- Bosques [Cascada]

por Leonard Dom Sep 12, 2010 5:55 am

Recuerdo del primer mensaje :

Por fin llegue hasta aquel lugar de donde sentía que la energía que yo percibía provenía. Era un bosque maravilloso donde el clima caluroso parecía no afectar tanto, dando una mezcla de frío y calor tan linda que daban ganas de acostarse en el césped húmedo por las lluvias anteriores y quedarse dormido. Luego de un gran camino recorrido a gran velocidad, ya que venia corriendo, decidí caminar tranquilo y disfrutar de la bella vista que me brindaba este hermoso lugar. Los árboles enormes se alzaban como muros de eterna belleza. Los pájaros revoloteaban por el cielo y algunos animales pequeños como las ardillas pasaban rápido por los costados, tal vez asustadas por mi presencia. Sentía un ruido a lo lejos, parecía ser una corriente de agua, decidí investigar y me adentre aun más en el bosque para encontrar una de las cosas mas hermosas que observe en mi toda mi vida. Un lago de agua cristalina rodeado por muchas montañas y pinos hacia que mí maravillada vista se deleitara. Al final del lago, una cascada enorme producía ese sonido que yo escuchaba hacia unos momentos.

Me deje llevar por la hermosura del lugar, sacándome las sandalias y colocando mis pies sobre el agua. Recostándome en el pasto y mirando hacia el cielo. La tranquilidad me relajaba tanto que comenzaba a cabecear, a punto de quedarme dormido, pero mi voluntad era mas fuerte, sabia que no podía dormir ya que debía de volver hasta donde la princesa lo mas pronto posible. Estuve unos cuantos minutos en aquel lugar, disfrutando del mismo cuando de repente un sonido brusco y repentino me hizo voltear hacia una de las montañas que rodeaba el lago.

En una de las cuevas que rodeaba el lago se encontraba un Oso pardo, una bestia descomunal, furiosa con una loba que parecía haberle querido quitar un pescado que había capturado. A los pies de la Loba yacía un cachorrito que cuando su madre aullaba, el acompañaba con un pequeñito aullido que daba mas risa que miedo. El oso enfurecido se abalanzo sobre la cría y la madre en un intento de salvarlo, le mordió una pata a la bestia mientras empujaba al cachorro hacia atrás, sin embargo en la acción la loba quedaría expuesta a un violento ataque por parte del oso, lo que le causo la muerte. El cachorro parecía estar devastado, al ver el cuerpo de su madre siendo devastado y devorado por un animal tan grande y él siendo tan chiquito e impotente, sin embargo el Oso se aburrió de comer la misma presa y volteo su mirada hacia la pequeña cría, que no tenia escapatoria.

De haber seguido observando aquel conflicto entre animales, el cachorro hubiera corrido la misma suerte que su madre, sin embargo no me quede de brazos cruzados frente a esta situación. Comencé a correr rápidamente hacia donde estaba el gran oso, tomando la espada que me correspondía como protector de la princesa, la empuñe en mi mano y salte sobre el animal, quien al no esperar el ataque no tuvo más opción que intentar huir. El ataque de mi parte fue muy fuerte, lastimándolo en el lomo y causándole una hemorragia que quizás le costaría la vida. El oso huyo hacia su cueva de nuevo y yo me dirigí hacia la pequeña criatura, lo tome entre mis brazos y lo cargue. El pequeño seguía asustado, era una criatura tan chica que al verlo me di cuenta que no podría sobrevivir por su cuenta…Decidí dejármelo…Después de todo, me vendría bien un poco de compañía en mis momentos libres.

-Tranquilo…Ya no te pasara nada, pequeño.

La noción del tiempo volvió a mi y me di cuenta que las horas habían pasado mas rápido de lo que esperaba. Tal vez en el momento en el que estaba acostado en el césped. Emprendí mi camino de regreso a Roma con el cachorro en mis brazos, pensando en que si me lo dejaba, podía que me encariñara con él y el mismo era una criatura salvaje peligrosa, pero al ser tan chico quizás podría domesticarlo para que no hiciera conflictos cuando grande. Después de todo, no perdía nada por intentar, si no lo podía domesticar lo devolvería a su origen natural…Además de pensar en eso, pensaba en un nombre para el cachorro, mire su pelaje blanco como la nieve y el nombre vino a mi repentinamente…”Snow”…

por Edward Miér Mar 02, 2011 5:24 pm

Creia firmemente que aquella demostracion mia le serviria a ella para abrir los ojos, yo casi estaba seguro que ella era otra de las elegidas por la diosa Athena, pero mientras tuviera esa actitud de pesimismo no dejaria fluir su verdadero poder, por que los seguidores de Athena deben tener una cosa bastante clara, y es la esperanza en sus acciones y en el futuro, y de eso.. por el momento carecia Seiren, no tenia esperanza en un futuro para ella y por lo tanto no podia aspirar a darle un futuro a personas indefensas. Ella seguro se creia de entre esas personas, cuando el destino le habia guardado estar un escalon mas arriba que los humanos normales.

Ella parecia sorprendida, pero no convencida del todo, su mente estaba en otro lugar, no la tenia fija en su poder, habia otra cosa que recorria sus pensamientos, algo.. relacionado con Edward y todo lo vivido con el. Con la lluvia de la cascada aun cayendo se adentro al riachuelo, su ropa ya se habia mojado desde el momento del impacto de la flecha con la cascada.

El destino... quiere que no encontremos, nos ha guardado un futuro en el que ambos estamos relacionados, y ahora lose. Si Seiren, creo en el destino y nada de lo que ha ocurrido hasta ahora fue casualidad.

El destino quiso que aquellas dos personas se encontraran en Egipto, podria ser esa la respuesta a por que el se sentia atraido a hablar y cuidar de ella, por que estaba cuidando sin saberlo de alguien importante para el en el futuro. Por eso no dejo que se rindiera en la celda, ahora todo tenia sentido. Las respuestas se respondia en la cabeza de Edward en cuanto Seiren hablo sobre el destino, eso le hizo reflexionar en ese momento.

Ella me preguntaba las mismas dudas, queria respuestas y aquella joven egipcia silenciosa y de pocas palabras terminaba con su propia paciencia, no podia mas, queria las respuestas de una vida dura e inusta y por que el destino habia sido tan cruel con ella y por que yo siendo su enemigo la salve de caer en el olvido y la perdicion.

En aquellos momentos, no pense, solo actue por lo que me decia mi interior. Algo dentro de mi me llevo a protegerte y ahora estas aqui conmigo. Son mensajes bastante claros de que nada podra separarnos y que debemos estar juntos para un bien comun.

Pero la pregunta iba mas alla, Seiren queria saber que era lo que sentia el ex general de Roma cuando miraba a la morena de cabellos. Esa pregunta no fue tan facil de responderla, es mas.. le hizo pensar y la mirada de Edward se fue al suelo mientras pensaba que poder responderle, tenia que hablar consigo mismo para saber que debia decir en aquel momento. Pero ella queria respuestas y no podia esperar por culpa de las dudas del romano. Levanto con la mirada y sin miedo se preparo para responder.

Si te digo la verdad, al verte a ti, creo estar viendote a mi, eres mi otro yo, aquel que tiene dudas, que tiene miedo a rendirse. Puede ser una respuesta algo confusa... pero al verte a ti, estoy viendo a una persona con la que compartire mi destino.

La cosa no acababa ahi, ahora debia hacer desaparecer los miedos de aquella chiquilla y joven mujer. Darle un motivo para vivir, buscar en su interior, aquella esperanza que tenia escondida. Me acerque a ella y coloque las manos sobre sus hombros, mis manos estaban mojadas pero no me preocupaba por mojarla a ella, pues ya de por si estaba algo mojada.

Seiren, quiero que sepas que nunca has sido inferior a nadie, has sido especial y dentro de ti como has visto fluye un poder capaz de llevar al mundo a la paz.. o la destruccion. Tarde o temprano despertara por que es tu destino, es decision tuya como quieras usarlo. Pero yo.. voy a usar el mio para salvar, quieras tener esperanza en un futuro donde nadie tenga que pasar por lo que tu pasaste? Quieres despertar tu fuerza en favor.. a una diosa que cree en el amor?

por Seiren Jue Mar 03, 2011 5:29 pm

1° Post Defensa --- Maestría Elemento Electricidad

La última pregunta no era acerca si nacía un sentimiento hacia a mí, si no que era algo mucho más complejo, el que sentir al verme denotaba que parecía conocerlo no por el hecho de haber compartido esa celda si no que me conectaba algo… incluso era difícil de explicarlo con propias palabras. Edward se aproximó hablando cada vez, mi inseguridad parecía delatarme además de tener aquella ansiedad de poder necesitarlo más de lo que me negaba a admitir. Incluso yo no estaba segura de lo que verdaderamente sentía cada vez que lo tenía tan cerca, la primera vez que lo conocí era esa indiferencia pero el volver encontrarlo en Egipto, el estar a su lado en esa carpa y saber por lo que pasaba me hizo querer protegerle recordando el momento que lo tuve entre mis brazos.

No es amor… es algo más. Trataba de convencerme que no era esa atracción que se podía sentir hacia una pareja, ni mucho menos el sentimiento de amor ni compañerismo, deseaba protegerle tanto que fui capaz de advertirle que se cuidara de Arianne y Selene, cuando fue él mismo el que ataco a Egipto con sus tropas, mintiéndome por el hecho de que lo salvaba como él me había salvado a mí pero ahora comprendía que estaba equivocada. El pensar en Edward cada que tenía oportunidad, preguntándome si seguiría con vida y la pequeña alegría que me ocasionó encontrarlo en la misma Roma, algo que no pensé que fuera posible pero así era.

Edward me sostuvo por los hombros, nadie se atrevía a tocarme tal como lo estaba haciendo el conmigo, sus manos me sujetaron acercándonos más a tal punto que me hacía elegir, me sonrojé un poco evitando su mirada. ¿Qué responderle?.

No quiero tener que perder a alguien de nuevo… no fui capaz de salvar a mi familia.. ¿cómo seré capaz de poder salvar a alguien más?

Aún no podía olvidar el hecho de que aquella guerra me marco demasiado, mis ojos querían llenarse un poco, parecería que estaba a punto de llorar. Por dentro sentía como mis propias emociones chocaban unas contra otras, estaba confundida.

Fue en ese momento que un resplandor nos rodeaba, el brillo cada vez emanaba de nosotros iluminando la cascada en bellos reflejos, no estaba consciente de lo que hacía pero cada vez que me permitía sentir algo dentro de mí se disparaba descontrolándose y era el mismo poder que el romano había despertado en mí, casi como retirar un sello.

No quiero sentirme sola. –Pronunciando apenas esas palabras cuando fuertes descargas eléctricas recorrían entre nosotros sin hacernos daño, provocando que el cielo se oscureciera siendo llamado por aquella estática, respiraba agitadamente llevando instintivamente ambas manos sobre sus brazos sin dejar que se separara.. por extraño que resultara era lo único que tenía a mi lado.- Quédate conmigo…

Ya casi no tenía voz propia, mi vista se nublaba, debía existir alguna forma de tratar de calmarme pero hasta ahora no había nada que me hiciera sentir esa calma. No era capaz si quiera de mirar a Edward de frente, mis dedos se presionaban ligeramente sobre su piel temblando un poco. El cielo se estremecía dejando ver ases de luz, rayos que viajaban iluminando la oscuridad que ya dominaban los bosques, si no fuera también por el brillo enceguecedor que nos cubría el lugar se teñiría en completas tinieblas. Ahora si experimentaba el leve dolor que esa corriente eléctrica dominaba mi cuerpo, me paralizaba al ser incapaz de no poder controlarlo aunque no me importaba, mis pensamientos estaban dañándome ya demasiado como apenas percibir esos leves espasmos sobre mi piel.

No era la única que resultaba ser afectada, lo más seguro era que también Edward salía herido por mi culpa pero en vez de decirme algo solo se quedó a mi lado, corriendo sus manos detrás de mi espalda para terminarme por abrazar, al hacer eso trataba de darme a entender que no estaba sola, formaba parte de él y fue cuando comprendí lo que me dijo hace unos momentos… era algo que le complementaba pero aún más era como reflejar aquella parte débil y de dudas que antes solía ser. Sin embargo; yo no era así… yo era alguien más amable, podía sonreír con facilidad, aunque no tenía lujos en mi vida o haber nacido dentro de la realeza siempre estuve conforme con lo que tenía y odiaba la idea siempre de compadecerme cuando se me fue apartada de mi familia, no culpaba a los romanos, no culpaba a los egipcios… solo me culpaba a mí.

Al sentir como me estrechaba contra él lloraba levemente, nadie me había mostrado tanto afecto, pues yo interponía esa distancia, era arriesgado incluso para ese hombre el atreverse a hacerlo, pensaba que me veía como a una niña.. yo ya estaba a punto de ser mayor de edad, sus intenciones quizás no eran esas pero mi misma personalidad me hacía pensar lo contrario o dudar de las verdaderas intenciones y no era raro de suponer después de las traiciones y engaños que había vivido, sentía que me engañaban.

Si era así dejaría que me engañara, sujetándolo en ese abrazo me pegue más a él, demasiado fue que me alejaba de todos y este era el momento en el que podía dejarme llevar antes de apartarme y encerrarme nuevamente. Una tormenta eléctrica se desataba, lo único que se alcanzaba a escuchar era el sonido del cielo estrellarse como explosiones ensordecedoras.

por Edward Mar Mar 08, 2011 12:18 pm

1er post de 4 para 1er Ataque Medio en maestria elemento electricidad

Ella estaba empezando a dudar, su mente se intentaba abrir, podia notarlo en sus expresiones en el movimiento de sus ojos en la rapidez de estos al moverse en como hacia pequeños gestos con sus manos que la delataba, ya no queria ser aquella chica desconfiada, mi apoyo le estaba sirviendo para liberarse de sus miedos o al menos eso creia.

Y entonces fue como sus sentimientos abrieron no solo su interior, ese que queria vivir un futuro feliz sino que tambien abrieron la puerta a su cosmos interior. Este se manifesto de una forma increiblemente similar a lo que lo hizo el cosmos del antiguo general romano. La electricidad comenzo a rodearle como nunca antes y el cielo empezo a tronar llenandose de nubes oscuras.

Ella me clamaba que no me fuera y que me quedara con ella, la primera vez que queria estar con alguien, la primera vez que pedia ayuda, que queria confiar en los demas... aunque por el momento solo fuera en Edward. Yo no dije nada solo la abrace y la protegi de sus propios rayos... coloque mi mano en su espalda y la atraje hacia mi para que notara mi afecto.

No estas sola.. estoy aquí contigo, no temas.

Mis palabras llegaban a sus oidos en forma de susurros. El cielo se hacia completamente negro y lo unico que lo iluminaba eran los rayos que se sucedian una y otra vez coloreando las nubes del dorado de los rayos. Si ella tenia los mismos poderes que yo.. sabia lo que tenia que hacer ahora, y era protegerla de su propio poder hasta que pudiera controlarlo.

Encendi mi ya controlado cosmos y comence a crear una barrera de electricidad estatica que impedia que los rayos descontrolados de Seiren llegaran a su cuerpo para dañarla. Cuando yo solo habia estado entrenando termine con la gran parte de mi cuerpo dañado por el poder que salio de mi y no queria que por eso pasara Seiren.

Concentrate Seiren... tienes que estabilizas tu cosmos, igualalo al mio. No temas los rayos por que yo los recibire hasta que los controles, estoy aquí contigo...

Volvia a repetir lo mismo que le habia dicho antes y es que le queria dejar claro que yo estaba al lado de ella, que podia confiar en mi, que todo lo que le habia dicho no era mentira. Que sufriria los daños que fuera necesario con tal de que ella alcanzara sus objetivos.

Mi cosmos era fuerte y por el momento podia contener el poder de Seiren, pero el poder de la egipcia era descontrolado y con un poder asi nunca se sabia cuando podia crecer de pronto y estallar de una forma brutal.

por Seiren Lun Mar 14, 2011 8:35 pm

2° Post de Defensa --- Maestría en Electricidad

La temperatura descendía cada vez más y el viento azotaba con fuerza contra nosotros arrancando las hojas de los ramajes que se arremolinaban por todas partes, cayendo en el río, sobre el césped. El cielo lucía de un tono azul grisáceo cuando se iluminaban las nubes debido a sus choques entre ellas, mi cuerpo al igual que el clima se congelaba, ya no podía emitir esa energía cálida comparada a la de Edward, trataba de concentrarme tanto que era como si me apagara a mí misma pero si era así debía también disminuir mi poder al llamar tantas corrientes eléctricas desde nuestra posición.

Él se dio cuenta del cambio tan brusco, los rayos seguían estremeciendo el firmamento, algo los estaba incitando y la única causa de eso era yo. No se daba por vencido, me tomaba en un abrazo murmurándome que no estaba sola, quería creer en sus palabras aunque ya comenzaba a caer en cuenta de esa fuerza de la naturaleza.

Suena horrible.

Mi mano seguía aferrándose a su espalda temblando un poco, en verdad que tenía miedo, seguíamos de pie en el río, no solo provocaríamos una explosión sino que ambas vidas corrían un tremendo peligro. Apenas sabía que era el cosmos, esos lazos de energía que podían conectarnos, aunque el manejar un poder de tal magnitud me aterraba completamente. Previniendo las cosas Edward encendió su cosmos para protegerme, separando mi rostro para poder verlo lo miraba angustiada tratando de hallar una explicación, mi cabello revoloteaba contra mi rostro unas veces, me sentía fuera de control.

Pequeñas gotas de agua comenzaban a caer hacia la tierra, formando incluso ondas sobre el río que chocaban entre sí con la caída de otra gota. Odiaba ese sonido en el fondo, retumbando hasta estremecer mi interior y así fue como me atreví a ver por encima de su hombro, la oscuridad en la que habíamos caído sin mencionar los constantes relámpagos caer cada vez más cerca absorbidos hasta ahora por la misma tierra, el asombro fue tal que ya no pude volver a mirar a la cara al ex – general, mi cuerpo no respondía ya que prácticamente era sostenido por él.

Pasaron unos segundos antes que mis ojos se siguieran nublando, ya no controlaba esa luz, ahora era la que me controlaba a mí. El temor y el pánico se desvanecían, me sentía tan atraída hacia a ellos que empujando levemente a Edward caminaba por el agua queriendo acercarme más para alcanzar ese último rayo. Algunas descargas recorrían mi cuerpo formando ya parte de mí, estaba como hipnotizada bajo ellos, alzando mi mano la posaba entre ambos pechos llegando a percibir los latidos de mi corazón.

Es como… si también estuvieran… vivos.

Murmuraba levemente, que debido a un estruendo mi acompañante no pudo escuchar lo que había dicho.

Lo que si era cierto es que esos relámpagos me llamaban, no podía aterrarme más pues en el fondo me decía que formaba parte de ellos, me incitaba a querer tomarlos por algún motivo que aun desconocía.

por Edward Mar Mar 15, 2011 9:48 pm

2 post de 4 para 1er Ataque Medio en maestria elemento electricidad

El tiempo se estaba comenzando a descontrolar cada vez mas, ya no era solo el cielo el que con sus rugimientos estaba estremeciendo a la naturaleza, sino que el viento estaba arracando partes de la vegetacion que caia por todos lados de una manera muy peligrosa para nosotros que estabmos alli parados en medio del rio, con el agua que cada vez subia mas y nos llegaba ya hasta mas arriba de la rodilla. Los rayos comenzaron a caer de una forma brutal, llegaban hasta el suelo y este absorbia el rayo expandiendo la corriente por toda la tierra.

En el rostro de Seiren se podia ver el miedo por esa fuerza que ella estaba emanando y es que aunque yo con mi cosmos intentaba calmar a la naturaleza no lo podia conseguir pues estaba totalmente descontrolada, como mucho podia protegernos a ambos.

Tranquila Seiren, no pasa nada, todo esta en tu interior, tu puedes controlarlo porque ha salido de ti, este es tu poder.

Ella me aparto levemente con su brazo y comenzo a andar sola, caminando por el agua, en direccion a los lugares donde caian los rayos, estaba como hipnotizada por esa luz que desprendia de manera tan brillante. Ella debia ser quien los controlara y no al contrario sino aquello podria resultar fatal.

El cielo rugia por encima de ella, y un rayo estaba a punto de caer sobre su cabeza, en su estado no sabia si podria controlarlo o acbaria con ella, asi que corri hacia ella y me puse a su lado colocando mi brazo en direccion al cielo y abriendo la palma de mi mano creen en el momento justo una barrera de energia estatica que paro el rayo que iba a caer sobre nosotros. Pero mi brazo habia quedado algo adormecido ya que no era lo mismo controlar un poder cuando esta tranquila a como estaba en ese momento.

No tengas miedo a ellos! Los rayos vienen a ayudarnos, debes aceptarlos y ellos te aceptaran a ti. Busca el motivo dentro de tu corazon de por que quiere usarlos, y ahi encontraras la respuesta.

Agarre mi brazo que no me reaccionaba muy bien, debia de hacer lo posible por que no volviera a caer otro rayo sobre nosotros, de ser asi no me quedaria mas remedio que usar mi propio poder contra el descontrolado de Seiren. Pero yo confiaba en esa chica egipcia, confiaba en ella desde el primer momento que la vi, y por eso le mostre desde el principio toda mi confianza

por Seiren Jue Mar 17, 2011 7:39 pm

3° Post de Defensa --- Maestría en Electricidad

La lluvia hacía crecer la misma corriente, alcanzándonos no solo más arriba de la rodilla si no que ya se situaba por la cintura, mis ojos solo se posaron en ese hombre de como atrapaba aquel rayo para que no me hiciera ningún daño. Al verlo no lucía sorprendida, solo me quedaba mirándolo, escuchando que este nos ayudarían.. debía de encontrar un motivo para que pudiera controlar ese poder pero nada me venía a la cabeza en esos momentos.

Todo lo inicie yo porque…

Cerraba los ojos teniendo sueño, en ese sueño pude ver a mi padre.. a mi madre… mis amigos. Antes de que iniciara la guerra, todos lucían tan felices, sus siluetas se desvanecían en una bruma oscura. Es verdad, ya no se encuentran a mi lado…

El dolor se desvanecía con esas imágenes- Entonces ¿por qué permanecer aquí?... ¿para evitar que otros caigan en mi suerte?. –no era nadie para intentar salvar a alguien- ¿qué es lo que busco realmente?

Entonces pude darme cuenta que mi poder se descontrolaba debido a las dudas y confusión que tenía y por mi culpa Edward estaba resultando ser herido. Algo extraño sucedía y era que el mismo brazo con el que detuvo el rayo también me dolía, podía sentir como sus heridas también me afectaban a pesar de que trataba de protegerme, sostuve mi mano para tomar mi brazo… y recordé que uno formaba parte del otro.

Si no me apresuro… también.. –era como si despertara de ese trancé, queriendo abalanzarme hacia donde él se encontraba pero el dolor me impidió seguir, no quería que me protegieran si quiera de mi misma.- no puedo moverme…

El agua se convertía en un conductor perfecto, las corrientes eléctricas provocaron paralizarme y así atraparme en pequeñas descargas. – No puedo.

Apretaba los dientes con fuerza, evitando ponerme a llorar, no era hora.. además ya había llorado lo suficiente como para compadecerme en esos instantes. Mi cuerpo se engarrotaba pero si sentía lo que ese hombre entonces.. ¿podía sentir lo que yo ahora.. mi dolor… mis miedos.. mi inseguridad hacia los demás?, ese temor de que lo descubriera fue peor que todas las descargas recorrieran mi cuerpo provocándome daño. Asustada buscaba su mirada, el tiempo se congelo exactamente en su silueta.

Ya basta!!

Grité desesperada haciendo que el agua formara un torbellino tratando de succionar mi cuerpo pero en vez de atraparme este se expandía más debido al cosmos que emanaba, los resentimientos hacia mi persona parecían responder acrecentando mi propia energía cada vez más. La electricidad viajaba como pequeños espirales alrededor de mí, la tormenta se teñía de más oscuridad.

No dejaré que por mi culpa te hagas daño..

La corriente del río se retiraba cada vez, mi cosmos hacía que retrocediera incluso librando a Edward, partiendo el fluido en dos, la cascada se desbordaba mientras la lluvia no cesaba de caer sin clemencia alguna sobre ambos caudales que había creado. Solo quedaba algo por hacer, miraba seriamente a ese hombre, si no aprendía por las buenas entonces…

General.. si yo provoque esto… golpéeme. No importa como… usted solo..

Lo estaba retando, en mi mano se produjo una gran descarga, debía entender a lo que estaba refiriéndome, si en serio quería enseñarme, ayudarme… compartir un destino sería capaz de lanzarme un poder igual o mayor que el mío.

No te contengas.

por Edward Lun Mar 21, 2011 9:22 pm

3er post de 4 para 1er Ataque Medio en maestria elemento electricidad

El agua cada vez ascendia mas, al tormenta que estaba desatada en el cielo influia sobre el agua que nos cubria cada vez mas. Habia pasado a llegar ya por la cintura, yo por mi parte seguia agarrando mi brazo que aun se encontraba paralizado por el golpe del rayo que habia conseguido parar, pero el dolor no importaba, habia conseguido darle otra oportunidad a ella aun a costa de mi dolor. El dolor nos debe servir como aprendizaje y no solo el dolor fisico, sino tambien el dolor del alma, el dolor del corazon. Es muy dificil de superar esa herida interna, pero si lo consegui sera mucho mas fuerte asi que para ella que esta llena de heridas que rodean su corazon.. conseguir cicatrizar esas heridas le haran volverse una mujer fuerte, una de las mas fuertes espiritualmente.

La corriente nos rodeaba casi completamente, estaba tan descontrolada que no sabia por que lugar podria aparecer, se iba adentrando dentro del agua que nos cubria y llegaba hasta nuestro cuerpo gracias al agua que era capaz de conducir la electricidad. A mi no lograba hacerme a penas daño pues yo ya sabia controlar ese elemento, pero para Seiren era diferente, ella si sufria los graves daños de la electricidad.

Seiren! Vamos aguanta! No te rindas!!

Era su momento, el momento de demostrarle al mundo que era especial, que iba a conseguir cambiar el mundo que tanto odio en algo productivo. Su cosmos crecio para dejar de ser ese leve cosmos que podia sentir dentro de ella para convertirse en una verdadera fuerza que comenzaba a partir el agua, separandola de nuestros pies, tanto de el de ella, como tambien el agua que habia debajo mia.

Sus ganas de proteger la estaban despertando, habia intentado proteger al hombre que una vez considero su enemigo pero que ahora el estaba intentando ayudarla pues habia visto en ella una verdadera compañera. Pero ahora un conflicto surgia entre ambos, ella me pedia que le atacara para terminar con todo aquello, que fuera yo con mi fuerza la que terminara con la tormenta.

….

Me quede en silencio a unos cuantos metros de ella pues entre tanto viento y corriente nos habiamos movido un poco. La miraba con mis verdes ojos, brillante.. mirando su ojos llenos de decision, sin dudas y sin miedos. Los ojos de una mujer libre, no esa esclava que no tenia otro rumbo en la vida fuera de la servidumbre.

Yo confio en aquellos que considero mis compañeros. Confio en tu palabra, y creo en lo que tu crees....

Ella habia generado energia en su mano y yo al mismo tiempo cogia de nuevo mi arco creando en mi mano derecha una flecha tan poderosa que en el momento de crearse el agua estallo a mis lados haciendo caer de nuevo una lluvia de finas gotas de agua. Mis ojos no dejaban de mirar los suyos, ambos desprendiamos una luz dorada tan intensa como la de las estrellas.

Se que... ambos saldremos de aquí, que lo conseguiremos, con mi ayuda.. y con tu propia fuerta, lo conseguiras....

Apuntaba con mi arco de madera que casi estaba por romperse, no podia resistir esa tal cantidad de energia de mi flecha, una flecha demasiado fuerte. La cuerda de mi arco estaba siendo tensada y todo estaba listo para el final. Todos los recuerdos entre ambos pasaban por mi mente, desde el momento en que la conoci hasta cuando de nuevo pudo verla libre en el puerto.

Seiren!! Adelante!!

La flecha salio disparada abriendo el rio en dos, pero en el momento en que iba por la mitad del camino brillo con mas fuera aun y exploto en cientos de flechas que se movieron a la velocidad del rayo en todas direcciones para caer sobre la chica en cualquier momento. Pero sabia que ella lo que le esperaba no era la muerte sino una vida completamente nueva.

por Seiren Mar Mar 22, 2011 8:03 pm

4° Post de Defensa --- Maestría en Electricidad

¿En realidad porque quieres hacer todo esto?.. ¿Por qué le estoy incitando de esta manera?. Es verdad que no tengo a nadie quién proteger ni mucho menos motivos para seguir adelante.

Seguía mirando cada vez más desafiante a Edward, este no me respondió cuando repentinamente le había pedido que me lanzara cualquier tipo de golpe, a mi parecer esa había sido la solución más loable. El verme en peligro podía despertar en mi la desesperación de querer salvarme a toda costa y de esa manera controlar aquella corriente eléctrica que fluía a través de mi cuerpo pero ¿y si no podía lograrlo?, me estaba arriesgando por nada, mi mente seguía en blanco.

La corriente ya se había abierto demasiado librando nuestros cuerpos del agua pero eso no significaba que la lluvia cesaba, sin soltar su arco creaba una flecha mucho más diferente a la que había hecho con mi propio cosmos, una con más potencia desprendiendo una energía que era de temer. Mantenía aun esa misma expresión serena, no le dejaría ver mi miedo considerando los riesgos además que sin explicármelo confiaba en mí como en ninguna otra persona, la tensión se reflejaba ya en algunas partes de mis músculos como en mis piernas y brazos, soltando una gran cantidad de aire que escapaba de entre mis labios cerraba los ojos para no fijarme en la flecha que se dirigía a mí, por ende no pude ver como esta al igual se fragmentaba en otras más que se dirigían en todos los puntos posibles de mi cuerpo.

De entre mis dedos varios lazos de electricidad parecían salir, todos resplandeciendo.. cada uno mucho más que el anterior. Instintivamente apuntaba mi dedo índice hacia arriba reuniendo toda esta energía para que lentamente mi mano girara grácilmente describiendo pequeños círculos, cayendo sobre mí, describiendo formas elípticas la energía eléctrica cubría cada parte de mi cuerpo rotando en diferentes sentidos atrapando de un solo golpe todas las flechas antes de que pudieran alcanzarme, absorbiendo su poder y aumentando la energía que me cubría logrando sanar las cicatrices que se habían quedado grabadas en mi piel, las únicas que me hacían recordar el pasado que tuve como una prisionera de las legiones romanas.

Anillos de voltaje

Esas palabras se habían formado en mi mente, tal como un indicio de lo que sabía que haría pero ¿cómo es que sabía exactamente qué hacer o cómo aprovechar mi propia energía para manifestarla de esa manera?. No lo entendía pero era algo que ya supiera desde mucho más antes, extendiendo la palma de mi mano hacía que esos anillos expandieran generando un terrible voltaje entre nosotros, electrificando todo el lugar. El agua del río se había vuelto un pequeño arroyo, me encontraba bastante exhausta pues mis brazos chocaron a los costados de mi cuerpo provocando un fuerte sonido, cayendo de rodillas lentamente mi cuerpo se había desplomado, la altura del agua no permitía que me ahogara pues apenas este tenía unos cuantos centímetros de profundidad.

El cielo lentamente se iba aclarando despejando las nubes y asomando algunas estrellas, realizar ese tipo de técnicas les llevó más tiempo del que pudieron haber calculado. Todo parecía volver a la normalidad en aquel sitio a excepción de los grandes daños que habían ocasionado, aun se notaban como leves descargas emanaban de mi cuerpo pero para ese entonces yo solo me encontraba inconsciente.

por Edward Miér Mar 23, 2011 3:51 pm

4º Post de 4 para primer Ataque Medio en maestria elemento electricidad

¿Que habia hecho... por que la flecha habia cambiado de esa manera...? Era gracias a Seiren que yo daba tambien un paso adelante en la busqueda de mi verdadero poder, pero mi arco de madera no habia aguantado el poder de la flecha asi que estallo en pedacitos una vez la habia soltado. La flecha se dividia mas y mas, hasta contar unas cien flechas que volaban a la velocidad del rayo. Pero eran flechas que atacaban a esa velocidad desde todas las direcciones y al impactar en alguna superficia en vez de ser clavabas rebotaban para volver a atacar al adversario, era una red de luz que no se detenia hasta impactar en el rival.. una tecnica increible.

¡¡¡Enciende tu cosmos Seiren!!!

Le gritaba lo mas fuerte que podia para que mi voz entre tanto ruido llegara hasta los oidos de la morena egipcia. Y entonces fue cuando pude sentir con mas claridad el poder de Seiren, su cosmos se elevaba a tal forma que era capaz de manifestar su poder en forma de electricidad, asi como lo hacia yo mismo.

En sus dedos comenzaban a salir unos anillos de electricidad, estaba comenzando a entenderse a si misma, la anterior Seiren se hubiera rendido pero ella ahora por una cosa o por otra.. queria seguir adelante, sino no hubiera llegado hasta este punto.

Una gran explosion se produjo una vez que la red de flecha impacto contra la defensa de Seiren y el agua salio despedida en todas direcciones, tuve que colocar mi brazo rapidamente delante de mis ojos para que el agua no se me metiera en ellos... El sonido de la explosion habia sido enorme, incluso temblaba la tierra. Pero pasados unos segundos tanto la luz.. como el sonido iba desapareciendo hasta dejar una total calma........ el cielo se despejaba y un claro de luz apuntaba a donde estaba Seiren ahora tirada en el agua... pero viva.. podia sentir su cosmos.

¡¡Seiren!!

Corri hacia ella, queria decirle muchas cosas, felicitarla y decirle que podia descansar, pero estaba inconsciente. Agache una de mis piernas y la coloque en el suelo, me bajaba hasta su altura para mirarla alli durmiendo... con los ojos cerrados, serena y tranquila... Sonrei desde el interior de mi corazon, alegre por ella... Con mis brazos la rodee por el cuello y por la cintura y la levante.. el cielo se terminaba de aclarar, alumbrandonos y sobre todo a Seiren que por todo su cuerpo tenia pequeñas gotas de agua que reflejaban la luz...

Lo hiciste muy bien.

Comence a llevarmela de alli y me adentre en el bosque con ella, buscando un sitio para descansar. La noche cayo en el bosque y una hoguera desprendia un calor muy agradable, era un fuego hecho por Edward con unas maderas que el mismo habia encontrado. El estaba sentando delante del fuego avivando mas la llama. Mientras que Seiren estaba hechada detras de el, encima de una pequeña sabana por debajo y otra por encima para taparla, habia usado parte de su ropa para que la cabeza de Seiren estuviera bien apoyada dejando a Edward con una camisa sin mangas. El mismo la habia cuidado de esa manera haciendo que tuviera un placido descanso.. los ojos de Edward brillaban gracias al fuego de la hoguera y en el bosque se podia escuchar el cantar de los animales de la noche mientras que las estrellas iluminaban con fuerza el firmamento.

por Seiren Vie Abr 01, 2011 5:34 pm

Jamás pude recordar una sola noche que ese sueño se apartara de mi cabeza, era lo mismo cada vez que intentaba cerrar mis ojos y ver esa escena aunque esta vez todo se presentaba diferente.

El sol lanzaba sus inclementes rayos ensalzando la belleza del Nilo, a lo lejos se admiraba como algunos pescadores partían para ejercer su humilde oficio y del otro lado me encontraba yo, la sonrisa se difuminaba de mis labios, era tan común ver como ese panorama se veía envuelto en llamas que hasta en mis sueños perdía toda esperanza. Antes de dar la vuelta como estaba tan acostumbrada a hacerlo me detuve, no podía irme dejándoles a su suerte, ya poseía la fuerza para defenderles…

¡¡Seiren!!

Esa voz… buscaba a mi alrededor para encontrarla, estaba segura de reconocer ese sonido pero ¿de quién se trataba exactamente?. ¡¡Seiren!! ¡¡Seiren!! … no lo hallaba, abría mis labios para gritarle y mi sorpresa fue que no tenía voz, precipitándome llevaba mi mano derecha hacia mi rostro y cubrir mi boca, el pánico se apoderaba de mí. No… no deseaba acabar así, nuevamente gritaba con todas mis fuerzas pero el silencio se marcaba por todo el lugar, tal como si no existiera. ¡¡SEIREN…!!

Tal como siempre pasaba el fuego atacaba mi hogar, era lo que más despreciaba en el mundo… las llamas, consumía y destruía todo a su paso. Abrazándome me quedaba ahí, deseaba tanto que al menos alguien…

El destino... quiere que nos encontremos.. –las lágrimas rodaban sobre mis pómulos, el calor se expandía incluso atacándome, mi sangre hervía en mi interior teniendo que arrodillarme, mi único consuelo era esa voz.- No estás sola.. estoy aquí contigo, no temas.

Con poca fuerza solo pude alzar mi rostro, de pie frente a mí se encontraba un hombre de dorada armadura, jamás vi algo así en mi vida, detrás suyo se desplegaban unas bellas alas tintadas de ese mismo dorado. Podía fijarme en cada uno de sus detalles sin embargo tenía miedo que al despertar le olvidara completamente.

¿Acaso era esa la persona…?

No lograba distinguir su figura entre esa bruma oscura y las flamas me impedían querer descubrir su identidad. Sabía que le conocía muy en el fondo aunque resultaba extraño… ¿Cómo conocer a alguien que ves por primera vez?

Estaba sofocándome, por mucho que aspiraba aire mi cuerpo se quemaba vivo a pesar de que ese hombre había sido capaz de mitigar el fuego en mi sueño. Si, esa parte semi-inconsciente de mí entendía aún que era un sueño. - ¿Para siempre?.. –al fin lograba expulsar una corta frase de mis labios, no me encontraba segura si me había escuchado pues tenía poco tiempo, estaba despertando…

Un suspiro hizo que mi pecho creciera, mis ojos se abrían notando la oscuridad en el cielo, levantándome sentía como estaba aturdida pero me encontraba recostada en lo que parecía ser unas sábanas. La madera crujía despidiendo con su luz una gran sombra, ahí se encontraba el ex general romano.

Algo pasaba pues me sentía diferente, sin que notara aun que me encontraba despierta me acercaba gateando, la sonrisa se marcaba en mis labios por lo feliz de que lo primero en ver al despertar era su silueta, apoyándome sobre mis rodillas me levantaba para extender mis brazos y sujetarlo en un abrazo, su cuerpo se sentía bastante fresco a comparación de mí, mi temperatura aumentó sin dejar de sentir ese mareo, colocando mis labios al borde de su oído murmuré:

Edward… -debía de encontrarse sorprendido de la forma en como actuaba, el aire golpeaba en contra de nosotros. – Edward.. –murmuraba por segunda vez su nombre pegando mi cuerpo contra su espalda, la poca fuerza que ejercí en ese apretón me hizo resbalar un poco aunque no por eso lo dejaba ir aun..

Conservando la misma ropa podía sentirse lo húmeda que estaba y que por esa razón mi cuerpo reaccionó teniendo leve fiebre, mis pómulos se marcaban con un notorio sonrojo además que mi actitud no era como el que siempre…

por Edward Vie Abr 01, 2011 9:33 pm

La noche pasaba lentamente, movia la madera que ardia delante de mis ojos par avivar algo mas el fuego que poco a poco se iba intensificando. Habia algunas chispas que saltaban en la madera a medida que se iba quemando. Me habia dado tiempo incluso a pescar algunos peces que los tenia preparados en unas palos, atravesados por la boca. Cuando el fuego estaba lo suficientemente intenso coloque dos peces clavados en el suelo, dejandolos cerca del fuego para que se empezaran a hacer y asi luego tener algo sano que comer.

Pero esa noche, era algo diferente, las estrellas caian de una forma inusual, como si estuvieran anunciando algo. Tenia mi vista pegada en el cielo viendo caer la lluvia de estrellas. Mis ojos cada vez brillaban mas, no solo por el fuego sino tambien por la belleza del cielo que estaba mas brillante que nunca.

Estaba tan sumido en mis pensamientos, que no me percate que Seiren habia hablado y habia abierto sus ojos. Yo ahora pensaba en como daria con Athena. Tenia claro que mi deber era protegerla. Asi habia sido desde mucho antes de mi nacimiento, un destino que ya estaba marcado.

Entonces.. senti el abrazo humedo por la ropa, pero a la vez caluroso por el tacto de su piel, de Seiren... Habia despertado y se encontraba detras mia, habia gateado hacia mi y ahora me hablaba al oido con un susurro inusual en ella. Aunque lo unico que repetia era mi nombre una y otra vez...

Seiren..? Despertaste.

Pero ella estaba diferente, su sonrisa, su manera de mirarme, nunca a habia visto asi, sobre todo por que, no tenia esa mirada desconfiada que siempre solia tener, estaba extraña. Su piel estaba en total contraste con la mia, la mia fria por la noche y la suya caliente. Era seguro que habia tenia fiebre.

Debes descansar mas, no estas en condiciones de levantarte. Deja que te quite esa ropa mojada. No es sano que sigas asi.

Me di la vuelta hacia ella, pero ella se escurria, aun podia escuchar en mi mente ese susurro llamandome, habia sido.. diferente. Comence a retirar solo su ropa mojada, que por suerte, al ser gruesa, lo que tenia dentro no se habia mojado. Quite de su cuerpo la parte de arriba y pude ver como sus vendas cubria sus pechos, algo tipico en las mujeres. Luego hice lo propio con la parte inferior, tambien tenia una prenda corta abajo, nunca habia visto a Seiren de esa manera, con su cuerpo tan a la vista, ella siempre se ocultaba entre amplios ropajes. Pero lejos de actuar como un hombre que le pondria nervioso el cuerpo de una mujer, actuo de manera respetuosa y caballera, no por algo Edward era ya un hombre que habia llegado a la treintena de edad.

Listo, dejara aqui cerca del fuego tu ropa.

Seiren no se habia negado a que le quitara la ropa, estaba demasiado debil y mareada como para ello. Me levante para coger algo, y es que no podia dejar a la chica asi. Cogi mi cazadora de piel, que habia traido conmigo, un atuendo que usaba en mis viajes cuando tenia que pasar por los lugares mas frios y se lo coloque sobre sus hombros. Intentando quitarle ese frio, me sente a su lado de nuevo cerca del fuego, pendiente de ella a que no volviera a marearse, pero no sabia como podia acutar ella ahora.

¿Te sientes mejor?

Puede que no me respondiera razonadamente, estaba muy extraña, seguro que era por la friebe que le estaba haciendo delirar un poco.

por Seiren Sáb Abr 02, 2011 7:59 pm

Esa sensación… ¿Qué era lo que me estaba pasando?, no deseaba apartarme de su lado. Todo el peso de mi cuerpo caía sobre él a pesar de estar abrazándole pero notó de inmediato que algo me ocurría por lo cual girándose en torno a mí empezó a apartar mis prendas, no lo tome como una ofensa de su parte.. al contrario.

Retiraba mi vestido y las pocas joyas que aun poseía, tirando algunas veces de mi cuerpo en un abrazo para que no terminara por caer. Dejando que me desvistiera aprovechaba a admirar ese cielo nocturno, donde las estrellas parecían caer de una forma inusual aunque eso era lo que por el momento no me tenía preocupada..

– Me haces cosquillas Ed… -retenía la risa, sus manos trataban de no toparse con el tacto de mi piel lo más que podía, tal vez para que no me sintiera incomoda aunque en ese momento a parte de mi extraño comportamiento debió de haberse percatado que la manera tan formal en la que siempre me dirigía a él se desvanecía. Mis ojos no se apartaban de su mirada totalmente seria incluso cuando me aviso donde colocaría mi ropa le respondía afirmando con la cabeza alegremente. Sin moverme del sitio se retiraba para buscar entre sus cosas algo con que cubrirme aunque la verdad no me preocupaba seguía sintiendo demasiado calor debido a la fiebre y quedarme así no me hubiera molestado.

Suspirando profundamente aspiraba el delicioso aroma que desprendían esos peces asados solo que aún no tenía mucho apetito pero no podía negar que esos bocadillos tenían buen aspecto. De improviso el peso de una piel caía sobre mis hombros cubriéndome, desprendía el mismo aroma de Edward que acercándolo a mi rostro aspiraba profundamente. Tomando asiento a mi lado no paraba de mirarme y me percataba de ello…

-¿Qué pasa?.. –sus ojos se iluminaron de repente en un bello tono azul que pasaba al verde, distraída no supe que en ese momento me preguntaba por mi salud yo solo le miraba cada vez más fascinada – vaya.. no estoy mal… tus ojos!!. –Conservando la cazadora me levantaba para sujetarle de los hombros pero por accidente hice que ambos cayéramos dejándolo esta vez debajo de mí.- tus ojos… me gustan.. dime… ¿me veo bonita con esos ojos que posees?

Mi corazón pareció acelerarse, el sonrojo se marcaba demasiado en mis mejillas. Tomando sus manos sentí como me sujeto para que no me hiciera daño.. – Edward.. estas muy frío conmigo.. casi como tu cuerpo… -inmediatamente un cambio repentino en esa inusitada personalidad, las lágrimas parecían querer brotar.. tomaba su mano colocándola sobre mi pecho, los latidos de mi corazón se intensificaron al igual que mi respiración- Mi corazón… casi no lo siento..

Agachándome nuevamente dejaba que nuestros rostros chocaran tocándonos apenas con la punta de la nariz, mi rostro formaba un pequeño puchero entre mis labios.

- No soy una niña.. tengo la edad suficiente de estar con quien quiera!!... te quiero a ti.. te quiero a TI!!

por Edward Dom Abr 03, 2011 3:01 pm

Estaba intentando a que Seiren descansara ya que con esa fiebre no era acomsejable que hiciera esfuerzos por moverse, pero ella no era consciente de lo enferma que estaba, sino todo lo contrario, se sentia demasiado bien para como en verdad estaba. Cuando le habia estado quitando la ropa mojada escuche por primera vez la risa de Seiren, aunque levemente, ya que decia que le habia consquillas, aunque yo pensaba que de verdad sentia esas cosquillas por que su piel estaba demasiado sensible.

Una vez ya sentados juntos al lado del fuego yo de vez en cuando miraba a Seiren durante unos segundos para ver si se encontraba bien, pero ella se dio cuenta de que yo la miraba, lo que no me esperaba que ella hablara, no era de tomarse esas confianzas pero ahora ella era distinta. Pero no me dio tiempo a responder y ya ella se estaba acercando a mi, mirando mis ojos , o mas bien contemplando su belleza. Presionando con algo de fuerza me tiro hacia atras, mirando aun mis ojos con intensidad. Sus mejillas estaban muy sonrosadas, aunque ya no sabia si solo era por la fiebre, de todos modos.. en su piel palida, aquel rosado destacaba aun mas la hermosura de esa mujer egipcia.

Eres.. muy bonita Seiren, debes estar segura de ello.

Pero ella no estaba aun muy conforme con mi actitud, pero.. ella estaba enferma, y no sabia si era consciente de sus actos. No era tonto, ya era todo un hombre y podia sentir que la cercania de Seiren era para tenerme mucho mas cerca de lo que aun estabamos.

Yo si siento tu corazon, lo escucho latir muy deprisa... vamos no estes triste..

La intentaba consolar ya que su personalidad cada vez era mas cambiante, habia pasado de una libertad a la hora de tratarme a sentirte triste. No queria ser desconsiderado con ella, no con ella que se merecia lo mejor. Entre comienzos de llantos su nariz toco la mia, podia sentir la respiracion de su boca y tambien la calidez de su cuerpo. Ella no queria ser tratada como una niña, y esa era un de las razones de su tristeza, queria que la viera como una mujer, una mujer adulta. Y cuando dijo.. que lo queria era a mi.. en ese momento me dejo totalmente sin palabras... sin saber que hacer... me dejo pensado...

Seiren... tu....

En ese momento.. senti una sensacion horrible, una que no estaba muy lejos, algo habia pasado no muy lejos de alli, sentia como se me rompia el alma en ese momento. Senti.. el peligro y la desesperacion reccorer todo mi cuerpo. Senti incluso.. miedo.

Me levante de golpe, y casi no me doy cuenta que iba a tirar a Seiren hacia atras, pero por suerte la cogi antes de tiempo. Pero esa sensacion escalofriante no se iba, no desaparecia... ¿¿Que estaba pasando?? ¿¿Que ocurria??

Cerre mis ojos para ponerme en armonia con todo lo que me rodeaba, por que algo que habia sentido desde el exterior, me estaba haciendo tanto daño en el interior. Y fue entoces.. que en mi mente, pude ver... una mujer de cabellos violaceos... con un gran vestido blanco, y un baculo en la mano..

Athe.. Athena...

Nunca la habia sentido de esa manera, nunca habia tenido pistas de su cosmos como en ese momento. Nunca lo habia sentido, pero sabia que era el cosmos de Athena que no estaba muy lejos, y lo peor.. aun.. es que estaba en peligro, a punto de extinguirse por completo, no tenia tiempo que perder. Pero Seiren estaba enferma...

No me queda otra opcion...

Puse las manos en mi pecho y al separarlas lentamente una luz blanca de cosmos salia en forma de esfera y cuando salio totalmente se transformo en mi fiel mascota Sisifo. Iba a dejarlo ahi, y aunque podia ser un riesgo para mi, por que no podria contar con el en la batalla, no me importaba. Tenia que proteger a Athena y cuidar de Seiren.

Sisifo! Te encomiendo a Seiren, no dejes que se mueva hasta que se encuentre bien. Volvere...

Mire a Seiren una vez mas, pensando en las palabras que iba a decirle antes de que sintiera el cosmos de Athena en peligro. No queria dejarla ahi sola.. pero perder a Athena, podria ser el final para todos. Me di la vuelta y comence a correr en medio de la noche en direccion a Athena, no tenia arco por que se me habia roto en el entrenamiento con Seiren y tampoco tenia a Sisifo, pero no importa, solo por importaba, el futuro de este mundo.

por Seiren Vie Abr 08, 2011 1:46 pm

¿Te quiero a ti?...

Las palabras salían de mi boca por si solas, algo me impulsaba a decírselas, necesitaba hacerlo. Le quería pero por lo que habíamos vivido jamás quise aceptarlo por deshonrar la memoria de mis padres, claramente tenía un conflicto aun sobre la guerra que provocó el romano en mi ciudad.

El paso del tiempo me mostró que todos teníamos derecho a las segundas oportunidades, pero solo si estábamos dispuestos a cambiar los errores del pasado.

No me apartaba de Edward, una parte de mi corazón se declaraba mientras que la otra parte prefería esconderla debido al cariño que ya había nacido hacia él. Por mucho que dijera o hiciera siempre se interpondría entre nosotros lo que sería una enorme distancia. Dos gotas resbalaron de mi pómulo para caer justo sobre su mejilla, le estaba poniendo en una situación difícil después de todo y a pesar de que no le había exigido una respuesta de su parte él trataba de…

Solo pasaron unos segundos para que el silencio se prolongara y ver en su expresión algo que le dolía muy en el fondo, alejaba mi rostro pues sin importar que aún me sintiera mareada no me explicaba su cambio de actitud. Pensando en eso llegué a creer que yo fui la que le provocó ese dolor pero aun cuando me tomó de la cintura se levantó precipitadamente casi haciendo que cayera, consciente de ello me abrazo rápidamente dejando su vista casi perdida.

Ed… -pronuncié su nombre levemente, no sabría si preguntarle o no sobre que le pasaba y fue que para terminar de volver en sí me arrojaran agua fría, al menos esa sensación después de que escuché mencionar el nombre de esa mujer. Recordaba entonces las prioridades del ex general, desde que le volví a encontrarle su “misión” o su… no, no me correspondía pensar así de él además de que era lógico que un hombre como lo era Edward ya tuviera..

La luz que despedía la fogata provocó una sombra desde mi posición, oscureciendo mi mirada y es que la verdad no deseaba que me observara en esos momentos. La presión en mi corazón era constante, sus manos se apartaron para concentrar su cosmos, una energía cálida que ya conocía bastante bien y que el desprendimiento de esa luz convocara un pequeño animal. Ignoraba todo eso, mi garganta parecía apretarse en un nudo y entonces levantándose para retomar su camino solo alcanzaba a escuchar que encomendaba mi cuidado a ese animalito.

Me cubría lo más que podía con la cazadora, poco pasó para que Edward se marchara y por fin escuchar sus pasos a toda velocidad, alejándose cada vez más. Sin timidez alguna la pequeña criatura se acercó colocándose sobre mi regazo, al parecer pudo percibir como me encontraba en esos momentos y eso termino por romper mi corazón completamente.

No culpaba a Edward por marcharse ni mucho menos le culpaba por no responderme, solo que en el fondo no me explicaba. Un pequeño sonido casi como un lamento emitió Sisifo, reaccionando le observe con una media sonrisa. –Perdona… estoy bien solo que…

Sollozaba levemente, tomándolo lo levanté y dejarlo entre mis brazos desahogándome, dándome unas cuantas lamidas en mi mejilla trataba de consolarme. El tiempo que pasé así lo desconocía pero podía ver como nuevamente los rayos del Sol estaban por salir, decidida tomaba mi ropa por temor de que alguien más se acercara y me encontrara de esa manera, el vestido se ciñó a mi cuerpo cubriéndome, al igual que recogía mi cabello en un lazo. Sentándome observaba las pocas pertenencias que poseía. Estaba decidida de hacer una cosa y eso era el marcharme, después de lo que pasó esa noche no me veía con el valor de seguir ahí además que quisiera o no, representaba un obstáculo para ese hombre. Las lágrimas de nuevo parecían querer brotar desde mi interior, respirando profundamente ahogaba ese sentimiento, tenía que decidir por mi cuenta lo que iba a hacer.

por Edward Mar Abr 12, 2011 2:20 pm

Habia salido nuevamente de la montaña para volver a entrar dentro del bosque donde habia dejado a Seiren, por suerte tenia una buen sentido de la orientacion. Intentaba volver con ella lo mas pronto que podia, pero mis heridas me hacian caminar con lentitud, el dolor por ser atacado por la fuerza de un dios era algo que nunca antes habia experimentado, no solo era un dorlo fisico, iba mucho mas lejos, un dolor que te atravesaba todo el alma. Y podria aver dejando que esa otra diosa de cabellos cortos y plateados me curara, pero era demasiado obstinado para aceptar ser curado sabiendo que debia hacerme mas fuerte para no volver a sufrir esas heridas, ahora era importante fortalecerme, pues al fin habia encontrado a mi diosa Athena.

Entre la maleza ya se iba viendo la luz del fuego donde estaba Seiren, me preguntaba como estaria, si su fiebre se habia bajado ya y si Sisifo habria cuidado bien de ella. Quite las ultimas ramas queme impedian la vision y la vi entre sus pertenencias, con Sisifo a su lado siguiendo sus movimientos.

Seiren? Ocurre algo?

Fui con unos pasos torpes hasta caer sentado cerca de ella, necestaba descansar un poco, no tenia ni idea de lo que ella habia estado pensando en ese momento, pero Sisifo se acerco a mi, y con su hozico me comenzo a señalar hacia la egipcia, como si algo no estuviera marchando como el queria.

Se paso tu fiebre?

Ni le explicaba que en ese momento estaba herido, ella estaba de espaldas y no podia ver su rostro, quizas estaba buscando algo entre su ropa y claro, no debia meterme en eso

por Seiren Mar Abr 12, 2011 4:26 pm

Al parecer como siempre debía de seguir sola, no importaba lo que hiciera mantenerme apartada del resto del mundo resultaba ser lo más conveniente no solo para mí, sino también para los demás. Me negaba a hacerlo, no podía pensar en esa posibilidad de tener que marcharme nuevamente y más después de haber sido capaz de controlar todo ese poder.

Apenas sonriendo negaba con la cabeza, el poder era lo último que me importaba, lo que si sabía es que deseaba desaparecer, ser llevada sin preocupaciones por la fuerza del viento. Entonces dejando mi mente en blanco solo pude imaginarme aquella silueta, un hombre entre las sombras cubierto de una magnifica vestimenta de oro: una armadura. Paralizada en ese pensamiento no me percaté de que Sisifo ya no se encontraba a mi lado, mi propia indecisión ocasiono que el romano ya hubiera vuelto de su travesía llamándome levemente, por cómo se escuchaba él se encontraba detrás de mí…

No deseaba girar pues me encontraba llorando, mis puños se cerraban con fuerza mientras temblaba levemente, ¿Por qué lloraba?. Aclarando mi garganta para que no notará mi estado de ánimo le respondía – Estoy bien.. solo qué… -no pude si quiera terminar cuando un fuerte hizo que reaccionara.

Volteaba precipitadamente, la sorpresa se plasmó sobre mi rostro cuando lo vi en ese estado, angustiada me acerqué a él.. –¿Mi fiebre.. te preocupa mi fiebre?. Tan solo mírate! –no sabía si estar enfadada con Edward por preguntar por un posible resfriado o decirme que lo intentara de ayudar. Lentamente mis manos pasaron por su rostro retirando la sangre, no temía a las heridas además de que por muy poco que fuera sabría cómo atenderle, retirando la banda roja de su cabeza notaba la profundidad de esa herida, improvisando cortaba mi vestido para que detuviera la hemorragia. –Acerquémonos hasta el río.. solo no te esfuerces demasiado…

Edward pareció entenderme así que me rodeó con su brazo por encima de mis hombros, se notaba que le costaba caminar pero no estábamos muy lejos. Volvía a caer arrastrándome con él, trató de disculparse pero negaba con la cabeza, apartando su camisa sin mangas le dejaba recostado, tomaba las mismas sabanas que use para colocárselas como una almohada mientras que al entrar al río remojaba un pedazo de tela lvando su cuerpo o al menos retirando la sangre de su piel. Al menos para mí alivio seguía consciente aun así no dejaba de preocuparme.

- General.. tenemos que llevarlo con un doctor.

por Seiren Dom Mayo 01, 2011 7:46 pm

La sangre ya estaba traspasando la venda que le había colocado momentáneamente, aun a la orilla del río le hablaba pero su vista seguía luciendo un poco perdida… no tenía la menor idea de que hacer por lo que rasgando mi vestido mojaba ese trozo de tela y limpiar sus heridas lo mejor que podía aunque solos en ese bosque.. no había mucho que hacer y buscar ayuda no era una opción pues no tenía el valor de dejarlo solo.

Recordé entonces a Sisifo, tal vez él podía ir a buscar a alguien que nos ayudara.. quise retirarme un poco pero Edward tomó con firmeza mi mano, no comprendía lo que estaba haciendo.

- ¿Qué sucede?

Observé su rostro, trataba de decirme algo y no alcanzaba a escucharlo, la presión me mataba y era porque aún no me recuperaba totalmente de ese resfriado.. apoyándome un poco hacia delante apartaba mi cabello y acercar más mi rostro. Edward entrelazó su mano con la mía, las cosas que hice apenas las terminaba recordando…

Del otro lado miraba a Sisifo, como miraba preocupado hacia su dueño pero más cuando terminaba de mirarme a mí, seguramente por la tarea de que le encomendó cuidarme y porque yo aún no me recuperaba del todo. El brazo del general terminó por sujetarme detrás de la espalda, abrazándome para que no me fuera además de que seguía sin entender las palabras que susurraba en mi oído, estaba asustándome.. una parte de mí deseaba zafarse pero por mucho que tratara la fuerza de ese romano me superaba a pesar de sus heridas.

Su respiración parecía disminuir, no podía quedarme sin hacer absolutamente nada, así que desenlazando nuestras manos buscaba a esa criatura que cuido de mí cuando estaba enferma..- Sisifo quedate con Edward.. necesito ir por ayuda...alejándome miraba hacia el bosque, había olvidado el camino que habíamos tomado para llegar al mercado pero con un poco de suerte quizá podía llegar a encontrar a alguien que me ayudase.. que nos ayudara. Salía del río, aun el agua se mantenía sobre mi vestido para adentrarme sin mirar atrás..

por Edward Dom Mayo 08, 2011 6:51 pm

Habia estado en muchas guerras y habia sufrido muchas heridas, pero nunca habia sentido un dolor tan grande como el que sentia en ese momento, era la herida provocada por un dios, aun no sabia como era que seguia vivo despues de aquel devastador golpe y tampoco como habia conseguido llegar solo hasta donde estaba Seiren, una vez a su lado me preocupe por ella, pero al verme la preocupacion fue de ella al ver todas las heridas y sangre que tenia. Queria desplomarme sobre el suelo pero antes de eso ella me cogio y me llevo hacia el riachuelo cercano, alli rompio su ropa para crear una venda improvisada y con el agua limpiar como podia la sangre.

Pero no era suficiente, la sangre seguia brotando y manchando cada vez mas la tela de color carmin, no tenia buena pinta el estado del exgeneral romano. Sisifo que alli estaba mostraba su preocupacion lamiendo mi mano que caia hasta el suelo. Intentaba hablar pero tenia tal presion en el pecho que no me salian las palabras.

Solo queria decirles dos cosas, que no se preocupara por mi, y que no habia tiempo que perder , que teniamos que ir en busca de Athena, que al fin la habia podido encontrar, y que muy posiblemente su vida estuviera en extremo peligro. Pero ella solo pensaba en mi por el momento, y es que era normal.

Decidio irse a buscar ayuda, en ese momento yo ya no era consciente de aquello, estaba mas desmayado de lo que mi rostro queria decir, tenia los ojos abiertos, pero no tenian ese brillo peculiar en el, sino que estaban borrosos.

Paso bastante tiempo mientras que permaneci alli tirado, desangrandome, pero sin llegar a morir, como si una fuerza me estuviera protegiendo del cruel destino de la muerte.

por Seiren Vie Mayo 13, 2011 6:58 pm

Aun sujetándole por el brazo prefería no meterme más, su respuesta había sido clara y entendía que habían secretos que nos sujetaban por mucha confianza que se depositara en otra persona. Le miraba ladeando levemente mi rostro, simulando que veía hacia otra dirección pero solo era para ver la reacción que plasmaba sobre su rostro, entrelazaba mi mano en la suya respondiendo de manera amigable.

Por esta noche.. no estás solo…- le apoyaba de la forma que él lo hizo conmigo hace unos momentos atrás, aun no llegaba la hora de separarnos por lo que evitaba pensar en ello, y tal como lo declaraba, en ese momento estábamos juntos y eso era lo que contaba para mí. Seguía mi camino sujetando con la otra mano que mantenía libre la bolsa con los medicamentos, tratando de recordar cada una de las cosas que me había dicho al principio Aspros y esperando identificar cada una de las plantas para mezclar bien el contenido. Al acercarnos más todo parecía volverse más familiar a mi alrededor, ya podía alcanzar a escuchar el murmullo del agua detrás de unos arbustos. Aliviada por la noticia soltaba la mano por fin del romano para que inmediatamente saltara entre las hojas Sisifo, solo pude saber que había llegado a tiempo.- ¿Edward?. –mencionaba su nombre para que esa misma criatura me llevará, apartaba los arbustos para hacerme paso y encontrarlo justo donde le había dejado, se encontraba terriblemente herido.

Avanzaba justo para arrodillarme a su lado, retirando su camisa y notar las terribles heridas que cruzaban por todo su cuerpo, con calma usando esa prenda me levantaba para humedecerla en el agua y limpiar su cuerpo, mostraba una cara seria pues no necesitaba preocuparlo con gestos innecesarios. La sangre se diluía tenuemente con el río, retirando el exceso y descubriendo la gran cicatriz que ya se estaba formando en su pecho.

General… resista. –la costumbre de llamarlo de esa forma no se apartaba, se notaba que la pérdida de sangre le había llevado a un estado de inconsciencia y era el momento entonces para aprovechar y aplicar aquellas hierbas. Después de asegurarme de limpiar su cuerpo totalmente pase a triturar las hierbas sobre unas pequeñas rocas, hasta que estas se convirtieran en una especie de pasta, solo tomando la cantidad que creía exacta ya que después tenía que seguir con el tratamiento, lentamente untaba con mis dedos aquella mezcla en las heridas frescas de Edward…- Todo estará bien por la mañana. –tenía la necesidad de hablarle a pesar de que se conservara inconsciente, solo de esa manera sentía que podía atraerle a mi lado, levantaba la vista al terminar de aplicar esa sustancia, tomando de su misma mochila las vendas para cubrirle, me mantenía alerta hasta que pude darme cuenta sobre un movimiento por parte de Sisifo y es que no dejaba de observar a Aspros con intriga…- Es un amigo.. sin él no hubiera obtenido tales medicamentos. –mencionaba de manera tranquila mientras peinaba los cabellos de Edward, alejándome del río para salir al encuentro del romano que me acompaño de vuelta- ¿Aún tienes que volver con ese hombre?.

por Aspros Vie Mayo 13, 2011 7:25 pm

Y finalmente Aspros y Seiren habían llegado a su destino: un bonito claro que se diferenciaba de todos los demás debido a la presencia de una corriente de agua al fondo junto a una cascada cercada por varias piedras planas, mientras que la hierba de color verde actuaba cual alfombra para ahogar cualquier sonido de pisadas, era un lugar…peculiar. Una vez que la egipcia tuvo en su rango de visión a su compañero caído, se separó con premura del ex-senador para ponerse a aplicar las medicinas cuanto antes, justo lo que el peliazul le había sugerido hacer un rato atrás mientras le explicaba la forma en que debía usarlas. Durante todo el proceso, el geminiano se mantuvo apartado y con los brazos cruzados, observando todos y cada uno de los detalles que se sucedían al tiempo que la pelinegra se ocupaba de limpiar y vendar las heridas del otro…un sujeto que curiosamente, se le hizo familiar…y como no? Era uno de los tantos celebrados generales de Roma que en los últimos tiempos había desaparecido, considerados como “perdidos en acción” o al menos, eso contaban los rumores. Con su expresión impasible y la espalda apoyada en un fuerte roble del cual caían unas que otras hojas, el gemelo de Cambre observó como la muchacha terminaba su trabajo para dirigirse a él y preguntar algo que ya casi, casi había olvidado.

Tranquila, Arael podrá esperar…después de todo, para cuando regrese seguro se habrá ido a dormir. respondió Aspros con calma, cerrando los ojos y haciendo notar que la situación le parecía bastante seria. Por cierto…recuerdas el ofrecimiento que te hice hace unas horas? Ya habrás notado que…no lo podrás tener aquí. A la intemperie es bastante probable que se infecten las heridas, esas medicinas son potentes pero no hacen milagros…pero supongo que esto ya viene a ser tu decisión, aquí solo soy el facilitador. recordó el Santo de Géminis, mirando directa y fijamente a los ojos a la egipcia…si recordaba sus palabras, sabría perfectamente a que se refería y lo que ello implicaba.

por Edward Vie Mayo 13, 2011 7:42 pm

El tiempo seguia pasando, pero para Edward era algo efimero ya que en su estado de insconciencia no sentia fluir el paso del tiempo. En su mente solo estaba aquel combate que se decicio en el momento en que el romano se interpuso entre la esfera de muerte y la reencarnacion de la diosa Athena. Habia estado meses, desde que salio de Egipto, buscandola incansablemente, una vez que entendio que estaba destinado para luchar para la diosa de la sabiduria su mision se puso en marcha.

Dia tras dia fue en busca de alguna pista que le acercara a su objetivo, y muchas personas habian pasado a su lado. Primero se trato de su compañero de armas en la legion, su amigo Strife, del que se separo en Grecia y del que no habia vuelto a saber nada. Mas tarde.. una de las princesas egicias, Jezzara... a ella fue la primero que le enseño el manejo del cosmos pero tambien se acabo marchando a buscar su destino, y por ultimo Seiren, aquella prisionara de guerra, egipcia, que actualmente era su compañera de viaje. Y no olvidar a Sisifo, esa extraña criatura que habia decidido seguir a Edward. El era quien ahora protegia el cuerpo del ex general hasta que la ayuda llegase.

Edward no se habia detenido nunca, habria descansado lo minimo, y todo por encontrar a su diosa. Y se ahora habia tenido que pararse era por que habia recibido la herida mas grave de su vida, solo un dios habia podido parar la determinacion de Edward.

Y al fin la ayuda llegaba, en el momento justo, antes de que la vida del veterano guerrero se perdiera. Mas el no sabia nada de lo que pasaba, pero en el exterior Seiren habia llegado y comenzado a practicar curas sobre el pecho de Edward, una gran herida estaba abierta y dejaria una gran cicatriz sobre el pecho. Junto a el habia otra persona, que tampoco Edward podia notar.

Aun quedaba para que Edward despertara de su sueño, pues las curas acababan de ser aplicadas, pero el general tenia una extraña regeneracion de heridas, que era algo mas rapido de las de un humano normal, quizas producto tambien de su poder, asi que en poco tiempo podria estar listo para ir en busca de Athena.

por Seiren Vie Mayo 13, 2011 8:10 pm

Acercándome a lado de Aspros le miraba preocupada, de nuevo la oferta se presentaba para partir a Rodorio, la razón que tenían sus palabras no las podía negar pues no podía mantener a Edward en el bosque esperando a que se recuperara y mucho menos volver a Roma debido a la situación que se presentaba, era una egipcia y no era bien visto que alguien como yo se paseara por tales territorios. La responsabilidad una vez más recaía en mí para poder hacer lo correcto…

Pero… - era normal que dudara, ¿qué tal si Edward se molestara que lo alejara de su camino?, una vez más volteaba para observar la gravedad de sus heridas, aquella criatura no se separaba de su lado cuidándole. Llevaba mi mano contra mis labios agachando la mirada, respiraba intranquila pero era más peligroso permanecer en Roma, automáticamente los ciudadanos creerían que yo fui la que daño al ex general, ¿motivos?.. existía que pensaran que tomaba venganza sobre el conflicto que existía entre la nación egipcia y romana, negué con la cabeza para quedarme pero ¿Cómo volver?.- Ven conmigo... –alzó sus manos para entrelazar las de Aspros, no sabía cómo llegar a Rodorio y no tenía los recursos para realizar dicho viaje, además se aseguraría de que el peliazul no volviera junto a Arael por el momento. Sí.. se llevaría a Edward al menos hasta que sus heridas sanasen por completo.

por Aspros Vie Mayo 13, 2011 8:46 pm

Seiren tan solo se quedó pensativa, por lo visto analizando los pros y los contras de aceptar la oferta del Santo de Géminis, quien la observaba con calma hasta el mismo instante en que finalmente accedió a dar el paso de su vida. Sonriendo, el geminiano dio unos pasos hacia delante mientras posaba una de sus manos sobre su cintura y volteaba la mirada para fijarla de nuevo en la de su interlocutora…y lo que reflejaban los ojos del peliazul no era ni más ni menos que el brillo de una despedida cercana. Levantando la mano libre y cerrando el puño con fuerza, Aspros concentró una gran parte de su cosmos para dirigirse con un tono admirado a la egipcia.

Entonces aquí nos separamos, Seiren. dijo el gemelo de Cambre mientras su puño adquiría un tono dorado inconfundible. Recuerdas la otra conversación que tuvimos? Esa de que existían Doce Santos Guardianes, cada uno con sus habilidades especiales únicas?...pues verás, la mía es algo con lo que el “viaje” será tan solo un camino de dos pasos. Seiren, toma al ex-general y sujétate a él con fuerza, no permitas que se separe de ti ni un solo instante…y más importante aún, confía en ti misma, lo que se viene para tu futuro será un camino arduo, pero brillante. en ese instante, Géminis dio una pequeña pausa para esperar a que su interlocutora hiciera lo que le indicaba y así poder evitar cualquier riesgo de que se perdiera en los albores de la distorsión espacio temporal que estaba por abrir. Y te debo una disculpa. Si antes no utilicé esta capacidad era para evitar atraer a invitados no deseados, pero ya que ustedes se retiran, no habrá ningún problema si se aparecen…ahora sí, adiós Seiren…nos veremos pronto. finalizó Aspros mientras daba un golpe reverso con sus nudillos para reventar la fábrica del espacio tiempo a su alrededor como si esta fuera el más delicado y débil cristal; el panorama que ahora podría observar la pelinegra sería una extensión infinita de negrura rodeada de finas líneas de cambiante color y a la distancia planetas, estrellas y soles…sin embargo, aquello durarían solo segundos y en poco tiempo, ambos aterrizarían a salvo en la plaza principal de Villa Rodorio. La misión del peliazul podía darse por concluida.

por Seiren Sáb Mayo 14, 2011 11:15 am

Sostenía su mano para retenerlo, aparte de que necesitaba ayuda pues no podía encargarme sola en las condiciones en las que se encontraba Edward, no conocía a nadie.. absolutamente nadie en Rodorio que me pudiera ayudar. Mi opción era regresar a Egipto pero como siempre solo acabe por ser una desterrada más, además de que lo más seguro es que buscaran al ex general para cobrar su vida.

Era normal que tuviera miedo y antes de que me retractara de mi propia decisión Aspros se separó indicándome que hasta ahí nuestros caminos se habían cruzado, colapsada giré mi cuerpo para ver a Edward y esa criatura juntos, si me tardaba más resultaría fatal y no deseaba perderlo, necesitaba de mí, tal como yo lo necesité en varias ocasiones atrás. Apenas escuchaba las palabras del romano que trataba de explicarme aquella situación, no pude evitar voltear y observar el destello dorado de su mano… dejando que ese portal se abriera ante nosotros. Sorprendida miraba sin decir nada, una media sonrisa se cruzaba sobre la curvatura de mis labios tratando de disculparse al no usar esa habilidad conmigo, yo solo negaba con la cabeza hasta que sin resistirlo, como una niña indefensa me lanzaba a sus brazos para rodearlo contra mí en un mero impulso, estaba tan agradecida por lo que hizo por ambos que…

Estoy segura que nos volveremos a ver… gracias.. gracias… rezaré cada día para que los dioses te protejan.. - mi cuerpo temblaba sin desear separarme pero debía hacerlo, el tiempo apremiaba demasiado y tenía que irme ya, llevé mis labios hasta la altura de su oído para murmurar una última cosa.- cuando nos volvamos a ver.. todo será diferente... –quizá no tenía mucho significado pero la seguridad que emitía mi voz hacía que hablaba en serio. Deslizando mis brazos caminaba hacia Edward, no fui capaz de enfrentar la mirada de Aspros, sentía que si lo hacía entonces me desmoronaría, sujetaba con fuerza su cuerpo para que se levantara.. el cuerpo del ex general apenas si respondía, las cosas que habíamos empacado ni si quiera pude llevarlas conmigo.. pensé entonces en Sisifo que quizá podría arrastrar aquella mochila. Estaba equivocada, era demasiado pequeño para semejante tarea, rodeada por su brazo lo levantaba como podía.. gritaba el nombre de esa criatura para que nos siguiera.

El portal se abría ante nosotros, prefería cerrar los ojos y avanzar solo hacia adelante, de ellos unas lágrimas cayeron sin que nadie se diera cuenta, el animal nos acompañó sin separarse.. ahora Aspros podía continuar su camino y yo a encontrarme con mi destino

Off: Manipulación permitida por Edward

por Aspros Sáb Mayo 14, 2011 2:10 pm

Y manteniendo su particular sonrisa mientras Seiren desaparecía por el portal y sintiendo un calor de satisfacción en su corazón después de haber recibido semejante muestra de aprecio, el Santo de Géminis tan solo resopló y mantuvo su sonrisa por unos cuantos segundos más, dejando que la brisa de la noche revolviera sus cabellos al tiempo que incontables hojas se desprendían de las ramas de los árboles y caían por encima de él como una lluvia de otoño. Aspros había cumplido su misión a cabalidad y de paso, había conseguido a una persona que con su sinceridad y sentimientos se había ganado un puesto en su corazón…un evento que no solía darse con demasiada facilidad.

Buena suerte, Seiren. murmuró con calma, dándole la espalda al punto por donde había desaparecido su compañera mientras cargaba al ex-general romano e iniciando el avance por el camino del bosque, desapareciendo del claro por donde corría aquella cascada para dirigirse a Roma nuevamente…después de todo, tenía una deuda que saldar con el viejo y traicionero anciano conocido como Arael, aunque aquello no le llevaría demasiado tiempo. Solo era cuestión de usar de nuevo su Otra Dimensión y emplazar a su peculiar contacto en un lugar donde le fuera útil en un futuro…las habilidades como Santo de Athena eran por demás, muy explotables en aquellas situaciones. Pisando con fuerza y decisión, el gemelo de Cambre conocido como Aspros desapareció en medio de la inmensidad del bosque en dirección a Roma, con la intención de saldar la cuenta pendiente y de paso, ver si había algún otro candidato del cosmos que necesitara su guía para avanzar y poder descubrir su destino…con tantas presencias fuertes en aquel emplazamiento, encontrar a alguien más no sería difícil o al menos así lo veía el peliazul…esa era su perspectiva.

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