solamente lo reduzco que es por miedo, hasta lo esclavos vale más a un lado de el… de aquel hombre que alguna vez fue digno de admirad y seguir, de aquel senador rudo y lleno de valores, a cual, nadie negaba acatar, pero solo esa estampa duro nada, pues su verdadero rostro hipócrita broto con el llegar Diva a su vida, maldigo ese día, maldigo ser hermana de un traidor de Roma y aun mas maldigo en haberme casado, para así, darle el gusto a aquel hombre de rubios cabellos de darse su papel de santo.
Samantha camino y dejo a tras a los soldados, que aun le respetaban un poco, sobrepasando la autoridad de Solomo, esta se paro frente a su hermano mayor, con otra estampa, las sombras cubrían parte de su cara, sus ojos se tornaban rojizos y un leve aura color indago lentamente le surcaba, mientras que a su alrededor las cosas comenzaba a envolverse en un pequeño temblor, tomando la mandíbula de Solomon, una vez más hablo:
-No Solomon, esta vez no… esta vez te quedaras cayado con las manos cruzadas y aceptaras la boda de Samantha, como un evento legal, si deseas conservar tu cabeza y seguir con tu patético engaño de corazón, al vivir una ilusión carnal con Diva…¡Adelanté! No me interesa asqueroso mortal…pues te hincaras y pedirás perdón ante las palabras que le has dicho, ante ese golpe que has causado el marcar del rostro de mi protegida Samantha, y ruega a los demás dioses que yo cuando despierte, no te mate con mis propias manos, de la peor manera posible, has tentado tu suerte al levantar la mano ante mí y ante tu hermana… (Las cosas comenzaban a crujir, la vida que estaba alrededor como jardineras y pequeñas aves caían muertas al instante, los muros comenzaban a partirse y un ligero aire gélido se hacía presente)… Como osas golpearme tu… un simple mortal… pides a gritos una torturante y humillante muerte… ¿Qué esperas rata terrenal? Híncate y pide perdón ya… besaras mis pies y suplicaras patéticamente mi perdón… el perdón de una Diosas.
Samantha parecía envuelta en un descomunal trance, pues como le hablaba de aquella manera tan incoherente a Solomon y el tono que expresaba cada frase, era totalmente aterrador. Apretando con ira esta estaba entre la mandíbula de aquel payaso terrateniente, haciendo que la brisa que danzaba entre la cúpula, se tornara en un sotavento que golpeaba con desdén a los presentes. Rápidamente toda aquella manifestación de naturaleza iracunda desvanecía, generando que también el aspecto tenebroso de samanta, aquella caía levemente recargada con signos de lagunas mentales entre el pecho de Solomon, y mirado por doquier, esta con esfuerzo se levanto y habla de otra manera:
-No Solomon, ya es momento de que yo hable y tu acalles tu parloteo rebuscado, típico de los ardidos, ¿Pero por qué?… todo lo que escuche solamente fue demasiado hipócrita… ya dejaras de una vez tu teatrito de los valores lacerados, que ni siquiera tú te los crees, como osas pegarme tu un ser aun mas hundido en el pecado que yo… maldito hombre mojigato, como puedes vivir cargando toda esa denigración y esconderte en fachas hipócritas… Maldita sea sí que eres sorprendente… Ya es momento de que me alce ante ti y deje mi miedo por no quiere herirte con palabras pero ya me demostraste que no lo vales… Tu simplemente me veras ser feliz a lado de mi marido Alucard, y no refutaras nada, es mas sonreirás y dirás que estas orgulloso de tal unió… mataras esta vez tu estúpido orgullo si es que quieres seguir con vida. Y No Solomon yo no te envenenare en secretó o mandara a matarte, porque eso sería darte una muerte demasiado digna para un embustero como lo eres tú… y otra cosa te digo, el tema de tu adulterio ya no es de más de tres personas que lo saben, aparte de ti… No Solomon no me creas estúpida, al pensar que vine a la villa sin saber anticipar las cosas… Así que retracta ante mí, de la decisión que tienes contra mi marido Alucard, con migo hasta pide perdón de este bofetón que me has dado, como osas a levantarme la mano, a mi… Maldito… eso nunca te lo perdonare, tal vez, eso estaría olvidado, pero si estas necio a atentar contra mi felicidad, desde hoy te digo que no duermas tranquilo.
Y le soltó con fuerza y rabia, tomando una fuerza sobre humana, pues al momento de empujarle, esta hacia nacer una brisa petulante, generando que azotara a unos cuantos metros el cuerpo de Solomon, cerro sus puños y bajo su rostro, mientras que su pelo tomaba vida propia y danzaba mágicamente, la cólera de su corazón estaba provocando el romper de aquel sueño, aquel sellar por conveniencia de terceros, nuevamente los suelos temblaban mientras que la fauna se marchitaba, aquel jardín perdía su brillo… Relamiendo sus labios esta surco cínicamente una sonrisa, dio media vuelta, y fijo a mirada en sus primos, los cuales marcaban un miedo sin igual, esta parpadeo y volvió aquella luz serena que siempre cargaba la verdadera Samantha, rompiendo en llanto, se llevaba ambas manos a sus ojos para tan solo decir:
-¿Qué me está pasando? (girando, viendo a su hermano tendido, el cual, se había golpeado la espalda con el quinesia de un banco de mármol, el impacto había sido demasiado brusco, generando que en su rostro, se marcara la dolencia que estaba viviendo ahora)… ¿Solomon? (Alzando su rostro, Samantha miraba el terror que desbordaban exageradamente los soldados al mirarla, tal cual fuera la misma muerte, dicha mujer no sabía lo que estaba pasando, generando que callera en un tumulto de razón)… ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ( cayendo dramáticamente en el suelo, hincándose mientras se tapaba los oídos con su palmas y enterraba las uñas entre el cuero cabelludo)… Todo es un sueño, todo es un sueño… maldición Haaaaa…
Y dando medía vuelta esta salía despavorida de aquel lugar, ¿Pero a donde? Simplemente hacia su cuarto, no quería esta en aquel medio, donde todos les miraba como si fuese un fenómeno, corrió por todo el pasillo escondiéndose de los esclavos, su desesperación se reflejaba en aquellos violista ojos, que lentamente se apagaban por su venidero futuro.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
Mi boca se silencio ante las palabras de Samantha, el sonido de los pájaros y el viento cálido pasando por los arboles era lo que se podía escuchar cuando mi hermana callaba, era insolente, altanera y la reacción de Solomo aun no la conocía, muy pocas veces en mi vida alguien con solo palabras o afirmaciones me había hecho callar, solo Samantha hasta aquel día, no solo furia podía reconocer en sus palabras si no, amor, dolor y frustración de alguna forma, el alma se me partían dos al escuchar sus afirmaciones, mis ojos se clavaban en su figura, su actuar era diferente, de pronto antes de poder afirmar alguna otra cosa, las palabras de Lydia en apoyo de mi hermana no se hacían esperar, era una situación bastante tensa en aquella villa, las palabras de Lydia que también acusaban a mi hermano de su traición moral y carnal hacia con Roma eran fuertes y totalmente acertadas, sin embargo, cuando me inmiscuyo a mi en aquel tema, no pude evitar poner mi cara de descontento ya que no me gustaba que así como yo no metía a los demás en mis afirmaciones u acusaciones nadie me metiera a mi, yo era capaz de decir lo que pensaba cuando creía el momento, sus palabras continuaban dirigiéndose hacia Solomon, quien solo parecía escuchar, su afirmación de aquellas torturas que quería presenciar no pude evitar sentir una gran felicidad solo de pensar en observarlas yo también.
[mente de richard]Solomon, mi hermano, aquel páter que durante años velo por Samantha y por mi estando con vestiduras rasgadas, con su imagen por los suelos, las grandes multitudes de romanos gritándole a grandes voces, traidor, blasfemo, escoria humana, los senadores abofeteando su rostro una y otra vez para luego pasar y darle puños, mientras el atado en el centro del coliseo se encontraba, yo, mientras tanto frente a el, mirándolo de frente a los ojos, tu, Ho patético senador, te preocupaste tanto por roma que te olvidaste de tu familia, te esmeraste también en ser nuestro Páter luego de la muerte de aquel hombre que te educo a su semejanza y te olvidaste completamente de nuestro pensar y sentir, tu, que por años me has dado asco solo el pensar que te pareces tanto a el, y ahora tu gran honor es pisoteado al igual que el de esa ramera que ya fue ejecutada, sacando de una bolsa la cabeza cercenada de Diva que aun goteaba sangre, mírala, la causa de tu actual situación, tu correrás su misma suerte, pero no tan fácil, caminaba en círculos, luego le desgarraba la parte superior de su ropaje, le restregaba en su rostro la cara sin vida de Diva y luego lo arrojaba a los perros.
Entre mis manos sostenía un gran látigo que en poseía doce puntas y en cada una tenia bolas de cera y pequeños anzuelos metálicos, por roma, por nuestro honor, en voz muy baja le dije: por todo los que nos has hecho pasar, por hipócrita y por parecerte a aquel hombre que tanto odie, alce mi mano y mil latigazos le comenzaba a propinar, uno con mas fuerza que el anterior, paraba cada veinte latigazos para darle agua y no se muriera antes, le pasaba agua de limón por las heridas y sal le bregaba en todo el cuerpo, luego hiel le hacia beber a la fuerza, y continuaba asi la "voluntad de roma", inatantes mas tarde lo desate solo de los pies y los amarre a dos caballos pura sangre, los cuales luego de un silbido halaron cada uno hacia una dirección diferente cuide que solo las piernas fueran desencajadas y corte las cuerdas mientras veía su cara de horror y dolor, continúe su castigo llevándolo a la horca allí lo terminaron de desnudar y loa ataron, abierto de piernas y retorciéndose del dolor, con una espada sin casi filo lo propine un golpe que no le corto por completo su miembro dándole aun mas dolor, espere un minuto completo mirando su rostro de dolor y escuchando sus lamentos y luego di otra cortada que acabo por cortar su órgano y lo patee arrojándolo a los perros hambrientos frente a sus ojos que soltaban lagrimas no sabia si era arrepentimiento y dolor o solo dolor, pero me llenaban de gran satisfaccion, instantes mas tarde agarrado por guardias fue desatado y colocado en posición para ser ejecutado en la horca y yo mismo lo ejecute, no dejaba que nadie mas lo tocase, era mi deber "limpiar el apellido y buen nombre de la familia", luego de que estuviese muerto, lo baje y ate su cuerpo sin vida a un hasta de madera y le prendí fuego, que el fuego sagrado limpie tus pecados espirituales así como nosotros limpiamos tus pecados terrenales, ardio casi toda una tarde y así solo quedar pequeños rastros de sus huesos y el viento se llevase su ser calcinado, mientras los peros se comían las sobras, y yo habiendo culminado mi deber me marchaba de aquellos lugares[fin de los pensamientos de Richard]
De pronto el trinar de una aves fuera de aquella habitación me hicieron reaccionar, seguido de ellas las palabras de Salomón eran fuertes y determinantes, sus accione también, no lo había visto de aquel modo nunca, siempre era firme pero sus facciones, sus palabras y su tono de voz era diferente, acto seguido nuevamente Lydia hacia su “aporte” a nuestro asunto, como siempre la escuche, sin embargo, lo que mas me llamo la atención fueron las palabras de Samantha para con Salomón, parecía otra, era altiva, atemorizante, parresia y hablaba como otra persona, luego como Salomón caía a los suelos por el golpe de ella, me asombro, me pose al lado de mi hermano y vi que estaba bien, luego de marcharse Samantha parecía que a su habitación, me levante, el esta bien, ayúdenlo, dije a los guardias, eso te pasa por no enfrentarla con la verdad Salomón, nuca hemos sido hipócritas entre nosotros, y no tienes que mentirnos tan descaradamente y mucho menos para encararla a ella, yo lo he hecho sin excusas y sin negar nada, intenta hacerlo y así puedas lograr algo, luego di vuelta y me marche hacia la habitación de Samantha a paso lento para escuchar si había alguna palabra por parte de Salomón o Lydia y entre la poca oscuridad mi silueta se desvanecían.
[mente de richard]Solomon, mi hermano, aquel páter que durante años velo por Samantha y por mi estando con vestiduras rasgadas, con su imagen por los suelos, las grandes multitudes de romanos gritándole a grandes voces, traidor, blasfemo, escoria humana, los senadores abofeteando su rostro una y otra vez para luego pasar y darle puños, mientras el atado en el centro del coliseo se encontraba, yo, mientras tanto frente a el, mirándolo de frente a los ojos, tu, Ho patético senador, te preocupaste tanto por roma que te olvidaste de tu familia, te esmeraste también en ser nuestro Páter luego de la muerte de aquel hombre que te educo a su semejanza y te olvidaste completamente de nuestro pensar y sentir, tu, que por años me has dado asco solo el pensar que te pareces tanto a el, y ahora tu gran honor es pisoteado al igual que el de esa ramera que ya fue ejecutada, sacando de una bolsa la cabeza cercenada de Diva que aun goteaba sangre, mírala, la causa de tu actual situación, tu correrás su misma suerte, pero no tan fácil, caminaba en círculos, luego le desgarraba la parte superior de su ropaje, le restregaba en su rostro la cara sin vida de Diva y luego lo arrojaba a los perros.
Entre mis manos sostenía un gran látigo que en poseía doce puntas y en cada una tenia bolas de cera y pequeños anzuelos metálicos, por roma, por nuestro honor, en voz muy baja le dije: por todo los que nos has hecho pasar, por hipócrita y por parecerte a aquel hombre que tanto odie, alce mi mano y mil latigazos le comenzaba a propinar, uno con mas fuerza que el anterior, paraba cada veinte latigazos para darle agua y no se muriera antes, le pasaba agua de limón por las heridas y sal le bregaba en todo el cuerpo, luego hiel le hacia beber a la fuerza, y continuaba asi la "voluntad de roma", inatantes mas tarde lo desate solo de los pies y los amarre a dos caballos pura sangre, los cuales luego de un silbido halaron cada uno hacia una dirección diferente cuide que solo las piernas fueran desencajadas y corte las cuerdas mientras veía su cara de horror y dolor, continúe su castigo llevándolo a la horca allí lo terminaron de desnudar y loa ataron, abierto de piernas y retorciéndose del dolor, con una espada sin casi filo lo propine un golpe que no le corto por completo su miembro dándole aun mas dolor, espere un minuto completo mirando su rostro de dolor y escuchando sus lamentos y luego di otra cortada que acabo por cortar su órgano y lo patee arrojándolo a los perros hambrientos frente a sus ojos que soltaban lagrimas no sabia si era arrepentimiento y dolor o solo dolor, pero me llenaban de gran satisfaccion, instantes mas tarde agarrado por guardias fue desatado y colocado en posición para ser ejecutado en la horca y yo mismo lo ejecute, no dejaba que nadie mas lo tocase, era mi deber "limpiar el apellido y buen nombre de la familia", luego de que estuviese muerto, lo baje y ate su cuerpo sin vida a un hasta de madera y le prendí fuego, que el fuego sagrado limpie tus pecados espirituales así como nosotros limpiamos tus pecados terrenales, ardio casi toda una tarde y así solo quedar pequeños rastros de sus huesos y el viento se llevase su ser calcinado, mientras los peros se comían las sobras, y yo habiendo culminado mi deber me marchaba de aquellos lugares[fin de los pensamientos de Richard]
De pronto el trinar de una aves fuera de aquella habitación me hicieron reaccionar, seguido de ellas las palabras de Salomón eran fuertes y determinantes, sus accione también, no lo había visto de aquel modo nunca, siempre era firme pero sus facciones, sus palabras y su tono de voz era diferente, acto seguido nuevamente Lydia hacia su “aporte” a nuestro asunto, como siempre la escuche, sin embargo, lo que mas me llamo la atención fueron las palabras de Samantha para con Salomón, parecía otra, era altiva, atemorizante, parresia y hablaba como otra persona, luego como Salomón caía a los suelos por el golpe de ella, me asombro, me pose al lado de mi hermano y vi que estaba bien, luego de marcharse Samantha parecía que a su habitación, me levante, el esta bien, ayúdenlo, dije a los guardias, eso te pasa por no enfrentarla con la verdad Salomón, nuca hemos sido hipócritas entre nosotros, y no tienes que mentirnos tan descaradamente y mucho menos para encararla a ella, yo lo he hecho sin excusas y sin negar nada, intenta hacerlo y así puedas lograr algo, luego di vuelta y me marche hacia la habitación de Samantha a paso lento para escuchar si había alguna palabra por parte de Salomón o Lydia y entre la poca oscuridad mi silueta se desvanecían.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Villa Adriana
Pienso
Hablo
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Samantha no parecía entrar en razón, ni aun con el desprecio mostrado por su hermano, solo se quedaba en el suelo, auscultándose como buscando la razón de su dolor, pero por muy fuerte que llegara a oírse el golpe de Solomon, este no era más que simbólico y su potencia era insuficiente como para lacerar de gravedad a su menor, pero ella ensimismada, permanecía encerrada en su propia realidad, encogiéndose, como si sufriera el peor de los suplicios, pero no lo demostraba con llanto, ni alguna otra muestra de arrepentimiento, más todo lo contrario, era terca como pocas y se abstenía de quebrantarse.
El senador lamentaba verla en tan mal estado, ella estaba fuera de si, completamente alucinada, no pudo evitar sentir algo de culpa, pues durante toda su vida solo se había preocupado para él, tratando de demostrar que podía llevar adelante el honor de la familia, avanzando siempre sin mirar atrás, a sus hermanos, quienes ahora daba cuenta, que eran solo niños solitarios y sin amor. Tal vez ese fue su error, se preocupo tanto en Roma que dejo de lado la felicidad de sus menores.
Pero ya era muy tarde, el tiempo era implacable y jamás daría vuelta atrás, su padre le enseño eso desde los inicios de su vida y lo seguiría por siempre, se percato recién que se estaba convirtiendo en la viva imagen de su progenitor, a quien tanto desprecio tenía por olvidarse de todos por complacer a Diva. Ahora actuaba tal como él y eso le mortifico, veía en la mirada de Richard lo mismo que en la de Samantha, llena de resentimiento y rencor, pero se pregunto si era contra él o con la imagen que inspiraba, la de su padre, quien los dejo al desamparo hacía muchos años.
Lydia se levantaba para advertirle sobre los verdaderos hechos que guardaba Samantha, y que solo se lo había contado a ella. La presencia de supuestos testigos. Pero eso pasaba a un segundo plano, Solomon no dejaba de ver la imagen de la mujer tirada sobre el mármol, la pena era demasiada como para refutar las palabras de su prima, la mentira se estaba carcomiendo su alma.
La reflexión llego a él, veía los sucesos rápidamente en su mente y no comprendía como había llegado al punto exacto en el cual se hallaba. Levanto sus claros orbes para divisar el sol que se iba poniendo majestuosamente en el horizonte.
En este punto tengo la oportunidad de tomar dos rumbos distintos…la verdad o la mentira…la familia o Roma…retomar el pasado o enfrentar el futuro…yo…yoo….
Jamás se vio más magnánimo y omnipotente al joven senador de cabellera dorada y ojos azul cielo que se entonaban dorados ante la puesta del sol, mientras el brillo metálico de gotas de agua caía de su níveo rostro. El viento parecía gritarle con fuerza en contra de todo su cuerpo la renuncia a sus planes y el regreso a casa, pues aun estaba a tiempo. En eso, Samantha se levanto, aun yacía temblorosa, su cuerpo carecía de la energía que le desbordaba en la mirada, era la de rabia, ella sencillamente era el contraste perfecto a la actitud de Solomon.
Las palabras de Samantha eran las habituales, las que esperaría, pero solo esto fue por un corto periodo, abruptamente todo cambio, algo sucedía, su faz se oscurecía, el brillo de la muerte comenzaba a irradiarse a su alrededor comenzando a acabar con toda cosa orgánica, las ráfagas pestilentes que brotaban de su aliento traían la decrepitud al joven senador que a pocos centímetros de ella estaba, el cuerpo de Solomon temblaba, su piel se tornaba amarilla y su rubia melena se tornaba plateada, los años parecían avanzar a paso de segundos por su semblante, ya débil ella lo tomo por la parte inferior de su rostro, estaba deleitándose en ver la minúscula fuerza de quien pocos segundos antes oso abofetearle, la voz que salía de sus labios eran muy distinta, como si alguien hablara por medio de ella de algún lugar muy distante.
Así que eres tú….
Mascullo con dificultad el delicado hombre, quien veía frente suyo al origen de todo lo acontecido en roma, la generadora de la peste roja no era otra más que su propia hermana, pero ahora que había dado con la respuesta, no daba con la solución del problema, sencillamente la fuerza descomunal de Samantha estaba por muy encima del nivel humano, Solomon jamás podría confrontarle y mucho menos ahora que lo tenia como pusilánime sostenido en el aire apenas por sus delicados dedos.
Pero se calmo, el trance desapareció dejándole tan indefensa como de costumbre, soltando a su hermano sin antes terminarlo por arrojar al frío pasto varios metros de su posición inicial, estaba algo adolorido, contrariado pero por sobre todo furioso. Al parecer la propia hermana yacía confusa y temerosa pues entre sollozos se largo de inmediato a su recamara, ningún guardia le seguía pues seguían paralizados por el horror presenciado.
Solomon logro levantarse sin necesidad del auxilio de la guardia de la villa, veía con asombro la tranquilidad de Richard quien terminaba por regañarle el haber tratado así a su hermana, como si fuera normal para él lo sucedido.
A que te refieres Richard…
Su túnica estaba sucia por la sangre de su hermana, la hierba del prado y el lodo de la tierra empozada desde el día previo. Solomon no comprendía lo acontecido pero debía hacer algo. Retrocedió para ver finalmente a Lydia quien si se veía algo pasmada.
Richard encárgate de los guardias y mantenla encerrada allí, debo de salir inmediatamente hacía el senado, sea lo que sea que este pasando acabara con el encierro de Alucard.
Sin esperar más avanzo a donde estaba su prima, ya a estas alturas daba como olvidado la “parte” de Lydia en todo el alboroto armado. La tomo de la mano y comenzó a salir de la villa, las criadas espeluznadas se apartaban de ambos como si estuviesen malditos.
Lydia no me importa si me crees o no, pero esto que has presenciado…Samantha…no se que le pasa si perdió la cordura o algo la manipula…pero…pero…
Estaba desencajado, temeroso de la realidad que vivía, por primera vez veía abatido su ánimo. La carroza ya estaba esperándoles afuera del centro, Solomon subió presuroso dándole la mano a Lydia esperando a que la aceptara y partieran hacia Roma.
…Tengo algo que confiarte y es de sumo apremio a que me sigas…
Hablo
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Samantha no parecía entrar en razón, ni aun con el desprecio mostrado por su hermano, solo se quedaba en el suelo, auscultándose como buscando la razón de su dolor, pero por muy fuerte que llegara a oírse el golpe de Solomon, este no era más que simbólico y su potencia era insuficiente como para lacerar de gravedad a su menor, pero ella ensimismada, permanecía encerrada en su propia realidad, encogiéndose, como si sufriera el peor de los suplicios, pero no lo demostraba con llanto, ni alguna otra muestra de arrepentimiento, más todo lo contrario, era terca como pocas y se abstenía de quebrantarse.
El senador lamentaba verla en tan mal estado, ella estaba fuera de si, completamente alucinada, no pudo evitar sentir algo de culpa, pues durante toda su vida solo se había preocupado para él, tratando de demostrar que podía llevar adelante el honor de la familia, avanzando siempre sin mirar atrás, a sus hermanos, quienes ahora daba cuenta, que eran solo niños solitarios y sin amor. Tal vez ese fue su error, se preocupo tanto en Roma que dejo de lado la felicidad de sus menores.
Pero ya era muy tarde, el tiempo era implacable y jamás daría vuelta atrás, su padre le enseño eso desde los inicios de su vida y lo seguiría por siempre, se percato recién que se estaba convirtiendo en la viva imagen de su progenitor, a quien tanto desprecio tenía por olvidarse de todos por complacer a Diva. Ahora actuaba tal como él y eso le mortifico, veía en la mirada de Richard lo mismo que en la de Samantha, llena de resentimiento y rencor, pero se pregunto si era contra él o con la imagen que inspiraba, la de su padre, quien los dejo al desamparo hacía muchos años.
Lydia se levantaba para advertirle sobre los verdaderos hechos que guardaba Samantha, y que solo se lo había contado a ella. La presencia de supuestos testigos. Pero eso pasaba a un segundo plano, Solomon no dejaba de ver la imagen de la mujer tirada sobre el mármol, la pena era demasiada como para refutar las palabras de su prima, la mentira se estaba carcomiendo su alma.
La reflexión llego a él, veía los sucesos rápidamente en su mente y no comprendía como había llegado al punto exacto en el cual se hallaba. Levanto sus claros orbes para divisar el sol que se iba poniendo majestuosamente en el horizonte.
En este punto tengo la oportunidad de tomar dos rumbos distintos…la verdad o la mentira…la familia o Roma…retomar el pasado o enfrentar el futuro…yo…yoo….
Jamás se vio más magnánimo y omnipotente al joven senador de cabellera dorada y ojos azul cielo que se entonaban dorados ante la puesta del sol, mientras el brillo metálico de gotas de agua caía de su níveo rostro. El viento parecía gritarle con fuerza en contra de todo su cuerpo la renuncia a sus planes y el regreso a casa, pues aun estaba a tiempo. En eso, Samantha se levanto, aun yacía temblorosa, su cuerpo carecía de la energía que le desbordaba en la mirada, era la de rabia, ella sencillamente era el contraste perfecto a la actitud de Solomon.
Las palabras de Samantha eran las habituales, las que esperaría, pero solo esto fue por un corto periodo, abruptamente todo cambio, algo sucedía, su faz se oscurecía, el brillo de la muerte comenzaba a irradiarse a su alrededor comenzando a acabar con toda cosa orgánica, las ráfagas pestilentes que brotaban de su aliento traían la decrepitud al joven senador que a pocos centímetros de ella estaba, el cuerpo de Solomon temblaba, su piel se tornaba amarilla y su rubia melena se tornaba plateada, los años parecían avanzar a paso de segundos por su semblante, ya débil ella lo tomo por la parte inferior de su rostro, estaba deleitándose en ver la minúscula fuerza de quien pocos segundos antes oso abofetearle, la voz que salía de sus labios eran muy distinta, como si alguien hablara por medio de ella de algún lugar muy distante.
Así que eres tú….
Mascullo con dificultad el delicado hombre, quien veía frente suyo al origen de todo lo acontecido en roma, la generadora de la peste roja no era otra más que su propia hermana, pero ahora que había dado con la respuesta, no daba con la solución del problema, sencillamente la fuerza descomunal de Samantha estaba por muy encima del nivel humano, Solomon jamás podría confrontarle y mucho menos ahora que lo tenia como pusilánime sostenido en el aire apenas por sus delicados dedos.
Pero se calmo, el trance desapareció dejándole tan indefensa como de costumbre, soltando a su hermano sin antes terminarlo por arrojar al frío pasto varios metros de su posición inicial, estaba algo adolorido, contrariado pero por sobre todo furioso. Al parecer la propia hermana yacía confusa y temerosa pues entre sollozos se largo de inmediato a su recamara, ningún guardia le seguía pues seguían paralizados por el horror presenciado.
Solomon logro levantarse sin necesidad del auxilio de la guardia de la villa, veía con asombro la tranquilidad de Richard quien terminaba por regañarle el haber tratado así a su hermana, como si fuera normal para él lo sucedido.
A que te refieres Richard…
Su túnica estaba sucia por la sangre de su hermana, la hierba del prado y el lodo de la tierra empozada desde el día previo. Solomon no comprendía lo acontecido pero debía hacer algo. Retrocedió para ver finalmente a Lydia quien si se veía algo pasmada.
Richard encárgate de los guardias y mantenla encerrada allí, debo de salir inmediatamente hacía el senado, sea lo que sea que este pasando acabara con el encierro de Alucard.
Sin esperar más avanzo a donde estaba su prima, ya a estas alturas daba como olvidado la “parte” de Lydia en todo el alboroto armado. La tomo de la mano y comenzó a salir de la villa, las criadas espeluznadas se apartaban de ambos como si estuviesen malditos.
Lydia no me importa si me crees o no, pero esto que has presenciado…Samantha…no se que le pasa si perdió la cordura o algo la manipula…pero…pero…
Estaba desencajado, temeroso de la realidad que vivía, por primera vez veía abatido su ánimo. La carroza ya estaba esperándoles afuera del centro, Solomon subió presuroso dándole la mano a Lydia esperando a que la aceptara y partieran hacia Roma.
…Tengo algo que confiarte y es de sumo apremio a que me sigas…
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Re: Villa Adriana
Su prima había demostrado ser realmente terrible, y es que no era para menos Solomon había sido un idiota y ella le estaba dando un justo escarmiento, o por lo menos eso quería hacer; no entendía muy bien, pero Lydia sentía que se llenaba de placer al ver la fauna de ese lugar morir sin esperanza, para ella en esos momentos no había nada más bello ni más embelezante que aquello, tanto que empezó a transportarte a un mundo raro, y vacío en el que se sentía una energía destructiva encargada de alimentarse a ella misma.
Las palabras de Samantha contra su hermano eran fuertes y resonaban en su cabeza como si fueran un eco interminable, haciendo que ella se llenara un poco de miedo, sin embargo algo estaba sucendiendo dentro de ella, un fulgor en su pecho hacía que la emoción aumentara, quería ver más y no iba a perderse de nada de lo que sucediera, a pesar del miedo que se demostraba en su rostro.
-No tengas miedo... Ella es igual a tí... Y es precisamente cuando tú despiertes y seamos una, que tú te verás incluso mejor que ella.
Esta voz resonó en la cabeza Lydia justo en el momento que SOlomon fue lanzado contra la paja de aquel jardín casi muerto maravillosamente por aquella energía que aunque estuvo poco tiempo demostró todo su poder y la dejó deseando ver más despliegue de la misma aún.- Samantha?- dijo con un fingido tono de perplejidad mientras veía como su prima salía corriendo llorando desesperada, con eso Solomon podría decir más que nunca que ella estaba loca, ahora sí tenían perdida la cosa, a menos que su prima hiciera algo más que sólo mostrarse como una loca; una vez que esto sucedió su primo Richard le reclamó algo a su hermano mayor y salió corriendo a buscar a Samantha. Por primera vez Lydia quien estaba de pie fingiendo perplejidad, aunque lo que estaba sintiendo era otra cosa; vio como su primo lloraba, esas lágrimas cristalinas que lejos de hacerle ver minúsculo y tonto lo hacían ver más bello aún. Por unos pocos segundos la princesa sintió que su corazón se llenaba de un dolor indescriptible, pero sólo fue por unos segundos ya que el se la llevó corriendo por la villa hasta el carruaje luego de decir que haría encerrar al marido de su prima.
-No Solomon... Yo no te creo más... - dijo la princesa en alución a aquello que decía sobre la manipulación de Samanta- Lo único que creo es que quieres hacer que el único hombre que le hace bien a Samantha quede encerrado ¿Tú si puedes darte el gusto de estar con quien deseas aún si estás mal, pero no pueden tus hermanos?-Lydia dijo esto con el ánimo de ofender a su primo, de herirlo en lo más profundo de su alma, si es que acaso algún ser como el podría tener algo parecido a un alma o tenía una ciertamente- No creo que mi prima te haya herido en lo más profundo de tu corazón, porque seguro un hombre como tú carece de eso. Asco es lo que me das, no quiero tocar tus manos sucias e impuras ¿cuánta sangre no habrás hecho ya derramar por ocultar tu traición?
Una vez que la princesa de Roma dijo esto rechazó la mano de su primo Solomon y se entró a al carruaje para sentarse y mirarlo detenidamente, aún se veía los vestigios de las lágrimas de Solomon antes derramadas por aquellos ojos fríos como el impasible océando; con un gesto de fastidio Lydia acercó su mano al rostro de su primo y le secó lo poco que quedaba del trayecto de las lágrimas y dijo con voz fría:
-Sécate bien esas lágrimas de cocodrilo, y guárdalas para el senado... No sé que debes confiarme de repente sólo a mí, pero bueno vamos a jugar según tus reglas para ver si sólo así saco algo divertido de este viaje infernal a tu villa, que no es más que un caldo de traiciones y verguenzas- Una vez dicho esto la joven de cabellos negros alejó su mano del rostro de aquel demonio disfrazado de ángel y se dedicó a mirar por fuera de la ventana jurándose que si encerraban a Alucard ella misma lo sacaría para llevarlo con Samantha y los mandaría en un barco sin rumbo con tal de que fueran felices, lejos de toda esa gente hipócrita que nada sabía del amor y de la bondad. Un suspiro profundo salió de los labios de la princesa de Roma quien luego de odiarse mil y un veces por seguir enamorada de un hombre como el decidió hablar ahora sí más tranquila:
-Bueno... Pues no puedo negarme entonces, te seguiré a ver qué se te ha ocurrido hacer, aún a sabiendas de que en cualquier momento podrías lanzarme del carruaje para deshacerte de mí, o quien sabe hacer que tenga un peor destino que Samanta.... Pero vamos a jugar a que te creo, así que te escucho atentamente para cuando quieras empezar a hablar.
La princesa esquivó los ojos de su primo y esperó que este entrara por completo al carruaje, sabía que su prima no estaba normal, pero no era que tampoco ella hubiera sido muy cuerda, ahora Lydia temía un poco por su vida, pero nada podía hacer ya; mientras todo esto pasaba por su cabeza otra vez esa voz apareció otra vez para decirle otras cosas al oído de Lydia, algunas no las entendía, pero las que pudo entender decían algo como:
-Allá tú que quieres ir detrás de ese hombre... Pero recuerda que pronto tendrás muchos mejores a tus pies, hasta eso haz lo que te de la gana, por lo pronto seguiré durmiendo. porque yo #################################################################################
Las otras palabras no las entendió Lydia pero se asustó bastante con ello, algo le estaba pasando y por si fuera poco no podía concentarse lo suficiente para observar detenidamente a su primo, en quien confiaba tanto como en Diva para salvaguardar su vida; le lastimaba mucho el tener que estar así en ese plan con el primo al que más quiso y con el que pasó tanto tiempo de su niñez, pero las cosas de ese tiempo atrás, eran eso. Un pasado que casi todos habían olvidado, ahora el tiempo los había cambiado y la más cruel de las transformaciones fue la de su primo: Quien de un ser bueno, justo y noble, se había transformado en alguien egoísta, cruel y corrupto; y al que a pesar de todo eso seguía amando de esa manera tan estúpida.
Narro/ Hablo/ Existencia aún dormida de la diosa
Las palabras de Samantha contra su hermano eran fuertes y resonaban en su cabeza como si fueran un eco interminable, haciendo que ella se llenara un poco de miedo, sin embargo algo estaba sucendiendo dentro de ella, un fulgor en su pecho hacía que la emoción aumentara, quería ver más y no iba a perderse de nada de lo que sucediera, a pesar del miedo que se demostraba en su rostro.
-No tengas miedo... Ella es igual a tí... Y es precisamente cuando tú despiertes y seamos una, que tú te verás incluso mejor que ella.
Esta voz resonó en la cabeza Lydia justo en el momento que SOlomon fue lanzado contra la paja de aquel jardín casi muerto maravillosamente por aquella energía que aunque estuvo poco tiempo demostró todo su poder y la dejó deseando ver más despliegue de la misma aún.- Samantha?- dijo con un fingido tono de perplejidad mientras veía como su prima salía corriendo llorando desesperada, con eso Solomon podría decir más que nunca que ella estaba loca, ahora sí tenían perdida la cosa, a menos que su prima hiciera algo más que sólo mostrarse como una loca; una vez que esto sucedió su primo Richard le reclamó algo a su hermano mayor y salió corriendo a buscar a Samantha. Por primera vez Lydia quien estaba de pie fingiendo perplejidad, aunque lo que estaba sintiendo era otra cosa; vio como su primo lloraba, esas lágrimas cristalinas que lejos de hacerle ver minúsculo y tonto lo hacían ver más bello aún. Por unos pocos segundos la princesa sintió que su corazón se llenaba de un dolor indescriptible, pero sólo fue por unos segundos ya que el se la llevó corriendo por la villa hasta el carruaje luego de decir que haría encerrar al marido de su prima.
-No Solomon... Yo no te creo más... - dijo la princesa en alución a aquello que decía sobre la manipulación de Samanta- Lo único que creo es que quieres hacer que el único hombre que le hace bien a Samantha quede encerrado ¿Tú si puedes darte el gusto de estar con quien deseas aún si estás mal, pero no pueden tus hermanos?-Lydia dijo esto con el ánimo de ofender a su primo, de herirlo en lo más profundo de su alma, si es que acaso algún ser como el podría tener algo parecido a un alma o tenía una ciertamente- No creo que mi prima te haya herido en lo más profundo de tu corazón, porque seguro un hombre como tú carece de eso. Asco es lo que me das, no quiero tocar tus manos sucias e impuras ¿cuánta sangre no habrás hecho ya derramar por ocultar tu traición?
Una vez que la princesa de Roma dijo esto rechazó la mano de su primo Solomon y se entró a al carruaje para sentarse y mirarlo detenidamente, aún se veía los vestigios de las lágrimas de Solomon antes derramadas por aquellos ojos fríos como el impasible océando; con un gesto de fastidio Lydia acercó su mano al rostro de su primo y le secó lo poco que quedaba del trayecto de las lágrimas y dijo con voz fría:
-Sécate bien esas lágrimas de cocodrilo, y guárdalas para el senado... No sé que debes confiarme de repente sólo a mí, pero bueno vamos a jugar según tus reglas para ver si sólo así saco algo divertido de este viaje infernal a tu villa, que no es más que un caldo de traiciones y verguenzas- Una vez dicho esto la joven de cabellos negros alejó su mano del rostro de aquel demonio disfrazado de ángel y se dedicó a mirar por fuera de la ventana jurándose que si encerraban a Alucard ella misma lo sacaría para llevarlo con Samantha y los mandaría en un barco sin rumbo con tal de que fueran felices, lejos de toda esa gente hipócrita que nada sabía del amor y de la bondad. Un suspiro profundo salió de los labios de la princesa de Roma quien luego de odiarse mil y un veces por seguir enamorada de un hombre como el decidió hablar ahora sí más tranquila:
-Bueno... Pues no puedo negarme entonces, te seguiré a ver qué se te ha ocurrido hacer, aún a sabiendas de que en cualquier momento podrías lanzarme del carruaje para deshacerte de mí, o quien sabe hacer que tenga un peor destino que Samanta.... Pero vamos a jugar a que te creo, así que te escucho atentamente para cuando quieras empezar a hablar.
La princesa esquivó los ojos de su primo y esperó que este entrara por completo al carruaje, sabía que su prima no estaba normal, pero no era que tampoco ella hubiera sido muy cuerda, ahora Lydia temía un poco por su vida, pero nada podía hacer ya; mientras todo esto pasaba por su cabeza otra vez esa voz apareció otra vez para decirle otras cosas al oído de Lydia, algunas no las entendía, pero las que pudo entender decían algo como:
-Allá tú que quieres ir detrás de ese hombre... Pero recuerda que pronto tendrás muchos mejores a tus pies, hasta eso haz lo que te de la gana, por lo pronto seguiré durmiendo. porque yo #################################################################################
Las otras palabras no las entendió Lydia pero se asustó bastante con ello, algo le estaba pasando y por si fuera poco no podía concentarse lo suficiente para observar detenidamente a su primo, en quien confiaba tanto como en Diva para salvaguardar su vida; le lastimaba mucho el tener que estar así en ese plan con el primo al que más quiso y con el que pasó tanto tiempo de su niñez, pero las cosas de ese tiempo atrás, eran eso. Un pasado que casi todos habían olvidado, ahora el tiempo los había cambiado y la más cruel de las transformaciones fue la de su primo: Quien de un ser bueno, justo y noble, se había transformado en alguien egoísta, cruel y corrupto; y al que a pesar de todo eso seguía amando de esa manera tan estúpida.
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Re: Villa Adriana
Las nubes oscuras se tornaban blancas al amanecer, el cielo se despejaba y lentamente la luna era opacada, las esterllas una a una ivan desapareciendo del firmamento y aquel tono oscuro se degradaba a azul cielo. Entre aquelllas penumbras que cubrian la villa y la oscuridad que era aminazada por la salida de aque lastro solar mis pisadas eran lentas ya ni mi cuerpo se podia divisar, estaba en la entrada, una brisa helida soplo y mis cabellos plateados se mocvieron y brillaron con algunos rayos de sol qu elos alcanzaron, gire mi cabeza al escuchar palabras de Solomon, mi harmano, mi Pater aquel que nos habia "cuidado" y que tanto rencor le habia guardado y le seguiria guardando, aveces pasaba por mi mente si lo odiaba por ser el mayor, ser el predilecto, ser tan "intachable", por ser tan parecido a nuestro padre o simplemente no podia soportar su presencia, su forma de ocultar su realidad, sus herrores y omo eso lo alejo de Samantha y de mi en los momentos que mas lo necsitabamos, no como padre si no como hermano, como apoyo y no estuvo,. una mirada de rencor pose sobre solomon y mio ojos solo lo observaban, mis oidos solo a el esuchaban y luego que callo solo alce la voz para pronunciarme por ultimavez en aquel lugar.
Soy tu hermano menor, no tu esclavo o sirviente, eso recuerdalo, no soy carcelero de nadie, ni mucho menos del espiritu de Samantha y sabes igual que yo que ahora no se detendra por nada ni nadie, no estube ni estoy deacuerdo con la forma en que actuo y es lo unic que me une en cierta forma ahora a ti, solo eso, pero no sere parte de tus planes, eso tenlo por seguro y Lydia calmate que tus palabras no creo que agan efecto en el. Cree que unos guardias detendran a Samantha, ja que iluso, si no puedo hacerla cambiar de opinion yo y aunque me duela decirlo su esposo, nadie lo puede hacer o cambiar su decision. Desperte de mis pensamiento, ustedes quedense aca abajo si se acercan a la habitacion de Samantha o al nivel donde se encuentran las habitacion, sera mejor que antes de ir se despidan de este mundo.
Luego de decir aquellas palabras calle, gire mi rsotro y seguido todo mi cuerpo, para marcharme de aquel lugar, sin esperar respuesta, directo hacia la habitacion de Samantha, mi herman, quien me habi desepcionado, pero no era mi enemiga, hasta aquellos momentos.
Soy tu hermano menor, no tu esclavo o sirviente, eso recuerdalo, no soy carcelero de nadie, ni mucho menos del espiritu de Samantha y sabes igual que yo que ahora no se detendra por nada ni nadie, no estube ni estoy deacuerdo con la forma en que actuo y es lo unic que me une en cierta forma ahora a ti, solo eso, pero no sere parte de tus planes, eso tenlo por seguro y Lydia calmate que tus palabras no creo que agan efecto en el. Cree que unos guardias detendran a Samantha, ja que iluso, si no puedo hacerla cambiar de opinion yo y aunque me duela decirlo su esposo, nadie lo puede hacer o cambiar su decision. Desperte de mis pensamiento, ustedes quedense aca abajo si se acercan a la habitacion de Samantha o al nivel donde se encuentran las habitacion, sera mejor que antes de ir se despidan de este mundo.
Luego de decir aquellas palabras calle, gire mi rsotro y seguido todo mi cuerpo, para marcharme de aquel lugar, sin esperar respuesta, directo hacia la habitacion de Samantha, mi herman, quien me habi desepcionado, pero no era mi enemiga, hasta aquellos momentos.
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Re: Villa Adriana
El soporte del carruaje blanco se inclinaba levemente por el peso del senador que extrañamente y sin que nadie diese cuenta aumentaba desde el contacto con su hermana, parecía ser un efecto secundario que arrearía mayor trabajo a los corceles en su galope. Solomon no se percataba de nada, estaba casi absorto de lo sucedido y lo único que deseaba era encontrar alguna solución para remediarlo, no muy extraño fue en que el nombre de Alucard se presentara en su mente antes que nada, estaba deseoso de lograr calmar el ímpetu del demonio que residía en el cuerpo de Samantha mediante el encierro o sacrificio de su ser “amado”, tal vez así aquel vil engendro opte por dejar su posesión actual a cambio del propio cuerpo del senador de ojos azulados.
Pero rápidamente apareció su primer obstáculo, Lydia, quien se negaba a subir al coche en primera instancia, le recriminaba todo lo que ya había expuesto en el interior de la villa, Solomon permanecía estupefacto, en mutis perfecta, sus orbes carecían de vida, más reventaba de furia en su interior, de rabia en ver como nadie entendía el verdadero peligro que les rodeaba, cada vez más cerca a los miembros de la gloriosa familia imperial.
Por eso ya no le importaba las quejas y reproches de Lydia, si deseaba abofetearle no hubiera tratado de poner defensa alguna más que el profundo silencio. Cuando estaba por adentrarse en su cubículo para emprender solo la faena una mano le detiene, era la de su prima quien finalmente subía junto a él, sin importar a donde le llevase.
Pese a las palabras de la princesa romana, el senador solo menciono al cochero a arrancar a toda velocidad, saliendo rumbo a la ciudad imperial.
Pero rápidamente apareció su primer obstáculo, Lydia, quien se negaba a subir al coche en primera instancia, le recriminaba todo lo que ya había expuesto en el interior de la villa, Solomon permanecía estupefacto, en mutis perfecta, sus orbes carecían de vida, más reventaba de furia en su interior, de rabia en ver como nadie entendía el verdadero peligro que les rodeaba, cada vez más cerca a los miembros de la gloriosa familia imperial.
Por eso ya no le importaba las quejas y reproches de Lydia, si deseaba abofetearle no hubiera tratado de poner defensa alguna más que el profundo silencio. Cuando estaba por adentrarse en su cubículo para emprender solo la faena una mano le detiene, era la de su prima quien finalmente subía junto a él, sin importar a donde le llevase.
Pese a las palabras de la princesa romana, el senador solo menciono al cochero a arrancar a toda velocidad, saliendo rumbo a la ciudad imperial.
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Re: Villa Adriana
Lydia pensó que su primo había enloquecido por completo, las cosas no eran como el las veía, y tarde o temprano el debía entenderlo, le gustase o no las cosas eran así y no había fuerza en el mundo que hiciera que cambiaran; sabía claramente que Samantha tenía un gran poder y que este mismo le iba a ayudar a salvar la vida de su amado quien no era un imbécil tampoco.
La luz de la luna otra empezó a aparecer cual fantasma mustio buscando almas para tomar, sin embargo a Lydia ya no le interesaba en lo más mínimo, no confiaba en SOlomon, más sin embargo ella seguía ahí pensando en el y en mil y un excusas para seguir a su lado aunque a el le importara un pepino; sabía que eso no iba a gustarle a su madre, pero a las alturas del partido entendía que ya tenía todo perdido, así que daba igual lo que ella hiciera o no. Incluso si le daba muerte a Solomon sabía que eso no cambiaría en nada las cosas, porque todo sería exactamente igual a la situación anterior, y lo que era peor, ella quedaría en peor posición si actuaba de esa forma tan irresponsable y tonta. Otro suspiro más salió de sus labios, porque estaba empezando a pensar todas las cosas malas que tenía Solomon, y con eso estaba determinando que había perdido la razón por amar tanto a un hombre como ese que sólo traería desgracias a sus seres queridos; un hombre tan egoísta que más útil sería como comida para aves de carroña o cosas por el estilo, es decir para material de inmundicia y verguenza, porque eso era lo que ahora simbolizaba ante sus ojos.
-Lastimosamente un gusano tiene más dignidad que tú....
Pronto el carruaje se alejó de las villas y tomó camino hacia el senado, la joven princesa solo suspiró con algo de fastidio pensando en una manera de lograr obetener tiempo para que Samantha pudiera irse a buscar a Alucard y huir de manera inmediata, eso a menos que Solomon la hiciera callar en ese lugar, cosa que no pensaba el podía hacer.
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Re: Villa Adriana
Narración// Dialogo de Samantha // Dialogo de Eris
Samantha con esfuerzo caminaba entre la bruma de los pasillos de la villa Adriana, pues su vientre comenzaba a doler demasiado a cada paso que daba, generando que en cierto tiempo tras estar caminando se detuviera y cayera hincada, mientras que su diestra temblorosa la posaba en una de las paredes y la surda, oprimiera la zona del abdomen y su vientre, mientras apretaba con fuerza sus dientes y su cuerpo era invadido en un escalofrió demasiado gélido. Su vista se tornaba borrosa mientras un enorme dolor comenzaba a surgir, colapsando su resistencia física en un leve gemido aun en susurro, su respiración una vez más se alteraba para que de la nada aquella vos de la diosa le susurrara:
-Deberás, se me olvido darte la infausta noticia, hubieras sido una buen madre Samantha, lastima que ya perdiste el producto de tu lujuria…
Samantha alzaba el rostro mientras sus ojos llorosos se abrían a todo lo que daba, el gesto de su faz era de sorpresa mientras su mandíbula temblaba, cuestionando con timbre dudoso:
-¿Madre?…haaaa… ¿Qué?… ¿Tu? ¿Provocaste mi aborto? (llevándose las manos a su parte intima, la cual humedad se sentía, alzándola para que tan solo viera la cantidad de sangre que podía derramar, asustándose y acorralándose en la pared) ¿Cómo pudiste Eris?
-(La vos le susurro con ironía) No, me hubiera gustado ser la causante de todos tu males, pero no tuve ese privilegió tan ameno, ¿Acaso ya lo olvidaste Samantha? Aquel golpe tras haber caído gracias a la bofetada de ese hombre…
-¿Solomon? (recargando su cuerpo aun mas e la pared mientras abría la boca, la cual esta temblaba) Maldito… Haaaaaaaaaaaa (Gritando desgarradoramente) ¡Maldito lo pagaras, lo juro!
Y de lanada su sombra se materializaba frente a ella, quedando hincado un cuerpo y un rostro igual al de Samantha, pero remarcado con la locura primordial, tomándole la sien con firmeza, Eris se expresaba:
-¿Quieres ver?…jajajajaja… Mira.
Y Apretando las sienes de Samantha soltaba una pequeña descarga eléctrica, causando que dicha mujer frustrada cayera inconsciente para así poder nadar entre la soledad de su pensamientos, siendo arrastrada hacia un cuadro pintoresco, en acalla villa donde se había casado, fácil de describir: Dos niños, sexos distintos estaturas iguales, rostros semejantes, jugueteando entre las jardineras de orquídeas, a lo lejos sentados en el pasto tomados de la manos, se notaban dos personas demasiado felices, aquellos simplemente eran Alucard y Samantha la cual esperaba un tercero en su vientre; tal parecía que su vida hubiera sido perfecta si no se hubiera dejado guiar por la discordia de su corazón, toda aquella estampa desvanecía quedando solo ella enloquecida en derredor de llamas, para que de la nada despertara de su trance y tan solo nada había alrededor de aquel pasillo oscuro.
Levantándose toda demacrada con dolor, Samantha dejaba aquella sección de su antigua casa, dejan do en el piso un charco de sangre más no en su vestido, sus manso aun manchadas por aquel extracto carmín estaba, generando que se limpiara entre las faldas de su vestido de bodas todo arruinado, dejando por fin aquel opaco lugar esta se dirigía hacia su jardín de orquídeas con el mero propósito de ya olvidar todo, sus lagrimas cesaron solo incertidumbre radiaba con aquella mirada.
-Deberás, se me olvido darte la infausta noticia, hubieras sido una buen madre Samantha, lastima que ya perdiste el producto de tu lujuria…
Samantha alzaba el rostro mientras sus ojos llorosos se abrían a todo lo que daba, el gesto de su faz era de sorpresa mientras su mandíbula temblaba, cuestionando con timbre dudoso:
-¿Madre?…haaaa… ¿Qué?… ¿Tu? ¿Provocaste mi aborto? (llevándose las manos a su parte intima, la cual humedad se sentía, alzándola para que tan solo viera la cantidad de sangre que podía derramar, asustándose y acorralándose en la pared) ¿Cómo pudiste Eris?
-(La vos le susurro con ironía) No, me hubiera gustado ser la causante de todos tu males, pero no tuve ese privilegió tan ameno, ¿Acaso ya lo olvidaste Samantha? Aquel golpe tras haber caído gracias a la bofetada de ese hombre…
-¿Solomon? (recargando su cuerpo aun mas e la pared mientras abría la boca, la cual esta temblaba) Maldito… Haaaaaaaaaaaa (Gritando desgarradoramente) ¡Maldito lo pagaras, lo juro!
Y de lanada su sombra se materializaba frente a ella, quedando hincado un cuerpo y un rostro igual al de Samantha, pero remarcado con la locura primordial, tomándole la sien con firmeza, Eris se expresaba:
-¿Quieres ver?…jajajajaja… Mira.
Y Apretando las sienes de Samantha soltaba una pequeña descarga eléctrica, causando que dicha mujer frustrada cayera inconsciente para así poder nadar entre la soledad de su pensamientos, siendo arrastrada hacia un cuadro pintoresco, en acalla villa donde se había casado, fácil de describir: Dos niños, sexos distintos estaturas iguales, rostros semejantes, jugueteando entre las jardineras de orquídeas, a lo lejos sentados en el pasto tomados de la manos, se notaban dos personas demasiado felices, aquellos simplemente eran Alucard y Samantha la cual esperaba un tercero en su vientre; tal parecía que su vida hubiera sido perfecta si no se hubiera dejado guiar por la discordia de su corazón, toda aquella estampa desvanecía quedando solo ella enloquecida en derredor de llamas, para que de la nada despertara de su trance y tan solo nada había alrededor de aquel pasillo oscuro.
Levantándose toda demacrada con dolor, Samantha dejaba aquella sección de su antigua casa, dejan do en el piso un charco de sangre más no en su vestido, sus manso aun manchadas por aquel extracto carmín estaba, generando que se limpiara entre las faldas de su vestido de bodas todo arruinado, dejando por fin aquel opaco lugar esta se dirigía hacia su jardín de orquídeas con el mero propósito de ya olvidar todo, sus lagrimas cesaron solo incertidumbre radiaba con aquella mirada.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
Mis pasos se podian sentir ya en los ultimos sectores de la casa principal de la villa adriana, el amanecer hacia su gran entreda y la oscuridad con pena se escondia ante el magestuoso astro solar que se posaba sobre el horizonte anunciando que el nuevo dia ya habia iniciado, estaba cabisbajo con la vista perdida, un andar lento, el viento soplava calidamente y movia mis largos cabellos plateados hacia mi lado derecho, era una escena melancolica, el rostro frio tenia rastros de dolor y sufriminetos, sentia como mi alma se desboronaba lentamente produciendome un incesante dolor que no podia curar nada ni nadie, Sali, el sol pegaba en mi rsotro y mis ojos se entre cerraban, un brillo se posaba en ellos, mis pisadas hacian crujir el pasto a mi pasar, de pronto a mis pies pude observar sangre, me agache la observe y nuevamente adopte aquella postura orgullosa y llame a una sirvineta.
Busca la forma de apartar esta sangre de aquí, eso no puede andar regado por todas partes, imagine que era de algun animal, si alguien mata algun animal que procuren estar dejando sangre por toda la villa o si no, la sangre que se derramara sera la suya propia, asi que apurese y aparte eso de mi vista, cuando regrese no quiero verla, luego de decir aquellas palabras prosegui mi camino, no le hables asi, ellos no tienn la culpa, son simplemente sirvientes y… por eso, por ser simples sirvientes debemos tratarlos de esa forma, que mantengan su lugar y sepan quien manda, eres petico, reacciona y mira esta esplendida villa, la posicion y el dinero que tienes puedes destruir a muchos solo por divercion, anda haslo, has miserable la vida de muchos para que la tuya tome algo de importancia, eso no es lo que debe hacer en estos momentos, callate, no me interrumpas, los dos dejen de hablar, susurre, no me soporto ni a mi mismo en estos momentos, solo quiero planear mis movimientos y disfrutar de esta belleza de naturaleza, la obra maesta de los dioses, camine hasta un manzano y alli me recoste, descance un rato y luego me levante, me dirigia hacia los establos, donde me habia informado se encontraba Cassie.
Busca la forma de apartar esta sangre de aquí, eso no puede andar regado por todas partes, imagine que era de algun animal, si alguien mata algun animal que procuren estar dejando sangre por toda la villa o si no, la sangre que se derramara sera la suya propia, asi que apurese y aparte eso de mi vista, cuando regrese no quiero verla, luego de decir aquellas palabras prosegui mi camino, no le hables asi, ellos no tienn la culpa, son simplemente sirvientes y… por eso, por ser simples sirvientes debemos tratarlos de esa forma, que mantengan su lugar y sepan quien manda, eres petico, reacciona y mira esta esplendida villa, la posicion y el dinero que tienes puedes destruir a muchos solo por divercion, anda haslo, has miserable la vida de muchos para que la tuya tome algo de importancia, eso no es lo que debe hacer en estos momentos, callate, no me interrumpas, los dos dejen de hablar, susurre, no me soporto ni a mi mismo en estos momentos, solo quiero planear mis movimientos y disfrutar de esta belleza de naturaleza, la obra maesta de los dioses, camine hasta un manzano y alli me recoste, descance un rato y luego me levante, me dirigia hacia los establos, donde me habia informado se encontraba Cassie.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Villa Adriana
Ahh! por fin llegando a casa. Solomon había terminado su recorrido, extrañamente algunos animales muertos como avecillas y ardillas yacían muertas circundando a la villa, una densa neblina la encapsulaba dejando un desagradable olor a azufre. Pero este clima sombrio y pestilente desaparecía al paso de un rato, mientras sus pasos lo acercaban a la entrada magnifica de la villa, allí quedo parado escuchando en su interior el aleteo suave de las aves del paraíso, no podía evitar pensar en el porqué del aura de muerte tan cercana a su hogar y en especial, ¿porque esta quedaba rezagada sin acercarse más?.
En su meditar no escucho los movimientos tras la puerta, una sirviente le abría y visiblemente sorprendida le saludaba algo temerosa, claro, al igual que muchos otros, aquella muchacha también había sido testigo de lo ocurrido por la tarde. Solomon paso de largo encontrando todo perfectamente limpio y ordenado, como si el huracana llamado "Samantha" hubiese desaparecido sin dejar rastro de su casa.
Dígame...Richard está cuidando de mi hermana?
La fémina tembló para luego sin decir nada apuntara con su índice izquierdo la salida hacía donde debería estar su hermano. El senador con calma la envió a que descansara, luego de aquello y con un gesto más adusto prosiguió hacía aquella dirección sin antes pedirle a la jovencita a que enviara a que preparasen sus cosas para partir al amanecer hacía el puerto.
En su meditar no escucho los movimientos tras la puerta, una sirviente le abría y visiblemente sorprendida le saludaba algo temerosa, claro, al igual que muchos otros, aquella muchacha también había sido testigo de lo ocurrido por la tarde. Solomon paso de largo encontrando todo perfectamente limpio y ordenado, como si el huracana llamado "Samantha" hubiese desaparecido sin dejar rastro de su casa.
Dígame...Richard está cuidando de mi hermana?
La fémina tembló para luego sin decir nada apuntara con su índice izquierdo la salida hacía donde debería estar su hermano. El senador con calma la envió a que descansara, luego de aquello y con un gesto más adusto prosiguió hacía aquella dirección sin antes pedirle a la jovencita a que enviara a que preparasen sus cosas para partir al amanecer hacía el puerto.
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Re: Villa Adriana
Narración // Pensamientos de Cassie
Cassie divagaba con una sonrisa de lado a lado ente los enormes pacillos de la villa Adriana. En su mente se perdía entre las infinidades de imágenes que fabricaba, con respecto al tema de su venidera boda, al igual que comenzaba a practicar lo de sus votos para demostrar su fidelidad como esposa.
Los esclavos con los que antes interactuaban de una manera tan mundana, ahora daban reverencia al mirarla, siempre con saludos cordiales, pues muy bien sabían que aquella mujer afortunada seria su nueva ama. Cassie les contestaba siempre con una tímida sonrisa, típico de aquella musa.
Sus pasos culminaron frente a la entrada que daba vista a la espectacular belleza de aquellos jardines enormes, su vista se extasiaba tras ver cada adornito que en las mesas yacían posados, los ramos de flores eran demasiado exagerado, pero aun así maravillosos, los preparativos de su boda se habían cumplido con demasiada rapidez, tan solo faltaba su amado Richard y aquello seria perfecto.
El aire de la tarde golpeaba entre sus mejillas sonrojadas, el aroma de los alimentos y perfumes ambientalistas embriagaban cada uno de sus sentidos, su vista estaba deslumbrada, generando que la dama sonriera con gran exagere.
Cassie daba media vuelta y se recargaba entre las paredes del lugar, queriendo romper en llanto por tan hermoso espectáculo, suspiró para tranquilizarse y en mente se dijo:
-Es tan hermoso, es tan perfecto… que no lo puedo creer, ¿Acaso será un sueño? Si es así por favor no me despierten, para que así viva por toda la eternidad… Solo falta Richard y esto comenzara, una nueva era totalmente distinta a la anterior… tan amena situación. Pero bueno vasta de basilar con esto, no aguanto las ganas de que mi amado me vea con esta prendas mejor me dirijo a su aposento para así traerlo… Que feliz soy… que feliz seremos amado Apolo.
Surcando una sonrisa, Cassie comenzó a dirigirse rumbo a la sección este de la área habitacional de dicha villa, al encuentro de su prometido.
Los esclavos con los que antes interactuaban de una manera tan mundana, ahora daban reverencia al mirarla, siempre con saludos cordiales, pues muy bien sabían que aquella mujer afortunada seria su nueva ama. Cassie les contestaba siempre con una tímida sonrisa, típico de aquella musa.
Sus pasos culminaron frente a la entrada que daba vista a la espectacular belleza de aquellos jardines enormes, su vista se extasiaba tras ver cada adornito que en las mesas yacían posados, los ramos de flores eran demasiado exagerado, pero aun así maravillosos, los preparativos de su boda se habían cumplido con demasiada rapidez, tan solo faltaba su amado Richard y aquello seria perfecto.
El aire de la tarde golpeaba entre sus mejillas sonrojadas, el aroma de los alimentos y perfumes ambientalistas embriagaban cada uno de sus sentidos, su vista estaba deslumbrada, generando que la dama sonriera con gran exagere.
Cassie daba media vuelta y se recargaba entre las paredes del lugar, queriendo romper en llanto por tan hermoso espectáculo, suspiró para tranquilizarse y en mente se dijo:
-Es tan hermoso, es tan perfecto… que no lo puedo creer, ¿Acaso será un sueño? Si es así por favor no me despierten, para que así viva por toda la eternidad… Solo falta Richard y esto comenzara, una nueva era totalmente distinta a la anterior… tan amena situación. Pero bueno vasta de basilar con esto, no aguanto las ganas de que mi amado me vea con esta prendas mejor me dirijo a su aposento para así traerlo… Que feliz soy… que feliz seremos amado Apolo.
Surcando una sonrisa, Cassie comenzó a dirigirse rumbo a la sección este de la área habitacional de dicha villa, al encuentro de su prometido.
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Re: Villa Adriana
Narración// Dialogo de Samantha // Dialogo del esclavo
Las pilastras se alzaban, todas adornadas, floreros enormes en los costados del pedregal, efectivamente un boda se estaba por comenzar, Samantha no hizo ningún gesto ni de felicidad y hastió, solo siguió lenta y digna, no tardano un esclavo le recibió, parando el caballo con la cabeza bajada y ofreciendo su mano, para así la dama poder bajar, la reencarnación le ignoro, pues era imperdonable que humano tocaran su piel, por lo que tan solo echando su cuerpo hacia adelante, Samantha cayo erguida en el suelo, alzando su mirada y oliendo toda fragancia, ladeando u rostro esta se dispuso a ordenar:
-Avisa al joven Richard, que Samantha a llegado y que venga a recibirme como se merece, además tengo entendido que también Lydia esta aquí, así que llámela que quiero hablar con ella, solo eso, no vengo a la boda pero eso no impide que se me presente, así que apúrate y ve, mientras deja un edecán pues Flori llegara, y ella no es mas un esclavo si no todo lo contrario… Rápido ve.
-Como ordene usted señorita Samantha…
El empleado salió pavoroso al encuentro de su amo, mientras que dicha mujer comenzó a danzar por entre los pasillos principales, percatándose de todo alboroto tras el casamiento de un estúpido niño rebelde que no había hecho nada por Roma con una simple y mundana esclava.
Las pilastras se alzaban, todas adornadas, floreros enormes en los costados del pedregal, efectivamente un boda se estaba por comenzar, Samantha no hizo ningún gesto ni de felicidad y hastió, solo siguió lenta y digna, no tardano un esclavo le recibió, parando el caballo con la cabeza bajada y ofreciendo su mano, para así la dama poder bajar, la reencarnación le ignoro, pues era imperdonable que humano tocaran su piel, por lo que tan solo echando su cuerpo hacia adelante, Samantha cayo erguida en el suelo, alzando su mirada y oliendo toda fragancia, ladeando u rostro esta se dispuso a ordenar:
-Avisa al joven Richard, que Samantha a llegado y que venga a recibirme como se merece, además tengo entendido que también Lydia esta aquí, así que llámela que quiero hablar con ella, solo eso, no vengo a la boda pero eso no impide que se me presente, así que apúrate y ve, mientras deja un edecán pues Flori llegara, y ella no es mas un esclavo si no todo lo contrario… Rápido ve.
-Como ordene usted señorita Samantha…
El empleado salió pavoroso al encuentro de su amo, mientras que dicha mujer comenzó a danzar por entre los pasillos principales, percatándose de todo alboroto tras el casamiento de un estúpido niño rebelde que no había hecho nada por Roma con una simple y mundana esclava.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
A lo lejos ya podían verse los pilares principales que caracterizaban a la villa Adriana, en donde siempre me daba un tiempo para salir y contemplar un rato las estrellas, una pequeña sonrisa se mostró en mi rostro al darme cuenta que por fin estaba llegando a mi preciada villa pero de una forma diferente, esta vez no como una sirviente, sino como una digna y fiel guerrera, la mano derecha de mi diosa, a quien apreciaba mucho desde antes de que despertase como diosa de la discordia, siempre fui muy fiel a ella, siempre fui su sirviente, atendiendo cada una de sus necesidades, y estaba orgullosa de eso. sin más avancé, cuando pasé aquellos pilares detuve de golpe a mi corcel. Los pilares enormes estaban adornados de una forma agradable, aunque no me agradaba para nada la apariencia del lugar era obvio que una boda iba a efectuarse pronto, la boda de hermano de Samantha, Richard y su esclava, no me parecía bonito eso, no creía que alguien se case con su esclava pero no era mi asunto, solo venía para acompañar a mi diosa, nada más.
-Vaya asique una boda...- Dije en voz baja al mismo tiempo que di un salto cayendo de pie al suelo. Dí una suave palmada a mi corcel en el lomo para que éste comenzara a trotar alejándose de mí, y yo me dispuse a caminar por los pasillos en busca de Samantha hasta que la alcancé aunque no me adelante mucho y dije.
-Aquí estoy, mi señora. Lamento haber tardado... pero puedo compensarlo ayudándola en lo que desee.- Dije lamentándome por haber llegado algo tarde, creía que había llegado algo tarde, aunque siempre era mi costumbre disculparme con ella cuando creía haber fallado en algo. Me quedé esperando su reacción.
-Vaya asique una boda...- Dije en voz baja al mismo tiempo que di un salto cayendo de pie al suelo. Dí una suave palmada a mi corcel en el lomo para que éste comenzara a trotar alejándose de mí, y yo me dispuse a caminar por los pasillos en busca de Samantha hasta que la alcancé aunque no me adelante mucho y dije.
-Aquí estoy, mi señora. Lamento haber tardado... pero puedo compensarlo ayudándola en lo que desee.- Dije lamentándome por haber llegado algo tarde, creía que había llegado algo tarde, aunque siempre era mi costumbre disculparme con ella cuando creía haber fallado en algo. Me quedé esperando su reacción.
Pandora1- Espectro de Hades
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Re: Villa Adriana
Narración// Dialogo de Samantha// Pensamientos de SamanthaLa diosa de la discordia deambulaba por entre los enormes pasillo de aquella villa; aquel lugar al cual alguna vez lo catalogo como hogar, cientos de esclavos romanos y egipcios danzaban con gran desesperación por doquier, gracias al tema de una venidera boda, mas sin embargo, Samantha pasaba desapercibida ante la pupila humana, pero algo hizo que se detuviera en medio del camino… un rumo demasiado perfecto para la diosa, se decía que Cassie la eslava, había abandonado el lugar por encontrar a su prometido en una escena bochornosa con su prima, la princesa Lydia, no pudo evitar Samantha en esbozar una sarcástica sonrisa. En mente Eris cavilaba:
-¡Perfecto! Al final Richard estropeó todo con su papel de mujeriego… pero ¿con Lydia? Esta mujer que se denigra para llamar la atención, que se le va a hacer… por lo menos me ahorro la vergüenza a mi, de ser la que estropeara todo, bueno, bueno, por lo visto fue en baldé que viniera hasta aquí.
Samantha cerró sus ojos y dejo que el aroma se paseara por entre su olfato, un aroma exquisito… algo dulzón, para tan solo susurrar:
-¡¿Vino?!…mmm… tiempo sin que mi garganta sea raspada por su rancio sabor…mmm ¿Sera debido?… no, no lo creo… es perder mucho EL tiempo.
La diosa culminaba sus palabras de distracción, cuando a lo lejos la presencia de su fantasma de la muerte embriagaba el ambiente. Flori se acercaba rápidamente para así con pena disculparse por su tardanza y ofrecer sus servicios incondicionales, aquello era de agrado para Samantha, por lo que mientras daba lentamente y con sensualidad la media vuelta… esta se expresó:
-Mi niña, siempre disculpándose, no es necesario, es mas… me dio un respiro; gracias por venir y siempre estar a mi lado… Flori ¿sabe cual es mi promesa? ¿Mi deber?…ante usted como hermana. Solo quiero verla feliz… tenemos que padecer en guerra…pero, le prometo que a mi lado vos no sufrirá (caminando hacia ella y tomándola de los hombros, curvando su postura , pues Flori era mas pequeña, estando los rostros frente a frente) Le juro que algún día no cargara este peso… y para eso, el sacrificio lo hará su diosa. Aquí, entre las construcciones de nuestro viejo hogar, le pido disculpas no podre estar a su lado y envejecer como ancianas amigas…hermanas; por desgracia (Cerrando sus ojos y surcando una dolorosa sonrisa) no habrá descendencia de mi parte, para que tales le digan tía algún día, Flori perdóneme pero es probable que duerma una era mas… pero, recuerde que lo hago por su bienestar… Ahora bien solo quiero escucharlo de usted… solo quiero escuchar… que todo saldrá bien y que no me odiara, pequeña hermana…solo quiero escuchar que sin importar la desgracia sonreirás… solo una vez para mi… yo, Samantha su diosa, pero mas que eso su amiga, no la quiere ver seria, recuerde lo siempre he dicho: que una sonrisa alumbra límpidamente las tinieblas al fin de cuenta.
Soltándola y poniéndose recta, llevándose las manos por detrás de su espalda, entrecruzando sus dedos, ladeando su rostro y con serenidad Samantha espero la respuesta e Flori.
-¡Perfecto! Al final Richard estropeó todo con su papel de mujeriego… pero ¿con Lydia? Esta mujer que se denigra para llamar la atención, que se le va a hacer… por lo menos me ahorro la vergüenza a mi, de ser la que estropeara todo, bueno, bueno, por lo visto fue en baldé que viniera hasta aquí.
Samantha cerró sus ojos y dejo que el aroma se paseara por entre su olfato, un aroma exquisito… algo dulzón, para tan solo susurrar:
-¡¿Vino?!…mmm… tiempo sin que mi garganta sea raspada por su rancio sabor…mmm ¿Sera debido?… no, no lo creo… es perder mucho EL tiempo.
La diosa culminaba sus palabras de distracción, cuando a lo lejos la presencia de su fantasma de la muerte embriagaba el ambiente. Flori se acercaba rápidamente para así con pena disculparse por su tardanza y ofrecer sus servicios incondicionales, aquello era de agrado para Samantha, por lo que mientras daba lentamente y con sensualidad la media vuelta… esta se expresó:
-Mi niña, siempre disculpándose, no es necesario, es mas… me dio un respiro; gracias por venir y siempre estar a mi lado… Flori ¿sabe cual es mi promesa? ¿Mi deber?…ante usted como hermana. Solo quiero verla feliz… tenemos que padecer en guerra…pero, le prometo que a mi lado vos no sufrirá (caminando hacia ella y tomándola de los hombros, curvando su postura , pues Flori era mas pequeña, estando los rostros frente a frente) Le juro que algún día no cargara este peso… y para eso, el sacrificio lo hará su diosa. Aquí, entre las construcciones de nuestro viejo hogar, le pido disculpas no podre estar a su lado y envejecer como ancianas amigas…hermanas; por desgracia (Cerrando sus ojos y surcando una dolorosa sonrisa) no habrá descendencia de mi parte, para que tales le digan tía algún día, Flori perdóneme pero es probable que duerma una era mas… pero, recuerde que lo hago por su bienestar… Ahora bien solo quiero escucharlo de usted… solo quiero escuchar… que todo saldrá bien y que no me odiara, pequeña hermana…solo quiero escuchar que sin importar la desgracia sonreirás… solo una vez para mi… yo, Samantha su diosa, pero mas que eso su amiga, no la quiere ver seria, recuerde lo siempre he dicho: que una sonrisa alumbra límpidamente las tinieblas al fin de cuenta.
Soltándola y poniéndose recta, llevándose las manos por detrás de su espalda, entrecruzando sus dedos, ladeando su rostro y con serenidad Samantha espero la respuesta e Flori.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Villa Adriana
Alcancé a reaccionar cuando Samantha se violteó y tomó de repente mis hombros, tuve que levantar un poco la vista para verla a los ojos, al mismo tiempo que ella se encorvó un poco y seria me transmitió algunas palabras, a las que escuché atentamente, ya había oido algo como eso antes, mi diosa siempre quiso lo mejor para mi, para cada uno de sus fantasmas, siempre me pedía que manuviese esa sonrisa en mi rostro a pesar de los malos momentos y experiencias vergonzosas que pase en mi vida. Era algo que apreciaba mucho de ella y por eso además de muchas más cosas, la admiraba. Al acabar aquel diálogo de mi diosa, no pude evitar contestar a sus preguntas, ella me pedía oirlo de mi boca y era lo que iba a hacer, después de todo con ella debía ser sincera, no guardarme ningún sentimiento.
-Mi señora... no debe cargar con todo usted sola, para eso estamos sus fantasmas, sus hermanos de reino... para eso estoy yo, su eterna y fiel compañera... para acompañarla en todas y cada una de sus decisiones, ya sean simples o involucren a todos nosotros... siempre estaré a su lado... siempre y sin importar la situación en la que nos encontremos le mostraré una cálida sonrisa a mi diosa, como usted lo hace siempre, y no la dejaré sola ni un minuto porque se que quiere lo mejor para mi, yo también quiero eso para usted- despues hice una pausa y bajé por un momento mi rostro suspirando y tomando aire una vez mas para acabar con mi dialogo, volviendo a mirar a mi diosa a los ojos -No importa la decidión que usted tome, mi señora, la respetaré siempre, y pase lo que pase, prometo con toda mi alma que siempre sonreiré por usted... siempre lo haré...- Seguido de aquellas oraciones aun parada frente a Samasntha cerré por unos pocos segundos mis ojos en un gesto de cariño y mostré una sonrisa bastante notable y soncera hacia ella, mostrando que lo podía hacer, mostrando que a su lado era feliz a pesar de todo lo que estaba pasando y la guerra que estaba próxima, porque para eso fui elegida a su servicio, por eso acepté el destino que me tocó y por fortuna para mi, me tocó un lugar muy cercano en el corazón de Samantha y eso me hacía feliz.
Ahora solo esperaba la respuesta de mi diosa, esperaba la contestación a mis palabras tan sinceras, aun en la misma posición y con esa sonrisa en mi rostro, que mostraba que confiaba en ella y quería verla feliz y conforme siempre.
-Mi señora... no debe cargar con todo usted sola, para eso estamos sus fantasmas, sus hermanos de reino... para eso estoy yo, su eterna y fiel compañera... para acompañarla en todas y cada una de sus decisiones, ya sean simples o involucren a todos nosotros... siempre estaré a su lado... siempre y sin importar la situación en la que nos encontremos le mostraré una cálida sonrisa a mi diosa, como usted lo hace siempre, y no la dejaré sola ni un minuto porque se que quiere lo mejor para mi, yo también quiero eso para usted- despues hice una pausa y bajé por un momento mi rostro suspirando y tomando aire una vez mas para acabar con mi dialogo, volviendo a mirar a mi diosa a los ojos -No importa la decidión que usted tome, mi señora, la respetaré siempre, y pase lo que pase, prometo con toda mi alma que siempre sonreiré por usted... siempre lo haré...- Seguido de aquellas oraciones aun parada frente a Samasntha cerré por unos pocos segundos mis ojos en un gesto de cariño y mostré una sonrisa bastante notable y soncera hacia ella, mostrando que lo podía hacer, mostrando que a su lado era feliz a pesar de todo lo que estaba pasando y la guerra que estaba próxima, porque para eso fui elegida a su servicio, por eso acepté el destino que me tocó y por fortuna para mi, me tocó un lugar muy cercano en el corazón de Samantha y eso me hacía feliz.
Ahora solo esperaba la respuesta de mi diosa, esperaba la contestación a mis palabras tan sinceras, aun en la misma posición y con esa sonrisa en mi rostro, que mostraba que confiaba en ella y quería verla feliz y conforme siempre.
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