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Recepción de Palacio
Recuerdo del primer mensaje :
Esta vez no tardaron mucho en llegar a roma, las bellas casas iban aumentando en grandeza a medida que avanzabamos por entre las calles y avenidas asfaltadas con cientos de piedras blanquesinas.
Pronto unos guardias imperiales detuvieron el coche, tan solo de ver al muchacho que yacia al lado de la jovencita dentro de la carroza decidieron abrir la entrada al palacio del emperador, lugar donde residia su familia y donde solo estaban permitidos de entrar los grandes mandatarios o invitados ilustres de roma.
La exhuberancia de los jardines resultaba exquisito de apreciar, aun sorprendia al joven senador a pesar de practicamente haberse criado alli mismo. Los minutos transcurrian, Solomon suspiro mientras sentia como los potros se detenian suavamente...
llegamos amos.
Se logro escuchar la voz seca del hombre que guiaba a los caballos, Solomon vio por ultima vez la cara de la mujer rubia, abrio la puerta y volvio a ponerle frente suyo la mano para ayudarle a descender. Lin parecia algo dubitativa de bajar, aun siendo princesa parecia anonadada por la ostentocidad del castillo.
No se preocupe... estare a su lado el tiempo que usted lo requiera. Ahora descienda.
La joven tomo su mano delicadamente, bajo y tomada dle brazo de Solomon emprendio la ruta hacia la entrada del palacio. Un par de guardias custodios de la familia real abrieron la puerta y por fin estaban en la sala destinada a recepción. La alfombra roja y los adornos purpuras hacian más lujoso al gran Lobby.
Estoy aqui para alistar una audiencia a la princesa Lin de Britania. Ahora soldado informele de inmediato a la emperatriz de nuestra llegada.
La voz fria de Solomon hacia denotar su prisa, los soldados imperiales mostraron sus respetos a los recien llegados, uno de ellos salio de la sala mientras unos siervos traian frutas para convidar a Lin y compañia. Todo parecia en orden.
Esta vez no tardaron mucho en llegar a roma, las bellas casas iban aumentando en grandeza a medida que avanzabamos por entre las calles y avenidas asfaltadas con cientos de piedras blanquesinas.
Pronto unos guardias imperiales detuvieron el coche, tan solo de ver al muchacho que yacia al lado de la jovencita dentro de la carroza decidieron abrir la entrada al palacio del emperador, lugar donde residia su familia y donde solo estaban permitidos de entrar los grandes mandatarios o invitados ilustres de roma.
La exhuberancia de los jardines resultaba exquisito de apreciar, aun sorprendia al joven senador a pesar de practicamente haberse criado alli mismo. Los minutos transcurrian, Solomon suspiro mientras sentia como los potros se detenian suavamente...
llegamos amos.
Se logro escuchar la voz seca del hombre que guiaba a los caballos, Solomon vio por ultima vez la cara de la mujer rubia, abrio la puerta y volvio a ponerle frente suyo la mano para ayudarle a descender. Lin parecia algo dubitativa de bajar, aun siendo princesa parecia anonadada por la ostentocidad del castillo.
No se preocupe... estare a su lado el tiempo que usted lo requiera. Ahora descienda.
La joven tomo su mano delicadamente, bajo y tomada dle brazo de Solomon emprendio la ruta hacia la entrada del palacio. Un par de guardias custodios de la familia real abrieron la puerta y por fin estaban en la sala destinada a recepción. La alfombra roja y los adornos purpuras hacian más lujoso al gran Lobby.
Estoy aqui para alistar una audiencia a la princesa Lin de Britania. Ahora soldado informele de inmediato a la emperatriz de nuestra llegada.
La voz fria de Solomon hacia denotar su prisa, los soldados imperiales mostraron sus respetos a los recien llegados, uno de ellos salio de la sala mientras unos siervos traian frutas para convidar a Lin y compañia. Todo parecia en orden.
Solomon- Dios/a
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Re: Recepción de Palacio
1° Post de Ataque Débil (Maestría Fuego)
Antes de salir de la habitación le resulto sorprendente la respuesta dada por Hellgorak, sintió su trato levemente cordial hacia ella mostrando interés a su persona, no.. no se dejaría engañar, siempre habría un motivo y ese era solamente Ares. Sonrió tontamente dejando que su vista siempre se posara hacia adelante, los tontos sentimientos de Diva se arraigaban, a pesar de que su alma se removió de ese frasco tenía que permanecer su esencia.
¿A dónde se dirigía? Era lo que menos importaba a estas alturas, su cetro se arrastraba por el filo de la cuchilla produciendo múltiples chispas, afilando a cada momento el extremo de su hoz volviéndolo de un color rojizo. La devastación total caía en el palacio, desolación era lo único que marcaba su camino, el infierno mismo se desataría…
Hasta ahora nadie se había topado en su camino volviendo aquello algo tedioso y aburrido. Veloces pasos en dirección de la dama resonaron, la misma guardia se presentaba con algunos refuerzos para mantener la situación bajo control, no permitirían que el hogar del emperador se extinguiera totalmente, su deber les impedía retroceder.
- Qué exquisito… simplemente alucinante.. dar sus vidas en pos a su emperatriz. –sus manos se afirmaron levantando esa arma, la segunda punta danzaba en un incesante remolino, ¿por qué no cobrarse las vidas de esos hombres?. Mordió con plena suavidad sus labios, esa manera sutil aún se arraigaba en su personalidad.
Un demonio!!
Vaya descortesía, referirse a esa mujer a un simple ente inferior, su cabello ondeo flameando esperando la cercanía de esos guardias con la ridícula idea de tratar eliminar su existencia. No valía la pena moverse, tarde o temprano ellos se acercarían hacia su propio final. Y así fue como ella lo predijo, envainando sus espadas esos hombres corrieron tratando de detenerla, ya no había nada que la delatara como Diva, apretando con fuerza ladeo su cuerpo alzando en vuelo su cuchilla para que esta generara una onda de viento expansiva, al ser alcanzados por ese poder fueron arrojados contra la pared al otro extremo del pasillo.
Eso no era todo, había algo más pues esa sensación despertaba su más bajo instinto. ¿De qué se trataba? Su hoz se mantenía al borde del intenso carmín mezclado con el cobrizo, retomaba el paso sin mirar más a su alrededor, dejaba que los mismos recuerdos de la mujer la guiaran sin tener la necesidad de observar que era lo que la rodeaba. Sin imaginárselo llegó justo lo que resultaba ser la recepción del palacio, donde todos los asuntos políticos eran tratados directamente por Diva debido a la ausencia de su esposo.
- Con que siempre es mejor ser temido que ser amado… ¿no Diva?
~~º~~
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Diva- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
El fuego generado por Ushuriel se expandía con una fiereza alucinante, las delicadas telas de los tapices eran calcinadas al instante, las baldosas se resquebrajaban y soltaban chispas antes de saltar para derretirse y volverse parte de la lava que la fiera dama dejaba a su paso, los pesados ladrillos que conformaban las paredes del palacio se cuarteaban para desplomarse y caer vueltos añicos mientras las flamas bailaban alrededor de todo, el espectáculo que estaba dando la Ejecutora del Fuego era digno de una verdadera Berserker: la quema total de los sentimientos, la supresión de las emociones más allá de la lealtad absoluta para con Ares y la destrucción total de la humanidad era algo que los guerreros del dios de los conflictos bélicos apreciaban más que nada en el mundo, para eso habían sido reclutados, para matar, destruir y reducir todo a polvo…el amor, el aprecio y demás estupideces eran cosas sin importancia frente a ello…finalmente, parecía que se había entendido el punto, Ushuriel había captado la idea que los motivaba a existir a todos ellos.
De forma curiosa, las demás cucarachas se aparecieron para intentar controlar las llamas, y al notar la presencia de la dama envuelta en aquel fuego infernal intentaban enfrentarla…en vano. Ushuriel ni siquiera había necesitado más que un movimiento para lanzarlos al otro lado del pasillo por el cual transitaban para dejarlos tirados y con sendas heridas, seguramente se habían partido más de un hueso con el impacto, ni hablar de las quemaduras generadas por el calor y las chispas que sobrevolaban el aire. Hellgorak tan solo seguía a la mujer de cerca, sin molestarse en agregar comentarios ya que no tenía razón para aquello. Ahí fue cuando notó que los humanos volvían a levantarse para apuntarle con sus espadas de reglamento…Steven tan solo cerró los ojos, antes de que los sujetos se lanzaran sobre el. En un parpadeo, sus cuerpos habían sido cortados en varios trozos, salpicando sangre por doquier al tiempo que las alas de la armadura de Hellgorak volvían a su posición original; los órganos de aquellas ratas se esparcieron justo en el instante en que eran alcanzados por las llamas, siendo consumidos rápidamente y borrando todo rastro de sus existencias en menos tiempo del que le había llevado al Steven exhalar dos veces el oxígeno que respiraba, aún en medio de un lugar cerrado donde el humo era más que asfixiante…de nuevo, su título de el Invencible se veía justificado.
... dando varios pasos adelante, el Berserker se quedó esperando a ver que era lo que hacía Ushuriel, quien parecía inmersa en sus pensamientos.
De forma curiosa, las demás cucarachas se aparecieron para intentar controlar las llamas, y al notar la presencia de la dama envuelta en aquel fuego infernal intentaban enfrentarla…en vano. Ushuriel ni siquiera había necesitado más que un movimiento para lanzarlos al otro lado del pasillo por el cual transitaban para dejarlos tirados y con sendas heridas, seguramente se habían partido más de un hueso con el impacto, ni hablar de las quemaduras generadas por el calor y las chispas que sobrevolaban el aire. Hellgorak tan solo seguía a la mujer de cerca, sin molestarse en agregar comentarios ya que no tenía razón para aquello. Ahí fue cuando notó que los humanos volvían a levantarse para apuntarle con sus espadas de reglamento…Steven tan solo cerró los ojos, antes de que los sujetos se lanzaran sobre el. En un parpadeo, sus cuerpos habían sido cortados en varios trozos, salpicando sangre por doquier al tiempo que las alas de la armadura de Hellgorak volvían a su posición original; los órganos de aquellas ratas se esparcieron justo en el instante en que eran alcanzados por las llamas, siendo consumidos rápidamente y borrando todo rastro de sus existencias en menos tiempo del que le había llevado al Steven exhalar dos veces el oxígeno que respiraba, aún en medio de un lugar cerrado donde el humo era más que asfixiante…de nuevo, su título de el Invencible se veía justificado.
... dando varios pasos adelante, el Berserker se quedó esperando a ver que era lo que hacía Ushuriel, quien parecía inmersa en sus pensamientos.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
2° Post de Ataque Débil (Maestría Fuego)
Todo el esplendor de esa mujer se desvanecía, ya no quedaba rastros de ella pero al detenerse justo en ese enorme salón algo le impidió seguir con dicha tarea. El miedo de Diva se volvía realidad, sería borrada su existencia de la faz de la Tierra, nadie la recordaría y por ende jamás la amarían u odiarían. La mano de la mujer se paralizaba sujetando esa arma, su cuerpo se mantuvo inmóvil, muy en el fondo no deseaba acabar con lo que alguna vez le perteneció.
No, no demostraría ningún tipo de debilidad y mucho menos ante Hellgorak pero no creyó posible que la tarea de destruir ya se volviera imposible y tenía que deshacerse de ello antes que fuera castigada por dudar si quiera. Bajando su rostro se concentró para que nada más el fuego se extendiera, lo más curioso es que este se abstenía a querer acabar con todo, ¿significaba tanto ese trono para Diva que se veía incapaz de reducirlo a cenizas?
El sonido metálico de sus pasos anunciaban su llegada a esa sala mientras que la joven dama seguía solo de pie justo al lado del trono del emperador.
- ¿Qué esperas maldita sea?!! –no le agradaba en absoluto esa situación, tratando de aparentar todo aquello se dio vuelta para encontrar su mirada con aquel hombre, su silencio solo parecía perturbarla a pesar de lo bien que se sentía al permanecer a su lado. No había necesidad de intercambiar palabras, lo único que los podía unir era la destrucción del mundo en beneficio a Ares y la tarea de acabar con eso no resultaría sencilla, le costaba admitirlo pero aun necesitaba la ayuda de Hellgorak.
Señalándolo con la punta de su hoz le estaba retando, era incapaz de desobedecerle. No le importaba la diferencia de nivel en que se encontraban, solo deseaba sentir la sangre sobre su cuerpo, las verdaderas rasgaduras de la batalla en su espíritu, así la sensación de todo lo material que alguna vez poseyó esa emperatriz se extinguirían para siempre. Pocos metros se situaban uno del otro, contadas eran las ocasiones cuando entre compañeros cruzaban afrentas con el objetivo de sublevarse y anteponerse sobre los otros como nuevos líderes.
Ese era claramente el destino del Invencible, no se conocía fuerza más grande a comparación de Ares que le arrebatara ese título, ni si quiera los que estaban por debajo de él y compararan su poder solamente con la fuerza. Conocía claramente las consecuencias pero por alguna razón se encontraba casi desesperada de que esa inmunda influencia interviniera en sus planes… en los planes de todos. Espero con calma la respuesta o movimiento de Hellgorak ella estaba determinada a destruir su lado humano y si era mejor acabar con su existencia en ese mismo sitio lo haría pues sería mayor la deshonra que dejarse llevar por los pensamientos vacíos de Diva.
Estaba casi suplicante, ansiosa de que la hicieran sentir esa experiencia que fue borrada por siglos, sus ojos se perfilaban en la armadura del rubio, solo su molestia se acrecentó al verse incapaz de no portar incluso tal vestimenta.
Diva- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Y justo cuando Steven pensaba que todo marchaba sobre ruedas sin mayor contratiempo, Ushuriel era detenida por un último vestigio de la voluntad de la humana llamada Diva. El espectacular control que había demostrado sobre su avatar humano se había esfumado…y por lo visto, la Ejecutora del Fuego estaba consciente de aquello, volteándose para con su mirada pedirle que le recordara lo que era el fragor de la batalla, le exigía que le diera la experiencia para rememorar lo que significaba ser una Berserker, no solo en título y espíritu, sino también en su misma carne y sangre. Era algo que Hellgorak entendía…no se podía ser un guerrero completo si no se sentía aquello de primera mano…así que manteniendo su mirada fija en Ushuriel, el hombre se apareció directamente frente a ella para con un movimiento fluido, golpearla en la mejilla con el dorso de su mano y enviarla a volar al otro lado del salón en el que se encontraban.
Un recordatorio, cierto? Bien Ushuriel…ya que no puedes dar el último paso por ti misma, me has obligado a mover mis manos. Espero que estés lista para lo que eso implica…no me contendré, si tu cabeza sale rodando eso solo confirmará que tu lado humano te ha vencido por completo, de ser así tu existencia y todos los registros de tu paso sobre la Tierra serán borrados. Las basuras incapaces de albergar el espíritu sangriento de la Guerrra son inservibles para el ejército de Ares. declaró Steven, mientras la cola de su armadura carmesí se movía a una velocidad impresionante para aparecer por encima de la mujer y amenazarla con aplastarla en un solo embate. Apenas en un parpadeo, la particular extremidad cayó con una fuerza increíble que fácilmente habría de triturar todo lo que estuviera a su paso.
Un recordatorio, cierto? Bien Ushuriel…ya que no puedes dar el último paso por ti misma, me has obligado a mover mis manos. Espero que estés lista para lo que eso implica…no me contendré, si tu cabeza sale rodando eso solo confirmará que tu lado humano te ha vencido por completo, de ser así tu existencia y todos los registros de tu paso sobre la Tierra serán borrados. Las basuras incapaces de albergar el espíritu sangriento de la Guerrra son inservibles para el ejército de Ares. declaró Steven, mientras la cola de su armadura carmesí se movía a una velocidad impresionante para aparecer por encima de la mujer y amenazarla con aplastarla en un solo embate. Apenas en un parpadeo, la particular extremidad cayó con una fuerza increíble que fácilmente habría de triturar todo lo que estuviera a su paso.
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Re: Recepción de Palacio
3° Post de Ataque Débil (Maestría Fuego)
Admitía que tal idea que le pasaba por la cabeza como el retar a Hellgorak comenzaba a invadirla en pleno pánico más eso no le impedía retroceder, su brazo tembló ligeramente cuando apuntaba hacia la silueta ahora de su nuevo oponente.
Su reacción no se hizo esperar, ni si quiera trato de defenderse de ello, un seco golpe la lanzó lejos haciendo que su cuerpo girara arrebatándole de la misma forma aquel cetro. El dolor profundizaba más allá que solo dejar el visible sonrojo sobre su mejilla, más allá de lo que sería un moretón, el acero había lacerado lo más preciado para esa mujer… su belleza. Sacudió su cabeza pues estaba claramente aturdida, pequeñas gotas de sangre manchaban el fino mármol blanquecino, donde apenas podía ver su rostro casi desfigurado, así era como ella estaba acabando.
Tenía dos opciones, seguir cumpliendo los caprichos de esa mujer o permitir que su existencia fuera borrada tal como había declarado ese hombre. El tiempo no estaba a su favor pues la extensión de la armadura de Hellgorak ya arremetía contra Ushuriel quebrando su cuerpo casi a la mitad, su voz estalló en un singular grito de agonía que debido a la fuerza fue estrellada contra las baldosas impregnando su esencia, la sangre. Los golpes eran consecutivos, uno que arrasaba más que el anterior, se diría que estaba dándose por vencida, dejaría que aquel hombre se deshiciera de la basura que resulto ser Ushuriel.
Ladeando su rostro contra el azulejo observo como a poca distancia se encontraba su cetro, no opondría resistencia, el dolor que le provocaba le hacía sentir feliz; con vida, incluso la destrucción de su propio cuerpo le causaba regocijo. Él ya debería estar cansándose de esa estúpida escena, no valía la pena desgastar el tiempo en alguien como ella.
- Gracias –eso era todo lo que quería, experimentar el dolor, la agonía, ese placer que no solo provocaría a sus enemigos sino que también infligiría en su cuerpo y espíritu, de eso se trataba todo esto. Su mano se arrastraba en dirección de su arma, el medallón de su cuello se iluminó rodeando a la mujer en nuevas llamas que se canalizaban en dicho objeto.
El escuadrón de las llamas y el fuego significaba la destrucción total, eliminación de impurezas como lo declaraba Ares. Los golpes caían inclementes uno tras otro, increíblemente recuperaba su entereza para lograr levantar su cuerpo un poco y tomar el cetro de las llamas, su energía ya no era una chispa, era algo más estable… era su cosmos. Interponiendo su hoz contra la extensión de esa armadura evito que el golpe que iba a caer en ella acabara con su castigo de haberse dejado manipular, sus ojos lucían más abiertos con una fragante sonrisa demostrando levemente su demencia por la batalla.
- Deseo más…
~~º~~
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Diva- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Cada golpe propinado por la cola de Hellgorak doblaba el delicado cuerpo de la mujer anteriormente conocida como Diva, mientras que aquello servía para recordarle a Ushuriel el gusto por las batallas, el dolor y la sangre desperdigada por todo el campo de batalla, era su naturaleza, era nuestra naturaleza…y eso parecía calar en su mente, borrando poco los vestigios de Diva para dejar que la Ejecutora del Fuego dominara por completo aquel avatar. Los quejidos de la mujer, la sangre que caía al suelo con salpicadas secas y las rotura del suelo se confabulaban para mostrar la escena como una paliza sin piedad, una paliza desmedida y desbalanceada a favor de Hellgorak, pero la idea era que Ushuriel se resistiera o al menos, recobrara su actitud sedienta de muerte el suficiente tiempo como para destruir lo que quedaba de Diva dentro de aquel cerebro.
... cerrando los ojos sin ganas de continuar con aquello y al ver que su oponente no se defendía, ya Steven estaba por acabar con todo pero en un arranque de impulsividad y decisión, parecía que la fémina empezaba a reaccionar: su báculo había vuelto a sus manos y con este detuvo el embate de la cola de la armadura carmesí justo a tiempo antes de partirla en dos. Reacción lenta, mujer. fue lo único que dijo Hellgorak ya que para ese instante, sus alas se habían extendido para lanzarse en pos de Ushuriel como un par de guillotinas inclementes…si aquel ataque chocaba contra la oponente del Invencible, la cortaría limpiamente en tres trozos separados el uno del otro.
... cerrando los ojos sin ganas de continuar con aquello y al ver que su oponente no se defendía, ya Steven estaba por acabar con todo pero en un arranque de impulsividad y decisión, parecía que la fémina empezaba a reaccionar: su báculo había vuelto a sus manos y con este detuvo el embate de la cola de la armadura carmesí justo a tiempo antes de partirla en dos. Reacción lenta, mujer. fue lo único que dijo Hellgorak ya que para ese instante, sus alas se habían extendido para lanzarse en pos de Ushuriel como un par de guillotinas inclementes…si aquel ataque chocaba contra la oponente del Invencible, la cortaría limpiamente en tres trozos separados el uno del otro.
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Re: Recepción de Palacio
4° Post de Ataque Débil (Maestría Fuego)
Las facciones de Hellgorak no cambiaban, todo parecía resultarle aburrido y monótono, conociendo su naturaleza de siempre autonombrarse el Invencible pues nada le imponía un verdadero reto pero Ushuriel le demostraría los motivos por los que estaba en ese escuadrón y porque precisamente ella había sido elegida para formar parte de ese grupo. El deseo de querer más de él se manifestaba, se propagaba casi como un virus el alentarlo a tal punto que experimentara esa misma sensación de destrucción por la cual ella estaba pasando.
Sí, detuvo a tiempo ese golpe y no esperaba que sus alas fueran en pos a su cuerpo para cortarla en pedazos y Diva no se conocía como una mujer que luchara o tuviera la fuerza para ello, siempre maquinando las cosas detrás de otras personas para que dieran la cara por ella, eso era posiblemente una singular cualidad pero su lado humano había muerto por lo que quedaba relucir esos dotes que nadie ha contemplado… la lucha.
- Nunca es demasiado tarde.. siempre se ha de esperar el momento indicado…
¿Por qué se encontraba tan confiada a pesar de la inminente diferencia de poder entre ambos? Un torbellino en flamas hizo que girara su cuerpo evitando una de las cuchillas de las alas pero faltaba la segunda, una agitación de su brazo bastó para que la hoja de su arma se encendiera y tras de esta miles de cuchillas en forma de media luna fueron disparadas.
- Danza de las cuchillas. Declaró con seguridad cuando se dirigieron contra el ala provocando que cada hoja estallará propagando el humo, ambas siluetas se perdían entre las penumbras y no se sabía con certeza la reacción de cada uno de ellos. Por parte de esa mujer debía haber un final pero ¿qué pasaría con Hellgorak?, el panorama no era más que desolador, nadie se atrevía a acercarse.. preferían salvaguardar su vida antes de que se vieran mezclados en un peor destino.
La flama de Ushuriel era algo que jamás se extinguiría, sujetándolo por la parte de enfrente sin temor a que él mismo dispusiera de ella y acabarla de un solo golpe al tomarse la osadía de estar de una forma tan unida, sus labios se pegaron a su oído para solo presionarlos… un beso indirecto. - ¿Qué tramará mi superior? ¿Soy lo suficiente para usted para aun permanecer en su escuadrón?. - su voz acarició con una atemorizante suavidad aquellas palabras, dejando que el filo de su hoz resbalara frágilmente por su cuello sin provocarle daño mínimo, no era capaz de herirle por mucho que deseara hacerlo.. aun no se encontraba en posición para realizar tal hazaña.
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Diva- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Finalmente, el dolor y el éxtasis que generaba la noble matanza de la guerra había calado por completo en la Ejecutora del Fuego, permitiendo que la debilidad humana de Diva desapareciera por completo y así el verdadero potencial de Ushuriel saliera a flote…Hellgorak el Invencible podía darse por satisfecho, había logrado su misión con aquella mujer tan particular y por ende, había hecho que uno de los miembros de su escuadrón surgiera sin estar manchada de ninguna manera con la suciedad que representaba la humanidad. Con ella, ya había tres miembros en el Escuadrón de las Llamas y el Fuego en activo y pronto llegarían a ser cuatro si es que el estúpido de Infernatil lograba encontrar un buen avatar en la Tierra, cosa que a aquellas alturas empezaba a parecer imposible. Descartando aquel inútil pensamiento, Steven tan solo tomó a Ushuriel por el cuello para apartarla de su persona y sostenerla a toda la distancia que dejaba su brazo, analizándola de pies a cabeza para finalmente lanzarla a un lado sin más consideraciones que lo retrasaran.
Lo has logrado, Ushuriel…has sobrellevado la humanidad de esa estúpida mujer llamada Diva, ya puedes considerarte como miembro del Escuadrón de las Llamas. Y…el cosmos de Ares ha desaparecido de la ciudad. dijo Hellgorak de pronto, flotando a unos centímetros del suelo sin darse cuenta mientras la cola de su armadura de color carmesí volvía a su sitio en un abrir y cerrar de ojos. Sí, la parte de su mente que le debía una lealtad más que absoluta al señor de la Guerra había percibido como aquel violento y enorme cosmos se consumía poco a poco para desaparecer de escena, sin medio alguno para poder identificar hacia donde se había marchado…aunque eso no importaba, lo que quedaba por hacer ahora era que ellos debían moverse y cumplir los designios por los cuales habían despertado en aquella época, la desaparición de Ares era tan solo, una parte del plan del señor de los Berserkers, Steven estaba más que seguro de eso. Bien...creo que es hora de acabar nuestros asuntos en este nido de ratas, Ushuriel…hay algo que pienses que debas terminar aquí y ahora? inquirió el Invencible sin dirigirle la mirada a su subordinada, sintiendo como otra presencia, se acercaba a donde se encontraban ellos dos.
Lo has logrado, Ushuriel…has sobrellevado la humanidad de esa estúpida mujer llamada Diva, ya puedes considerarte como miembro del Escuadrón de las Llamas. Y…el cosmos de Ares ha desaparecido de la ciudad. dijo Hellgorak de pronto, flotando a unos centímetros del suelo sin darse cuenta mientras la cola de su armadura de color carmesí volvía a su sitio en un abrir y cerrar de ojos. Sí, la parte de su mente que le debía una lealtad más que absoluta al señor de la Guerra había percibido como aquel violento y enorme cosmos se consumía poco a poco para desaparecer de escena, sin medio alguno para poder identificar hacia donde se había marchado…aunque eso no importaba, lo que quedaba por hacer ahora era que ellos debían moverse y cumplir los designios por los cuales habían despertado en aquella época, la desaparición de Ares era tan solo, una parte del plan del señor de los Berserkers, Steven estaba más que seguro de eso. Bien...creo que es hora de acabar nuestros asuntos en este nido de ratas, Ushuriel…hay algo que pienses que debas terminar aquí y ahora? inquirió el Invencible sin dirigirle la mirada a su subordinada, sintiendo como otra presencia, se acercaba a donde se encontraban ellos dos.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Primer post de Cuatro ~ Ataque Medio ~ Maestria en Cosmos ~ Filotormenta
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Una gran energía podía sentirse por todo el lugar, como si la fuerza de gravedad hubiese aumentado ligeramente,partículas de cosmos color rojizo empezaban a hacerse presentes en la habitación donde Hellgorak y Ushuriel se encontraban, haciendo compañía a las llamas que empezaban a devorar aquella sección del palacio del Cesar, de repente aquella extraña fuerza desapareció por segundos dejando el sentimiento de una inquietante calma, una de las paredes del ala oeste de aquella enorme habitación que alguna vez sirvió como recibidor para los miles de políticos y nobles que alguna vez quisieron hablar con el alta estirpe romana, era destrozada en miles de pedazos mientras un brillo dorado de un objeto, lo que parecía ser un par de espadas eran las causantes de tal destrucción, las llamas empezaron a mostrarse altaneras y violentas alimentándose con el poderoso cosmos que se hacía presente, de la nube de polvo que se creó luego de eso, se vislumbraba la figura de una mujer, que portaba una armadura de tonos rojizos y platas, sus largos cabellos tan rojos como la sangre ondeaban con delicadeza, en su mano derecha sostenía una hermosa espada que brillaba aun mas con el poder de su cosmos y en la izquierda, agarraba por el cuello a un pobre soldado el cual intentaba soltarse del agarre de la mujer.
Sonrió con malicia ante ese humano, empuñando con fuerza su arma, le atravesó con fuerza en todo su tronco, de tal forma que la punta de esta se veía traspasar aquel frágil cuerpo humano, pero aquel espectáculo no acabo en eso, sino que le tomo de la quijada y la separo, quedándose con la parte inferior de esta para luego botarla al lado del cadáver, la sangre de aquel soldado había caído sobre su imponente armadura, pero parecía que a la mujer no le importaba en lo mas mínimo. Se volteo hacia Hellgorak y Usuriel, mirándoles de arriba abajo y sacando sus propias conclusiones sobre lo que había ocurrido.
- Que bueno es saber que no pierden el tiempo. –
Exclamo tales palabras al darse cuenta que Ushuriel estaba totalmente despierta y que Hellgorak habia regresado después de no haberle visto en el olimpo, mientras tomaba su espada y la envainaba en su espalda, para luego cruzarse de brazos y acercarse un poco ante sus dos compañeros de batallón.
Última edición por Ada el Vie Abr 08, 2011 2:51 pm, editado 1 vez
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Re: Recepción de Palacio
Las cosas se habían dado como esperaron los dos, el revivir aunque sea por un mínimo momento la pelea entre ellos fue más que regocijante para Ushuriel y de seguro que también para Hellgorak aunque no lo demostrara. Su cuerpo se había tratado de acoplar contra la vestimenta de ese hombre pero poco duro ese contacto cuando su mano se ciñó en el cuello de la mujer apartándola.
De frente ambas miradas chocaban, no había absolutamente nada que la dañara que no fuera el mismo Ares, sus labios se abrían en una sonrisa en ese pobre intento de querer separarla de su lado, estaba claro de que se trataba de su subordinada y que hasta el fin de los tiempos tendrían una y otra.. y otra vez que encontrarse. Antes de que ella intentara zafarse fue lanzada unos metros y sin dejarse caer mantuvo la compostura enterrando su cetro para no perder el paso, agacho la cabeza en una carcajada de lo más silenciosa, sus hombros se movieron ligeramente de arriba abajo exagerando esa acción de burla hasta que al detenerse levanto su mirada en torno a la pared que fue resquebrajada a la mitad, una figura escarlata daba su gran aparición portando en una de sus manos libres la inmunda alma de un hombre desesperado por escapar. Cada acto era seguida por el purpureo de sus ojos, enarco una ceja por no compartir los métodos con los cuales ella se movía.
- Uughh.. nunca te cansaste de llamar la atención de esa manera…
No necesitaba ver como sus manos se manchaban con la sangre de esa cosa, le resulto grotesco… mucho más que su propio aspecto envuelto en cenizas y sangre pero no tenía opción, también se trataba de alguien que estaba por encima de ella. Lo único que hizo fue mirar el rostro de Hellgorak para darse cuenta que su misión al menos en el palacio del César había culminado, cerró los ojos concentrándose en el único estorbo… Solomon.
- Existe cierta persona en particular pero antes necesito vestir decentemente. Poco le interesaba su aspecto, lo que reclamaba era tener su armadura de vuelta, algo digno que portar para la Ejecutora del Fuego y no simples rastros de ropa, el mundo tenía que temblar con su llegada. - el último paso… el Senado. Caminando por su cuenta se dirigió a la salida, como toda Reina lo hacía en su partida, todos verían a la nueva mujer… la siguieran o no.. igual no le interesaba, humillar a ese hombre es lo único que le importaba antes de su reunión con Ares y demás compañeros de armas.
De frente ambas miradas chocaban, no había absolutamente nada que la dañara que no fuera el mismo Ares, sus labios se abrían en una sonrisa en ese pobre intento de querer separarla de su lado, estaba claro de que se trataba de su subordinada y que hasta el fin de los tiempos tendrían una y otra.. y otra vez que encontrarse. Antes de que ella intentara zafarse fue lanzada unos metros y sin dejarse caer mantuvo la compostura enterrando su cetro para no perder el paso, agacho la cabeza en una carcajada de lo más silenciosa, sus hombros se movieron ligeramente de arriba abajo exagerando esa acción de burla hasta que al detenerse levanto su mirada en torno a la pared que fue resquebrajada a la mitad, una figura escarlata daba su gran aparición portando en una de sus manos libres la inmunda alma de un hombre desesperado por escapar. Cada acto era seguida por el purpureo de sus ojos, enarco una ceja por no compartir los métodos con los cuales ella se movía.
- Uughh.. nunca te cansaste de llamar la atención de esa manera…
No necesitaba ver como sus manos se manchaban con la sangre de esa cosa, le resulto grotesco… mucho más que su propio aspecto envuelto en cenizas y sangre pero no tenía opción, también se trataba de alguien que estaba por encima de ella. Lo único que hizo fue mirar el rostro de Hellgorak para darse cuenta que su misión al menos en el palacio del César había culminado, cerró los ojos concentrándose en el único estorbo… Solomon.
- Existe cierta persona en particular pero antes necesito vestir decentemente. Poco le interesaba su aspecto, lo que reclamaba era tener su armadura de vuelta, algo digno que portar para la Ejecutora del Fuego y no simples rastros de ropa, el mundo tenía que temblar con su llegada. - el último paso… el Senado. Caminando por su cuenta se dirigió a la salida, como toda Reina lo hacía en su partida, todos verían a la nueva mujer… la siguieran o no.. igual no le interesaba, humillar a ese hombre es lo único que le importaba antes de su reunión con Ares y demás compañeros de armas.
~~º~~
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Re: Recepción de Palacio
Por ahora los asuntos con Ushuriel estaban totalmente saldados e instantáneamente, otro de los miembros de nuestro escuadrón se hacía presente: Madareth, la Señora amante de la Guerra, conocida como la flor sangrienta de Ares, una de las personas más fieles al dios de los conflictos bélicos que en ese instante parecía rejuvenecida, como si su espíritu de pelea hubiera sido satisfecho con algún tipo de gusto especial. Aunque en lo personal a Steven no le llamaba la atención la forma en que la pelirroja solía aparecerse en cada sitio que visitaba, debía admitir que su voluntad comparada con lo que le había visto antes, era admirable. Definitivamente Hellgorak había concluido que su grupo era por demás, suficiente como para cumplir con las metas que tenían a futuro. En ese instante Ushuriel decidió que había llegado el momento de marchar hacia un lugar en específico de la ciudad y así resolver el último asunto pendiente para poder finalmente marcharse de allí, por lo cual Steven tan solo movió la cabeza en un movimiento que indicaba que se adelantara…por su lado, el Invencible tenía algo que pedirle a Madareth…no, no pedirle, sino exigirle de forma expresa y concisa, ya que si bien se hubiera percatado de poseer semejante bien en sí misma, el encargado de las dos mujeres no lo sabía, pero pretendía obtener los beneficios de aquel particular legado.
Madareth...dime, como es que la sangre de Ares ha llegado a tu puño? Es…curioso. dijo de pronto Hellgorak, sabiendo que la única forma de que eso hubiera ocurrido sería que la misma señora de la guerra hubiera golpeado directamente a su dios. Aunque por la fluctuación de cosmos que ocurrió más allá debo suponer que no fue algo que molestara al señor Ares, sino…no estarías aquí frente a mi, viva y entera. Sea cual sea el caso, tengo una exigencia que hacerte… en ese instante, Steven volteó todo su cuerpo para encarar a la pelirroja, extendiendo la palma izquierda sin vacilar. Dame su sangre. exigió finalmente el hombre, sin cambiar de expresión mientras se mantenía sobrevolando el suelo por unos cuantos centímetros sobre este al mismo tiempo que la cola de su armadura se movía de forma ondulatoria, sin indicar nada en particular.
Madareth...dime, como es que la sangre de Ares ha llegado a tu puño? Es…curioso. dijo de pronto Hellgorak, sabiendo que la única forma de que eso hubiera ocurrido sería que la misma señora de la guerra hubiera golpeado directamente a su dios. Aunque por la fluctuación de cosmos que ocurrió más allá debo suponer que no fue algo que molestara al señor Ares, sino…no estarías aquí frente a mi, viva y entera. Sea cual sea el caso, tengo una exigencia que hacerte… en ese instante, Steven volteó todo su cuerpo para encarar a la pelirroja, extendiendo la palma izquierda sin vacilar. Dame su sangre. exigió finalmente el hombre, sin cambiar de expresión mientras se mantenía sobrevolando el suelo por unos cuantos centímetros sobre este al mismo tiempo que la cola de su armadura se movía de forma ondulatoria, sin indicar nada en particular.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Aquella “llamativa” entrada a escena no le había agradado mucho a Ushuriel, quien renegó por el comportamiento frenético y desquiciado de la señora de la guerra, pero ella no entendía que tan solo era la representación de la verdadera esencia de Madareth quien se sentía muchísimo más animada y violenta con aquel combate que recientemente había tenido con Ares, reafirmando sus convicciones y el profundo amor que sentía por la deidad quien era todo lo que ella necesitaba para vivir y ser su más fiel seguidora. Ushuriel aun no había terminado sus asuntos mortales, aun faltaba un componente por lo que se adelanto ante sus superiores quienes por el momento eran los dos más poderosos guerreros del ejercito de Ares.
Hellgorak no era para nada estúpido, al igual que ella podía sentir los choques de cosmos con una absoluta facilidad por lo que sus palabras no se hicieron esperar, pero resaltando un elemento que la señora de la guerra hasta el momento guardaba con recelo y que se encontraba en su puño derecho, resguardada por su armadura y su cosmos, era la sangre de Ares, producto del enfrentamiento que esta tuvo con el dios, un tesoro que solo ella tenía en todo el mundo, y por más que Hellgorak fuese un compañero de guerra, no se lo entregaría a menos de que tuviese una buena razón.
- Convénceme… a menos de que tengas una buena razón, no te daré nada. –
Si iba a dársela el debería hacerle entender sus verdaderos motivos, Madareth era la señora de la guerra, pero también sentía un ardiente deseo por la sangre derramada en el campo de batalla y haber conseguido la sangre de Ares estaba a otro nivel, sería un amuleto que usaría en un futuro para despedazar a todo enemigo de su señor por lo que entregar aunque fuese una gota así como asi, por el momento, era imposible.
Hellgorak no era para nada estúpido, al igual que ella podía sentir los choques de cosmos con una absoluta facilidad por lo que sus palabras no se hicieron esperar, pero resaltando un elemento que la señora de la guerra hasta el momento guardaba con recelo y que se encontraba en su puño derecho, resguardada por su armadura y su cosmos, era la sangre de Ares, producto del enfrentamiento que esta tuvo con el dios, un tesoro que solo ella tenía en todo el mundo, y por más que Hellgorak fuese un compañero de guerra, no se lo entregaría a menos de que tuviese una buena razón.
- Convénceme… a menos de que tengas una buena razón, no te daré nada. –
Si iba a dársela el debería hacerle entender sus verdaderos motivos, Madareth era la señora de la guerra, pero también sentía un ardiente deseo por la sangre derramada en el campo de batalla y haber conseguido la sangre de Ares estaba a otro nivel, sería un amuleto que usaría en un futuro para despedazar a todo enemigo de su señor por lo que entregar aunque fuese una gota así como asi, por el momento, era imposible.
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Re: Recepción de Palacio
La respuesta de la Señora enamorada de la Guerra había sido realmente satisfactoria, a pesar de ser una negativa a medias. Steven no se esperaba más, realmente el que la mujer se hubiera negado a dárselas de buenas a primeras demostraba que su lealtad era total para con Ares y eso la hacía un elemento valioso para su ejército…pero si querían cumplir con sus objetivos, Hellgorak sabía que no podía aceptar un “no” como respuesta, fuera como fuera obtendría aunque fuera una ínfima parte del botín de guerra de Madareth, no por orgullo propio sino porque esa era la forma en la que podrían avanzar en las aguas de la guerra santa que se avecinaba…era algo de lógica simple. En menos de un parpadeo, ya Hellgorak se había aparecido frente a Madareth dejando entre sus respectivas narices una separación de al menos dos o tres centímetros como mucho.
Madareth...debes saber muy bien que es lo hay que en las ruinas de Esparta, cierto? Después de doscientos cincuenta años, todo permanece igual debajo de las ruinas…no te equivoques, no te estoy quitando tu botín, de hecho te felicito al haber logrado obtenerlo…sin embargo, sabes lo necesario que es esa sustancia para nuestra causa. Lo repetiré de nuevo, Madareth…dame la sangre de Ares. dijo de nuevo Steven, con ambas manos en la espalda y dejando que su aliento entrara en su interlocutora, sabiendo que el ambiente que había entre los dos se había vuelto tenso y hasta peligroso…desde tiempos mitológicos, aquel par se encontraba en cierta lucha envuelta en misterio: la persona más apta en la lucha y la persona que nunca había sido derrotado en batalla…las chispas de su mero encuentro eran más que notorias, pero su causa y sus metas a futuro eran similares, por tanto, Hellgorak esperaba que su “compañera” entendiera que era lo que quería decir con la idea de pedir aunque fuera una sola gota de tan maravilloso líquido carmín.
Madareth...debes saber muy bien que es lo hay que en las ruinas de Esparta, cierto? Después de doscientos cincuenta años, todo permanece igual debajo de las ruinas…no te equivoques, no te estoy quitando tu botín, de hecho te felicito al haber logrado obtenerlo…sin embargo, sabes lo necesario que es esa sustancia para nuestra causa. Lo repetiré de nuevo, Madareth…dame la sangre de Ares. dijo de nuevo Steven, con ambas manos en la espalda y dejando que su aliento entrara en su interlocutora, sabiendo que el ambiente que había entre los dos se había vuelto tenso y hasta peligroso…desde tiempos mitológicos, aquel par se encontraba en cierta lucha envuelta en misterio: la persona más apta en la lucha y la persona que nunca había sido derrotado en batalla…las chispas de su mero encuentro eran más que notorias, pero su causa y sus metas a futuro eran similares, por tanto, Hellgorak esperaba que su “compañera” entendiera que era lo que quería decir con la idea de pedir aunque fuera una sola gota de tan maravilloso líquido carmín.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Recepción de Palacio
Aquel ambiente rodeado por las llamas, los escombros de aquel palacio y el cosmos de Madareth que nunca sentía la necesidad de ocultarlo se había vuelto muchísimo más tenso por una sola razón: el gran poder que tanto ella como Hellgorak poseían y la fuerte voluntad de lucha que a estos dos les otorgaba el titulo de ser la elite del ejército de Ares. Ahora con un rápido movimiento, el berserker de cabellos rubios se había acercado dejando unos cuantos centímetros de distancia de la chica de cabellos rojizos, aquella escena era sumamente destacable, Hellgorak con esa imponente armadura, con sus alas desplegadas tratando de intimidar a Madareth quien era ligeramente más baja que el pero no demostraba ningún temor ante este, viéndose orgullosa e imponente.
Las palabras de su compañero no se hicieron esperar tampoco, palabras que dieron en el orgullo de la señora de la guerra, ella había visitado a Esparta y había sido testigo de las deplorables condiciones de aquella ciudad, como olvidarlo si había nacido allí, uno de los imperios mas poderosos había sido reducido a ser un súbdito de Roma, y lo que era más importante el templo dedicado a Ares se encontraba en ruinas, ruinas en las cuales había encontrado su armadura y había nacido ese deseo de reencontrar a su dios y pedir explicaciones.
- Comparto tus razones, por lo que con mucho gusto te la daré… -
La señora de la guerra no se había separado de Hellgorak, tenia una ligera risa en su rostro, de hecho recordaba aquellas épocas en donde media su fuerza con sus compañeros, volver a ver al berserker que se consideraba el invencible le incitaba a medir fuerzas con este, la sensación de adrenalina y de poder que los dos desprendían era estimulante. Sin dejar de mirarle levanto su mano derecha mientras concentraba su cosmos en su palma y de esta brotaba una gota de sangre divina, perteneciente a Ares y que era parte del preciado botín de la señora de la guerra, aquella esfera se coloco en medio de los dos guerreros, mientras que Madareth separaba su rostro del de su compañero.
- Y bien, supongo que debemos seguir en el deber de reunir a los berserkers, estoy segura que Ares nos llamara pronto, por lo que debemos estar preparados. -
Las palabras de su compañero no se hicieron esperar tampoco, palabras que dieron en el orgullo de la señora de la guerra, ella había visitado a Esparta y había sido testigo de las deplorables condiciones de aquella ciudad, como olvidarlo si había nacido allí, uno de los imperios mas poderosos había sido reducido a ser un súbdito de Roma, y lo que era más importante el templo dedicado a Ares se encontraba en ruinas, ruinas en las cuales había encontrado su armadura y había nacido ese deseo de reencontrar a su dios y pedir explicaciones.
- Comparto tus razones, por lo que con mucho gusto te la daré… -
La señora de la guerra no se había separado de Hellgorak, tenia una ligera risa en su rostro, de hecho recordaba aquellas épocas en donde media su fuerza con sus compañeros, volver a ver al berserker que se consideraba el invencible le incitaba a medir fuerzas con este, la sensación de adrenalina y de poder que los dos desprendían era estimulante. Sin dejar de mirarle levanto su mano derecha mientras concentraba su cosmos en su palma y de esta brotaba una gota de sangre divina, perteneciente a Ares y que era parte del preciado botín de la señora de la guerra, aquella esfera se coloco en medio de los dos guerreros, mientras que Madareth separaba su rostro del de su compañero.
- Y bien, supongo que debemos seguir en el deber de reunir a los berserkers, estoy segura que Ares nos llamara pronto, por lo que debemos estar preparados. -
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Re: Recepción de Palacio
Las palabras proferidas por Hellgorak habían logrado su cometido, Madareth la Señora de la guerra había soltado parte de la sangre de Ares: un ínfima gota se elevaba en medio de los dos guerreros para tomar una perfecta forma esférica solidificada que inmediatamente fue tomada por Steven entre sus dedos índice y corazón de la mano derecha, para luego hacerla desaparecer a la vista. Poco después Madareth había tocado uno de los tantos temas que tenían por delante…sí, la mujer no se equivocaba ya que debían empezar a moverse para reclutar a los demás Berserkers que quedaban a la deriva sin saber que hacer apenas despiertas las habilidades innatas que le conferían a sus avatares humanos. Cerrando los ojos y materializándose en la salida que había usado Ushuriel para marcharse hacía unos pocos minutos, Hellgorak tan solo levantó la vista y encendió ligeramente su cosmos, haciendo un escaneo general de los cosmos de todos los que hubieran descubierto sus raíces como guerreros de Ares…si su percepción no estaba mal, había uno de los suyos en alguna parte de Roma, no muy lejos de allí…por otro lado, la presencia de Egipto seguía fortaleciéndose aunque a un ritmo aletargado y ese era el que le preocupaba más a Hellgorak…no tanto porque no pudiera valerse por sí mismo, pero dejarlo en medio de otros cosmos agresivos de potencia tan prominente como lo eran las energías de los espectros (quienes parecían haber establecido su base en la tierra del sol y las arenas) sería un movimiento arriesgado…sencillamente no necesitaban un enemigo como el señor del Inframundo, ya un estúpido humano llamado Alone había destruido todo el honor de los Berserkers al tomarse las cosas a un nivel ridículamente personal, así que Hellgorak se encargaría de aquella situación personalmente una vez que le diera sus órdenes finales a Ushuriel y Madareth. Tras un momento de silencio, el hombre le respondió a su interlocutora.
Exacto, Madareth. Es nuestro deber preparar todo para el señor Ares…por ahora, supervisaremos que Ushuriel termine sus deberes aquí y luego les daré órdenes de grado superior que deberán ser cumplidas en el menor tiempo posible, entendido? De ser así, sigamos a la Ejecutora del Fuego, no debemos perder más el tiempo. declaró Steven con tono conclusivo, siguiendo la ruta que había tomado Ushuriel y que al parecer, conducía a la zona que los humanos denominaban como “Senado”.
Exacto, Madareth. Es nuestro deber preparar todo para el señor Ares…por ahora, supervisaremos que Ushuriel termine sus deberes aquí y luego les daré órdenes de grado superior que deberán ser cumplidas en el menor tiempo posible, entendido? De ser así, sigamos a la Ejecutora del Fuego, no debemos perder más el tiempo. declaró Steven con tono conclusivo, siguiendo la ruta que había tomado Ushuriel y que al parecer, conducía a la zona que los humanos denominaban como “Senado”.
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Re: Recepción de Palacio
Hellgorak quizá era uno de los pocos berserkers que podía disfrutar de la confianza y el respeto de Madareth, y por ende al único aparte de Ares o bien de los dioses lideres de cada batallón de quien recibiría alguna especie de orden, fácilmente podría irse de aquel lugar y seguir en sus asuntos, pero las acciones de Ares en el coliseo eran claras, el aparecería nuevamente cuando todo estuviese listo por lo que ella y su compañero debían encargarse de que aquella orden se cumpliera a cabalidad. En su pelea contra Ares había dejado a un lado los cosmos de todos quienes le rodeaban por lo que era un buen momento para sentir como se encontraban las cosas en Roma, podía sentir a Latrivan acompañada de Bazir…. O lo que fuera aquel berserker a quien consideraba inútil y estúpido, en cambio Latrivan a pesar de su frialdad en su cosmos denotaba esa algo que Madareth podía considerar seguro… aparte de ellos estaba Tafariel, y dos leves presencias mas de quienes a su tiempo se encargaría, por el momento debían esperar que Ushuriel terminara sus asuntos. Siguiendo a Hellgorak apareció en la entrada de aquel sitio el cual era el palacio del emperador y caminando a su lado, no atrás ni adelante, en señal de considerarle como a un igual emprendieron camino.
- Entre mas rápido estemos listos, asi mismo veremos a Ares, entendí perfectamente su voluntad y no deseo fallarle. Hay muchos cosmos de berserkers en Roma… unos destacables… otros los considero basura…-
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Re: Recepción de Palacio
Senadores
Solomon
Generales( o cualquier miembro de la fuerza belica)
------------------------------------------------------------
La marcha había atraido rapidamente la atención de toda clase de personas de camino a palacio. Todo el bando de Solomon venía clamando su nombre enbriagados en su mayoria por un jubilo digno de las bacantes. Aquel tranquilo avance se veia colgado de un hilo, ante cualquier estallido de furia todo colapsaria haciendo de la masa una amenazadora fuerza, aun mejor que el de los ejercitos de los que tanto se ufanaba el antiguo emperador.
Pronto los soldados que custodiaban los alrededores de palacio dieron la alerta acercandose en pequeñas patrullas que poco o nada pudieron hacer ante la presencia de los más ilustres mienbros del senado quienes de paso ya habían movido por su cuenta a los más orgullosos generales del Castrum al favor de su causa que no era otra que la de Solomon.
No tardo ni cinco minutos para que los gigantescos portones de palacio se abrieran de par en par. Solomon yacía más que satisfecho, ingresando por la puerta grande ni la voraz luz solar mallarian en su semblante, su destino estaba escrito y su convencimiento le hacian a prueba de balas.
Alto allí!
Un par de fuertes voces se oyeron desde muy lejos. Pronto dos generales se dejarian ver con sus inquisidoras miradas, resultaban ser el par de papagayos viejos amigos del difunto padre de Octavius y Virgilius, obviamente ellos serían los primeros en poner un alto a la resencia de una gresca aunque ésta contara en sus filas a miembros de las mayores fuerzas del imperio.
Que les hacen suponer que pueden venir con este mal hijo de Roma. Sólo existe un emperador por derecho de sangre y ese es Octavius...
Todo quedo en silencio por un breve segundo antes que la muchedumbre atras comenzara a tirar piedras a los interiores de palacio. La marcada ira de ambos viejos no remecia en lo absoluto a Solomon quien levantando apenas su mano derecha hacía que su más viejo enemigo del senado se acercará.
Dictador.
El par de generales dio un paso hacía atras, algunos de los soldados de su lado y el de Solomon hicieron lo mismo más los demás miembros ilustres no. Yacían magicamente insensibles a la información que a sus oidos había llegado.
Imposible. Imposible. Ustedes van a...
Solomon avanzo tranquilamente hacía aquellos que venían mostrando la más profunda de las indignaciones. Su macabra careta de hierro le hacía un monstruo a sus ojos más se contuvieron y permanecieron inmoviles.
Generales...guarda sabirudia sus palabras. Sin embargo, no ha existido emperador desde la muerte del grande al oriente. Es por ello que...
El senador a su siniestra volvio a hablar ante la pusa dada por Solomon.
Ante la ausencia de un emperador y la jefatura de Generales es deber de este senado dar un anuncio inequivoco y permanente al respecto. La horda de desastres que a acaecido sobre Roma vuelve nuestro poderio más que ineficiente. Egipto, Britania, Hispania...tierras una vez conquistadas estan en vias de librarse de nuestras manos. Es por eso que además en caracter extraordinario se otorga el titulo "Augusto" a Solomon siendo el desde ahora "principes" de Roma, destinado a emperador apenas su "dictatuda" termine en el plazo de seis meses.
Su voz era clara y con la mayor de las resonancias haciendo llegar su anuncio hasta la multitud fuera. Todos vitoreaban desesfadamente llenos de un rabiosa alegria. Luego de un ceremonioso receso el senador volvió a retomar la palabra.
El dictador era elegido por el senado y normalmente llevaba consigo el favor del pueblo en general. Así fue como en otros tiempos el gran Augusto Cesar se autoproclamo Dictador vitalicio aceptandole como emperador a posteriori. Solomon no deseaba algo tan bruso como su predecesor y ancestro.
De inmediato un segundo hombre se le acercaba, no era otra persona más que el consul, el encargo de llevar a cabo la eleción del senado y el pueblo, sólo un mero tramite burocratico que termino rapidamente.
Uno vez otorgado el titulo civil al flamante Solomon Augusto miembro de la dinastia Julia- Claudia se otorga el titulo militar de "Impera...
Solomon
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La marcha había atraido rapidamente la atención de toda clase de personas de camino a palacio. Todo el bando de Solomon venía clamando su nombre enbriagados en su mayoria por un jubilo digno de las bacantes. Aquel tranquilo avance se veia colgado de un hilo, ante cualquier estallido de furia todo colapsaria haciendo de la masa una amenazadora fuerza, aun mejor que el de los ejercitos de los que tanto se ufanaba el antiguo emperador.
Pronto los soldados que custodiaban los alrededores de palacio dieron la alerta acercandose en pequeñas patrullas que poco o nada pudieron hacer ante la presencia de los más ilustres mienbros del senado quienes de paso ya habían movido por su cuenta a los más orgullosos generales del Castrum al favor de su causa que no era otra que la de Solomon.
No tardo ni cinco minutos para que los gigantescos portones de palacio se abrieran de par en par. Solomon yacía más que satisfecho, ingresando por la puerta grande ni la voraz luz solar mallarian en su semblante, su destino estaba escrito y su convencimiento le hacian a prueba de balas.
Alto allí!
Un par de fuertes voces se oyeron desde muy lejos. Pronto dos generales se dejarian ver con sus inquisidoras miradas, resultaban ser el par de papagayos viejos amigos del difunto padre de Octavius y Virgilius, obviamente ellos serían los primeros en poner un alto a la resencia de una gresca aunque ésta contara en sus filas a miembros de las mayores fuerzas del imperio.
Que les hacen suponer que pueden venir con este mal hijo de Roma. Sólo existe un emperador por derecho de sangre y ese es Octavius...
Todo quedo en silencio por un breve segundo antes que la muchedumbre atras comenzara a tirar piedras a los interiores de palacio. La marcada ira de ambos viejos no remecia en lo absoluto a Solomon quien levantando apenas su mano derecha hacía que su más viejo enemigo del senado se acercará.
Dictador.
El par de generales dio un paso hacía atras, algunos de los soldados de su lado y el de Solomon hicieron lo mismo más los demás miembros ilustres no. Yacían magicamente insensibles a la información que a sus oidos había llegado.
Imposible. Imposible. Ustedes van a...
Solomon avanzo tranquilamente hacía aquellos que venían mostrando la más profunda de las indignaciones. Su macabra careta de hierro le hacía un monstruo a sus ojos más se contuvieron y permanecieron inmoviles.
Generales...guarda sabirudia sus palabras. Sin embargo, no ha existido emperador desde la muerte del grande al oriente. Es por ello que...
El senador a su siniestra volvio a hablar ante la pusa dada por Solomon.
Ante la ausencia de un emperador y la jefatura de Generales es deber de este senado dar un anuncio inequivoco y permanente al respecto. La horda de desastres que a acaecido sobre Roma vuelve nuestro poderio más que ineficiente. Egipto, Britania, Hispania...tierras una vez conquistadas estan en vias de librarse de nuestras manos. Es por eso que además en caracter extraordinario se otorga el titulo "Augusto" a Solomon siendo el desde ahora "principes" de Roma, destinado a emperador apenas su "dictatuda" termine en el plazo de seis meses.
Su voz era clara y con la mayor de las resonancias haciendo llegar su anuncio hasta la multitud fuera. Todos vitoreaban desesfadamente llenos de un rabiosa alegria. Luego de un ceremonioso receso el senador volvió a retomar la palabra.
El dictador era elegido por el senado y normalmente llevaba consigo el favor del pueblo en general. Así fue como en otros tiempos el gran Augusto Cesar se autoproclamo Dictador vitalicio aceptandole como emperador a posteriori. Solomon no deseaba algo tan bruso como su predecesor y ancestro.
De inmediato un segundo hombre se le acercaba, no era otra persona más que el consul, el encargo de llevar a cabo la eleción del senado y el pueblo, sólo un mero tramite burocratico que termino rapidamente.
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Re: Recepción de Palacio
Tres semanas exactas habían pasado desde la llegada del General Sokaro a Roma, un tiempo en el cual ciertos eventos “misteriosos” se dieron sucesión y a los cuales en realidad no les dio demasiado de su tiempo. Los asuntos mundanos, tal cual la sucesión al trono del Emperador y el levantamiento de los Senadores a través de un “mesías” le habían ocupado todo su trabajo diario, dado que al ser el único militar veterano que quedaba en pie por la metrópoli su función ahora era la de básicamente, hacerse notar y dejar bien en claro que si querían hacer cualquier movimiento, primero debían pasar por sobre su autoridad.
Y todo eso no era del agrado del sujeto, quien usualmente gruñón ahora se pasaba todo el día enfurecido.
Reportes de la deserción del “general” Ioros llegaron a la primera semana. Reportes de la desaparición oficial de Noah le eran soltados en cara. Reportes del fallecimiento en batalla de los últimos viejos que habían acompañado al Emperador a Persia terminaron por hacerlo estallar. Lo suyo no era ni por lejos la diplomacia y la manipulación, esa era una táctica propia de las mariconas del Senado o de su hermano, él se destacaba en el campo de batalla…pero si querían verlo enfadado, lo habían logrado. En grande.
Por tanto la preparación previa y la planeación eran más que necesarias si se iba a proponer pararle los pies a aquel profeta improvisado. Fue en la segunda semana que notó algo particular al verlo de reojo…o mejor dicho, la consciencia como Lymnades fue quien se lo informó de una forma que todavía no quería discutir. Aquel no era un humano común y corriente como solía afirmar, sino que en realidad era aquel enemigo contra el que pregonaba la guerra…Solomon era un dios, en específico era Poseidón, conocido en Roma como Neptuno. Menuda forma de facilitarle las cosas, incluso su manera de hablar era incorrecta y por tanto, un arma que usaría en su contra.
Escribanos, soldados, centuriones y tenientes, esa era la principal fuerza con la que contaba el General en esos momentos, incluso tal vez el “retirado” Comandante General si era que salía de su estúpido ensimismamiento y se ocupaba de honrar la memoria de aquellos caídos en batalla en lugar de perder el tiempo llorando por dramas personales. Si eran tan hijo del César, debía saber que su estúpido deber era con la ciudad en lugar del suyo propio…pero de todas maneras no lo contaba como una de sus piezas. Lo más determinante sin embargo, era la autoridad como último general que representaba. Sin Breda, Noah, Archer, Edward o los ancianos veteranos por allí, quedaba solo él…y no era precisamente conocido por su cerebro, aquel era el campo de su hermano.
Y de nuevo, doy vueltas. Se dijo a sí mismo una noche, sentado en un escritorio de roble con las piernas entrecruzadas y montadas encima de este, haciendo una lista mental de los Generales, desestimando a las patéticas imitaciones que habían venido después de los días de gloria. No importa...de todas formas, ya estamos listos. Finalizó, notando como la noche se hacía más profunda en preparación al amanecer. Faltaba tan solo una semana.
…
Aquella mañana, el General ya tenía todo preparado así como vigilado para saber a donde era que tenía que acudir y responder a los movimientos de aquella imitación de Jesús. Y una vez que la revuelta se hubo iniciado y marchado al palacio del Emperador, todo empezó a moverse para frustrar al sujeto llamado Solomon.
Un escriba particularmente talentoso fue la primera pieza del rompecabezas, entregándole un pergamino con todas y cada una de las palabras dichas en las recámaras del senado, lo cual resultó provechoso ya que su argumento tenía ciertos puntos débiles, llamándolos de cierta forma. Sonriendo bajo su máscara, el General mandó al letrado a preparar y alertar a los demás. Todo iba de acuerdo al plan.
Y decía que yo era el idiota de la familia, ¿eh? Error error, greñudo. Se dijo a sí mismo, sentado en el mismo escritorio que había instalado en el palacio con el pretexto de presentar a su Legión como albañiles y encargados de la restauración del edificio, que hasta ahora había sido quemado, invadido por plantas agresivas y con zonas vueltas un caos por explosiones espontáneas.
Ahí fue cuando la horda de Solomon llegó, con el rubio a la cabeza. Siendo confrontado por dos tenientes que habían servido en Persia y que habían sido los encargados de llevar el ataúd del César, parecía que no había más remedio que aceptar la ridícula propuesta de la cámara de senadores. Justo cuando el burócrata estuvo a punto de nombrar al mentado sujeto como Emperador, una pesada viga cayó justamente sobre su persona, aplastándolo al instante y cortando su discursito.
Espero que ese ruido no sea lo que creo. Dijo el General con sorna, apareciendo con la mitad de su traje de batalla puesto con la única excepción siendo que desde la mitad de su torso hacia arriba, estaba desnudo. Ohh...¿es qué los señores del Senado no recibieron el memo de qué el palacio se encuentra en medio de reparaciones y de que es una zona de riesgo? Ya debían saberlo puesto que además de este también se quemaron sus queridas recámaras. Mencionó Sokaro con verdadera antipatía, pero no por eso dejando de lado la labia que cierta persona le había intentado meter en la cabeza durante años. Pero bueno, es agradable finalmente conocer aquel que se llama a sí mismo el “salvador de Roma”, ¿eh?
Dígame señor…Solomon, ¿cómo piensa ser nombrado César si no cuenta con el apoyo de la rama militar? Y no solo eso, tampoco cuenta con el porte de un verdadero líder. Dijo de pronto el militar cruzándose de brazos para contener las incipientes ganas de romper a carcajadas, algo que en aquel momento no sería demasiado propicio para su causa. De hecho, debería aprovechar ahora de convencerme dado que soy la última autoridad militar en activo en ausencia de las demás basuras que abandonaron el puesto o cayeron gloriosamente en batalla.
Me presento senador Solomon- Empezó Sokaro rompiendo su postura y llevando su diestra a la cabeza, retirando al instante su característica y siniestra máscara de cuero para dejar a la vista su peculiar rostro, con el cual hizo tronar su mandíbula. -soy el Líder de la Décimo Séptima Legión. Soy el General Sokaro. Se presentó, poniendo especial énfasis en una palabra que de seguro le haría sonar varias campanas mentales. Fuera Poseidón o tan solo alguien con su cosmos, aquel factor era la primera advertencia: “se que eres un dios”.
Y todo eso no era del agrado del sujeto, quien usualmente gruñón ahora se pasaba todo el día enfurecido.
Reportes de la deserción del “general” Ioros llegaron a la primera semana. Reportes de la desaparición oficial de Noah le eran soltados en cara. Reportes del fallecimiento en batalla de los últimos viejos que habían acompañado al Emperador a Persia terminaron por hacerlo estallar. Lo suyo no era ni por lejos la diplomacia y la manipulación, esa era una táctica propia de las mariconas del Senado o de su hermano, él se destacaba en el campo de batalla…pero si querían verlo enfadado, lo habían logrado. En grande.
Por tanto la preparación previa y la planeación eran más que necesarias si se iba a proponer pararle los pies a aquel profeta improvisado. Fue en la segunda semana que notó algo particular al verlo de reojo…o mejor dicho, la consciencia como Lymnades fue quien se lo informó de una forma que todavía no quería discutir. Aquel no era un humano común y corriente como solía afirmar, sino que en realidad era aquel enemigo contra el que pregonaba la guerra…Solomon era un dios, en específico era Poseidón, conocido en Roma como Neptuno. Menuda forma de facilitarle las cosas, incluso su manera de hablar era incorrecta y por tanto, un arma que usaría en su contra.
Escribanos, soldados, centuriones y tenientes, esa era la principal fuerza con la que contaba el General en esos momentos, incluso tal vez el “retirado” Comandante General si era que salía de su estúpido ensimismamiento y se ocupaba de honrar la memoria de aquellos caídos en batalla en lugar de perder el tiempo llorando por dramas personales. Si eran tan hijo del César, debía saber que su estúpido deber era con la ciudad en lugar del suyo propio…pero de todas maneras no lo contaba como una de sus piezas. Lo más determinante sin embargo, era la autoridad como último general que representaba. Sin Breda, Noah, Archer, Edward o los ancianos veteranos por allí, quedaba solo él…y no era precisamente conocido por su cerebro, aquel era el campo de su hermano.
Y de nuevo, doy vueltas. Se dijo a sí mismo una noche, sentado en un escritorio de roble con las piernas entrecruzadas y montadas encima de este, haciendo una lista mental de los Generales, desestimando a las patéticas imitaciones que habían venido después de los días de gloria. No importa...de todas formas, ya estamos listos. Finalizó, notando como la noche se hacía más profunda en preparación al amanecer. Faltaba tan solo una semana.
…
Aquella mañana, el General ya tenía todo preparado así como vigilado para saber a donde era que tenía que acudir y responder a los movimientos de aquella imitación de Jesús. Y una vez que la revuelta se hubo iniciado y marchado al palacio del Emperador, todo empezó a moverse para frustrar al sujeto llamado Solomon.
Un escriba particularmente talentoso fue la primera pieza del rompecabezas, entregándole un pergamino con todas y cada una de las palabras dichas en las recámaras del senado, lo cual resultó provechoso ya que su argumento tenía ciertos puntos débiles, llamándolos de cierta forma. Sonriendo bajo su máscara, el General mandó al letrado a preparar y alertar a los demás. Todo iba de acuerdo al plan.
Y decía que yo era el idiota de la familia, ¿eh? Error error, greñudo. Se dijo a sí mismo, sentado en el mismo escritorio que había instalado en el palacio con el pretexto de presentar a su Legión como albañiles y encargados de la restauración del edificio, que hasta ahora había sido quemado, invadido por plantas agresivas y con zonas vueltas un caos por explosiones espontáneas.
Ahí fue cuando la horda de Solomon llegó, con el rubio a la cabeza. Siendo confrontado por dos tenientes que habían servido en Persia y que habían sido los encargados de llevar el ataúd del César, parecía que no había más remedio que aceptar la ridícula propuesta de la cámara de senadores. Justo cuando el burócrata estuvo a punto de nombrar al mentado sujeto como Emperador, una pesada viga cayó justamente sobre su persona, aplastándolo al instante y cortando su discursito.
Espero que ese ruido no sea lo que creo. Dijo el General con sorna, apareciendo con la mitad de su traje de batalla puesto con la única excepción siendo que desde la mitad de su torso hacia arriba, estaba desnudo. Ohh...¿es qué los señores del Senado no recibieron el memo de qué el palacio se encuentra en medio de reparaciones y de que es una zona de riesgo? Ya debían saberlo puesto que además de este también se quemaron sus queridas recámaras. Mencionó Sokaro con verdadera antipatía, pero no por eso dejando de lado la labia que cierta persona le había intentado meter en la cabeza durante años. Pero bueno, es agradable finalmente conocer aquel que se llama a sí mismo el “salvador de Roma”, ¿eh?
Dígame señor…Solomon, ¿cómo piensa ser nombrado César si no cuenta con el apoyo de la rama militar? Y no solo eso, tampoco cuenta con el porte de un verdadero líder. Dijo de pronto el militar cruzándose de brazos para contener las incipientes ganas de romper a carcajadas, algo que en aquel momento no sería demasiado propicio para su causa. De hecho, debería aprovechar ahora de convencerme dado que soy la última autoridad militar en activo en ausencia de las demás basuras que abandonaron el puesto o cayeron gloriosamente en batalla.
Me presento senador Solomon- Empezó Sokaro rompiendo su postura y llevando su diestra a la cabeza, retirando al instante su característica y siniestra máscara de cuero para dejar a la vista su peculiar rostro, con el cual hizo tronar su mandíbula. -soy el Líder de la Décimo Séptima Legión. Soy el General Sokaro. Se presentó, poniendo especial énfasis en una palabra que de seguro le haría sonar varias campanas mentales. Fuera Poseidón o tan solo alguien con su cosmos, aquel factor era la primera advertencia: “se que eres un dios”.
Sokaro- General Marino
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Re: Recepción de Palacio
Llevaba tres semanas desde que había sido contratada como cocinera en el Palacio del César para alimentar a los trabajadores que se encargaban de la reconstrucción del Palacio, mis labores eran no más que preparar tres a cuatro comidas en el día y estar atenta a lo que necesitaran todos los trabajadores.
Errante iba de un lugar a otro por toda Roma, buscando esa razón de existir, esa razón por la cual continuar viva, aunque desde mi último trabajo como enfermera del galeno del mercado había dedicado aquellos últimos días a seguir sin que mi presencia fuese notada a aquel sujeto que ahora quería proclamarse Emperador.
La hora del desayuno ya había pasado, los albañiles completamente satisfechos se retiraban a continuar con sus labores diarias, aunque ahora mismo parecían simple trabajadores en los pasillos cuando los escuchaba hablar me daban a entender que todos o bien, su gran mayoría pertenecían a la Décimo Séptima Legión de Roma, por lo que debía suponer y quizás asumir que todos eran soldados y pertenecían al ejército.
Nuevamente había sentido la presencia, la fuerza de aquel sujeto en el Palacio, sin demoras me dejé guiar por mi instinto y me llevó a la recepción del Palacio, estaban reunidos algunos viejos, el General y aquel sujeto. Me oculté en un pequeño rincón donde las sombras ocultaban a la perfección mi presencia. Se escuchaba el debate, parecía ser que aquel sujeto quería coronarse Emperador, continué escuchando, el General no se escuchaba muy convencido de lo que los viejos proclamaban, advirtiendo quizás que aquel sujeto no era de fiar. Continué escuchando, el tipo de la máscara algo ocultaba y su mera presencia resultaba ser una molestia desconocida para mi.
- No, no eres tú a quien ando buscando Murmuré en el momento en que el General cuestionaba las capacidades del sujeto que parecía ser que se llamaba Solomón, autoproclamandose "Salvador de Roma". Reí bajito sin que pudiera ser advertida de mi presencia mientras murmuraba a nueva cuenta: - Doble Moral así han de nacer y así han de morir los Romanos... Echando un vistazo fugaz a una nueva ubicación para seguir escuchando y estar al tanto de la situación.
Errante iba de un lugar a otro por toda Roma, buscando esa razón de existir, esa razón por la cual continuar viva, aunque desde mi último trabajo como enfermera del galeno del mercado había dedicado aquellos últimos días a seguir sin que mi presencia fuese notada a aquel sujeto que ahora quería proclamarse Emperador.
La hora del desayuno ya había pasado, los albañiles completamente satisfechos se retiraban a continuar con sus labores diarias, aunque ahora mismo parecían simple trabajadores en los pasillos cuando los escuchaba hablar me daban a entender que todos o bien, su gran mayoría pertenecían a la Décimo Séptima Legión de Roma, por lo que debía suponer y quizás asumir que todos eran soldados y pertenecían al ejército.
Nuevamente había sentido la presencia, la fuerza de aquel sujeto en el Palacio, sin demoras me dejé guiar por mi instinto y me llevó a la recepción del Palacio, estaban reunidos algunos viejos, el General y aquel sujeto. Me oculté en un pequeño rincón donde las sombras ocultaban a la perfección mi presencia. Se escuchaba el debate, parecía ser que aquel sujeto quería coronarse Emperador, continué escuchando, el General no se escuchaba muy convencido de lo que los viejos proclamaban, advirtiendo quizás que aquel sujeto no era de fiar. Continué escuchando, el tipo de la máscara algo ocultaba y su mera presencia resultaba ser una molestia desconocida para mi.
- No, no eres tú a quien ando buscando Murmuré en el momento en que el General cuestionaba las capacidades del sujeto que parecía ser que se llamaba Solomón, autoproclamandose "Salvador de Roma". Reí bajito sin que pudiera ser advertida de mi presencia mientras murmuraba a nueva cuenta: - Doble Moral así han de nacer y así han de morir los Romanos... Echando un vistazo fugaz a una nueva ubicación para seguir escuchando y estar al tanto de la situación.
Penélope- Cantidad de envíos : 51
Re: Recepción de Palacio
Senador
Sokaro
Solomon
-----------------------------------------------------------------
Justo en el último instante, aquel par de segundos en los cuales sería anunciado de manera oficial lo que Solomon tanto había ansiado y la gente proclamaba...Justo allí...
Espero que ese ruido no sea lo que creo.
Todos voltearon buscando el origen de tan inpertinente oración. Rapidamente se le encontro, venía de un hombre desagradable, llevaba poca ropa, al menos la suficiente para reconocerle como uno de los pocos generales "relevantes" que persistian en Roma. Su nombre era dificil de recordar aun para alguien tan avido en la diplomacia como lo fue Solomon. La razón era más que apreciable a simple vista, incluso ciego podia reconocer su aura, ese era un tipejo que llevaria cualquier distinción menos la de general. Su brabuconeria sobresaltaba con las cortas frases salidas de su inpertinente boca.
Dígame señor…Solomon, ¿cómo piensa ser nombrado César si no cuenta con el apoyo de la rama militar? Y no solo eso, tampoco cuenta con el porte de un verdadero líder.
Cretino.
Aquello cruzaba incesantemente por su mente más el deseo de clavar su cabeza en el suelo no debía aflorar, ya existiria su momento, la fuente inagotable de su ira sería controlada mientras el pecaminoso deseo por Roma exista.
Soy el Líder de la Décimo Séptima Legión. Soy el "General" Sokaro.
Bajo su careta metalica sus ojos se achicaban al presentir las intenciones del hombre que yacía frente suyo. Había algo más que extraño y peculiar en su voz...no habian dudas que su tono en aquel "general" intentaba decirle algo. Él que conocia desde hacía mucho las malas intenciones de los dioses no dejaria a este individuo en paz...y mucho menos si se trataba de lo que comenzaba a cranear.
Por fuera era algo completamente distinto, aunque su sonrisa había sido reemplazada por aquel viejo rostro sin expresión. Sólo serían algunos segundos, luego de aquello y rebovinando lo dicho y hecho previamente por el senado y las fuerzas que le acompañaban su humor volvia a cambiar.
Incapaz de poder apreciar el rostro poco atractivo del general avanzo tentativamente. Su presencia parecía difundirse en el ambiente, lo suficiente para hacer las nubes rojas aparecieran en el extremo norte del palacio. Cortando el silencio el senador alguna vez enemigo del recien titulado principe hablo.
Es que no lo entiende general...usted...
Espere.
Tajantemente Solomon le quito las palabras de la boca. Aquel anciano no le objeto, despues de todo ya no venía al caso repetir lo que todo roma, ricos o pobres, militares o civiles habían presenciado. Aquella arma...Solomon permanecio inmovil para luego sonreir intencionalmente.
General...confio en que tu ignorancia sólo sea fruto de tus labores. Esta bien. Premiare al Castrum, sagrada orden de nuestros más fieros combatientes...en tu persona.
Estas frente al titulado "principes" de toda Roma. No creo que necesite decirte que conlleva el rango maximo que el senado, el pueblo y el destino me han otorgado.
Dejando aquello de lado Solomon dio vuelta hacía el conjunto de personas que aun seguían esperando ansiosos la culminación de un nombramiento ya practicamente dicho. El anciano senador sin embargo no se hallaba complacido con la falta del general romano a lo que le hablo muy dignamente.
El titulo de "principes" es inpuesto y anunciado por el senado a una persona cuando la situación lo amerita. Concentra todos los rangos que en vida llevo Cesar Augusto...
Pero un ademan en el rostro de Solomon era suficiente para hacer desistir al senador de proseguir con su valiosa información. De hecho ya se encontraba satisfecho de saber que el ejercito no tuviera nada que ver despues de nombramiento de Principe. Ahora Solomon...era tribuno de la plebe (inmunidad tribunicia y derecho a veto de las decisiones senatoriales), cónsul (gobernante supremo de Roma, comandante en jefe del ejército y promulgador de leyes)y princeps senatus (primer hombre del senado). Estos cargos fueron los mismos que acumuló el propio Julio César, padre adoptivo de Augusto durante su mandato como dictador vitalicio, y que provocaron que fuera asesinado por una facción conservadora que le acusaba de querer proclarmarse rey de Roma.
Todos los hombres ilustres alli permanecieron atentos a lo que debía finiquitarse. El anciano ya mas sereno dio vuelta para terminar con su unica meta...
Como "principie"...te declaro Imperator Solomon Caesar Augustus. Grande entre grandes...
Terminando en un suave susuro se inclina seguido de los demás Patricios y hombres importantes. La gente afuera al verlo vitorea el salve Cesar con furia, pues entienden desde ya lo que aun yace oculto tras el nombramiento...
Aquel día de gloria se habria eliminado una guerra civil para dar inicio a una guerra más espectacular...la guerra contra los dioses. Al fin, un humano, igual que ellos yacía en el trono. Un heroe...un elegido...un primer dios humano.
La luz entrante consagraba su cuerpo, mente y alma...al menos, aunque sea brevemente el arma encontro su destino.
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Re: Recepción de Palacio
- Día 10 -
El cochero había arribado al hotel a primera hora de la mañana, era una mañana tranquila y bastante fresca, desde hacía dos horas estaba listo, con todo en su lugar y no debía de que preocuparme ni nada que pudiera a simple vista delatarme. Tomé el par de bolsas y me puse en el dedo pulgar derecho el anillo, era extraño anteriormente el anillo me había quedado un poco grande, ahora me encajaba a la perfección, sin prestarle mucha atención a eso, pagué la cuenta y finalmente dejé el hotelucho ese.
- Así que el General Sokaro se encuentra en el Palacio, sin demoras llevame ahí dije en tono apremiante, la curiosidad de saber lo que en verdad pasaba allí era quien me motivaba a llegar pronto al lugar. Divisando en el camino el Palacio pude sentir un espasmo energético que me dejó sin aire, comencé a sudar y muy dentro de mi una voz, una voz que durante 10 días había permanecido en silencio: - tic tac .... tic tac fue lo que le escuché decir mientras la voz se perdía en una divertida risa. Palidecí, durante todo este tiempo había olvidado por completo la agonía y el desafío que me había impuesto la Diosa Marina. - Demonios!!!! susurré mientras me calmaba dado que nos acercábamos más y más a Palacio. - Debe ser una maldita coincidencia que justo ahora aparezca Anfitrite y yo vaya a reunirme con Poseidón o bien ese sujeto que se hace pasar por Solomón. Cerrando mis ojos y respirando hondo, calmándome y tranquilizándome dado que ahora mismo no necesitaba tener en la cabeza las estupideces y ocurrencias de la loca de Anfitrite.
Finalmente habíamos llegado, el cochero se acercó lo suficiente para dejarme a unos cuantos pasos de la entrada, le lancé dos monedas de oro y le pedí que esperara pacientemente por mi salida. Dos guardias custodiaban la entrada, mis ropas les indicaban mi posición y sin poner ningún tipo de obstáculo me permitieron el ingreso, claro no antes de avisarme que me fuese con cuidado dado que poco antes un Senador había perdido la vida por culpa de objetos que caían del "cielo". Sonreí al escuchar la advertencia e ingresé finalmente.
Suspiré al volver a pasar por esas instancias, de nuevo en el Palacio, parecía como si un imán me atrajese hacía allí. Sacudiendo mi cabeza y adoptando mi postura nuevamente atravesé el corto pasillo pero en el momento en que me disponía a ingresar a la sala algo entre las sombras llamó mi atención, desde mi posición no podía ser visto por lo que me daba la ventaja de poder actuar a mi favor. Cauto y sigilosamente en un apartado rincón noté que había algo o alguien, con prudencia me acerqué por detrás y susurré: - Sabía ud. que si la servidumbre es sorprendida escuchando o espiando las conversaciones de los residentes del lugar eso acarrea castigos que van desde los azotes hasta la misma muerte? Sin esperar respuesta de su parte, la tomé del brazo y la llevé casi a rastras a un lugar más apartado de la recepción.
- Puedo saber, no las palabras correctas son: Dígame qué hacía ud. ahí escuchando y lo más delicado del caso, qué fue lo que escuchó? En ese momento una nueva onda de choque energético se produjo en mi interior, haciéndome soltar a la mujer y encogerme un poco, volviendo a sudar frío en ese instante pensé: - Ahora no maldita loca.... ahora no!!! Respiré profundo y me reincorporé, noté que la mujer me veía inexpresiva, mostrandome toda la indiferencia posible, levanté la vista con una mirada recliminatoria dije: - Acaso piensa que tengo todo el día, hablé
El cochero había arribado al hotel a primera hora de la mañana, era una mañana tranquila y bastante fresca, desde hacía dos horas estaba listo, con todo en su lugar y no debía de que preocuparme ni nada que pudiera a simple vista delatarme. Tomé el par de bolsas y me puse en el dedo pulgar derecho el anillo, era extraño anteriormente el anillo me había quedado un poco grande, ahora me encajaba a la perfección, sin prestarle mucha atención a eso, pagué la cuenta y finalmente dejé el hotelucho ese.
- Así que el General Sokaro se encuentra en el Palacio, sin demoras llevame ahí dije en tono apremiante, la curiosidad de saber lo que en verdad pasaba allí era quien me motivaba a llegar pronto al lugar. Divisando en el camino el Palacio pude sentir un espasmo energético que me dejó sin aire, comencé a sudar y muy dentro de mi una voz, una voz que durante 10 días había permanecido en silencio: - tic tac .... tic tac fue lo que le escuché decir mientras la voz se perdía en una divertida risa. Palidecí, durante todo este tiempo había olvidado por completo la agonía y el desafío que me había impuesto la Diosa Marina. - Demonios!!!! susurré mientras me calmaba dado que nos acercábamos más y más a Palacio. - Debe ser una maldita coincidencia que justo ahora aparezca Anfitrite y yo vaya a reunirme con Poseidón o bien ese sujeto que se hace pasar por Solomón. Cerrando mis ojos y respirando hondo, calmándome y tranquilizándome dado que ahora mismo no necesitaba tener en la cabeza las estupideces y ocurrencias de la loca de Anfitrite.
Finalmente habíamos llegado, el cochero se acercó lo suficiente para dejarme a unos cuantos pasos de la entrada, le lancé dos monedas de oro y le pedí que esperara pacientemente por mi salida. Dos guardias custodiaban la entrada, mis ropas les indicaban mi posición y sin poner ningún tipo de obstáculo me permitieron el ingreso, claro no antes de avisarme que me fuese con cuidado dado que poco antes un Senador había perdido la vida por culpa de objetos que caían del "cielo". Sonreí al escuchar la advertencia e ingresé finalmente.
Suspiré al volver a pasar por esas instancias, de nuevo en el Palacio, parecía como si un imán me atrajese hacía allí. Sacudiendo mi cabeza y adoptando mi postura nuevamente atravesé el corto pasillo pero en el momento en que me disponía a ingresar a la sala algo entre las sombras llamó mi atención, desde mi posición no podía ser visto por lo que me daba la ventaja de poder actuar a mi favor. Cauto y sigilosamente en un apartado rincón noté que había algo o alguien, con prudencia me acerqué por detrás y susurré: - Sabía ud. que si la servidumbre es sorprendida escuchando o espiando las conversaciones de los residentes del lugar eso acarrea castigos que van desde los azotes hasta la misma muerte? Sin esperar respuesta de su parte, la tomé del brazo y la llevé casi a rastras a un lugar más apartado de la recepción.
- Puedo saber, no las palabras correctas son: Dígame qué hacía ud. ahí escuchando y lo más delicado del caso, qué fue lo que escuchó? En ese momento una nueva onda de choque energético se produjo en mi interior, haciéndome soltar a la mujer y encogerme un poco, volviendo a sudar frío en ese instante pensé: - Ahora no maldita loca.... ahora no!!! Respiré profundo y me reincorporé, noté que la mujer me veía inexpresiva, mostrandome toda la indiferencia posible, levanté la vista con una mirada recliminatoria dije: - Acaso piensa que tengo todo el día, hablé
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Re: Recepción de Palacio
Estaba tan ensimismada en encontrar un lugar donde escuchar mejor que no me había percatado que había sido descubierta, sin mostrar resistencia y dejándome llevar por la opresión de aquel sujeto que parecía ser un invitado más, con más exactitud un senador. Me llevo a la esquina contraria, donde nadie pudiera oírnos y como era de suponer, cuestionaba sin reparos mis acciones, lo miré indistintamente aunque parecía que algo lo acongojaba, levanté levemente mis hombros en signo de indiferencia y procedía a responder:
- Perdone mi atrevimiento Señor, pero desde hace un tiempo vengo siguiendo a aquel sujeto, creo que su nombre es Solomón aunque el verdadero .... hice una pausa dado que el tipo se notaba mal, suspiré rápidamente y continué: - ... el verdadero al aprecer murió producto de una explosión en el centro médico, se preguntará como lo sé, yo era enfermera allí y allí lo atendimos, milagrosamente por la mano de Zeus sobreviví, no me pregunte como pero lo hice. Lo miré y él me escuchaba con atención, retomé: - Ese sujeto me produce un malestar casi imposible de describir, me preocupa que un tipo como ese, porque no es un humano, ese un demonio en forma humana pueda llegar a ser nuestro Emperador, creo que ud. sabe que Roma se ha visto envuelta en sucesos extraños y todo parece indicar que algo tiene que ver ese sujeto con esos misteriosos asuntos .... Mostrando una actitud más gentil y con cierta humildad dije: - Yo solo soy una humilde ciudadana que quiere lo mejor para todos.
Callé por ahora no había que hablar ni decir más, en su debido momento las cosas que sabía podía usarlas a mi favor, por ahora pensaba que con lo dicho aquel tipo estaría satisfecho y me recompensaría por la información pero que equivocada estaba.
- Perdone mi atrevimiento Señor, pero desde hace un tiempo vengo siguiendo a aquel sujeto, creo que su nombre es Solomón aunque el verdadero .... hice una pausa dado que el tipo se notaba mal, suspiré rápidamente y continué: - ... el verdadero al aprecer murió producto de una explosión en el centro médico, se preguntará como lo sé, yo era enfermera allí y allí lo atendimos, milagrosamente por la mano de Zeus sobreviví, no me pregunte como pero lo hice. Lo miré y él me escuchaba con atención, retomé: - Ese sujeto me produce un malestar casi imposible de describir, me preocupa que un tipo como ese, porque no es un humano, ese un demonio en forma humana pueda llegar a ser nuestro Emperador, creo que ud. sabe que Roma se ha visto envuelta en sucesos extraños y todo parece indicar que algo tiene que ver ese sujeto con esos misteriosos asuntos .... Mostrando una actitud más gentil y con cierta humildad dije: - Yo solo soy una humilde ciudadana que quiere lo mejor para todos.
Callé por ahora no había que hablar ni decir más, en su debido momento las cosas que sabía podía usarlas a mi favor, por ahora pensaba que con lo dicho aquel tipo estaría satisfecho y me recompensaría por la información pero que equivocada estaba.
Penélope- Cantidad de envíos : 51
Re: Recepción de Palacio
Que risa. Está bien, hay algo que puedo admitir y eso es que no soy la pieza más inteligente en este salón…pero por lejos, soy la más sincera. Dijo el General una vez que el “salvador” se hubiera referido a él como ignorante…y efectivamente, comparado a cierta persona que siempre lo había sobrepasado en aquel departamento, lo era. Pero también era cierto que entre tantos engaños y basuras ancianas tal como lo eran los Senadores, prefería tener la altura moral por más irónico que sonara. Tal como era su persona, un completo sociópata centrado en sí mismo y en lo que era mejor para su provecho, resultaba totalmente aberrante que fuera más moralista que unos cadáveres andantes que desbordaban malicia e intenciones desligadas totalmente de la nobleza que según, debía relucir en todo momento.
Viendo la escena sin modificar la expresión de su rostro, el General esbozó una macabra sonrisa para así llevar la palma de su mano a la frente y reírse con sorna después del completado nombramiento del nuevo “emperador”. Era risible…¿de verdad eso era todo lo que tenía el “nombrado por la humanidad” y “quien los llevaría a la salvación”? Bola de idiotas.
Bien bien bien…debería postrarme ante el nuevo Emperador, eso claro, de que se tratara de el verdadero Solomon Julia, ¿no? Dijo Sokaro con malicia y logrando así su verdadero propósito: marcar la duda en la cara de varios de los espectadores que observaban toda la escena. Dudo que un montón de mentes estúpidas que nunca han visto un verdadero campo de batalla lo hayan podido percibir, pero el atisbo de molestia fue más que obvio. En todo caso…¿podría acaso un senador Romano, aquel nacido en el seno de la familia más noble del Imperio olvidar las viejas costumbres? Ni siquiera yo las he pasado por alto. Con aquellas palabras, el público se quedó helado…como si no entendieran o no creyeran lo dicho por el militar. ¿Quién los culpaba? Eran ignorantes en toda regla.
¡Mentiroso!
¡No le crean!
¡Aclamad a César!
” Por eso compatriotas mios debemos acabar con elprimer hito que nos une hacía ellos. Debemos desembarazarnos de aquel quese dice hijo de Zeus, el mitad hombre y mitad dios.” Recitó Sokaro, utilizando para su fin el pergamino del escribano que había registrado el discurso matutino de “Solomon” e incluso allí, los idiotas no parecían comprenderlo. ” Aquel que ostenta el titulo de emperador por sangre. ¿Piensan que aquel hijo del rey del Olimponos defendera?”
A ver, lección de historia básica de nuestro amado Imperio. Primero que nada, los dioses a los que se refiere este ser- Señaló el General, apuntando al que se hacía llamar Solomon con su pulgar derecho. -usó la forma de los países inferiores, aquellas imitaciones. No se si lo recuerdan, pero nuestro patrón es Júpiter, no “Zeus”. La terminología de este sujeto es propia de un extranjero que nos quiere imitar…no se si lo recuerdan, pero ese fue uno de los primeros problemas que enfrentó nuestra noble Nación.
E-es…es…¿es eso verdad?
Y finalmente, si fuera tan noble mostraría la cara. Tal como dije antes, este ser carece de sinceridad ya que ni siquiera nos muestra su rostro. Y con un movimiento fluido el General posó su mano sobre el pesado fardo que llevaba envuelto y cargado en su cintura, sacando con destreza su arma particular, aquella que evocaba a la locura humana para así apuntar con su filo directamente a la cara de “Solomon”, amenazando no tanto su cabeza sino como la misteriosa máscara que mantenía oculta la mitad de su rostro. Vamos, muestrales a todos que me equivoco. Quítate la máscara y enséñanos la verdad…Solomon.
Nuestro Salvador…
¡El no nos defraudará!
¡Muéstrenos su rostro!
¡Señor Solomon!
¿Y bien? Sus ovejas esperan.
Viendo la escena sin modificar la expresión de su rostro, el General esbozó una macabra sonrisa para así llevar la palma de su mano a la frente y reírse con sorna después del completado nombramiento del nuevo “emperador”. Era risible…¿de verdad eso era todo lo que tenía el “nombrado por la humanidad” y “quien los llevaría a la salvación”? Bola de idiotas.
Bien bien bien…debería postrarme ante el nuevo Emperador, eso claro, de que se tratara de el verdadero Solomon Julia, ¿no? Dijo Sokaro con malicia y logrando así su verdadero propósito: marcar la duda en la cara de varios de los espectadores que observaban toda la escena. Dudo que un montón de mentes estúpidas que nunca han visto un verdadero campo de batalla lo hayan podido percibir, pero el atisbo de molestia fue más que obvio. En todo caso…¿podría acaso un senador Romano, aquel nacido en el seno de la familia más noble del Imperio olvidar las viejas costumbres? Ni siquiera yo las he pasado por alto. Con aquellas palabras, el público se quedó helado…como si no entendieran o no creyeran lo dicho por el militar. ¿Quién los culpaba? Eran ignorantes en toda regla.
¡Mentiroso!
¡No le crean!
¡Aclamad a César!
” Por eso compatriotas mios debemos acabar con elprimer hito que nos une hacía ellos. Debemos desembarazarnos de aquel quese dice hijo de Zeus, el mitad hombre y mitad dios.” Recitó Sokaro, utilizando para su fin el pergamino del escribano que había registrado el discurso matutino de “Solomon” e incluso allí, los idiotas no parecían comprenderlo. ” Aquel que ostenta el titulo de emperador por sangre. ¿Piensan que aquel hijo del rey del Olimponos defendera?”
A ver, lección de historia básica de nuestro amado Imperio. Primero que nada, los dioses a los que se refiere este ser- Señaló el General, apuntando al que se hacía llamar Solomon con su pulgar derecho. -usó la forma de los países inferiores, aquellas imitaciones. No se si lo recuerdan, pero nuestro patrón es Júpiter, no “Zeus”. La terminología de este sujeto es propia de un extranjero que nos quiere imitar…no se si lo recuerdan, pero ese fue uno de los primeros problemas que enfrentó nuestra noble Nación.
E-es…es…¿es eso verdad?
Y finalmente, si fuera tan noble mostraría la cara. Tal como dije antes, este ser carece de sinceridad ya que ni siquiera nos muestra su rostro. Y con un movimiento fluido el General posó su mano sobre el pesado fardo que llevaba envuelto y cargado en su cintura, sacando con destreza su arma particular, aquella que evocaba a la locura humana para así apuntar con su filo directamente a la cara de “Solomon”, amenazando no tanto su cabeza sino como la misteriosa máscara que mantenía oculta la mitad de su rostro. Vamos, muestrales a todos que me equivoco. Quítate la máscara y enséñanos la verdad…Solomon.
Nuestro Salvador…
¡El no nos defraudará!
¡Muéstrenos su rostro!
¡Señor Solomon!
¿Y bien? Sus ovejas esperan.
Sokaro- General Marino
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Re: Recepción de Palacio
- Día 10 -
Escuché con atención las palabras una a una que salían de la boca de la misteriosa mujer, no parecía estar ocultando nada y se mostraba sincera en lo que decía, le creía dado que yo conocía bien quien era en realidad ese sujeto. Me disponía a cuestionarla nuevamente cuando pensé: - Esta mujer me servirá para lo que tengo pensado... tomándola de la mano y dirigiéndonos hacia la recepción, justo en el momento en que me disponía a ingresar con la mujer se escuchó una algarabía bastante inusual, más en reuniones del senado:
¡Mentiroso!
¡No le crean!
¡Aclamad a César!
Me detuve junto con la mujer que no la soltaba en ningún momento, esperando y escuchando atentamente las idioteces que decían adentro, volviendo a escuchar el agite:
Nuestro Salvador…
¡El no nos defraudará!
¡Muéstrenos su rostro!
¡Señor Solomon!
Sus palabras estaban creando conmoción: "Vamos, muestrales a todos que me equivoco. Quítate la máscara y enséñanos la verdad…Solomon." Comencé a reír en el momento que hacía mi entrada finalmente en la sala de reuniones improvisada por el senado. El "Claustro" o bien los 3 estúpidos ancianos que se hacían llamar senadores gritaban como el vulgar pueblo en lucha de gladiadores.
- HAHAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHA Vaya vaya vaya ... y se hacen llamar gente respetada y educada de toda Roma, y en qué momento toman decisiones sin contar con la debida presencia de todos los miembros del Claustro... Son una vergüenza para el pueblo y para el Imperio!!!!! Lanzando a la mujer en dirección al general susurrándole: - Tú vete de ese lado. Terminé de ingresar a la pequeña sala debidamente dispuesta para llevar una sesión del senado, en el centro el supuesto nuevo Emperador y unos cuantos pasos más allá el General que suponía era Sokaro, tomando la bolsa de terciopelo y sacando el pergamino lo lancé al viejo que se encontraba sentado dirigiendo la reunión, caminando acercándome al punto de júbilo dije: - Como ud puede leer Senador Popilus, como miembro más antiguo de la orden del Senado puede dar constancia que el documento es legitimo y legal, además de que porto el anillo que me identifica como miembro y representante absoluto de la Casa Casale, me presento para los que no tienen el honor, Senador Klaudius Casale, hermano menor del ya fallecido y bien conocido Senador Máximo Casale y tio de Máximo, Nía, Nicole y Ambrose Casale. Todo el lugar cayó en un silencio absoluto, solo pequeños susurros se escuchaban y decían: - ¿Ambrose? ¿de la Casa Casale? Di un fuerte pisotón indicando que me pusieran atención en el momento que decía: - SILENCIO!!!!! Acaso no fueron educados para escuchar y atender? ... Para los ignorantes que no lo saben la Casa Casale siempre contó con 4 hijos, siendo Ambrose la hija mayor... al parecer uds que alardean y gozan de eruditos y conocedores de la gloria romana no parecen estar muy al tanto de los hechos, el Senador Polipus puede confirmar o desmentir mis palabras cuando lo crea pertinente. El viejo solo se levantó y asintió con la cabeza afirmando y asegurando la veracidad de cada una de mis palabras.
- Bueno, esta reunión no se hizo con el fin de dar a conocer los nuevos miembros del Claustro, está reunión se hizo con el fin de debatir y decidir el curso del Imperio pero por lo que veo sin seguir las reglas y protocolos pertinentes uds han tomado decisiones que abarcan el destino de todo un pueblo, así de vendidos son?
Los senadores se levantaron y se indignaron ante mis palabras, sin esperar a darles pie a responderme retomé: - Acaso no deben esperar que todos, absolutamente todos los del Claustro votemos y hasta donde sé yo aquí no he dicho que si, ni tampoco he dicho que no, además respaldo la posición del General Sokaro... sonreí y me giré para mirar a Solomón: - Tú!!! que te haces llamar Salvador de Roma, persona moral y entregada a su pueblo porque celebrar una reunión privada con unos cuantos senadores?, tú!!! que aspiras al máximo cargo de poder en Roma osas en ocultar tu rostro de nosotros.... Acaso hay algo que no nos has dicho y que temes que sea descubierto?
Me giré de nuevo para mirar a la horda de idiotas, señalándolos uno a uno: - Uds no pueden proclamar Emperador a ningún romano y mucho menos a un extranjero hasta que:
1ro. Haya una confirmación de declive al trono por parte de los hijos del anterior Emperador
2do. Haya confirmación de muerte de los sucesores al trono
3ro. Todo el Claustro activo debe efectuar su voto a favor o en contra, en caso contrario la milicia puede tomar parte de la elección.
- Señores si han vendido sus almas eso es problema de cada cual, pero aquí y ahora Roma NO TIENE CESAR!!!!! Aclamad sus basuras en otro pueblo porque aquí y ahora ese hombre... señalando a Solomón - No lo reconozco ni como Emperador ni como Romano. Y tengo pruebas que lo demuestran!!!!
Todos los presentes a favor del pelirubio se levantaron y comenzaron a gritar, comencé aplaudir mientras decía: - Bravo ... Bravo ... El César es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo y este sujeto solo está aquí por uds!!! Endurecí tanto mi mirada como mi voz: - Uds se remiten a los protocolos impuestos desde antaño a la elección del nuevo Emperador o todos los haré que sean juzgados por crímenes contra Roma!!!!! y para eso solo debo contar con el apoyo de un miembro de la milicia y luego hacer que el mismo pueblo los juzgue!!! Todos se sentaron, callados y nerviosos mientras señalaba al General Sokaro y a la mujer que se encontraba detrás suyo.
Escuché con atención las palabras una a una que salían de la boca de la misteriosa mujer, no parecía estar ocultando nada y se mostraba sincera en lo que decía, le creía dado que yo conocía bien quien era en realidad ese sujeto. Me disponía a cuestionarla nuevamente cuando pensé: - Esta mujer me servirá para lo que tengo pensado... tomándola de la mano y dirigiéndonos hacia la recepción, justo en el momento en que me disponía a ingresar con la mujer se escuchó una algarabía bastante inusual, más en reuniones del senado:
¡Mentiroso!
¡No le crean!
¡Aclamad a César!
Me detuve junto con la mujer que no la soltaba en ningún momento, esperando y escuchando atentamente las idioteces que decían adentro, volviendo a escuchar el agite:
Nuestro Salvador…
¡El no nos defraudará!
¡Muéstrenos su rostro!
¡Señor Solomon!
Sus palabras estaban creando conmoción: "Vamos, muestrales a todos que me equivoco. Quítate la máscara y enséñanos la verdad…Solomon." Comencé a reír en el momento que hacía mi entrada finalmente en la sala de reuniones improvisada por el senado. El "Claustro" o bien los 3 estúpidos ancianos que se hacían llamar senadores gritaban como el vulgar pueblo en lucha de gladiadores.
- HAHAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHA Vaya vaya vaya ... y se hacen llamar gente respetada y educada de toda Roma, y en qué momento toman decisiones sin contar con la debida presencia de todos los miembros del Claustro... Son una vergüenza para el pueblo y para el Imperio!!!!! Lanzando a la mujer en dirección al general susurrándole: - Tú vete de ese lado. Terminé de ingresar a la pequeña sala debidamente dispuesta para llevar una sesión del senado, en el centro el supuesto nuevo Emperador y unos cuantos pasos más allá el General que suponía era Sokaro, tomando la bolsa de terciopelo y sacando el pergamino lo lancé al viejo que se encontraba sentado dirigiendo la reunión, caminando acercándome al punto de júbilo dije: - Como ud puede leer Senador Popilus, como miembro más antiguo de la orden del Senado puede dar constancia que el documento es legitimo y legal, además de que porto el anillo que me identifica como miembro y representante absoluto de la Casa Casale, me presento para los que no tienen el honor, Senador Klaudius Casale, hermano menor del ya fallecido y bien conocido Senador Máximo Casale y tio de Máximo, Nía, Nicole y Ambrose Casale. Todo el lugar cayó en un silencio absoluto, solo pequeños susurros se escuchaban y decían: - ¿Ambrose? ¿de la Casa Casale? Di un fuerte pisotón indicando que me pusieran atención en el momento que decía: - SILENCIO!!!!! Acaso no fueron educados para escuchar y atender? ... Para los ignorantes que no lo saben la Casa Casale siempre contó con 4 hijos, siendo Ambrose la hija mayor... al parecer uds que alardean y gozan de eruditos y conocedores de la gloria romana no parecen estar muy al tanto de los hechos, el Senador Polipus puede confirmar o desmentir mis palabras cuando lo crea pertinente. El viejo solo se levantó y asintió con la cabeza afirmando y asegurando la veracidad de cada una de mis palabras.
- Bueno, esta reunión no se hizo con el fin de dar a conocer los nuevos miembros del Claustro, está reunión se hizo con el fin de debatir y decidir el curso del Imperio pero por lo que veo sin seguir las reglas y protocolos pertinentes uds han tomado decisiones que abarcan el destino de todo un pueblo, así de vendidos son?
Los senadores se levantaron y se indignaron ante mis palabras, sin esperar a darles pie a responderme retomé: - Acaso no deben esperar que todos, absolutamente todos los del Claustro votemos y hasta donde sé yo aquí no he dicho que si, ni tampoco he dicho que no, además respaldo la posición del General Sokaro... sonreí y me giré para mirar a Solomón: - Tú!!! que te haces llamar Salvador de Roma, persona moral y entregada a su pueblo porque celebrar una reunión privada con unos cuantos senadores?, tú!!! que aspiras al máximo cargo de poder en Roma osas en ocultar tu rostro de nosotros.... Acaso hay algo que no nos has dicho y que temes que sea descubierto?
Me giré de nuevo para mirar a la horda de idiotas, señalándolos uno a uno: - Uds no pueden proclamar Emperador a ningún romano y mucho menos a un extranjero hasta que:
1ro. Haya una confirmación de declive al trono por parte de los hijos del anterior Emperador
2do. Haya confirmación de muerte de los sucesores al trono
3ro. Todo el Claustro activo debe efectuar su voto a favor o en contra, en caso contrario la milicia puede tomar parte de la elección.
- Señores si han vendido sus almas eso es problema de cada cual, pero aquí y ahora Roma NO TIENE CESAR!!!!! Aclamad sus basuras en otro pueblo porque aquí y ahora ese hombre... señalando a Solomón - No lo reconozco ni como Emperador ni como Romano. Y tengo pruebas que lo demuestran!!!!
Todos los presentes a favor del pelirubio se levantaron y comenzaron a gritar, comencé aplaudir mientras decía: - Bravo ... Bravo ... El César es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo y este sujeto solo está aquí por uds!!! Endurecí tanto mi mirada como mi voz: - Uds se remiten a los protocolos impuestos desde antaño a la elección del nuevo Emperador o todos los haré que sean juzgados por crímenes contra Roma!!!!! y para eso solo debo contar con el apoyo de un miembro de la milicia y luego hacer que el mismo pueblo los juzgue!!! Todos se sentaron, callados y nerviosos mientras señalaba al General Sokaro y a la mujer que se encontraba detrás suyo.
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Re: Recepción de Palacio
Solomon
Sokaro
Klaudius
Senadores
-------------------------------------
Pero algo no estaba bien. Por supuesto que no. Una risa desagradable cortaba la majestuosidad del momento culmine de Solomon. No podía provenir de nadie más que aquel extraño personaje, el general Sokaro, que de forma persistente seguía con sus "consideraciones" de lo que debía probar el senado y el propio Solomon para ser considerado como emperador ante él y el pueblo.
Impávido el ahora emperador ni se increpo el hecho del porque no dar muerte a tan autentica piedra en el zapato. Después de todo ahora llevaba la potestad de aquello, pero...
Y finalmente, si fuera tan noble mostraría la cara. Tal como dije antes, este ser carece de sinceridad ya que ni siquiera nos muestra su rostro.
Con un rápido movimiento el general alzaba un pesada arma para apuntar el rostro de Solomon, quien no mostraba mayor alteración al sentir la poca amenaza que representaba un simple humano. Luego de pelear contra los berserker cualquiera que no fue un dios era menos que nada. Pero sus palabras frías demostraban tener mayor tentativa de muerte que la el de su filoso acero.
Vamos, muéstrales a todos que me equivoco. Quítate la máscara y enséñanos la verdad…Solomon.
Nuestro Salvador…
¡El no nos defraudará!
¡Muéstrenos su rostro!
¡Señor Solomon!
La faz del imperturbable Solomon permanecía intacta. Su silencio parecía dar pie a que el general continuase con sus esquiadoras acusaciones. Sin embargo ya era otro miembro de aquel comité que armaba alboroto a sus espaldas. Se presentaba como senador de la casa Casale, hermano del fallecido Máximo Casale. Una verdadera sorpresa, pues ni en los propios recuerdos de Solomon se hallaba el dato de un hermano. Luego de la desaparición de Máximo suponía la pérdida del representante de aquella casa. Pero afín de cuentas, su presencia era no le hubiera llevado mayor problema si no fuera por sus insolencias.
- Tú!!! Que te haces llamar Salvador de Roma, persona moral y entregada a su pueblo porque celebrar una reunión privada con unos cuantos senadores?, tú!!! Que aspiras al máximo cargo de poder en Roma osas en ocultar tu rostro de nosotros.... Acaso hay algo que no nos has dicho y que temes que sea descubierto?
Los senadores no tardaron en levantarse en contra del nuevo quien debía reconocerse sabía mucho de los temas y protocolos del senado. En tanto Solomon persistía en su hermetismo, para muchos sería sinonimia de debilidad ¿Acaso eran ciertas las palabras del general y este senador desconocido? ¿Nuestro salvador resultaría en un gran fraude? ¿Acaso el no regreso del tártaro para advertirnos de la verdad de los dio....
Aquella última cuestión remecía el espíritu del pueblo romano, quedaban estáticos intentando descifrar lo que ya habían podido oír de los propios labios de su ahora emperador.
Uds. se remiten a los protocolos impuestos desde antaño a la elección del nuevo Emperador o todos los haré que sean juzgados por crímenes contra Roma!!!!! y para eso solo debo contar con el apoyo de un miembro de la milicia y luego hacer que el mismo pueblo los juzgue!!!
Aquello voz de acero, capaz de remecer hasta el más terco de los senadores. Klaudius Casale, resultaba ser un hombre con la capacidad de escalonar rápidamente a la cima senatorial. De seguro hasta el propio Solomon vería su valor mellado si siguiera perteneciendo al común de los mortales, pero de aquel joven sólo existía la amargura y la obsesión enfermiza con Roma y los dioses.
Para él que había conocido, visto y experimentado tanto las tentativas de retroceso de Klaudios y Sokaro no significaban nada. Erguido permaneció mientras de sus labios brotaría una voz inexplicablemente fuerte...dotada de una claridad y resonancia que llegaría a cada oido de cada persona allí presente.
!Baje aquel dedo y tono en mi presencia senador Klaudius o seré yo quien le obligue a sentarse y callar como debe!
No tengo mayor explicación que dar a usted y al general a mis espaldas. Sin embargo...
Girando su cuerpo avanzo sin siquiera tomarse la molestia en el arma del general que de seguro seguía apuntándole. Su único objetivo era el público que permanecía callado esperando sus palabras. Ante su paso algo mágico sucedía en los corazones de los patricios que ya habían perdido el ánimo ante Klaudius, su vigor regresaba haciendo que todos se alcen al unisonó poniendo sus rostros y vistas sobre los ahora traidores de Roma. Solomon permaneció inmune ante cualquier bache en el camino, como si aquella careta no existiera.
!Pueblo de Roma. Ante ustedes es mi deber. No ante aquellos que osan defender a nuestros verdaderos enemigos!
El pueblo permanecía quieto, sabían a qué clase de enemigo hacía referencia su nuevo líder.
Este imperio recuperara su gloria de antaño, cosa que jamás debió perder por la ineptitud de la fuerza de nuestros generales, de la voluntad de mi predecesor y porque no decirlo...de nuestro senado. Es por ende que perdono a quienes no conocen la verdad como los que poco antes lanzaron veneno defendiendo a un régimen oscuro que solamente nos llevaria al caos. Sin embargo, esto no significa que tendré mayor acto de benevolencia contra los defensores de la calumnia y la mentira que hasta nos ha mantenido cegados.
Es mi mandato que los jefes de obra y personal sean escoltados por lo menos por un miembro de la milicia en su faena diaria para recuperar y restaurar toda obra que fuera destruida por la invasión "extranjera" marcando al senado y las áreas urbanas del mercado como prioridad.
Los generales que ahora yacen bajo mi tutela...en absoluto deberán darme sin excepción los reportes de sus avances y/o estado de permanencia en sus respectivas colonias enviando un emisario, en el caso de Roma será de forma personal. Aquel que no lo cumpla será revocado de su rango por el inmediato inferior. Degradado y llevado a retiro forzado.
Todas sus palabras eran permanecidas tal y como cual por la cantidad de escribas que habían acudido a su llamado aquel día.
La permanencia o designación de los senadores será vista, revisada y autorizada por las altas ordenes del senado y mi persona.
Sabía que muchos habían muerto en aquel incendio, era deber primario buscar reemplazantes en las casas patricias y revizar de hecho a los sobrevivientes, más que nada...revisar la ficha de la Casa Casale que muchas suspicacias le había traído. Una vez dicho esto se preparo para retirarse sin antes recalcar...
En poco se dictara y proclamara la gran reforma del sistema imperial logrando que toda pregunta sea resuelta el mismo día. Se nombrara a un asignado para la ceremonia protocolar que los nobles y generales deben presentar honores al nuevo emperador. Salve pueblo de Roma. Castigo a los corruptos. Muerte a los traidores.
Salve Cesar!!!
Sin más dio media vuelta. El publico parecía más apaciguado. Los senadores y altos rangos de Roma hacían lo mismo sin demostrar antes su repudio al flamante senador Casale. Los miembros de la escolta imperial ahora permanecían rodeando al nuevo emperador. Éste permanecía silencioso permitiéndose oír los latidos de corazón de sus poco dignos de su agrado Sokaro y Klaudius. Sin siquiera detenerse ingreso al palacio...
--------------------------------------------------------------------------------
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Aclaración Relevante:
-El titulo de Augusto, príncipe y emperador son vitalicios. No hay marcha atrás por más que un senador o general lo cuestione a posteriori.
-Si desean pueden ingresar Sokaro y Klaudius a palacio. Contrario, se retiran.
-Mi autoridad ya es de emperador como tal toda ley proclamada será avisada a la adm. para su llevado a cabo.
-En breve enviare poremisario una orden de presencia en el reconstruido coliseo para la presentación de honores de cada casa importante,asi como extranjeras y militares.
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