Conectarse
User del Mes
Mapycozo
El gran ilusionista
El gran ilusionista
¡Prepárense para vivir las vacaciones en la playa!
Próximamente...
Últimos temas
Ganador de la 1º Era
Eras del Mundo
Deathless Love +18
Magical Hope
Damned Worlds
Vit Astrale
Digital Pocket
La cancion de Eventyr
Ilvermorny School
Fate/Requiem
Fate/Light of Extinction
Nine Beast, One Symbol
Neoarghia +18
Little Fears
Recepción de Palacio
+17
Sokaro
Ada
Steven
Saphire
Fye
Talos
Archer
Octavius
Lucy
Elizabeth
Nicole
Lin
Diva
Lydia
Dimitre
Clover
Solomon
21 participantes
Página 1 de 4.
Página 1 de 4. • 1, 2, 3, 4
Recepción de Palacio
Esta vez no tardaron mucho en llegar a roma, las bellas casas iban aumentando en grandeza a medida que avanzabamos por entre las calles y avenidas asfaltadas con cientos de piedras blanquesinas.
Pronto unos guardias imperiales detuvieron el coche, tan solo de ver al muchacho que yacia al lado de la jovencita dentro de la carroza decidieron abrir la entrada al palacio del emperador, lugar donde residia su familia y donde solo estaban permitidos de entrar los grandes mandatarios o invitados ilustres de roma.
La exhuberancia de los jardines resultaba exquisito de apreciar, aun sorprendia al joven senador a pesar de practicamente haberse criado alli mismo. Los minutos transcurrian, Solomon suspiro mientras sentia como los potros se detenian suavamente...
llegamos amos.
Se logro escuchar la voz seca del hombre que guiaba a los caballos, Solomon vio por ultima vez la cara de la mujer rubia, abrio la puerta y volvio a ponerle frente suyo la mano para ayudarle a descender. Lin parecia algo dubitativa de bajar, aun siendo princesa parecia anonadada por la ostentocidad del castillo.
No se preocupe... estare a su lado el tiempo que usted lo requiera. Ahora descienda.
La joven tomo su mano delicadamente, bajo y tomada dle brazo de Solomon emprendio la ruta hacia la entrada del palacio. Un par de guardias custodios de la familia real abrieron la puerta y por fin estaban en la sala destinada a recepción. La alfombra roja y los adornos purpuras hacian más lujoso al gran Lobby.
Estoy aqui para alistar una audiencia a la princesa Lin de Britania. Ahora soldado informele de inmediato a la emperatriz de nuestra llegada.
La voz fria de Solomon hacia denotar su prisa, los soldados imperiales mostraron sus respetos a los recien llegados, uno de ellos salio de la sala mientras unos siervos traian frutas para convidar a Lin y compañia. Todo parecia en orden.
Pronto unos guardias imperiales detuvieron el coche, tan solo de ver al muchacho que yacia al lado de la jovencita dentro de la carroza decidieron abrir la entrada al palacio del emperador, lugar donde residia su familia y donde solo estaban permitidos de entrar los grandes mandatarios o invitados ilustres de roma.
La exhuberancia de los jardines resultaba exquisito de apreciar, aun sorprendia al joven senador a pesar de practicamente haberse criado alli mismo. Los minutos transcurrian, Solomon suspiro mientras sentia como los potros se detenian suavamente...
llegamos amos.
Se logro escuchar la voz seca del hombre que guiaba a los caballos, Solomon vio por ultima vez la cara de la mujer rubia, abrio la puerta y volvio a ponerle frente suyo la mano para ayudarle a descender. Lin parecia algo dubitativa de bajar, aun siendo princesa parecia anonadada por la ostentocidad del castillo.
No se preocupe... estare a su lado el tiempo que usted lo requiera. Ahora descienda.
La joven tomo su mano delicadamente, bajo y tomada dle brazo de Solomon emprendio la ruta hacia la entrada del palacio. Un par de guardias custodios de la familia real abrieron la puerta y por fin estaban en la sala destinada a recepción. La alfombra roja y los adornos purpuras hacian más lujoso al gran Lobby.
Estoy aqui para alistar una audiencia a la princesa Lin de Britania. Ahora soldado informele de inmediato a la emperatriz de nuestra llegada.
La voz fria de Solomon hacia denotar su prisa, los soldados imperiales mostraron sus respetos a los recien llegados, uno de ellos salio de la sala mientras unos siervos traian frutas para convidar a Lin y compañia. Todo parecia en orden.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
Cantidad de envíos : 296
Re: Recepción de Palacio
El viaje había sido muy corto, así que rápidamente llegamos a nuestro destino, primero bajo el joven Solomon, después la princesa Lin y cuando era muy turno uno de los guardias me ofreció su mano para bajar del carruaje con toda amabilidad acepte y baje lentamente para evitar algún accidente, tenia un sombrero puesto y cuando baje del carruaje, levante la cabeza sosteniendo mi sombrero para ver el palacio, era realmente majestuoso quede asombrada por los detalles del palacio una muy bella construcción.
Los hermosos y amplios jardines del palacio había las mas extrañas y exóticas
flores, Los prados mas verdes de toda roma, y pensé *realmente este viaje el cual imagine que seria aburrido realmente era muy interesante quizás tendría por aquí una casa ya que me encantan sus construcciones*
- ¿Así que este es el palacio del cesar ?, No lo negare es muy bello-
Mire hacia todos lados para observar si había algún súbdito o esclavo que le notificara ala emperatriz que La princesa Lin y su acompañante Clover habían llegado desde Britania para verla
- Señor Solomon espero que la emperatriz nos reciba como la población de este sitio realmente muy amables y lindos en fin....... estamos listas -
Los hermosos y amplios jardines del palacio había las mas extrañas y exóticas
flores, Los prados mas verdes de toda roma, y pensé *realmente este viaje el cual imagine que seria aburrido realmente era muy interesante quizás tendría por aquí una casa ya que me encantan sus construcciones*
- ¿Así que este es el palacio del cesar ?, No lo negare es muy bello-
Mire hacia todos lados para observar si había algún súbdito o esclavo que le notificara ala emperatriz que La princesa Lin y su acompañante Clover habían llegado desde Britania para verla
- Señor Solomon espero que la emperatriz nos reciba como la población de este sitio realmente muy amables y lindos en fin....... estamos listas -
Clover- Cantidad de envíos : 8
Re: Recepción de Palacio
Era un día soleado las avecillas cantaban y se sentía el olor del pan recién salido del horno de barro, sentado en la silla le dije al panadero-Muy buenos días señor me podría dar un poco de ese pan recién salido muchas gracias- así estaba esperando un poco de ese pan, oí pasar a un soldado en la mesa preguntando donde estaba Diva y me levante y le dije-Yo sé donde esta me puede decir para que si es tan amable-Le dije al soldado mientras el soldado me escuchaba el soldado me respondió: Sí es que unas visitas han llegado y quieren ver a la emperatriz Diva. Él soldado me dijo preocupado así que le dije-Muy bien yo iré no se preocupe yo me hare cargo
Baje las escaleras y fui a atender a esos invitados llegue y les dije muy respetuosamente-Muy buenos días señores están buscando a la emperatriz Diva ¿verdad? Yo sé donde está y si quieren la voy a llamar. Subí las escaleras y fui a preguntarle al panadero si había visto a Diva-Disculpe panadero si es tan amable me puede decir ¿si a visto a la emperatriz Diva? El panadero me respondió muy amable-No hijo no la he visto-y me fui de ahí. Busque en todas las habitaciones y no estaba hasta que me faltaba una. Baje y les dije-Esperen un poco mas ya la llamo muchas gracias-.
Baje las escaleras y fui a atender a esos invitados llegue y les dije muy respetuosamente-Muy buenos días señores están buscando a la emperatriz Diva ¿verdad? Yo sé donde está y si quieren la voy a llamar. Subí las escaleras y fui a preguntarle al panadero si había visto a Diva-Disculpe panadero si es tan amable me puede decir ¿si a visto a la emperatriz Diva? El panadero me respondió muy amable-No hijo no la he visto-y me fui de ahí. Busque en todas las habitaciones y no estaba hasta que me faltaba una. Baje y les dije-Esperen un poco mas ya la llamo muchas gracias-.
Dimitre- Cantidad de envíos : 15
Re: Recepción de Palacio
La hija del emperador llegó a la sala de recepciones, realmente estaba algo cansada y deseaba dormir, puesto que el día habìa sido tan aburrido que era en lo único en lo que podìa pensar a esa hora, sin embargo tenìa que admitir que su primo era una persona por la que sentìa mucho cariño hacia él, ya que sus primos suplieron la ausencia de su hermano cuando este la dejó sola.
Mientras caminaba hasta llegar a la puerta de la recepción la joven hija del emperador se plantó en frente y se puso a mirar los diseños de la misma, luego de llegar a la conclusión de que nada sacaba poniéndose a pensar frente a la puerta decidió entrar a la sala aún pensando en su hermano Virgilius y en la forma en la que lo había tratado; sin embargo la princesa estaba identificada por su orgullo y altivez, así que no se le pasaba por la cabeza disculparse con el. Por unos segundos recordó a Diva y sus palabras en la habitación. Sabía que mentía mucho, pero no iba a poder solucionar eso, ahora el caso de que ella hubiera dicho que deliraba por su primo era algo muy peligroso, y no sabía hasta donde pero podría causarle muchos problemas en su vida, cosa que no quería para ella; en algún momento tendría que encararla y decirle la verdad, que lo que ella estaba pensando no era así.
La puerta se abrió dando paso la más hermosa mujer de toda ROma, la perfección misma encarnada, la princesa, la hija del emperador: Lydia. Con grácil paso la joven entró y caminó hasta donde estaba su joven y apuesto primo para con todo el protocolo que había aprendido de su madre decir las siguientes palabras en casi interminable pero deliciosa letanía:
-Dichosos los ojos que te ven mi querido primo Solomon- La joven se postró a los pies del joven como se le había enseñado en una pseudo señal de humildad, que ambos sabían debía hacer para no quedar mal; así mismo inmediatamente se puso de pie y le dedicó una sonrisa y mostró toda la cortesía que alguien como ella podría tener.
-Espero encuentren agradable la estancia en este lugar, como debes saber no hay nada que me de más honor que el poder recibirte en mi humilde pero cálida morada.- La hija del emperador se acomodó unos mechones de cabello que cubrían su rostro y dirigió una mirada superficial a todo el lugar, para luego dirigir unas palabras de cortesía a la joven que estaba al lado de su primo.- También es un honor el poder recibirla en este lugar, espero todo sea de su agrado y le guste mucho nuestra hospitalidad, si hay algo que puedo hacer para que ambos se sientan aún mejor, no duden en decirme.
Lydia se separó un poco de ellos para luego ponerse a esperar con impaciencia a que apareciera la serpiente de Roma de una vez y a sacara de aquella situación tan embarazosa que ella como hija del emperador debía pasar solo para quedar bien con los demás y pues para hacer quedar bien a su madre. Cuando pensó en su madre recordó a su hermano mayor, el único por el cual sentía deseos de arreglar la relación franterna; porque con Octavius sentía que eso sería imposible.
-Tonta Diva... Haber si dejas de ver a tus amantes y vienes ahora y más te vale que dejes de pensar que deliro por Solomon porque ahí si tendré que abrirte la cabeza para ver si te saco los gusanos del cerebro que te hacen desvariar...- pensó con molestia mientras avanzaba hasta una silla que estaba en la sala de recepciones y tomar asiento con la gracia de una bailarina etérea, luego de tomar asiento dijo con su voz tan delicada y perfecta- Tomen asiento, la emperatriz podría tardar un poco.
Lydia miró al techo tratando de ocultar su ofuscación, todo ese estrés causado por una sola persona, al única a la que desea destruir con todas su fuerzas, perdería la vida en ello sólo para triunfar y tener su venganza. Deseaba muchísmo acabar con Diva, pero temía que en su afán por destruirla ella terminara también perdida en el proceso; pero bueno, todas esas cosas eran gajes del oficio por así decirlo. Lo importante era que ellos no se dieran cuenta de su ofuscación.
Mientras caminaba hasta llegar a la puerta de la recepción la joven hija del emperador se plantó en frente y se puso a mirar los diseños de la misma, luego de llegar a la conclusión de que nada sacaba poniéndose a pensar frente a la puerta decidió entrar a la sala aún pensando en su hermano Virgilius y en la forma en la que lo había tratado; sin embargo la princesa estaba identificada por su orgullo y altivez, así que no se le pasaba por la cabeza disculparse con el. Por unos segundos recordó a Diva y sus palabras en la habitación. Sabía que mentía mucho, pero no iba a poder solucionar eso, ahora el caso de que ella hubiera dicho que deliraba por su primo era algo muy peligroso, y no sabía hasta donde pero podría causarle muchos problemas en su vida, cosa que no quería para ella; en algún momento tendría que encararla y decirle la verdad, que lo que ella estaba pensando no era así.
La puerta se abrió dando paso la más hermosa mujer de toda ROma, la perfección misma encarnada, la princesa, la hija del emperador: Lydia. Con grácil paso la joven entró y caminó hasta donde estaba su joven y apuesto primo para con todo el protocolo que había aprendido de su madre decir las siguientes palabras en casi interminable pero deliciosa letanía:
-Dichosos los ojos que te ven mi querido primo Solomon- La joven se postró a los pies del joven como se le había enseñado en una pseudo señal de humildad, que ambos sabían debía hacer para no quedar mal; así mismo inmediatamente se puso de pie y le dedicó una sonrisa y mostró toda la cortesía que alguien como ella podría tener.
-Espero encuentren agradable la estancia en este lugar, como debes saber no hay nada que me de más honor que el poder recibirte en mi humilde pero cálida morada.- La hija del emperador se acomodó unos mechones de cabello que cubrían su rostro y dirigió una mirada superficial a todo el lugar, para luego dirigir unas palabras de cortesía a la joven que estaba al lado de su primo.- También es un honor el poder recibirla en este lugar, espero todo sea de su agrado y le guste mucho nuestra hospitalidad, si hay algo que puedo hacer para que ambos se sientan aún mejor, no duden en decirme.
Lydia se separó un poco de ellos para luego ponerse a esperar con impaciencia a que apareciera la serpiente de Roma de una vez y a sacara de aquella situación tan embarazosa que ella como hija del emperador debía pasar solo para quedar bien con los demás y pues para hacer quedar bien a su madre. Cuando pensó en su madre recordó a su hermano mayor, el único por el cual sentía deseos de arreglar la relación franterna; porque con Octavius sentía que eso sería imposible.
-Tonta Diva... Haber si dejas de ver a tus amantes y vienes ahora y más te vale que dejes de pensar que deliro por Solomon porque ahí si tendré que abrirte la cabeza para ver si te saco los gusanos del cerebro que te hacen desvariar...- pensó con molestia mientras avanzaba hasta una silla que estaba en la sala de recepciones y tomar asiento con la gracia de una bailarina etérea, luego de tomar asiento dijo con su voz tan delicada y perfecta- Tomen asiento, la emperatriz podría tardar un poco.
Lydia miró al techo tratando de ocultar su ofuscación, todo ese estrés causado por una sola persona, al única a la que desea destruir con todas su fuerzas, perdería la vida en ello sólo para triunfar y tener su venganza. Deseaba muchísmo acabar con Diva, pero temía que en su afán por destruirla ella terminara también perdida en el proceso; pero bueno, todas esas cosas eran gajes del oficio por así decirlo. Lo importante era que ellos no se dieran cuenta de su ofuscación.
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
Cantidad de envíos : 404
Re: Recepción de Palacio
Pienso
Hablo
---------------
Los minutos pasaban, los manjares que seguian trayendo los hombres y mujeres que servian en el palacio ya no servian para entretener a los invitados. Ta vez Lin pensara que a demora era usual, pero no para el joven senador quien conocia desde pequeño los pormenores de cada procedimiento de esta indole.
Una puerta lateral se abria de par en par.
Acaso...
Quien aparecia era Lydia, su prima quien ya se habia vuelto toda una mujer, una digna representación de lo que deben ser las mujeres romanas, con sus modales refinados nos mostro sus respetos a lo cual los visitantes respondieron con la misma gracia. La satisfacción de Solomon se dejaba notar en una sonrisa complaciente.
Este es el futuro de roma... el que siempre estara protegido.
Su prima se alejo un poco elevando su rostro por momentos al techo, estaba algo pensativa aunque esto no quitara merito a su belleza, al igual que Solomon ella habia sido criada por los mejores maestros, asi que su conducta seria intachabe. Amabas damas volvieron a tomar asiento, luego de verlas sentadas Solomon hizo lo mismo.
Dices que la emperatriz demorara?...
Acaso es usual esto?...
Le pregunte serenamente, a diferencia de Lin, Lydia comprenderia el codigo de mi pregunta sabiendo mi enfado ante a demora de Diva.
Como has estado prima, no nos vemos desde hacia mucho...perdon... como podria estar la hija de emperador sino feliz.
Hablo
---------------
Los minutos pasaban, los manjares que seguian trayendo los hombres y mujeres que servian en el palacio ya no servian para entretener a los invitados. Ta vez Lin pensara que a demora era usual, pero no para el joven senador quien conocia desde pequeño los pormenores de cada procedimiento de esta indole.
Una puerta lateral se abria de par en par.
Acaso...
Quien aparecia era Lydia, su prima quien ya se habia vuelto toda una mujer, una digna representación de lo que deben ser las mujeres romanas, con sus modales refinados nos mostro sus respetos a lo cual los visitantes respondieron con la misma gracia. La satisfacción de Solomon se dejaba notar en una sonrisa complaciente.
Este es el futuro de roma... el que siempre estara protegido.
Su prima se alejo un poco elevando su rostro por momentos al techo, estaba algo pensativa aunque esto no quitara merito a su belleza, al igual que Solomon ella habia sido criada por los mejores maestros, asi que su conducta seria intachabe. Amabas damas volvieron a tomar asiento, luego de verlas sentadas Solomon hizo lo mismo.
Dices que la emperatriz demorara?...
Acaso es usual esto?...
Le pregunte serenamente, a diferencia de Lin, Lydia comprenderia el codigo de mi pregunta sabiendo mi enfado ante a demora de Diva.
Como has estado prima, no nos vemos desde hacia mucho...perdon... como podria estar la hija de emperador sino feliz.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
Cantidad de envíos : 296
Re: Recepción de Palacio
Lydia observó las acciones de su primo, tal y como debía esperarse de alguien que fue criado de la misma forma que ella; su primo SOlomon tenía unos modales finísimos y una forma de hablar muy elegante, pero como siempre el no la superaba a ella, y eso era algo que enaltecía más su ego. Sus pensamientos fueron poco a poco disipados por la voz sutil y grave de su primo quiene estaba sentado a su lado. Los esclavos ahora estaban de pie a los lados de ellos esperando cualquier orden, ante esto Lydia sólo movió su mano haciendo un ademán que les indicaba que podían retirarse hasta que sus servicios volvieran a ser requeridos por segunda ocasión; ante la preguna acerca de la emperatriz la joven mujer de cabellos negros contestó:
-No es usual, y no es que garantice que valla a tardar- dijo con un tono ambiguo, y daba a pensar que tardaría mucho y lo aseguraba, o que realmente no sabía y no podría afirmar que tardaría,; pero Lydia sabía que en el fondo, seguro Solomon entendía lo que estaba expresando ya que fueron criados casi tan cercanos como hermanos y el la conocía en algunos aspectos- Es que debemos recordar que ella es la emperatriz y tiene muchas cosas que hacer- La joven dijo esto y dirigió una sonrisa amable y cálida hacia Solomon, para luego apoyar su mejilla derecha en mano del mismo lado y suspirar un poco- La verdad es que me encuentro algo cansada, pienso irme por un tiempo a despejarme- dijo ante la pregunta de cómo se encontraba en cuanto a su esado de ánimo, luego de pensar un poco sobre el sito al que quería irse de paseo cayó en la cuenta de que SOlomon podría darle alguana sugerencia así que le sigió diciendo:
-La verdad es que quiero hacer unos arreglos en mi habitación y para eso necesito tres semanas; entonces pensé irme por unos días pero no sé a dónde- Lydia miró al techo otra vez y pensando que si se iba a la villa donde vivía Solomon DIva otra vez saldría con la misma idea anterior y haría dos cosas: O una diseminaba tal rumor abusurdo por ahí; O dos hacía un escándalo y talvez intentaría hacer que su hermano mayor se enterara y se molestara o hiciera algún escándalo aunque suponía no era propio ni de Octavius o Virgilius, portarse así. Virgilius... Otra vez estaba pensando en lo mal que se había portado con el por su enojo con el asunto de Diva, luego de darse cuenta de lo mala que era atención siguió diciendo a SOlomon:
-¿Tienes idea de a dónde pueda irme mañana mismo? Yo aún no lo sé, busco un lugar donde pueda cazar- Sentenció la joven de cabellos negros con algo de desgano en su voz, la verdad era que la vida de palacio por sí sola le aburría y más que nada deseaba poder ir de cacería unos días para relajarse, aunque fuera un princesa había aprendido a escondidas como dedicarse al arte e la cacería y sabía que su primo no se lo diría a Diva o alguien que pudiera decierle que eso no hacían las chicas de la realeza, y más que todo sabía que Solomon no era así y que si ella decía eso el seguro iba a comprenderla, sabia que el también en el fondo se aburría de todo eso y deseaba buscar un poco más de emoción y agregarla a su vida.
Luego de otros segundos de pensamientos alejados de la sala de rececpiones Lydia volvió en sí y le dijo a la joven que estaba en la habitación con ellos:
-Qué tal le ha parecido el palacio señorita? Lamento mis modales por no haberte contestado antes; espero el viaje haya sido de su agrado y no haya tenido alguna novedad desagradable- La joven princesa se dirigió de forma amable a su interlocutora, puesto que pensaba que una joven en un castillo lleno de gente que conocía a los demás, pero que de repente a ella no le hablaran seguro se estaría sintiendo un bicho raro; a ella le había pasado lo mismo aún estando en su palacio.
Off
Lamento si me he adelantado no sabía si había orden de posteo pero me parecía que SOlomon estaba dirigiéndose a mí y pues que por eso podía contestar o.o Si acaso he hecho algo mal me dicen y corrijo pero no me suban el warning >.<
-No es usual, y no es que garantice que valla a tardar- dijo con un tono ambiguo, y daba a pensar que tardaría mucho y lo aseguraba, o que realmente no sabía y no podría afirmar que tardaría,; pero Lydia sabía que en el fondo, seguro Solomon entendía lo que estaba expresando ya que fueron criados casi tan cercanos como hermanos y el la conocía en algunos aspectos- Es que debemos recordar que ella es la emperatriz y tiene muchas cosas que hacer- La joven dijo esto y dirigió una sonrisa amable y cálida hacia Solomon, para luego apoyar su mejilla derecha en mano del mismo lado y suspirar un poco- La verdad es que me encuentro algo cansada, pienso irme por un tiempo a despejarme- dijo ante la pregunta de cómo se encontraba en cuanto a su esado de ánimo, luego de pensar un poco sobre el sito al que quería irse de paseo cayó en la cuenta de que SOlomon podría darle alguana sugerencia así que le sigió diciendo:
-La verdad es que quiero hacer unos arreglos en mi habitación y para eso necesito tres semanas; entonces pensé irme por unos días pero no sé a dónde- Lydia miró al techo otra vez y pensando que si se iba a la villa donde vivía Solomon DIva otra vez saldría con la misma idea anterior y haría dos cosas: O una diseminaba tal rumor abusurdo por ahí; O dos hacía un escándalo y talvez intentaría hacer que su hermano mayor se enterara y se molestara o hiciera algún escándalo aunque suponía no era propio ni de Octavius o Virgilius, portarse así. Virgilius... Otra vez estaba pensando en lo mal que se había portado con el por su enojo con el asunto de Diva, luego de darse cuenta de lo mala que era atención siguió diciendo a SOlomon:
-¿Tienes idea de a dónde pueda irme mañana mismo? Yo aún no lo sé, busco un lugar donde pueda cazar- Sentenció la joven de cabellos negros con algo de desgano en su voz, la verdad era que la vida de palacio por sí sola le aburría y más que nada deseaba poder ir de cacería unos días para relajarse, aunque fuera un princesa había aprendido a escondidas como dedicarse al arte e la cacería y sabía que su primo no se lo diría a Diva o alguien que pudiera decierle que eso no hacían las chicas de la realeza, y más que todo sabía que Solomon no era así y que si ella decía eso el seguro iba a comprenderla, sabia que el también en el fondo se aburría de todo eso y deseaba buscar un poco más de emoción y agregarla a su vida.
Luego de otros segundos de pensamientos alejados de la sala de rececpiones Lydia volvió en sí y le dijo a la joven que estaba en la habitación con ellos:
-Qué tal le ha parecido el palacio señorita? Lamento mis modales por no haberte contestado antes; espero el viaje haya sido de su agrado y no haya tenido alguna novedad desagradable- La joven princesa se dirigió de forma amable a su interlocutora, puesto que pensaba que una joven en un castillo lleno de gente que conocía a los demás, pero que de repente a ella no le hablaran seguro se estaría sintiendo un bicho raro; a ella le había pasado lo mismo aún estando en su palacio.
Off
Lamento si me he adelantado no sabía si había orden de posteo pero me parecía que SOlomon estaba dirigiéndose a mí y pues que por eso podía contestar o.o Si acaso he hecho algo mal me dicen y corrijo pero no me suban el warning >.<
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
Cantidad de envíos : 404
Re: Recepción de Palacio
Hablo
Pienso
--------------------------------
La princesa le respondia a su primo Solomon con sumo cuidado y educación, el joven ya entendia lo que sucedia aunque no mostro mayor señal de molestia. En otras circunstacnias tal vez, ahora estando al lado de la princesa Lin no seria lo adecuado.
A todo esto, Lydia se mostraba algo más apagada de lo usual, sus gestos eran meramente formales aun cuando Solomon notase sus disfuerzos. Escucho repetidamente e mismo comentario de parte de su prima, por momentos en la mirada de la joven aparecia aquella chispa que no era muy propia de la nobleza romana, pero que llamaba la atención de Solomon.
Ciertamente su espiritu pertenece a la naturaleza...
Penso mientras la veia. Luego de que cortara su comunicación y puesto que los segundos pasaban y in no le respondia, él le dijo a Lydia.
Prima, me recuerda a Samantha. Indomable.
Guardo silencio un momento para continuar.
Sabe usted muy bien que Villa Adriana es extensa y se encuentra proxima a los bosques... sera un placer tenerla a usted como huesped... entiendo en verdad que algunas veces "esta vida" dentro del palacio suele ser tediosa. La invitación esta dada y solo faltaria su respuesta para que tome las medidas necesarias para que alisten todo para su llegada a la villa.
A proposito Lydia, como va usted con sus hermanos?. Mis primos Vergilius y Octavius...que por cierto deben estar aqui en palacio.
Pienso
--------------------------------
La princesa le respondia a su primo Solomon con sumo cuidado y educación, el joven ya entendia lo que sucedia aunque no mostro mayor señal de molestia. En otras circunstacnias tal vez, ahora estando al lado de la princesa Lin no seria lo adecuado.
A todo esto, Lydia se mostraba algo más apagada de lo usual, sus gestos eran meramente formales aun cuando Solomon notase sus disfuerzos. Escucho repetidamente e mismo comentario de parte de su prima, por momentos en la mirada de la joven aparecia aquella chispa que no era muy propia de la nobleza romana, pero que llamaba la atención de Solomon.
Ciertamente su espiritu pertenece a la naturaleza...
Penso mientras la veia. Luego de que cortara su comunicación y puesto que los segundos pasaban y in no le respondia, él le dijo a Lydia.
Prima, me recuerda a Samantha. Indomable.
Guardo silencio un momento para continuar.
Sabe usted muy bien que Villa Adriana es extensa y se encuentra proxima a los bosques... sera un placer tenerla a usted como huesped... entiendo en verdad que algunas veces "esta vida" dentro del palacio suele ser tediosa. La invitación esta dada y solo faltaria su respuesta para que tome las medidas necesarias para que alisten todo para su llegada a la villa.
A proposito Lydia, como va usted con sus hermanos?. Mis primos Vergilius y Octavius...que por cierto deben estar aqui en palacio.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
Cantidad de envíos : 296
Re: Recepción de Palacio
La joven hija del emperador estaba escuchando las palabras de su querido primo, el le estaba diciendo que le recordaba a Samantha aduciendo que su espíritu era indomable, cosa que hizo que ella se sintiera halagada; cuando escuchó que su primo la estaba invitando a Villa Adriana el rostro de la joven se ilumnó bastante, le fascinaba la idea de ir a ver as us primos y estaba contenta de verlo y de tener la posibilidad de invitar a Solomon a cazar en los campos de ese lugar, pero claro ella suponía que talvez el no querría hacerlo, para saber de una vez si esa idea servía de algo, decidió preguntarle mas tarde para ver qué respondía.
Ante las preguntas de su primo sobre como estaban sus hermanos Lydia se sintió algo molesta porque a su mente vino el recuerdo de la pelea con Virgilius, sin embargo no iba a dejar que cosas como esas la perturbaran; la respuesta de la princesa Lin no llegó, supuso que talvez estaba distraída por el cansancio del viaje y no la había escucahdo. Siguiendo con el diálogo de su primo dijo con toda naturalidad. -Mis hermanos están bien, desafortunadamente no pude ver a mi hermano Octavius en el desfile, porque no fui por razones ajenas a mi voluntad, sin embargo alcancé a ver a Virgilius y está muy bien, estaba en las afueras del coliseo.
Lydia apartó uno mechón de su hermoso cabello para dejar ver más su bello rostro de porcelana y se miró fijamente un plato de bocadillos que habían dejado los esclavos; desafortunadamente para esos bocadillos la fortuna de de formar parte de la hija del emperador, no era para ellos, puesto que la obsesión con el peso de Lydia era tan grande que gustaba mucho saltarse las comidas. Como la cosa no iba a tener mucho futuro si la conversación seguía así, la hija del emperador decidió hablar de cosas banales, para poder distraer a su primo.
-Solomon que tal ha estado el desfile? Asumo que fue de tu agrado- Lydia sonrió de medio lado pasando la mano por sus cabellos - Cierto a todo esto quiero saber algo- La joven de cabellos negros miró otra vez al techo oscuro por la falta de luz del lugar y preguntó- Te gusta la cacería? Pienso irme hoy día mismo para Villa Adriana, o más tardar mañana, pero no me gustaría irme a cazar sola.
Lydia guardó silencio y miró fijamente al chico de cabellos rubios, no se imaginaba a su primo, un caballero de su altura cazando en las praderas, era algo un poco cómico, o más bien salido de toda realidad, sin embargo su primo como antes en su niñez solía sorprenderla muchísimo, y como casi todo el tiempo la dejaba fascinada; claro ahora por su edad aquella fascinación disminuyó un poco. Con todas las preguntas que estaba haciendo se alegraba bastante que la emperatriz no estuviera en ese lugar, si no cosas como las que el dijo antes de salir de su cuarto, estuvieran ahora llegando a los oídos de su primo, siendo motivo de gran verguenza para ella.
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
Cantidad de envíos : 404
Re: Recepción de Palacio
Finalmente había salido de los jardínes, ya era el momento de presentarme ante los invitados, se había tomado la molestia de esperar lo suficiente; no me había percatado aún tenía en mi poder la caracola, estaba un poco mojada debido al agua de la fuente.
Mis pasos eran imponentes, fuertes y cortos, sus ecos se propagaban a gran velocidad y se extendían por todo el gran pasillo que comunicaba los jardínes y el salón social, mi vestido rojo sangre delicado era acariciado por la suavidad de la brisa que se generaba desde los jardines y se filtraba dentro del palacio, mis cabellos negros que se encontraba recojidos en una hermosa cola de caballo bien peinados y bien puestos, adornados con un tocado de oro que los sugetaba; la seda fina de aquellas telas remarcaban la belleza y lo bien tallada de mis líneas.
Finalmente estaba frente a las grandes puertas que conducían al interior del salón social, miré a los dos soldados que se encontraban allí custodiando y moviendo mi cabeza y una expresión en mi rostro que denotaba: - Qué esperan.... abran! No tardaron mucho en hacerlo y las grandes puertas se abrieron, desde el punto donde me encontraba podía ver chicas extranjeras, levanté la ceja derecha, aún no había ingresado pero no ubicaba a Solomon.
Moví mi cuello y hombros, destensionándolos, suspiré simultáneamente que cerraba los ojos, tomé nuevamente aire, respiré profundo, abrí mis ojos e ingresé finalmente. Miré a mi izquierda y estaban todos reunidos, Solomon con nuestras visitantes, cual fue mi sorpresa al ver a mi hijastra en aquella reunión. Me acerqué a ellos portando la caracola en mis manos, estando ya entre ellos, expresé:
- Bienvenidos al Palacio del Cesar, espero que no hayan tenido que esperar mucho mi presencia entre Uds.
Hice un pequeña y sutil reverencia ante la princesa, mis palabras eran oportunas, podía tener una "desafavorable" fama entre muchos de los Romanos pero mi capacidad de deleitar con mi vozy oratoria era simplemente celestial. Comencé a caminar en dirección al Senador esbozando sobre mis deliciosos y delineados labios rojos una sonrisa lujuriosa, Solomon se encontraba al lado de Lydia, acaricié su hombro mientras miraba con burla a mi hija:
- Hija mía, veo que no tardaste en venir a recibir a nuestros invitados... parece ser cierto lo que momento atrás hablamos en tu cuarto.
Continué sonriendo mientras tomaba asiento, dejando dos sillas libres a cada uno de mis lados destinados para las mellizas, posé mis manos sobre mis piernas y con ellas aquella caracola, depositándola con delicadeza y acariciándola posteriormente, mis ojos seguían puestos en los de mi hijastra, aún conservaba aquella sonrisa, en tono dulce dije:
- Lydia debo agradecerte por haber estado acompañando a nuestros invitados todo este tiempo, hay responsabilidades que debo cumplir como Emperatriz... Me excuso por mi falta de educación.
Cerrando los ojos, agachando el rostro y sonriendo igual. La perversidad parecía ser la característica esencia de mis actos.
Esperé que el Senador Solomon inciara el encuentro y explicara los motivos de aquella audiencia, aunque sabía con lo impertinente que era y es la hija del Emperador, saldría con cualquier acto vulgar con tal de desafiar y retar mis palabras hacia su persona, total era tan típico de ella querer lucirse y brillar más que los demás, afortunadamente el Emperador no se encontraba, como odiaba la manera en que mi esposo la consentía. Participé una vez más, diciendo:
- Espero que mi preciada hija no te haya importunado con alguna de sus ocurrencias Senador, está en estos últimos días deseosa... enfatizando en esta palabra, - ... pasar unos días en tu Villa, Solomon
El silencio se hizo presente y se mantenía, educadamente limpié mi garganta, aún en aquella posición elegante y conservando los ojos cerrados esbocé:
- Y bien Senador Solomon, podría decirnos quiénes son nuestros invitados... Tomando una corta pausa y retomando con tono cálido la conversación: - Qué motivos tienen sus protegidas de estar y pasar una temporada en territorio Romano?
Mis dedos se deslizaban delicadamente sobre el cristal de aquel precioso instrumentos que tenía sobre mis piernas, esperando la participación de alguno de ellos, al fin y al cabo habían ido a Palacio a importunar a la Emperatriz.
Mis pasos eran imponentes, fuertes y cortos, sus ecos se propagaban a gran velocidad y se extendían por todo el gran pasillo que comunicaba los jardínes y el salón social, mi vestido rojo sangre delicado era acariciado por la suavidad de la brisa que se generaba desde los jardines y se filtraba dentro del palacio, mis cabellos negros que se encontraba recojidos en una hermosa cola de caballo bien peinados y bien puestos, adornados con un tocado de oro que los sugetaba; la seda fina de aquellas telas remarcaban la belleza y lo bien tallada de mis líneas.
Finalmente estaba frente a las grandes puertas que conducían al interior del salón social, miré a los dos soldados que se encontraban allí custodiando y moviendo mi cabeza y una expresión en mi rostro que denotaba: - Qué esperan.... abran! No tardaron mucho en hacerlo y las grandes puertas se abrieron, desde el punto donde me encontraba podía ver chicas extranjeras, levanté la ceja derecha, aún no había ingresado pero no ubicaba a Solomon.
Moví mi cuello y hombros, destensionándolos, suspiré simultáneamente que cerraba los ojos, tomé nuevamente aire, respiré profundo, abrí mis ojos e ingresé finalmente. Miré a mi izquierda y estaban todos reunidos, Solomon con nuestras visitantes, cual fue mi sorpresa al ver a mi hijastra en aquella reunión. Me acerqué a ellos portando la caracola en mis manos, estando ya entre ellos, expresé:
- Bienvenidos al Palacio del Cesar, espero que no hayan tenido que esperar mucho mi presencia entre Uds.
Hice un pequeña y sutil reverencia ante la princesa, mis palabras eran oportunas, podía tener una "desafavorable" fama entre muchos de los Romanos pero mi capacidad de deleitar con mi vozy oratoria era simplemente celestial. Comencé a caminar en dirección al Senador esbozando sobre mis deliciosos y delineados labios rojos una sonrisa lujuriosa, Solomon se encontraba al lado de Lydia, acaricié su hombro mientras miraba con burla a mi hija:
- Hija mía, veo que no tardaste en venir a recibir a nuestros invitados... parece ser cierto lo que momento atrás hablamos en tu cuarto.
Continué sonriendo mientras tomaba asiento, dejando dos sillas libres a cada uno de mis lados destinados para las mellizas, posé mis manos sobre mis piernas y con ellas aquella caracola, depositándola con delicadeza y acariciándola posteriormente, mis ojos seguían puestos en los de mi hijastra, aún conservaba aquella sonrisa, en tono dulce dije:
- Lydia debo agradecerte por haber estado acompañando a nuestros invitados todo este tiempo, hay responsabilidades que debo cumplir como Emperatriz... Me excuso por mi falta de educación.
Cerrando los ojos, agachando el rostro y sonriendo igual. La perversidad parecía ser la característica esencia de mis actos.
Esperé que el Senador Solomon inciara el encuentro y explicara los motivos de aquella audiencia, aunque sabía con lo impertinente que era y es la hija del Emperador, saldría con cualquier acto vulgar con tal de desafiar y retar mis palabras hacia su persona, total era tan típico de ella querer lucirse y brillar más que los demás, afortunadamente el Emperador no se encontraba, como odiaba la manera en que mi esposo la consentía. Participé una vez más, diciendo:
- Espero que mi preciada hija no te haya importunado con alguna de sus ocurrencias Senador, está en estos últimos días deseosa... enfatizando en esta palabra, - ... pasar unos días en tu Villa, Solomon
El silencio se hizo presente y se mantenía, educadamente limpié mi garganta, aún en aquella posición elegante y conservando los ojos cerrados esbocé:
- Y bien Senador Solomon, podría decirnos quiénes son nuestros invitados... Tomando una corta pausa y retomando con tono cálido la conversación: - Qué motivos tienen sus protegidas de estar y pasar una temporada en territorio Romano?
Mis dedos se deslizaban delicadamente sobre el cristal de aquel precioso instrumentos que tenía sobre mis piernas, esperando la participación de alguno de ellos, al fin y al cabo habían ido a Palacio a importunar a la Emperatriz.
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Recepción de Palacio
Al salir de la villa fue poco tiempo en el que tardaron para arribar a Roma, la belleza de la cuidad iba en aumento al momento en que avanzaba mas el trasporte, la grandeza de Roma se veía en sus construcciones, es por eso que se le llamaba imperio, ahora lo comprendi la joven princesa, y realmente le recordó a su Britania, ella se había inspirado en crear un reino parecido al romano adaptando sus costumbres a la de ellos, pero no se había dado cuenta de la grandeza de estas en persona hasta ahora.
Los guardias imperiales detuvieron el coche, la princesa se acerco a la aventana y vio el hermoso palacio del cesar, era magestuoso, una obra de arte hermosa, simplemente no tenia palabras para describir la singular costruccion, en eso abrieron la entrada al palacio y se puedo apreciar mejor el lugar.
Los jardines estaban realmente perfectos, eran muy bellos, eran impresionantes, era exquisito el apreciarlos y pasar a tan solo una corta distancia de ellos. El tiempo trascurria y la princesa suspiro al momento que sintió que se detenia el carruaje.
Unas voces se escucharon indicando que habían llegado a su destino, Solomon observo a la princesa mientras esta le sonreía amablemnte, para luego al descender del coche mira impresionada el palacio, era la primera vez que lo veía y asisitia a este, se veía demasiado ostentoso y bajaba lentamente mientras apreciaba el recinto y se encontraba un poco nerviosa pues el estar en ese lugar sabia que debía hacer ya que los sabios de Britania la presionaban, demasiado pero le agradecia a Archer su fiel general que se había quedado a cuidar el reino, ya extrañaba su hogar.
Sin embargo las palabras de Solomon la hicieron que saliera de su trance para responderle amablemente
Princesa Lin: Muchas gracias Solomon…. Te lo agradezco…..
La joven tomo la mano de Solomon delicadamente para bajar y ser tomada del brazo de este mientras clover y Elizabeth descendían siendo ayudadas por los guardias.
Unos guardias abrieron las puertas de la entrada dejando ver una alfombra roja y unos adornos en color purpura que decoraban el Lobby.
Clover se encontraba al igual que Lin maravillada por el palacio, y bueno, ahora ya comentaba un poco mas puesto que por el viaje suponía Lin que se encontraba cansada.
Solomon con voz solemne les dijo de su llegada y los soldados imperiales mostraron sus respetos a la princesa Lin y compañía mientras de una sala unos siervos traian fruta y la ofrecían. En eso un joven llega al lobby y saluda a Solomon, Lin y compañía diciendo que el iria a buscar a la emperatriz, ya que suponía Lin que el debía saber de la audencia que solicito, enseguida lleg una señorita de singular figura, se veía que era de la realeza, era muy obvio, saludo t Solomon y al escuchar su comentario Lin se dio cuenta que eran primos, luego se digio hacia ella, sin embargo esta no lapudo escuchar por que estaba conversando algunas cosas con Elizabeth, hasta que Clover le dio que le había hablado la princesa de roma, ella se sonrojo levemente y mirándola a la joven le responde justo cuando le decía a Solomom algo acerca de la caceria y le dice a Lydia, la hija del emperador
Princesa Lin: Lamento no haberme presentado y mas aun por mi ausencia. Como vera yo soy la Princesa de Britania, Lin, y bueno la estancia ha sido de lo mas agradable ya que vuetras atenciones
mira a Solomon y prosigue
Princesa Lin: han sido de lo mas atenta, y el honor es mio en que me reciban en este lugar, muchas gracias
justo en ese momento se escucho como los guardias habrían la spuertas de uno de los jardines pues un olor suave y dulce salía de aquella puerta, unos ecos sonaron en el recinto a medida que se intensificaban cada vez mas, hasta poder ver la figura de una hermosa mujer, sus ropas hacían lucir sus líneas de aquella mujer, en verdad era hermosa.
La princesa la veía como se dirigía a Solomon y Lydia, había guardado silencio ante su llegada, hasta que le respondió cuando le cuestiono al senador de que presentara a la princesa y compañía, por lo que ella con voz firme dice, primero mirando a Solomon y despues a la emperatriz
Princesa Lin: No es necesario que nos presente el senador Solomon su alteza, yo soy la princesa de Britania, lin, y ellas son mis acompañantes, Clover y Elizabeth.
Espero que le haya llegado mi notificación acerca de mi llegada .
La joven princesa miraba a la emperatriz en espera de su respuesta
Lin- Angel de Afrodita
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Love Spiral (1250)
AD - Dreams and Fantasies (1400)
Defensa :
Love Barrier
Cantidad de envíos : 202
Re: Recepción de Palacio
Después que la emperatriz me había dejado sola en el jardín, y estar sentada sobre la orilla de la fuente, me puse de pie y respire profundo ya que por lo visto la emperatriz no se encontraba de muy buen humor con mi rostro un tanto disgusto, me dirigí ala recepción del palacio para alcanzar a Diva y a mi melliza Nia, Dos guardias se encontraban custodiando la puerta así que me acerque lentamente y con una gran sonrisa y amabilidad
- Buenos días guardias espero y aya sido un día maravilloso para ustedes-
a un costado se encontraba un espejo así que me detuve para poder verme muy bien, con mis 2 manos acomode mi cabello para lucir bien ante nuestros invitados con un rostro gracioso y mi lengua de fuera y a un costado de mis labios hasta que me sentí segura de mi misma
-¿ me podrías decir como luzco ?-
Guardia1: Muy bella como siempre señorita
-jejejeje-
reí un poco sonrojada por aquellas halagadoras palabras
-si fuesen tan gustosos ¿podrían abrirme la puerta por favor? -
Los guardias rápidamente abrieron la puerta, y a lo lejos pude divisar a varias personas una de ellas era la emperatriz y la joven Lydia, un chico rubio y dos doncellas de cabello claro, me acerque con mis manos entrelazadas sobre mi estomago y muy sonriente
- Sean bienvenidos a el palacio, espero que su estancia aquí en roma sea de vuestro agrado, mi nombre es Nicole y soy la acompañante de la emperatriz Diva es un gusto conocerlos-
- Buenos días guardias espero y aya sido un día maravilloso para ustedes-
a un costado se encontraba un espejo así que me detuve para poder verme muy bien, con mis 2 manos acomode mi cabello para lucir bien ante nuestros invitados con un rostro gracioso y mi lengua de fuera y a un costado de mis labios hasta que me sentí segura de mi misma
-¿ me podrías decir como luzco ?-
Guardia1: Muy bella como siempre señorita
-jejejeje-
reí un poco sonrojada por aquellas halagadoras palabras
-si fuesen tan gustosos ¿podrían abrirme la puerta por favor? -
Los guardias rápidamente abrieron la puerta, y a lo lejos pude divisar a varias personas una de ellas era la emperatriz y la joven Lydia, un chico rubio y dos doncellas de cabello claro, me acerque con mis manos entrelazadas sobre mi estomago y muy sonriente
- Sean bienvenidos a el palacio, espero que su estancia aquí en roma sea de vuestro agrado, mi nombre es Nicole y soy la acompañante de la emperatriz Diva es un gusto conocerlos-
Nicole- Status :
Cantidad de envíos : 36
Re: Recepción de Palacio
La puerta se abrió dando paso a la figura de la emperatriz, si algo tenía que reconocer Lydia, es que le emperatriz era muy bella y que por eso su tonto padre había caído en los brazos de ella. Por unos segundos una ira creciente se apoderó de la joven de cabellos negros, sin embargo esta no se vio manifestada en su hermoso rostro; no sabía como, pero con el pasar del día estaba aprendiendo a no manifestarla, al fin estaba haciendo lo que su madre sabía hacer a la perfección, disimular sus emociones frente a los demás. Mientras pensaba en esto se dio cuenta como su coraje hacia Diva iba mermando poco a poco hasta hacerse nada, era como si de repente el todo el odio se hubiera convertido en un sentimiento vacío, como si de repente todo lo que quedara fuera nada más indeferencia.
Cuando la joven emperatriz llegó hasta donde estaban ellos, pudo ver la mirada de lujuria que ponía en su rostro, le pareció algo inapropiado, pero la verdad no estaba interesada en ponerse a criticarla, total si su padre se ganaba cuernos; era solo por que no escogía bien a sus compañeras de cama, la única decisión apropiada la hizo cuanto desposó a su madre. Por unos momentos sentía pena de su padre, el estaba solo allá en las tierras de Oriente, pero eso era lo que comprendía el ser emperador. Cada uno de sus pensamientos fueron desipados cuando escuchó lo siguiente:
- Lydia debo agradecerte por haber estado acompañando a nuestros invitados todo este tiempo, hay responsabilidades que debo cumplir como Emperatriz... Me excuso por mi falta de educación.
-No tienes nada que agradecer madre.- Dijo Lydia acomodándose otra vez otro de sus mechones negros que tapaban sus ojos- El deber de recibir a los invitados no es solo de la emperatriz, si no también de la hija del emperador, ya que es una de las representaciones de la belleza divina del imperio- Diva dijo esto sin mostrar rencor, ira o indiferencia, era como si de verdad hubiera cambiado su actitud, pero en el fondo sabía que no era así, sospechaba que todo eso se debía a que ella trataba a la fuerza de personificar a su madre, su querida madre, la mujer que le enseñó las mil y un formas de disimular para tratar de consegir lo que deseaba. Cuando Diva hizo un comentario acerca de si era cierto lo que habían hablado en el cuarto la joven hija del emperador solo se limitó a sonreír y encogerse de hombros para decir con su mismo hermoso y delicado tono de voz- Madre claro que es cierto, quedamos en que debía cumplir con mis deberes de la nobleza, que ya no era una creatura.
Lydia bajó la vista y observó que su madrastra cargaba la caracola que le había dado, la luz del sol entrando por las ventanas hacía que el lugar se viera muy elegante, sin embargo a Lydia le disgustaba bastante la luz de este astro, no le parecía que tan temprano esos rayos dorados le tocaran la piel, no lo aceptaba. Cada uno de estos pensamientos desaparecieron otra vez, puesto que DIva empezó a decir cosas que no se entendían al simple escuchar, pero todo el mensaje subliminal era entendido y encripado por su mente, eso era todo; sin embargo aún cuando la emperatriz decía todas esas cosas Lydia no se molestó en desmentirla, ella podría pensar lo que quisiera, e incluso seguir en sus pobres sombras y elucubraciones, pero de ahí a que lo que ella dijera fuera real había mucho camino.
-De hecho el me ha invitado a la Villa querida madre, más tarde hablaré contigo para pedir si en tu divino juicio me concedes la alegría de irme con ellos- Pasados los segundos de haber dicho esto otra vez se abrió la puerta dejando a pasar a la acompañante de Diva, sin embargo la voz de la joven princesa que estaba al lado de Solomon empezó a hablar al fin a lo que Lydia con toda la educación y modales finísimos contestó.
-Es un gusto tenerla aquí princesa Lin, espero todo sea de su agrado.- La joven hija del emperador hizo un gesto con la mano hacia la princesa y esperó que por piedad o cualquier sentimiento de consideración; Solomon no contestara a las preguntas que le había hecho antes a él, sino Diva no iba iba a dejarla en paz, y lo estaba probando con los comentarios anteriores.
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
Cantidad de envíos : 404
Re: Recepción de Palacio
Las peculiares pregunta de Lydia habian llamado la curiosidad de olomon quien en un principio mostraba cierta incredulidad.
Por supuesto que me ....
La respuesta que iria pensando fue interrumpida por la percepción de calor, los sentidos del joven eran embargados por el calor y la fragancia unica de las rosas apenas salidas de sus botones. Los primeros rayos del sol entraban con la figura de aquella mujer, las puertas se desplegaban dejando que aquel olor enturbiase aun más el salon.
...
Estaba vestida en seda roja, cubierta de algunas joyas que hacian resaltar más su belleza madura y sus labios sensuales bañados en rojo carmesi la hacian una mujer fatal. Solomon trago saliva al verla de reojo, parecia ser prea de una leve fiebre, pequeñas gotas de sudor comenzaban a aparecer en su cuerpo como si fuera intoxicandose lentamente por la fragancia mortal de la emperatriz.
Pensé que esto habia acabado...
Recordo como habia ido él a saludarle en el coliseo romano al momento del desfile, en esos momentos que tuvieron no habia presentado ningun sintoma de la enfermedad que siempre se le habia presentado al estar al lado de esa mujer.
En ese instante... era campo abierto...ahora siento aquel olor por todas partes.
La ansiedad le obligaba a aspirar el aire a mayor velocidad, aun no era lo suficiente para que fuera notorio, su rosotro representaba muy bien la tranquilidad que su vestidura y sangre le exigian pero su garganta estaba seca, asi que pasaron alguno minuto antes de que alguien hablase, la primera fue Lin seguida de Lydia.
Su preocupación era aliviada ante las palabras de la princesa de Lin, ciertamente eran muy propias de una dama, el joven asintio... el aroma venenoso del recinto se disipaba lentamente, parecia liberarse del lapsus lentamente.
A pesar de todo habia escuchado con claridad lo que se habia dicho en salon, era claro que algo se llevaban Diva y Lydia, la mirada de ésta última asi lo hacia enfatizar a lo que Solomon no pronuncio nada. Entonces decidio hablar.
E grato estar de nuevo frente suyo emperatriz de roma, como lo dijo la misma princesa Lin, ella o nosotros necesitabamos de una audiencia para con usted... estoy seguro que usted al igual que yo ha recibido el mensaje dias previos a la llegada de la princesa a tierras romanas...justo el punto principal de aquel "asunto" es el que nos trae ante usted... como senador es mi deber velar por los bienes de roma, como Britania representa parte del imperio era implicita mi presencia.
Por supuesto que me ....
La respuesta que iria pensando fue interrumpida por la percepción de calor, los sentidos del joven eran embargados por el calor y la fragancia unica de las rosas apenas salidas de sus botones. Los primeros rayos del sol entraban con la figura de aquella mujer, las puertas se desplegaban dejando que aquel olor enturbiase aun más el salon.
...
Estaba vestida en seda roja, cubierta de algunas joyas que hacian resaltar más su belleza madura y sus labios sensuales bañados en rojo carmesi la hacian una mujer fatal. Solomon trago saliva al verla de reojo, parecia ser prea de una leve fiebre, pequeñas gotas de sudor comenzaban a aparecer en su cuerpo como si fuera intoxicandose lentamente por la fragancia mortal de la emperatriz.
Pensé que esto habia acabado...
Recordo como habia ido él a saludarle en el coliseo romano al momento del desfile, en esos momentos que tuvieron no habia presentado ningun sintoma de la enfermedad que siempre se le habia presentado al estar al lado de esa mujer.
En ese instante... era campo abierto...ahora siento aquel olor por todas partes.
La ansiedad le obligaba a aspirar el aire a mayor velocidad, aun no era lo suficiente para que fuera notorio, su rosotro representaba muy bien la tranquilidad que su vestidura y sangre le exigian pero su garganta estaba seca, asi que pasaron alguno minuto antes de que alguien hablase, la primera fue Lin seguida de Lydia.
Su preocupación era aliviada ante las palabras de la princesa de Lin, ciertamente eran muy propias de una dama, el joven asintio... el aroma venenoso del recinto se disipaba lentamente, parecia liberarse del lapsus lentamente.
A pesar de todo habia escuchado con claridad lo que se habia dicho en salon, era claro que algo se llevaban Diva y Lydia, la mirada de ésta última asi lo hacia enfatizar a lo que Solomon no pronuncio nada. Entonces decidio hablar.
E grato estar de nuevo frente suyo emperatriz de roma, como lo dijo la misma princesa Lin, ella o nosotros necesitabamos de una audiencia para con usted... estoy seguro que usted al igual que yo ha recibido el mensaje dias previos a la llegada de la princesa a tierras romanas...justo el punto principal de aquel "asunto" es el que nos trae ante usted... como senador es mi deber velar por los bienes de roma, como Britania representa parte del imperio era implicita mi presencia.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
Cantidad de envíos : 296
Re: Recepción de Palacio
La princesa de Britania era quien sin esperar que Solomon lo hiciese se presentaba ella misma, abrí mis ojos quedándome mirando la caracola y deteniendo mis caricias a aquella pieza de cristal en el momento en que de su pequeña boca salían formales palabras. Me quedé pensativa cuando ella preguntaba sobre una notificación de su parte explicando la razón por la cual nos visitaba, no estaba al tanto de dicho evento, debi haberlo pasado por alto dado que mis ocupaciones en las ultimas semanas se enfocaban en la preparación y organización del Desfile; aunque tambien podría tratarse de la ineptitud de mis sirvientes, entre sus funciones están las de estar al pendiente de estas estúpidas cosas, volvía a cabrearme, dicha situación hacía alterar mi estado de animo, permanecí en silencio por unos instantes, mostrando una mueca muy sutil de enfado. Cambié de objetivo, redireccionando mi mirada a la princesa de cabellos de oro, mis ojos se encontraron con los suyos en ese momento Lydia comenzó a hablar no escuchaba sus palabras, dentro de mí sentía algo extraño, una gran fuerza de querer abrazar y proteger a la princesa, era como si fuese una hija mía; mi corazón golpeaba con fuerza, sentía que aquella chiquilla era importante para mí, misteriosamente comencé a levantar mi mano izquierda con la intención de tocar su delicado rostro, a mitad de camino con un poco mis dedos extendidos encorvados en el aire me detuve abruptamente, - Diva!!!! qué estás haciendo?, era mi propia voz que me reprochaba mis actos, - Diva!!! Diva!!! maldita sea reacciona!!!! moví mi cabeza como si negara con aquel movimiento mis acciones, llevé aquella mano a mi frente, con mis dedos ocultando mi rostro, agaché mi cabeza, cerré mis ojos y hablando para mí misma dije:
- Qué demonios fue eso? ..... Qué me pasa!!! Soy la Emperatriz!!!
En ese momento la voz de Solomon me sacó de mis propios pensamientos, giré en su dirección, abrí mis ojos y por cuestión de un par de segundos le dediqué una mirada desconcertada a aquel hombre, estaba pálida y un poco sudorosa, respiré profundamente, cerré mis ojos y me reincorporé inmediatamente, no quería que nuestros invitados se preocuparan o peor aún comenzaran con cuchicheos innecesarios. Adopté de nuevo mi posición elegante y serena, escuchaba atentamente el discurso del Senador, terminó de hablar y nuevamente era mi turno de dirigirme a todos ellos:
- El Imperio le agradece enormemente su disposición de cuidar y velar por la seguridad de nuestros invitados Senador Solomon, con respecto a alguna notificación del motivo que trae a la princesa de Britania y su escolta real a Roma, debo excusarme pero no fui informada de ello, aunque ese lamentable hecho no será obstáculo para que podamos proseguir con esta reunión ni la opacará en ningún sentido, Britania es una nación hermana a nuestra querida Roma y por lo tanto será un placer atenderlos y ayudarles en todo lo que necesiten.
Por los Dioses, qué gran emperatriz era, lentamente volvía mi semplante natural, mis manos se posaban en mis piernas arropando con dulzura la caracola de cristal, miré de nuevo a la princesa Lin y expresé:
- Princesa de Britania, espero que el tiempo que lleva entre Romanos haya sido de su completo agrado, no tengo la fortuna de conocer las costumbres de su pueblo, pero espero que las nuestras no le parezcan un tanto bárbaras. Hice una pausa, miré a Lydia volviendo a sonreír con descaro, mis ojos no se apartaban de los suyos mientras decía:
- Espero que haya disfrutado de nuestro Desfile Tradicional, es uno de nuestros eventos insignia de bienvenida a nuestros heroes.
Dejé de mirar a mi hijastra pero antes obsequiándole una sonrisa aún más provocadora que la anterior, para ahora mirar de nuevo a la princesa Lin:
- Pincesa Lin, soy toda oídos ante sus requerimientos y ayuda que le pueda prestar la Emperatriz de Roma, pero este no es el lugar preciso para disfrutar de una conversación de tal envergadura, las invito, los invito a todos a pasar a uno de los lugares favoritos de la Señora de este palacio y mis protegidas.. señalando a ambos lados de mi puesto, indicando que esas protegidas eran las mellizas Nía y Nicole - ... Los jardínes del Palacio. Hice una nueva pausa, sin mirarla pregunté:
- Lydia... ¿nos acompañas? o deseas tomar este tiempo para ir a preparar todo lo necesario a tu estadía en la villa de tu primo Solomon?
Su presencia ya no era requerida, podía irse si gustaba, al fin y al cabo ella no era la emperatriz y esas labores solo me correspondían a mi atenderlas. Me levanté de mi asiento y di un par de pasos, todos los presentes hicieron lo mismo, mientras esperaba la respuesta de Lydia y la afirmación de la Princesa, me acerqué a Solomon, delicadamente tomé su brazo derecho para impedirle que iniciara cualquier movimiento, deteniéndolo un instante y susurrándole algo que sólo y nadie más que él podía escuchar:
- Tú y yo... tenemos que hablar, espero que sea hoy mismo!
Aquella acción fue en cuestión de segundos, por lo que no se prestaría a ningun tipo de malinterpretaciones. Me alejé de él miré a todos a mi alrededor e inicié la marcha hacia un lugar más fresco y agradable, los preciosos jardínes del Palacio.
- Qué demonios fue eso? ..... Qué me pasa!!! Soy la Emperatriz!!!
En ese momento la voz de Solomon me sacó de mis propios pensamientos, giré en su dirección, abrí mis ojos y por cuestión de un par de segundos le dediqué una mirada desconcertada a aquel hombre, estaba pálida y un poco sudorosa, respiré profundamente, cerré mis ojos y me reincorporé inmediatamente, no quería que nuestros invitados se preocuparan o peor aún comenzaran con cuchicheos innecesarios. Adopté de nuevo mi posición elegante y serena, escuchaba atentamente el discurso del Senador, terminó de hablar y nuevamente era mi turno de dirigirme a todos ellos:
- El Imperio le agradece enormemente su disposición de cuidar y velar por la seguridad de nuestros invitados Senador Solomon, con respecto a alguna notificación del motivo que trae a la princesa de Britania y su escolta real a Roma, debo excusarme pero no fui informada de ello, aunque ese lamentable hecho no será obstáculo para que podamos proseguir con esta reunión ni la opacará en ningún sentido, Britania es una nación hermana a nuestra querida Roma y por lo tanto será un placer atenderlos y ayudarles en todo lo que necesiten.
Por los Dioses, qué gran emperatriz era, lentamente volvía mi semplante natural, mis manos se posaban en mis piernas arropando con dulzura la caracola de cristal, miré de nuevo a la princesa Lin y expresé:
- Princesa de Britania, espero que el tiempo que lleva entre Romanos haya sido de su completo agrado, no tengo la fortuna de conocer las costumbres de su pueblo, pero espero que las nuestras no le parezcan un tanto bárbaras. Hice una pausa, miré a Lydia volviendo a sonreír con descaro, mis ojos no se apartaban de los suyos mientras decía:
- Espero que haya disfrutado de nuestro Desfile Tradicional, es uno de nuestros eventos insignia de bienvenida a nuestros heroes.
Dejé de mirar a mi hijastra pero antes obsequiándole una sonrisa aún más provocadora que la anterior, para ahora mirar de nuevo a la princesa Lin:
- Pincesa Lin, soy toda oídos ante sus requerimientos y ayuda que le pueda prestar la Emperatriz de Roma, pero este no es el lugar preciso para disfrutar de una conversación de tal envergadura, las invito, los invito a todos a pasar a uno de los lugares favoritos de la Señora de este palacio y mis protegidas.. señalando a ambos lados de mi puesto, indicando que esas protegidas eran las mellizas Nía y Nicole - ... Los jardínes del Palacio. Hice una nueva pausa, sin mirarla pregunté:
- Lydia... ¿nos acompañas? o deseas tomar este tiempo para ir a preparar todo lo necesario a tu estadía en la villa de tu primo Solomon?
Su presencia ya no era requerida, podía irse si gustaba, al fin y al cabo ella no era la emperatriz y esas labores solo me correspondían a mi atenderlas. Me levanté de mi asiento y di un par de pasos, todos los presentes hicieron lo mismo, mientras esperaba la respuesta de Lydia y la afirmación de la Princesa, me acerqué a Solomon, delicadamente tomé su brazo derecho para impedirle que iniciara cualquier movimiento, deteniéndolo un instante y susurrándole algo que sólo y nadie más que él podía escuchar:
- Tú y yo... tenemos que hablar, espero que sea hoy mismo!
Aquella acción fue en cuestión de segundos, por lo que no se prestaría a ningun tipo de malinterpretaciones. Me alejé de él miré a todos a mi alrededor e inicié la marcha hacia un lugar más fresco y agradable, los preciosos jardínes del Palacio.
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Recepción de Palacio
Lydia poco a poco se fue abstrayendo de aquel lugar, de pronto la conversación empezaba a carecer de sentido, no tenía deseos de permanecer en ese lugar; consideraba que tenía algo más importante que hacer, pero si no iba no podría hacer lo que más le gustaba a ella: Molestar a Diva con su insoportable presencia.
Además de eso también quería dedicarse a enterarse alguanas cosas por el simple hecho de hacerlo, y es que Lydia a pesar de ser una mujer de la nobleza, había aprendido a hacer cosas que las demás no sabían por así decirlo. Sabía elaborar hermosos arcos de cacería, aprendió a usar medianamente la espada y tenía buena puntería lanzando dagas, además de eso pues sabía mucho de baile, música y poesía; pero ni una de esas cosas la llenaba, por muy culta que fuera, por muy hermosa que se supiera, había algo que le estaba faltando y era la emoción de la cacería, y encontrar alguien que también le gustara como a ella aquel hermoso pasatiempo. Se imaginó que a su querido primo Solomon le gustaba mucho la cacería, y siendo ese el caso decidió acompañar a Diva no más, ya que no tenía muchas opciones, además que hacía mucho tiempo ya, que no veía a su querido primo Solomon.
-Por supuesto que me sentiré honrada de acompañar a la emperatriz; el deber la hija del emperador es enterarse de todos los asuntos que acontecen con su nación, no para tomar acciones, pues no cuentan, si no para no ser ignorante de lo que sucede a su alrededor- Lydia se puso de pie con la gracia de una bailarina, al hacerlo su cabello se movió dejando salir un embriagante y profundo olor a orquídeas y rosas; su posición perfectamente erguida dio a notar su figura esbelta y la perfección de su rostro se iliminó con la luz del sol dando su fulgor. Sí. Definitivamente la hija del emperador era casi una diosa, su belleza, el tono de su voz, todo rayaba en la perfección.
Con algo de recelo la joven princesa se acercó a Solomon una vez que Diva soltó el brazo de su primo y poniendo su mano derecha sobre el hombro izquierdo del joven de cabellos rubios dijo en tono bajo:
-Mi querido Solomon, luego de la reunión si tienes tiempo me gustaría que me acompañaras a un lugar en especial, como a todos mis primos a tí te tengo un regalo.
Una vez dicho esto se alejó con la sutileza de una mariposa y emprendió su marcha hasta el jardín detrás de Diva, la mujer a la que tenía ganas de aplastar con una gran columna del templo de la diosa Diana; sin embargo como lo había prometido ya, no haría nada de eso puesto se le estaba terminantemente prohibido.
Lydia- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de Afrodita
Ataques :
AD - Flama de Lujuria (4400)
AD - Ovillo de Espinas Rojas (4500)
AM - Canto de la Lamia (4900)
AM - Renacer de la titania (5000)
AF - Jardín de Rosas Negras (*6200)
AF - Penitencia (5700)
AFa - Encanto de lo oscuro (6600)
AFa - Esencia de feromona (6700)
Defensa :
Laberinto de Lujuria
DE - Danza de los cinco tokens
Cantidad de envíos : 404
Re: Recepción de Palacio
Los ojos perspicaces del joven se posaban sobre quien le comenzaba a sojetar con fuerza, era Diva ni más, ni menos. El gesto frio y serio de Solomon harian aparentar una profunda indiferencia a las palabras de la emperatriz, un cargo que por cierto habia logrado gracias a "su buena suerte", esa supuesta antipatia que demostraba Solomon al estar al lado de Diva hacia dudar a las masas romanas sobre su relación, ya se habia comentado entre pasillos innumerables veces el trato que se tenian Diva y Solomon, inclusive los más osados creain en un amorio, aunque nadie pudiera afirmarlo y mucho menos ante la frialdad que siempre le habia demostrado Solomon a la emperatriz ante la sociedad.
Diva se alejo tan rapido que no dio tiempo al senador de responderle, era claro que ella lo asumia como siempre. Los colores de la habitación oscurecian, perdian su brilla y contraste, todo se iba volviendo gris tras las palabras de Diva. Este embiente enfermizo se diluyo ante una nueva fuerza que lo agarraba del brazo derecho, esta era muy diferente a la de Diva, era docil y sutil, era Lydia quien al igual que su "madre" se acercaba a su oido a dictarle una serie de palabras, luego de eso se retiro.
Solomon quedaba en el absoluto mutismo, su aspecto lucia como el de siempre, tranquilo y alegre aunque reservado. Solo se paro tomando del brazo a Lin y comenzo el avance hacia los jardines.
Diva se alejo tan rapido que no dio tiempo al senador de responderle, era claro que ella lo asumia como siempre. Los colores de la habitación oscurecian, perdian su brilla y contraste, todo se iba volviendo gris tras las palabras de Diva. Este embiente enfermizo se diluyo ante una nueva fuerza que lo agarraba del brazo derecho, esta era muy diferente a la de Diva, era docil y sutil, era Lydia quien al igual que su "madre" se acercaba a su oido a dictarle una serie de palabras, luego de eso se retiro.
Solomon quedaba en el absoluto mutismo, su aspecto lucia como el de siempre, tranquilo y alegre aunque reservado. Solo se paro tomando del brazo a Lin y comenzo el avance hacia los jardines.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
Cantidad de envíos : 296
Re: Recepción de Palacio
Habíamos llegado ya al palacio de cesar donde nos recibiría la emperatriz Diva ya estaba muy agotada por el viaje sentía que no había dormido en días pero tenia que ser fuerte por mi princesa así que seguimos a la entrada del palacio y se podía apreciar estatuas de mármol gigantes y muy bellas una decoración que parecía el palacio de los dioses del Olimpo. Llegamos hasta la sala de la emperatriz. Todos se quedaron por un momento hablando pero yo no podía escuchar muy ya que estaba mas alejada de los demás pero podía apreciar que la emperatriz era muy hospitalaria y muy buena persona ya que nos había invitado a pasa hacia su jardín real. La vista era hermosa había campos de rosas por doquier se sentía un aroma de paz y tranquilidad.
Ya que este tema del que van hablar es privado voy a darle un vistazo al jardín así que me aleje de todos y fui a ver todos los campos y esculturas de rosas y plantas que habían en el jardín.
Este es un lindo jardín es hermoso. Hay una rosa blanca, de todas, es la mayor ella es la más bella flor que exhala pura bondad. También allí, se asoma una rosa amarilla, es una maravilla danza con el viento, va invitando a sus avecillas a bailar su ritmo En aquella esquina, se puede ver una rosa roja, ella lucha por mantenerse perfume que sus amores aspiran desde el amanecer.
Me acerque a las rosas blancas para tomar una mientras que la estaba tomando sentí como una espina se incrusto en mi dedo puse un rostro de dolor pero la termine de tomar mi dedo donde estaba la espina la saque con mi boca pero debido a eso quede botando pequeñas gotas de sangre si prestarle mucha atención camine y seguí explorando se podía apreciar una hermosa fuentes donde habían colerines tocando una dulce tonada aclare mi garganta y cerré mis ojos muy lentamente la rosa que tome la puse cerca de mi nariz y empecé a oler su aroma después empecé a cantar en la tonada de las aves ese momento era de paz y amor los problemas se desvanecían poco a poco hasta que quedo solo la serenidad y la dulce melodía de la tranquilidad.
Ya que este tema del que van hablar es privado voy a darle un vistazo al jardín así que me aleje de todos y fui a ver todos los campos y esculturas de rosas y plantas que habían en el jardín.
Este es un lindo jardín es hermoso. Hay una rosa blanca, de todas, es la mayor ella es la más bella flor que exhala pura bondad. También allí, se asoma una rosa amarilla, es una maravilla danza con el viento, va invitando a sus avecillas a bailar su ritmo En aquella esquina, se puede ver una rosa roja, ella lucha por mantenerse perfume que sus amores aspiran desde el amanecer.
Me acerque a las rosas blancas para tomar una mientras que la estaba tomando sentí como una espina se incrusto en mi dedo puse un rostro de dolor pero la termine de tomar mi dedo donde estaba la espina la saque con mi boca pero debido a eso quede botando pequeñas gotas de sangre si prestarle mucha atención camine y seguí explorando se podía apreciar una hermosa fuentes donde habían colerines tocando una dulce tonada aclare mi garganta y cerré mis ojos muy lentamente la rosa que tome la puse cerca de mi nariz y empecé a oler su aroma después empecé a cantar en la tonada de las aves ese momento era de paz y amor los problemas se desvanecían poco a poco hasta que quedo solo la serenidad y la dulce melodía de la tranquilidad.
Elizabeth- Cantidad de envíos : 3
Re: Recepción de Palacio
De el jardín ala recepción y nuevamente al jardín me hizo sentir realmente alegre ya que el jardín era mi lugar favorito
- Genial dije casi susurrando-
Diva se comportaba un tanto extraña después que ocurrió aquello se veía totalmente normal, sentí un tanto de hostil a nuestros invitados ya que ni siquiera alguno saludo quizás porque solo era una acompañante pero incluso el esclavo mas bajo merece un saludo por lo menos, pero no le tome mucha importancia realmente nos dirigimos al jardín tomando la ruta de siempre el joven rubio el cual se hacia llamar Solomon tomo del brazo ala princesa de Britania, lo primero que vi. Fueron sus ojos era realmente lindo pero no al extremo de quedarme anonadada con el además que había algo en el que no le cuadraba, así las acompañantes de la princesa le siguieron, por mi parte iba a un costado de la emperatriz diva
- Ya casi hemos llegado al jardín mas hermoso de toda roma, sus olores son muy peculiares tanto que logran relajarte, las flores son las mas hermosas y exóticas que hay, el agua de la fuente mas pura. Ahhhhhh realmente una inspiración enorme o al menos lo es para mí-
Dije mientras nos acercábamos mas y mas con gran alegría a pesar que había salido de hay, suspire profundamente.
Nicole- Status :
Cantidad de envíos : 36
Re: Recepción de Palacio
Después de esperarla un tiempo ala emperatriz por fin se había dignado a presentarse, mientras su hijastra Lydia hablaba con el señor Solomon al parecer eran primos y pensé * Wow porque la tardanza acaso esta es la forma de recibir a sus invitados* coloque mis manos en la cintura mientras movía mi cuello formando círculos ya que estaba muy cansada y adolorida cuando se veía salir a una mujer de un pasillo
- Parece que se acerca la emperatriz de roma señorita Lin-
*al fin apareces ya me estaba cansando*
Mientras Diva le agradecía a Lydia por avernos acompañado en el tiempo de su ausencia , le pidió que nos acompañara o que fuera a ver unos preparativos así que ella decidió acompañarnos y nos dirigimos todos hacia el jardín sin dar tiempo de presentaciones, solo una chica de cabellos rubios fue la única que saludo, Solomon tomo del brazo a La princesa Lin, así como Elizabeth y yo también fuimos detrás de ellas, pasamos por el pasillo en cual Diva acababa de salir ya que hay se encontraba dicho lugar de encuentro, quizás quería ir a ese lugar por tranquilo y sereno, así nadie podía interrumpir y la princesa Lin diría el asunto de nuestra inesperada visita
- espero que no sea aburrido -
Clover- Cantidad de envíos : 8
Re: Recepción de Palacio
Tras lentos y eternos pasos, el alba comenzaba a teñir los cielos de calidas tonalidades. Las calles se ensanchaban y estructuras mas imponentes podían visualizarse en la distancia. El esmero de Lucy se veía al fin recompensado, al encontrarse en lo que parecía ser una amplia rotonda. A su lado estaban las puertas del coliseo, y tan solo un poco mas adelante podía verse el glorioso palacio del Cesar. Por un instante asomó su rostro del capuchón solo para asegurarse que sus ojos no la engañaban, pero la brisa caliente golpeando su rostro le demostró que era real. Suspiró aliviada, había llegado, y pronto lograría lo que tanto anhelaba. Sin darse cuenta, sus labios se curvaron en una inevitablemente retorcida sonrisa, macabra y al mismo tiempo complacida. Una brisa alborotó sus largos y azabaches cabellos haciéndolos volar libres de la prisión de los harapos. La dama comenzaba a sentir más allá del agobio en su cuerpo que la piel le quemaba y los ojos le dolían a causa de la brillante luz solar que cada vez se alzaba mas en el cielo. Por lo que retomó su rumbo al palacio con gran fuerza y determinación.
Tomó los pliegues de su vestido para no tropezar en su apuro al subir los peldaños. Inhaló profundamente y extendiendo sus brazos con decisión abrió por si sola y con brusquedad las dos grandes puertas de la entrada a la estructura. Entrando con gran presencia y hasta podría decirse que dejando salir un poco de la furia que se contenía en su interior y que comenzaba a encenderse a cada momento. El sonido estridente de las puertas hizo ecos a lo largo de toda la inmensa habitación. El silencio era cortado por el golpeteo de los tacos de la pelinegra a cada paso que daba con solidez, y escondido entre ellos un tenue hasta casi imperceptible tintinear. No tardó en detenerse ya que los guardias se interpusieron ante tal entrada de la extraña y sombría mujer, que pronto que quitó las maltrechas telas revelando su identidad. Los ojos de uno de los soldados, del más veterano se ensancharon al ver la apariencia tan familiar de Lucy.
-¡Llamad al emperador! Decidle que su cuñada esta aquí…- musitó ella en un tono severo y cruel, sin embargo seductor y elegante en todo momento. Los romanos vacilaron un instante, pero el collar en el cuello de la dama delataba su identidad, el mismo símbolo de nobleza que cargaba la antigua emperatriz. Uno de los hombres salió en búsqueda de la mujer que ahora reinaba el imperio, Diva.
“Ya casi en nuestras manos…puedes saborearlo ¿no es verdad?... Ahora…” Resonó la malicia y el sadismo puro en su cabeza, la sed de sangre. Todo comenzará. Se respondió para sí misma, dejando a sus labios tentarse de una sonrisa, pero manteniendo la serenidad porque no hay tragedia sin una buena actuación.
“Que se eleve el telón de su final…” se mezclaban en su mente las voces. Toda la complejidad de su persona por fin parecía unificarse por una causa en común…la venganza.
Tomó los pliegues de su vestido para no tropezar en su apuro al subir los peldaños. Inhaló profundamente y extendiendo sus brazos con decisión abrió por si sola y con brusquedad las dos grandes puertas de la entrada a la estructura. Entrando con gran presencia y hasta podría decirse que dejando salir un poco de la furia que se contenía en su interior y que comenzaba a encenderse a cada momento. El sonido estridente de las puertas hizo ecos a lo largo de toda la inmensa habitación. El silencio era cortado por el golpeteo de los tacos de la pelinegra a cada paso que daba con solidez, y escondido entre ellos un tenue hasta casi imperceptible tintinear. No tardó en detenerse ya que los guardias se interpusieron ante tal entrada de la extraña y sombría mujer, que pronto que quitó las maltrechas telas revelando su identidad. Los ojos de uno de los soldados, del más veterano se ensancharon al ver la apariencia tan familiar de Lucy.
-¡Llamad al emperador! Decidle que su cuñada esta aquí…- musitó ella en un tono severo y cruel, sin embargo seductor y elegante en todo momento. Los romanos vacilaron un instante, pero el collar en el cuello de la dama delataba su identidad, el mismo símbolo de nobleza que cargaba la antigua emperatriz. Uno de los hombres salió en búsqueda de la mujer que ahora reinaba el imperio, Diva.
“Ya casi en nuestras manos…puedes saborearlo ¿no es verdad?... Ahora…” Resonó la malicia y el sadismo puro en su cabeza, la sed de sangre. Todo comenzará. Se respondió para sí misma, dejando a sus labios tentarse de una sonrisa, pero manteniendo la serenidad porque no hay tragedia sin una buena actuación.
“Que se eleve el telón de su final…” se mezclaban en su mente las voces. Toda la complejidad de su persona por fin parecía unificarse por una causa en común…la venganza.
Lucy- Ataques :
AD - Serpent’s Embrace (500)
Defensa :
Fuego de la Agonía
Cantidad de envíos : 69
Re: Recepción de Palacio
Estaba ya frente a la gran puerta, el otro soldado que custodiaba la entrada tenía el mismo semblante que su compañero, esto ya me resultaba sospechoso, no me molesté en decirles a los dos idiotas estos que me abrieran la puerta, mientras apoyaba las palmas de mis manos sobre la gruesa madera expresé: - Que nadie!!!! Entiéndanlo muy bien, NADIE!!! Me interrumpa sea quien sea, así sea el mismo Emperador de Roma. Aún en medio de su peculiar trance asintieron al mismo tiempo mientras se ubicaban nuevamente en sus respectivas posiciones, las puertas se movieron para darme paso entre ellas, atravesé un poco la entrada y apoyando mi cuerpo sobre la madera comencé a cerrarla nuevamente. Mis intenciones eran claras, quedarme a solas con la mujer que con tanto fervor buscaba a mi actual esposo.
La mujer se encontraba de espaldas al final de aquel pasillo casi justo sobre la pared que tenía yo en frente, una capa larga y negra cubría sus ropas, sus cabellos sin saber el color que tuviesen se escondía bajo la capucha de esta prenda, podía notar que era un tanto baja más baja que yo, parecía que aún no se percataba de mi presencia allí, sentí un malestar en el pecho, la presencia de esta mujer me daba un mal presagio, levanté mis manos, acaricié ambos brazaletes cruzando ambos brazos sobre mi pecho, levanté la vista y en tono fuerte y cortante dije: - ¿Quién es la ramera que con tanto ahínco desea la presencia de mi esposo el Emperador?
En ese momento la mujer se giró y algo brilló que me encegueció por unos instantes, rápidamente descrucé mis brazos y llevé mis manos a mis ojos cubriéndome del resplandor, la luz desaparecía casi instantáneamente, volví mi vista sobre aquel objeto y era un medallón imperial de las tierras de Hispania, sin pensarlo levanté rápidamente mi vista buscando el rostro de aquella mujer, ésta delicada y lentamente se sacaba su capucha dejando libre su identidad, abrí mis ojos de par en par, entreabrí mis labios estuve a punto de gritar, palidecí por completo y mis brazos cayeron dejándolos flojos a ambos lados; mis pensamientos se hicieron caóticos, solo me decían una y otra vez - Es Helena, pero… pero… pero si ella está muerta!!!
Mi cerebro no paraba de taladrármelo segundo a segundo, pero mis ojos veían otra cosa, inicié mi marcha hacia ella, con apuro casi podía verse que corría a su encuentro, levanté mis manos como si quisiera atraparla con ellas, estaba a escasos centímetros de su figura, mi mano izquierda fue directamente a su cuello, cerré con fuerza mis dedos e hice que ambas camináramos yo hacia el frente y ella hacia atrás, apoyé con cierta fuerza su cuerpo en la pared, el golpe se escuchó un tanto seco, apretaba con fuerza pero no la asfixiaba ni ahorcaba, acerqué mis labios a su lado izquierdo mientras mi mano derecha se apoyaba completamente sobre la pared, le susurraba una y otra vez: - Tú!!!.. tú estás muerta!!!! Muerta!!! … Muerta!!!… Muy MUERTAAAAAAAAAA!!!!! Golpeaba con mi mano libre la pared mientras lo decía. Llevé mi rostro frente al suyo, mi vista se encontraba baja, miraba su medallón, mi mano derecha lo tomaba, subí mi vista, mis ojos se encontraban con los suyos mi mano seguía sujetando su cuello, era Helena, más joven pero era Helena, comencé a temblar, ya parecía que la sangre abandonaba mi cuerpo, estaba completamente pálida y blanca de la impresión, solté su medallón y llevé mi mano libre a su rostro, dejándola sobre su mejilla: - Helena… Mi voz entre dudosa y temerosa, mi piel estaba fría, continuaba mirándola; Anubis se burlaba de mi, Hades se reía de mí; mi mano seguía en su mejilla, no se movía no podía estaba petrificada, sólo pude decir: - No!… no… tú no eres Helena!!! Quité mi mano de su mejilla, la atraje hacia mí por su cuello y con la mano suelta sujeté sus cabellos echándolos hacia atrás alzando un poco su cabeza, mi semblante cambiaba rotundamente, en mis ojos se mostraba la ira, mi voz se hizo más grave, pausada y lúgubre mirándola con el mayor de los odios, expresé: - ¿Quién... eres... tú? Casi podía asesinarla con mis ojos.
----------------------------------------------------
Nota: La manipulación realizada por parte de Diva al personaje de Lucy fue autorizada por ella misma, con la intensión de darle más emoción al encuentro entre las dos ^^
La mujer se encontraba de espaldas al final de aquel pasillo casi justo sobre la pared que tenía yo en frente, una capa larga y negra cubría sus ropas, sus cabellos sin saber el color que tuviesen se escondía bajo la capucha de esta prenda, podía notar que era un tanto baja más baja que yo, parecía que aún no se percataba de mi presencia allí, sentí un malestar en el pecho, la presencia de esta mujer me daba un mal presagio, levanté mis manos, acaricié ambos brazaletes cruzando ambos brazos sobre mi pecho, levanté la vista y en tono fuerte y cortante dije: - ¿Quién es la ramera que con tanto ahínco desea la presencia de mi esposo el Emperador?
En ese momento la mujer se giró y algo brilló que me encegueció por unos instantes, rápidamente descrucé mis brazos y llevé mis manos a mis ojos cubriéndome del resplandor, la luz desaparecía casi instantáneamente, volví mi vista sobre aquel objeto y era un medallón imperial de las tierras de Hispania, sin pensarlo levanté rápidamente mi vista buscando el rostro de aquella mujer, ésta delicada y lentamente se sacaba su capucha dejando libre su identidad, abrí mis ojos de par en par, entreabrí mis labios estuve a punto de gritar, palidecí por completo y mis brazos cayeron dejándolos flojos a ambos lados; mis pensamientos se hicieron caóticos, solo me decían una y otra vez - Es Helena, pero… pero… pero si ella está muerta!!!
Mi cerebro no paraba de taladrármelo segundo a segundo, pero mis ojos veían otra cosa, inicié mi marcha hacia ella, con apuro casi podía verse que corría a su encuentro, levanté mis manos como si quisiera atraparla con ellas, estaba a escasos centímetros de su figura, mi mano izquierda fue directamente a su cuello, cerré con fuerza mis dedos e hice que ambas camináramos yo hacia el frente y ella hacia atrás, apoyé con cierta fuerza su cuerpo en la pared, el golpe se escuchó un tanto seco, apretaba con fuerza pero no la asfixiaba ni ahorcaba, acerqué mis labios a su lado izquierdo mientras mi mano derecha se apoyaba completamente sobre la pared, le susurraba una y otra vez: - Tú!!!.. tú estás muerta!!!! Muerta!!! … Muerta!!!… Muy MUERTAAAAAAAAAA!!!!! Golpeaba con mi mano libre la pared mientras lo decía. Llevé mi rostro frente al suyo, mi vista se encontraba baja, miraba su medallón, mi mano derecha lo tomaba, subí mi vista, mis ojos se encontraban con los suyos mi mano seguía sujetando su cuello, era Helena, más joven pero era Helena, comencé a temblar, ya parecía que la sangre abandonaba mi cuerpo, estaba completamente pálida y blanca de la impresión, solté su medallón y llevé mi mano libre a su rostro, dejándola sobre su mejilla: - Helena… Mi voz entre dudosa y temerosa, mi piel estaba fría, continuaba mirándola; Anubis se burlaba de mi, Hades se reía de mí; mi mano seguía en su mejilla, no se movía no podía estaba petrificada, sólo pude decir: - No!… no… tú no eres Helena!!! Quité mi mano de su mejilla, la atraje hacia mí por su cuello y con la mano suelta sujeté sus cabellos echándolos hacia atrás alzando un poco su cabeza, mi semblante cambiaba rotundamente, en mis ojos se mostraba la ira, mi voz se hizo más grave, pausada y lúgubre mirándola con el mayor de los odios, expresé: - ¿Quién... eres... tú? Casi podía asesinarla con mis ojos.
----------------------------------------------------
Nota: La manipulación realizada por parte de Diva al personaje de Lucy fue autorizada por ella misma, con la intensión de darle más emoción al encuentro entre las dos ^^
Última edición por Diva el Miér Ago 25, 2010 2:44 am, editado 1 vez
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Recepción de Palacio
Lucy quedo sola en aquel inmenso salón, sumida en sus pensamientos, hundida en el silencio apaciguante que brindaba la soledad en esos momentos. Tan solo la brisa arañando las columnas era lo suficientemente perceptible en un silbido que se mezclaba con la respiración de la dama. Se dio la vuelta, girando su cabeza admirando la belleza de la habitación para luego agachar su cabeza y cerrar con lentitud sus parpados. Las voces e imágenes en su cabeza eran una turbia marea que golpeaba su espíritu a cada instante haciendo crecer su nerviosismo. Levemente temblaba, conteniendo dentro de si toda esa angustia y esa furia. Cerraba sus puños y hinchaba su pecho sosteniendo el aire buscando concentrarse en tranquilidad. Mantenerse en la línea, no podía cometer errores. Por un segundo tan solo uno, se permitió dejarse llevar por los recuerdos que la hostigaban, queriendo rememorar todo lo que le la había llevado hasta allí.
“Es hora.” Sintió aquella tétrica y cruel voz resonar en su cabeza. Apretó aun más sus parpados.
-¿Quién es la ramera que con tanto ahínco desea la presencia de mi esposo el Emperador?-. La firme voz de la emperatriz repicó por toda la habitación entre ecos. Los parpados de la pelinegra se abrieron con lentitud, se dio la vuelta observando a su enemiga con frialdad en su mirada.
Tan pronto como se percató del espanto en la cara de la mujer en la que todo su odio recaía sintió cierto placer. ¿Podría ser?... ¿que viese en ella la imagen de la antigua emperatriz?
“Ya es nuestra” deseó sonreír al escuchar ese pensamiento invadir su mente. Pero debía mantenerse al margen, era muy arriesgado ser impulsivo. Pero no tuvo tiempo para contenerse ya que la egipcia ya reaccionaba. Una fuerte presión envolvió su cuello, haciéndola retroceder. Su espalda golpeó la pared con fuerza, el frío de la piedra y el dolor en sus débiles costillas hizo recorrer la adrenalina en su cuerpo. Su mirada se aguzó clavándose con rencor sobre los de la mujer que la aprisionaba. Su mandíbula se tensó aguantando un grito de ira pura, soportando abalanzarse sobre la mujer más importante de Roma. Sin embargo la expresión de terror en esta era tan placentera para la reina hispana. Tanto que sus labios se curvaron levemente, escuchando con claridad como su antagonista balbuceaba temerosa aquello que la dama buscaba, lo que necesitaba. Dándole precisamente la razón a sus suposiciones, la excusa para permitir toda esa demencia liberarse descontrolada. Sin embargo se contuvo, a cada palabra con la que la emperatriz se hundía la sonrisa de Lucy se ensanchaba cual gato de cheshire. Sus ojos negros parecían hacerse a cada instante mas profundos y oscuros, encendidos en rabia y locura. Las miradas llenas de vivacidad y arrebato de ambas se cruzaban y chocaban como si una guerra fuese a estallar en cualquier instante tan solo entre sus ojos. Cuando Diva terminó se hizo un silencio sepulcral y exasperante que no habría de durar mucho. Ahora era su turno…
-Que grata bienvenida…Diva.- expresó la dama con sarcasmo. Podía sentir como descargas eléctricas recorriendo su cuerpo, toda la tensión comenzaba a liberarse siendo remplazada por el descontrol, la adrenalina…la deleitable ira. Sus manos fueron ascendiendo por los brazos de la emperatriz, rasgando levemente su piel con el pasar delicado de sus uñas cual garras. Sus brazos palpitaban aguantando el desgarrar la piel de la mujer, con lentitud seguía el camino hacia sus manos. Pronto sus manos se cerraron agarrando con extrema brusquedad las muñecas de la egipcia. Con una fuerza que ni ella misma creía tener entre tanto cansancio obligo a que la soltara, casi retorciendo sus articulaciones, haciéndola retroceder al tiempo que ella avanzaba intimidante.
-¿Extrañas mi rostro? - musitó amenazante y sombría, como si fuese el mismísimo fantasma del pasado volviendo a hostigar a Diva. Los ojos de Lucy penetraban la mirada de la mujer con cinismo, con odio, pero mas que nada con locura…delirio. Su sonrisa sádica se ensanchaba cada vez más en una imagen espeluznante. Ejercía mas fuerza en los brazos de la joven, con tanta violencia que casi la hacía caer al suelo. Estaba descontrolada, sintiéndose imponente y ansiosa por destruirla. Habiéndola hecho encogerse bastante, su rostro se torno más delicado nuevamente, pero aun denotando en sus orbes todo el frenesí. Agacho su cabeza dejando que sus largos y azabaches cabellos cayeran sobre el rostro de la egipcia. Sus rostros estaban muy cerca, tanto que podían sentirse las respiraciones agitadas y el fervor de sus corazones.
-No soy el fantasma de la mujer que asesinaste…soy una pesadilla peor…su hermana. Veo que la Escoria de tu marido no ha de estar, ya arreglare mis asuntos con él hombre que me quitó a Helena para llevarla a su perdición. Pero tú mujerzuela…tú mereces sufrir antes y aun más. Puedo ver a través de tu mascará, tu eres la culpable, has cavado tu propia tumba… No olvidaras este rostro, te lo prometo.- la sacudió para hacerla estremecer, que supiese que su mundo pronto se colapsaría. Acercó su rostro aun más, peligrosamente. Podría haberle destrozado, ganas no le faltaban, pero no, sus labios volvieron a abrirse aspirando aire para susurrar en su oído.
-Todo este odio y todo este dolor, arrasaran hasta dejar las ruinas de lo que alguna vez fue tu vida. A medida que mi furia crezca… ¡tu caerás!... Pronto mi querida “emperatriz” suplicaras por la muerte…y yo…yo reiré viéndote desmoronarte en la lenta agonía, escuchándote gritar hmhmhm hahahaha HAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAHA. – la crueldad, el sadismo en la voz de Lucy era aterrador. Reía con descaro sin control, sin límite. A tal punto que su risa no solo aturdió a la emperatriz mientras la soltaba con violencia terminando por tirarla al suelo, sino que también se escucho en gran parte de los alrededores. La pelinegra agacho su cabeza, dejando que sus cabellos ensombrecieran su faz, tan solo se asomaba aquella macabra sonrisa. Dio un paso que con fuerza resonó por toda la habitación, luego otro. Con lentitud se acercaba a Diva con agresividad, intimidante. Una vez que estuvo a su lado bajo su mirada a la altura de la egipcia, observándola con despreció como si fuese un mero insecto. La sonrisa desapareció dando lugar a un temple serio, una gelidez que produciría de los peores escalofríos. –Conocerás el dolor, el sufrimiento que ni en sueños podrías imaginar…pero primero… me traerás a mi familia… AHORA!- expresó con una voz lúgubre, casi gritando, en sus ojos brillaba una intención asesina. Pero no perdió en ningún momento la elegancia en su compostura.
“Es hora.” Sintió aquella tétrica y cruel voz resonar en su cabeza. Apretó aun más sus parpados.
-¿Quién es la ramera que con tanto ahínco desea la presencia de mi esposo el Emperador?-. La firme voz de la emperatriz repicó por toda la habitación entre ecos. Los parpados de la pelinegra se abrieron con lentitud, se dio la vuelta observando a su enemiga con frialdad en su mirada.
Tan pronto como se percató del espanto en la cara de la mujer en la que todo su odio recaía sintió cierto placer. ¿Podría ser?... ¿que viese en ella la imagen de la antigua emperatriz?
“Ya es nuestra” deseó sonreír al escuchar ese pensamiento invadir su mente. Pero debía mantenerse al margen, era muy arriesgado ser impulsivo. Pero no tuvo tiempo para contenerse ya que la egipcia ya reaccionaba. Una fuerte presión envolvió su cuello, haciéndola retroceder. Su espalda golpeó la pared con fuerza, el frío de la piedra y el dolor en sus débiles costillas hizo recorrer la adrenalina en su cuerpo. Su mirada se aguzó clavándose con rencor sobre los de la mujer que la aprisionaba. Su mandíbula se tensó aguantando un grito de ira pura, soportando abalanzarse sobre la mujer más importante de Roma. Sin embargo la expresión de terror en esta era tan placentera para la reina hispana. Tanto que sus labios se curvaron levemente, escuchando con claridad como su antagonista balbuceaba temerosa aquello que la dama buscaba, lo que necesitaba. Dándole precisamente la razón a sus suposiciones, la excusa para permitir toda esa demencia liberarse descontrolada. Sin embargo se contuvo, a cada palabra con la que la emperatriz se hundía la sonrisa de Lucy se ensanchaba cual gato de cheshire. Sus ojos negros parecían hacerse a cada instante mas profundos y oscuros, encendidos en rabia y locura. Las miradas llenas de vivacidad y arrebato de ambas se cruzaban y chocaban como si una guerra fuese a estallar en cualquier instante tan solo entre sus ojos. Cuando Diva terminó se hizo un silencio sepulcral y exasperante que no habría de durar mucho. Ahora era su turno…
-Que grata bienvenida…Diva.- expresó la dama con sarcasmo. Podía sentir como descargas eléctricas recorriendo su cuerpo, toda la tensión comenzaba a liberarse siendo remplazada por el descontrol, la adrenalina…la deleitable ira. Sus manos fueron ascendiendo por los brazos de la emperatriz, rasgando levemente su piel con el pasar delicado de sus uñas cual garras. Sus brazos palpitaban aguantando el desgarrar la piel de la mujer, con lentitud seguía el camino hacia sus manos. Pronto sus manos se cerraron agarrando con extrema brusquedad las muñecas de la egipcia. Con una fuerza que ni ella misma creía tener entre tanto cansancio obligo a que la soltara, casi retorciendo sus articulaciones, haciéndola retroceder al tiempo que ella avanzaba intimidante.
-¿Extrañas mi rostro? - musitó amenazante y sombría, como si fuese el mismísimo fantasma del pasado volviendo a hostigar a Diva. Los ojos de Lucy penetraban la mirada de la mujer con cinismo, con odio, pero mas que nada con locura…delirio. Su sonrisa sádica se ensanchaba cada vez más en una imagen espeluznante. Ejercía mas fuerza en los brazos de la joven, con tanta violencia que casi la hacía caer al suelo. Estaba descontrolada, sintiéndose imponente y ansiosa por destruirla. Habiéndola hecho encogerse bastante, su rostro se torno más delicado nuevamente, pero aun denotando en sus orbes todo el frenesí. Agacho su cabeza dejando que sus largos y azabaches cabellos cayeran sobre el rostro de la egipcia. Sus rostros estaban muy cerca, tanto que podían sentirse las respiraciones agitadas y el fervor de sus corazones.
-No soy el fantasma de la mujer que asesinaste…soy una pesadilla peor…su hermana. Veo que la Escoria de tu marido no ha de estar, ya arreglare mis asuntos con él hombre que me quitó a Helena para llevarla a su perdición. Pero tú mujerzuela…tú mereces sufrir antes y aun más. Puedo ver a través de tu mascará, tu eres la culpable, has cavado tu propia tumba… No olvidaras este rostro, te lo prometo.- la sacudió para hacerla estremecer, que supiese que su mundo pronto se colapsaría. Acercó su rostro aun más, peligrosamente. Podría haberle destrozado, ganas no le faltaban, pero no, sus labios volvieron a abrirse aspirando aire para susurrar en su oído.
-Todo este odio y todo este dolor, arrasaran hasta dejar las ruinas de lo que alguna vez fue tu vida. A medida que mi furia crezca… ¡tu caerás!... Pronto mi querida “emperatriz” suplicaras por la muerte…y yo…yo reiré viéndote desmoronarte en la lenta agonía, escuchándote gritar hmhmhm hahahaha HAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAHA. – la crueldad, el sadismo en la voz de Lucy era aterrador. Reía con descaro sin control, sin límite. A tal punto que su risa no solo aturdió a la emperatriz mientras la soltaba con violencia terminando por tirarla al suelo, sino que también se escucho en gran parte de los alrededores. La pelinegra agacho su cabeza, dejando que sus cabellos ensombrecieran su faz, tan solo se asomaba aquella macabra sonrisa. Dio un paso que con fuerza resonó por toda la habitación, luego otro. Con lentitud se acercaba a Diva con agresividad, intimidante. Una vez que estuvo a su lado bajo su mirada a la altura de la egipcia, observándola con despreció como si fuese un mero insecto. La sonrisa desapareció dando lugar a un temple serio, una gelidez que produciría de los peores escalofríos. –Conocerás el dolor, el sufrimiento que ni en sueños podrías imaginar…pero primero… me traerás a mi familia… AHORA!- expresó con una voz lúgubre, casi gritando, en sus ojos brillaba una intención asesina. Pero no perdió en ningún momento la elegancia en su compostura.
----------------------------------------------------
Nota: La manipulación realizada fue autorizada y planeada offrol
Lucy- Ataques :
AD - Serpent’s Embrace (500)
Defensa :
Fuego de la Agonía
Cantidad de envíos : 69
Re: Recepción de Palacio
Mis ojos no se apartaban de los de ella, mis manos seguían ejerciendo presión sobre su cuello y cabello esperando una respuesta de su parte, la imagen de aquella mujer, el vivo retrato de la anterior Emperatriz Helena me hacía temblar, solo quería, solo deseaba profundamente regresarla de donde nunca más debió salir. Al mirarla con aquel odio y con aquel deseo de eliminarla podía ver en sus ojos reflejado el mismo sentimiento, de pronto sentí como sus manos se deslizaban con agresividad por mis brazos dejando marcas con sus uñas en mi piel, llegó a mis muñecas y las sujetó con fuerza, a simple vista parecía frágil aquella mujer pero sus manos me quemaban, se notaba que todo aquel sentimiento lo tenía guardado y esperando solo por mí.
Seguía confundida, de pronto se hizo escuchar su voz… y no era la de ella, cerré mis ojos y pude respirar de alivio - Los muertos no reviven y no se levantan de sus tumbas. Era lo que constantemente me repetía mentalmente mientras de ella salían un sinfín de vocablos, su fuerza e intimidación me hacían caminar hacia atrás como en un momento pasado lo hice yo con ella, no tardó en soltarme, parecía que no podía manejar bien aquel hermoso sentimiento que por años alimentó su alma llamado: Odio.
Abrí mis ojos y éstos me seguían jugando una mala pasada, no podía quitarle la mirada de encima, sin más ni más abría su boca nuevamente para expresar: -¿Extrañas mi rostro? - aquellas malditas palabras me perturbaban con razón, como si no fuera suficiente tener que verla para que me recordara más y más a la fallecida esposa del Emperador. Una vez más palidecí y perdía el control de la situación; ella parecía notarlo y sacaba provecho de ello, con su actitud arrogante y dominante caminaba hacia mí de manera retadora tomándome de nuevo por mis brazos y haciéndome encoger quedando en una posición vulnerable; atrajo su rostro hacia mí, ella sentía mi respiración como yo sentía la suya, en esos momentos me sacudía, no parecía ser yo, la indomable y dominatriz Diva, ahora tan frágil, tan vulnerable, no era la mujer Egipcia que había conseguido todo absolutamente todo lo que quería y deseaba en la vida, simplemente delante de ella era una mujer simple y sosa, sometida a los sentimientos ocultos y profundos de una mujer desquiciada.
Mi rostro se mostraba asustado, con los ojos bien abiertos, con las iris contraídas; me sentía temerosa, el sudor asomaba a través de mis poros dejando delicadas gotas aflorar; ella nuevamente me hablaba, parecía que tenía mucho que decir y que se lo había guardado por mucho tiempo, sus palabras llenas de dolor y desprecio, letra a letra, palabras tras palabras, cargada del más insano sentimiento; mi cuerpo parecía no responder a mis reclamos mentales, se dejaba llevar inclinándose más dejando que ella tuviera el control de la situación, de pronto me detenía, sus palabras eran directas, me amenazaba a mí a la reina, a la soberana, a la Emperatriz de Roma, mi semblante cambió por completo, mi cabeza gacha y sombría, dibujándose sobre mis labios una sutil y maléfica sonrisa dejando ver entre ellos un poco mis dientes, mis ojos recompuestos, un poco cerrados y con la pupila dilatada, sin más un sonido travieso y bajo que se extendía por todo el salón, un sonido de una risa que comenzaba a tener fuerza y vigor: - Jijiji jijiji jijijiji jajajajajaja hahahahahaha HAHAHAHAHAHAHA
El sonido era macabro y oscuro, retumbaba con sus ecos haciéndolo más infernal, la lúgubres del cuarto parecía extenderse y responder a nuestros actos, rápidamente lleve de nuevo mi mano izquierda a su cuello, esta vez aplicaba más fuerza y sentía sus delicados huesos, podía sentir que la levantaba, el odio que comenzaba a aumentar y a exteriorizarse era grande que me hacían sentir que las yemas de mis dedos quemaban, ambas de pie, estáticas, detenidas las dos, apretando su frágil cuello, acercando mis labios a su oído izquierdo, respirando por la boca, una respiración pausada, profunda y vorazmente intimidante, el tiempo parecía correr más despacio, de pronto murmurándole con un tono de voz grave y macabro, dije: - No olvides a quién le estás hablando mocosa. Permanecí así sujetándola por varios minutos, de pronto solté un poco mis dedos pero aún la seguía sosteniendo por el cuello, en tono seco y profundo esbocé: - Caer… ¿yo?… Todo un Imperio ha buscado incesantemente ver ese momento y no lo ha logrado y tú, una asquerosa aparecida dice que serás quien logre que yo suplique por mi muerte mientras me ves desmoronar lentamente HAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHA… Mi risa la aturdía a ella como momentos atrás la suya me ensordeció a mí, - … No sé si eres ilusa o una gran estúpida… solo puedo decirte que te buscaste a la enemiga menos indicada… y la más… En ese momento la solté completamente, dejándola libre por el cuello, la rodeé ubicándome justo detrás de ella y susurré: - P.E.L.I.G.R.O.S.A!!! Ágilmente tomé su brazo derecho, llevándolo hacia atrás y lo doble sobre su espalda mientras con mi otra mano volvía a tomarla del cuello llevando y echando su cabeza hacia atrás, mi rostro mostraba una expresión sádica, de completo placer por el dolor que pudiera estar sintiendo, doblando más su brazo; mi mejilla sobre su mejilla, sintiendo la calidez de su piel, suspiré y repliqué: - ¿Sientes dolor?… HUAHUAHUAHUAHUAHUAHUAHUAHUA… miraba al frente, con la mirada perdida en la imagen de la imponente puerta. Mi voz se hacía un susurro, un murmullo siniestro y amenazante, giré un poco el rostro y mis labios rosaron su piel y dije - … Esto no es nada con el dolor que sintió tu hermana al morir… Hice una pausa tomando aire y respirando su perfume, - Esto no se compara… Apretando más el brazo que parecía casi rompérselo, - … con el dolor que vas a sentir tu, si te llegas a cruzar en mi camino… Helenita!
Atraía su cuerpo hacia mí, apretándolo contra el mío, mi mano sobre su cuello pasó a ser sólo mi dedo índice levantando su mentón enterrándole la uña, mi rostro ahora era frío y serio, con un tono de voz amenazador repliqué: - Sólo ten cuidado pequeña, no sea que termines muerta por ahí como la vil rata de Hispania que eres. Hice una nueva pausa, di un par de pasos y me detuve, con voz tajante y firme expresé: - Y en cuanto a tu familia, ¿la quieres?… Entonces ve y búscala!!!! En ese instante la solté empujándola hacia adelante, la quedé mirando detenidamente, mis ojos no se despegaban de ella, el desprecio era notorio entre ambas partes, el odio era evidente entre nosotras, sólo me limitaba a mirarla mientras se recomponía y quizás me hacía frente, pero ya sabía a qué se atenía y si deseaba enfrentarme sería era mejor que buscara y usara su mejor estrategia o terminaría aplastada y destruida como una insignificante cucaracha.
-------------------------------------------------------
Nota: Nuevamente la manipulación realizada fue autorizada y acordada OffRol
Seguía confundida, de pronto se hizo escuchar su voz… y no era la de ella, cerré mis ojos y pude respirar de alivio - Los muertos no reviven y no se levantan de sus tumbas. Era lo que constantemente me repetía mentalmente mientras de ella salían un sinfín de vocablos, su fuerza e intimidación me hacían caminar hacia atrás como en un momento pasado lo hice yo con ella, no tardó en soltarme, parecía que no podía manejar bien aquel hermoso sentimiento que por años alimentó su alma llamado: Odio.
Abrí mis ojos y éstos me seguían jugando una mala pasada, no podía quitarle la mirada de encima, sin más ni más abría su boca nuevamente para expresar: -¿Extrañas mi rostro? - aquellas malditas palabras me perturbaban con razón, como si no fuera suficiente tener que verla para que me recordara más y más a la fallecida esposa del Emperador. Una vez más palidecí y perdía el control de la situación; ella parecía notarlo y sacaba provecho de ello, con su actitud arrogante y dominante caminaba hacia mí de manera retadora tomándome de nuevo por mis brazos y haciéndome encoger quedando en una posición vulnerable; atrajo su rostro hacia mí, ella sentía mi respiración como yo sentía la suya, en esos momentos me sacudía, no parecía ser yo, la indomable y dominatriz Diva, ahora tan frágil, tan vulnerable, no era la mujer Egipcia que había conseguido todo absolutamente todo lo que quería y deseaba en la vida, simplemente delante de ella era una mujer simple y sosa, sometida a los sentimientos ocultos y profundos de una mujer desquiciada.
Mi rostro se mostraba asustado, con los ojos bien abiertos, con las iris contraídas; me sentía temerosa, el sudor asomaba a través de mis poros dejando delicadas gotas aflorar; ella nuevamente me hablaba, parecía que tenía mucho que decir y que se lo había guardado por mucho tiempo, sus palabras llenas de dolor y desprecio, letra a letra, palabras tras palabras, cargada del más insano sentimiento; mi cuerpo parecía no responder a mis reclamos mentales, se dejaba llevar inclinándose más dejando que ella tuviera el control de la situación, de pronto me detenía, sus palabras eran directas, me amenazaba a mí a la reina, a la soberana, a la Emperatriz de Roma, mi semblante cambió por completo, mi cabeza gacha y sombría, dibujándose sobre mis labios una sutil y maléfica sonrisa dejando ver entre ellos un poco mis dientes, mis ojos recompuestos, un poco cerrados y con la pupila dilatada, sin más un sonido travieso y bajo que se extendía por todo el salón, un sonido de una risa que comenzaba a tener fuerza y vigor: - Jijiji jijiji jijijiji jajajajajaja hahahahahaha HAHAHAHAHAHAHA
El sonido era macabro y oscuro, retumbaba con sus ecos haciéndolo más infernal, la lúgubres del cuarto parecía extenderse y responder a nuestros actos, rápidamente lleve de nuevo mi mano izquierda a su cuello, esta vez aplicaba más fuerza y sentía sus delicados huesos, podía sentir que la levantaba, el odio que comenzaba a aumentar y a exteriorizarse era grande que me hacían sentir que las yemas de mis dedos quemaban, ambas de pie, estáticas, detenidas las dos, apretando su frágil cuello, acercando mis labios a su oído izquierdo, respirando por la boca, una respiración pausada, profunda y vorazmente intimidante, el tiempo parecía correr más despacio, de pronto murmurándole con un tono de voz grave y macabro, dije: - No olvides a quién le estás hablando mocosa. Permanecí así sujetándola por varios minutos, de pronto solté un poco mis dedos pero aún la seguía sosteniendo por el cuello, en tono seco y profundo esbocé: - Caer… ¿yo?… Todo un Imperio ha buscado incesantemente ver ese momento y no lo ha logrado y tú, una asquerosa aparecida dice que serás quien logre que yo suplique por mi muerte mientras me ves desmoronar lentamente HAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHA… Mi risa la aturdía a ella como momentos atrás la suya me ensordeció a mí, - … No sé si eres ilusa o una gran estúpida… solo puedo decirte que te buscaste a la enemiga menos indicada… y la más… En ese momento la solté completamente, dejándola libre por el cuello, la rodeé ubicándome justo detrás de ella y susurré: - P.E.L.I.G.R.O.S.A!!! Ágilmente tomé su brazo derecho, llevándolo hacia atrás y lo doble sobre su espalda mientras con mi otra mano volvía a tomarla del cuello llevando y echando su cabeza hacia atrás, mi rostro mostraba una expresión sádica, de completo placer por el dolor que pudiera estar sintiendo, doblando más su brazo; mi mejilla sobre su mejilla, sintiendo la calidez de su piel, suspiré y repliqué: - ¿Sientes dolor?… HUAHUAHUAHUAHUAHUAHUAHUAHUA… miraba al frente, con la mirada perdida en la imagen de la imponente puerta. Mi voz se hacía un susurro, un murmullo siniestro y amenazante, giré un poco el rostro y mis labios rosaron su piel y dije - … Esto no es nada con el dolor que sintió tu hermana al morir… Hice una pausa tomando aire y respirando su perfume, - Esto no se compara… Apretando más el brazo que parecía casi rompérselo, - … con el dolor que vas a sentir tu, si te llegas a cruzar en mi camino… Helenita!
Atraía su cuerpo hacia mí, apretándolo contra el mío, mi mano sobre su cuello pasó a ser sólo mi dedo índice levantando su mentón enterrándole la uña, mi rostro ahora era frío y serio, con un tono de voz amenazador repliqué: - Sólo ten cuidado pequeña, no sea que termines muerta por ahí como la vil rata de Hispania que eres. Hice una nueva pausa, di un par de pasos y me detuve, con voz tajante y firme expresé: - Y en cuanto a tu familia, ¿la quieres?… Entonces ve y búscala!!!! En ese instante la solté empujándola hacia adelante, la quedé mirando detenidamente, mis ojos no se despegaban de ella, el desprecio era notorio entre ambas partes, el odio era evidente entre nosotras, sólo me limitaba a mirarla mientras se recomponía y quizás me hacía frente, pero ya sabía a qué se atenía y si deseaba enfrentarme sería era mejor que buscara y usara su mejor estrategia o terminaría aplastada y destruida como una insignificante cucaracha.
-------------------------------------------------------
Nota: Nuevamente la manipulación realizada fue autorizada y acordada OffRol
Última edición por Diva el Miér Ago 25, 2010 2:43 am, editado 1 vez
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Recepción de Palacio
Los gritos que habían proferido las mujeres en la recepción no habían pasado por desapercibido para los demás habitantes del palacio, más específicamente para los sirvientes y los esclavos, quienes hicieron caso omiso a los gritos y las exclamaciones de las dos mujeres, dado que tenían bien presente lo que les pasaría si molestaban a la Emperatriz, más aún en aquellas particulares circunstancias en que no se encontraba precisamente feliz.
Pero no solo habían sido los esclavos quienes se habían percatado de la presencia de una mujer externa a la realeza de Roma, quien al parecer era tan influyente como una y que lograba sacar de quicio a la misma mujer que se suponía era calma, calculadora, sagaz y siniestra, tanto como para haber seducido a un hombre como era el actual Augustus. No, también otro ser se había dado cuenta de lo que pasaba al oír los gritos que degeneraban en una risa histérica, resonando en cada pasillo y rincón de las adyacencias a la Recepción de Palacio… aquel ser era nada más y nada menos que el hijo mayor del Imperator: Octavius.
Hacía ya unos minutos atrás que se preparaba para dormir cuando escuchó la noticia de parte de una esclava que parecía muy alterada, alterada y emocionada por un chisme reciente: había llegado una extraña que pedía a gritos el ser llevada con el Emperador, y dado que aquel no se encontraba presente la persona que obviamente la recibiría debía ser su esposa Diva, quien era conocida además como una bruja engañosa. Al enterarse de esto, Octavius cambió de plan al instante: tan solo se vistió con la mejor toga disponible, calzándose unas sandalias de suela alta y finalmente calándose la espada envainada al cinto, saliendo de su habitación con una rapidez que resultaba incluso natural, casi como si todo el estuviera acelerado…pero la mera verdad, era que el heredero al trono se movía con su ritmo común, un tanto acelerado y más activo que el de las demás personas, algo realmente curioso dado su enorme tamaño y particular contextura.
Oh! Fue su exclamación por lo bajo al llegar a la Recepción, manteniéndose oculto detrás de un pilar para poder observar sin ser visto la situación que se desarrollaba entre dos mujeres cuasi-histéricas, retándose con acciones, palabras y miradas…el odio era palpable en el aire. Y de un momento a otro, la situación se había tornado bastante peligrosa para ambas féminas, lo cual era el llamado del enorme vástago del Emperador, el llamado a actuar y romper la burbuja en que parecía se habían encerrado las contrincantes.
Con pasos lentos, calmos y enteramente silenciosos, se posó por detrás de la Emperatriz a una distancia prudencial y levantando su arma enfundada, clavó su punta en la base del cuello de la Egipcia como una señal de que se encontraba allí y que más la valía no intentar algo más allá en contra de la Hispana.
Interesantes palabras, Emperatriz...gracias, me ha ahorrado un arduo trabajo al declarar más de lo que seguramente planeaba decir. Fueron las palabras de Octavius, sin mover ni un ápice la punta de su espada, clavándola incluso un poco más sobre la pálida piel de la mujer que ahora ocupaba un rango tan importante en los cánones del Imperio, tan solo para reafirmar que había llegado para dominar la situación que empezaba a salirse de control. Y... que bueno es verla pequeña tía, veo que ha crecido y se ha convertido en una viva imagen de mi madre. Debo preguntar…que asuntos la traen a Roma? Preguntó sin moverse de su sitio, con los ojos clavados en los de la hermana de su progenitora y esperando una respuesta satisfactoria.
Pero no solo habían sido los esclavos quienes se habían percatado de la presencia de una mujer externa a la realeza de Roma, quien al parecer era tan influyente como una y que lograba sacar de quicio a la misma mujer que se suponía era calma, calculadora, sagaz y siniestra, tanto como para haber seducido a un hombre como era el actual Augustus. No, también otro ser se había dado cuenta de lo que pasaba al oír los gritos que degeneraban en una risa histérica, resonando en cada pasillo y rincón de las adyacencias a la Recepción de Palacio… aquel ser era nada más y nada menos que el hijo mayor del Imperator: Octavius.
Hacía ya unos minutos atrás que se preparaba para dormir cuando escuchó la noticia de parte de una esclava que parecía muy alterada, alterada y emocionada por un chisme reciente: había llegado una extraña que pedía a gritos el ser llevada con el Emperador, y dado que aquel no se encontraba presente la persona que obviamente la recibiría debía ser su esposa Diva, quien era conocida además como una bruja engañosa. Al enterarse de esto, Octavius cambió de plan al instante: tan solo se vistió con la mejor toga disponible, calzándose unas sandalias de suela alta y finalmente calándose la espada envainada al cinto, saliendo de su habitación con una rapidez que resultaba incluso natural, casi como si todo el estuviera acelerado…pero la mera verdad, era que el heredero al trono se movía con su ritmo común, un tanto acelerado y más activo que el de las demás personas, algo realmente curioso dado su enorme tamaño y particular contextura.
Oh! Fue su exclamación por lo bajo al llegar a la Recepción, manteniéndose oculto detrás de un pilar para poder observar sin ser visto la situación que se desarrollaba entre dos mujeres cuasi-histéricas, retándose con acciones, palabras y miradas…el odio era palpable en el aire. Y de un momento a otro, la situación se había tornado bastante peligrosa para ambas féminas, lo cual era el llamado del enorme vástago del Emperador, el llamado a actuar y romper la burbuja en que parecía se habían encerrado las contrincantes.
Con pasos lentos, calmos y enteramente silenciosos, se posó por detrás de la Emperatriz a una distancia prudencial y levantando su arma enfundada, clavó su punta en la base del cuello de la Egipcia como una señal de que se encontraba allí y que más la valía no intentar algo más allá en contra de la Hispana.
Interesantes palabras, Emperatriz...gracias, me ha ahorrado un arduo trabajo al declarar más de lo que seguramente planeaba decir. Fueron las palabras de Octavius, sin mover ni un ápice la punta de su espada, clavándola incluso un poco más sobre la pálida piel de la mujer que ahora ocupaba un rango tan importante en los cánones del Imperio, tan solo para reafirmar que había llegado para dominar la situación que empezaba a salirse de control. Y... que bueno es verla pequeña tía, veo que ha crecido y se ha convertido en una viva imagen de mi madre. Debo preguntar…que asuntos la traen a Roma? Preguntó sin moverse de su sitio, con los ojos clavados en los de la hermana de su progenitora y esperando una respuesta satisfactoria.
Octavius- Dios/a
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Dead Vermillion (3700)
AD - War Cry (3800)
AM - Demon Eyes (4700*)
AF - Dénouement (4900)
AFa - Colony Drop (5900)
Defensa :
Boiling Blood
DE - Blazing Skin
Cantidad de envíos : 256
Re: Recepción de Palacio
El miedo dio paso al terror y a la vulnerabilidad, pero no fue mucho tiempo hasta que las cosas volvieron a tomar un giro inesperado. Cual espejo el rostro de la emperatriz comenzó a cambiar su expresión a una más vil y amenazante. La verdadera y esperada faceta de la egipcia empezaba a salir a la luz, mostrando quien era aquella que había logrado llegar al puesto en el que se encontraba. A ser odiada y venerada al mismo tiempo, la fuente del terror que recorría los pasillos del palacio y gran parte de Roma también. Aquella que corrompió para su beneficio la vida del imperio.
Antes de que la hispana pudiese reaccionar la mano de Diva volvía a aprisionar su garganta esta vez con más violencia y solidez. Podía sentir los fríos dedos, sus ásperas uñas incrustándose en su garganta. Su cara perdió un poco de aquella intimidación al verse un tanto sofocada. Su cuerpo no estaba en estado para una riña, pero su mente comenzaba a perderse entre el fervor de su locura y odio, haciendo que en su mirada se plasmara toda esa fuerza desenfrenada y aquella malicia en su rostro de hasta estar disfrutando todo eso. Una leve risa siniestra y ahogada salía de la boca de la pálida dama, su mano se aferraba aun más al brazo que seguía cautivo entre sus garras. No se rendiría sin importar las consecuencias, la situación había llegado a un punto donde no había retorno.
La voz hosca y cruel de la emperatriz le resonaba en la cabeza, aturdiéndola, pero en la faz de Lucy no se borraba aquella placida y retorcida sonrisa de ver la desesperada actitud de la nueva dueña del imperio.
Miedo… pensó para si misma mientras veía con gracia como su enemiga mostraba indicios de histeria, podría sentirse invencible, pero pronto su muro iba a derrumbarse y temería…si que lo haría. Pero no fue miedo el que tomó su brazo y lo retorció haciéndola exclamar un tenue quejido. Esa mujer estaba decidida a destruirla allí mismo sin medida alguna de precaución o disimulo. La presión en su brazo era torturante y extrañamente placentero. Un dolor punzante, como si en cualquier segundo pudiese despedazarse, quebrarse con la simpleza de una rama. Su cabeza gacha se ensombrecía con sus largos cabellos cayendo por sus mejillas. Lo único iluminado era aquella persistente sonrisa desquiciada que encontraba hasta divertida la situación. Volvió a elevar su rostro, ahora torciéndolo escalofriantemente para clavar su mirada en la de Diva. Sonriéndole de oreja a oreja con un regocijo ante el dolor, era tal el desborde que la imagen era el de algo hasta inhumano.
-…Esto no es nada con el dolor que sintió tu hermana al morir…- la gota que colmó el vaso…
- Maldita…- su mirada se encendió iracunda como si tuviese fuego en su interior. La sonrisa desapareció, su mandíbula se tensó con rabia al punto en que siseaba y podría decirse que hasta gruñía. Por todo su cuerpo se desataron impulsos y temblores, su conciencia se perdió sumida en una rabia pura y desmedida. Ya no era la reina de Hispania era un monstruo, sediento por la sangre de su enemiga. -¡Maldita!-
“¡Mátale!” no era un pensamiento, era una orden que resonaba en su cabeza una y otra vez. El control había sido invadido por una oscuridad sombría y sanguinaria. Forcejeaba con brusquedad sin importar si perdía su brazo en el intento, quería destrozarla, machacarla, quería sentir el olor dulzón a sangre manchando sus manos. Con hosquedad la lanzó al suelo, dejándola tendida con su vestido desparramado por el suelo y sus cabellos alborotados cubriendo su rostro. No sentía ya el dolor, ni siquiera era capaz de escuchar las demás ofensas que la boca de la emperatriz pronunciaba, solo podía ver frente a sus ojos la escena de lo que deseaba…masacre. Con lentitud comenzó a ponerse de pie dándole la espalda, su cuerpo temblaba de tal frenesí desbocado. Nuevamente una risa…sádica, retorcida, delirante…cargada con las peores intenciones, con un aire asesino.
-No debiste soltarme…- su voz era tenue y profunda, áspera, casi poseída. Sus manos se atiesaron cual garras. – ¡No te tengo miedo desgraciada!- exhaló con lentitud echando una leve risa mientras observaba una de sus manos que cada vez temblaba mas de tanta tensión. “¡Mátala ya!” volvió a resonar en su cabeza. – ¡Quiero escucharte gritar!- gritó mientras se daba la vuelta lista para abalanzarse sin piedad cuando de repente se frenó en seco. Sus ojos se abrieron de par en par y retrocedió pasmada como si estuviese viendo un fantasma.
-¿Oc-Octavius?- Su mente instantáneamente pegó un vuelco mostrándole las imágenes de su pasado, su familia. Una vez mas una oleada de pensamientos golpeaba su conciencia con tanta brusquedad que sintió se le partía la cabeza. Por un instante tuvo terror de lo que casi se convertía, pero sus orbes se mantenían clavados en algo más importante. Escuchó la voz del imponente hombre y no tuvo dudas, su rostro se iluminó feliz. – ¡Eres tu! Por los dioses, ¡Estas vivo!- una sonrisa tranquila y amable se curvó en sus labios, y respiró por fin aliviada luego de tanta agitación.
Estaba más grande, más robusto, pero su rostro y su voz eran los mismos. Estaba demasiado llevada por el verlo vivo, tan absorta que por un momento casi olvidó la situación en la que se encontraba. Dio un paso queriendo acercarse pero se detuvo ante la fuerza de su voz. Agazapó levemente la cabeza algo inquieta, era un general romano, y ella era la traidora al imperio. Pero… acababa de salvarla de cometer un riesgo impulsivo, y de la posibilidad de salir lastimada. No parecía estar a favor de su madrastra, es mas en su mente buscó las palabras que detuvieron sus acciones, él quería destruirla también. Tomó una bocanada de aire, ya con una compostura mas serena se propuso hablar.
-Sobrino mío, si tu madre pudiese verte…Yo no soy como ella Octavius, quisiera pero no lo soy y gracias a tu padre no fui ni siquiera capaz de acompañarla en su sufrimiento cuando se te dio por muerto.- se pausó como si fuese a entrar en un estado de melancolía pero manteniendo firme la mirada continuó. - ¿Qué hago aquí me preguntas? Intentaré ser concisa No abandonando lo que me importa, vine a asegurarme de la seguridad de mi familia. Estuve tarde con tu madre, no pienso permitir que algo así vuelva a pasar.- clavó sus orbes llenas de odio en la emperatriz y luego volvió a dirigirse a su sobrino.- El reino de tus raíces sufre, y a manos de esta arpía todos corren peligro, tus hermanos…el imperio que te pertenece por derecho y que alguna vez fue una gran nación de prósperos ideales. Tal vez no quieras oírlo pero tu padre nunca fue mejor que esta serpiente egipcia. El destino de Helena fue marcado cuando él la arrebato de su hogar…y me privó de todos ustedes cuando solo yo sabía la verdad de cuanto tu madre debía soportaba a su lado.- Volvió a detenerse, cerró sus ojos sintiendo el rencor volver a aflorar. – No soy benevolente, quiero que paguen sus crímenes, hacer lo correcto…lo justo.- finalizó con un ínfimo suspiro, sus parpados comenzaban nuevamente a pesarle. Con su mano tomaba el brazo marcado de los dedos de Diva, lo sentía ardiendo y adormecido al mismo tiempo. Ya no daba abasto, pero no le daba interés, su mirada permanecía estática en el rostro de Octavius expectante de una respuesta. Pero aun faltaba, necesitaba algo más…
Vergilius…
Antes de que la hispana pudiese reaccionar la mano de Diva volvía a aprisionar su garganta esta vez con más violencia y solidez. Podía sentir los fríos dedos, sus ásperas uñas incrustándose en su garganta. Su cara perdió un poco de aquella intimidación al verse un tanto sofocada. Su cuerpo no estaba en estado para una riña, pero su mente comenzaba a perderse entre el fervor de su locura y odio, haciendo que en su mirada se plasmara toda esa fuerza desenfrenada y aquella malicia en su rostro de hasta estar disfrutando todo eso. Una leve risa siniestra y ahogada salía de la boca de la pálida dama, su mano se aferraba aun más al brazo que seguía cautivo entre sus garras. No se rendiría sin importar las consecuencias, la situación había llegado a un punto donde no había retorno.
La voz hosca y cruel de la emperatriz le resonaba en la cabeza, aturdiéndola, pero en la faz de Lucy no se borraba aquella placida y retorcida sonrisa de ver la desesperada actitud de la nueva dueña del imperio.
Miedo… pensó para si misma mientras veía con gracia como su enemiga mostraba indicios de histeria, podría sentirse invencible, pero pronto su muro iba a derrumbarse y temería…si que lo haría. Pero no fue miedo el que tomó su brazo y lo retorció haciéndola exclamar un tenue quejido. Esa mujer estaba decidida a destruirla allí mismo sin medida alguna de precaución o disimulo. La presión en su brazo era torturante y extrañamente placentero. Un dolor punzante, como si en cualquier segundo pudiese despedazarse, quebrarse con la simpleza de una rama. Su cabeza gacha se ensombrecía con sus largos cabellos cayendo por sus mejillas. Lo único iluminado era aquella persistente sonrisa desquiciada que encontraba hasta divertida la situación. Volvió a elevar su rostro, ahora torciéndolo escalofriantemente para clavar su mirada en la de Diva. Sonriéndole de oreja a oreja con un regocijo ante el dolor, era tal el desborde que la imagen era el de algo hasta inhumano.
-…Esto no es nada con el dolor que sintió tu hermana al morir…- la gota que colmó el vaso…
- Maldita…- su mirada se encendió iracunda como si tuviese fuego en su interior. La sonrisa desapareció, su mandíbula se tensó con rabia al punto en que siseaba y podría decirse que hasta gruñía. Por todo su cuerpo se desataron impulsos y temblores, su conciencia se perdió sumida en una rabia pura y desmedida. Ya no era la reina de Hispania era un monstruo, sediento por la sangre de su enemiga. -¡Maldita!-
“¡Mátale!” no era un pensamiento, era una orden que resonaba en su cabeza una y otra vez. El control había sido invadido por una oscuridad sombría y sanguinaria. Forcejeaba con brusquedad sin importar si perdía su brazo en el intento, quería destrozarla, machacarla, quería sentir el olor dulzón a sangre manchando sus manos. Con hosquedad la lanzó al suelo, dejándola tendida con su vestido desparramado por el suelo y sus cabellos alborotados cubriendo su rostro. No sentía ya el dolor, ni siquiera era capaz de escuchar las demás ofensas que la boca de la emperatriz pronunciaba, solo podía ver frente a sus ojos la escena de lo que deseaba…masacre. Con lentitud comenzó a ponerse de pie dándole la espalda, su cuerpo temblaba de tal frenesí desbocado. Nuevamente una risa…sádica, retorcida, delirante…cargada con las peores intenciones, con un aire asesino.
-No debiste soltarme…- su voz era tenue y profunda, áspera, casi poseída. Sus manos se atiesaron cual garras. – ¡No te tengo miedo desgraciada!- exhaló con lentitud echando una leve risa mientras observaba una de sus manos que cada vez temblaba mas de tanta tensión. “¡Mátala ya!” volvió a resonar en su cabeza. – ¡Quiero escucharte gritar!- gritó mientras se daba la vuelta lista para abalanzarse sin piedad cuando de repente se frenó en seco. Sus ojos se abrieron de par en par y retrocedió pasmada como si estuviese viendo un fantasma.
-¿Oc-Octavius?- Su mente instantáneamente pegó un vuelco mostrándole las imágenes de su pasado, su familia. Una vez mas una oleada de pensamientos golpeaba su conciencia con tanta brusquedad que sintió se le partía la cabeza. Por un instante tuvo terror de lo que casi se convertía, pero sus orbes se mantenían clavados en algo más importante. Escuchó la voz del imponente hombre y no tuvo dudas, su rostro se iluminó feliz. – ¡Eres tu! Por los dioses, ¡Estas vivo!- una sonrisa tranquila y amable se curvó en sus labios, y respiró por fin aliviada luego de tanta agitación.
Estaba más grande, más robusto, pero su rostro y su voz eran los mismos. Estaba demasiado llevada por el verlo vivo, tan absorta que por un momento casi olvidó la situación en la que se encontraba. Dio un paso queriendo acercarse pero se detuvo ante la fuerza de su voz. Agazapó levemente la cabeza algo inquieta, era un general romano, y ella era la traidora al imperio. Pero… acababa de salvarla de cometer un riesgo impulsivo, y de la posibilidad de salir lastimada. No parecía estar a favor de su madrastra, es mas en su mente buscó las palabras que detuvieron sus acciones, él quería destruirla también. Tomó una bocanada de aire, ya con una compostura mas serena se propuso hablar.
-Sobrino mío, si tu madre pudiese verte…Yo no soy como ella Octavius, quisiera pero no lo soy y gracias a tu padre no fui ni siquiera capaz de acompañarla en su sufrimiento cuando se te dio por muerto.- se pausó como si fuese a entrar en un estado de melancolía pero manteniendo firme la mirada continuó. - ¿Qué hago aquí me preguntas? Intentaré ser concisa No abandonando lo que me importa, vine a asegurarme de la seguridad de mi familia. Estuve tarde con tu madre, no pienso permitir que algo así vuelva a pasar.- clavó sus orbes llenas de odio en la emperatriz y luego volvió a dirigirse a su sobrino.- El reino de tus raíces sufre, y a manos de esta arpía todos corren peligro, tus hermanos…el imperio que te pertenece por derecho y que alguna vez fue una gran nación de prósperos ideales. Tal vez no quieras oírlo pero tu padre nunca fue mejor que esta serpiente egipcia. El destino de Helena fue marcado cuando él la arrebato de su hogar…y me privó de todos ustedes cuando solo yo sabía la verdad de cuanto tu madre debía soportaba a su lado.- Volvió a detenerse, cerró sus ojos sintiendo el rencor volver a aflorar. – No soy benevolente, quiero que paguen sus crímenes, hacer lo correcto…lo justo.- finalizó con un ínfimo suspiro, sus parpados comenzaban nuevamente a pesarle. Con su mano tomaba el brazo marcado de los dedos de Diva, lo sentía ardiendo y adormecido al mismo tiempo. Ya no daba abasto, pero no le daba interés, su mirada permanecía estática en el rostro de Octavius expectante de una respuesta. Pero aun faltaba, necesitaba algo más…
Vergilius…
Lucy- Ataques :
AD - Serpent’s Embrace (500)
Defensa :
Fuego de la Agonía
Cantidad de envíos : 69
Página 1 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» Restos de la Recepción...
» Exterior del Palacio
» Entrada del palacio
» Baños del Palacio
» Pasillos de palacio
» Exterior del Palacio
» Entrada del palacio
» Baños del Palacio
» Pasillos de palacio
Página 1 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 18, 2024 2:26 pm por Nathaniel
» Magical Hope {Afiliación élite}
Miér Jul 17, 2019 2:41 am por Invitado
» Hantā no Odessei {Afiliación Elite}
Mar Jul 16, 2019 9:20 pm por Invitado
» Busquedas de Rol
Lun Jul 08, 2019 7:11 pm por MapyCozo
» Ficha de Entrenamiento de Alderion De tauro
Jue Jul 04, 2019 12:31 pm por Alderion
» Ficha de entrenamiento de Virgil Juez de Griffo
Miér Jul 03, 2019 1:23 pm por Sasha
» Petición Caballeros de Athena
Miér Jul 03, 2019 1:16 pm por Sasha
» [Reino de Poseidón - Alta] La Manzana Dorada
Dom Jun 30, 2019 10:24 pm por Boreas