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Las calles del mercado
Recuerdo del primer mensaje :
Cubría mi rostro con la capucha para disimular un poco la mascara, simplemente no me acostumbraba a no usarla, tan solo en privado o frente a algunas personas no la utilizaba. Pero bueno tampoco era la idea llamar la atención, así que nada que unos harapos no hicieran pasar desapercibido.
-Tsk…hmhmhm – Contenía la risa, ya que la mascara haría ecos un poco extraños. Pero ver la reacción de la gente a nuestro alrededor cada vez que el estomago de Enya rugía de hambre era en verdad gracioso. Aunque mejor eran esas caras que ponía de ruego por llegar a las tiendas del mercado.
No fue mucho lo que habíamos caminado cuando comenzamos a ver algunos de los puestos ambulantes en el horizonte. Pero el calor y el sol hacían el camino mas extenuante, nos habíamos alejado un poco de la brisa que traía el río. Cada vez había más puestos, más grandes, con más variedades. Por instantes me detenía observando lo que exponían en alguno que otro pero suponía que el hambre de mi amiga ya la estaría hostigando mucho. – ¿Viste algo que le apetezca al ruidoso?- inquirí volteándome, pero me encontré hablando a la nada ya que Enya no estaba allí. Dirigí mi mirada unos metros mas adelante encontrando a mi compañera ya en un puesto. –Haha que impaciente.- musité mientras me acercaba a ella a ver que había encontrado.
-Tsk…hmhmhm – Contenía la risa, ya que la mascara haría ecos un poco extraños. Pero ver la reacción de la gente a nuestro alrededor cada vez que el estomago de Enya rugía de hambre era en verdad gracioso. Aunque mejor eran esas caras que ponía de ruego por llegar a las tiendas del mercado.
No fue mucho lo que habíamos caminado cuando comenzamos a ver algunos de los puestos ambulantes en el horizonte. Pero el calor y el sol hacían el camino mas extenuante, nos habíamos alejado un poco de la brisa que traía el río. Cada vez había más puestos, más grandes, con más variedades. Por instantes me detenía observando lo que exponían en alguno que otro pero suponía que el hambre de mi amiga ya la estaría hostigando mucho. – ¿Viste algo que le apetezca al ruidoso?- inquirí volteándome, pero me encontré hablando a la nada ya que Enya no estaba allí. Dirigí mi mirada unos metros mas adelante encontrando a mi compañera ya en un puesto. –Haha que impaciente.- musité mientras me acercaba a ella a ver que había encontrado.
Luna- Cantidad de envíos : 8
Re: Las calles del mercado
-Hmm buen punto…- murmuré por lo bajo al escuchar lo que tenía en mente mi amiga. Al parecer, bastó con que recordáramos para qué estábamos allí como, ya que los ojos de Enya se cerraban concentrándose. De pronto los jóvenes con los que nos habíamos topado perdieron toda importancia. Mis ojos se abrieron como platos al sentir como se desplazaba por aquellas calles una esencia tan calida y tranquilizadora.
-¡Eny!- exclamé girando el rostro hacia mi compañera. Y claro estaba ella también se había percatado. ¡Tiene que serlo! Pensé entusiasmada, mientras entre el asombro se asomaba una leve sonrisa. Los labios de Enya se movieron con lentitud expresando la tan esperada confirmación. La pureza de ese cosmos solo podía significar una cosa…Athena.
-¡Al fin!- musité ilusionada, y comencé a intentar abrirme paso entre la gente siguiendo la cabellera rosada de mi compañera. Pero de repente un escalofrío recorrió mi espalda, y me sentí como si una oscuridad me envolviera y me sofocara. Con apuro alcancé a Enya que se había detenido frustrada, entre tanta gente era difícil distinguir a una sola. La observé con algo de inquietud en mis ojos. –Están muy cerca…y no esta sola…ese frío… ¿crees que? – no terminé la pregunta ya que se me habían ahogado las palabras pero supuse que comprendería a lo que me refería.
-¡Eny!- exclamé girando el rostro hacia mi compañera. Y claro estaba ella también se había percatado. ¡Tiene que serlo! Pensé entusiasmada, mientras entre el asombro se asomaba una leve sonrisa. Los labios de Enya se movieron con lentitud expresando la tan esperada confirmación. La pureza de ese cosmos solo podía significar una cosa…Athena.
-¡Al fin!- musité ilusionada, y comencé a intentar abrirme paso entre la gente siguiendo la cabellera rosada de mi compañera. Pero de repente un escalofrío recorrió mi espalda, y me sentí como si una oscuridad me envolviera y me sofocara. Con apuro alcancé a Enya que se había detenido frustrada, entre tanta gente era difícil distinguir a una sola. La observé con algo de inquietud en mis ojos. –Están muy cerca…y no esta sola…ese frío… ¿crees que? – no terminé la pregunta ya que se me habían ahogado las palabras pero supuse que comprendería a lo que me refería.
Luna- Cantidad de envíos : 8
Re: Las calles del mercado
Habia echo llorar a un joven con mi melodia, no sabia porque, pero esas lagriamas me habian partido el corazon, mientras lloraba acerque su cabeza a mi hombro para que tuviera un lugar donde apoyarse, la calidez de sus lagrimas se sintieron cuando unas cuantsa de elas fueron cayendo en mi ropaje, unos hilitos de brillantes se veian, pero poco a poco ella se alejaba, pero ahora con una sonrisa, y me hablaba ya distinto, su mirada era ahora mas gentil y me miraba directamente, y me decia, si me alejaria ya, pero no, no podia hacerlo despues de eso, creia que tenia a responsabilidad de quedarme por mas tiempo, ademas de que ella, tambien buscaba lo mismo que yo, un trabajo, y como dijera el dicho "el que a buen arbol se arrima, buena sombra le cobija". y eso fue lo que hice, ahora estaba a lado de aleesa, una hermosa joven, que sin duda conocia mas el lugar que yo.
Como permuta?, no, creoque en estos pequeños momentos que hemos pasado aqui, creo que al fin conozco tu interior, parecieras ser una chica mala, pero tienes sentimientos hermosos, y con eso quiero decir, sin tratar de moestarte claro, que me puedo quedar contigo todo el tiemp que desees.
Eso habia salido de mis labios, pero que diria ella, tal vez me tomaria como una carga, que rapidamente se desharia de mi, pero solo era cuestion de dejar los terminos alclarados.
Claro, siempre y cuando desees realmente estar conmigo, el momento que decidas que soy una carga para ti, solo dimelo, ¿esta bien?, asi sabre el momento el cual alejarme,.- dije con una pequeña mueca de sonrisa. Ah y por cierto, quisiera que me ayudases con mi trabajo, se que es mucha molestia, pero no conozco a nadie por aqui y solamente tu ,eres la unica persona que conozco, y la verdad, creo que podriamos ser muy bueno amigos, tu que dices....
Como permuta?, no, creoque en estos pequeños momentos que hemos pasado aqui, creo que al fin conozco tu interior, parecieras ser una chica mala, pero tienes sentimientos hermosos, y con eso quiero decir, sin tratar de moestarte claro, que me puedo quedar contigo todo el tiemp que desees.
Eso habia salido de mis labios, pero que diria ella, tal vez me tomaria como una carga, que rapidamente se desharia de mi, pero solo era cuestion de dejar los terminos alclarados.
Claro, siempre y cuando desees realmente estar conmigo, el momento que decidas que soy una carga para ti, solo dimelo, ¿esta bien?, asi sabre el momento el cual alejarme,.- dije con una pequeña mueca de sonrisa. Ah y por cierto, quisiera que me ayudases con mi trabajo, se que es mucha molestia, pero no conozco a nadie por aqui y solamente tu ,eres la unica persona que conozco, y la verdad, creo que podriamos ser muy bueno amigos, tu que dices....
Jabranth- Status : MUERTO
Ataques :
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Azrael, marioneta sonora
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Re: Las calles del mercado
Lentamente Alessa se tranquilizaba entre el acobijo de aquel hombre, sonriendo y alejándose para observar su lampiña piel, limpiando sus lagrimas tan solo escuchaba con acalle toda palabra, y como instintiva respuesta sonreía con gran anhelación, culmino aquel con varias oraciones de superación, de lo cual tan solo Alessa despeina sus cabellos, para así separar sus labios y contestar toda duda que tenia aquel hombre amable.
-No sea tan confiado querido… pues aunque allá mostrado que soy un humano con sentimientos lindos, no significa que la mayora de tiempo lo sea, pues en mi ser guardo oscuros secretos como todo mortal, así que le recomiendo que no sean tan ingenuo o si no a futuro flaqueara atrozmente…
Suspiro un rato y dejo el parloteo pues la brisa tomaba su turno para hablar, diálogos en una lengua romance que tan solo generaba escalofríos placenteros, pues aquellos poemas golpeaban por doquier aquellos cuerpos inertes, y explayaba ten hermosas sensaciones, retomando la palabra Alessa se expresaba:
-Espero no mal intérprete la desesperación de tener compañía, pues siempre ser dos en una vida es armonioso para combatir con la desdicha, de cansarme de usted lo dudo… pues levemente me recuerda a alguien que perdí…
Guardó silencio y agacho su rostro pues sus orbes querían humectarse una tercera vez con aguas saladas, apretando el puño entre sus vestiduras y arrugando estas, tan solo asía aquella acción para apaciguar tal desdicha, toma aire y continúa hablando:
-Levemente conozco estas calles, pero busquemos trabajo juntos ¿le parece bien?… y otra cosa claro me encantaría ser su amiga pero… por qué no… nos tratamos como familia, pues es más confortable en las almas solitarias…
Se levanto Alessa de repente y subió la pierna derecha en la banca, mientas recargaba su brazo izquierdo entre la rodilla de esta, fijando su mirada en el firmamento crepuscular, esboza un hermoso gesto entre su faz para tan solo decir:
-Ahora bien no sé a dónde podemos dirigirnos para buscar trabajo… jeje
-No sea tan confiado querido… pues aunque allá mostrado que soy un humano con sentimientos lindos, no significa que la mayora de tiempo lo sea, pues en mi ser guardo oscuros secretos como todo mortal, así que le recomiendo que no sean tan ingenuo o si no a futuro flaqueara atrozmente…
Suspiro un rato y dejo el parloteo pues la brisa tomaba su turno para hablar, diálogos en una lengua romance que tan solo generaba escalofríos placenteros, pues aquellos poemas golpeaban por doquier aquellos cuerpos inertes, y explayaba ten hermosas sensaciones, retomando la palabra Alessa se expresaba:
-Espero no mal intérprete la desesperación de tener compañía, pues siempre ser dos en una vida es armonioso para combatir con la desdicha, de cansarme de usted lo dudo… pues levemente me recuerda a alguien que perdí…
Guardó silencio y agacho su rostro pues sus orbes querían humectarse una tercera vez con aguas saladas, apretando el puño entre sus vestiduras y arrugando estas, tan solo asía aquella acción para apaciguar tal desdicha, toma aire y continúa hablando:
-Levemente conozco estas calles, pero busquemos trabajo juntos ¿le parece bien?… y otra cosa claro me encantaría ser su amiga pero… por qué no… nos tratamos como familia, pues es más confortable en las almas solitarias…
Se levanto Alessa de repente y subió la pierna derecha en la banca, mientas recargaba su brazo izquierdo entre la rodilla de esta, fijando su mirada en el firmamento crepuscular, esboza un hermoso gesto entre su faz para tan solo decir:
-Ahora bien no sé a dónde podemos dirigirnos para buscar trabajo… jeje
Alessa0- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
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AD - Fatum vientos (3400)
AM - Cors Gelidus (3600)
AM - Tempus Lugubris (3700)
AF - Captiare anima (3900)
AF - Symphonia Mortuus (4000)
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DE - Vipera Electrum
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Re: Las calles del mercado
Que bueno que me lo adviertes, alessa, creo que soy muy malo en eso, en tratar de ser bueno y entregar asi mi cariño, lo siento.- dije mientras la veia, pero de repente aleje mi mirada hacia el horizoante, donde los mercaderes vendian sus mercancias, parecia que todo ahi era ruido, vendiendo comprando, todo in duda alguna era un ganga, pero cuando la miraba a ella, todo quedaba callado.
Por lo de ser familia me parece bien, aunque, en realidad no se que parentesco podriamos tener, ahi muchas posibilidades para serlo, te pareceria bien poder ser hermanos?. callé, mis ultimas palabras rondaban en el aire, como si fuera un eco, ella, podria ser de ahora en adelante mi hermana, a decir verdad aun no estaba acostumbrado, en mi natal tiera no habia tenido hermanos de sangre, lo unico que fueron mis hermanos de armas, pero ahora, tendria a alguien mas cercano, aquella joven, me parecia bien, asi como dijo ella no estariamos solos.
Por lo del trabajo, pues no sabria decirte con exactitud, pero creo que estamos alrededor de todo el trabajo posible, algunos de los comerciantes o jefes de familia pueden bajar aqui, y podremos darle nuestras labores, yo podria ser su instrumentista, y tu, mmm no se, pero algo podriamos sacer de provecho en esto...
Y de nueva cuenta mi mirada se perdio entre la multitud, y poco a poco se perdia entre las densas montañas, y lo que mas me impactaba era una gran construccion, parecia un gran domo, poco a poco se distingia entre las demas contrucciones, pequeños ventanales, y con estatutuillas por doquier.
Y dime eso que esta en el centro de todo esto que es... dije y apunte al domo....
Por lo de ser familia me parece bien, aunque, en realidad no se que parentesco podriamos tener, ahi muchas posibilidades para serlo, te pareceria bien poder ser hermanos?. callé, mis ultimas palabras rondaban en el aire, como si fuera un eco, ella, podria ser de ahora en adelante mi hermana, a decir verdad aun no estaba acostumbrado, en mi natal tiera no habia tenido hermanos de sangre, lo unico que fueron mis hermanos de armas, pero ahora, tendria a alguien mas cercano, aquella joven, me parecia bien, asi como dijo ella no estariamos solos.
Por lo del trabajo, pues no sabria decirte con exactitud, pero creo que estamos alrededor de todo el trabajo posible, algunos de los comerciantes o jefes de familia pueden bajar aqui, y podremos darle nuestras labores, yo podria ser su instrumentista, y tu, mmm no se, pero algo podriamos sacer de provecho en esto...
Y de nueva cuenta mi mirada se perdio entre la multitud, y poco a poco se perdia entre las densas montañas, y lo que mas me impactaba era una gran construccion, parecia un gran domo, poco a poco se distingia entre las demas contrucciones, pequeños ventanales, y con estatutuillas por doquier.
Y dime eso que esta en el centro de todo esto que es... dije y apunte al domo....
Jabranth- Status : MUERTO
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Azrael, marioneta sonora
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Re: Las calles del mercado
La dama escuchaba y no podía aguantar, pues cada palabra reflejaba, leve inocencia como estupidez… pero de la buena… así que Alessa se soltaba a carcajeadas mientras aquel se expresaba, culminando tan solo restaba decir:
-Está bien seremos hermanos jajajaja… sois un idiota divertido, dichosa suerte la que me cargo este día jajajja…
Rápidamente aquella amarga damisela agarraba confianza ante el extraño caballero, de tierras gélidas y barbarás donde la educación escaseaba y la sangré se desperdigaba, golpeando su cabeza con la diestra y sin mucha fuerza, haciendo que este se encorvara levemente, la mujer entre espasmo de risa decía con temple:
-Jajaja tan a la vista se refleja mi inutilidad como mujer… por los dioses eso sí que es cruel, jajaj, aunque no me guste trabajar ya que adoro dormir, se como valerme de los quehacer hogareños y ademes se conocimientos de tratado de espadas y todo objeto de filo… jaja… pero no creo que un noble señorío me contrate por eso… pero veamos… debe de haber en esto momentos personas de la realiza divagando entre la plebe romana.
Guardando silencio pues aquel se distraía con el trotar de la gentuza de aquel mercado, fijando su mirada en el horizonte para ser después distraída hacia el gran edificio que sobresalía, Jabranth cuestionaba como niño pequeño a Alessa por lo que sería se pone fija su mirada en aquel edificio y dice:
-¿Aquel lujo de nuestras tierra? es tan solo el coliseo romano donde las fiestas se derrochan con gran libertinaje… tan épica esa construcciones… tan invencibles como los mismos dioses… pero tan solitarias como nosotros… solo una enorme piedra que tapa el sol con descaro…
-Está bien seremos hermanos jajajaja… sois un idiota divertido, dichosa suerte la que me cargo este día jajajja…
Rápidamente aquella amarga damisela agarraba confianza ante el extraño caballero, de tierras gélidas y barbarás donde la educación escaseaba y la sangré se desperdigaba, golpeando su cabeza con la diestra y sin mucha fuerza, haciendo que este se encorvara levemente, la mujer entre espasmo de risa decía con temple:
-Jajaja tan a la vista se refleja mi inutilidad como mujer… por los dioses eso sí que es cruel, jajaj, aunque no me guste trabajar ya que adoro dormir, se como valerme de los quehacer hogareños y ademes se conocimientos de tratado de espadas y todo objeto de filo… jaja… pero no creo que un noble señorío me contrate por eso… pero veamos… debe de haber en esto momentos personas de la realiza divagando entre la plebe romana.
Guardando silencio pues aquel se distraía con el trotar de la gentuza de aquel mercado, fijando su mirada en el horizonte para ser después distraída hacia el gran edificio que sobresalía, Jabranth cuestionaba como niño pequeño a Alessa por lo que sería se pone fija su mirada en aquel edificio y dice:
-¿Aquel lujo de nuestras tierra? es tan solo el coliseo romano donde las fiestas se derrochan con gran libertinaje… tan épica esa construcciones… tan invencibles como los mismos dioses… pero tan solitarias como nosotros… solo una enorme piedra que tapa el sol con descaro…
Alessa0- Dama del Pecado
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DE - Vipera Electrum
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Re: Las calles del mercado
Asi que ese es el coliseo, parece ser una pieza interesante.- pense, pero al oir las demas palabras provenientes de alessa, fue algo distinto, segun solo era una pieza sin sentido, un monticulo de rocas, por su forma de decirlo parecia tener un aire medio brutal, pero en fin solo pude atinar a decir.
Puede que sea divertido poder estar ahi.- dije mientras obseraba cercano ahi una fuente, de aguas cristalinas, poco a poco me levante, viendo como alessa tenia un pequeño cuchillo entre sus ropajes, y pense que era hora de cortarme el pello y la barba que me habia crecido despues de tantos meses de viaje.
¿Podrias prestarme tu navaja alessa,?dije mientras puse mi mano enfrente de las de ellas, esperando el artefacto, ella con un pequeño movimiento se lo quito y paso a darmelo, lentamente como dudando, hasta que al fin la deposito en mis manos, y solo la estruje en mis manos.- ¿me esperarias unos minutos aqui, es que necesito ir a rasurarme en esa fuente.- mientras me dirigia a la fuente de aguas cristalinas, en unos cuantos pasos ya esta ahi, tome un poco de agua con una pequeña jicara que habia ahi, y comenze poco a poco, primero a cortarme mi barba larga, casi hasta llegar a piel de mi cara, todo empezaba a caer por ahi, creando un pequeño monticulo de cabellos grises, y poco a poco, metia la navaja al agua, y lo llevaba la piel de mi cara, comenzando a rasurar despacio mi cara y poco a poco fue cayendo mi barba y bigote, queria tambien quitarme un poco de cabello, pero seria un poco dificil, le pediria el favor a mi nueva hermana, pero despues cuando ya tuvieramos trabajo, por ahora asi me lo dejaria.
Terminando la faena, rejunte mi barba, limpie la navaja, tire la barba a un lugar cercano ahi, donde estaba casi toda la basura, me fui acercando a aleesa, y enseguida le entregue la navaja, e intente preguntar....
Que tal como me ves ahora, dije y espere unos segundos.- bien que te parece si me llevas por las calles que mas conozcas para irlas conociendo de poco en poco....
Puede que sea divertido poder estar ahi.- dije mientras obseraba cercano ahi una fuente, de aguas cristalinas, poco a poco me levante, viendo como alessa tenia un pequeño cuchillo entre sus ropajes, y pense que era hora de cortarme el pello y la barba que me habia crecido despues de tantos meses de viaje.
¿Podrias prestarme tu navaja alessa,?dije mientras puse mi mano enfrente de las de ellas, esperando el artefacto, ella con un pequeño movimiento se lo quito y paso a darmelo, lentamente como dudando, hasta que al fin la deposito en mis manos, y solo la estruje en mis manos.- ¿me esperarias unos minutos aqui, es que necesito ir a rasurarme en esa fuente.- mientras me dirigia a la fuente de aguas cristalinas, en unos cuantos pasos ya esta ahi, tome un poco de agua con una pequeña jicara que habia ahi, y comenze poco a poco, primero a cortarme mi barba larga, casi hasta llegar a piel de mi cara, todo empezaba a caer por ahi, creando un pequeño monticulo de cabellos grises, y poco a poco, metia la navaja al agua, y lo llevaba la piel de mi cara, comenzando a rasurar despacio mi cara y poco a poco fue cayendo mi barba y bigote, queria tambien quitarme un poco de cabello, pero seria un poco dificil, le pediria el favor a mi nueva hermana, pero despues cuando ya tuvieramos trabajo, por ahora asi me lo dejaria.
Terminando la faena, rejunte mi barba, limpie la navaja, tire la barba a un lugar cercano ahi, donde estaba casi toda la basura, me fui acercando a aleesa, y enseguida le entregue la navaja, e intente preguntar....
Que tal como me ves ahora, dije y espere unos segundos.- bien que te parece si me llevas por las calles que mas conozcas para irlas conociendo de poco en poco....
Jabranth- Status : MUERTO
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Azrael, marioneta sonora
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Re: Las calles del mercado
Y aquel lampiño, escuchaba la bizarra expresión de Alessa hacia lo que sería el gran coliseo romano, contestando sin inteligencia Jabranth, aquella se carcajea una vez más y refuta levemente:
-¿Divertido?… Jajaja sí que es algo imprescindible en cuestión de dar una respuesta a todo tema Jabranth… pero es su toque de vago que… le vamos a hacer… jajaja
Guardo silencio Alessa, pues aquel amigo nuevo se acercaba con gran confianza hacia ella… pidiendo con cortesía la navaja de la damisela, de lo cual levemente ella dudo pero sin remedio se la entrego, mirando como aquel se dirigía con prontitud hacia la pequeña fuentecilla que yacía en medio de la diagonal… Alessa tan solo miraba indiferentemente cada acto, por lo que se cruzaba de piernas y brazos esperando el resultado de aquellos ademanes ridículos de aquel hombre…
Nuevamente se acercaba Jabranth… pero esta vez con nuevo porte, algo mas decenté, sonriendo le preguntaba a Alessa el cómo se veía… por lo que tan solo resto contestar dicha mujer a la cuestión estúpida…
-Feo como siempre… jajaja no se crea Jabranth… se ve decenté… no que antes pareciese un vago al cien por ciento jaja y yo me quedaba atrás con mis harapientas y sucias prendas… ahora podemos asimilar que es de la misma Roma, pero pues su piel de luna no le ayuda mucho…
Guardo silencio y dibujo una sonrisa entre sus gruesos labios carmesí, mientras aquel nuevamente tomaba la palabra, pidiendo ser conducido entre las callejuelas de aquel mercado deambularte, Alessa suspira de par en par y tan solo dice:
-Como quiera Jabranth… seguidme y no pierda rigor en sus pasos, suelo camina algo rápido así que si se apendeja se perderá… jajaja y no crea que perderé el tiempo buscándolo entre la multitud… así que no se separe de mi y le sugiero que esconda aquella pieza que parece tener un buen valor monetario ( señalando la lira)… no se la vayan a robar, aquí la servidumbre es cabrona jajaj…
Guardó silencio por breve tiempo, frunció levemente la frente, relamió los labios y dijo…
Sabe que… mejor lo guio yo… no vaya a ser de malas que se me altere entre la turba de esta calles…
Después de aquellas palabras le tomo con fuerza el brazo Izquierdo, sonríen con sátira reflejada, y digo…
-Pues a caminar se ha dicho hombre…
Rápidamente empezaron a caminar mientras se perdían entre las sombras que propiciaban los edificios grandes del mercado romano.
-¿Divertido?… Jajaja sí que es algo imprescindible en cuestión de dar una respuesta a todo tema Jabranth… pero es su toque de vago que… le vamos a hacer… jajaja
Guardo silencio Alessa, pues aquel amigo nuevo se acercaba con gran confianza hacia ella… pidiendo con cortesía la navaja de la damisela, de lo cual levemente ella dudo pero sin remedio se la entrego, mirando como aquel se dirigía con prontitud hacia la pequeña fuentecilla que yacía en medio de la diagonal… Alessa tan solo miraba indiferentemente cada acto, por lo que se cruzaba de piernas y brazos esperando el resultado de aquellos ademanes ridículos de aquel hombre…
Nuevamente se acercaba Jabranth… pero esta vez con nuevo porte, algo mas decenté, sonriendo le preguntaba a Alessa el cómo se veía… por lo que tan solo resto contestar dicha mujer a la cuestión estúpida…
-Feo como siempre… jajaja no se crea Jabranth… se ve decenté… no que antes pareciese un vago al cien por ciento jaja y yo me quedaba atrás con mis harapientas y sucias prendas… ahora podemos asimilar que es de la misma Roma, pero pues su piel de luna no le ayuda mucho…
Guardo silencio y dibujo una sonrisa entre sus gruesos labios carmesí, mientras aquel nuevamente tomaba la palabra, pidiendo ser conducido entre las callejuelas de aquel mercado deambularte, Alessa suspira de par en par y tan solo dice:
-Como quiera Jabranth… seguidme y no pierda rigor en sus pasos, suelo camina algo rápido así que si se apendeja se perderá… jajaja y no crea que perderé el tiempo buscándolo entre la multitud… así que no se separe de mi y le sugiero que esconda aquella pieza que parece tener un buen valor monetario ( señalando la lira)… no se la vayan a robar, aquí la servidumbre es cabrona jajaj…
Guardó silencio por breve tiempo, frunció levemente la frente, relamió los labios y dijo…
Sabe que… mejor lo guio yo… no vaya a ser de malas que se me altere entre la turba de esta calles…
Después de aquellas palabras le tomo con fuerza el brazo Izquierdo, sonríen con sátira reflejada, y digo…
-Pues a caminar se ha dicho hombre…
Rápidamente empezaron a caminar mientras se perdían entre las sombras que propiciaban los edificios grandes del mercado romano.
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Escuche atentamente cada una de las palabras que salian de los labios carnosos de alessa, pero muy frecuentemente se los veia, y rapidamente ocuktaba la mirada, me sigui hablando y cuando toco el tema de mi lira, rapidamente la oculte entre mis ropajes, no queria que ningun malnacido me lo fuera a robar, asi que de poco en poco la fui cubriendo, y poco a poco ella me fue tomando de la mano hasta jalarme de ella, fuimos caminando de poco en poco, dentro de toda esa gente, y dentro de todos aquellos edificios que se alzaban de par en par,todo tipo de gente estaba ya concentrada en comprar y vender, yo solo seguia a mi hermana, que se avalanzaba rapidamente, casi no habia cosa que lo parara, y yo estaba feliz por estarla conociendo ahora.
Hey alessa, paremos un poco, si, si, se que vas a decir que soy un poco debil, pero en mi antiguo pueblo no habia tanto sol como aca, y pues resiento el cambio, perdona por hacerte frenar asi, pero ven... dije mientras comenzaba a respirar por la boca, el agotamiento habia sido intenso, comparado con los hielos de asgard parecia que esto estaba mas dificil de hacer, como pude me fui incorporando, y en mi cara, salian pequeñas gotas de sudor, al igual que mi espalda, casi estaba sudando por correr unos cuantos metros.
Como te dije, soy extranjero, mas preciso de asgard, y como sabras ahi, solo ahi hielo, y casi con este calor no me acostumbro con facilidad, espero comprendas, pero sigamos dije.... ah, y una cosa que se me olvidaba no me hables de usted, hablame como a un hermano, puesto que eso soy apartir de hace un momento que no?, y le sonrei para que tomara un poco mas de confianza conmigo... ahi algun lugar bueno aqui, o si queires podemos seguir caminando o corriendo como quieras... dije ya despues de haber recuperado el aliento.
Hey alessa, paremos un poco, si, si, se que vas a decir que soy un poco debil, pero en mi antiguo pueblo no habia tanto sol como aca, y pues resiento el cambio, perdona por hacerte frenar asi, pero ven... dije mientras comenzaba a respirar por la boca, el agotamiento habia sido intenso, comparado con los hielos de asgard parecia que esto estaba mas dificil de hacer, como pude me fui incorporando, y en mi cara, salian pequeñas gotas de sudor, al igual que mi espalda, casi estaba sudando por correr unos cuantos metros.
Como te dije, soy extranjero, mas preciso de asgard, y como sabras ahi, solo ahi hielo, y casi con este calor no me acostumbro con facilidad, espero comprendas, pero sigamos dije.... ah, y una cosa que se me olvidaba no me hables de usted, hablame como a un hermano, puesto que eso soy apartir de hace un momento que no?, y le sonrei para que tomara un poco mas de confianza conmigo... ahi algun lugar bueno aqui, o si queires podemos seguir caminando o corriendo como quieras... dije ya despues de haber recuperado el aliento.
Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Las calles del mercado
Tal cual fuera la apuración de llaga a cualquier punto, Alessa caminaba como diablo desesperado entre la multitud, no tardo en refutar aquella acciones alocadas su hermano, por lo que paran y hace caso a las peticiones sin criticar ni decir nada, pues comprendía su situación, y era claro que no estaba acostumbrado a tales presiones iracundas que propiciaba aquel astro enrojecido, sonríe y tan solo limpia levemente su sudor, mientras decía con ternura:
-Entendido…
Siguieron aquellos entre las sombras con mas temple en sus pasos, Jabranth no tardo mucho en darse cuenta de algo peculiar que definía la personalidad de Alessa, por lo que no callo y pidió el cambiar de la forma del cómo se dirigía aquella dama hacia su persona, deteniéndose Alessa clava su mirada en aquel, suspira y sonríe con los ojos cerrados para así contestar con ternura y amabilidad:
-Aunque crecí entre la mierda de estas calles y subsistí entre las putas de una caverna, lo único que me identifica como diferente ante aquella escoria, es mi peculiar y a veces ridícula forma de expresarme entre los demás, no puedo cambiar esto pues es lo que me define como diferente al montón de la basura romana, pero si a usted le molesta él como le trato (suspira) tratare de cambiar mis diálogos y le tratare como verdadero hermanó (aunque no lo seas), así que le pido paciencia, pues será demasiado difícil para mi acostumbrarme al dialogo cotidiano…
Dio una leve reverencia y siguió caminando pero esta vez con mas paciencia en sus pasos, la brisa azotaba y por dicha de los dioses fresca se tornaba, por lo que ayudaba a calmar el malestar de su hermano, este no tardo nuevamente en tomar la palabra esta vez cuestionando algún lado emocionante para admirar, Alessa se detiene, piensa mientras su labios dejaban escapar sonidos monótonos:
-mmmmmm… Algún lugar mejor que estas calles…mmmm…mmm…m
Rasco su cabeza levemente, miro por doquier y dijo desmesuradamente:
-Pues está el callejón de los artículos variados, ahí está la exposición de la belleza de varias partes de este mundo sublime, si deseas vamos a esa parte mientras veo que mejor lugar enseñarte…¿te parece decenté esta propuesta?
Guardo silencio mientras esperaba sosegadamente la respuesta de Jabranth
-Entendido…
Siguieron aquellos entre las sombras con mas temple en sus pasos, Jabranth no tardo mucho en darse cuenta de algo peculiar que definía la personalidad de Alessa, por lo que no callo y pidió el cambiar de la forma del cómo se dirigía aquella dama hacia su persona, deteniéndose Alessa clava su mirada en aquel, suspira y sonríe con los ojos cerrados para así contestar con ternura y amabilidad:
-Aunque crecí entre la mierda de estas calles y subsistí entre las putas de una caverna, lo único que me identifica como diferente ante aquella escoria, es mi peculiar y a veces ridícula forma de expresarme entre los demás, no puedo cambiar esto pues es lo que me define como diferente al montón de la basura romana, pero si a usted le molesta él como le trato (suspira) tratare de cambiar mis diálogos y le tratare como verdadero hermanó (aunque no lo seas), así que le pido paciencia, pues será demasiado difícil para mi acostumbrarme al dialogo cotidiano…
Dio una leve reverencia y siguió caminando pero esta vez con mas paciencia en sus pasos, la brisa azotaba y por dicha de los dioses fresca se tornaba, por lo que ayudaba a calmar el malestar de su hermano, este no tardo nuevamente en tomar la palabra esta vez cuestionando algún lado emocionante para admirar, Alessa se detiene, piensa mientras su labios dejaban escapar sonidos monótonos:
-mmmmmm… Algún lugar mejor que estas calles…mmmm…mmm…m
Rasco su cabeza levemente, miro por doquier y dijo desmesuradamente:
-Pues está el callejón de los artículos variados, ahí está la exposición de la belleza de varias partes de este mundo sublime, si deseas vamos a esa parte mientras veo que mejor lugar enseñarte…¿te parece decenté esta propuesta?
Guardo silencio mientras esperaba sosegadamente la respuesta de Jabranth
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Acerte con mi cabeza, para darle facil acceso para poder irnos, caminamos un poco mas, y las bellezas que se hiban acercando parecia ser de varios paises como lo habia dicho alessa, nos fuimos adentrando ambos por ahi, y poco a poco se denotó todo tipo de mercancias, cercanas y fuera, y cercanas ahi, me parecio ver a un asgariano, era un civil, apenas un pequeño aldeano que habia ayudado en la contruccion de la muralla, tiempo despues de que decidiera abandonarlos.
Me acerque a sus puesto de pieles, el rapidamente me reconocio, era un anciano casi, temblaba al mirarme, trataba de acercame, pero el rapidamente agarro su baston como arma, no entendia esa actitud, puesto cuando estabamos en asgard, me respetaba, por lo cual, me aleje un poco de alessa, y me acerque al viejo, esquive su primer bastonazo que lanzo, y cansado el, cayo de rodillas hacia mi, lo ayude para sentarlo, pero ahora ni siquiera eso queria que le ayduase, estaba preocupado, y solo atine a decirle...
Hey que te pasa anciano, tu me conociste en asgrad, que te pasa, porque rechazas a tu servidor eh...
Maldito, tu no deberias tener la sangre de asgard, tu simplemente eres un traidor, por tu culpa murio Knoll.
Mi mundo se colapso erra verdad solo los habia abandonado, pero ahora todo cambiaba, no sabia porque todo se estremecio en mi, y solo atine a decir....
Mientes anciano Knoll no puede estar muerto...
Esta muerto, tu junto con Seysill le dieron muerte en el recinto de armas, por eso son buscandos como tridores, el gran Drayden es ahora nuestro protector, asi que es mejor que te largues sucio traidor...
Me levante, poco a poco me aleje del puesto, veia a mi hermana acercandose a mi, y solo atine a caer rendido sobre ella, apoyando mi cabeza sobre sus hombres, mis manos cerca de su cintura y dejarme caer a llorar....
Me acerque a sus puesto de pieles, el rapidamente me reconocio, era un anciano casi, temblaba al mirarme, trataba de acercame, pero el rapidamente agarro su baston como arma, no entendia esa actitud, puesto cuando estabamos en asgard, me respetaba, por lo cual, me aleje un poco de alessa, y me acerque al viejo, esquive su primer bastonazo que lanzo, y cansado el, cayo de rodillas hacia mi, lo ayude para sentarlo, pero ahora ni siquiera eso queria que le ayduase, estaba preocupado, y solo atine a decirle...
Hey que te pasa anciano, tu me conociste en asgrad, que te pasa, porque rechazas a tu servidor eh...
Maldito, tu no deberias tener la sangre de asgard, tu simplemente eres un traidor, por tu culpa murio Knoll.
Mi mundo se colapso erra verdad solo los habia abandonado, pero ahora todo cambiaba, no sabia porque todo se estremecio en mi, y solo atine a decir....
Mientes anciano Knoll no puede estar muerto...
Esta muerto, tu junto con Seysill le dieron muerte en el recinto de armas, por eso son buscandos como tridores, el gran Drayden es ahora nuestro protector, asi que es mejor que te largues sucio traidor...
Me levante, poco a poco me aleje del puesto, veia a mi hermana acercandose a mi, y solo atine a caer rendido sobre ella, apoyando mi cabeza sobre sus hombres, mis manos cerca de su cintura y dejarme caer a llorar....
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Re: Las calles del mercado
Ioros se alejaba de ese grupo acelerando el paso, se le hacía tarde y no tenía más tiempo para perder en su diversión, así que el joven fue avanzando por el mercado ya sin fijarse mucho con las mercancias iba directo a su objetivo el Coliseo, peró quiza fuese cosa de los dioses peró en ese dia los seres superiores parecian sonreirle, primero el encuentro con Argol, y ahora como un destello de luz Ioros vió entre la multitud a la joven Sophia alejandose por el mercado junto al séñor Vergilius que la seguía de cerca, era la oportunidad para hablarles. así que esquivando la gente fue tras de la pareja peró sus ojos experimentados no pasaron por alto que no era el único en seguir a la pareja de amantes, un hombre de aspecto sospechoso también los seguía y sus intenciones no parecian honorables, así que Ioros decidió solucionar el asunto, así que disimuladamente se acercó al hombre, y cogiendolo por el brazo y retorciendolo se desviaron hacía un callejón, allí lanzandole contra la pared y desenvainado una de las espadas y poniendosela en el cuello le dijo:
-Si tienes amor a tu vida, dejaría de seguir a esa dama y al caballero, esto es un aviso pero si te vuelvo a pillar tan solo echarles un vistazo, despidete de tu miserable y asquerosa vida.
Acabando de decir esto Ioros hizo resbalar la espada por su cuello produciendole un leve corte en su garganta, las rodillas del hombre temblaban hasta llegar al punto de no poder soportar su propio peso, así que Ioros siguió su camino dejando al hombre lloriqueando sobre sus propios fluidos.
La joven Sophia no había ido muy lejos, estaba a unas cuantas paradas, donde estaba empeñando sus joyas, Ioros no escuchó la conversación pero parecía que estaba intentando alimentar a unos chiquillos que habían cerca, en esas acciones es donde Ioros veía el gran corazón de la chica,y justo eso era lo que hacía sentir un apego especial a la chica que hacía que no tubiera ninguna duda si arriesgaría su vida para protegerla.
-Si tienes amor a tu vida, dejaría de seguir a esa dama y al caballero, esto es un aviso pero si te vuelvo a pillar tan solo echarles un vistazo, despidete de tu miserable y asquerosa vida.
Acabando de decir esto Ioros hizo resbalar la espada por su cuello produciendole un leve corte en su garganta, las rodillas del hombre temblaban hasta llegar al punto de no poder soportar su propio peso, así que Ioros siguió su camino dejando al hombre lloriqueando sobre sus propios fluidos.
La joven Sophia no había ido muy lejos, estaba a unas cuantas paradas, donde estaba empeñando sus joyas, Ioros no escuchó la conversación pero parecía que estaba intentando alimentar a unos chiquillos que habían cerca, en esas acciones es donde Ioros veía el gran corazón de la chica,y justo eso era lo que hacía sentir un apego especial a la chica que hacía que no tubiera ninguna duda si arriesgaría su vida para protegerla.
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Re: Las calles del mercado
Vergilius andaba por detrás de su prima Sophia, visto desde su perspectiva aunque Sophia mostraba confianza andando parecía más bien un poco perdida, y Vergilius confirmo sus sospechas cuando el camino se dividio en tres, a él no le importaba donde se dirigiesen, aunque su rostro no dibujaba ninguna emoción su corazón estaba contento de poder compartir ese rato con su amada prima, tres largos años habían pasado desde su último encuentro per su vitalidad no había disminuida ni una pizca.
Mientras andaba su cara se iluminaba por la gran variedad de articulos que vendían en ese mercado, su paseo paro temporalmente delante de la parada de una viejecilla que vendía fruta, donde la hermosa Sophia compro un par de peras con un aspecto delicioso, una de ellas se la deposito en sus manos, justo cuando le iba a dar su primer mordisco algo paso, un par de chiquillos nos observaban a un poco de distancia y como no, Sophia se fijó en ellos y su alma amable le dictó darles su pera, Vergilius no quería parecer un ser frio, sabía que su aspecto imponía así que se coloco de cuclillas y estiro su brazo con su pera, de tanto en tanto iba haciendo un movimiento con la mano en señal de que la podían coger, finalmente uno de los chiquillos se atrevió a acercarse y cogerla de su mano, Vergilius le acarició la cabeza haciendo que su pelo aun quedase más despeinado, luego observo como Sophia intentaba alimentar a los otros niños que fueron apareciendo vendiendo sus joyas, a Vergilius le fascinaba que una dama de la nobleza fuese capaz de vender sus pertenencias para alimentar a unos chiquillos que no importaban a nadie, no era algo que todos hicieran.
Finalmente la anciana acepto el canvio de sus pendientes por una docena de peras,mientras Sophia repartía la fruta, Vergilius se acerco a la vendedora y le propuso en trato:
-Señora soy Vergilius hijo del emperador, y le voy a proponer un trato, por favor cuidese de alimentad a estos chiquillos y sus amigos, mi administrador se encargara diariamente de pagarle las deudas sin ninguna falta. Esta usted de acuerdo?
Vergilius no sabía si fue por el rango que tenía o porque la señora era un alma candida, peró decidio aceptar el trato, Vergilius le estaba agradecido, finalmente Sophia se volvió a fijar en él, al chico al ver a su querida rodeada de esos niños le pasó por la cabeza un futuro donde Sophia fuese su esposa y esos niños sus hijos, aunque quiza no tantos niños, peró antes tendría que convencer a su hermano Fye con quien no tenía muy buena relación.
Al acercarse a él, Sophia le hablo de la guerra y de sus conseqüencias, Vergilius sabía de lo que hablaba la chica, peró no solo era allí en Roma, Vergilius se había acostumbrado a ver los horrores de la guerra, pero que podía hacer el un simple mortal, y le dedicó unas palabras a su prima:
-Sophia... Sophia, si todos los senadores y nobles de Roma fuesen como tu, Roma sería mucho más gloriosa y no solo por sus conquistas, es una lástima que no acepten mujeres en el gobierno.
Luego cogiendola con delicadeza la besó en la frente y le dijo:
-Seguimos? -dijo Vergilius cogiendola de la mano, y guiandola hacía la dirección correcta.
Mientras andaba su cara se iluminaba por la gran variedad de articulos que vendían en ese mercado, su paseo paro temporalmente delante de la parada de una viejecilla que vendía fruta, donde la hermosa Sophia compro un par de peras con un aspecto delicioso, una de ellas se la deposito en sus manos, justo cuando le iba a dar su primer mordisco algo paso, un par de chiquillos nos observaban a un poco de distancia y como no, Sophia se fijó en ellos y su alma amable le dictó darles su pera, Vergilius no quería parecer un ser frio, sabía que su aspecto imponía así que se coloco de cuclillas y estiro su brazo con su pera, de tanto en tanto iba haciendo un movimiento con la mano en señal de que la podían coger, finalmente uno de los chiquillos se atrevió a acercarse y cogerla de su mano, Vergilius le acarició la cabeza haciendo que su pelo aun quedase más despeinado, luego observo como Sophia intentaba alimentar a los otros niños que fueron apareciendo vendiendo sus joyas, a Vergilius le fascinaba que una dama de la nobleza fuese capaz de vender sus pertenencias para alimentar a unos chiquillos que no importaban a nadie, no era algo que todos hicieran.
Finalmente la anciana acepto el canvio de sus pendientes por una docena de peras,mientras Sophia repartía la fruta, Vergilius se acerco a la vendedora y le propuso en trato:
-Señora soy Vergilius hijo del emperador, y le voy a proponer un trato, por favor cuidese de alimentad a estos chiquillos y sus amigos, mi administrador se encargara diariamente de pagarle las deudas sin ninguna falta. Esta usted de acuerdo?
Vergilius no sabía si fue por el rango que tenía o porque la señora era un alma candida, peró decidio aceptar el trato, Vergilius le estaba agradecido, finalmente Sophia se volvió a fijar en él, al chico al ver a su querida rodeada de esos niños le pasó por la cabeza un futuro donde Sophia fuese su esposa y esos niños sus hijos, aunque quiza no tantos niños, peró antes tendría que convencer a su hermano Fye con quien no tenía muy buena relación.
Al acercarse a él, Sophia le hablo de la guerra y de sus conseqüencias, Vergilius sabía de lo que hablaba la chica, peró no solo era allí en Roma, Vergilius se había acostumbrado a ver los horrores de la guerra, pero que podía hacer el un simple mortal, y le dedicó unas palabras a su prima:
-Sophia... Sophia, si todos los senadores y nobles de Roma fuesen como tu, Roma sería mucho más gloriosa y no solo por sus conquistas, es una lástima que no acepten mujeres en el gobierno.
Luego cogiendola con delicadeza la besó en la frente y le dijo:
-Seguimos? -dijo Vergilius cogiendola de la mano, y guiandola hacía la dirección correcta.
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Re: Las calles del mercado
- Sí…Sí…. claro…- Sus mejillas sonrojaron cuando éste la tomó de la mano y la comenzó a guiar. – Perdón… suelo perderme con facilidad porque Fye no nos deja venir a Roma muy seguido y cuando lo hacemos, no es precisamente al mercado el lugar donde nos lleva… y… casi siempre él guía el camino pues conoce más las calles, o los sirvientes… o Gelum... pero Gelum siempre me termina metiendo en problemas y se pierde aun más que yo...
La joven estaba bastante nerviosa, sobre todo porque estaba hablando de más, cosa que generalmente hacía cuando no sabía como actuar. La mano de Vergilius entrelazando la suya la hacía sonreír en silencio con una paz que no había sentido en años, aunque el nerviosismo intentara ganarle en ese momento... la calma de estar con Vergilius no tenía competencia alguna. No había mucho más que decir ni hacer, excepto que su primo la pudiese guiar a la salida este de Roma… a los senderos campestres en donde alguna vez jugaron cuando eran niños, lugar que al menos ella pensaba lo alegraría un poco más.
La preocupaba ver en sus ojos un aire de distancia… la guerra seguramente había sido muy difícil para él y volver a Roma después de tres años… le provocaría más de un sentimiento encontrado. Apretó ligeramente su mano, observándolo, indicándole con la mirada que fuera lo que fuera que estuviese acongojándolo ella estaría ahí para él.
- No se acabará el mundo si vuelves a sonreír… ¿Sabes? – Sonrió, mirando a Vergilius con ternura mientras ambos pasaban entre las personas que caminaban por las calles concurridas del mercado.
La actitud de Sophia muchas veces bordeaba en lo infantil, pero ella parecía no notarlo. Era completamente dulce en una forma inocente y esa era la mayor razón por la cual parecía ignorar la decadencia por la cual estaban caminando. Personas con sus rostros sucios comiendo en el piso… niños que corrían de un lado a otro viendo que podían aprovechar de las verduras que caían desde las mesas aunque estuviesen en mal estado, ancianos decrépitos que parecían haber sido dejados a su suerte para que se pudrieran en las calles de piedra… las moscas hacían del mercado su propiedad, los perros vagos dominaban los callejones… y a la distancia, una que otra pelea entre las bandas que intentaban dominar ese sector se dejaban oir con gritos de dolor y el sonido del metal chocando en un completo alboroto. Roma… estaba cayendo en un estado completo de pobreza y anarquía por la ausencia del emperador y la incompetencia de Diva y el Senado.
Aun así, los dos jóvenes caminaban por las calles buscando la salida de ese lugar con sus manos enlazadas. Después de no haberlo visto por tres años, estar así con él en ese instante parecía un sueño que había repetido una y otra vez en su mente en aquellas noches en que no podía dormir… en las tardes de verano en que deseaba que Vergilius estuviese sentada con ella bajo los olivos… e incluso en los inviernos en los cuales miraba el fuego y escuchaba la madera crujir al quemarse. Cada uno de esos momentos en soledad en donde se refugiaba en los estudios de los escritos de Fye… en los momentos que jugaba con la espada de su hermano menor… cuando visitaba a Solomon y notaba en sus ojos la familiaridad de Vergilius…
Poder estar con él era el mejor sentimiento del mundo para ella. Se reclinó sobre el hombro de Vergilius mientras caminaban entre la pobreza de Roma, sin si quiera notarla por estar su cabeza y corazón en otra parte durante ese momento… que hubiese deseado no acabara nunca.
La joven estaba bastante nerviosa, sobre todo porque estaba hablando de más, cosa que generalmente hacía cuando no sabía como actuar. La mano de Vergilius entrelazando la suya la hacía sonreír en silencio con una paz que no había sentido en años, aunque el nerviosismo intentara ganarle en ese momento... la calma de estar con Vergilius no tenía competencia alguna. No había mucho más que decir ni hacer, excepto que su primo la pudiese guiar a la salida este de Roma… a los senderos campestres en donde alguna vez jugaron cuando eran niños, lugar que al menos ella pensaba lo alegraría un poco más.
La preocupaba ver en sus ojos un aire de distancia… la guerra seguramente había sido muy difícil para él y volver a Roma después de tres años… le provocaría más de un sentimiento encontrado. Apretó ligeramente su mano, observándolo, indicándole con la mirada que fuera lo que fuera que estuviese acongojándolo ella estaría ahí para él.
- No se acabará el mundo si vuelves a sonreír… ¿Sabes? – Sonrió, mirando a Vergilius con ternura mientras ambos pasaban entre las personas que caminaban por las calles concurridas del mercado.
La actitud de Sophia muchas veces bordeaba en lo infantil, pero ella parecía no notarlo. Era completamente dulce en una forma inocente y esa era la mayor razón por la cual parecía ignorar la decadencia por la cual estaban caminando. Personas con sus rostros sucios comiendo en el piso… niños que corrían de un lado a otro viendo que podían aprovechar de las verduras que caían desde las mesas aunque estuviesen en mal estado, ancianos decrépitos que parecían haber sido dejados a su suerte para que se pudrieran en las calles de piedra… las moscas hacían del mercado su propiedad, los perros vagos dominaban los callejones… y a la distancia, una que otra pelea entre las bandas que intentaban dominar ese sector se dejaban oir con gritos de dolor y el sonido del metal chocando en un completo alboroto. Roma… estaba cayendo en un estado completo de pobreza y anarquía por la ausencia del emperador y la incompetencia de Diva y el Senado.
Aun así, los dos jóvenes caminaban por las calles buscando la salida de ese lugar con sus manos enlazadas. Después de no haberlo visto por tres años, estar así con él en ese instante parecía un sueño que había repetido una y otra vez en su mente en aquellas noches en que no podía dormir… en las tardes de verano en que deseaba que Vergilius estuviese sentada con ella bajo los olivos… e incluso en los inviernos en los cuales miraba el fuego y escuchaba la madera crujir al quemarse. Cada uno de esos momentos en soledad en donde se refugiaba en los estudios de los escritos de Fye… en los momentos que jugaba con la espada de su hermano menor… cuando visitaba a Solomon y notaba en sus ojos la familiaridad de Vergilius…
Poder estar con él era el mejor sentimiento del mundo para ella. Se reclinó sobre el hombro de Vergilius mientras caminaban entre la pobreza de Roma, sin si quiera notarla por estar su cabeza y corazón en otra parte durante ese momento… que hubiese deseado no acabara nunca.
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Re: Las calles del mercado
La respues de mi hermana me habia sorprendido de sobremanera, aunque cuando la abraze del cuello como que sentia un pequeño de tambaleo en su cuerpo, como si estuviese nerviosa, quise preguntar porque, pero era mas seguro por ese lugar, y no queria que por alguna razon ella volviese a recordar esos momentos de posible dolor. Me deje llevar por sus pasos, casi chocabamos nuestras cinturas por querer llevar el mismo paso, aveces jugueteabamos con nuestros pies, pero aun asi, no me separaba de su cuello, era alguna manera de apresarla hacia mi.
Asi que el alcohol esta en tu sistema, valla, creo que esta vez me ganaras hermanita, hace meses que no he provado alguna copa, desde que sali, hasta ahora, solo prove las aguas insipidas, tratando de igualar el ferviente sabor, pero nada, ahora tengo un motivo mas para ponerme borracho, por fin te e conocido, y nada separara nuestro lazo, tu y yo estaremos juntos por la eternindad,
aunque muera, no te dejare tan facil....
No sabia porque dije lo de la muerte, habia entrado en un trance, pero lo unico que queria que sintiera era lo mucho que la queria, pero por lo demas, sabia que de alguna manera u otra nos separiamos, en algun instante, cuando ella estuviese ocupada, en algun trabajo y yo en el mio...
Urgue rapidamente entre sus ropajes, en un cinto estaba la navaja, la tome antes de que se me fuese impedido, solte del cuello a mi hermana, y la tome de la muñeca, para que se detuviese, tome el filo de la navaja, e hice un corte en mi pulgar, el liquido carmesi comenzo a salir, poco a poco, creando un hilito rojo...
Alessa, haremos una promesa de sangre, promete que por ningun motivo, me dejaras de querer como hermano, y yo te prometo que hare lo mismo... que dices.
Asi que el alcohol esta en tu sistema, valla, creo que esta vez me ganaras hermanita, hace meses que no he provado alguna copa, desde que sali, hasta ahora, solo prove las aguas insipidas, tratando de igualar el ferviente sabor, pero nada, ahora tengo un motivo mas para ponerme borracho, por fin te e conocido, y nada separara nuestro lazo, tu y yo estaremos juntos por la eternindad,
aunque muera, no te dejare tan facil....
No sabia porque dije lo de la muerte, habia entrado en un trance, pero lo unico que queria que sintiera era lo mucho que la queria, pero por lo demas, sabia que de alguna manera u otra nos separiamos, en algun instante, cuando ella estuviese ocupada, en algun trabajo y yo en el mio...
Urgue rapidamente entre sus ropajes, en un cinto estaba la navaja, la tome antes de que se me fuese impedido, solte del cuello a mi hermana, y la tome de la muñeca, para que se detuviese, tome el filo de la navaja, e hice un corte en mi pulgar, el liquido carmesi comenzo a salir, poco a poco, creando un hilito rojo...
Alessa, haremos una promesa de sangre, promete que por ningun motivo, me dejaras de querer como hermano, y yo te prometo que hare lo mismo... que dices.
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Re: Las calles del mercado
Cercanías que aunque diera calor a aquellos cuerpos gélidos, para Alessa causaba una leve sensación de nerviosismo, aun así… aunque su cuerpo fuese invadido por tal sentir, la dama errabunda no le daba importancia a tal vivencia mundana, sintiendo en barias ocasiones el cómo su hermano respiraba muy cerca de su faz y parte de su cuello, de lo cual, causaba levemente que esta entorpeciera sus pasos, aun así, era distraída por las oraciones estúpidas de Jabranth, por lo que aquella no le quedaba más remedio que carcajearse… unas palabras emanaron de los labios toscos de aquel lampiño, Alessa baja levemente el rostros, siendo cubierto parte de este por las sombras generadas de sus largos cabellos, dibujando una sonrisa aquella responde tranquilamente:
-En ningún momento dije que el alcohol está en mi sistema, veo que la estupidez de tu parte alcanza niveles indescriptibles para mi sátira forma de ver la vida, aun así, que le voy a hacer hermano mío, es tu don más preciado: el ser desubicado… Jajaja… todo lo que te dije lo trasquiversastes… Por los dioses que haré contigo… aun así un buen trago nos lo merecemos…
Y de la nada el tacto se sintió entre las prendas de Alessa , esta levemente se espanta, pues no se lo esperaba de aquel que le avía dado toda confianza, al grado de existir acercamiento entre ambos cuerpos, y cuando la damisela se disponía a defenderse por instinto, percata que Jabrantha tan solo deseaba tomar entre sus manos aquella arma punzó cortante que Alessa desde niña cargaba a su lado, más que para defendérsele en ocasiones de oscuridad, serbia para recordad quien se la había dado y porque…
Su hermano se separa de ella, Alessa siente de nuevo ligereza en su cuerpo, este se para en frente y de la nada el ambiente se llena de un aroma dulzón peculiar, el aroma de la sangre tan suculento para la doncella, ligeros hilos hipnotizan la vista límpida de Alessa, segundos de silencio para tan solo terminar en el despertar de su trance, aquella ciñe levemente su frente, clavando la mirada con miedo en Jabranth, solo deja que su mandíbula baile lentamente mientras sus oídos absorbían cada frase simple de su hermano, culminando las oraciones Alessa le da la espalada y dice con crudeza:
-¿Y yo porque debería de jurar tal estupidez contigo?… ¿acaso no confías en mí y mis sentimientos así ti Jabranth?… pero para que seguir cuestionándote, por lo visto la respuesta es no… tal parece que no he demostrado lo suficiente de mi bondad para tener tu confianza, así que haré este pacto y tan solo sentimientos de hermanos habrá, olvídate que a futuro allá otros sentimientos hacia ti, ya que hoy si existían mueren, porque por una vez en mi vida quiero ser una verdadera hermana… ya que veo que deseas que seamos hermanos al cien, así será…
Alessa se voltea con ira en sus ojos, casi la misma como cuando le conoció, tomando con firmeza su puñal hace la incisión en todo su pulgar derecho, poniéndolo a casi tocarse con el de su hermano, aquella cierra los ojos y habla:
-¿Qué esperas?… di las palabras que deben de sellar este pacto… querido hermano mayor… apúrate que quiero patear tu trasero como aceptación…jajajajaja…
-En ningún momento dije que el alcohol está en mi sistema, veo que la estupidez de tu parte alcanza niveles indescriptibles para mi sátira forma de ver la vida, aun así, que le voy a hacer hermano mío, es tu don más preciado: el ser desubicado… Jajaja… todo lo que te dije lo trasquiversastes… Por los dioses que haré contigo… aun así un buen trago nos lo merecemos…
Y de la nada el tacto se sintió entre las prendas de Alessa , esta levemente se espanta, pues no se lo esperaba de aquel que le avía dado toda confianza, al grado de existir acercamiento entre ambos cuerpos, y cuando la damisela se disponía a defenderse por instinto, percata que Jabrantha tan solo deseaba tomar entre sus manos aquella arma punzó cortante que Alessa desde niña cargaba a su lado, más que para defendérsele en ocasiones de oscuridad, serbia para recordad quien se la había dado y porque…
Su hermano se separa de ella, Alessa siente de nuevo ligereza en su cuerpo, este se para en frente y de la nada el ambiente se llena de un aroma dulzón peculiar, el aroma de la sangre tan suculento para la doncella, ligeros hilos hipnotizan la vista límpida de Alessa, segundos de silencio para tan solo terminar en el despertar de su trance, aquella ciñe levemente su frente, clavando la mirada con miedo en Jabranth, solo deja que su mandíbula baile lentamente mientras sus oídos absorbían cada frase simple de su hermano, culminando las oraciones Alessa le da la espalada y dice con crudeza:
-¿Y yo porque debería de jurar tal estupidez contigo?… ¿acaso no confías en mí y mis sentimientos así ti Jabranth?… pero para que seguir cuestionándote, por lo visto la respuesta es no… tal parece que no he demostrado lo suficiente de mi bondad para tener tu confianza, así que haré este pacto y tan solo sentimientos de hermanos habrá, olvídate que a futuro allá otros sentimientos hacia ti, ya que hoy si existían mueren, porque por una vez en mi vida quiero ser una verdadera hermana… ya que veo que deseas que seamos hermanos al cien, así será…
Alessa se voltea con ira en sus ojos, casi la misma como cuando le conoció, tomando con firmeza su puñal hace la incisión en todo su pulgar derecho, poniéndolo a casi tocarse con el de su hermano, aquella cierra los ojos y habla:
-¿Qué esperas?… di las palabras que deben de sellar este pacto… querido hermano mayor… apúrate que quiero patear tu trasero como aceptación…jajajajaja…
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Re: Las calles del mercado
Pero que habia echo, casi me daba de golpes en la cabeza, yo la queria como hermana, pero mi corazon pensaba distinto, al estar cerca de ella, tambien me atraia ella como mujer, pero ahora todo se venia abajo, por mi torpeza no habia por lo menos intetado aver tenido una posibilidad con ella, ahora que estaba tan cerca, igual su mano emanaba su sangre, al momento de colocar los dedos juntos, la sangre se sentia calientita, que comenzaba a vertirse con el mio, poco a poco, ahora ella estaba unida conmigo por ese pequeño lazo.
Acercate mas alessa, que ahora justo voy a decir las palabras... dije, mientras mi corazon comenzaba a latir de sobremanera, algo tenia planeado hacer con ella, mi mano comenzo un poco a tambalear, y al parecer ella lo noto, dudo aun en acercarse, camino despacio, hasta que casi la tenia cerca de mi, unos 10 cm cerca de mi abdomen, podia sentir levemente su respiracion.
cierra lentamente tus ojos, ella hizo caso, y suavemente me fui acercando a sus labios, su calidez emitida por su respiracion comenzaba a sentirse cada vez mas, me movi suavemente a su oido, y susurre.
Te quiero tener como hermana, pero tambien como mujer.... y acto seguido regrese hacia sus labios, mis labios hiban directos hacia ellos, no podia detenerme, habia una fuerza que me atraia hacia ella, en mi cebza pasaban los posibles panoramas despues de ese beso, como que se fuera enojada, que me diera una cachetada o que lo aceptara pero ya nada improtaba, mis labios comenzaron a rosar los suyos, y ahora, todo estaba destinado, o habia pasos atras, por fin comenzaba a besar esos labios carmesi que me volvian loco...
Acercate mas alessa, que ahora justo voy a decir las palabras... dije, mientras mi corazon comenzaba a latir de sobremanera, algo tenia planeado hacer con ella, mi mano comenzo un poco a tambalear, y al parecer ella lo noto, dudo aun en acercarse, camino despacio, hasta que casi la tenia cerca de mi, unos 10 cm cerca de mi abdomen, podia sentir levemente su respiracion.
cierra lentamente tus ojos, ella hizo caso, y suavemente me fui acercando a sus labios, su calidez emitida por su respiracion comenzaba a sentirse cada vez mas, me movi suavemente a su oido, y susurre.
Te quiero tener como hermana, pero tambien como mujer.... y acto seguido regrese hacia sus labios, mis labios hiban directos hacia ellos, no podia detenerme, habia una fuerza que me atraia hacia ella, en mi cebza pasaban los posibles panoramas despues de ese beso, como que se fuera enojada, que me diera una cachetada o que lo aceptara pero ya nada improtaba, mis labios comenzaron a rosar los suyos, y ahora, todo estaba destinado, o habia pasos atras, por fin comenzaba a besar esos labios carmesi que me volvian loco...
Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Las calles del mercado
De repente aquel medio se torno insonoro para los oídos sensibles de Alessa, solo las vista de aquel hombre y aquella mujer eran testigos de aquellos sucesos que los envolvían en un acto estúpido, de repente Jabranth se tornaba alterado, su mano… la cual, estaba en roce con la de la dama, comenzaba a danzar de lado a lado, siendo tan descarado en aquel el nerviosismo, Alessa lo percata fácilmente, dudando levemente de su venideras acciones a futuro.
Jabranth de la nada pedía con amabilidad que su hermana se acercara una vez más, esta le obedece, pero en ella la duda existencial comenzaba a mutar, siendo reflejado en el tintineo de sus pasos, quedando tan cerca de aquel hombre, el cual pide con descaro una vez más un favor, el cerrar de los ojos delineados de Alessa, ella no refuta y lo hace rápidamente, causando en ella el alterar de su respiración.
Y un sobresalto invade el cuerpo de Alessa, pues el susurrar de el, generaba cosquilleo en el oído de aquella la cual dice:
-Tu deseo era que fuéramos hermanos y yo lo cumplí, y ahora sales con esto que para mi es demasiado incoherente… totalmente me llena de dudas que es en lo que en verdad quieres Jabranth… No se como responder ha esto te soy franca, pero algo te digo…
Y aquellas palabras nunca culminaron, pues este silencia su boca con el fusionar de sus labios, tan cálido y excitante aquel roce, tan hipnótico y lleno de misticismo, las lenguas forcejaban mientras se entrecerraban levemente aquellas bocas, aun así, Alessa sabia que eso no era correcto, no en aquel lugar, no en aquel momento, no en ese instante en donde ella añoraba ser una buena hermana, siendo cruda corta tal beso, fija su mirada en el, le ve con asombre, repasa sus manos entre sus cortos cabellos, esboza una sonrisa y tan solo dice:
-Tenemos que continuar Jabranth, aun queda un largo camino a la taberna… ven camina a mi lado querido…
No refuto ni dio alabanza a aquel beso, la dama toma las manos de Jabranth y comienza a caminar, rumbo al este dejando por fin el aglomerado mercado, dejando atrás aquel beso repentino…
Jabranth de la nada pedía con amabilidad que su hermana se acercara una vez más, esta le obedece, pero en ella la duda existencial comenzaba a mutar, siendo reflejado en el tintineo de sus pasos, quedando tan cerca de aquel hombre, el cual pide con descaro una vez más un favor, el cerrar de los ojos delineados de Alessa, ella no refuta y lo hace rápidamente, causando en ella el alterar de su respiración.
Y un sobresalto invade el cuerpo de Alessa, pues el susurrar de el, generaba cosquilleo en el oído de aquella la cual dice:
-Tu deseo era que fuéramos hermanos y yo lo cumplí, y ahora sales con esto que para mi es demasiado incoherente… totalmente me llena de dudas que es en lo que en verdad quieres Jabranth… No se como responder ha esto te soy franca, pero algo te digo…
Y aquellas palabras nunca culminaron, pues este silencia su boca con el fusionar de sus labios, tan cálido y excitante aquel roce, tan hipnótico y lleno de misticismo, las lenguas forcejaban mientras se entrecerraban levemente aquellas bocas, aun así, Alessa sabia que eso no era correcto, no en aquel lugar, no en aquel momento, no en ese instante en donde ella añoraba ser una buena hermana, siendo cruda corta tal beso, fija su mirada en el, le ve con asombre, repasa sus manos entre sus cortos cabellos, esboza una sonrisa y tan solo dice:
-Tenemos que continuar Jabranth, aun queda un largo camino a la taberna… ven camina a mi lado querido…
No refuto ni dio alabanza a aquel beso, la dama toma las manos de Jabranth y comienza a caminar, rumbo al este dejando por fin el aglomerado mercado, dejando atrás aquel beso repentino…
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
La marea de personas, la hacían retroceder una y otra vez, la ofuscación que sentía y demostraba en su rostro opacaba su usual sonrisa que siempre demostraba aunque estuviese triste, la multitud incesante en su movimiento pudo más que ella, sabía que tenía prohibido el ocupar sus poderes por el bien de la misión, pero en momentos así le gustaría poder ocuparlos libremente, el cosmos lleno de luz, esperanza y bondad desapareció, pero no sin antes poder divisar una cabellera rojiza que resaltaba entre la multitud, al menos la búsqueda no estaba yendo en vano, algo era algo aunque fuese mínimo. Salió de la marea de gente y se regreso cerca de su compañera la cual se hallaba con la cabeza agachada, ya que al parecer se le dio una noticia terrible mientras Enya no se hallaba con ella, la pelirosada la escuchó atenta y expectante.
- Me tengo que retirar con urgencia, algo ha pasado en Lemuria - dijo con la cabeza inclinada, de su mentón se podía apreciar las lágrimas cayendo, Enya la miro y abrazó para luego despedirse de su compañera, que quizá no volviese a ver nunca más. Tras aquella despedida Enya caminó sin rumbo alguno entre el mercado si bien la misión estaba antes, por esta vez prefirió pensar seriamente las cosas, el porque estaba allí ahora sola sin contacto alguno con los suyos, una lágrima traicionera corrió por su mejilla debía de ser fuerte aunque le costara, no tenía razones para llorar solamente tenía razones para seguir adelante sin mirar atrás.
- Me tengo que retirar con urgencia, algo ha pasado en Lemuria - dijo con la cabeza inclinada, de su mentón se podía apreciar las lágrimas cayendo, Enya la miro y abrazó para luego despedirse de su compañera, que quizá no volviese a ver nunca más. Tras aquella despedida Enya caminó sin rumbo alguno entre el mercado si bien la misión estaba antes, por esta vez prefirió pensar seriamente las cosas, el porque estaba allí ahora sola sin contacto alguno con los suyos, una lágrima traicionera corrió por su mejilla debía de ser fuerte aunque le costara, no tenía razones para llorar solamente tenía razones para seguir adelante sin mirar atrás.
Enya- Amazona Dorada
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Re: Las calles del mercado
Poco a poco la muchedumbre empezaba a llenar las desoladas calles de la mañana. El alba estaba en posicion y pronto llegaria a lo mas alto del cielo anunciando el mediodia. En cierta forma la baja temperatura de la madrugada y mañana refrescaban a Argol quien estaba fatigado del insoportable calor del sol. No faltaba mucho para que volviera a sentirse fastidioso por la transpiracion.
En un descuido por su perro perdio de vista a las muchachas que tenia enfrente. Alzo su cabeza para rastrearlas pero le fue imposible. Busco a Ioros pero ya se habia marchado o al menos, se habia ido lejos. Ya era hora de no tener mas distracciones y finalmente alzar campamento en espera de Ioros y de su superior Vergilius. Argol tenia las vagas esperanzas de que el romano se aparesca ante la Legion, al menos para alentarlos. Hacia mucho que no sabian nada de los heroes de roma y una visita de el seria ideal para levantar la moral de la Legion.
Sandeces
Penso para sus adentro mientras empezaba a caminar en direccion opuesta a por donde se habia ido Ioros. Basto un chifilido para que Hachi le siguiera fielmente por su diestra. El canino era como un pequeño hermano menor para el legionario. Mientras avanzaba con algunos ladridos de fondo por el perro, recordo cuando aun de niño paseaba por el mercado con sus amigos. Robando de vez en vez grandes y jugosas manzanas rojas de los puestos de verdura. Los dueños los odiaban...
Finalmente ya salia del camino de piedra del mercado y los ciudadanos aun seguian estorbando por su camino. Sin duda iba a ser una mañana agitada y el viaje hacia su villa era largo...
En un descuido por su perro perdio de vista a las muchachas que tenia enfrente. Alzo su cabeza para rastrearlas pero le fue imposible. Busco a Ioros pero ya se habia marchado o al menos, se habia ido lejos. Ya era hora de no tener mas distracciones y finalmente alzar campamento en espera de Ioros y de su superior Vergilius. Argol tenia las vagas esperanzas de que el romano se aparesca ante la Legion, al menos para alentarlos. Hacia mucho que no sabian nada de los heroes de roma y una visita de el seria ideal para levantar la moral de la Legion.
Sandeces
Penso para sus adentro mientras empezaba a caminar en direccion opuesta a por donde se habia ido Ioros. Basto un chifilido para que Hachi le siguiera fielmente por su diestra. El canino era como un pequeño hermano menor para el legionario. Mientras avanzaba con algunos ladridos de fondo por el perro, recordo cuando aun de niño paseaba por el mercado con sus amigos. Robando de vez en vez grandes y jugosas manzanas rojas de los puestos de verdura. Los dueños los odiaban...
Finalmente ya salia del camino de piedra del mercado y los ciudadanos aun seguian estorbando por su camino. Sin duda iba a ser una mañana agitada y el viaje hacia su villa era largo...
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Re: Las calles del mercado
Habíamos salido de la zona mas mediocre del mercado para llegar hacia la parte donde el mercado e mas bien un lugar de compras e intercambios de la clase media de la ciudad. No habia conseguido encontrar a Sophia por los lugares mas oscuros, lo que en parte era buena señal, removeria cielo y tierra si hacia falta con tal de encontrar a mi hermana, aunque me sentia furioso solo de pensar que se hubiera ido por su cuenta.
Dentras mia aun seguian Gelum y la chica que encontramos antes, pero no les prestaba atencion, mi ojo solo se centraba en buscar cualquier pista, algun detalle que me pudiera ayudar a encontrar a Sophia.. Miraba a lo lejos, entre la gran multitud de personas, por los puestos.. en las puertas, todo era analizado por mi ojo.
Y a lo lejos, entre la gente pude ver una gran melena rojiza.. inconfundible para mi, observe su rostro que estaba sonriendo, no parecia que le pasara nada malo, reconoci interiormente que me senti aliviado al verla, aunque no lo mostrara por fuera. La angustia que tenia por no encontrarla me estaba irritando hasta tal punto que iba estallar en una ola de furia en cualquier momento.
Sophia...
Pero mi rostro rapidamente cambio... al ver como las personas se apartaban de mi vision y podia ver que la mano de Sophia estaba entrelazada con el ser mas repulsivo para mi, no habia nada que odiara mas en el mundo que ese hombre, Vergilius... Mi cara mostraba un gran enfado.. mi sangre hervía de odio, ese contacto que tenian me estaba asqueando... no queria que la tocara...
Maldito, como osas.....!
Aprete mi espada y comence a andar rapidamente entre la gente, dejando atrás a mis acompañantes, no me importaba quien tenia delante, era apartado por mi con fuerza y desprecio, ya fuera hombres, mujeres, niños y ancianos, solo deseaba llegar hasta ese desgraciado... y cortar su mano para que soltara a mi hermana
Mi rostro.. mi ojo reflejaba ansiedad por llegar, era lo unico que me descontrolaba, lo unico que me hacia perder la cordura, verla junto a ese hombre. Tras arrasar practicamente con todo lo que tenia delante, me pose frente a ellos y el tiempo, el viento y todo parecio quedarse en silencio....
Lo primero que sintio Sophia al girar su rostro fue la dura mano de su hermano abofeteandole el rostro de manera severa.. la marca rojiza quedo en la mejilla de la hermosa joven, en el rostro de Fye no habia compasion, era severo y no permitia que su hermana se comportara de esa manera
Que crees que estas haciendo???? Tratas de desonrrar a la famila??? De humillar mas a tu hermano????? Si madre te viera... seguro estaria muy decepcionada de ti... Llevo horas buscandote, y te veo de nuevo con este!
Crueldad habia en las palabras de Fye, por mucho amor que sintiera por sus hermanos, sentia que ella lo traicionaba, le heria el orgullo al ver como siempre lo preferia a el antes que a su hermano. Lo odiaba por interponerse en la vida de Fye, en la vida de su hermana. Queria darle un buen futuro a ella, pero no con alguien como Vergilius... En ese momento los ineptos guardias llegaron a donde estabamos, aparte la mirada de los ojos de Sophia, no queria ni seguir mirandola
Quitenla! Quitenla de mi vista!! Y llevensela al carruaje!! Partimos ya hacia la villa!
La gente se habia apartado de nuestro alrededores y los guardias se aproximaban para llevarse a Sophia a donde debia estar, desde luego lejos de Vergilius. Mire la mano de ambos y luego con desprecio a aquel que decia amar a mi hermana, mis labios se arqueaban en posicion de desagrado y mi mano aun sostenia la espada dispuesto a sacarla en cualquier momento, incluso temblaba del deseo de cortarlo..
O sueltas su mano.. o te la corto... y creeme que disfrutaria con ello... Creo que aun no te ha quedado claro, Sophia nunca sera tuya, nunca!!! Me das asco.. y no voy a dejar que una persona como tu toque mas a mi hermana, asi que mas te vale alejarte de ella, o te alejare yo.
Era todo un desafio de palabras, Fye no le tenia miedo al mas fuerte de los generales, aun sabiendo que en su ultimo enfrentamiento le costo uno de sus ojos, media vision... algo fundamental para el hombro, pero aun asi, aun seguia empeñado en proteger a su familia de personas como la que tenia delante. Esperaba que se retiraba pues no aguantaba mucho mas el deseo de matarlo, y no deseaba hacerlo frente a su hermana, solo queria volver con su familia de una vez a la villa
Dentras mia aun seguian Gelum y la chica que encontramos antes, pero no les prestaba atencion, mi ojo solo se centraba en buscar cualquier pista, algun detalle que me pudiera ayudar a encontrar a Sophia.. Miraba a lo lejos, entre la gran multitud de personas, por los puestos.. en las puertas, todo era analizado por mi ojo.
Y a lo lejos, entre la gente pude ver una gran melena rojiza.. inconfundible para mi, observe su rostro que estaba sonriendo, no parecia que le pasara nada malo, reconoci interiormente que me senti aliviado al verla, aunque no lo mostrara por fuera. La angustia que tenia por no encontrarla me estaba irritando hasta tal punto que iba estallar en una ola de furia en cualquier momento.
Sophia...
Pero mi rostro rapidamente cambio... al ver como las personas se apartaban de mi vision y podia ver que la mano de Sophia estaba entrelazada con el ser mas repulsivo para mi, no habia nada que odiara mas en el mundo que ese hombre, Vergilius... Mi cara mostraba un gran enfado.. mi sangre hervía de odio, ese contacto que tenian me estaba asqueando... no queria que la tocara...
Maldito, como osas.....!
Aprete mi espada y comence a andar rapidamente entre la gente, dejando atrás a mis acompañantes, no me importaba quien tenia delante, era apartado por mi con fuerza y desprecio, ya fuera hombres, mujeres, niños y ancianos, solo deseaba llegar hasta ese desgraciado... y cortar su mano para que soltara a mi hermana
Mi rostro.. mi ojo reflejaba ansiedad por llegar, era lo unico que me descontrolaba, lo unico que me hacia perder la cordura, verla junto a ese hombre. Tras arrasar practicamente con todo lo que tenia delante, me pose frente a ellos y el tiempo, el viento y todo parecio quedarse en silencio....
Lo primero que sintio Sophia al girar su rostro fue la dura mano de su hermano abofeteandole el rostro de manera severa.. la marca rojiza quedo en la mejilla de la hermosa joven, en el rostro de Fye no habia compasion, era severo y no permitia que su hermana se comportara de esa manera
Que crees que estas haciendo???? Tratas de desonrrar a la famila??? De humillar mas a tu hermano????? Si madre te viera... seguro estaria muy decepcionada de ti... Llevo horas buscandote, y te veo de nuevo con este!
Crueldad habia en las palabras de Fye, por mucho amor que sintiera por sus hermanos, sentia que ella lo traicionaba, le heria el orgullo al ver como siempre lo preferia a el antes que a su hermano. Lo odiaba por interponerse en la vida de Fye, en la vida de su hermana. Queria darle un buen futuro a ella, pero no con alguien como Vergilius... En ese momento los ineptos guardias llegaron a donde estabamos, aparte la mirada de los ojos de Sophia, no queria ni seguir mirandola
Quitenla! Quitenla de mi vista!! Y llevensela al carruaje!! Partimos ya hacia la villa!
La gente se habia apartado de nuestro alrededores y los guardias se aproximaban para llevarse a Sophia a donde debia estar, desde luego lejos de Vergilius. Mire la mano de ambos y luego con desprecio a aquel que decia amar a mi hermana, mis labios se arqueaban en posicion de desagrado y mi mano aun sostenia la espada dispuesto a sacarla en cualquier momento, incluso temblaba del deseo de cortarlo..
O sueltas su mano.. o te la corto... y creeme que disfrutaria con ello... Creo que aun no te ha quedado claro, Sophia nunca sera tuya, nunca!!! Me das asco.. y no voy a dejar que una persona como tu toque mas a mi hermana, asi que mas te vale alejarte de ella, o te alejare yo.
Era todo un desafio de palabras, Fye no le tenia miedo al mas fuerte de los generales, aun sabiendo que en su ultimo enfrentamiento le costo uno de sus ojos, media vision... algo fundamental para el hombro, pero aun asi, aun seguia empeñado en proteger a su familia de personas como la que tenia delante. Esperaba que se retiraba pues no aguantaba mucho mas el deseo de matarlo, y no deseaba hacerlo frente a su hermana, solo queria volver con su familia de una vez a la villa
Última edición por Fye el Miér Sep 08, 2010 8:21 pm, editado 1 vez
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Re: Las calles del mercado
Sophia conocía a la perfección la voz que venía desde su costado. Alcanzó solamente a voltearse cuando un golpe seco le dio vuelta el rostro. Si no hubiese sido por que apretó la mano de Vergilius se habría caído sin duda por la violencia con que recibió el golpe, sobre todo por no estar preparada para ello.
Puso su mano libre de inmediato sobre su rostro, sentía que su mejilla ardía. Subió la mirada sorprendida y estática. Parecía que todos habían parado de hacer lo que hacían tan sólo para observar a Fye deshonrando públicamente a Sophia. Ni si quiera se escuchaban murmullos. Para el pueblo, observar como un pater disciplinaba a uno de los miembros de su familia que le había faltado el respeto era invaluable, sobre todo cuando se trataba de la aristocracia, la mísmisima familia del Emperador. A lo mejor a los ojos de todos, ver a dos primos mostrarse afecto no habría sido algo grave, pero… para Fye que sabía la realidad de la situación, del amor compartido por ambos… era lógico que se sintiera traicionado y deshonrado por una actitud tan libertina por parte de Sophia. La crueldad de cada una de sus palabras hacían muy difícil poder si quiera pararse derecha para la joven. Sus ojos se fueron apagando y su rostro palideciéndose por la vergüenza de que le gritaran de esa forma en público. Después de todo, él era su dueño, por los dioses, por la naturaleza y por derecho propio. Él ya no sólo era su hermano, sino que también su padre. Ella no tenía ninguna posibilidad si quiera de replicar a sus palabras, lo único que podía hacer era aceptar la deshonra y la humillación a la cual Fye la quisiera hacer pasar.
Sólo bajó el rostro, apretó la mano de Vergilius y sin palabras se despidió de él. A pesar de que lo amaba, no podía desobedecer a Fye en público, no podía traerle semejante deshonra a su hermano mayor. Aunque en ese momento sentía que también estaba decepcionando y humillando a Vergilius al no decir si quiera una palabra, sabía que su primo entendería la forma en que actuaba pues la conocía.
Ella sabía que había desobedecido a Fye al alejarse de la carroza y perderse por Roma con Vergilius intentando alegrar a su primo un poco… ella sabía que su ausencia prolongada se tomaría como una horrible falta de respeto y cuando volviera al lado de su hermano tendría que pagar por ello… pero ver a Vergilius después de tres años había hecho que no le importara las consecuencias de estar al lado de él.
De pronto se sintieron murmullos y cerca de ella se paraban rostros conocidos, los matones de Fye… aquellos sujetos que usualmente los protegían cuando se movían o custodiaban los alrededores de la villa, sujetos toscos, corpulentos y sin mayores modales. Mostraban el mango de su espada a los que los rodeaban para que supieran que estaban armados y no tenían miedo a usarlas si era necesario. Sophía escuchó con horrible tristeza la forma en que la despreciaba y repudiaba, pidiéndole a sus hombres que la retiraran de su vista pues ya ni si quiera deseaba verla.
Sintió que su corazón se partía con dichas palabras, pero no dijo nada. Ni si quiera lloró pues las lágrimas no eran para que la plebe se deleitara viéndola humillada, sino para la soledad. Y fue sólo entonces que se dio cuenta que su mano aun estaba aferrada a la de Vergilius y no tenía fuerza para soltarla, pues sabía que en el momento que lo hiciera era bastante probable que Fye prefiriera verla muerta a verla nuevamente cerca de Vergilius.
Las palabras de amenaza no se dejaron esperar. Y a diferencia de otras veces, esta vez era la propia espada de Fye la que amenazaba a ambos… Sophia de inmediato se puso delante de Vergilius por un acto reflejo. Soltó su mano, pues no quería que lo lastimarán por su culpa… ya había visto demasiadas peleas entre ambos como para saber que si Vergilius también desenvainaba su espada, uno de los dos moriría. Ya no eran jóvenes, y el desprecio mutuo sólo había crecido con los años… sus honores estaban en juego y si ninguno hasta ahora había intentado matar al otro habia sido justamente para no lastimarla.
Y ahí quedo Sophia entre ambos, protegiendo a Vergilius interponiendose con su cuerpo entre la espada de Fye y él. A pesar de que anteriormente aceptó todo ello, cuando vió la posibilidad de que se lastimarán, todo aquello pareció olvidado y sólo preguntó con suavidad y aun con la misma dignidad de siempre:
- ¿No te basta con deshonrarme en frente de todas estas personas…? – Le preguntó Sophia mirándolo a los ojos, retándolo con la mirada. Era la misma mirada severa de su madre, que hacía que se viera en ese momento como una mujer y no como la joven ingenua y demasiado alegre que era la mayoría del tiempo. Sus palabras habían sido suaves, mas su posición, la forma en que se paraba, el brillo en sus ojos… todo aquello hacía recordar que a pesar de que Sophia era una mujer virtuosa, también llevaba la misma sangre guerrera que todos ellos. - Baja tu espada Fye, por favor... haré lo que desees. Si quieres molestarte con alguien haslo conmigo, pues Vergilius estaba acompañandome porque se lo pedí y no lo contrario.
Puso su mano libre de inmediato sobre su rostro, sentía que su mejilla ardía. Subió la mirada sorprendida y estática. Parecía que todos habían parado de hacer lo que hacían tan sólo para observar a Fye deshonrando públicamente a Sophia. Ni si quiera se escuchaban murmullos. Para el pueblo, observar como un pater disciplinaba a uno de los miembros de su familia que le había faltado el respeto era invaluable, sobre todo cuando se trataba de la aristocracia, la mísmisima familia del Emperador. A lo mejor a los ojos de todos, ver a dos primos mostrarse afecto no habría sido algo grave, pero… para Fye que sabía la realidad de la situación, del amor compartido por ambos… era lógico que se sintiera traicionado y deshonrado por una actitud tan libertina por parte de Sophia. La crueldad de cada una de sus palabras hacían muy difícil poder si quiera pararse derecha para la joven. Sus ojos se fueron apagando y su rostro palideciéndose por la vergüenza de que le gritaran de esa forma en público. Después de todo, él era su dueño, por los dioses, por la naturaleza y por derecho propio. Él ya no sólo era su hermano, sino que también su padre. Ella no tenía ninguna posibilidad si quiera de replicar a sus palabras, lo único que podía hacer era aceptar la deshonra y la humillación a la cual Fye la quisiera hacer pasar.
Sólo bajó el rostro, apretó la mano de Vergilius y sin palabras se despidió de él. A pesar de que lo amaba, no podía desobedecer a Fye en público, no podía traerle semejante deshonra a su hermano mayor. Aunque en ese momento sentía que también estaba decepcionando y humillando a Vergilius al no decir si quiera una palabra, sabía que su primo entendería la forma en que actuaba pues la conocía.
Ella sabía que había desobedecido a Fye al alejarse de la carroza y perderse por Roma con Vergilius intentando alegrar a su primo un poco… ella sabía que su ausencia prolongada se tomaría como una horrible falta de respeto y cuando volviera al lado de su hermano tendría que pagar por ello… pero ver a Vergilius después de tres años había hecho que no le importara las consecuencias de estar al lado de él.
De pronto se sintieron murmullos y cerca de ella se paraban rostros conocidos, los matones de Fye… aquellos sujetos que usualmente los protegían cuando se movían o custodiaban los alrededores de la villa, sujetos toscos, corpulentos y sin mayores modales. Mostraban el mango de su espada a los que los rodeaban para que supieran que estaban armados y no tenían miedo a usarlas si era necesario. Sophía escuchó con horrible tristeza la forma en que la despreciaba y repudiaba, pidiéndole a sus hombres que la retiraran de su vista pues ya ni si quiera deseaba verla.
Sintió que su corazón se partía con dichas palabras, pero no dijo nada. Ni si quiera lloró pues las lágrimas no eran para que la plebe se deleitara viéndola humillada, sino para la soledad. Y fue sólo entonces que se dio cuenta que su mano aun estaba aferrada a la de Vergilius y no tenía fuerza para soltarla, pues sabía que en el momento que lo hiciera era bastante probable que Fye prefiriera verla muerta a verla nuevamente cerca de Vergilius.
Las palabras de amenaza no se dejaron esperar. Y a diferencia de otras veces, esta vez era la propia espada de Fye la que amenazaba a ambos… Sophia de inmediato se puso delante de Vergilius por un acto reflejo. Soltó su mano, pues no quería que lo lastimarán por su culpa… ya había visto demasiadas peleas entre ambos como para saber que si Vergilius también desenvainaba su espada, uno de los dos moriría. Ya no eran jóvenes, y el desprecio mutuo sólo había crecido con los años… sus honores estaban en juego y si ninguno hasta ahora había intentado matar al otro habia sido justamente para no lastimarla.
Y ahí quedo Sophia entre ambos, protegiendo a Vergilius interponiendose con su cuerpo entre la espada de Fye y él. A pesar de que anteriormente aceptó todo ello, cuando vió la posibilidad de que se lastimarán, todo aquello pareció olvidado y sólo preguntó con suavidad y aun con la misma dignidad de siempre:
- ¿No te basta con deshonrarme en frente de todas estas personas…? – Le preguntó Sophia mirándolo a los ojos, retándolo con la mirada. Era la misma mirada severa de su madre, que hacía que se viera en ese momento como una mujer y no como la joven ingenua y demasiado alegre que era la mayoría del tiempo. Sus palabras habían sido suaves, mas su posición, la forma en que se paraba, el brillo en sus ojos… todo aquello hacía recordar que a pesar de que Sophia era una mujer virtuosa, también llevaba la misma sangre guerrera que todos ellos. - Baja tu espada Fye, por favor... haré lo que desees. Si quieres molestarte con alguien haslo conmigo, pues Vergilius estaba acompañandome porque se lo pedí y no lo contrario.
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Re: Las calles del mercado
Caminaba con la chica del cabello dorado agarrada de mi brazo, algo que me hacia sentir raro...pero ¿que diablos? era la primera vez que una chica se me acercaba tanto, y no dejaria qu emi verguenza me jugase una mala pasada ahora, pero no fue solo eso me hablo al oido, no pude evitar cerrar un ojo y sonrojarme muchisimo, senti un escalofrio por todo el cuerpo al sentir su voz acariciando mi oido suavemente. Me quede en silencio y mas avergonzado de lo que ya estaba, pero la chica me subio bastante la moral. Caminaba bastante alegre, casi me habia olvidado del castigo de Fye gracias a esta joven tan dulce.
Realmente estaba feliz, pero mi hermano, de repente salió corriendo y empezó a empujar a la gente, como si fuesen malas hierbas en medio del camino.-Fye? Y luego oi como gritaba el nombre de mi hermana, eso me preocupo mucho, ¿estaria en peligro mi hermanita? ¿le habria pasado algo? No podia ver con la gente pero pude oir un sonido seco , como una palmada, sono en toda la zona, todos se callaron, el mundo parecia haberse detenido, al fin pude ver a mi hermana, estaba de la mano de Vergilius, el hombre que dejó tuerto a mi hermano. No me hacia nada de gracia ese sujeto, quizá por el incidente de mi hermano, pero Fortuna, siempre caprichosa quiso que mi hermana se enamorase de él. Realmente debia ser duro para mi hermana, así que jamas le echaria en cara que estubiese con este hombre, ya que yo tambien sé lo que significa tener que separarse de alguien a quien quieres.-Señorita...le ruego que disculpe semejante...espectaculo. Miré a la chica y luego me acerqué hasta donde estaban Sohpia, Fye y Vergilius corriendo, al llegar abrazé a Sophia, estaba preocupado ya que mi hermano me dijo que se perdió. Luego me quede mirando su mejilla, toda roja...despues miré a Fye , presa de la ira.-Fye...ya tendras ocasión de gritarle y castigarla cuando estemos a solas, no conviene dar esta imagen ante Roma.Le susurré con cuidado de que nadie mas que él lo oyese.¡Y ahora, por todos los Dioses, deja esa espada quieta!
Realmente estaba feliz, pero mi hermano, de repente salió corriendo y empezó a empujar a la gente, como si fuesen malas hierbas en medio del camino.-Fye? Y luego oi como gritaba el nombre de mi hermana, eso me preocupo mucho, ¿estaria en peligro mi hermanita? ¿le habria pasado algo? No podia ver con la gente pero pude oir un sonido seco , como una palmada, sono en toda la zona, todos se callaron, el mundo parecia haberse detenido, al fin pude ver a mi hermana, estaba de la mano de Vergilius, el hombre que dejó tuerto a mi hermano. No me hacia nada de gracia ese sujeto, quizá por el incidente de mi hermano, pero Fortuna, siempre caprichosa quiso que mi hermana se enamorase de él. Realmente debia ser duro para mi hermana, así que jamas le echaria en cara que estubiese con este hombre, ya que yo tambien sé lo que significa tener que separarse de alguien a quien quieres.-Señorita...le ruego que disculpe semejante...espectaculo. Miré a la chica y luego me acerqué hasta donde estaban Sohpia, Fye y Vergilius corriendo, al llegar abrazé a Sophia, estaba preocupado ya que mi hermano me dijo que se perdió. Luego me quede mirando su mejilla, toda roja...despues miré a Fye , presa de la ira.-Fye...ya tendras ocasión de gritarle y castigarla cuando estemos a solas, no conviene dar esta imagen ante Roma.Le susurré con cuidado de que nadie mas que él lo oyese.¡Y ahora, por todos los Dioses, deja esa espada quieta!
Gelum- Caballeros Dorados
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Re: Las calles del mercado
Ioros había perdido demasiado el tiempo con ese acosador en el callejón, ahora ante sus ojos se le presentaba una escena, que ni los grandes autores griegos hubiesen podido imaginar para sus obras, Fye había aparecido de la nada en el mercado seguido de sus guardias, de su hermano Gelum y este iba acompañado de una jovencita que Ioros no conocía,parecía ser que el odio entre Fye y Vergilius no había disminuido nada en esos tres años, el hermano mayor de Sophia no podía ni tan solo soportar la presencia del hijo pequeño del emperador, se notaba la tensión en el aire, Fye actuaba de forma implacable dando ordenes a sus guardias y dando una lección a Sophia, Ioros ya había estado mucho tiempo observando y decidió actuar, así que se abrió paso entre la multitud que se había arremolinado a cotillear la curiosa escena, la dirección de Ioros no era el centro de la escena, la rodeó, su objetivo los guardias de la villa, se plantó entre ellos y Sophia, y sacando una de las espadas y señalandolos les dijo:
-Yo de vosotros no le pondría una mano encima de la señorita Sophia.
Ioros sabia a la perfección que su misión de vigilancia había terminado, peró había algo en su interior que le hacía actuar así de forma protectora hacía esa joven, seguramente Fye lo mataría tarde o temprano ya era la segunda vez que lo había desafiado en poco tiempo, el joven militar continuaba observando la escena principal de reojo, había cambiado de repente, ahora estaba Sophia entre la espada de Fye y Vergilius, y Gelum parecía susurrarle algo a su hermano, pero sus palabras eran inteligibles para Ioros.
-Yo de vosotros no le pondría una mano encima de la señorita Sophia.
Ioros sabia a la perfección que su misión de vigilancia había terminado, peró había algo en su interior que le hacía actuar así de forma protectora hacía esa joven, seguramente Fye lo mataría tarde o temprano ya era la segunda vez que lo había desafiado en poco tiempo, el joven militar continuaba observando la escena principal de reojo, había cambiado de repente, ahora estaba Sophia entre la espada de Fye y Vergilius, y Gelum parecía susurrarle algo a su hermano, pero sus palabras eran inteligibles para Ioros.
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Re: Las calles del mercado
Dejando atras el camino de las villas, aquellos caminos dispersos que llevaban a las villas reales de Roma, llegando a las calles, bastante habitadas, rodeadas de casuchas y mercados precarios, que no se veian tan bien en mi opiñion. Carruajes por delante y detras, corriendo en las calles, gente en las veredas y montones de animales llevados por sus dueños. Ya no era lo mismo que ase unos instantes, un camino vassio, donde solo se podia ver tierra y arboles. Entonces, por precausion, frene un poco el paso de los caballos para que vayan trotando con menos velocidad. Entonces, vire mi cabea un poco hacia el costado y exclame, pusto que si hablaba mas bajo no iban a oirme, por el constante murmullo de la gente y los ruidos del lugar.
-Señora Samantha, ya estamos en las calles del mercado, no falta mucho para llegar a nuestro destino...-
El carruaje blanco seguia avanzando sin problemas, dando pequeños saltos por las calles arruinadas del mercado, ya que en ese lugar frecuentaba mucha gente en sus carruajes y aquella tierra era severamente maltrataba y nunca la ponian en buen estado, parecia que nadie se encargaba de eso, y me llamo la atencion, porque si era un lugar al que frcuentaba casi toda roma, pues era el lugar donde estabam colocadas las tiendas y la banca de roma, debia ir mucha gente, sin embargo nadie restauraba las malas calles de tierra del lugar. Un suspiro salio de mi rostro, mientras esperaba la posible respuesta de mi jefa. Ya que ella decidia al lugar a donde los dirigimos.
-Señora Samantha, ya estamos en las calles del mercado, no falta mucho para llegar a nuestro destino...-
El carruaje blanco seguia avanzando sin problemas, dando pequeños saltos por las calles arruinadas del mercado, ya que en ese lugar frecuentaba mucha gente en sus carruajes y aquella tierra era severamente maltrataba y nunca la ponian en buen estado, parecia que nadie se encargaba de eso, y me llamo la atencion, porque si era un lugar al que frcuentaba casi toda roma, pues era el lugar donde estabam colocadas las tiendas y la banca de roma, debia ir mucha gente, sin embargo nadie restauraba las malas calles de tierra del lugar. Un suspiro salio de mi rostro, mientras esperaba la posible respuesta de mi jefa. Ya que ella decidia al lugar a donde los dirigimos.
Pandora1- Espectro de Hades
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Re: Las calles del mercado
Y el bullicio de la gente se hacía presente, asomándose entre la ventanilla del carreje Samantha escudriñaba cada milímetro del paraje color mármol que se esbozaba en su alrededor, demasiada gente para aquella solitaria mirada, animales y colores escarlatas, los cuales de la nada índigo se tornaban, telas egipcia y espartanas, tan hermoso aquel mercado de la Roma en la cual se iba cabalgando.
Y de la nada su sirvienta se expresaba remarcando lo visto por su ama, aquella sonriendo y riéndose a carcajadas dice entre gritos mientras se asomaba:
-Si ya me di cuenta mujer, gracias, deténgase aquí estiraremos nuestras extremidades, el camino largo fue y además algo aburrido(adentrando la cabeza en el carruaje le guiñe un ojo a Alucard) es claro que contigo a tu lado no me aburro pero en mi habitación ya no estamos, aquí de la gente hay que cuidarse(le roba un ultimo beso apacionado)
Sintiendo que el carruaje se detenía, rápidamente Samantha no espera la cortesía de espulgan caballero para apoyarle en su bajar de tal móvil, saltando esta cae levemente encorvada alzándose lentamente aspiraba todo aroma, tal parecía que dicha mujer no salía ni a tomar el sol, por el espectáculo que daba en aquella ocasión, extendiendo la mano le dice a su amado:
-Joven Alucard bajar de este carruaje y admirad la tan derrocharte belleza de la pobreza… Flori estaciona el carruaje en aquella diagonal y págale dos monedas de oro a cada soldado que esta ahí mal perdiendo el tiempo para que nos lo cuiden, apúrate y rápido ven a nosotros para que comencemos la búsqueda…
Bajando su amante, esta hace caso a sus órdenes, mientras Samantha esperaba tranquilamente las reacciones de Alucard.
Y de la nada su sirvienta se expresaba remarcando lo visto por su ama, aquella sonriendo y riéndose a carcajadas dice entre gritos mientras se asomaba:
-Si ya me di cuenta mujer, gracias, deténgase aquí estiraremos nuestras extremidades, el camino largo fue y además algo aburrido(adentrando la cabeza en el carruaje le guiñe un ojo a Alucard) es claro que contigo a tu lado no me aburro pero en mi habitación ya no estamos, aquí de la gente hay que cuidarse(le roba un ultimo beso apacionado)
Sintiendo que el carruaje se detenía, rápidamente Samantha no espera la cortesía de espulgan caballero para apoyarle en su bajar de tal móvil, saltando esta cae levemente encorvada alzándose lentamente aspiraba todo aroma, tal parecía que dicha mujer no salía ni a tomar el sol, por el espectáculo que daba en aquella ocasión, extendiendo la mano le dice a su amado:
-Joven Alucard bajar de este carruaje y admirad la tan derrocharte belleza de la pobreza… Flori estaciona el carruaje en aquella diagonal y págale dos monedas de oro a cada soldado que esta ahí mal perdiendo el tiempo para que nos lo cuiden, apúrate y rápido ven a nosotros para que comencemos la búsqueda…
Bajando su amante, esta hace caso a sus órdenes, mientras Samantha esperaba tranquilamente las reacciones de Alucard.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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