- Esperando Fuera de las recamaras del Senado -

Pequeños jadeos se hacian escuchar en los labios de la hermosa Lydia, poco a poco segui jugueteando con sus hermosos senos que caian poa la accion de la gravedad hacia mi boca, lo cual me daba libre acceso, asi que empeze a lamer y succionar, jalar y estrujar, morder y apretar, todos los movimientos posibles que pudiera hacer sobre sus pezones, mientras ocupaba mi boca en uno, el otro lo estimulaba con mi mano derecha buscando no desatender mucho uno del otro, puesto que ambos eran hermosos, y tenia que haber equidad.

Note que ella tambien comenzaba a buscar la manera de exitarme, y lo estaba logrando con la forma en que acariciaba mi entrepierna, hecho que mi miebro no dejo pasar para comenzar a endurecerse, poco apoco los jadeos de ambos se hizo mas notorio, el mio por sus caricas, y al parecer ella por las caricias que le estaba haciendo, pero yo queria mas, no hiba a dejar que esto se quedara tan a la deriva, asi que lentamente comenze a despegarme de ella, para ahora ponerla sobre la cama, yo hiba a estar al mando por ahora, la recoste suavemente, no sin antes seguir besandola hasta desfallecer, urgar entre sus senos hacia muy bien, segui besandolos, pero ahora mi mano derecha ya no se encontraba en su seno, ahora era reemplazda por la izquierda, mientras que la otra hiba recorriendo cada centimetro de piel, aun por sobre la tela, pero eso hiba a acabar pronto, me desplaba primero hacia su abdomen, que era un poco delgado, para despues llegar hacia su intimidad, a donde todo resguardaba, al llegar al monte de venuz, comenze a darle pequeñas caricias, a juguetear un poco, antes de llevar mi mano a su entrepierna, que aun con la ropa, hacia que no me centrara muy bien en darle placer.

subi mi mano para comenzar a terminar de desnudarla completamente, las mangas de su vestido habia quedado por la espalda, las tome ligeramente, y comenze a bajarlas, hasta que se vio ahora por la cintura, me tome un tiempo para besar su ombligo y juguetear con el, sin preocupaciones, hasta me atrevi a darle pequeños mordiscos, segui bajando el vestido hasta verla completamente desnuda, tome su ropa y lo deje a lado de la cama, ahora solo estaba ahi, acostada sin ninguna ropaje que la separara de su tersa piel, me levante un poco para volver a su boca, ahora a juguetear con su lengua, mis manos se deslisaban por todo su cuerpo desnudo, palpando ,acariciando cada centimetro de su piel, hasta centrarme en sus delineados vellos pubicos, que denotaban el monte de venus y mas para sus adentros su clitoris, el cual comenze a pasar mi dedo indice por el, dandole pequeños masajes, todo esto hiba a empezar y talvez me llevaria a un nuevo momento, a una nueva relacion de lujuria y pasion con Lydia.

Comenzo a quitarme la ropa para estar en condiciones iguales, me parecia muy bien puesto que ahora nada impediria que nuestro deseo se consumiera, al menos eso pensaba mientras sus manos pasaban a quitarme la ultima prenda que tenia, aunque siguiera asi, a ella aun la tenia en la cama recostada, y con asombro observe toda aquella figura femenina, todo aquel hermoso cuerpo que parecia haber sido tallado por los mismos dioses, ninguna desfiguracion todo era perfecto, y me exitaba mas saber que todo aquella mujer, seria mia por alguna vez, o tal vez si el tiempo lo quisiera, podria ser para toda la eterninadad.

Aun en la oscuridad podia ver el cuerpo, y avanzar hacia el besando ligeramente todo su abdomen segui jugueteando con su ombligo, acariciar ligeramente su vello pubico, mientras me trataba de abrir paso por su intmidad, llegue hasta donde esta a su vagina, la cual estaba cerrada por las piernas aun de lydia, no sabia si era el pudor o por alguna razon, pero no me importo ahora era el momento de probar las mieles de su sexo.

Abrí sus piernas y admiré su vagina,se perdia entre las pliegues de su cuerpo, se viea un poco húmeda en forma de un hilito blanquecino que recorria sus labios inferiores, llevaba mi mano hasta ellos, para comenzar a tocarla, a exitarla, tocarle el clitoris y comenzar a dilatar su cavidad, juguetee por un momento con mis manos, hasta que abrí sus labios de manera delicada y me acerque curiosamente. Hundi mi rostro entre sus piernas y empeze a lamer con locura estaba fascinado de lamerle mientras veia sus reacciones de exitacion, que eran como ondas de calor que cambiaba ligeramente su temperatura corporal.

La princesa de Roma otra vez estaba perdida en sus placers, si antes su placer era mirarse al espejo, ahora su placer mayor era el disfrutar del sexo con ese senador que estaba a su lado, que como amante no se quedaba atrás y parecía que hubiera sido creado para poder complacer a una diosa tan lujuriosa y visceral como ella. Su orgasmo pronto llegó haciendo que un grito de placer saliera de la boca de la diosa para luego dar paso a un suspiro largo y placentero, definitivamente los placeres de la carne como el que estaba recibiendo eran los que más le gustaban a la diosa del amor pasional, y era con amantes como Mauritius que hacían que ella se sintiera reamente contenta.

El calor interno de Lydia hacia que mi pene comenzara a ponerse mas duro cuando estaba dentro de ella, era realmente muy placentero sentir cada centimetro de su vagina rodear mi miembro, cada parte hacia que mi cuerpo se sintiera cada vez mas exitado y aun mas gustoso de comenzar a penetrarla un poco mas fuerte, pero momentaneamente, comenze a besarla y a jugar un poco con sus senos, mientras se acoplaban ambos cuerpos para asi comenzar con lo que seria lo principal, el acto mas profundo y lujurioso, la relacion sexual.

Se lo metí todo me quede quieto un rato haciendo presión con su cuerpo y la comenze a besar apasionadamente después de un momento empeze a moverse lentamente sacando y metiendo mi pene lentamente, y poco comenze a aumentar la velocidad con que la penetraba, cada vez mas rápido y mas fuerte, abrí un poco sus piernas tanto como pude, para darle la mejor bienvenida, sentí como mis testiculos golpeaban hasta llegar casi por sus gluteos, así que le ayude a levantar la cadera de tal forma que la pudiera penetrar mas rico y profundo, subí sus piernas hasta mis hombros, y con ese movimiento logre que mi pene entraba muy al fondo.

Estuvimos así bastante tiempo,cambiaba el ritmo, a veces la peetraba muy fuerte y rápido, y luego me dedicaba a hacerselo suave y lento, cada embestida que le porvocaba a la vagina de Lydia me estaba llevando a un grado de locura y frenesí sexual, y de mi boca comenzaban a salir pequeños jadeos, haciendo que cada vez mis fuerzas aumentaran y siguera penetrandola, mas y mas.

Despues de estar bombeando sin cesar hacia la vagina de Lydia, parecia que comenzaba a contraersehasta que de nueva cuenta comenzo a salir un poco de sus jugos vaginales para comenzar a rodear mi pene que aun seguia penetrandola con mas fuerza, cada vez llegando a golpear mis genitales con sus gluteos mas y mas, hasta que casi comenzaba a jadear un poco mas, solo pequeños gruñidos que salian de mis labios, ahora quede sorprendido por la manera en que ella me arrojo a la cama, ahora ella hiba a tomar el mando de esta situacion, sin mas que decir, se avalanzo hacia mi, quedando mi pene dentro de su vagina, bombeando ella por su parte, cabalgandome lentamente, aveces yo para ayudarle a sentir mucho mas, tomaba sus senos y los metia a la boca, mientras que mis manos hiban a sus gluteos para acariciarlos, y de vez en cuando darle una pequeña nalgada a cada uno, los unicos sonidos que habia en el ambiente era los gemidos por ambas partes, estabamos casi al limite, pero aun asi nos importaba mas nuestro propio placer de lo que fuera a pasar mas adelante, alrededor de nosotros, solo se veia nuestras siluetas en las paredes por la presencia de las velas que alumbraban el lugar, volteaba a verlo momentaneamente, hasta que volvi de nueva cuenta con los senos de lydia, los tomaba, los mordia, succionaba, queria tenerla toda conmigo, sus hermosos senos bailaban a la par de sus saltos sobre mi pene, era lo maximo.

Sonaba el choque entre sus gluteos y mi pelvis, como si estos estuvieran aplaudiendo, yo estaba en la gloria, la penetracion era mas profunda y por lo tanto sentia palpitar cada centimetro de esa hermosa vagina, que estaba dandome un intenso placer, con aprisionar mi miembro entre sus paredes.

Lydia eres maravillosa, solo atine a decir, puesto que seguia en esa insensante cabalgata.

La diosa del amor y la lujuria no dejaba de moverse de forma frenética, el sentir el miembro de su amante saliendo y entrando profundamente dentro de ese conducto suyo hacía que la diosa se sintiera extasiada, cada espacio de esa zona íntima hacía que ella se sintiera en el frenesí, nunca había sentido algo igual y no quería que terminara pronto, pero ya estaba percibiendo la llegada de otro orgasmo más , si seguía así no podría caminar por dos días si quiera, aunque si usaba su poder diosa podría ser otra la historia.

Para ayudarle y aumentarle el placer el senador no dejaba de masajear sus pechos y usar su boca para darles mas atención y hacerla encender más, lo único que no le gustó y dejó de manifiesto fue cuando el le dio una palmada en sus glúteos, cosa que la diosa se detuvo y lo miró de forma severa a los ojos para decir:
-No abuses de tu suerte, no me gusta ese tipo de caricias, si lo vuelves a hacer te dejo aquí y te dejo bien mal.
La diosa empezó otra vez a moverse hacia a adelante y hacia atrás de modo que su amante otra vez sentiría más placer y más gusto, poco a poco su orgasmo iba a empezar a anunciarse y al final pudo sentir las primeras manifestaciones del anuncio del orgasmo de su amante; lo podía sentir porque era una diosa, podía sentir cada sensación que tenía el joven senador en su cuerpo, era algo embriagante. Escuchó las palabras de su compañero de juegos y entre jadeos sólo atinó a decir entre jadeos:
-Si lo sé… Y si quieres sentir esto todas las noches de tu vida debes hacer lo que te pida- dijo entre jadeos la princesa mientras seguía moviéndose con fuerza sintiendo su humedad aumentar con cada movimiento más.

-Me gusta...- dijo la diosa cerrando sus ojos.

La diosa seguía moviéndose como frenética sintiendo el pacer máximo en su cuerpo, el vaivén de sus caderas estaba teniendo resultados placenteros, sus pechos se movían rítmicamente con sus embestidas contra el senador quien no dejaba de jadear y gemir, y la lujuria que había instalado en su corazón había sido suficiente para que ella obtuviera la total sumisión de el por ella, y es que la excitación que el sentía por estar con ella era su arma más letal para someterlo; en esa habitación reinaba el fuego, un fuego de lujuria que ella se había encargado de encender muy bien en ese hombre de rubios cabellos
Una vez que ella tuvo su contestación sintió como su amante la tomaba de las caderas y la hacía penetrar en ella mas profundo, más rico y más placentero, y con sus últimas fuerzas la diosa se movió un poco mas, de modo que su orgasmo no tardó en presentar justo en el momento en el que su amante se corría fuera de ella; un alivio grande se instauró en ella al saber que no tendría hijos fuera de planes.
La diosa no pudo evitar tratar de no mirar a los ojos de su compañero de juegos porque su costumbre no era esa, sabía que los ojos eran las ventanas del alma, y ella no quería que el viera el estado de su alma luego de ese acto; su amante ahora estaba otra vez acariciándola haciendo que la diosa sonriera ante tales actos y luego de unos segundos decidió responder a lo que el le había dicho:
-No me puedo quedar toda la noche, pero sí unos minutos más , si eso te gusta lo tomas, sino pues me marcho ahora- dijo la princesa mientras acariciaba los cabellos rubios de su amante y respiraba agitadamente y pensaba en lo que el había dicho sobre estar ahí para ella, ante lo cual ella no pudo evitar recordar que el había ido al senado y había escuchado a Solomon su reclamo contra Alucard.

-Mauritius quiero que tú me ayudes también a defender a Alucard- dijo la princesa Lydia con seriedad mirando las sombras que se insinuaban en la pared por la luz de las antorchas.