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Habitación de la Emperatriz
Recuerdo del primer mensaje :
Los aposentos de la Emperatriz, a pesar de su opulencia y ostentosidad sus habitaciones eran bastante sencillas, sin perder nunca el lujo y la calidad de todos los enseres.
Diva a pesar de la fama y las muchas "maneras" que le haya tocado usar en sus 25 años, era una mujer sumamente educada, instruída en las artes, por lo que su habitación contaba con sillas para entablar conversaciones privadas con sus allegados, un pequeño escritorio, donde escribía y plasmaba sus estrategías y tácticas. Para ella el poder y su adquisición simplemente era un juego, un juego donde no le gustaba perder.
El oro y sedas es lo que se aprecia en el momento de ingresar, cuanta con balcones que da a los jardínes internos, dos puertas que comunican a la habitación privada de Dimitri y los baños privados que cuenta su habitación.
Había un gran espejo en una de las esquinas de la habitación, ese espejo lo usaba además de verse para expiarse así misma.
Había salido del local de Antonina, déjando aquellas monedas de oro que me estorbaban que había cargado ese día para ver darselas a Maximo.
El camino se hizo largo, la noche había caído completamente un sutil viento frío se filtraba dentro del carruaje, que me hacía estremecer, mis pensamientos seguían enfocados en el sujeto que acompaño en todo el desfile a Vergilius.
Me encontraba cansada, solo deseaba llegar a Palacio y reposar mi cuerpo, cambiarme de atuendos pero antes, tomar un buen y relajante baño.
Miré a través de la ventanilla, la luna enmarcada en un manto oscuro, donde una que otra nube se dejaba profanar por el brilla lunar. Dejé de mirar por la ventana, tiré mi cuerpo junto con mi cabeza hacia atrás en el carruaje, por momentos se me cerraban los ojos y a mi mente regresaba la imagen del cielo manchado por toques carmesí, las enseñanzas Egipcias bien indicaban que eso sólo significaba: Sangre
No sabía si eso era para bien o para mal, ese cielo sólo me hacía evocar a mi tierra natal de Egipto, su cálida arena, su abrasador calor, la pureza de sus tierras, la dulzura de sus aguas, como deseaba volver a tener esas tierras para mi, tener esas tierras sometidas ante mi.
Cerré los ojos y me quedé dormida dentro del transporte. No sé cuanto había pasado, pero el carruaje ya se encontraba en las grandes puertas del Palacio, la puertecilla se encontraba cerrada, miré a mi frente y ahí estaba Dimitri, dormido y agotado por todo lo que habia acontecido.
Me acerqué a él, acaricié su rostro, su piel tersa y delicada se sentía como la seda misma, era mi esclavo consentido, era mi niño mimado, vivía mejor que cualquier hijo de rico Romano, y del mismo modo era mio, y podía hacer lo que quisiera con él, era de mi entera y absoluta propiedad. Llevé mis manos a sus cabellos del sol, los toqué y se sentía tan sedosos como su piel, dejé de hacer ese movimiento con mi mano derecha y tomé mi pequeño látigo, levantándolo en lo alto y golpeando con fuerza la parte del sillón libre donde estaba sentado Dimitri, lo hice despertar:
- Estoy esperando que te levantes y me des la mano ........ no he podido salir de aquí ........ Dimitri
Apresurado descendió, ofreciendome su mano para bajar del carruaje, los caballos relincharon y sin tener que indicarselos desaparecieron, solté la mano de Dimitri y simplemente le dije:
- Levántate temprano mañana Dimitri, requiero de tus servicios antes del alba
Ingresando al Palacio con dirección mis aposentos
Dos guardias se encontraban en el pasillo que me llevaba a mis aposentos, ellos adoptaron una postura militar portando sus largas lanzas, pasé de ellos, ingresando a mi habitación, me quité todo los adornos que tenía encima, joyas, anillos, colgantes y demás, quité la capa que me abrigaba y desordené mi cabello, me senté en una de las orillas de mi cama y me tiré hacia atrás dedicándole mi vista al techo.
No dejaba de pensar en mi esposo el Emperador, que aún se encontraba en Oriente, no dejaba de pensar en sus hijos, Vergilius y en recién aparecido Octavius, pensé en Lydia, aquella engreída que no se perdía esa clase de celebraciones para alardear y mostrar a toda la sociedad romana su supuesta belleza y perfección.
Maximo y sus estúpideces, Verenice, aquella que alguna vez fue llamada: El Terror Africano, cuando pensé en ella, me levanté sentandome abruptamente en la cama, la había olvidado por completo, me levanté de la cama y caminé en dirección al baño privado, pensando: - Maldita sea!!!! qué me ocurre!!!! ........ Habré hecho bien de darle esa esclava a Octavius, Estúpida Diva ESTÚPIDA!!!!!!!
Rasgando las telas del vestido que lentamente me iba sacando para quedar en la sencilla túnica que usaba debajo. Dejando el vestido ahí tirado expresé:
- Debo cersiorarme que esa "bocona" no hable.
No sabía si ella al igual que su nuevo amo se encontraban en Palacio, aunque eso ya pasaba a segundo plano, comencé a desnudarme mientras pensaba de nuevo en Egipto, no había noticias del General Edward y su tropas, no había rumores de Egipto, esto no estaba bien, un año y nada absolutamente nada de ninguna de las partes.
Completamente desnuda ingresé a las aguas que bien sabían los sirvientes del Palacio que debían estar listas, el agua estaba tibia, el ahora a jazmín y rosas embriagaba mis pulmones, me hice en una de las esquinas del baño, echando mi cabeza hacia atrás, mientras mi cuerpo se adaptaba y disfrutaba de aquellas cálidas aguas.
Mi mente por momentos se aclaraba, por ahora no me iba a preocupar, seguí relajandome en aquel baño, acariciando mis piernas, brazos, vientre y demás, impreganando todo mi cuerpo con aquel delicado aroma. Permanecí así un tiempor prolongado al rato abrí mis ojos y salí de allí, las criadas que estaba ahí esperando corrienron hacia mi, arropando mi cuerpo con finas sedas, vistiendome con ropas de dormir.
Con un ademán les dije que salieran de allí, ingresando de nuevo a mi habitación, acostandome en mi cama y pensando en mis próximos movimientos
Los aposentos de la Emperatriz, a pesar de su opulencia y ostentosidad sus habitaciones eran bastante sencillas, sin perder nunca el lujo y la calidad de todos los enseres.
Diva a pesar de la fama y las muchas "maneras" que le haya tocado usar en sus 25 años, era una mujer sumamente educada, instruída en las artes, por lo que su habitación contaba con sillas para entablar conversaciones privadas con sus allegados, un pequeño escritorio, donde escribía y plasmaba sus estrategías y tácticas. Para ella el poder y su adquisición simplemente era un juego, un juego donde no le gustaba perder.
El oro y sedas es lo que se aprecia en el momento de ingresar, cuanta con balcones que da a los jardínes internos, dos puertas que comunican a la habitación privada de Dimitri y los baños privados que cuenta su habitación.
Había un gran espejo en una de las esquinas de la habitación, ese espejo lo usaba además de verse para expiarse así misma.
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Había salido del local de Antonina, déjando aquellas monedas de oro que me estorbaban que había cargado ese día para ver darselas a Maximo.
El camino se hizo largo, la noche había caído completamente un sutil viento frío se filtraba dentro del carruaje, que me hacía estremecer, mis pensamientos seguían enfocados en el sujeto que acompaño en todo el desfile a Vergilius.
Me encontraba cansada, solo deseaba llegar a Palacio y reposar mi cuerpo, cambiarme de atuendos pero antes, tomar un buen y relajante baño.
Miré a través de la ventanilla, la luna enmarcada en un manto oscuro, donde una que otra nube se dejaba profanar por el brilla lunar. Dejé de mirar por la ventana, tiré mi cuerpo junto con mi cabeza hacia atrás en el carruaje, por momentos se me cerraban los ojos y a mi mente regresaba la imagen del cielo manchado por toques carmesí, las enseñanzas Egipcias bien indicaban que eso sólo significaba: Sangre
No sabía si eso era para bien o para mal, ese cielo sólo me hacía evocar a mi tierra natal de Egipto, su cálida arena, su abrasador calor, la pureza de sus tierras, la dulzura de sus aguas, como deseaba volver a tener esas tierras para mi, tener esas tierras sometidas ante mi.
Cerré los ojos y me quedé dormida dentro del transporte. No sé cuanto había pasado, pero el carruaje ya se encontraba en las grandes puertas del Palacio, la puertecilla se encontraba cerrada, miré a mi frente y ahí estaba Dimitri, dormido y agotado por todo lo que habia acontecido.
Me acerqué a él, acaricié su rostro, su piel tersa y delicada se sentía como la seda misma, era mi esclavo consentido, era mi niño mimado, vivía mejor que cualquier hijo de rico Romano, y del mismo modo era mio, y podía hacer lo que quisiera con él, era de mi entera y absoluta propiedad. Llevé mis manos a sus cabellos del sol, los toqué y se sentía tan sedosos como su piel, dejé de hacer ese movimiento con mi mano derecha y tomé mi pequeño látigo, levantándolo en lo alto y golpeando con fuerza la parte del sillón libre donde estaba sentado Dimitri, lo hice despertar:
- Estoy esperando que te levantes y me des la mano ........ no he podido salir de aquí ........ Dimitri
Apresurado descendió, ofreciendome su mano para bajar del carruaje, los caballos relincharon y sin tener que indicarselos desaparecieron, solté la mano de Dimitri y simplemente le dije:
- Levántate temprano mañana Dimitri, requiero de tus servicios antes del alba
Ingresando al Palacio con dirección mis aposentos
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Dos guardias se encontraban en el pasillo que me llevaba a mis aposentos, ellos adoptaron una postura militar portando sus largas lanzas, pasé de ellos, ingresando a mi habitación, me quité todo los adornos que tenía encima, joyas, anillos, colgantes y demás, quité la capa que me abrigaba y desordené mi cabello, me senté en una de las orillas de mi cama y me tiré hacia atrás dedicándole mi vista al techo.
No dejaba de pensar en mi esposo el Emperador, que aún se encontraba en Oriente, no dejaba de pensar en sus hijos, Vergilius y en recién aparecido Octavius, pensé en Lydia, aquella engreída que no se perdía esa clase de celebraciones para alardear y mostrar a toda la sociedad romana su supuesta belleza y perfección.
Maximo y sus estúpideces, Verenice, aquella que alguna vez fue llamada: El Terror Africano, cuando pensé en ella, me levanté sentandome abruptamente en la cama, la había olvidado por completo, me levanté de la cama y caminé en dirección al baño privado, pensando: - Maldita sea!!!! qué me ocurre!!!! ........ Habré hecho bien de darle esa esclava a Octavius, Estúpida Diva ESTÚPIDA!!!!!!!
Rasgando las telas del vestido que lentamente me iba sacando para quedar en la sencilla túnica que usaba debajo. Dejando el vestido ahí tirado expresé:
- Debo cersiorarme que esa "bocona" no hable.
No sabía si ella al igual que su nuevo amo se encontraban en Palacio, aunque eso ya pasaba a segundo plano, comencé a desnudarme mientras pensaba de nuevo en Egipto, no había noticias del General Edward y su tropas, no había rumores de Egipto, esto no estaba bien, un año y nada absolutamente nada de ninguna de las partes.
Completamente desnuda ingresé a las aguas que bien sabían los sirvientes del Palacio que debían estar listas, el agua estaba tibia, el ahora a jazmín y rosas embriagaba mis pulmones, me hice en una de las esquinas del baño, echando mi cabeza hacia atrás, mientras mi cuerpo se adaptaba y disfrutaba de aquellas cálidas aguas.
Mi mente por momentos se aclaraba, por ahora no me iba a preocupar, seguí relajandome en aquel baño, acariciando mis piernas, brazos, vientre y demás, impreganando todo mi cuerpo con aquel delicado aroma. Permanecí así un tiempor prolongado al rato abrí mis ojos y salí de allí, las criadas que estaba ahí esperando corrienron hacia mi, arropando mi cuerpo con finas sedas, vistiendome con ropas de dormir.
Con un ademán les dije que salieran de allí, ingresando de nuevo a mi habitación, acostandome en mi cama y pensando en mis próximos movimientos
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
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Re: Habitación de la Emperatriz
1° post de 4 Para Defensa (Maestrìa Fuego.)
Arrodillada mantenía mis manos manchadas por las pocas cenizas que tenía de la carta, como un espasmo mi cuerpo se agitaba al resonar en una fuerte risa evidenciando como me burlaba ante sus palabras. - ¿Humanidad?... hahahahahAHAHAHA!!.. ¿En serio crees que algo como yo sigue siendo humana o era remotamente humana? hahahahaAHHAAHAHA!!!!.
Posicionaba mi mano sobre mi frente, mis ojos querían salirse de sus orbes cada vez que escuchaba la suavidad de su voz, con una franqueza que ninguno tenía el valor de demostrarme por lo que representaba ante el mundo. -Que estúpida… simplemente estúpida!!.
Seguía negando con la cabeza, había perdido el juicio que me caracterizaba como la mujer que manejaba como una serpiente las mentiras que construí para obtener todo lo que me rodeaba, la paciencia de esa mujer solo hizo que me dignara a girar solo mi rostro y observar aquella pequeña esfera mostrándome lo que serían mis futuros compañeros. Una a una sus vidas eran marcadas pero sus destinos habían sido la consecuencia de mis acciones, algo que en el fondo me regocijo levemente pues si sus palabras eran ciertas… habían dependido de mí cada uno de ellos para llegar a este punto.
Después de tanto esa mujer lograba lo que nadie había sido capaz de hacer, mantenerme callada escuchando su historia, como si mi cordura volviera gracias a ese semblante que me había mostrado todo este tiempo. Lo único que ahora podía tener era resignarme, ocupar el lugar que merecía pero si las cosas serían así iban a ser a mi manera y no por la disposición de alguien más. Historias y mitos eran expresadas como una verdad absoluta, la veracidad de sus palabras eran ante mí solo cuentos que servían para asustar a los niños antes de dormir o formar en ellos una moral para hacer o no lo correcto en esta vida. Adivinando mis pensamientos por la expresión de mi rostro opto por esclarecer mis dudas.
Al fin el nombre que esperaba escuchar, Octavius, el causante de todo lo que era. Un movimiento de su mano bastaba para apaciguar las llamas y transformar esa habitación en un contenedor de cristal, mis dedos se rozaban por su palma ayudándome a ponerme de pie, por encima de su hombro veía mi nuevo aspecto aunque el cambio no era mucho.
-El sello de Hades… -mis ojos se clavaban sobre nuestra imagen, el frío que ya se formaba me hacía en parte vulnerable pero algo que no pudiera soportar. Apretándola ligeramente entendiendo lo que al menos tenía que hacer y desaprovechar lo que me ofrecía como seguir en el poder no era nada sensato.. - démosle un digno final a mi “humanidad”.
Recordaba con gracia pues un pensamiento de creer que era algo con sentimientos me parecía risible pero no estaba tan errada, podía actuar como uno pero los sentimientos de dicha humanidad que conservaba eran los más podridos que uno poseía si se refiriera a algo cercano como a un “humano”. Soltándola lentamente me apartaba de su lado para intentar encender aquel calor y esas chispas que fueron el detonante y la causa de mi poder, el cetro tomaba la forma de la serpiente para subir acariciando mi pierna y abrazar mi cintura, tan lento para que rozara mi mano y retomara su forma con el filo de su cuchilla.
-Tú debes de saber más que yo… si el odio debe de ser motivo para atraerlo entonces que así sea.. pero dime, ¿en qué lugar se ha arrastrado para mantenerse lejos de mí y acabar con mi vida?.
Última edición por Diva el Jue Mar 24, 2011 7:48 pm, editado 1 vez
Diva- Berseker de Ares
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Re: Habitación de la Emperatriz
Latrivan no respondió a ninguna de las cosas que Diva preguntó. Ni si quiera se digno a mirarla en cuanto estuviera pasando por aquel alto y bajo de emociones que a los ojos de Latrivan era sumamente vulgares e innecesarias. Para alguien como ella, ver dicho espectaculo se asemejaba a la pataleta de un niño que no obtiene lo que desea. Por lo mismo no respondió. Diva no necesitaba saber donde estaba Octavius... o tal vez sí. Sarahissa la miró por un instante y pensó si le decía lo que estaba pasando en el mundo... ella realmente se sentiría aun más motivada para intentar despertar en Octavius aquello que lo caracterizaba como el díos de la guerra.
- Esta con tu hermana menor, Selene, en Egipto. - Respondio cortante y suavemente. No lo decía para burlarse ni para herirla, sino con la firma convicción que si aun había algo de Diva en ese cuerpo escuchar que Octavius buscaba a Selene para conformar una alianza y protección, era posible, tal vez, que Diva hirviera en rabia y se sintiera más motivada a destruirlos a ambos. - Aunque no deberías preocuparte por ello ahora. Tu lugar en Roma es privilegiado para causarle dolor y deseos de destruirte.
Latrivan se dio la vuelta, ya no deseaba seguir mirando a Diva. Si la mujer no necesitaba su ayuda no tenía mas de que hablar con ella. Como siempre se quedaría ajena al asunto y simplemente observaría si las cosas salian de acuerdo a lo esperado, solo interviniendo en caso de que Diva hiciera probremente su trabajo.
- Concentrate ahora en herir ese altanero orgullo del hijo primogénito del Emperador. Destruye todo lo que él aprecia y guarda cercano a su alma... empezando por su familia. - Latrivan no podía ponerse dentro de la cabeza o el corazón de Octavius, si así hubiese sido habría partido por destruir ella misma a quienes podría haber estimado. Pero pensó el asunto con calma... el Germania nunca lo escuchó hablar de su familia pues no la recordaba... pero Diva conocía la historia de esa familia, de todo ese imperio. Si había alguien en Roma a quien OCtavius apreciara, Diva podría encontrarlo y destruirlo. Ese era ahora el labor de Ushuriel, simplemente destruir todo lo humano en Octavius y darle la suficiente fuerza para romper el sello de Hades motivado por la venganza. - Has pasado mucho tiempo entre ellos, deberías saber a esta altura a quien estima y a quien no.
- Esta con tu hermana menor, Selene, en Egipto. - Respondio cortante y suavemente. No lo decía para burlarse ni para herirla, sino con la firma convicción que si aun había algo de Diva en ese cuerpo escuchar que Octavius buscaba a Selene para conformar una alianza y protección, era posible, tal vez, que Diva hirviera en rabia y se sintiera más motivada a destruirlos a ambos. - Aunque no deberías preocuparte por ello ahora. Tu lugar en Roma es privilegiado para causarle dolor y deseos de destruirte.
Latrivan se dio la vuelta, ya no deseaba seguir mirando a Diva. Si la mujer no necesitaba su ayuda no tenía mas de que hablar con ella. Como siempre se quedaría ajena al asunto y simplemente observaría si las cosas salian de acuerdo a lo esperado, solo interviniendo en caso de que Diva hiciera probremente su trabajo.
- Concentrate ahora en herir ese altanero orgullo del hijo primogénito del Emperador. Destruye todo lo que él aprecia y guarda cercano a su alma... empezando por su familia. - Latrivan no podía ponerse dentro de la cabeza o el corazón de Octavius, si así hubiese sido habría partido por destruir ella misma a quienes podría haber estimado. Pero pensó el asunto con calma... el Germania nunca lo escuchó hablar de su familia pues no la recordaba... pero Diva conocía la historia de esa familia, de todo ese imperio. Si había alguien en Roma a quien OCtavius apreciara, Diva podría encontrarlo y destruirlo. Ese era ahora el labor de Ushuriel, simplemente destruir todo lo humano en Octavius y darle la suficiente fuerza para romper el sello de Hades motivado por la venganza. - Has pasado mucho tiempo entre ellos, deberías saber a esta altura a quien estima y a quien no.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Tiempo suficiente habia pasado, la citacion de la emperatriz era al caer la noche y ese tiempo habia llegado. Paso tiempo desde que abandonaron la sala principal, volvio a la villa para acompañar a Saphire, y ahora estaba de nuevo a las puertas del palacio de Roma. Esperaba que Diva no hubiera olvidado de aquello que tenian que hablar, de ser asi el joven cabeza de familia se encargia personalmente de hacerle recordar.
Los guardias a la puerta cruzaban sus armas para no dejarme pasar, subi las escaleras dejando al pie de ellas mi caballo para encontrarme frente a los dos grandes guardias que custodiaban la puerta de entrada al palacio. Cruce miradas con ellos y de nuevo esa misma sensacion desde el ojo que tenia tapado... podia ver con el aunque en un mundo de sombras donde las personas tenian todas un aura diferente, pero la de esos dos hombres era simple, casi no brillaban...
Los hombres no decian nada, solo cruzaban sus armas... pero entonces escuche como si hablaran, sin mover los labios, ellos se referian a mi, como aquel que Vergilius logro vencer y saco un ojo.. ese que siempre estuvo mas alejado de Roma y que ahora volvia.. Era como si estuvieran diciendo lo que pensaban... pero tanto descaro era inaceptable
Como os atreveis a decir eso en mi presencia!
Pero ellos se miraron entre si y me respondieron de manera educada que no habian dicho ni una sola palabra, no podia ser, yo lo habia escuchado claramente, sus voces.. llegar a mi mente. Movi mi cabeza, no sabia que me estaba pasando ultimamente, por que me pasaban estas cosas tan extrañas, todo desde que desaparecio Sophia.
Esta bien.. esta bien.. dejenme pasar. La emperatriz Diva me ha citado esta noche para tratar unos asuntos.
Los guardias parecian informados, apartaron sus armas y abrieron las grandes puertas dejandome pasar hacia dentro y haciendo una reverencia.. pero aun podia escucharlos.. quejandose, de verdad podia escucharlos..? Caminaba por los pasillos y no podia dejar de escuchar personas, todas hablaban mas no movian los labios, era como escuchar sus pensamientos en contra de su voluntad.
Que esta pasando... dejen de meterse en mi cabeza...
Comenzaba a estar cansado de la situacion, de todo lo extraño, no lo aceptaba, pero ese susurro en mi mente, me decia que estuviera tranquilo, que abrazara todos esos nuevos acontecimientos que estaban para ayudarme. La nueva vision de mi ojo herido, las voces en mi cabeza, el sentir como mi cuerpo aumentaba su fuerza, sus energias... algo me decia que debia acercarme mas a ello.
Sin darme cuenta, habia llegado a la puerta de Diva, su habitacion estaba delante, me habian guiado cordialmente hacia esa puerta, se notaba que ella tambien esperaba ese momento pues necesitaba agarrarse de alguien ahora que el emperador murio y mientras Vergilius estuviera mas desparecido de otra cosa, no habia nada que temer. Fye pensaba ser aquel que se intentara aprovecharse de la situacion.
Levanto su mano y dio golpes secos en la puerta de Diva, ajeno totalmente a todo lo que alli dentro pasaba, pero desde dentro, podia sentir un extraño calor emanando... Los extraños sucedos seguian sucediendo y cada vez le mostraba mas interes. Ahora esperaba que Diva abriera para seguir con el espectaculo.
Los guardias a la puerta cruzaban sus armas para no dejarme pasar, subi las escaleras dejando al pie de ellas mi caballo para encontrarme frente a los dos grandes guardias que custodiaban la puerta de entrada al palacio. Cruce miradas con ellos y de nuevo esa misma sensacion desde el ojo que tenia tapado... podia ver con el aunque en un mundo de sombras donde las personas tenian todas un aura diferente, pero la de esos dos hombres era simple, casi no brillaban...
Los hombres no decian nada, solo cruzaban sus armas... pero entonces escuche como si hablaran, sin mover los labios, ellos se referian a mi, como aquel que Vergilius logro vencer y saco un ojo.. ese que siempre estuvo mas alejado de Roma y que ahora volvia.. Era como si estuvieran diciendo lo que pensaban... pero tanto descaro era inaceptable
Como os atreveis a decir eso en mi presencia!
Pero ellos se miraron entre si y me respondieron de manera educada que no habian dicho ni una sola palabra, no podia ser, yo lo habia escuchado claramente, sus voces.. llegar a mi mente. Movi mi cabeza, no sabia que me estaba pasando ultimamente, por que me pasaban estas cosas tan extrañas, todo desde que desaparecio Sophia.
Esta bien.. esta bien.. dejenme pasar. La emperatriz Diva me ha citado esta noche para tratar unos asuntos.
Los guardias parecian informados, apartaron sus armas y abrieron las grandes puertas dejandome pasar hacia dentro y haciendo una reverencia.. pero aun podia escucharlos.. quejandose, de verdad podia escucharlos..? Caminaba por los pasillos y no podia dejar de escuchar personas, todas hablaban mas no movian los labios, era como escuchar sus pensamientos en contra de su voluntad.
Que esta pasando... dejen de meterse en mi cabeza...
Comenzaba a estar cansado de la situacion, de todo lo extraño, no lo aceptaba, pero ese susurro en mi mente, me decia que estuviera tranquilo, que abrazara todos esos nuevos acontecimientos que estaban para ayudarme. La nueva vision de mi ojo herido, las voces en mi cabeza, el sentir como mi cuerpo aumentaba su fuerza, sus energias... algo me decia que debia acercarme mas a ello.
Sin darme cuenta, habia llegado a la puerta de Diva, su habitacion estaba delante, me habian guiado cordialmente hacia esa puerta, se notaba que ella tambien esperaba ese momento pues necesitaba agarrarse de alguien ahora que el emperador murio y mientras Vergilius estuviera mas desparecido de otra cosa, no habia nada que temer. Fye pensaba ser aquel que se intentara aprovecharse de la situacion.
Levanto su mano y dio golpes secos en la puerta de Diva, ajeno totalmente a todo lo que alli dentro pasaba, pero desde dentro, podia sentir un extraño calor emanando... Los extraños sucedos seguian sucediendo y cada vez le mostraba mas interes. Ahora esperaba que Diva abriera para seguir con el espectaculo.
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Re: Habitación de la Emperatriz
2° post de 4 Para Defensa (Maestrìa Fuego)
-¿No preocuparme que Octavius este con Selene?, es como no preocuparme que Vergilius y Lidya se dieron a la fuga sin saber que su padre a muerto.
No podía controlar la rabia de imaginar a Octavius acercarse a una de mis peores enemigas, era más que eso, el atreverse a rebajar para buscar el apoyo de esa enana era más que suficiente para acrecentar mi molestia aunque tenía que tener demasiada cautela pues esa extraña mujer que ni preocupada me moleste en saber su nombre debía de ser incondicional a Octavius o quizá más. Tranquilizándome sostenía el cetro el cual con el simple contacto de mi energía este se encendió una llamarada sobre su otra punta creando así una pequeña esfera de cristal rodeada de los fuegos más impasibles formando una especia de aspas que giraban en torno a la joya. Me limitaba a decir algo más sobre mi inconformismo de que estuviera a la que llegue a llamar “hermana”, esa cosa que viendo la más mínima oportunidad usurpo mi trono obligándome a desterrarme de aquella nación.
- Entiendo que nuestro “Señor” este en un estado donde su lado humano todavía prevalece y domina pero no lo creí tan estúpido como para arrastrarse hasta a Egipto y buscar ayuda de Selene, lo único que provocara es el descontento del Senado por interferir en algo que ya antes se había estipulado, él mismo estuvo ahí cuando se declaró tal documento, además que Selene no es ingenua, si por algo aún se mantiene en el trono es porque ella misma colocó sus términos para mantener la paz y no creo que sea de su agrado que Octavius interfiera aunque ...
-Sería capaz de hacer lo que sea por tratar de matarme. - daba un largo suspiro analizando las cosas, no me importaba si yo era la persona que rompería o no el sello que ataba el despertar de Ares, que acabaran con mi humanidad era lo último que me podía preocupar en esas circunstancias, ¿que valía traer al poder a dicho dios al mundo cuando el mismo provocaba que las cosas se le escaparan de sus manos sin que aún estuviera consciente de sus propias acciones?, todo por el capricho de ocupar un lugar como futuro sucesor. Aguardaba en silencio mirando fijamente, mi cabeza rotaba sobre su propio mundo provocando que sin querer las llamas del cetro se encendieran en una intensa llamarada al percibir una energía más fuerte que aquella pelirroja, girando mi cuerpo me detuve extrañada.
El tiempo había pasado y había olvidado por completo que cité precisamente a Fye justo al anochecer pero esa energía no lo podía atribuir a alguien que poseyera semejante poder pero algo en esa energía parecía estar inestable al igual que yo apenas estaba manipulando el fuego, un poder de total destrucción. Manteniéndose inmóvil esperaba justo detrás de mi puerta.
-Al parecer tu tarea para ponerme sobre aviso ha acabado, por lo que necesito que me des tiempo para comenzar a terminar el posible amor de Octavius, dame tres días… -era hora de ponerme seria sobre el asunto.
- ¿Quién es?.
-esperando su respuesta le daba la opción a esa mujer de permanecer a mi lado o no, de ella dependía estar al tanto de todo.
Última edición por Diva el Jue Mar 24, 2011 7:48 pm, editado 1 vez
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Re: Habitación de la Emperatriz
Finalmente el pasillo terminó en otra puerta que estaba cerrada, esta daba al pasillo de la habitacion de Diva, estaba pensando en la manera de entrar a ese lugar, entonces una vez más la cazadora lanzó su flecha en conjunto con su cosmos para que esta se vidiera en tres y las mismas cayeron lejos justo al doblar la esquina de una especie de pasillo, sin embargo las cosas no eran tan fáciles para ella, porque uno de ellos se había dirigido hacia el sitio de donde había salido su flecha, pero al final la cazadora elevó su cosmos e hizo que el fantasma de su padre causado por su defensa saliera y se dirigiera hacia el pasillo donde cayo la flecha, cosa que al final los dos soldados fueron hacia allá y Helena con rapidez abrió la puerta sin hacer ruido y la cerró lentamente para no levantar sospechas, y es de esperar que cuando ella entró al fin a ese lugar y se escondió detrás de otros pilares menos gruesos, el fantasma de su padre desapareció, y los soldados luego de buscar buscar sin encontrar a nadie regresaron a su sitio como tenía que ser.
-Está bien ya pasé lo más feo, ahora tengo que sentir otra vez su energía- La cazadora corrió con fuerza hacia donde estaba la energía que ella sentía era la de Fye, como todo estaba oscuro no podía ver bien hacia donde iba, hasta que un golpe seco hizo que cayera hacia atrás, cuando levantó los ojos pudo ver a su amor platónico, y su futura deidad el joven Fye, quien alumbrado con la luz de las antorchas se veía bastante imponente y no pudo evitar sentirse más atraída por el, quien seguro estaría molesto por su intromisión.
-Yo... Lamento haber chocado contra usted, pero en serio tenía muchos deseos de verlo señor, he hecho todo lo posible para poder verlo y sólo recién he podido hacerlo...- se disculpó Helena mientras daba gracias a todos los dioses porque al caer su caja no había caído al suelo con ella, por lo que no hubo ningún tipo de ruido, todo estaba saliendo cais bien. Un viento frío entró por una gran ventana que le dio una idea a Helena sobre cómo podría salir de ese lugar, porque estaba segura que Fye la expulsaría de ese lugar por ir a verlo sin que se lo solicitara.
-Cielos qué haré? He venido acá, pero sólo tengo un plan hasta aquí... Calma Helena calma, recuerda empieza a traducir mejor el himno de Roma del sánscrito al hebeo como te eneseñó tu padre.
Pronto el nerviosismo de Helena hizo que ella empezara con la engorrosa traducción, pero no importaba, ya estaba con el en ese lugar y no iba a rendirse, su interés en Fye era mayor que su miedo a la reacción negativa que el podría presentar por su presencia en ese lugar, aunque se sentía asombrada porque había logrado pasar ella sola las defensas de ese castillo, sólo para poder ver a su deidad, claro todo esto lo pensaba mientras hacía su "divertida" traducción.
Narro/ Hablo/ Pienso
-Está bien ya pasé lo más feo, ahora tengo que sentir otra vez su energía- La cazadora corrió con fuerza hacia donde estaba la energía que ella sentía era la de Fye, como todo estaba oscuro no podía ver bien hacia donde iba, hasta que un golpe seco hizo que cayera hacia atrás, cuando levantó los ojos pudo ver a su amor platónico, y su futura deidad el joven Fye, quien alumbrado con la luz de las antorchas se veía bastante imponente y no pudo evitar sentirse más atraída por el, quien seguro estaría molesto por su intromisión.
-Yo... Lamento haber chocado contra usted, pero en serio tenía muchos deseos de verlo señor, he hecho todo lo posible para poder verlo y sólo recién he podido hacerlo...- se disculpó Helena mientras daba gracias a todos los dioses porque al caer su caja no había caído al suelo con ella, por lo que no hubo ningún tipo de ruido, todo estaba saliendo cais bien. Un viento frío entró por una gran ventana que le dio una idea a Helena sobre cómo podría salir de ese lugar, porque estaba segura que Fye la expulsaría de ese lugar por ir a verlo sin que se lo solicitara.
-Cielos qué haré? He venido acá, pero sólo tengo un plan hasta aquí... Calma Helena calma, recuerda empieza a traducir mejor el himno de Roma del sánscrito al hebeo como te eneseñó tu padre.
Pronto el nerviosismo de Helena hizo que ella empezara con la engorrosa traducción, pero no importaba, ya estaba con el en ese lugar y no iba a rendirse, su interés en Fye era mayor que su miedo a la reacción negativa que el podría presentar por su presencia en ese lugar, aunque se sentía asombrada porque había logrado pasar ella sola las defensas de ese castillo, sólo para poder ver a su deidad, claro todo esto lo pensaba mientras hacía su "divertida" traducción.
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Re: Habitación de la Emperatriz
- Contrólate. - Fue lo único que pudo decir al notar lo alterada que se ponía el semblante de Diva al escuchar que Octavius había ido a Egipto a buscar el auxilio de Selene para poner orden en ese lugar.
Se notaba en Diva que habían demasiados pensamientos que se cruzaban unos con otros. Podía casi leerse en su mirada el odio que profesaba por su propia hermana y por toda aquella nación. Debió haber sido un golpe en su orgullo. Sarahissa no entendía realmente porque se dejaba llevar por las emociones de esa forma. Le parecía fútil dejar que las emociones se llevaran la mejor parte de ella. Por el contrario, debió haberse calmado al escuchar esa información pues la estadía de Octavius en Egipto le daba la oportunidad de planear con tiempo y tranquilidad la forma de despertar a su señor.
El problema de Diva era que le hablaba a Sarahissa como si a ella de verdad le importase su vida o los actos del medio político de Roma. Por respeto, Sarahissa la escuchó sin interrumpirla, pero en el fondo no dejaba de cuestionarse la inteligencia de Diva de hablar sobre Roma, cuando a Sarahissa lo único que le interesaba era su función en el Olimpo. En resumidas cuentas, Diva veía un grano de la Uva, Sarahissa veía todo el racimo, el panorama global, la guerra no sería de Romanos contra Egipcios, sería de los elegidos por los dioses contra toda la humanidad. No había distinción de nacionalidades cuando la desgracia de la guerra les llegara a todos por igual. Tanto la sangre Egipcia como la romana teñirían el Nilo y el Tiber.
- Los asuntos “Romanos” me tienen sin cuidado. – Respondió con sinceridad al escucharla explicar la situación política. Sencillamente Sarahissa había esperado que Diva entendiera su posición privilegiada para causar un caos completo en el pequeño y frágil mundo de aquel que estaba destinado a ser el cuerpo del espíritu sellado de su señor Ares. Al parecer todavía había demasiado de Diva en ese cuerpo y no lo suficiente de Ushuriel. – Sólo recuerda que no estas aquí para cuestionarlo, sino para hacer de su existencia una experiencia miserable, darle el suficiente incentivo para romper el sello que mantiene su alma encerrada en ese cuerpo.
Las llamas del cetro de Diva se avivaban con el pasar de los segundos en silencio. La mujer meditaba. No engañaba para nada a Sarahissa… ellas no eran para nada parecidas, y no por un tema de personalidad, sino de lo que querían. Sarahissa quería lo que Ares deseara, Diva sólo quería lo que Diva deseara. Ese era el gran defecto del ejército de Ares… juntar individuos con tanto poder de destrucción en un solo ejercito, era sólo lógico que hubieran choques de intereses y egos. Ya lo había visto en Steven, ahora lo veía en Ushuriel. Se les había olvidado lo insignificantes que eran al lado de Ares. Con un solo movimiento de su dedo ambos habrían besado el suelo y bajado sus cabezas… pero al no haber sentido su cosmoenergía en tanto tiempo, parecía que este hecho tan importante se les había escapado de la memoría.
- El tiempo… es algo tan frágil y preciado. – Dijo sin interés mientras caminaba hacia el balcón, pues sentía la presencia de dos seres, uno con una cosmoenergía insignificante y otro, que fácilmente podría haber sido un dios. - Aprovéchalo con sabiduría Ushuriel, no sea que te quedes atrapada en él. – El tiempo y el espacio parecieron quebrarse nuevamente frente a Sarahissa que se interno en una esfera distorsionada frente a ella, como si el espacio se hubiese abierto para ella.
No tenía nada más que hablar con Diva. Las cosas estaban claras. Sarahissa se desvaneció frente a sus ojos y el espacio volvió a su normalidad.
Se notaba en Diva que habían demasiados pensamientos que se cruzaban unos con otros. Podía casi leerse en su mirada el odio que profesaba por su propia hermana y por toda aquella nación. Debió haber sido un golpe en su orgullo. Sarahissa no entendía realmente porque se dejaba llevar por las emociones de esa forma. Le parecía fútil dejar que las emociones se llevaran la mejor parte de ella. Por el contrario, debió haberse calmado al escuchar esa información pues la estadía de Octavius en Egipto le daba la oportunidad de planear con tiempo y tranquilidad la forma de despertar a su señor.
El problema de Diva era que le hablaba a Sarahissa como si a ella de verdad le importase su vida o los actos del medio político de Roma. Por respeto, Sarahissa la escuchó sin interrumpirla, pero en el fondo no dejaba de cuestionarse la inteligencia de Diva de hablar sobre Roma, cuando a Sarahissa lo único que le interesaba era su función en el Olimpo. En resumidas cuentas, Diva veía un grano de la Uva, Sarahissa veía todo el racimo, el panorama global, la guerra no sería de Romanos contra Egipcios, sería de los elegidos por los dioses contra toda la humanidad. No había distinción de nacionalidades cuando la desgracia de la guerra les llegara a todos por igual. Tanto la sangre Egipcia como la romana teñirían el Nilo y el Tiber.
- Los asuntos “Romanos” me tienen sin cuidado. – Respondió con sinceridad al escucharla explicar la situación política. Sencillamente Sarahissa había esperado que Diva entendiera su posición privilegiada para causar un caos completo en el pequeño y frágil mundo de aquel que estaba destinado a ser el cuerpo del espíritu sellado de su señor Ares. Al parecer todavía había demasiado de Diva en ese cuerpo y no lo suficiente de Ushuriel. – Sólo recuerda que no estas aquí para cuestionarlo, sino para hacer de su existencia una experiencia miserable, darle el suficiente incentivo para romper el sello que mantiene su alma encerrada en ese cuerpo.
Las llamas del cetro de Diva se avivaban con el pasar de los segundos en silencio. La mujer meditaba. No engañaba para nada a Sarahissa… ellas no eran para nada parecidas, y no por un tema de personalidad, sino de lo que querían. Sarahissa quería lo que Ares deseara, Diva sólo quería lo que Diva deseara. Ese era el gran defecto del ejército de Ares… juntar individuos con tanto poder de destrucción en un solo ejercito, era sólo lógico que hubieran choques de intereses y egos. Ya lo había visto en Steven, ahora lo veía en Ushuriel. Se les había olvidado lo insignificantes que eran al lado de Ares. Con un solo movimiento de su dedo ambos habrían besado el suelo y bajado sus cabezas… pero al no haber sentido su cosmoenergía en tanto tiempo, parecía que este hecho tan importante se les había escapado de la memoría.
- El tiempo… es algo tan frágil y preciado. – Dijo sin interés mientras caminaba hacia el balcón, pues sentía la presencia de dos seres, uno con una cosmoenergía insignificante y otro, que fácilmente podría haber sido un dios. - Aprovéchalo con sabiduría Ushuriel, no sea que te quedes atrapada en él. – El tiempo y el espacio parecieron quebrarse nuevamente frente a Sarahissa que se interno en una esfera distorsionada frente a ella, como si el espacio se hubiese abierto para ella.
No tenía nada más que hablar con Diva. Las cosas estaban claras. Sarahissa se desvaneció frente a sus ojos y el espacio volvió a su normalidad.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Esperaba a que la emperatriz atendiera a los leves golpes que habia dado sobre su puerta. Esperaba que no estuviera durmiendo pues significaba que habia olvidado nuestro encuentro que ella misma habia propuesto. Me cruzaba de brazos mientras que uno de mis dedos golpeaba mi brazo intentando ser paciente pues el futuro podia depender de lo que hablara o no esa noche. No importa lo que pasara, si todo seguia igual seguiria trabajando a mi manera con tal de conseguir los objetivos que ahora me habia implantando, el camino del emperador no era el unico y es que Fye por ahora tenia dos claros objetivos, y tenian nombres propios, Sophia y Vergilius. Y ya estaba cansado de esperar como años atras en su villa encerrado.
Alguien golpeo mi cuerpo y cayo al suelo, gire mi cabeza y en ese momento las llamas de las artonchas se movieron gracias al viento que entraba por la ventana, mi sombra se movio tambien y mi cuerpo quedaba iluminado por las llamas pero tambien lleno de sombras mientras miraba hacia abajo y veia que una chica de cabello rubio habia sido la golpeada por no mirar donde iba.
En otro caso ni le hubiera dirigido la palabra a esa mujer por chocar, demasiado concentrado estaba ahora en lo que pasara esa noche. Pero algo llamo mi atencion, la chica que se habia disculpado y ademas.. decia estar buscandome, llevaba un arco como arma. Eso me recordaba de nuevo a un incidente parecido que ocurrio años atras... de nuevo una chica de cabellos rubios y de nuevo este llevaba ese tipo de arma..
Tu...?
Podia ser esa misma mujer que ahora al parecer me estaba buscando, de nuevo a partir de mi ojo herido comence a sentir una extraña energia desprendiendo desde su interior, muy diferente a la de los demas, y cercana a mi. Libere mis brazos de la posicion que los tenia y los use para agarrarla del brazo e incorporarla con seriedad.
En ese momento aparecieron unos guardias que comenzaron a gritarle a la mujer y a tomarla del brazo intentando llevarsela quizas a la prision por haber entrado a la casa. Pero senti que no podia permitirlo, habia algo muy extraño en ella como para dejarlo de lado, esa energia.. el venir a verme y ademas el ser la misma mujer que una vez me encontre.
Disculpen.. es mi guardia personal, ha venido a traerme algo que olvide en mi caballo.
Cogi del brazo al hombre para que la soltara, yo mentia, pero era la unica manera que la dejara en paz. Pero aun asi el hombre desistia y por mucho que lo dijera no iba a soltarla. En ese momento y llevado por el deseo de hacer lo que yo le decia, mi cuerpo comenzo a desprender una energia blanca alrededor de mi cuerpo, invisible para un ojo normal...
Dejenla... y marchense.
Los ojos de los guardias se volvieron de color rojo y como si fueran marionetas sin sentimientos se alejaron haciendo lo que yo les habia dicho, un hecho muy extraño pues ellos estaban seguros de llevarselo.. podria... haberlo hecho yo tambien? Seria otra de las cosas que estaban en mi interior.. comence a reir en mi interior pues si poseia el poder de la persuasion no abria nada que se me resistiera.
Alli estaba ella, esa chica rubia, que no habia sido llevada a la celdad por suerte. Deje de pensar en eso y fije mi mirada en ella, en ese momento la voz de Diva se hizo presente preguntando por quien llamaba. Acerque mi rostro al de ella para susurrarle y asi no descubrirla mas.
Escuchame.. este sitio es peligroso para ti, si la emperatriz te descubre esta vez si que acabaras mal, si tanto deseo tienes de verme, ve junto a mi caballo, a mi silbido el acudira a mi este donde este...
Era la unica manera que podiamos volver a encontrarnos despues de que ahora nos separamos. Ella se quedaria con mi caballo y el la guiaria hasta mi pronto despues de que pasara aquella noche. Pero habia sido bastante interesante encontrarse con ella. Algo me decia que no era la ultima vez.
Soy Fye.. vengo a verla como pidio emperatriz Diva.
Esperaba que la chica se retiraba a la vez que volvia a acercarme a la puerta, ahora era momento de hablar con Diva y ver que podia aportar ella en favor del rubio.
Alguien golpeo mi cuerpo y cayo al suelo, gire mi cabeza y en ese momento las llamas de las artonchas se movieron gracias al viento que entraba por la ventana, mi sombra se movio tambien y mi cuerpo quedaba iluminado por las llamas pero tambien lleno de sombras mientras miraba hacia abajo y veia que una chica de cabello rubio habia sido la golpeada por no mirar donde iba.
En otro caso ni le hubiera dirigido la palabra a esa mujer por chocar, demasiado concentrado estaba ahora en lo que pasara esa noche. Pero algo llamo mi atencion, la chica que se habia disculpado y ademas.. decia estar buscandome, llevaba un arco como arma. Eso me recordaba de nuevo a un incidente parecido que ocurrio años atras... de nuevo una chica de cabellos rubios y de nuevo este llevaba ese tipo de arma..
Tu...?
Podia ser esa misma mujer que ahora al parecer me estaba buscando, de nuevo a partir de mi ojo herido comence a sentir una extraña energia desprendiendo desde su interior, muy diferente a la de los demas, y cercana a mi. Libere mis brazos de la posicion que los tenia y los use para agarrarla del brazo e incorporarla con seriedad.
En ese momento aparecieron unos guardias que comenzaron a gritarle a la mujer y a tomarla del brazo intentando llevarsela quizas a la prision por haber entrado a la casa. Pero senti que no podia permitirlo, habia algo muy extraño en ella como para dejarlo de lado, esa energia.. el venir a verme y ademas el ser la misma mujer que una vez me encontre.
Disculpen.. es mi guardia personal, ha venido a traerme algo que olvide en mi caballo.
Cogi del brazo al hombre para que la soltara, yo mentia, pero era la unica manera que la dejara en paz. Pero aun asi el hombre desistia y por mucho que lo dijera no iba a soltarla. En ese momento y llevado por el deseo de hacer lo que yo le decia, mi cuerpo comenzo a desprender una energia blanca alrededor de mi cuerpo, invisible para un ojo normal...
Dejenla... y marchense.
Los ojos de los guardias se volvieron de color rojo y como si fueran marionetas sin sentimientos se alejaron haciendo lo que yo les habia dicho, un hecho muy extraño pues ellos estaban seguros de llevarselo.. podria... haberlo hecho yo tambien? Seria otra de las cosas que estaban en mi interior.. comence a reir en mi interior pues si poseia el poder de la persuasion no abria nada que se me resistiera.
Alli estaba ella, esa chica rubia, que no habia sido llevada a la celdad por suerte. Deje de pensar en eso y fije mi mirada en ella, en ese momento la voz de Diva se hizo presente preguntando por quien llamaba. Acerque mi rostro al de ella para susurrarle y asi no descubrirla mas.
Escuchame.. este sitio es peligroso para ti, si la emperatriz te descubre esta vez si que acabaras mal, si tanto deseo tienes de verme, ve junto a mi caballo, a mi silbido el acudira a mi este donde este...
Era la unica manera que podiamos volver a encontrarnos despues de que ahora nos separamos. Ella se quedaria con mi caballo y el la guiaria hasta mi pronto despues de que pasara aquella noche. Pero habia sido bastante interesante encontrarse con ella. Algo me decia que no era la ultima vez.
Soy Fye.. vengo a verla como pidio emperatriz Diva.
Esperaba que la chica se retiraba a la vez que volvia a acercarme a la puerta, ahora era momento de hablar con Diva y ver que podia aportar ella en favor del rubio.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Helena se quedó con la boca abierta el ver el poder que emanaba del interior de Fye, estaba impresionada al ver como los soldados se alejaban ante la orden de Fye quien ahora la miraba como tratando de recordar de donde se le hacía conocido do su rostro. Como era de esperarse con toda la educación del mundo el ángel rubio ayudó a la joven an ponerse de pie, Helena quien no salía de su sorpresa sentía que su corazón latía con fuerza al lado de ese hombre; claro, antes ella había estado bien cerca de él pero eso lo había hecho estando separada de el por una gran cantidad de arbustos que no le dejaban verlo tan de frente como ahora.
-Yo lamento mucho haberle causado problemas, ha sido usted muy amable al ayudarme.- dijo Helena con voz trémula mientras retrocedia un poco y escuchaba lo otro que tenía que decir su deidad, cuando terminó de escuchar lo que el dijo acerca del caballo que había dejado, ahora estaba pensando en que sería difícil estar con dos caballos en ese lugar, uno de ellos era el que había tomado de la villa de su señor, y otro era el que había traído Fye par air al palacio, pero fera como fuera ella esperaría por el en las afueras del palacio, sin embargo algo se le ocurrió hacer antes de irse, pero antes de hacer lo que iba a hacer dijo con entusiasmo:
-Está bien señor Fye, yo esperaré por usted afuera y no me ire hasta que usted me lo diga, esperaré por usted así pase un tornado y arrase con todo, yo seguiré en pie únicamente por usted, pase lo que pase estaré a su lado de aqui en adelante.
Una vez dicho esto Helena tomó a Fye de la mano y lo volteó para que la viera, porque se le había dado la espalda para hablarle a la mujer que preguntó su identidad ahí dentro; y sin pensarlo dos veces se acercó más a el y le robó un beso fugaz para luego alejarse y correr hacia la ventana para proceder a desaparecer por la misma, claro tuvo que hacer uso de su cosmos para poder usar el poder de sus flechas y que estas sivieran de picos para que ella pudiera descender como si fuera una actividad de alpinismo, y mientras iba descendiendo pensaba para sí msma:
-No puede ser, lo he besado así de una? En qué estaba pensado? Cuando lo vea le diré que eso fue un error o que deliraba por la fiebre que voy a coger lanzándome al primer río que vea.
Una vez que la joven descendió por toda esa pared albergada por la oscuridad la joven descendió mientras guardaba las flechas que iba sacando en su descenso para no dejar en evidencia su paso por ee lugar, una vez estando en el suelo la amazona de Abel se movió con sigilo y se dirigió una vez más al portón principal.
Narro/ Hablo/ Pienso
-Yo lamento mucho haberle causado problemas, ha sido usted muy amable al ayudarme.- dijo Helena con voz trémula mientras retrocedia un poco y escuchaba lo otro que tenía que decir su deidad, cuando terminó de escuchar lo que el dijo acerca del caballo que había dejado, ahora estaba pensando en que sería difícil estar con dos caballos en ese lugar, uno de ellos era el que había tomado de la villa de su señor, y otro era el que había traído Fye par air al palacio, pero fera como fuera ella esperaría por el en las afueras del palacio, sin embargo algo se le ocurrió hacer antes de irse, pero antes de hacer lo que iba a hacer dijo con entusiasmo:
-Está bien señor Fye, yo esperaré por usted afuera y no me ire hasta que usted me lo diga, esperaré por usted así pase un tornado y arrase con todo, yo seguiré en pie únicamente por usted, pase lo que pase estaré a su lado de aqui en adelante.
Una vez dicho esto Helena tomó a Fye de la mano y lo volteó para que la viera, porque se le había dado la espalda para hablarle a la mujer que preguntó su identidad ahí dentro; y sin pensarlo dos veces se acercó más a el y le robó un beso fugaz para luego alejarse y correr hacia la ventana para proceder a desaparecer por la misma, claro tuvo que hacer uso de su cosmos para poder usar el poder de sus flechas y que estas sivieran de picos para que ella pudiera descender como si fuera una actividad de alpinismo, y mientras iba descendiendo pensaba para sí msma:
-No puede ser, lo he besado así de una? En qué estaba pensado? Cuando lo vea le diré que eso fue un error o que deliraba por la fiebre que voy a coger lanzándome al primer río que vea.
Una vez que la joven descendió por toda esa pared albergada por la oscuridad la joven descendió mientras guardaba las flechas que iba sacando en su descenso para no dejar en evidencia su paso por ee lugar, una vez estando en el suelo la amazona de Abel se movió con sigilo y se dirigió una vez más al portón principal.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Mi cabeza giraba constantemente, apenas le pedía tiempo a esa extraña mujer para que tuviera que terminar de arreglar “mis asuntos”, aunque había sido enviada para algo más y eso era destruir todo vestigio de humanidad en el hombre que todo este tiempo había odiado…
No, esto no es un odio como el que poseo contra Selene.
Solo escuchaba balbuceos por todas partes, el tiempo se detuvo volviendo todo a la normalidad, mi habitación ya no poseía las marcas de todas las llamas que se habían extinguido arrasándolo todo, pensando tras unos instantes dejaba la duda de como un evento de tal magnitud pasaba desapercibido y antes de que me diera cuenta una pequeña advertencia era exhalada de sus labios antes de desaparecer como una especie de bruma. Tenía que pensar como la sirviente de “alguien”, un lujo que me negaba a aceptar pero de alguna forma obligada a hacer.
Los rayos de la luna se filtraban claros entre las cortinas, el viento las mecía suavemente para levantarlas constantemente, avanzando dejar caer parte de mi cuerpo sobre el barandal para buscar algo de aire, todo estaba dando vueltas alrededor de mí. Era momento de mostrar mi fidelidad y era rechazando inmediatamente a Fye sin explicación alguna pero antes de darme cuenta él ya había ingresado a mi habitación presentándose tal como se lo había pedido.
Me quedaba quieta, ni siquiera volteaba para mirarlo ni dirigirle palabra alguna después de ser yo quien lo había llamado. Podía sentir como me vigilaban y ponían a prueba, mis paranoias crecían a cada segundo mientras que el “tiempo” era algo que ya se volvía en mi contra si no reaccionaba a adecuadamente. Al estar de espaldas era más que seguro que ya no me reconocería, mi cabello había cambiado a una tonalidad cobriza, consecuencia de que las llamas habían nacido dentro de mí y aunque luciera pálida tras el evento de descubrir un poder no mayor a la de un dios tenía que caracterizarme como la mujer que pensaba fríamente pero yo ya me perdía tras mi propia demencia y sed de saciar mis caprichos.
Ambos puños se apretaban contra la piedra caliza que adornaba el exterior de mi habitación, me tenía sin cuidado las ofertas que me había propuesto aunque cada palabra resonaba en mi cabeza como un toque de desesperación al ser un boleto de salida, algo inaceptable pero que honor u orgullo podía presumir si el mismo Octavius se arrastró hasta las mismas tierras de Osiris para buscar ayuda con la misma Selene. Claramente la mensajera que visitó mi morada me daba a entender que por muy lamentable que parecía ser el primogénito del César, tenía que conformarme pero eso era algo que ni el mismo Fye ni nadie sabía. Estaba hecha un caos, ni mis propios pensamientos parecían tener un orden constante, Selene, Octavius, Roma… todas las cosas que ambicionaba caían una tras otra como bombas.
- Para ser un hombre de negocios careces de visión al efectuar tus “ofertas” –tenía que entender ahora de lo que estaba hablando ya que al haber roto el silencio entre nosotros lo rebajaba de una manera que de seguro estaba acostumbrado a ser tratado e incluso a ser menospreciado por ser quien era, trabajaba un arma de doble filo pero si era inteligente se abstendría ante mi comportamiento además de que era yo quién estaba al poder por el momento, eso si no la misma Roma, los Senadores o el ejército se levantaran no solo en mi contra si no en la búsqueda de un nuevo líder que reinara en toda una nación. El cetro había tomado sin querer la forma de aquella serpiente que empezó a danzar en torno a Fye, debía tomarlo como mi nueva mascota, seseando solo se dispuso a rodearlo hasta que contorneando su largo cuerpo llego a colocarse en el balcón admirando el encendido purpúreo que destilaban mis ojos.
- Si eso es lo mejor que pudiste ofrecerme será mejor que abandones esta habitación y todo lo que pudimos insinuar sobre la idea del trono de Roma deberá ser olvidado, no cederé nada ante nadie por cosas tan insignificantes como las que me llegaste a proponer.
Ahora era su oportunidad de elegir y al estar anticipando su reacción lo más seguro era que se apartara de nuevo, viajara con su familia desterrándola de un país que por derecho era su hogar, manteniéndose indiferente a los asuntos del Senado. O al menos eso era lo que yo esperaba de una persona como Fye.
No, esto no es un odio como el que poseo contra Selene.
Solo escuchaba balbuceos por todas partes, el tiempo se detuvo volviendo todo a la normalidad, mi habitación ya no poseía las marcas de todas las llamas que se habían extinguido arrasándolo todo, pensando tras unos instantes dejaba la duda de como un evento de tal magnitud pasaba desapercibido y antes de que me diera cuenta una pequeña advertencia era exhalada de sus labios antes de desaparecer como una especie de bruma. Tenía que pensar como la sirviente de “alguien”, un lujo que me negaba a aceptar pero de alguna forma obligada a hacer.
Los rayos de la luna se filtraban claros entre las cortinas, el viento las mecía suavemente para levantarlas constantemente, avanzando dejar caer parte de mi cuerpo sobre el barandal para buscar algo de aire, todo estaba dando vueltas alrededor de mí. Era momento de mostrar mi fidelidad y era rechazando inmediatamente a Fye sin explicación alguna pero antes de darme cuenta él ya había ingresado a mi habitación presentándose tal como se lo había pedido.
Me quedaba quieta, ni siquiera volteaba para mirarlo ni dirigirle palabra alguna después de ser yo quien lo había llamado. Podía sentir como me vigilaban y ponían a prueba, mis paranoias crecían a cada segundo mientras que el “tiempo” era algo que ya se volvía en mi contra si no reaccionaba a adecuadamente. Al estar de espaldas era más que seguro que ya no me reconocería, mi cabello había cambiado a una tonalidad cobriza, consecuencia de que las llamas habían nacido dentro de mí y aunque luciera pálida tras el evento de descubrir un poder no mayor a la de un dios tenía que caracterizarme como la mujer que pensaba fríamente pero yo ya me perdía tras mi propia demencia y sed de saciar mis caprichos.
Ambos puños se apretaban contra la piedra caliza que adornaba el exterior de mi habitación, me tenía sin cuidado las ofertas que me había propuesto aunque cada palabra resonaba en mi cabeza como un toque de desesperación al ser un boleto de salida, algo inaceptable pero que honor u orgullo podía presumir si el mismo Octavius se arrastró hasta las mismas tierras de Osiris para buscar ayuda con la misma Selene. Claramente la mensajera que visitó mi morada me daba a entender que por muy lamentable que parecía ser el primogénito del César, tenía que conformarme pero eso era algo que ni el mismo Fye ni nadie sabía. Estaba hecha un caos, ni mis propios pensamientos parecían tener un orden constante, Selene, Octavius, Roma… todas las cosas que ambicionaba caían una tras otra como bombas.
- Para ser un hombre de negocios careces de visión al efectuar tus “ofertas” –tenía que entender ahora de lo que estaba hablando ya que al haber roto el silencio entre nosotros lo rebajaba de una manera que de seguro estaba acostumbrado a ser tratado e incluso a ser menospreciado por ser quien era, trabajaba un arma de doble filo pero si era inteligente se abstendría ante mi comportamiento además de que era yo quién estaba al poder por el momento, eso si no la misma Roma, los Senadores o el ejército se levantaran no solo en mi contra si no en la búsqueda de un nuevo líder que reinara en toda una nación. El cetro había tomado sin querer la forma de aquella serpiente que empezó a danzar en torno a Fye, debía tomarlo como mi nueva mascota, seseando solo se dispuso a rodearlo hasta que contorneando su largo cuerpo llego a colocarse en el balcón admirando el encendido purpúreo que destilaban mis ojos.
- Si eso es lo mejor que pudiste ofrecerme será mejor que abandones esta habitación y todo lo que pudimos insinuar sobre la idea del trono de Roma deberá ser olvidado, no cederé nada ante nadie por cosas tan insignificantes como las que me llegaste a proponer.
Ahora era su oportunidad de elegir y al estar anticipando su reacción lo más seguro era que se apartara de nuevo, viajara con su familia desterrándola de un país que por derecho era su hogar, manteniéndose indiferente a los asuntos del Senado. O al menos eso era lo que yo esperaba de una persona como Fye.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Aquella mujer que habia salvado me hablaba con un respeto que ni algunos de los sirvientes de mi villa alcanzaban a llegar, me preguntaba que pensaba ella como para tratarme de esa manera y ademas buscarme con la insistencia que parecia que tenia por verme. Fue bueno decirle que se quedara con mi caballo ya que despues podria hablar con ella, pero antes me esperaba un asunto de mayor importancia, la hora de saber si podia servirme de esa egipcia que habia dentro de la habitacion o si por el contrario tenia que moverme yo solo.
Pero algo sorpresivo ocurrio. La rubia cogio mi mano y me volteo hacia ella con cierta confianza, sus labios se fundieron con los mios en un fugaz beso, sin darme tiempo a responder la chica salia del pasillo escapando quizas de lo que acababa de hacer. Con cierta sorpresa pero con la misma expresion, lleve mis dedos a mis labios notando aun el calor de los suyos. Solte una pequeña risa y solo pense que ese beso fuera algo que me diera suerte.
La puerta de la habitacion de la maxima representante de Roma se abrio y yo sin dudar entre, no conseguir su ayuda o no conseguir ser nada importante en Roma no era el final del camino pero era una prueba para mi mismo. La soledad que ahora mismo sentia en mi interior tras la marcha de Gelum y la desaparicion de Sophia me estaba llevando a hacer cosas que siempre me prometi y tambien a mi difunta madre que no haria. Ella me pidio que alejara a mis hermanos de Roma, y asi lo hice, pero sin ellos... mi desesperacion me habia llevado a estar cansado de como se movia las cosas, de ser siempre el perdedor y moverme para ahora ser yo quien dirigiera el futuro de otros.
Varias cosas pasaban por mi mente, si hacia lo correcto o no. Una vez dentro de la habitacion ninguno de los dos hablabamos, el ambiente nunca habia estado tan tenso entre los dos, ni aquella vez en el lugar donde Octavius nos sorprendio. Algo habia cambiado en ella... muchas cosas... su actitud no era favorable, no mostraba interes.. y ademas ella se veia diferente. Sin duda era Diva... pero ese color de caballo... era mas que un simple cambio de color.
Observaba la situacion, y las dificultades de sacar una solucion positiva para mis intereses. Hasta que la emperatriz rompo el silencio, con palabras que intentaban humillarme. Comparado con las cosas que siempre escuchaba de mi, o las que solia escuchar de Vergilius, aquello no eran mas que alabanzas. Estaba acostumbrado al mal trato.
¿Impaciente por que hable?
No hable con arrogancia, sino mas bien fue en un tono serio. Ella estaba de espalda sin mirarme, se notaba en eso el poco interes por tratar conmigo. Pero de una manera u otra debia despertar su interes. Aun cuando las otras palabras que despues salieron por sus labios fueron peor que las anteriores. No iba a cuestionarle ahora si mis palabras en su momento fueron las mas acertadas.
No va a ser mi cabeza la que caiga. Si no aceptas mi ayuda es tu decision, pero no creas encontrar aliados que quieran ayudarte. Como mucho acabaras sirviendo a aquel que opte al reino. Ya deberias verlo, tu era llega a su fin y de manera aburda estas intentando darme la espalda.
Me adelante hacia ella, haciendole ver que aun no me pesaba ir, no sin antes decirle unas cuantas palabras a esa mujer que su ego era mucho mayor que el mio. No queria dar lo que habia construido tantos años por perdido, pero tampoco queria acceder a cualquier ayuda.
¿Quieres que te diga lo que creo que el pueblo piensa de ti? Eres una perdedora, has perdido contra tu hermana. Al final Roma hizo lo que Egipto quiso, y ahora las cosas se hacen a su modo. ¿Por que se accedio a una boda con mi hermano? Un romano sin experiencia en politica ni en batalla, alguien facil de manipular por Selene. Ahora ella tiene la proteccion de Roma.
Me coloque en una posicion que llegara a verme, mis palabras eran severas, pero de alguna manera tenia que acerla reaccionar. No me interesaba ella, pero si conseguia creerle dudas en su cabeza seria algo favorable para mi.
Roma es un reino ganador, y Egipto debio ser postrado y dominado por completo. Eso pienso, y eso haria. ¿No te gustaria ver eso?
Pero algo sorpresivo ocurrio. La rubia cogio mi mano y me volteo hacia ella con cierta confianza, sus labios se fundieron con los mios en un fugaz beso, sin darme tiempo a responder la chica salia del pasillo escapando quizas de lo que acababa de hacer. Con cierta sorpresa pero con la misma expresion, lleve mis dedos a mis labios notando aun el calor de los suyos. Solte una pequeña risa y solo pense que ese beso fuera algo que me diera suerte.
La puerta de la habitacion de la maxima representante de Roma se abrio y yo sin dudar entre, no conseguir su ayuda o no conseguir ser nada importante en Roma no era el final del camino pero era una prueba para mi mismo. La soledad que ahora mismo sentia en mi interior tras la marcha de Gelum y la desaparicion de Sophia me estaba llevando a hacer cosas que siempre me prometi y tambien a mi difunta madre que no haria. Ella me pidio que alejara a mis hermanos de Roma, y asi lo hice, pero sin ellos... mi desesperacion me habia llevado a estar cansado de como se movia las cosas, de ser siempre el perdedor y moverme para ahora ser yo quien dirigiera el futuro de otros.
Varias cosas pasaban por mi mente, si hacia lo correcto o no. Una vez dentro de la habitacion ninguno de los dos hablabamos, el ambiente nunca habia estado tan tenso entre los dos, ni aquella vez en el lugar donde Octavius nos sorprendio. Algo habia cambiado en ella... muchas cosas... su actitud no era favorable, no mostraba interes.. y ademas ella se veia diferente. Sin duda era Diva... pero ese color de caballo... era mas que un simple cambio de color.
Observaba la situacion, y las dificultades de sacar una solucion positiva para mis intereses. Hasta que la emperatriz rompo el silencio, con palabras que intentaban humillarme. Comparado con las cosas que siempre escuchaba de mi, o las que solia escuchar de Vergilius, aquello no eran mas que alabanzas. Estaba acostumbrado al mal trato.
¿Impaciente por que hable?
No hable con arrogancia, sino mas bien fue en un tono serio. Ella estaba de espalda sin mirarme, se notaba en eso el poco interes por tratar conmigo. Pero de una manera u otra debia despertar su interes. Aun cuando las otras palabras que despues salieron por sus labios fueron peor que las anteriores. No iba a cuestionarle ahora si mis palabras en su momento fueron las mas acertadas.
No va a ser mi cabeza la que caiga. Si no aceptas mi ayuda es tu decision, pero no creas encontrar aliados que quieran ayudarte. Como mucho acabaras sirviendo a aquel que opte al reino. Ya deberias verlo, tu era llega a su fin y de manera aburda estas intentando darme la espalda.
Me adelante hacia ella, haciendole ver que aun no me pesaba ir, no sin antes decirle unas cuantas palabras a esa mujer que su ego era mucho mayor que el mio. No queria dar lo que habia construido tantos años por perdido, pero tampoco queria acceder a cualquier ayuda.
¿Quieres que te diga lo que creo que el pueblo piensa de ti? Eres una perdedora, has perdido contra tu hermana. Al final Roma hizo lo que Egipto quiso, y ahora las cosas se hacen a su modo. ¿Por que se accedio a una boda con mi hermano? Un romano sin experiencia en politica ni en batalla, alguien facil de manipular por Selene. Ahora ella tiene la proteccion de Roma.
Me coloque en una posicion que llegara a verme, mis palabras eran severas, pero de alguna manera tenia que acerla reaccionar. No me interesaba ella, pero si conseguia creerle dudas en su cabeza seria algo favorable para mi.
Roma es un reino ganador, y Egipto debio ser postrado y dominado por completo. Eso pienso, y eso haria. ¿No te gustaria ver eso?
Fye- Dios/a
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Re: Habitación de la Emperatriz
Cerraba los ojos para no pensar en nada, las cosas que ese hombre declaraba no me herían si no que no podía contradecirle ni un momento cuando me decía nada más que la verdad, sus pasos resonaron levemente para situarse justo al lado mío. El viento seguía manteniéndose cada vez más frío, chocando contra mi rostro y agitando mi cabello…
- Tienes razón, solo es cuestión de tiempo para que mi cabeza caiga pero, ¿en qué te diferencias tú?... solo me “brindas” ayuda porque soy la única que te permitirá tu ascenso al poder tomando el control de Roma y yo de alguna forma terminare sirviendo.. tú no eres mi salvación… ni yo soy para ti una aliada, solo soy la llave que necesitas para cumplir tus propósitos, no eres diferente a los demás neófitos que dirigen el Senado.
Se notaba que no deseaba quedarse atrás de la conversación, cada uno reprochaba en lo que el otro al final se vino convirtiendo, al menos teníamos algo en común, no nos dejábamos amedrentar por cosas innecesarias y además esa fue la elección que cada uno tomamos llegando a ser lo que somos, las circunstancias no eran las mismas pero teníamos algo en mente, no dejarnos pisotear por los demás. Mis ojos se clavaron encendiéndose lentamente, el purpura de mi iris relucía con más intensidad dejando que esta vez terminara de hablar pues no iría con rodeos pero mi paciencia llegaba a su límite al tocar el tema sobre mi hermana y si creía que me rebajaba con sus comentarios se equivocaba.
Mi mano sujeto su muñeca haciéndolo sonar en un leve golpe. Sin conocer mi propia fuerza lo arrastraba contra el marco de la puerta acorralándolo.
- Te recomiendo tener más cuidado con lo que hablas, porque entonces estarías también humillando a un miembro de tu familia, yo en tu lugar no me pondría a hablar de cosas que realmente desconoces, tú no estuviste ese día en el Senado cuando se declararon los candidatos para la unión entre Roma y Egipto, tú no conociste porque llevaron a cabo la resolución de que tu hermano fuera el indicado para dicha causa. –mis dedos se tensaron marcando su piel, poco a poco una energía se desplegaba de mi interior tras ese arrebato, me había provocado lo suficiente que no tomaba en cuenta que cada vez que me alteraba deseaba despertar las llamas queriendo acabar con todo lo que podía disgustarme. El fuego era lo que últimamente me impulsaba.
- Te metiste con la mujer equivocada Fye. -Mis labios se abrieron buscando más aire pues mi respiración se agitaba. - Gelum no fue más que una simple marioneta, pudieron mandarte a ti… a Vergilius… e incluso al estúpido de Octavius pero fue tu ingenuo hermano al que decidieron lanzar a la boca del lobo, Selene no tenía más opción que acatar el acuerdo… ¿las razones?. Si Selene se hubiera casado directamente con los predecesores al trono ya se hubiera convertido inmediatamente en la futura emperatriz de Roma convirtiendo el Imperio en una amenaza con ridícula alianza pero no… y Octavius Ja’h!.. él ya no tiene el derecho al trono desde su desaparición en Germania, desaparición que hasta la fecha no ha decidido declarar dejándolo fuera de la jugada,.Tú único obstáculo sería Vergilius… lamentablemente no puedes ponerle un dedo encima. -la mano que mantenía libre la acercaba directamente a su rostro, acariciándolo sugestivamente hasta llegar donde se ocultaba su misma cicatriz- Y no lo digo por la marca en tu rostro que hizo separarte de la ciudad desterrándose por voluntad propia… tu hermana debe saberlo muy bien ¿no?.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Lin habia ido ya en la noche a la habitacion de la emperatriz, debia hablar con ella, pues su mision debia concluirla antes de esa noche, por lo que su paso fue apresurado por los pasillos del palacio, ademas de cautelosos para no ser sorprendida tan facilemente, sin embaro deicio que debia ir normal, no tenia nada que ocultar, aun era la princesa de Britania.
Asi que por cual duda oculto un poco su cosmos y decidio tocar la puerta cuando por fin la tuvo frente a ella, sin embargo unas voces hizo que reaccionara y no tocara, asi que se queo escuchando lo que las voces decian, claramente dsitigui una voz, era Diva y la otra no la conocia, pero decidio esperara que terminaran de hablar, sin embargo Diva se habia exalñtado un poco, pues su voz detnotaba lo enfadada que estaba.
Por lo que escuchaba, era como si le du¿ijera lo que habia tenido planeado, pues mencionaba a Vergilius y a Octavuis, ademas de un tal Gelum y una tal Selene, si no se equivocaba, Selene era la representante de Egipto, que pasaba entre Diva y Selene, por que ese resentimiento?, ademas de que al parecer habian tenido un plan ella y la otra persona que le decia Fye, pues creo que aquello iba a terminar mal, por lo que decidio tocar al ver que unas sirvientas se acercaban.
Toco suavemente y hablo un poco fuerte, conservando su tono dulce y calmado.
- Buenas Noches Diva, lamento inportunar, pero quisiera preguntarte algo.....-
AHora poni syus manos delante de ella, en espera de que le contestara algo, pensando y acomodando todo aquello que habia escuchando antes.
Asi que por cual duda oculto un poco su cosmos y decidio tocar la puerta cuando por fin la tuvo frente a ella, sin embargo unas voces hizo que reaccionara y no tocara, asi que se queo escuchando lo que las voces decian, claramente dsitigui una voz, era Diva y la otra no la conocia, pero decidio esperara que terminaran de hablar, sin embargo Diva se habia exalñtado un poco, pues su voz detnotaba lo enfadada que estaba.
Por lo que escuchaba, era como si le du¿ijera lo que habia tenido planeado, pues mencionaba a Vergilius y a Octavuis, ademas de un tal Gelum y una tal Selene, si no se equivocaba, Selene era la representante de Egipto, que pasaba entre Diva y Selene, por que ese resentimiento?, ademas de que al parecer habian tenido un plan ella y la otra persona que le decia Fye, pues creo que aquello iba a terminar mal, por lo que decidio tocar al ver que unas sirvientas se acercaban.
Toco suavemente y hablo un poco fuerte, conservando su tono dulce y calmado.
- Buenas Noches Diva, lamento inportunar, pero quisiera preguntarte algo.....-
AHora poni syus manos delante de ella, en espera de que le contestara algo, pensando y acomodando todo aquello que habia escuchando antes.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Pienso
Hablo
---------------------
El corazón latía fuerte, las manos apenas permanecían estáticas y firmes, tanto era así el amor que le unía a ella, que era capaz de romper la fría coraza del alma del hombre que decidió irse en contra de los dioses, Solomon extrañaba algunas cosas de la mujer que ahora no sabía si considerarla amiga o enemiga, sabía muchas cosas, demasiadas como para pasar por alto el hecho que la guerra iniciará únicamente por la presencia de la extranjera egipcia.
Sus pasos primero firmes perdían la compostura, eran más breves y pausados, como si inconscientemente tratara de evitar llegar a tocarle la puerta, como si no deseara la verdad que le fue ocultada desde un principio de la historia. Pero aunque no quisiera, aun cuando algo de él siguiera amándola con locura, finalmente llego al final del camino, el mismo que le llevaría de regreso a donde había empezado.
Eso es todo?...finalmente llegare a la verdad?...o esta puerta me abría otro camino falso, lleno de mentiras y desconsuelo.
Levantando su mano, apuntaba con todas las yemas de sus dedos la parte externa del cuarto, en cámara lenta, la ponía por los altorrelieves del pórtico, escuchaba mágicamente las risas de Diva, aquellas mismas que le cautivaron la primera vez en que verdaderamente le llamo la atención, era muy joven en ese entonces, la odiaba tanto por ser la usurpadora de la vida y honra de su madre. Extrañamente recién recordaba aquellas cosas, como si su memoria regresara lentamente.
Cierto, no siempre te ame...!
Su mirada volvía a adquirir la misma frialdad de tempano, su ojos azules se hacian mordaces y la fuera de su brazo hizo que se abriera sola la puerta, no había escuchado hasta ahora lo que venía ocurriendo en su interior. Un luz casi cegadora yacía del otro lado, viendo hacía atrás solo eran sombras, las mismas que desaparecían ante la luminiscencia milagrosa que develaba a figura de Lin.
Pero...¿?
Extrañado, vio como el ángel de Lydia yacía frente suyo, de espaldas, tocando a verdadera puerta de la recamara de la emperatriz, Solomon no creía en lo que pasaba, arecía un sueño dentro de otro.
Salí de un mundo a otro¿?
Algo aturdido toco la espalda de la doncella.
Que haces aquí?
Para luego oír por primera vez la voz de Diva, al parecer Afrodita tenía oídos por doquier, el senador avanzo intimidantemente hacía Lin para luego de un solo acto abrir la puerta dejándole ver lo que ocurría detrás. Dos cuerpos eran empujados, lo suficiente para distinguirles.
...
Fye?!
Frunciendo el ceño al ver como el descarado destino se burlaba de él nuevamente, como era posible que lo pusieran frente al hermano de Gelum?...justo ahora?
Aun estando de espaldas, su postura era inconfundible, pero a quien no reconocía era a la mujer que le apuntaba con aquellos ojos violeta, los mismos de Selene.
El senador avanzo sin dar mayor saludo a ambos, no sabía lo que pasaba, y en especial...que hacían Fye y una mujer en la recamara de Diva?
Fye, se puede saber que haces en el cuarto de tu reina?
Hablo
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El corazón latía fuerte, las manos apenas permanecían estáticas y firmes, tanto era así el amor que le unía a ella, que era capaz de romper la fría coraza del alma del hombre que decidió irse en contra de los dioses, Solomon extrañaba algunas cosas de la mujer que ahora no sabía si considerarla amiga o enemiga, sabía muchas cosas, demasiadas como para pasar por alto el hecho que la guerra iniciará únicamente por la presencia de la extranjera egipcia.
Sus pasos primero firmes perdían la compostura, eran más breves y pausados, como si inconscientemente tratara de evitar llegar a tocarle la puerta, como si no deseara la verdad que le fue ocultada desde un principio de la historia. Pero aunque no quisiera, aun cuando algo de él siguiera amándola con locura, finalmente llego al final del camino, el mismo que le llevaría de regreso a donde había empezado.
Eso es todo?...finalmente llegare a la verdad?...o esta puerta me abría otro camino falso, lleno de mentiras y desconsuelo.
Levantando su mano, apuntaba con todas las yemas de sus dedos la parte externa del cuarto, en cámara lenta, la ponía por los altorrelieves del pórtico, escuchaba mágicamente las risas de Diva, aquellas mismas que le cautivaron la primera vez en que verdaderamente le llamo la atención, era muy joven en ese entonces, la odiaba tanto por ser la usurpadora de la vida y honra de su madre. Extrañamente recién recordaba aquellas cosas, como si su memoria regresara lentamente.
Cierto, no siempre te ame...!
Su mirada volvía a adquirir la misma frialdad de tempano, su ojos azules se hacian mordaces y la fuera de su brazo hizo que se abriera sola la puerta, no había escuchado hasta ahora lo que venía ocurriendo en su interior. Un luz casi cegadora yacía del otro lado, viendo hacía atrás solo eran sombras, las mismas que desaparecían ante la luminiscencia milagrosa que develaba a figura de Lin.
Pero...¿?
Extrañado, vio como el ángel de Lydia yacía frente suyo, de espaldas, tocando a verdadera puerta de la recamara de la emperatriz, Solomon no creía en lo que pasaba, arecía un sueño dentro de otro.
Salí de un mundo a otro¿?
Algo aturdido toco la espalda de la doncella.
Que haces aquí?
Para luego oír por primera vez la voz de Diva, al parecer Afrodita tenía oídos por doquier, el senador avanzo intimidantemente hacía Lin para luego de un solo acto abrir la puerta dejándole ver lo que ocurría detrás. Dos cuerpos eran empujados, lo suficiente para distinguirles.
...
Fye?!
Frunciendo el ceño al ver como el descarado destino se burlaba de él nuevamente, como era posible que lo pusieran frente al hermano de Gelum?...justo ahora?
Aun estando de espaldas, su postura era inconfundible, pero a quien no reconocía era a la mujer que le apuntaba con aquellos ojos violeta, los mismos de Selene.
El senador avanzo sin dar mayor saludo a ambos, no sabía lo que pasaba, y en especial...que hacían Fye y una mujer en la recamara de Diva?
Fye, se puede saber que haces en el cuarto de tu reina?
Solomon- Dios/a
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Re: Habitación de la Emperatriz
Las puertas se habian abierto dandome completo acceso hacia la habitacion de Diva, lentamente me fui introduciendo mientras que los soldados se retiraban, habian cumplido con su deber de haberme llevado hacia el lugar de descanzo de aquella emperatriz, lentamente las columnas que detenian el lugar se hacian presente, estaba un poco oscuro, las pocas flamas de las antorchas daban ligeras vistas hacia el lugar, mientras me hiba abriendo paso, ahora solo se veian entes de luz y sombras mas adelante de donde yo estaba, me acercaba lentamente, esperaba no tomar por sorpresa a aquella mujer puesto que podria ser algo malo tomarla desprevenida.
La luz se hacia mas facil de denotar las figuras, ahora solo estaban a lo lejos, apresure mi paso y ahora estaba ya delante de ellos, pero cual fue mi asombro ver ahi a mi hermano, a Solomon, a Diva y a una pequeña mujer que no sabia su procedencia ni siquiera quien era.
Hermano!... solo pude decir, pero que estaba haciendo, estaba enfrente de una mujer importante para roma, deberia de tenerle mas respeto, baje un poco la cabeza, hasta acompletar mi referencia hacia ella, y solo pude decir...Emperatriz Diva, tengo noticias malas para usted, bueno al menos eso tengo entendido, noticias por parte de su hermana Selene, y de Egipto, pero antes de que se lo diga, podria atender primero al Senador Solomon, que hace gala de su presencia aqui, y creo que tambien tiene algo importante que decir.
La luz se hacia mas facil de denotar las figuras, ahora solo estaban a lo lejos, apresure mi paso y ahora estaba ya delante de ellos, pero cual fue mi asombro ver ahi a mi hermano, a Solomon, a Diva y a una pequeña mujer que no sabia su procedencia ni siquiera quien era.
Hermano!... solo pude decir, pero que estaba haciendo, estaba enfrente de una mujer importante para roma, deberia de tenerle mas respeto, baje un poco la cabeza, hasta acompletar mi referencia hacia ella, y solo pude decir...Emperatriz Diva, tengo noticias malas para usted, bueno al menos eso tengo entendido, noticias por parte de su hermana Selene, y de Egipto, pero antes de que se lo diga, podria atender primero al Senador Solomon, que hace gala de su presencia aqui, y creo que tambien tiene algo importante que decir.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Las puertas de mi habitación se abrían, giraba con ferocidad mi rostro viendo quién interrumpía, no estaba de humor y mucho menos para que irrumpieran en mi cuarto de aquella manera, no eran nadie para tomarse tales atribuciones. Soltaba a Fye cuando aquel Senador indignado lo llamó…
- ¿Cómo se atreven?... ¡¿CÓMO SE ATREVEN?!. Tendrían que mandarlos a todos ustedes directamente a la horca!! A ver si así compensan su falta de modales!!!
Algo en mi interior me incitaba a incinerarlos ahí mismo si es que podía pero eso implicaba descubrirme, algo que no era inconveniente. Lin al parecer se había quedado en el umbral de la puerta esperando a que le diera permiso entrar pero tanto como Gelum y Solomon se habían ganado ya mi repulsión. Apenas escuchaba los lloriqueos de ese mocoso explicándome la situación de Egipto, mi rostro desencajaba prácticamente mis facciones, todo esto ya estaba rebasándose de mi propio control, aunque ese Senador a la que alguna vez llegué a…
- Tú!! Ambos!!... son unos idiotas!!!.. lo mismo debería preguntarles a ustedes!!.. yo convoco a quién se me pegue la gana ante mi presencia. –Mi voz ya se alzaba en un grito, todo mi cuerpo se tensaba. - Solomon lárgate!! Tú ya no eres bienvenido en mi palacio y no quiero escuchar ninguna objeción tuya, después de lo que hiciste la muerte es lo único que te mereces. –Hablaba de aquella carta, de esa despedida definitiva que había hecho entre ambos, Fye de seguro que estaba regocijándose muy en el fondo de aquella rabieta por mi parte pero no toleraría que alguien dispusiera de mí.
- Y tu mocoso!!... habla de una vez!! Se supone que a estas alturas debías de estar casado con Selene.
Estaba temiendo lo peor, si Gelum se encontraba aquí eso quería decir que Octavius había llegado a un acuerdo con mi hermana, tal como Sarahissa había anunciado.
- ¿Aún sigues aquí? TE DIJE QUE DESAPARECIERAS… O YO MISMA TE HARÉ DESAPARECER!!. Y lo mismo va para él que aún se encuentre con valor de irrumpir en mi habitación!.
- ¿Cómo se atreven?... ¡¿CÓMO SE ATREVEN?!. Tendrían que mandarlos a todos ustedes directamente a la horca!! A ver si así compensan su falta de modales!!!
Algo en mi interior me incitaba a incinerarlos ahí mismo si es que podía pero eso implicaba descubrirme, algo que no era inconveniente. Lin al parecer se había quedado en el umbral de la puerta esperando a que le diera permiso entrar pero tanto como Gelum y Solomon se habían ganado ya mi repulsión. Apenas escuchaba los lloriqueos de ese mocoso explicándome la situación de Egipto, mi rostro desencajaba prácticamente mis facciones, todo esto ya estaba rebasándose de mi propio control, aunque ese Senador a la que alguna vez llegué a…
- Tú!! Ambos!!... son unos idiotas!!!.. lo mismo debería preguntarles a ustedes!!.. yo convoco a quién se me pegue la gana ante mi presencia. –Mi voz ya se alzaba en un grito, todo mi cuerpo se tensaba. - Solomon lárgate!! Tú ya no eres bienvenido en mi palacio y no quiero escuchar ninguna objeción tuya, después de lo que hiciste la muerte es lo único que te mereces. –Hablaba de aquella carta, de esa despedida definitiva que había hecho entre ambos, Fye de seguro que estaba regocijándose muy en el fondo de aquella rabieta por mi parte pero no toleraría que alguien dispusiera de mí.
- Y tu mocoso!!... habla de una vez!! Se supone que a estas alturas debías de estar casado con Selene.
Estaba temiendo lo peor, si Gelum se encontraba aquí eso quería decir que Octavius había llegado a un acuerdo con mi hermana, tal como Sarahissa había anunciado.
- ¿Aún sigues aquí? TE DIJE QUE DESAPARECIERAS… O YO MISMA TE HARÉ DESAPARECER!!. Y lo mismo va para él que aún se encuentre con valor de irrumpir en mi habitación!.
Diva- Berseker de Ares
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Re: Habitación de la Emperatriz
Mis sinceras y duras palabras no hicieron mas que elevar la furia de la emperatriz de Roma de procedencia egipcia, su mano me agarro con una fuerza propia de un hombre y me llevo contra el marco de la puerta, sujetando cada vez con mas firmeza mi muñeca, estaba claro que aquel acto dejaria marca en mi piel. No podia tocarla ni hacerle nada por que era ahora mismo la maxima mandataria del imperio romano y ya algunos sabian que habia entrado aqui, asi que mi unico arma en ese momento era la palabra y la usaria hasta mi ultimo momento.
Me dio su explicacion de por que habia elegido a mi pequeño hermano que no tenia idea de nada para aquel compromiso en Egipto, pero para mi el problema no era quien habia sido el eligido sino que se le dio al opcion a egipto a hacer las cosas a su manera cuando se supone que Roma tiene el poder mas grande, con el ejercito mas grande jamas visto.
Enfadada conmigo y contigo misma al contemplar tu derrota...?
Seguia aferrado contra la puerta, con esa mirada mia inespresiva, no era ni arrogante, ni tampoco temorosa, simplemente era un rostro serio y palido, indiferente con los problemas de la reina. Ponerme de su lado iba a ser dificil y quizas mi camino hacia ella era el que nadie se atrevia y pasar y era contradiciendole y abriendole los ojos.
La culpa de todo esto, que yo este aqui, es del incompetente reino romano en el que nos hemos vuelto. Yo hubiera seguido apartado como siempre, pero tuvieron que meter a mi hermano.. y por culpa de eso Sophia...
Iba a hablar demasiado, lor referente a Sophia aun me preocupaba y sin excusas ni explicacion ahora culpaba a Roma por lo que les habia pasado, pensaba que podrian ser egipcios o cualquier cosa que se me pasaba por la cabeza quienes habian secuestrado a Sophia y todo eso me llevo a actuar de una manera que rompi la promesa que le hice a madre.
Las cosas solo se hacen bien, cuando las hace uno mismo asi que no me voy a quedar apartado dejando un futuro donde estoy involucrado al mal nacido de Vergilius.
Entonces unos inesperados golpes tocaron la puerta de la reina a esas altas horas de la noche, parecia una de las invitadas de estas, pero eso no fue lo unico que paso, de pronto la puerta se abrio empujandonos a ambos y en ese acto ella me solto la muñeca que habia quedado bastante rojiza. Las personas que habian entrado eran el senador y uno de mis primos, Solomon, aun no habia olvidado con el aquel indicente con mi hermano Gelum, aquel envenenamiento aun era culpa suya.
La otra persona era una chica de cabellos rubios y largos, no suponia ningun interes para mi. Pero Solomon parecia sumamente sorprendido por verme en aquel lugar y es que era normal pues a penas pisaba Roma, asi que estar en la habitacion de Diva era lo ultimo que se pensaba donde podia estar. Mi actitud fue tranquila y pasiva con Solomon asi que simplemente encogi mis hombros.
Lo mismo te podria preguntar a ti, yo no soy mas que un invitado de la emperatriz.
Pero aun quedaba la mayor de la sorpresas esa noche, mi hermano, mi propio hermano Gelum era el que aparecia por esa puerta, en eso si que mi rostro reflejo una mayor sorpresa, se suponia que deberia estar en Egipto casado ya mismo y avisando de como iba alli, pero no... estaba en Roma entonces que habia pasado con Selene? Eso no me gusto nada de nada, ver a mi hermano no era buena señal y el mismo iba explicar lo que sucedia.
Habla Gelum, que ha pasado en Egipto?
Mi interes si se volvio mas grande en ese momento, pero todo esto habia superado la paciencia de Diva que gritaba como si estuviera poseida por la locura, interiormente pensaba que esa era la mujer con la que no tenia mas remedio que juntarme si queria hacer las cosas a mi modo y no dejar mi futuro como romano en manos de Vergilius. Ella gritaba y hechaba a todo aquel que habia entrado, pobre de aquel que se atreviera a cruzar esa puerta una vez mas...
Me dio su explicacion de por que habia elegido a mi pequeño hermano que no tenia idea de nada para aquel compromiso en Egipto, pero para mi el problema no era quien habia sido el eligido sino que se le dio al opcion a egipto a hacer las cosas a su manera cuando se supone que Roma tiene el poder mas grande, con el ejercito mas grande jamas visto.
Enfadada conmigo y contigo misma al contemplar tu derrota...?
Seguia aferrado contra la puerta, con esa mirada mia inespresiva, no era ni arrogante, ni tampoco temorosa, simplemente era un rostro serio y palido, indiferente con los problemas de la reina. Ponerme de su lado iba a ser dificil y quizas mi camino hacia ella era el que nadie se atrevia y pasar y era contradiciendole y abriendole los ojos.
La culpa de todo esto, que yo este aqui, es del incompetente reino romano en el que nos hemos vuelto. Yo hubiera seguido apartado como siempre, pero tuvieron que meter a mi hermano.. y por culpa de eso Sophia...
Iba a hablar demasiado, lor referente a Sophia aun me preocupaba y sin excusas ni explicacion ahora culpaba a Roma por lo que les habia pasado, pensaba que podrian ser egipcios o cualquier cosa que se me pasaba por la cabeza quienes habian secuestrado a Sophia y todo eso me llevo a actuar de una manera que rompi la promesa que le hice a madre.
Las cosas solo se hacen bien, cuando las hace uno mismo asi que no me voy a quedar apartado dejando un futuro donde estoy involucrado al mal nacido de Vergilius.
Entonces unos inesperados golpes tocaron la puerta de la reina a esas altas horas de la noche, parecia una de las invitadas de estas, pero eso no fue lo unico que paso, de pronto la puerta se abrio empujandonos a ambos y en ese acto ella me solto la muñeca que habia quedado bastante rojiza. Las personas que habian entrado eran el senador y uno de mis primos, Solomon, aun no habia olvidado con el aquel indicente con mi hermano Gelum, aquel envenenamiento aun era culpa suya.
La otra persona era una chica de cabellos rubios y largos, no suponia ningun interes para mi. Pero Solomon parecia sumamente sorprendido por verme en aquel lugar y es que era normal pues a penas pisaba Roma, asi que estar en la habitacion de Diva era lo ultimo que se pensaba donde podia estar. Mi actitud fue tranquila y pasiva con Solomon asi que simplemente encogi mis hombros.
Lo mismo te podria preguntar a ti, yo no soy mas que un invitado de la emperatriz.
Pero aun quedaba la mayor de la sorpresas esa noche, mi hermano, mi propio hermano Gelum era el que aparecia por esa puerta, en eso si que mi rostro reflejo una mayor sorpresa, se suponia que deberia estar en Egipto casado ya mismo y avisando de como iba alli, pero no... estaba en Roma entonces que habia pasado con Selene? Eso no me gusto nada de nada, ver a mi hermano no era buena señal y el mismo iba explicar lo que sucedia.
Habla Gelum, que ha pasado en Egipto?
Mi interes si se volvio mas grande en ese momento, pero todo esto habia superado la paciencia de Diva que gritaba como si estuviera poseida por la locura, interiormente pensaba que esa era la mujer con la que no tenia mas remedio que juntarme si queria hacer las cosas a mi modo y no dejar mi futuro como romano en manos de Vergilius. Ella gritaba y hechaba a todo aquel que habia entrado, pobre de aquel que se atreviera a cruzar esa puerta una vez mas...
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Re: Habitación de la Emperatriz
Hablo
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Diva
Fye
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Lo mismo te podria preguntar a ti, yo no soy mas que un invitado de la emperatriz.
En efecto, aquel ser humano parecia ser su fiel retrato, a excepción del parche en el ojo, aquel mismo que empezaba a incomodar a Solomon, no por Fye en sí, sino por lo que simbolizaba, la mutilación, el deteriodo del cuerpo. Permanecio serio ante su replica, no era con él quien se las tenía que ver sino con...con...
Una voz irrumpio el silencio a sus espaldas, no era de Lin obviamente, sino de un varon, alguien que pensaba olvidado en tierras enemigas, Gelum, el traidor aparecia y más relajado que nunca, como si sus actos demostrados en aquella carpa no fueran más que suficientes como para declararlo traidor, cosa que de hecho, ya habia sido proclamado en el senado.
Inutil, que haces aca?!...
La presencia de Gelum en aquella sala resultaba inexplicable, ya en Alejandria desmostro grandes dotes de marioneta, un digno juguete para la hechizera de Selene, en que se podia haber equivocado para ser devuelto a Roma con más pena que gloria?
¿Cómo se atreven?... ¡¿CÓMO SE ATREVEN?!. Tendrían que mandarlos a todos ustedes directamente a la horca!! A ver si así compensan su falta de modales!!!
Aquella voz...Diva?!
Su rostro marco su duda al subir el rostro para ver a la doncella que hacía poco sorprendia con Fye en la recamara de Diva. Era inaudito, ni aun en sus peores fantasias pronosticaba el cambio tan abrupto de la reina de su corazón. Su cabellera azabache y ojos oscuros ahora resultaban ser castaños y purpuras como los de la egipcia. Trago saliva, no lo podia evitar, la sorpresa era suficiente como para mermar su primer plan, estaba palido, como si se sintiera totalmente expuesto.
- Tú!! Ambos!!... son unos idiotas!!!.. lo mismo debería preguntarles a ustedes!!.. yo convoco a quién se me pegue la gana ante mi presencia.
Per...o
Respondio balbuceando sin llegar a perder el timbre de la voz, trataba de pensar rapido, reordenar su cerebro, estaba frente a la llave de la verdad y no debia dejarla pasar, esta frente a una gran farsante?!...o era Diva, quizas, esa era su verdadera apariencia y solo Fye conocia de tal secreto. pero...de ser así...porque exponerse tan facil a ser descubierta?
Sus iris tintineaban, sus parpados cerraban y abrian a gran velocidad mientras dejaba todo lo prescindible en su mente para continuar con la conversacion y no perder el hilo, ni la verdad que buscaba. Quitaba de en medio las figuras de Fye, Gelum y Lin para unicamente centrarse en ella y en el plan de ir contra egipto.
- Solomon lárgate!! Tú ya no eres bienvenido en mi palacio y no quiero escuchar ninguna objeción tuya, después de lo que hiciste la muerte es lo único que te mereces.
Enclavando su pies por debajo del portico se rehuso a acatar a la mujer que osaba tener la misma voz que su amada. Recordo la ultima vez que la escucho, en el corredor oculto por en el que ingreso, estaba oscuro y no la llego a ver bien. Quizas fue aquel instante inadvertido en el cual su Diva desaparecio.
Gelum, creo que sera mejor que te marches hacía el senado a explicar tu traicion al imperio.
Dijo inexpresivo sin dirigir su mirada al menor de Fye, no le importaba lo que dijera éste por la grave acusación en contra de su hermano. Solomon solo tenía ojos para ella, como si tratara de revertir aquel viejo hechizo que una vez ella le inflingio a él en el corazón. Respirando presuroso avanzo hasta estar frente a ella, encarandole para ver si se trevia a responderle siquiera con la vista.
Estas a poco de perder la postestad en manos del senado y del ejercito, o hablas conmigo ahora o te habras ganado el peor de tus enemigos.Tal como ya lo hizo tu hermana Selene.
Su proximidad de porsi era una ofensa, la presencia de testigos de tamaño acercamiento ya comenzaba a dar por sentado la coneccion que una vez tuvieron él y ella, a Solomon ya no le interesaba guardar las apariencias. Roma lo merecia, su sangre ya estaba maldita y si ha de morir por ello, que asi sea. Pero de algo estaba seguro, se llevaria a esta otra bruja a la tumba.
Pienso
Gelum
Diva
Fye
------------------------
Lo mismo te podria preguntar a ti, yo no soy mas que un invitado de la emperatriz.
En efecto, aquel ser humano parecia ser su fiel retrato, a excepción del parche en el ojo, aquel mismo que empezaba a incomodar a Solomon, no por Fye en sí, sino por lo que simbolizaba, la mutilación, el deteriodo del cuerpo. Permanecio serio ante su replica, no era con él quien se las tenía que ver sino con...con...
Una voz irrumpio el silencio a sus espaldas, no era de Lin obviamente, sino de un varon, alguien que pensaba olvidado en tierras enemigas, Gelum, el traidor aparecia y más relajado que nunca, como si sus actos demostrados en aquella carpa no fueran más que suficientes como para declararlo traidor, cosa que de hecho, ya habia sido proclamado en el senado.
Inutil, que haces aca?!...
La presencia de Gelum en aquella sala resultaba inexplicable, ya en Alejandria desmostro grandes dotes de marioneta, un digno juguete para la hechizera de Selene, en que se podia haber equivocado para ser devuelto a Roma con más pena que gloria?
¿Cómo se atreven?... ¡¿CÓMO SE ATREVEN?!. Tendrían que mandarlos a todos ustedes directamente a la horca!! A ver si así compensan su falta de modales!!!
Aquella voz...Diva?!
Su rostro marco su duda al subir el rostro para ver a la doncella que hacía poco sorprendia con Fye en la recamara de Diva. Era inaudito, ni aun en sus peores fantasias pronosticaba el cambio tan abrupto de la reina de su corazón. Su cabellera azabache y ojos oscuros ahora resultaban ser castaños y purpuras como los de la egipcia. Trago saliva, no lo podia evitar, la sorpresa era suficiente como para mermar su primer plan, estaba palido, como si se sintiera totalmente expuesto.
- Tú!! Ambos!!... son unos idiotas!!!.. lo mismo debería preguntarles a ustedes!!.. yo convoco a quién se me pegue la gana ante mi presencia.
Per...o
Respondio balbuceando sin llegar a perder el timbre de la voz, trataba de pensar rapido, reordenar su cerebro, estaba frente a la llave de la verdad y no debia dejarla pasar, esta frente a una gran farsante?!...o era Diva, quizas, esa era su verdadera apariencia y solo Fye conocia de tal secreto. pero...de ser así...porque exponerse tan facil a ser descubierta?
Sus iris tintineaban, sus parpados cerraban y abrian a gran velocidad mientras dejaba todo lo prescindible en su mente para continuar con la conversacion y no perder el hilo, ni la verdad que buscaba. Quitaba de en medio las figuras de Fye, Gelum y Lin para unicamente centrarse en ella y en el plan de ir contra egipto.
- Solomon lárgate!! Tú ya no eres bienvenido en mi palacio y no quiero escuchar ninguna objeción tuya, después de lo que hiciste la muerte es lo único que te mereces.
Enclavando su pies por debajo del portico se rehuso a acatar a la mujer que osaba tener la misma voz que su amada. Recordo la ultima vez que la escucho, en el corredor oculto por en el que ingreso, estaba oscuro y no la llego a ver bien. Quizas fue aquel instante inadvertido en el cual su Diva desaparecio.
Gelum, creo que sera mejor que te marches hacía el senado a explicar tu traicion al imperio.
Dijo inexpresivo sin dirigir su mirada al menor de Fye, no le importaba lo que dijera éste por la grave acusación en contra de su hermano. Solomon solo tenía ojos para ella, como si tratara de revertir aquel viejo hechizo que una vez ella le inflingio a él en el corazón. Respirando presuroso avanzo hasta estar frente a ella, encarandole para ver si se trevia a responderle siquiera con la vista.
Estas a poco de perder la postestad en manos del senado y del ejercito, o hablas conmigo ahora o te habras ganado el peor de tus enemigos.Tal como ya lo hizo tu hermana Selene.
Su proximidad de porsi era una ofensa, la presencia de testigos de tamaño acercamiento ya comenzaba a dar por sentado la coneccion que una vez tuvieron él y ella, a Solomon ya no le interesaba guardar las apariencias. Roma lo merecia, su sangre ya estaba maldita y si ha de morir por ello, que asi sea. Pero de algo estaba seguro, se llevaria a esta otra bruja a la tumba.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Linestaba muy tranquila, cuando sintio que alguien se acercaba y tocaba su espalda, sabia que era Solomon, pero el que rayos hacia ahi, ademas su cara de l le daba l aimprecion que tambien se preguntaba lo mismo, pero antes de que dijera algo le dijo en sus pensamientos.
'' No digas nada Solomon, no te gustaria decirlo verdad, sobre advertencia no hay engaño''
luego se quedo solo en silencio y sorprendida ante la actitud de Fye, el nombre que habia mencionado Solomon al inicio, Gelumm, que decia tenr malas noticias de Egipto y muy malas y Diva que estaba furiosa de que interrumpieran en su habitacion.
Lin solo se habia quedado en el umbral del puerta pues no queria incomodar a los presentes, pero al parecer Diva si habia notado su presencia por lo que lo mas prudente era salir de ahi, habia escuhcado cosas que no eran de su incunvbencia por lo que decidio presentarse y saliendo dela prenumbra dijo
- Buenas Noches , lamento interrumpior, pero solo queri ahablar contigo Diva, pero mejor vengo en otro momento...por cierto caballeros, mi nombre es Lin, princesa de Britania...., con su permiso emperatriz, señores, senador solomon...hasta luego....-
Miro de reojo a Solomon, espernado de que no dijera nada y enseguida sonrio a Diva, para luego salir de la habitacion, fijandose un poco en los presentes y asi salir a los pasillos del palacio.
'' No digas nada Solomon, no te gustaria decirlo verdad, sobre advertencia no hay engaño''
luego se quedo solo en silencio y sorprendida ante la actitud de Fye, el nombre que habia mencionado Solomon al inicio, Gelumm, que decia tenr malas noticias de Egipto y muy malas y Diva que estaba furiosa de que interrumpieran en su habitacion.
Lin solo se habia quedado en el umbral del puerta pues no queria incomodar a los presentes, pero al parecer Diva si habia notado su presencia por lo que lo mas prudente era salir de ahi, habia escuhcado cosas que no eran de su incunvbencia por lo que decidio presentarse y saliendo dela prenumbra dijo
- Buenas Noches , lamento interrumpior, pero solo queri ahablar contigo Diva, pero mejor vengo en otro momento...por cierto caballeros, mi nombre es Lin, princesa de Britania...., con su permiso emperatriz, señores, senador solomon...hasta luego....-
Miro de reojo a Solomon, espernado de que no dijera nada y enseguida sonrio a Diva, para luego salir de la habitacion, fijandose un poco en los presentes y asi salir a los pasillos del palacio.
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Re: Habitación de la Emperatriz
De la nada habia salido y tenia razon la emperatriz de sentirse mal con mi presencia ahi, pero estaba apresurado por las penurias que mi regreso podria causarle a Roma, solo mi estadia en Egipto habia sido cruzial para que todo mis pensamientos fueran negativos, ahora solo tenia el derecho de pronunciar las ultimas palabras.
Bien, hermano, Emperatriz, solo queria decirles que durante la estancia en Egipto se firmo el contrato de nupcias, pero en el dia de la boda algo extraño paso, de alguna manera todo el procedimiento quedo nulo, por la presencia de Octavius el cual hizo acto de presencia justo cuando se hiban a firmar el trado con Selene, y solo hablo con ella y de ahi hubo un cambio de parecer de aquella mujer, lo cual cambio todo, trate de negarme puesto que estaba en mi derecho, por haber sido escogido en el senado, pero el, solo usando los poderes que la sangre le ha dado inutilizo todos mis esfuerzos, haciendo que quedara mal el estatus de nuestra familia, ademas de que no se que pretendia con aquella visita, pero algo tuvo que ser, para que esa reyna cambiara de opinion... Respire un poco, ya estaba cansado de aquella mencio de mi regreso... pero algo mas importante, solo un pensamiento es creible ante todo esto, para tapar las apariciencias, el mismo dijo que regresaria a Roma a buscar un nuevo candidato, no se que tendra en la cabeza, pero eso ha sido, y solo tiendo a pensar, que ahi algo entre selene y octavius, que pueda atentar contra su vida, empetriz...
Acababa ya, aquel discurso o aquellas palabras huecas, no habia sido sencillo recordar, pero en ese momento deberia ser la emperatriz que decidiera que pasaria...
Bien, hermano, Emperatriz, solo queria decirles que durante la estancia en Egipto se firmo el contrato de nupcias, pero en el dia de la boda algo extraño paso, de alguna manera todo el procedimiento quedo nulo, por la presencia de Octavius el cual hizo acto de presencia justo cuando se hiban a firmar el trado con Selene, y solo hablo con ella y de ahi hubo un cambio de parecer de aquella mujer, lo cual cambio todo, trate de negarme puesto que estaba en mi derecho, por haber sido escogido en el senado, pero el, solo usando los poderes que la sangre le ha dado inutilizo todos mis esfuerzos, haciendo que quedara mal el estatus de nuestra familia, ademas de que no se que pretendia con aquella visita, pero algo tuvo que ser, para que esa reyna cambiara de opinion... Respire un poco, ya estaba cansado de aquella mencio de mi regreso... pero algo mas importante, solo un pensamiento es creible ante todo esto, para tapar las apariciencias, el mismo dijo que regresaria a Roma a buscar un nuevo candidato, no se que tendra en la cabeza, pero eso ha sido, y solo tiendo a pensar, que ahi algo entre selene y octavius, que pueda atentar contra su vida, empetriz...
Acababa ya, aquel discurso o aquellas palabras huecas, no habia sido sencillo recordar, pero en ese momento deberia ser la emperatriz que decidiera que pasaria...
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Re: Habitación de la Emperatriz
Por mi parte ya ignoraba a Solomon, ya no valía ni significaba nada para mí, parecía que empalidecí un poco más cuando Gelum apenas me explicaba las cosas.
- Eso pasa cuando hombres ineptos mandan a un chiquillo para desposarse con Selene. ¿Se te ocurrió por un momento que tu regreso significa tu traición? Una traición más grande que el estúpido de Octavius!! –La presencia del primogénito del emperador en Egipto por disolver un tratado en el que él estuvo de acuerdo significaba su hundimiento, ¿acaso nadie era capaz de comprender tan simple pensamiento?, pero la llegada de Gelum había cambiado las cosas.[/i] –Estoy rodeada de incompetentes!!.
Mi mano caía sobre mi frente tratando de controlar mi propia frustración y de apaciguar mis emociones antes que estas se desbocaran revelando mi nuevo ser, ya no podía ser esa mujer fría y calculadora, mi desquicio me convertía en una nueva persona y tanto como Solomon y Fye se daban cuenta de ello. Solomon no hizo esperar su reacción, más firme que nunca se acercó a plantarse mientras seguía en aquella postura tratando de ocultarme.
Aléjate…
No auguraba nada bueno en mí la cercanía de ese hombre, solo desataba lo peor de mí retándome de aquella forma inútil, mis labios se apretaron, solo quedábamos ahora cuatro en la habitación pero pronto me encargaría que fuéramos tres. Haciéndome a un lado empujaba a Solomon bruscamente tomando del brazo a Gelum, estaba por hacer uno de los pocos actos de misericordia hacia una persona como lo era ese niño, me importaba poco si a Fye le molestara que colocara un dedo sobre el cuerpo de su “hermanito” pero no dejaría que cometiera más errores que marcarían el fin del propio reino que llegue a construir.
- No sé cómo estén las cosas en el Senado pero tendré que enmendar tus errores quiera o no, lárgate a una de las habitaciones del palacio y quédate ahí hasta que arreglé esto ya que si es cierto lo que me dicen tu vida anda en riesgo.Era atemorizante como me dirigía en un tono de voz suave, tan lenta para que pudiera captar al menos las indicaciones que se le daban. - Estas ahora bajo mi protección, si sales de palacio considérate muerto… y te aseguro que ni tu hermano podrá salvarte. Llegábamos a la puerta y lo lanzaba fuera del cuarto encontrándome con uno de los guardias del palacio, por nada del mundo debían tocar a ese mocoso, dando un gran portazo cerraba la puerta.
- No me queda más remedio que estar con ustedes, esto se escapó de las manos de cualquiera de nosotros.
Mi vista se dirigía a ambos, lo más extraño es que ahora percibía en ellos un poder más allá que el mío, desde mi nacimiento siempre me había considerado con el don divino de cumplir no solo mis caprichos sino que también me consideraba una diosa entre mortales, título que se me fue despojado. Era vano dedicarme a recordar todo eso, recordaba las palabras de ese hombre, Solomon era la cosa más risible ahora a mi vista…
- Después de tantos años sigues comportándote como un niño caprichoso, soltando amenazas absurdas.. anda escúpelo!!... escupe tu más grande traición a toda Roma!! Escupe como te traicionaste a ti mismo y a tu familia si te atreves.
No era el único que sabía jugar a retar a cualquier persona, lo peor de todo es que Fye estaba envolviéndose en un asunto que ni cualquiera se imaginaba…
- Eso pasa cuando hombres ineptos mandan a un chiquillo para desposarse con Selene. ¿Se te ocurrió por un momento que tu regreso significa tu traición? Una traición más grande que el estúpido de Octavius!! –La presencia del primogénito del emperador en Egipto por disolver un tratado en el que él estuvo de acuerdo significaba su hundimiento, ¿acaso nadie era capaz de comprender tan simple pensamiento?, pero la llegada de Gelum había cambiado las cosas.[/i] –Estoy rodeada de incompetentes!!.
Mi mano caía sobre mi frente tratando de controlar mi propia frustración y de apaciguar mis emociones antes que estas se desbocaran revelando mi nuevo ser, ya no podía ser esa mujer fría y calculadora, mi desquicio me convertía en una nueva persona y tanto como Solomon y Fye se daban cuenta de ello. Solomon no hizo esperar su reacción, más firme que nunca se acercó a plantarse mientras seguía en aquella postura tratando de ocultarme.
Aléjate…
No auguraba nada bueno en mí la cercanía de ese hombre, solo desataba lo peor de mí retándome de aquella forma inútil, mis labios se apretaron, solo quedábamos ahora cuatro en la habitación pero pronto me encargaría que fuéramos tres. Haciéndome a un lado empujaba a Solomon bruscamente tomando del brazo a Gelum, estaba por hacer uno de los pocos actos de misericordia hacia una persona como lo era ese niño, me importaba poco si a Fye le molestara que colocara un dedo sobre el cuerpo de su “hermanito” pero no dejaría que cometiera más errores que marcarían el fin del propio reino que llegue a construir.
- No sé cómo estén las cosas en el Senado pero tendré que enmendar tus errores quiera o no, lárgate a una de las habitaciones del palacio y quédate ahí hasta que arreglé esto ya que si es cierto lo que me dicen tu vida anda en riesgo.Era atemorizante como me dirigía en un tono de voz suave, tan lenta para que pudiera captar al menos las indicaciones que se le daban. - Estas ahora bajo mi protección, si sales de palacio considérate muerto… y te aseguro que ni tu hermano podrá salvarte. Llegábamos a la puerta y lo lanzaba fuera del cuarto encontrándome con uno de los guardias del palacio, por nada del mundo debían tocar a ese mocoso, dando un gran portazo cerraba la puerta.
- No me queda más remedio que estar con ustedes, esto se escapó de las manos de cualquiera de nosotros.
Mi vista se dirigía a ambos, lo más extraño es que ahora percibía en ellos un poder más allá que el mío, desde mi nacimiento siempre me había considerado con el don divino de cumplir no solo mis caprichos sino que también me consideraba una diosa entre mortales, título que se me fue despojado. Era vano dedicarme a recordar todo eso, recordaba las palabras de ese hombre, Solomon era la cosa más risible ahora a mi vista…
- Después de tantos años sigues comportándote como un niño caprichoso, soltando amenazas absurdas.. anda escúpelo!!... escupe tu más grande traición a toda Roma!! Escupe como te traicionaste a ti mismo y a tu familia si te atreves.
No era el único que sabía jugar a retar a cualquier persona, lo peor de todo es que Fye estaba envolviéndose en un asunto que ni cualquiera se imaginaba…
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Re: Habitación de la Emperatriz
Habia sido un completo error, era verdad, pero era mejor caer muerto por las armas de mi propio pais, a morir por las garras de la reyna Selene, de algun modo todo estaba en mi contra ahora, y solomon lo sabia, aquel que una vez me habia envenenado y que ahora se alejaba por las ordenes de la emperatriz, nunca la habia visto, antes me negaban el acceso, y por ello pareciera que no hubiese significado hasta ahora, solo por tratar de salvarla de algun destino que pudiere ser de lo peor era por lo cual era indespensable mi presencia, pero nada le agrado a nadie, ahora me llamaban traidor, y con mayor razon no habia cumplido mi palabra, y regresaba con las manos vacias, ese era el pago por estar completamente idiotizado.
Lamento haber estropeado esta charla con mi hermano, emperatriz, pero era importante, y no importa si ofrendara mi vida, con tal de que la suya no corra riesgos, es todo lo que puedo decirle, y ahora acatare sus ordenes.
Ahora, Diva me tomaba del brazo y me alajeba de su presencia, oculto en uno de los cuartos, mi historia no habia sido tan veridica quizas, y la sentencia de morir estaba ya por demas, cerro la puerta, y entonces quede solo,afuera de todo lo que hubiese soñado, ahora solo guardias estaban frente a mi, habian escuchado las ordenes de ella, por lo cual no desobedecerian como quiera.
Lamento haber estropeado esta charla con mi hermano, emperatriz, pero era importante, y no importa si ofrendara mi vida, con tal de que la suya no corra riesgos, es todo lo que puedo decirle, y ahora acatare sus ordenes.
Ahora, Diva me tomaba del brazo y me alajeba de su presencia, oculto en uno de los cuartos, mi historia no habia sido tan veridica quizas, y la sentencia de morir estaba ya por demas, cerro la puerta, y entonces quede solo,afuera de todo lo que hubiese soñado, ahora solo guardias estaban frente a mi, habian escuchado las ordenes de ella, por lo cual no desobedecerian como quiera.
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Re: Habitación de la Emperatriz
Muchos cambios de personalidad estaban ocurriendo alli esa noche, Solomon empezaba a actuar de una manera un tanto amenzante hacia Diva, yo cruce mi mirada con los de ella cuando yo quedaba a la espalda de Solomon. Mi mirada tenia una intencion clara, era una mirada haciendole ver que todo lo que yo le decia se estaba haciendo realidad, ahora todos se estaban poniendo en su contra y su poder y persona se verian derrumbados pronto quedando en segundo plano, seria una caida muy dura para ella el estar en lo mas alto de Roma a perderlo todo.
Pero mas importante aun era lo que Gelum tenia que decir, asi que escuche atentamente las palabras de mi hermano pequeño, poco a poco se iba desvelando parte de este misterio que estaba envolviendo a Roma y Egipto, ahora habia entrado en escena el primogenito, Octavius habia hecho su aparicion en Roma y se habia ganado la confianza de Selene. En eso Gelum no habia sabido jugar su papel y me sentia algo decepcionado, habia perdido contra de nuevo uno de esos hermanos...
No consiento que llames traidor a mi hermano Solomon... sigo pensando que tienes algo en contra de el. Aun pienso que fuiste tu quien lo enveneno y ahora esto... mas te vale alejarte de Gelum o seras tu quien sufra las consecuencias. Gelum no ha cumplido con su trabajo si, pero quien lo envio alli sin experiencia? El senado... y ahora Octavius quien no tenia nada que decir en este asunto se ha aliado a los Egipcios, creo que se acerca tiempos negros para Roma a menos que se pongan las cosas en su sitio.
Habia roto todo mi silencio para decir aquello, no iba a permitir mas ataques a Gelum por parte de Solomon. Mi hermano podia tener las cosas dificiles ahora mismo pero debia intentar poner el punto de mira en otras personas como Octavius o Solomon. Por el momento Diva estaba descontenta con Solomon y eso nos ayudaba bastante, pero descargo algo de su ira tambien con Gelum a quien agarro del brazo y lo lanzo fuera de la habitacion. Aun asi iba a conservar su vida.. al menos por el momento.
Mire hacia la puerta cuando la cerro de nuevo, pense en mi hermano quien no veia desde hace mucho y ahora estaba en esa situacion, aunque a el se le podia considerar una ofensa para Roma tenia que protegerlo en todo lo que pudiera como se lo habia prometido a Flavia.
Las cosas cada vez se ponen peores, es como si nuestros enemigos se estuvieran aliando y los que saldremos perdiendo seremos nosotros. Pero.. si Gelum esta aqui.. el trato de paz con Egipto se debria dar por finalizado. No es momento de volver a usar la fuerza? Acaso Roma no tiene el mejor ejercito?
No me importaba si alli estaba Solomon o no, tampoco me importaban los egipcios, se podia servirlo como excusa para acabar con el mayor de los hermanos de Vergilius, despues de su hermano mayor la cabeza de el estaria mas cerca.
Pero mas importante aun era lo que Gelum tenia que decir, asi que escuche atentamente las palabras de mi hermano pequeño, poco a poco se iba desvelando parte de este misterio que estaba envolviendo a Roma y Egipto, ahora habia entrado en escena el primogenito, Octavius habia hecho su aparicion en Roma y se habia ganado la confianza de Selene. En eso Gelum no habia sabido jugar su papel y me sentia algo decepcionado, habia perdido contra de nuevo uno de esos hermanos...
No consiento que llames traidor a mi hermano Solomon... sigo pensando que tienes algo en contra de el. Aun pienso que fuiste tu quien lo enveneno y ahora esto... mas te vale alejarte de Gelum o seras tu quien sufra las consecuencias. Gelum no ha cumplido con su trabajo si, pero quien lo envio alli sin experiencia? El senado... y ahora Octavius quien no tenia nada que decir en este asunto se ha aliado a los Egipcios, creo que se acerca tiempos negros para Roma a menos que se pongan las cosas en su sitio.
Habia roto todo mi silencio para decir aquello, no iba a permitir mas ataques a Gelum por parte de Solomon. Mi hermano podia tener las cosas dificiles ahora mismo pero debia intentar poner el punto de mira en otras personas como Octavius o Solomon. Por el momento Diva estaba descontenta con Solomon y eso nos ayudaba bastante, pero descargo algo de su ira tambien con Gelum a quien agarro del brazo y lo lanzo fuera de la habitacion. Aun asi iba a conservar su vida.. al menos por el momento.
Mire hacia la puerta cuando la cerro de nuevo, pense en mi hermano quien no veia desde hace mucho y ahora estaba en esa situacion, aunque a el se le podia considerar una ofensa para Roma tenia que protegerlo en todo lo que pudiera como se lo habia prometido a Flavia.
Las cosas cada vez se ponen peores, es como si nuestros enemigos se estuvieran aliando y los que saldremos perdiendo seremos nosotros. Pero.. si Gelum esta aqui.. el trato de paz con Egipto se debria dar por finalizado. No es momento de volver a usar la fuerza? Acaso Roma no tiene el mejor ejercito?
No me importaba si alli estaba Solomon o no, tampoco me importaban los egipcios, se podia servirlo como excusa para acabar con el mayor de los hermanos de Vergilius, despues de su hermano mayor la cabeza de el estaria mas cerca.
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Re: Habitación de la Emperatriz
TOMO V: (Imagen) **La espada del dios de la guerra**
Capitulo 2: ¿Amigo o Enemigo?
Capitulo 2: ¿Amigo o Enemigo?
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Diva
Solomon
Fye
Pensamientos
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Aquella Diva poseía tanto de la anterior, de la que amó, cerraba de la misma manera su boca, dejando marcar sus dientes en la comisura inferior de sus labios, sus ojos marcaban la ira creciente de su espíritu hacía él, no lo demostraba, pero así era, Solomon solo necesito verla un par de segundos para reconocer a la mujer causante de sus males dentro de otro cuerpo.
Entonces, si eres tú…
Tragando saliva, presentía como su conciencia se esfumaba, dejándose llevar por los recuerdos de un amorío lleno de felicidad, trataba de controlarse, ya no la veía más, dirigiendo su atención a la pared detrás de ésta.
…
Pero aquella doncella, sea cierta o falsa, actuó primero, empujándole sin siquiera prestar atención a lo que su reacción demostraba para con ella. El senador no podía evitar seguir su perfume, viéndola de soslayo con cierta amargura.
No conoces mis reacciones?...juegas conmigo?...quien eres?
Solo luego de manejar estas palabras en su cabeza dio vuelta, mostrando la misma frialdad con la que se había presentado, justo allí estaba el hermano menor de Fye, cogido del brazo por la extraña que rápidamente le ocultaba tras la puerta, según ella para salvaguardarle de la grave acusación de traición contra el imperio.
Estas ahora bajo mi protección, si sales de palacio considérate muerto… y te aseguro que ni tu hermano podrá salvarte.
Lo siento tanto por usted emperatriz.
Dijo jactancioso, sus palabras solo contenían burla y desprecio amargo, silencioso y mordaz, Solomon no podía creer como la mujer fría y calculadora que conocía había terminado en esto. Si existían grandes coincidencias con esta y la anterior, también, existían colosales desigualdades, pues, a la mujer que amo, era por sobretodo inteligente, apropiándose de los poderes del estado, incluso de la propia voluntad del emperador, se diría entonces, que aun estando en sus peores días, jamás se habría permitido llegar al estado tan calamitoso y peligroso como el de esta mujer.
Estaba harto del juego no solo de los dioses, sino de este par de hermanas, quería evitar sentirse usado por Diva, pero así parecía haber sido, todos esos años.
No, emperatriz sería darte un rango que ya no mereces, acaso no ves tu propia locura?!
Él regreso una vez más a acercarse a ese par, no podía soltar la imagen de verlos riéndose a sus espaldas, felices de su manipulación, “el gran senador” ja solo habría sido un peón más en su juego.
Ya no estas en la capacidad de dirigir al senado a tu antojo como antes, ahora tienen nuevas alas que los sostienen.
Decía sin terminar de anunciar que el era el verdadero maquinista de tamaño cargo contra Gelum. Una sonrisa nacía pausadamente de su adusto rostro, una felicidad insana de verlos, en especial a ella, en tal terrible predicamento, el peón se liberaba de su juego de ajedrez, pero Fye no guardaría suficiente tiempo de silencio para que Solomon declarase su profundo odio contra ella.
No consiento que llames traidor a mi hermano Solomon... sigo pensando que tienes algo en contra de el. Aun pienso que fuiste tu quien lo enveneno y ahora esto... mas te vale alejarte de Gelum o seras tu quien sufra las consecuencias. Gelum no ha cumplido con su trabajo si, pero quien lo envió allí sin experiencia? El senado... y ahora Octavius quien no tenia nada que decir en este asunto se ha aliado a los Egipcios, creo que se acerca tiempos negros para Roma a menos que se pongan las cosas en su sitio.
Por fin obtuvo su atención, dejando la sonrisa de lado, Solomon solo atino a verle de perfil. Recordó lo que había hecho a su pequeño hermano, después de todo, lo había hecho por el bien de Roma, pero ahora con las “buenas nuevas” de saber su relación con Diva, ya la idea de justicia se hacía presente.
Traidor, es lo que él es para Roma, Fye…veo que ninguno de los dos lo comprende aun.
Gelum expulso a Lydia de Egipto a la fuerza, mediante guardias, poniéndose plenamente del lado de la reina egipcia, como su perro faldero, no se necesita mayor acusación que esa como para tratarlo de tal. Ahora que regrese con la cola entre las piernas no cambiara nada en lo absoluto.
Las cosas cada vez se ponen peores, es como si nuestros enemigos se estuvieran aliando y los que saldremos perdiendo seremos nosotros. Pero.. si Gelum esta aqui.. el trato de paz con Egipto se debería dar por finalizado. No es momento de volver a usar la fuerza? Acaso Roma no tiene el mejor ejercito?
- Después de tantos años sigues comportándote como un niño caprichoso, soltando amenazas absurdas.. anda escúpelo!!... escupe tu más grande traición a toda Roma!! Escupe como te traicionaste a ti mismo y a tu familia si te atreves.
Sus ultimas frases, del primero, dichas por un hombre sin conocimiento ni del senado, ni del castrum, un total cero a la izquierda, la segunda, una mujer desesperada que ya perdía sus principales prioridades, no sabiendo escoger de que lado estar. Solomon la seguiría queriendo? O será…
Aliando?...lo dices por Selene y Octavius? Cierto, olvidaba que habías sido vencido por Vergilius, su menor, la marca de tu rostro lo demuestra, debes sentirte tan mal de ver como tu casta es vencida nuevamente, primero tú y ahora Gelum. Pero en algo tienes razón…
El tratado de paz con Egipto se ha anulado el día de hoy, gracias a la sabía voluntad de los senadores. Octavius no tiene como poder evadir el castigo de traición, no con la declaración de…
Se detuvo allí, pues Octavius corría con suerte, el único testigo presencial había sido Gelum, y siendo el traidor, su palabra no valdría nada, permitiéndole a Octavius librarse de toda acusación. Su posición estaba en medio de aquel par, estaba pensando en ayudarles, no por que así lo deseara en su corazón, si no, porque le convenía.
Haga lo que haga, Fye y Diva jamás me dirán sus verdaderos planes, la forma de buscar la verdadera relación de esta larga sucesión de tragedias esta en Egipto, junto a aquella niña reina. Selene. Jure proteger a Roma, y si una de las alternativas de llegar a mi meta es…así lo haré.
Fye, ten en cuenta que siempre desee lo mejor para tu familia, acaso no crees que mejor habría sido que Gelum se quedara en Roma, lo comprendes ahora al ver el resultado de sus actos? Si bien, existen opiniones distintas, tanto tuyas como las de Diva conmigo, tendrán que pasar a un lado, de momento, pues hay uno primordial que actualmente se ve amenazado, que por coincidencia nos une a los tres y ese es…el de salvaguardar a Roma a toda costa.
Vio con cierto descaro a la mujer que se llamaba Diva, ya no sentía tanto desprecio por ella aun cuando guardaba muchas preguntas en el tintero que solo se las diría a solas.
Que ganas con decir que protegerás a Gelum aquí?...se dirá que la hermana de la emperatriz egipcia, que ha osado burlarse de su princesa, del senado, ose proteger al prometido traidor en el palacio del emperador…es un acto inteligente?...no lo creo.
El senado esta apunto de levantarse en contra tuya, y el castrum no tardara, el emperador debe estar en Persia, a punto de ser cercado por el ejercito de Selene, jamás tendrá oportunidad de sobrevivir a un ataque por ambos extremos, ni con las mejores legiones. No se necesita ser un genio para intuir la precariedad de tu sitial si llegara a ocurrir.
Sería una desdicha, que el representante del senado, el aquí presente revele al sequito de senadores la ubicación de Gelum, aquí. No creo que guste la idea, y mucho menos a Fye. Diva Diva Diva…que mal vamos. Podrías enviarlo tan lejos como desees, pero eso no creo que sea una digna vida para un romano.
Sin embargo, guardare silencio solo si haces algo por mi…aceptas? Recuerdo bien las palabras que te dije antes de mi partida y las cumpliré, acabare con Egipto sin importar más: ni la vida de Gelum, ni los asuntos que les interesen a ustedes para el futuro.
La guerra se abrirá, con o sin su ayuda, que mejor poner a Diva como reinante de Egipto y roma, aclamada por la gente por su gran temple y a Fye enviando a Octavius a la carcel, enalteciendo su alicaída casa, un golpe durísimo para Vergilius sin duda.
Que gano yo?...solo el placer de ver a Roma salvada.
-------------------------
OFF: Posteando desde trabajo, lastima que no puse los OST U.U
Última edición por Solomon el Dom Feb 27, 2011 1:11 pm, editado 1 vez
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Re: Habitación de la Emperatriz
Lin realmente no habia salido de ahi asi sin mas, pues empezaba a escuchar todo lo que decian, roma...egipto....selene, octavius, pues habia permanecido en las sombras para no ser descubirta, ademas de que ocultaba su presencia, pues debia ser cautelosa, sin embargo, al ver que al chico que lo nombraban como Gelum lo echaban prácticamente de la habitación, hizo que pensara si debia ofrecer su ayuda o no, pues habia muchas cosas en juego, pero luego de tanto pensarlo, al fin habia decidido algo, cambiara el rumbo de todo, pero era algo que tenia que hacer.
Asi que decidio salir de donde estaba y mientras se acercaba ponia una cara mas seria, pero aun asi amable, al momento que volvio a ver a todos, miro a Solomon y le hablo a el, pero en su mente
'' Si en verdad quieres ayudar a Diva, tendras mi ayuda, tenemos un fin común, destruir Egipto, asi que no hables mas de lo que sabes y piensa bien las cosas''
Miro a todos los presentes y dirigiéndose a Solomon y Diva dijo
- Lamento haber escuchado lo que decian, pero me quede muy intrigada de lo que decian acerca de Egipto, sin en cambio pienso de forma similar (Miro a Diva) sabemos que hasta ahora no hemos podido hablar muy bien, pero el haber escuchado todo aquello de Egipto me hizo pensar que esta seria una buena oportunidad para Roma de realmente establecer su poderio en Egipto, ya no mas ''dimes y diretes'' entre los gobernantes, puesto que Roma es grande y puede hacer grandes cosas, no debe dejarse caer asi por que si, solo por una reina que quiere acabar con el yugo de Roma.
Yo ofrezco mi ayuda hacia ustedes, Britania tiene muchas mas cosas que solo Tributos hacia Roma, nosotros tambien somos una nacion fuerte, y si lo ven de cierta forma, les podria dar asilo aquellas personas que lo necesiten para que ustedes, pongan las cartas en la mesa teniendo ya una ventaja, yo les podria brindar ejercito, materia prima y fuente de ingresos, ademas de ayuda con el Senado, no creo que quieran ellos que Britania este en contra de personas viejas que no saben ver las consecuencias de sus actos como lo hicieron en Egipto al mandar al chico Gellum......
Ustedes necesitan aliados, pues no creo que Selene y Octavius den un paso sin estar pensado en las ventajas y desventajas, ademas no dudo que ya hallan hecho un pacto para poder derrocarte Diva y apoderarse de Roma, pues la ausencia del Emperador les puede ser benefica para ambos.....
Asi que, que me dicen, aceptan la ayuda de Britania??...pues esto solo lo hago para la estabilidad de Britania y Roma.......
-
Miro a todos y expectante de lo que dijeran, en su rostro se podía ver confianza y seriedad de sus palabras, pues era la primera vez que tomaba una decisión sin que fuera ayudada por el consejo de Britania, y esperaba que esta decisión fuera buena para su nacion.....
Asi que decidio salir de donde estaba y mientras se acercaba ponia una cara mas seria, pero aun asi amable, al momento que volvio a ver a todos, miro a Solomon y le hablo a el, pero en su mente
'' Si en verdad quieres ayudar a Diva, tendras mi ayuda, tenemos un fin común, destruir Egipto, asi que no hables mas de lo que sabes y piensa bien las cosas''
Miro a todos los presentes y dirigiéndose a Solomon y Diva dijo
- Lamento haber escuchado lo que decian, pero me quede muy intrigada de lo que decian acerca de Egipto, sin en cambio pienso de forma similar (Miro a Diva) sabemos que hasta ahora no hemos podido hablar muy bien, pero el haber escuchado todo aquello de Egipto me hizo pensar que esta seria una buena oportunidad para Roma de realmente establecer su poderio en Egipto, ya no mas ''dimes y diretes'' entre los gobernantes, puesto que Roma es grande y puede hacer grandes cosas, no debe dejarse caer asi por que si, solo por una reina que quiere acabar con el yugo de Roma.
Yo ofrezco mi ayuda hacia ustedes, Britania tiene muchas mas cosas que solo Tributos hacia Roma, nosotros tambien somos una nacion fuerte, y si lo ven de cierta forma, les podria dar asilo aquellas personas que lo necesiten para que ustedes, pongan las cartas en la mesa teniendo ya una ventaja, yo les podria brindar ejercito, materia prima y fuente de ingresos, ademas de ayuda con el Senado, no creo que quieran ellos que Britania este en contra de personas viejas que no saben ver las consecuencias de sus actos como lo hicieron en Egipto al mandar al chico Gellum......
Ustedes necesitan aliados, pues no creo que Selene y Octavius den un paso sin estar pensado en las ventajas y desventajas, ademas no dudo que ya hallan hecho un pacto para poder derrocarte Diva y apoderarse de Roma, pues la ausencia del Emperador les puede ser benefica para ambos.....
Asi que, que me dicen, aceptan la ayuda de Britania??...pues esto solo lo hago para la estabilidad de Britania y Roma.......
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Miro a todos y expectante de lo que dijeran, en su rostro se podía ver confianza y seriedad de sus palabras, pues era la primera vez que tomaba una decisión sin que fuera ayudada por el consejo de Britania, y esperaba que esta decisión fuera buena para su nacion.....
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Re: Habitación de la Emperatriz
Diva habia dejado bien claro que no queria ver mas a Solomon, desconocia los detalles de la relacion que habia entra esas dos personas y ni me importaban, pero lo que pasara entre ellos se habia acabado, al menos a decision de la emperatriz Diva, pero el senador no parecia querer darse por vencido, era muy obstinado aun conociendo la furia de Diva y el mal humor que esta tenia. Habia algo en Solomon que no me gustaba nada, desde que Gelum fue envenenado empece a sospechar de el, algo me rondaba por la cabeza y cada una eran peor que otras, locuras de un hombre... Incluso que si era verdad que Solomon estaba en contra de Gelum, este podia ser el que organizo el secuestro de Sophia... La mirada de Fye era analizadora, entrecerrado, asfixiante... hacia Solomon.
Ya habia acusado sin temor a Solomon de mis sospechas, incluso lo habia amenazado con que se apartada de mi hermano sino las consecuencias serian catastroficas y viendo que incluso yo insistia que tambien Solomon habia organizado la supuesta traicion de Gelum habia Roma comenzo a explicar lo ocurrido en Egipto.
Gelum.. habia expulsado a Lydia de alli, según Solomon esa era la traicion de mi hermano hacia su tierra natal. Eso podria jugar en contra de el pequeño Gelum asi que debia desviar las acusaciones en otra direccion.
¿Y se puede saber que hacian tanto Lydia como tu alli en Egipto? El problema de todo este asunto viene directamente de las decisiones del senado al cual perteneces, primero envian a alguien sin ningun conocimiento ni experiencia a Roma, y ahora quieres usarlo como martir para excusar los errores del senado. Me parece patetico.
Algo mas.. aun faltaba algo mas para poner a Solomon contra las cuerdas, el habia llegado con la intencion de solucionar las cosas, de dirigir, de ser el que moviera los hilos. Como habia estado haciendo desde que se decidio que representantes de Egipto y Roma consumaran matrimonio.
Solomon intentaba usar el recurso que ya otros habian usado, uno del que Fye ya estaba cansado de escuchar y es que le recordaran una y otra vez su derrota contra su mas odiado primo y de la señal en su ojo, fruto de la derrota en aquella improvisada batalla que ambos hombres tuvieron. Pero ese ojo maldito para el.. y burlado por muchos seria algo que los demas acabaran temiendo.
Alguien mas estaba en aquella sala escuchando desde las sombras, escondida y ocultado su presencia hasta que se dejo ver en el momento preciso que ella creyo oportuna. Era la mujer rubia de antes que creimos se habia marchado, no lo habia hecho y se habia quedado escuchando todo lo que aquellos tres estaban hablando en la sala. Ya nunca se sabia quien podria estar escuchando a traves de las paredes.
Ella era la princesa de Britania y como tal aparecio para brindarle ayuda a Roma en el caso de que una guerra se declarase contra Egipto. Yo estaba de acuerdo con la guerra si alguno de los familiares directos de Vergilius se veian implicados y derrotado, pero pedir ayuda a otro pais.. eso nunca.
Escuchar a escondidas no es propio de alguien de la realeza... Asi que usar el ejercito de Britania dices.
Al comprender lo que el mismo habia dicho algo volvio a su mente, esa voz profunda y que resonaba con fuerza, susurros que no dejaban de sonar en su mente. Aquel ojo rojo... aquellas voces que sin querer llegaban a su mente. El poder.... de controlar y entrar en las mentes de los demas.
Un fuerte pinchazo llego hasta la cabeza del rubio romano que cerrando su ojo dolorido se llevo la mano a su cabeza. Fue como un gran estruendo en su cabeza un sonido que apago todo los demas. Y su ojo tapado.. comenzo a brillar pero por suerte los demas no podian verlo por que estaba tapado por su parche. Despues del sonido un pitido estaba en sus oidos.. no podia escuchar nada, solo ese pitido... Fye se tapo los oidos por que era insoportable pero seguia sonando con fuerza, como si fueran a reventar sus timpanos hasta que se hizo el mas absoluto silencio.
Fye levanto la cabeza volviendo a abir su ojo con sorpresa y a continuacion los mas profundos pensamientos de Solomon llegaron a su cabeza. Lo que tanto habia estado esperando se abria para Fye, tenia a Solomon.. pues al entrar en la mente del senador pudo notar como este recordaba al momento en que el era el que traicionaba a su hermano, lo que habia estado esperando habia llegado.. ya no habia dudas de que no podia confiar en Solomon. Pudo escuchar sus pensamientos totalmente y como haria lo que fuera necesario en contra de Egipto.. Pero no era el unico con pensamientos interesantes en aquella sala....
La princesa rubia tambien tenia algunos secretos como un extraño interes en ayudar a Solomon, de ahi su ofrecimiento para poner su ejercito a disposicion de Roma, si ella estaba de lado de Solomon tambien seria un estorbo. Diva seguia mandando y su decision en aquello era importante.
Emperatriz... no creo que deban aceptar la ayuda de una nacion, Roma nunca ha necesitado ayuda y ahora con un pais el cual ya los tuvimos encerrados en Alejandria usando solo una de nuestras legiones.. debemos aceptar ayuda? No! Use sin miedo el poder de Roma. Gelum ha venido hasta aquí para avisarnos de los peligros de Egipto aprovechemos la informacion y golpeemos con dureza a Egipto.
Aunque ahora mismo lo que mas deseaba era destrozar a Solomon por lo hecho contra su hermano, no dabia mostrar sus intenciones por que podria ser el fin para Fye. Los poderes que habia adquirido debian ser usado en secreto para darle su mayor potencial. Con ellos habia descubierto que tanto Lin como Solomon planeaban algo.. asi que si conseguia que Roma ganara siguiendo el metodo que Fye sugeria podria ser bastante beneficioso para el rubio, aunque no odiaba mas que estar de acuerdo con Solomon en ir contra Egipto
AD - Eye of Truth
(Onrol - Si se utiliza esta tecnica con cosmo 25 podrás ver completamente los pensamientos de una persona sin que pueda defenderse de este efecto secundario. Si la utilizas con cosmo 48 , podrás intentar manipular la mente de tu enemigo para que se haga lo que tu ordenes. Para salir de esta Manipulación hay que lanzar cosmo 40 o defensa especial 45 .)
Habilidad de escuchar el pensamiento utilizada, no ataco.
Ya habia acusado sin temor a Solomon de mis sospechas, incluso lo habia amenazado con que se apartada de mi hermano sino las consecuencias serian catastroficas y viendo que incluso yo insistia que tambien Solomon habia organizado la supuesta traicion de Gelum habia Roma comenzo a explicar lo ocurrido en Egipto.
Gelum.. habia expulsado a Lydia de alli, según Solomon esa era la traicion de mi hermano hacia su tierra natal. Eso podria jugar en contra de el pequeño Gelum asi que debia desviar las acusaciones en otra direccion.
¿Y se puede saber que hacian tanto Lydia como tu alli en Egipto? El problema de todo este asunto viene directamente de las decisiones del senado al cual perteneces, primero envian a alguien sin ningun conocimiento ni experiencia a Roma, y ahora quieres usarlo como martir para excusar los errores del senado. Me parece patetico.
Algo mas.. aun faltaba algo mas para poner a Solomon contra las cuerdas, el habia llegado con la intencion de solucionar las cosas, de dirigir, de ser el que moviera los hilos. Como habia estado haciendo desde que se decidio que representantes de Egipto y Roma consumaran matrimonio.
Solomon intentaba usar el recurso que ya otros habian usado, uno del que Fye ya estaba cansado de escuchar y es que le recordaran una y otra vez su derrota contra su mas odiado primo y de la señal en su ojo, fruto de la derrota en aquella improvisada batalla que ambos hombres tuvieron. Pero ese ojo maldito para el.. y burlado por muchos seria algo que los demas acabaran temiendo.
Alguien mas estaba en aquella sala escuchando desde las sombras, escondida y ocultado su presencia hasta que se dejo ver en el momento preciso que ella creyo oportuna. Era la mujer rubia de antes que creimos se habia marchado, no lo habia hecho y se habia quedado escuchando todo lo que aquellos tres estaban hablando en la sala. Ya nunca se sabia quien podria estar escuchando a traves de las paredes.
Ella era la princesa de Britania y como tal aparecio para brindarle ayuda a Roma en el caso de que una guerra se declarase contra Egipto. Yo estaba de acuerdo con la guerra si alguno de los familiares directos de Vergilius se veian implicados y derrotado, pero pedir ayuda a otro pais.. eso nunca.
Escuchar a escondidas no es propio de alguien de la realeza... Asi que usar el ejercito de Britania dices.
Al comprender lo que el mismo habia dicho algo volvio a su mente, esa voz profunda y que resonaba con fuerza, susurros que no dejaban de sonar en su mente. Aquel ojo rojo... aquellas voces que sin querer llegaban a su mente. El poder.... de controlar y entrar en las mentes de los demas.
Un fuerte pinchazo llego hasta la cabeza del rubio romano que cerrando su ojo dolorido se llevo la mano a su cabeza. Fue como un gran estruendo en su cabeza un sonido que apago todo los demas. Y su ojo tapado.. comenzo a brillar pero por suerte los demas no podian verlo por que estaba tapado por su parche. Despues del sonido un pitido estaba en sus oidos.. no podia escuchar nada, solo ese pitido... Fye se tapo los oidos por que era insoportable pero seguia sonando con fuerza, como si fueran a reventar sus timpanos hasta que se hizo el mas absoluto silencio.
Fye levanto la cabeza volviendo a abir su ojo con sorpresa y a continuacion los mas profundos pensamientos de Solomon llegaron a su cabeza. Lo que tanto habia estado esperando se abria para Fye, tenia a Solomon.. pues al entrar en la mente del senador pudo notar como este recordaba al momento en que el era el que traicionaba a su hermano, lo que habia estado esperando habia llegado.. ya no habia dudas de que no podia confiar en Solomon. Pudo escuchar sus pensamientos totalmente y como haria lo que fuera necesario en contra de Egipto.. Pero no era el unico con pensamientos interesantes en aquella sala....
La princesa rubia tambien tenia algunos secretos como un extraño interes en ayudar a Solomon, de ahi su ofrecimiento para poner su ejercito a disposicion de Roma, si ella estaba de lado de Solomon tambien seria un estorbo. Diva seguia mandando y su decision en aquello era importante.
Emperatriz... no creo que deban aceptar la ayuda de una nacion, Roma nunca ha necesitado ayuda y ahora con un pais el cual ya los tuvimos encerrados en Alejandria usando solo una de nuestras legiones.. debemos aceptar ayuda? No! Use sin miedo el poder de Roma. Gelum ha venido hasta aquí para avisarnos de los peligros de Egipto aprovechemos la informacion y golpeemos con dureza a Egipto.
Aunque ahora mismo lo que mas deseaba era destrozar a Solomon por lo hecho contra su hermano, no dabia mostrar sus intenciones por que podria ser el fin para Fye. Los poderes que habia adquirido debian ser usado en secreto para darle su mayor potencial. Con ellos habia descubierto que tanto Lin como Solomon planeaban algo.. asi que si conseguia que Roma ganara siguiendo el metodo que Fye sugeria podria ser bastante beneficioso para el rubio, aunque no odiaba mas que estar de acuerdo con Solomon en ir contra Egipto
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Última edición por Fye el Dom Mar 06, 2011 7:06 pm, editado 1 vez
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