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- Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
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- Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Recuerdo del primer mensaje :
Narracion - Hablo - Pienso
Aún permanecía esperando afuera del cenado, Octavius había entrado hace algunos minutos, me había prometido que al parecer podía ver a Vergilius ese mismo día. Los planes dieron un giro inesperado, habían cambiado de rumbo, al parecer el viaje a Hispania no iba a hacerse aún, sino que a causa de aquella reunión, a la cual iba a asistir también aquel sobrino mío, iba a poder encontrarme con aquella persona que deeaba ver cuanto antes y no iba a tener que esperar más tiempo. Por esa noticia estaba tranquila, quizas contenta, aunque mi rostro no lo demuestre por la seriedad que siempre llevaba conmigo.
Si eso que dice él es cierto, entonces podré encontrarme justo aquí con Vergilius, entonces debería esperar en este mismo lugar...- Pensaba mientras miraba entre las cortinas del carruaje, las puertas del senado estaban cerradas, no había nada que pudiera hacer, solo esperar tranquila allí dentro, aunque no quise hacerlo y salí del carruaje, inquieta por que pase el tiempo más rápido, me apoyé en la pared del edificio, mientras miraba el cielo, sumida en mis pensamientos.
[justify]Aún permanecía esperando afuera del cenado, Octavius había entrado hace algunos minutos, me había prometido que al parecer podía ver a Vergilius ese mismo día. Los planes dieron un giro inesperado, habían cambiado de rumbo, al parecer el viaje a Hispania no iba a hacerse aún, sino que a causa de aquella reunión, a la cual iba a asistir también aquel sobrino mío, iba a poder encontrarme con aquella persona que deeaba ver cuanto antes y no iba a tener que esperar más tiempo. Por esa noticia estaba tranquila, quizas contenta, aunque mi rostro no lo demuestre por la seriedad que siempre llevaba conmigo.
Si eso que dice él es cierto, entonces podré encontrarme justo aquí con Vergilius, entonces debería esperar en este mismo lugar...- Pensaba mientras miraba entre las cortinas del carruaje, las puertas del senado estaban cerradas, no había nada que pudiera hacer, solo esperar tranquila allí dentro, aunque no quise hacerlo y salí del carruaje, inquieta por que pase el tiempo más rápido, me apoyé en la pared del edificio, mientras miraba el cielo, sumida en mis pensamientos.
Lucy- Ataques :
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La princesa de Roma aún sonrojada por la actividad anterior, al final la respuesta que tuvo de Mauritius fue medianamente complaciente para ella, al final iba a salvarse el hombre que su prima amaba con tanto furor, pero sabía que las cosas no iban a ser tan fáciles para ella, pues sabía que Diva con tal de complacer a Solomon y seguirlo teniendo como su perro y su esclavo para que hiciera sus trabajos sucios; era capaz de hacer que se cumplieran las peticiones de su caprichoso primo a quien no dejaba de querer a pesar de todas las cosas, aún habiendo hecho lo que había hecho sabía que le quería bastante, y también entendía que si deseaba que su vida fuera alegre una vez más tenía que olvidarse de el a toda costa, además de que no era el único hombre sobre la tierra, y ese senador parecía querer ofrecerle lo que su oscuro y gélido primo no podía ofrecerle.
La habitación quedó en silencio, ahora las antorchas eran testigo de los besos que otra vez el senador estaba regalándole a esa diosa perfecta que en su soledad buscaba poder ser feliz a toda costa, trataba de salir del hoyo donde siendo humana se metió al enamorarse de ese hombre que ahora estaba causando tantos problemas a su más querida prima; lentamente la princesa se separó de Mauritius y se limpió una lágrima que resbalaba por su mejilla, esta era una manifestación humana que aún guardaba, puesto que hace poco había despertado y sus recuerdos junto con su personalidad sólida no habían sido restaurados aún, y a pesar de que ese día juró no llorar más por causa de ese hombre de ojos impasibles como el mar, ahora en ese momento otra lágrima fue limpiada por su mano derecha revelando un aspecto de la vida de ese hombre.
-Lo siento... No deberías verme así- dijo la princesa mientras se separaba y volvía a recostarse en el pecho del senador cerrando los ojos para escuchar su respiración y el latido de su corazón, que aumentaba con la cercanía de su cuerpo.- Gracias por tratar de ayudarme, te aseguro que no será fácil enfrentarte a el, incluso Diva podría estar de acuerdo con el, espero puedas salir bien librado, aunque un hombre con tus cualidades no es capaz de doblegarse ante nadie, eso me gusta mucho de ti; ese es el motivo por el cual puedo confiar mucho en ti para mis planes a futuro.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Todo estaba tranquilos hasta que de pronto solo mire que lydia estaba llorando sus lagrimas comenzaban a escurrir por su mejilla, y de sus dos luceros provenian aquellos hilos salados del llanto, algo me sobresalto, algo le habia hecho mal, o acaso con mi actitud le habia hecho daño, todo estaba confuso ahora en esa sitacion, talvez nunca debi fijarme en ella, por eso lloraba, o solo tenia recuerdos que no dejaban que ella pudiera ser feliz.
No llores cariño mio, se que a esto a de ser dificil para ti, se que no soy nadie para pedirte aun nada, pero deseo con todas las ganas de que esas lagrimas ya no lloraran mas por esa persona que tanto quiere, a lo mejor, puede que diva pueda hacerme daño pero no dejare que te lo haga a ti, aunque fuera a dar mi vida, la daria con gusto si es que con ello te protego a ti, que lastime mi cuerpo, pero el tuyo jamas, no podria vivir si tu fueras la lastimada, como desearia poder tener la fuerza de un dios para acabar con tanta miseria de un solo golpe, asi podriamos ser felices por siempre solos tu y yo.
Respire un poco, diva era un poco dificil de controlar, pero solomon era aun mas, tenia cerca a todo el senado, diva no se enterearia jamas de nuestras acciones por el bien de roma, pero talvez ese espia haria que todo comenzara a decaer y asi lograia controlar roma.
Solomon puedo enfrentarlo, eso creo, pero tu no te preocupes, mientres estes a mi lado no creo que me pase nada ya sabre yo manejar esta sitacion, y sin decir mas comenze a besarla, mientras acariciaba su mejilla que aun estaba humeda por las pequeñas lagrimas que ella trato de ocultarme.
No llores cariño mio, se que a esto a de ser dificil para ti, se que no soy nadie para pedirte aun nada, pero deseo con todas las ganas de que esas lagrimas ya no lloraran mas por esa persona que tanto quiere, a lo mejor, puede que diva pueda hacerme daño pero no dejare que te lo haga a ti, aunque fuera a dar mi vida, la daria con gusto si es que con ello te protego a ti, que lastime mi cuerpo, pero el tuyo jamas, no podria vivir si tu fueras la lastimada, como desearia poder tener la fuerza de un dios para acabar con tanta miseria de un solo golpe, asi podriamos ser felices por siempre solos tu y yo.
Respire un poco, diva era un poco dificil de controlar, pero solomon era aun mas, tenia cerca a todo el senado, diva no se enterearia jamas de nuestras acciones por el bien de roma, pero talvez ese espia haria que todo comenzara a decaer y asi lograia controlar roma.
Solomon puedo enfrentarlo, eso creo, pero tu no te preocupes, mientres estes a mi lado no creo que me pase nada ya sabre yo manejar esta sitacion, y sin decir mas comenze a besarla, mientras acariciaba su mejilla que aun estaba humeda por las pequeñas lagrimas que ella trato de ocultarme.
Mauritius- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La princesa de ROma consideró que estaba quedándose mucho tiempo en es lugar y por unos segundos pensó en ahora sí marcharse del lado del senador de cabellos rubios como el sol, pero las palabras que el le dijo, la ternura con las que las soltó de sus labios hicieron que la diosa no pudiera evitar quedarse con el, por más que hubiera querido usar su poder para marcharse de ahí la princesa de ROma, así mismo esas palabras hicieron que Lydia se sintiera algo culpable de su actitud y llorara nuevamente.
-Lo lamento tanto yo... No pienses mal de mí- dijo la diosa sin comprender mucho su forma de proceder, ya que Mauritius era un juego para ella, una parte de un plan, o acaso era algo más y ella no lo sabía? No podía definirlo aún, pero ya no podía dar marcha atrás, había empezado a hablar- Debes disculparme, soy una mujer horrible- Lydia no pudo corresponder los besos, sólo se dedicó a llorar en silencio.
-Yo aún habiendo escuchado tus palabras... He estado contigo, pero aún hay alguien que no puedo olvidar, y tú siendo más noble e íntegro que el, no has podido hacer que hoy día lo olvide para siempre...- La diosa se tapó el rostro con las manos y aún llorando le dijo muy triste- Quiero olvidarle de una vez, por favor ayúdame a hacerlo... Haz que no pueda vivir sin tí.
Una vez que Lydia dijo esto se puso de pie y tomó sus ropas, iba a marcharse porque pensaba que ya todo estaba dicho y que un hombre como el no aceptaría a alguien que no estaba segura de sí misma, y que para agregarle las cosas no se centraba en olvidarse de un hombre que no le correspondía; mientras se vestía en silencio la diosa de cabellos negros dijo mirando al suelo- Esto que ha pasado no es por Diva, ni por Roma, o Alucard; de veras quería estar contigo y hacer lo que hemos hecho, sólo lamento no poder mostrarme como te muestras tú...Yo...- Lydia no dijo nada, ya había terminado de vestirse, podía ahora mismo desaparecer de ese lugar, evaporarse de ahí y dirigirse a su templo, pero al final quería escuchar la voz de ese hombre una vez más.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Ella se hiba estaba adolorida, no era yo la que atormentaba ahora su mente tan solo era la situacion que habia hecho que ella comenzara a llorar un poco ,tan solo no habia manera que la detuviera, ella tomaba su ropa y se hiba, mientras se la ponia comenzaba a abrir su corazon para decirme sus pequeños secreto, era un poco afortunado de que ella comenzara a decirme sus pensamientos, sus torturas, y mas cuando entre su mente habia recuerdos de un hombre que no habia podido lograr, sabia que sufria por dentro y mas cuando ella comenzaba a llorar un poco mas, el corazon me comenzaba a dictar que deberia ayudarla por el bien del amor que comenzaba a brotar de este, no se si era amor, cariño o que en realidad, pero lo que si era, que la necesitaba a ella, y cualquier cosa la hiba a ayudar.
Me levante aun desnudo, las sabanas que cubrian nuestro cuerpo se desvanecio en el suelo, haciendo que solo comenzara a perseguirla sin nada puesto, cuando tomaba el picaporte de la puerta, yo llegue y justo antes de que abriera me pare cerca de su espalda, para tomarla del hombro, y muy suavemente comenzarle a hablar por el oido.
Se que te han hecho mal lydia, y justo tu amor anda por los suelos, no soy nadie para poder critircarte, pero creo que si ese amor es lastimero deberias dejarlo, para eso, ven,- dije mientras comenzaba a abrazarla y llevar su cabeza sobre mi pecho aun desnudo.- Escuchas eso, este corazon podria ayudarte a olvidarte de ese hombre, pero tampoco quieras herirmelo, puesto que tambien sufriria mucho si tu me lo rompieras, dime, aceptarias cuidarmelo poco a poco, mientras tu te acostumbres y me comienzes a querer?...
Me levante aun desnudo, las sabanas que cubrian nuestro cuerpo se desvanecio en el suelo, haciendo que solo comenzara a perseguirla sin nada puesto, cuando tomaba el picaporte de la puerta, yo llegue y justo antes de que abriera me pare cerca de su espalda, para tomarla del hombro, y muy suavemente comenzarle a hablar por el oido.
Se que te han hecho mal lydia, y justo tu amor anda por los suelos, no soy nadie para poder critircarte, pero creo que si ese amor es lastimero deberias dejarlo, para eso, ven,- dije mientras comenzaba a abrazarla y llevar su cabeza sobre mi pecho aun desnudo.- Escuchas eso, este corazon podria ayudarte a olvidarte de ese hombre, pero tampoco quieras herirmelo, puesto que tambien sufriria mucho si tu me lo rompieras, dime, aceptarias cuidarmelo poco a poco, mientras tu te acostumbres y me comienzes a querer?...
Mauritius- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Lydia estaba marchándose, ya se había puesto la ropa y esta vez no iba a desvanecerse como lo hacía tiempo atrás luego del acto sexual que efectuaba con los hombres que le agradaban, estaba realmente apenada por ser como era y por la situación; ese senador a pesar de sólo conocerla hace pocos segundos y aún habiéndose acostado con ella, es decir habiendo obtenido lo que los hombres buscaban de las mujeres, aún seguía ahí para ella prometiéndole muchas cosas, y diciéndole lo mucho que la necesitaba. Por muchos años nunca nadie le había dicho que era necesaria al lado de alguien, ni como diosa, ni como humana, cosa que la joven princesa no pudo evitar reaccionar de esa manera.
Llegó al picaporte y estuvo a punto de abrir la puerta, pero el sonido de los pasos de ese hombre la detuvieraon, su presencia detrás de ella hacía que su corazón latiera con fuerza, definitivamente ese hombre podía hacer que ella sintiera muchas cosas a la vez, quería abrazarlo con fuerza, comerle la boca a besos; la voz masculina del senador de cabellos rubios empezó a sonar por la habitación, ahora ella estaba escuchando las cosas que el le estaba diciendo, le decía que tenía que olvidar a ese amor que le causaba mal, y luego la abrazó de modo que sus cabellos negros descansaron sobre el pecho de su amante, sintiendo con su oído el latir acelerado de ese corazón.
-Mauritius... YO no miento cuando digo que he intentado olvidarle, incluso juré por todos los dioses que jamás pensaría otra vez en el, pero basta con que lo vea para sentirme mal... Ni los dioses me pudieron ayudar- Lydia besó los labios de su interlocutor y le dijo- Podrías ayudarme tu? Deseo tanto que tu hagas que yo no pueda vivir sin tí- La princesa de ROma se separó de el y puso su mano derecha sobre donde sabía estaba el corazón de su amante y dijo con tono aún acongojado- YO no lastimaré tu corazón, aunque en realidad me da mucho miedo hacerlo... Quiero cuidarlo, peor tengo miedo de no poder hacerlo bien...- Lydia suspiró y una vez más la princesa abrió la boca para decir algo más, pero esta vez mirando a Mauritius a los ojos- Tú me enseñarás a cuidar de el?- La princesa de cabellos negros miraba a su amante espectante, quería saber si el iba a tenerle paciencia a una mujer como ella, si era capaz de comprenderla aún más, y si era capaz de de darle aquello que a ella le estaba faltando.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Ella estaba dispuesta a tener mi corazon entre sus manos, al menos que yo le dijera que si, pero claro que no habia mas palabras para decirlo, por su puesto que estaria con ella, ayudandola a olvidarse de aquel patan, puesto que ahora solo estaba derramando lagrimas por el, ese no se merecia ninguna lagrima mas llorada por ella, solo deberia tener odio y desprecio, pero en cambio aun lo queria, eso me hacia sentir mal a a vez y bien, puesto que ella podria ser apasionada si se le daba el buen amor que estaba dispuesto a darle, y lo malo era que estaria un poco dificil que saliera de su mente, pero para eso estaba yo ahi, para que no sufriera mas, ahora no importaba el nombre, si no la importancia que era ella para mi, por eso lo daria todo.
Aun apoyada en mi pecho, tome lentamente su barbilla con mi mano derecha y la alze hasta que puede ver sus lindos ojos, aun con un poco de lagrimas, las cuales con mis dedos se los fui borrando de sus mejillas, era mucho el dolor que estaba cargando consigo, y por su puesto que yo la ayudaria.
Lydia, claro que te voy a ayudar, no importa lo que pase, solo quisiera saber si tambien estaras a mi lado, cuando yo te necesite, si es asi entonces no ahi mas que decir, solo ahora me gustaria llevarte a mi villa, ahi estaras mas tranquila, podremos tomarnos una copa de vino, y talvez descanzarias un poco hasta que termine de amanecer, porque al parecer ya se esta haciendo de madrugada, asi que vamos, dije mientras regresaba a ponerme la toga, despues la tome de la mano para salir de ahi... vamos ahora si, tendras que seguirme hacia donde podria ser tu nuevo hogar.
Aun apoyada en mi pecho, tome lentamente su barbilla con mi mano derecha y la alze hasta que puede ver sus lindos ojos, aun con un poco de lagrimas, las cuales con mis dedos se los fui borrando de sus mejillas, era mucho el dolor que estaba cargando consigo, y por su puesto que yo la ayudaria.
Lydia, claro que te voy a ayudar, no importa lo que pase, solo quisiera saber si tambien estaras a mi lado, cuando yo te necesite, si es asi entonces no ahi mas que decir, solo ahora me gustaria llevarte a mi villa, ahi estaras mas tranquila, podremos tomarnos una copa de vino, y talvez descanzarias un poco hasta que termine de amanecer, porque al parecer ya se esta haciendo de madrugada, asi que vamos, dije mientras regresaba a ponerme la toga, despues la tome de la mano para salir de ahi... vamos ahora si, tendras que seguirme hacia donde podria ser tu nuevo hogar.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La princesa de ROma sonrió ampliamente al escuchar las palabras de su amado, es que un hombre como el no iba a encontrarlo jamás, cada palabra que el le decía lograba que su corazón se alterara y latiera con fuerza; aún cuando ella le estaba contando algo feo, triste, malo y miserable, el seguía con ella dispuesto a ayudarla, a hacerla olvidarse de todas esas cosas terribles que sentía. Sus lágrimas poco a poco iban secándose ya dando paso al brillo que siempre tenía en sus ojos, haciendo que ella se viera aún más hermosa.
-Está bien... Yo prometo poner de mi parte para olvidarlo también, porque sólo quiero estar a tu lado, no hay deseo más grande en mi corazón que ese- La princesa le pasó la mano a su amado por la mejilla y luego de ver como se ponía la toga pensó un poco en las cosas que tenía que hacer, todavía tenía un tiempo libre, pero no deseaba irse ya a esa extraña nación en la que no tenía a nadie, y aunque en ROma tampoco es que tuviera mucho por quien quedarse, por lo menos Mauritius era su motivo para regresar y permanecer en ese lugar.
-Querido no me quedaré mucho tiempo en tu villa, debes saberlo, y sabes bien que tenemos que tener cuidado de que nos vean en este lugar- La joven diosa sonrió y tomó la mano de su amante para salir del lugar, aún recordando la sensación que experimentó cuando sintió la yema de los dedos del senador pasar por su rostro para limpiar las lágrimas de sus ojos. Definitivamente no deseaba irse de ese lugar, no podía marcharse dejando solo a aquel hombre tan bueno que estaba a su lado, no importaba como, pero estaría junto a el, así Diva se opusiera, o sus hermanos quisieran matarla a ella y encerrar a su amado senador, nada de eso le importaba, porque el era el hombre que más quería, y el único que podía hacerla feliz.
-Mauritius... Pase lo que pase... Que no se te olvide que lo que te he dicho en este lugar es cierto- La princesa caminó lentamente tomada de la mano con ese hombre, para luego abandonar el senado amparada por la completa oscuridad de ese lugar.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La diosa del amor y la lujuria llegó tranquilamente al sitio en donde se había encontrado por primera vez con ese senador, estaba algo ansiosa por verlo, motivo por el cual no estaba mirando si los otros senadores la veían en ese lugar caminando como perdida. Por unos segundos pensó en Solomon y en que el pobre estaba solo en ese lugar, pero sabia que si su golpe había servido como ella lo presumía, el quedaría nada más en el piso tirado mientras ella regresaba, como toda diosa habia prometido regresar y no iba a dejar de cumplir sus promesas, ya eso estaba más que discutido, no tenía porqué preocuparse tanto por su primo que ya estaba bien zafado de la cabeza.
-Será que con ese golpe lo volví loco?- Lydia se llevó la mano a la boca bastante asustada y siguió diciendo algo más tranquilamientras caminaba- No lo creo mi primito está bien loco sin ayuda mía, ese golpe sólo podría componerlo medianamente.- Lydia termino de decir esto mientras se sentaba en uno de los bancos que estaban afuera del senado, la gente iba y venía del lugar pero con el pasar de los segundos de hicieron muy pocos.
-Yo supongo que el está dentro de ese lugar tan aburrido- dijo la diosa mientras suspiraba y ponía una expresión un tanto triste; para animarse sacó un espejo y se miró por unos segundos, una vez terminada la admiración a su propio reflejo la joven diosa del amor pasional dijo:
-Si lo llamo con mi cosmos? Con el puedo proyectarme a su mente y tal vez así me escuche y venga a verme aunque sea unos momentos.- Lydia cerró los ojos y pensó en su amante, pensó en cada sensación del roce de su piel con la de las manos del senador, pensó en los labios del mismo que la volvían loca, y luego de elevar su cosmos sólo un poco dijo en su mente:
- Mauritius... Mauritius... Si estás en el senado ven a verme, yo sé que estás en este lugar... Ven que deseo verte... No ignores mi llamado por favor.
-Será que con ese golpe lo volví loco?- Lydia se llevó la mano a la boca bastante asustada y siguió diciendo algo más tranquilamientras caminaba- No lo creo mi primito está bien loco sin ayuda mía, ese golpe sólo podría componerlo medianamente.- Lydia termino de decir esto mientras se sentaba en uno de los bancos que estaban afuera del senado, la gente iba y venía del lugar pero con el pasar de los segundos de hicieron muy pocos.
-Yo supongo que el está dentro de ese lugar tan aburrido- dijo la diosa mientras suspiraba y ponía una expresión un tanto triste; para animarse sacó un espejo y se miró por unos segundos, una vez terminada la admiración a su propio reflejo la joven diosa del amor pasional dijo:
-Si lo llamo con mi cosmos? Con el puedo proyectarme a su mente y tal vez así me escuche y venga a verme aunque sea unos momentos.- Lydia cerró los ojos y pensó en su amante, pensó en cada sensación del roce de su piel con la de las manos del senador, pensó en los labios del mismo que la volvían loca, y luego de elevar su cosmos sólo un poco dijo en su mente:
- Mauritius... Mauritius... Si estás en el senado ven a verme, yo sé que estás en este lugar... Ven que deseo verte... No ignores mi llamado por favor.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Despues de haber dejado momentaneamente a la princesa de Britania en el senado, tratando de buscar la ubicacion exacta de donde estaba mi amor, senti un poco la presencia de esa mujer, a la que comenze a amar desde que la habia visto justo adentro de este senado, cuando la vi apoyada del destestable Solomon, supe que ella era la mujer, la que deseaba tener siempre, como pude comenze a caminar, pero algo dentro de mi, una fuerza, la del relampago estaba haciendo efecto, las personas que estaban a mi alrededor pasaron rapidamente, me perdia entre el espacio, hiba a una velocidad increible, y en menos de segundos estaba detras de aquella mujer, la que me robaba mi existencia, con solo sentir la esencia de esa hermosa piel hacia que todo mi ser comenzara a sentirse vivo.
Lydia escuche tu mensaje, sabia que estarias por aqui, sabes, necesitaba verte, cada particula de mi ser lo ha estado esperando desde hace mucho, la ultim vez que me dejaste en mi recinto, he pasado muchas horas pensando, cada instante, recordando el momento en que nuestros cuerpos se fusionaron en un solo.
Comenze a dar unos pequeños pasos para quedar justo delante de ella, la tome de sus manos, para darle unos besos en ellas, para luego acercarme para darle un beso a esos ricos labios que me volvian completamente loco, roce cada centimetro de sus carnosos labios, para solo poder decir.
Cada beso que me das, es un motivo para seguir vivo, gracias lydia.
Lydia escuche tu mensaje, sabia que estarias por aqui, sabes, necesitaba verte, cada particula de mi ser lo ha estado esperando desde hace mucho, la ultim vez que me dejaste en mi recinto, he pasado muchas horas pensando, cada instante, recordando el momento en que nuestros cuerpos se fusionaron en un solo.
Comenze a dar unos pequeños pasos para quedar justo delante de ella, la tome de sus manos, para darle unos besos en ellas, para luego acercarme para darle un beso a esos ricos labios que me volvian completamente loco, roce cada centimetro de sus carnosos labios, para solo poder decir.
Cada beso que me das, es un motivo para seguir vivo, gracias lydia.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Lentamente sintió la energía de ese hombre que despertaba su pasión acecarse con velocidad hacia ella, las imágenes de su amado romano frente a ella, tomando sus manos y besándolas haciendo que la joven princesa de Roma sintiera su corazón latir con fuerza, estaba sinceramente deseosa de verlo, no solo por el contacto físico de antes; sino por lo que ella le mandó acerca de la emperatriz de su hermosa nación, su querida ROma, a la cual deseaba algún día ver envuelta en llamas.
Con la misma pasión y lujuria que presentó con el la primera vez que lo vió, la mujer de cabellos negros besó a su amado romano para corresponder cada beso jugando con su lengua en una danza apasionada, para luego lentamente separarse del senador y mirarlo a los ojos, estaba muy encantada con saber que ese hombre apareciera justo cuando lo llamara; pensó en preguntarle directamente acerca del asunto que le había mandado cumplir, pero al terminar de escuchar todo lo que ese hombre tan arrogante y apuesto le había dicho decidió dejar el asunto por unos segundos y luego de tomarlo de la mano para llevarlo hacia un sitio alejado de la gente dijo en voz baja al oído de su amante:
-Gracias por venir, quería verte por unos segundos, sé que como senador estás muy ocupado y no puedes dejar tus asuntos así no más, pero ciertamente no podía pasar mucho tiempo sin verte... Parece que sí lograrás que le olvide y te ame incluso más que a él.- Lydia dijo esto pensando en lo que el le dijo acerca de borrar de su corazón la escencia de ese hombre que la hacía sufrir, una vez que borró la imagen mental de su primo a quien todavía quería pero no como antes; la diosa suspiró y luego de pasar la mano por el cuello de su amante le dio otro beso apasionado para pegar su cuerpo al de ella, no podía repetir el suceso de placer anteriormente protagonizado con el, porque en el senado había gente igual, pero quería por lo menos percibir su aroma, luego de cerrar sus ojos y recostar la cabeza sobre el hombro derecho del rubio senador dijo en voz baja:
-Mauritius me llega el rumor del caos en Roma, pero yo en el castillo no sé lo que sucede acá... Dime que novedades ha habido? Haz hecho lo que te pedí? Te ha causado problemas? Si eso fuera cierto me pondría mal... No me gustaría que por una petición mía tu estuvieras en líos.- Una vez dicho esto Lydia suspiró y se separó de Mauritius dejando que ahora el viera su hermosa figura enmarcada por ese vestido de esocte profundo que permitía mediananamente el asomo de sus pechos.
Con la misma pasión y lujuria que presentó con el la primera vez que lo vió, la mujer de cabellos negros besó a su amado romano para corresponder cada beso jugando con su lengua en una danza apasionada, para luego lentamente separarse del senador y mirarlo a los ojos, estaba muy encantada con saber que ese hombre apareciera justo cuando lo llamara; pensó en preguntarle directamente acerca del asunto que le había mandado cumplir, pero al terminar de escuchar todo lo que ese hombre tan arrogante y apuesto le había dicho decidió dejar el asunto por unos segundos y luego de tomarlo de la mano para llevarlo hacia un sitio alejado de la gente dijo en voz baja al oído de su amante:
-Gracias por venir, quería verte por unos segundos, sé que como senador estás muy ocupado y no puedes dejar tus asuntos así no más, pero ciertamente no podía pasar mucho tiempo sin verte... Parece que sí lograrás que le olvide y te ame incluso más que a él.- Lydia dijo esto pensando en lo que el le dijo acerca de borrar de su corazón la escencia de ese hombre que la hacía sufrir, una vez que borró la imagen mental de su primo a quien todavía quería pero no como antes; la diosa suspiró y luego de pasar la mano por el cuello de su amante le dio otro beso apasionado para pegar su cuerpo al de ella, no podía repetir el suceso de placer anteriormente protagonizado con el, porque en el senado había gente igual, pero quería por lo menos percibir su aroma, luego de cerrar sus ojos y recostar la cabeza sobre el hombro derecho del rubio senador dijo en voz baja:
-Mauritius me llega el rumor del caos en Roma, pero yo en el castillo no sé lo que sucede acá... Dime que novedades ha habido? Haz hecho lo que te pedí? Te ha causado problemas? Si eso fuera cierto me pondría mal... No me gustaría que por una petición mía tu estuvieras en líos.- Una vez dicho esto Lydia suspiró y se separó de Mauritius dejando que ahora el viera su hermosa figura enmarcada por ese vestido de esocte profundo que permitía mediananamente el asomo de sus pechos.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Hermosa no te preocupes, solo tengo malas noticias, de Diva no he sabido nada, solo que ahora he sabido de un nuevo posible tratado, justo del senado he salido, teniamos una reunion con la princesa de britania, lin, que a venido desde alla para buscar una alianza con Roma, pero creo que no tenemos muchas opciones para darle a esa pobre mujer, solo una persona podria ser, y creo que tu lo debes de conocer, es Richard, uno de los hijos del cesar... que estaba diciendo, alguna que otra informacion podria escaparse de mis labios, pero estando con ella no habia ningun motivo por el cual no decirle... pero todo lo que te he dicho solo son supocisiones, puesto que aun no se a tomado esa decision por completo en el senado.
Comenze a corresponder a sus besos, lentamente jugueteaba con su lengua, despues de tantos besos estaba enamorado de ella, desde el inicio, lleve mis manos a acariciarle por la cintura rodeandola completamente, acaricie sus hombros lentamente, mientras baja despacio para besar lentamente su cuello, solo como pequeños jugueteos, pero sabia que a ella tambien le gustaba, al menos eso creia.
Pero dime amor, tu que has hecho, porque solo me dejaste solo esa vez en mi recinto, tan solo desapareciste y me dejaste un profundo dolor al pensar que no hiba a volverte a verte, pero creo que dejare eso atras para poder seguir disfrutando de ti, lydia.
Comenze a corresponder a sus besos, lentamente jugueteaba con su lengua, despues de tantos besos estaba enamorado de ella, desde el inicio, lleve mis manos a acariciarle por la cintura rodeandola completamente, acaricie sus hombros lentamente, mientras baja despacio para besar lentamente su cuello, solo como pequeños jugueteos, pero sabia que a ella tambien le gustaba, al menos eso creia.
Pero dime amor, tu que has hecho, porque solo me dejaste solo esa vez en mi recinto, tan solo desapareciste y me dejaste un profundo dolor al pensar que no hiba a volverte a verte, pero creo que dejare eso atras para poder seguir disfrutando de ti, lydia.
Mauritius- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Lydia escuchó lo que decía su amante acerca de las cosas del senado, estaba algo aburrida de ello y empezaba a pensar que fue muy mala idea el haber encargado a Mauritius lo que le encargó, pero al escuchar lo que decía acerca de la princesa Lin, sus ojos e abrieron de par en par muy soprendidos, y pensó que casar a la pobre princesa con un hombre como su primo Richard, eso era inaudito y falto de cordura.
-Ay no puede ser! - Lydia se abrazó al senador y se pegó más al cuerpo de el, estaba preocupada por su querida amiga y no sabía como solucionar tales cosas, no tenía sentido nada de eso, principalmente porque por ahí le llegó el rumor de que su primo iba a casarse con su esclava, con la que Samantha lo acusó de fornicar y ensuciar el honor de la familia; fue entonces que luego de recordar esto la joven princesa de Roma puso en marcha su plan maligno, y con la rapidez de una gacela en su mente hilvanó otro plan más.
-Lindo lamento tanto haberte dejado solo, también te he extrañado, tu cuerpo es el objeto de mis deseos y no los puedo ocultar..., pero descuida ya tendremos tiempo para repetir ese suceso tan placentero que nos gustó hasta el cansancio.- La diosa lamió lentamente el cuello de su amante y lo volvió a besar mientras pasaba su mano por el pecho y el muslo del rubio senador que estaba bastante contento de verla-Yo estoy también feliz de verte, pero ahora me preocupa mi amiga, y más porque según se rumora Richard se va a casar con su esclava, pero no digas nada, solo haz lo que te digo- Lydia tapó la boca de su amante y le habló al oído de forma muy sensual y cariñosa:
-Ofrécele al senado alguien más que no seas tú, ofrécele a uno de tus hermanos, o a otra persona más, yo iré a ver a mi primo, el senador Solomon para ver qué soluciones se da a esto por si lo que ofreces no es aceptado.
Una vez dicho esto la joven princesa de ROma se alejó de su amante y luego de besarlo otra vez apasionadamente y casi despeinarlo por la manera en la que había urgado entre los cabellos del mismo dijo en voz baja:
-Prometo ir a tu villa en la noche, quiero verte y otra vez repetir el acto anterior, por ahora debo irme, espera por mí y sé paciente, porque yo espero con paciencia los días que pueda tenerte conmigo.- Y así dicho esto la joven de cabellos negros caminó rápidamente y se alejó de su amante para desaparecer, tenía que ir a ver a su primo, el senador con el que había peleado la vez anterior que lo vio.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La fantasma del hambre estaba contenta había conseguido su pichón para que mandara el mensaje a Lydia y ahora sólo tenía que mandarla, pero no estaba tan sencillo porque había soldados por todos lados para que nadie pasara e interrumpiera las acciones del senado y sus reuniones; sin embargo Sheznarda era una ladrona, y no cualquier ladrona, era la mejor ladrona en su clase, por lo tanto el entrar y acercarse a una ventana no iba a ser problema para ella.
-Muy bien ya he pasado a estos dos tarados y estos pilares me dejan esconderme por un rato, ahora sólo tengo que encontrar una ventana para mandarla paloma y ver que llegue a la prima de Samantha.
Sheznarda empezó a caminar lentamente esquivando cada soldado que había en el lugar, y sucedía que a medida que avanzaba hacia el senado estos eran pocos, tanto que al final llego a las afuras de tal edificio y encontró al fn una ventana que dejaba ver a lo lejos a las personas del senado reunidas en una mesa, al fin luego de mirar por unos segundos pudo ver a la prima de su diosa, quien no parecía estar tan contenta en ese lugar.
-Bueno linda ve y haz tu mandado.- Sheznarda mandó a la palomita blanca por la ventana y esta voló con todas sus fuerzas y velocidad para pararse en el hombro de Afrodita, una vez que esto estuvo hecho Sheznarda ya terminó su tarea y ahora se empezó a marchar lentamente de ese lugar para poder ahora sí salir y tener su día libre.
-Qué bueno esto ha sido fácil y me divertí mucho, ya cumplí con lo que me mandó mi diosa.- dijo la ladrona en voz baja mientras esquivaba a los guardias y salió del senado, porque tenía pensado ir al río.
-Muy bien ya he pasado a estos dos tarados y estos pilares me dejan esconderme por un rato, ahora sólo tengo que encontrar una ventana para mandarla paloma y ver que llegue a la prima de Samantha.
Sheznarda empezó a caminar lentamente esquivando cada soldado que había en el lugar, y sucedía que a medida que avanzaba hacia el senado estos eran pocos, tanto que al final llego a las afuras de tal edificio y encontró al fn una ventana que dejaba ver a lo lejos a las personas del senado reunidas en una mesa, al fin luego de mirar por unos segundos pudo ver a la prima de su diosa, quien no parecía estar tan contenta en ese lugar.
-Bueno linda ve y haz tu mandado.- Sheznarda mandó a la palomita blanca por la ventana y esta voló con todas sus fuerzas y velocidad para pararse en el hombro de Afrodita, una vez que esto estuvo hecho Sheznarda ya terminó su tarea y ahora se empezó a marchar lentamente de ese lugar para poder ahora sí salir y tener su día libre.
-Qué bueno esto ha sido fácil y me divertí mucho, ya cumplí con lo que me mandó mi diosa.- dijo la ladrona en voz baja mientras esquivaba a los guardias y salió del senado, porque tenía pensado ir al río.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Minutos solo habian pasado desde que el senador Solomon se habia ido montado en uno de sus caballos hacia algun lugar extraño, puesto que solo el sabia lo que haria con todo lo planeado, pero ahora solo seguia a los demas senadores, ellos tambien salian del lugar cada quien a sus respectivos lares, lentamente seguia como en fila hacia la entrada, la puerta habia sido abierta para que no hubiese demasiado tumulto, la luz del sol se habia adentrado a cada una de las esquinas del senado, dejaron sus puestos los demas para seguirnos, los pasillos se llenaban de gente, y ahora despues de segundos de estar camina y camina, algo tedioso, estaba ya en la entrada, las escalinatas las fui bajando lentamente mientras veia a los demas, gente normal y corriente, solo pensaba en que gastarian sus inutiles vidas, al estar con una ramera, o solo beber como locos, las carrozas se movian de un lugar a otro, manejadas por los esclavos, golpeando de vez en cuando a los caballos para que aceleraran el paso.
Bueno un nuevo dia, que es lo que deberia de hacer - musite- talves deberia de ir con lydia, tengo unas ansias locas de estar con ella, pero ahora donde estara, no siento su cosmos, ademas de que podria serle un estorbo, o interrumpirla en su intimidad,.... mejor la espero...
Habia dicho, no se porque estaba esperandola, ella a lo mejor tendria asuntos pendientes y estaria ocupada, solo estaba ahi parado en las escaliantas del senado, recostado en uno de los pilares que sostenian el lugar, a ver si de casualidad la suerte me acompañaba.
Bueno un nuevo dia, que es lo que deberia de hacer - musite- talves deberia de ir con lydia, tengo unas ansias locas de estar con ella, pero ahora donde estara, no siento su cosmos, ademas de que podria serle un estorbo, o interrumpirla en su intimidad,.... mejor la espero...
Habia dicho, no se porque estaba esperandola, ella a lo mejor tendria asuntos pendientes y estaria ocupada, solo estaba ahi parado en las escaliantas del senado, recostado en uno de los pilares que sostenian el lugar, a ver si de casualidad la suerte me acompañaba.
Mauritius- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Lydia una vez más llegó a las recámaras del senado, estaba pensando que si había visto a su amante una vez ahí tan temprano en el día, ese sería el sito perfecto para empezar a buscar porque la gente de su villa era demasiado inútil, además que ella sentía débilmente el cosmos de su amado Zeus en ese lugar, pero no estaba tan segura porque podría confundirse bastante con la energía cósmica de otros seres que eran candidatos a caballeros, y es que como siempre Zeus tenía la precaución de esconder su cosmos para que nadie lo fuera a molestar.
-Bueno supongo que si no está aquí no habrá más opción que irle a buscar a su villa, pero esa gente me saca de quicio con tanta inutilidad.
Lydia caminó lentamente por los pasillos de las afueras del senado mientras pensaba en Diva y en las cosas que estarían sucediendo en el palacio, algo tenía que ir a ver a ese lugar, porque las cosas no podían estar tan tranquilas, de modo que era prudente que ella estuviera pendiente de LIn; al final la princesa de Roma decidió que debía dejar de pensar en ello porque tenía que ir a ver a alguien más importante; una vez más en sus divagaciones, la princesa de Roma llegó a las escalinatas del senado, en donde vio por primera vez a Mauritius, y una vez más el destino los encontró en ese lugar, puesto que Lydia sólo tuvo que avanzar un poco más para al fin ver a su amante recostado en un pilar con cara no tener mucho qué hacer.
-¡Senador Mauritius! Como siempre es un gusto verlo, pero dígame... ¿Qué hace en este lugar tan aburrido el día de hoy? ¿Hay acaso un asunto que lo traiga por aquí?- Lydia sonrió al decir esto último he hizo una reverencia ante él, puesto que había aún gente en el senado que paseaba por esos lugares y los miraba con atención, tendrían que guardar un poco las apariencias por lo menos mientras estuvieran entre los mortales, para que sus planes no se vieran afectados pos los chismes que podrían llegarle a Diva acerca de los dos.
-Bueno supongo que si no está aquí no habrá más opción que irle a buscar a su villa, pero esa gente me saca de quicio con tanta inutilidad.
Lydia caminó lentamente por los pasillos de las afueras del senado mientras pensaba en Diva y en las cosas que estarían sucediendo en el palacio, algo tenía que ir a ver a ese lugar, porque las cosas no podían estar tan tranquilas, de modo que era prudente que ella estuviera pendiente de LIn; al final la princesa de Roma decidió que debía dejar de pensar en ello porque tenía que ir a ver a alguien más importante; una vez más en sus divagaciones, la princesa de Roma llegó a las escalinatas del senado, en donde vio por primera vez a Mauritius, y una vez más el destino los encontró en ese lugar, puesto que Lydia sólo tuvo que avanzar un poco más para al fin ver a su amante recostado en un pilar con cara no tener mucho qué hacer.
-¡Senador Mauritius! Como siempre es un gusto verlo, pero dígame... ¿Qué hace en este lugar tan aburrido el día de hoy? ¿Hay acaso un asunto que lo traiga por aquí?- Lydia sonrió al decir esto último he hizo una reverencia ante él, puesto que había aún gente en el senado que paseaba por esos lugares y los miraba con atención, tendrían que guardar un poco las apariencias por lo menos mientras estuvieran entre los mortales, para que sus planes no se vieran afectados pos los chismes que podrían llegarle a Diva acerca de los dos.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Mi mirada se perdia entre las demas personas que seguian saliendo, mas y cada vez mas, hasta que no habia nadie mas en la sala, dejando solo una fila de personas que hablaban a las afueras, cada quien con ssu pareja o grupo, de manera que igual estaba solo, hasta que una voz ya conocida llego directamente a mi organismo, mi corazon comenzo a latir de manera acelerada, hasta que al ladear la cabeza la encontre a ella, a lydia, que lentamente se acercaba a donde estaba yo y de manera sorpresiva me hablaba de usted, pero luego comprendi que era para cubrir las apariencias, puesto que los demas senadores podrian ver mal, que una hija del emperador estuviera inmiscuyendose con un senador, no se veria para nada bien, su pregunta fue algo rara pero igual estaba deseoso de estar con ella.
Me levante para solo sacudir un poco mi toga, que estaba sucia por el polvo del suelo en donde me habia sentado, despues de aquello comenze a bajar las escalinatas que la separaban de mi, el solo pensar que estaba ahi y que podia tocarla me hacia pensar demasiadas cosas, pero eso seria para despues, tome su mano y en manera de respeto, me agache y lleve su mano hacia mis labios, para darle un pequeño beso.
Bendita las flores que las adornan señorita lydia, pues bien, este servidor solo ha venido a este estrado, al llamado que hizo el senador Solomon, aunque quisiera precisar que es de usted... Le dije mientras me separaba de su mano- y justo acabamos de tratrar un asunto conserniente a Egipto, pero sabra usted que no puedo decir mas cosas. Me acerque ligeramente a su oido para musitar- Solo por estos pequeños cuervos, pero podriamos ir a alguna otra parte o no crees mi amor- espere respuesta mientras me alejaba unos cuantos centimetros lentamente.
Me levante para solo sacudir un poco mi toga, que estaba sucia por el polvo del suelo en donde me habia sentado, despues de aquello comenze a bajar las escalinatas que la separaban de mi, el solo pensar que estaba ahi y que podia tocarla me hacia pensar demasiadas cosas, pero eso seria para despues, tome su mano y en manera de respeto, me agache y lleve su mano hacia mis labios, para darle un pequeño beso.
Bendita las flores que las adornan señorita lydia, pues bien, este servidor solo ha venido a este estrado, al llamado que hizo el senador Solomon, aunque quisiera precisar que es de usted... Le dije mientras me separaba de su mano- y justo acabamos de tratrar un asunto conserniente a Egipto, pero sabra usted que no puedo decir mas cosas. Me acerque ligeramente a su oido para musitar- Solo por estos pequeños cuervos, pero podriamos ir a alguna otra parte o no crees mi amor- espere respuesta mientras me alejaba unos cuantos centimetros lentamente.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
La mirada perdida del amante de la diosa de amor y la lujuria al final reaccionó cuando Lydia lo llamó y se posó sobre su hermosa figura, el se dio cuenta como era de esperarse, de que su actitud con él era porque quería guardar las apariencias, y el mismo siguió la línea de su teatro porque tenía que mantenerlo hasta que pudiera alejarse de los demás; como siempre con su porte y su imponencia el senador se puso de pie y se sacudió la toga para ponerse de pie. Una vez que su querido amante había ejecutado su saludo, el joven senador dio una respuesta vaga para que nadie los escucharaba hablando de esos asuntos, y luego de unos segundos la volvió a mirar y le hablo al oído a la princesa de Roma, quien sonrió y esperó a que los pocos tarados qeu estaban en ese lugar se su fueran, ahora estaba sola con el, pero no podía quedarse mucho tiempo en ese lugar porque la gente iba a empezar a hablar.
-Claro querido deberíamos irnos a otro sitio, pero primero debo salir de este lugar para que nadie empiece a hablar y a fastidiarme la vida, yo te recomendaría que vallas a tu villa, o vayamos a mi reino. Ah! Pero tienes que contarme qué ha pasado en ese lugar, sino me resentiré mucho contigo.
Lydia se acercó a Mauritius aprovechando que no había nadie y lo besó con pasión mientras lo pegaba a la pared y acariciaba su pecho atrevidamente, bajando sus labios hacia el cuello del recipiente e Zeus pasando su lengua lentamente y moridiéndole el lóbulo de la oreja. No había nada qué hacer Lydia no podía resistirse a Mauritius por mucho que corriera el peligro de que los vieran, y es que el sólo recordar la primera vez que se encontraron en ese senado hacía que el cuerpo de Lydia le gritara tener contacto con la piel de él; una vez que la pasión de Lydia se apago un poco, la diosa del amor y la lujuria se separó co lentitud, aún respiraba agitadamente y tenia sus manos sobre el pecho de Mauritius quien también respiraba un poco agitado por tales acciones placenteras antes ejecutadas, por parte de la diosa, una vez que Afrodita apartó su mirada del cuerpo de Mauritius le dijo sonriente:
-BUeno dime dónde quieres ir, que tu sabes que no me opondré, tú decide el sitio que con tal de estar a tu lado yo voy con gusto, porque nada va a quitarme hoy el gusto de tenerte.
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Despues de que los senadores se fueran alejando, estabamos ya un poco mas solos de lo que habia antes de que ella llegara, asi lentamente ella se acercaba hacia mi mientras me daba un beso apasionado, como pude trate de responder, juguetee con su lengua humeda, junto con la mia trataba de juguetear por mas rato, pero entonces se alejo, estaba comentandome algo, a lo cual estaba sorprendido, cual era el interes de mi amada en los asuntos del senado, pero antes ya le habia hecho una promesa, y asi que no podria negarme a decirle todo, queria estar mas a su lado, esa era la unica verdad.
Bien amor, podriamos ir a tu recinto, el de diosa, asi podre decirte todo lo que ha pasado, hubo movimientos raros por aqui, incluso te nombraron, pero ahorita no dire mas, vamos, ocultemosno dentro del senado, no importa lo que pase todos ya han salido, asi tendremos tiempo de desaparecer, nadie lo sabra.
La tome de la mano mientras la llevaba hacia los adentros de aquella gran construccion, las puertas aun no se habian cerrado por ello era mas facil adentrarnos, por un momento mire hacia la habitacion que habia sido lugar de nuestro derroche de lujuria y pasion, ahi estaban nuestros recuerdos mas morbosos, en esa noche que hice a lydia mia, pero aun no estabamos del todo solos y solo una fraccion necesitabamos para desaparecer.
Lydia, vamos, guiame hacia tu destino, el lugar donde tienes tus aposentos, aun no los conozco pero de igual manera sera un gusto poder tener ahi, di una mirada a mi alrededor, no habia nadie, y por ello tuve mas valor de hacerlo.
Y sin esperar respuesta, solo comenze a besarla, y a tocar sus senos por encima de su tela, era tanta mi lujuria encerrada, que aun asi denotaba el endurecimientos de sus pezones, que tenian rapida respuesta a la estimulacion que yo le daba con mis manos, solo era cuestion de que nuestros cosmos se unieran y juntos desaparecieramos del senado.
Bien amor, podriamos ir a tu recinto, el de diosa, asi podre decirte todo lo que ha pasado, hubo movimientos raros por aqui, incluso te nombraron, pero ahorita no dire mas, vamos, ocultemosno dentro del senado, no importa lo que pase todos ya han salido, asi tendremos tiempo de desaparecer, nadie lo sabra.
La tome de la mano mientras la llevaba hacia los adentros de aquella gran construccion, las puertas aun no se habian cerrado por ello era mas facil adentrarnos, por un momento mire hacia la habitacion que habia sido lugar de nuestro derroche de lujuria y pasion, ahi estaban nuestros recuerdos mas morbosos, en esa noche que hice a lydia mia, pero aun no estabamos del todo solos y solo una fraccion necesitabamos para desaparecer.
Lydia, vamos, guiame hacia tu destino, el lugar donde tienes tus aposentos, aun no los conozco pero de igual manera sera un gusto poder tener ahi, di una mirada a mi alrededor, no habia nadie, y por ello tuve mas valor de hacerlo.
Y sin esperar respuesta, solo comenze a besarla, y a tocar sus senos por encima de su tela, era tanta mi lujuria encerrada, que aun asi denotaba el endurecimientos de sus pezones, que tenian rapida respuesta a la estimulacion que yo le daba con mis manos, solo era cuestion de que nuestros cosmos se unieran y juntos desaparecieramos del senado.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Luego de aquel beso apasionado la diosa del amor y la lujuria esperó unos segundos para emepzar a elevar su cosmos para poder marcharse, pero algo en el cielo llamó la atención de su parte diosa; una especie de nostalgia invadió por unos segundos fugaces a la diosa del amor y la lujuria, quien recordó de quien era el cosmos del ser que estaba cambiando el color del cielo. Aquella nostalgia sólo de duró unos segundos, ya estaba en otra era ya no sentía lo mismo que antes por su amante, después de todo el también se quedó sin hacer nada cuando la obligaron a casarse con Hefestos, por lo quen o eran gran cosa que fuera despertado si al final Eris usaría todo lo que estaba a su alcance para poder destruirlo.
-Ya despertó mi ex amante... Qué cosa más interesante, espero Eris pueda contra el y lo borre de esta era, porque sino este se meterá en los planes que tengo para ella y para mi querido Zeus.
-Pues todo eso mi querido senador me lo contarás allá en mis aposentos, espero sean de tu agrado y sean lo más cómodos para tí y lo que vamos a hacer.
La voz de su amante ahora estaba haciendo que la diosa del amor pasional regresara a la normalidad, ahora estaban dentro del senado porque tenían que buscar un sitio para decesaperecer. Poco a poco esas preocupaciones empezaron a desiparse, porque su amante nuevamente hizo que la princesa de Roma suspirara y nuevamente cerrara sus ojos para sentir el placer que le estaba provocando el atrevido senador al tocar sus pechos de esa manera tan lasciva, pero que eso sí, le gustaba tanto y la ponía bastante encendida. Con algo de preocupación miró hacia los lados para ver si no había nadie en las afueras del senado, algo estaba diciendo Zeus acerca de que la nombraron, Lydia sabía de qué se trataba, puesto que el tarado de Solomon se había puesto a decir que el estaba con ella cuando pasó lo de Egipto, esperaba que Mauritius no se pusiera celoso por tal cosa.
-Claro que sí, te llevaré a donde tú desees, lo único que yo deseo es poder estar contigo a solas, quiero repetir ese acto lascivo con el que sueño desde esa vez que lo hicimos.
Una vez dicho esto Lydia pasó su lengua por el cuello de su amante y elevó su cosmos para cubrir sus cuerpos con una energía rosada y lentamente empezar a desaparecer con su amante, para solo dejar el residuo de sus escencias en ese lugar.
Narro/ Hablo/ Pienso
Lydia- Dios/a
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Narración/ Dialogo de Lestat/ Pensamientos de Lestat/ Dialogo de Luís/ Dialogo de los Soldados
El general romano no despegaba su mirada circunspecta del frente, pudiendo así divisar como lentamente el crepúsculo del sol no tardaría en llegar. Tenía aproximadamente media hora cabalgando y alegado de Larissa provocando unas cuantas veces su distraer en el camino. No obstante las edificaciones del glorioso senado romano lentamente se dejaban desnudas para su mirada.
Jalando con fuerza las riendas del caballo éste generaba su detener, dando así un enorme salto bajando de su medio de transporte. Tomando las faldas largas de su toga le enrollaba sobre su muñeca derecha y con postura recta digna de un general se adentró lentamente a las edificaciones.
Su mirada se desviaba hacia el este donde uno de su subordinaros ya le esperaba con la ropa adecuada para esa ocasión: su uniforme. Lestat apresuraba el paso y con ello se acercó musitando con voz firme:
-Buenas tardes Luís heme aquí presenten como se me ha notificado sobre la referencia de una reunió importante por parte del senador Solomon. Me intriga demasiado los temas que se están llevando… pero a medida de que me he acercaba a las edificaciones del senado pude escuchar el rumor de que un héroe de guerra: el general Talos; ha llegado con una infausta noticia. Siento el ambiente pesado… yo como General de la onceaba división del glorioso ejercito de nuestra Roma y como encargado de la escolta privada de la familia imperial, es mí deber el presentarme aquí por si la situación se agravia… ahora bien Luís ¿has solicitado mi legión al lugar como debe de ser? Y otra cosa deseo que usted me aclare los temas que se están llevando entre las cámaras del senado.
-Buenas tardes General Lestat se me ha hecho un poco difícil encontrar a todos sus legionarios, por lo que tan sólo cuarenta hombres pude reunir, quienes nos esperan en la sala… Tome usted su uniforme señor puede y que lo necesite y os ruego que se lo ponga lo más pronto posible (Lestat serio tomaba entre sus manos el uniforme bélico)
-¿Sólo cuarenta hombres? Espero y sean suficientes… tu rostro me dice que las cosas son peor de lo que yo me imagino (lentamente comenzó a ponerse el uniforme)
-Es como usted dice mi señor (tragando saliva)
-¿Qué tan grabe puede ser para que mi mano derecha tenga esa expresión de miedo y dolor?
-Existe unos inconformes por parte del sobrino del emperador el senador Solomon… pero eso no es la cosa que agravia el corazón de Roma mi señor…
-¿A no? ¿Entonces que es Luís?
-El emperador a muerdo…
-¿Qué? (se quedaba sorprendido lestat mientras soltaba su yelmo el cual rodaba por detrás de su figura atlética) ¿Cómo? ¿Por qué?
-Notifica el general y héroe de guerra Talos que pasó cuando las tropas de Roma yacían en Persia atacando a dicha ciudad rebelde… dice que todo marchaba bien pero que por desgracia el corazón del emperador no resistió y de un infarto murió…
-¿Cómo puede ser posible que de un infarto haya muerto? … por todo los Dioses el senado ha de estar hecho un caos con esta noticia…
-No es todo mi señor antes de que yo salir del senado escuche que Talos dejara al descubierto el nombre de una mujer que ha traicionado el pueblo Romano y que dice estar en el trono de éste imperio…
-¿Una mujer?… puede ser posible que sea ella (en mente divago) Rápido Luís llama a mis tropas pues la misión que tenemos es estar en la cámara para ser de pilar de apoyó al sobrino del emperador el senador Solomon… rápido.
Dicho eso Lestat terminó de ponerse los grilletes de oro sobre sus muñecas, asimismo enrolló el cinturón de cuero y enfundó sus espadas, mientras colocaba su casco sobre su cabeza, las hombreras no era tan toscas por lo que desnudos su hombros se mantenía pues sólo servia para poder sujetar la capa carmín, la cual se ondeaba por detrás de su espalda tosca. Serio en mente comenzaba a maquinar un sin fin de dudas con respecto a lo escuchado.
-¿Qué trama Talos al querer desencarar a una simple mujer como venidera causante de la caida de Roma? ¿Cómo es que pudo morir el emperador por un simple infarto? Por todos los dioses ¿que es lo que en verdad se planea el Senador Solomon?
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Luís llegaba con su legión, rectos daban su saludo al general romano quien serio se subió en el quicio de un pilar y así dio sus órdenes:
Luís y nueve hombre más me acompañaran al senado los otros treinta surcaran el palacio por si una oleada de traidores que quieran rapiñar con respectó al tema de la muerte de nuestro honorable emperador… roguemos a los Dioses que la situación no se agrave… están en pleno derecho mió aniquilar a seres que se vean sospechosos y esperemos que nuestros demás compañeros lleguen… ahora bien Luís tomar a nueves hombre y venir conmigo de inmediato… ¡Por el emperador… por Roma!
-¡Por el emperador… por Roma y al servicio de nuestro general! ahaaaa…
Dicho eso Lestat bajó del quicio del pilar y se alejó con diez hombres más rumbo a la cámara del senado… mientras que sus pensamientos se iban amansando y quedando solo la imagen de su amor Larissa.
Jalando con fuerza las riendas del caballo éste generaba su detener, dando así un enorme salto bajando de su medio de transporte. Tomando las faldas largas de su toga le enrollaba sobre su muñeca derecha y con postura recta digna de un general se adentró lentamente a las edificaciones.
Su mirada se desviaba hacia el este donde uno de su subordinaros ya le esperaba con la ropa adecuada para esa ocasión: su uniforme. Lestat apresuraba el paso y con ello se acercó musitando con voz firme:
-Buenas tardes Luís heme aquí presenten como se me ha notificado sobre la referencia de una reunió importante por parte del senador Solomon. Me intriga demasiado los temas que se están llevando… pero a medida de que me he acercaba a las edificaciones del senado pude escuchar el rumor de que un héroe de guerra: el general Talos; ha llegado con una infausta noticia. Siento el ambiente pesado… yo como General de la onceaba división del glorioso ejercito de nuestra Roma y como encargado de la escolta privada de la familia imperial, es mí deber el presentarme aquí por si la situación se agravia… ahora bien Luís ¿has solicitado mi legión al lugar como debe de ser? Y otra cosa deseo que usted me aclare los temas que se están llevando entre las cámaras del senado.
-Buenas tardes General Lestat se me ha hecho un poco difícil encontrar a todos sus legionarios, por lo que tan sólo cuarenta hombres pude reunir, quienes nos esperan en la sala… Tome usted su uniforme señor puede y que lo necesite y os ruego que se lo ponga lo más pronto posible (Lestat serio tomaba entre sus manos el uniforme bélico)
-¿Sólo cuarenta hombres? Espero y sean suficientes… tu rostro me dice que las cosas son peor de lo que yo me imagino (lentamente comenzó a ponerse el uniforme)
-Es como usted dice mi señor (tragando saliva)
-¿Qué tan grabe puede ser para que mi mano derecha tenga esa expresión de miedo y dolor?
-Existe unos inconformes por parte del sobrino del emperador el senador Solomon… pero eso no es la cosa que agravia el corazón de Roma mi señor…
-¿A no? ¿Entonces que es Luís?
-El emperador a muerdo…
-¿Qué? (se quedaba sorprendido lestat mientras soltaba su yelmo el cual rodaba por detrás de su figura atlética) ¿Cómo? ¿Por qué?
-Notifica el general y héroe de guerra Talos que pasó cuando las tropas de Roma yacían en Persia atacando a dicha ciudad rebelde… dice que todo marchaba bien pero que por desgracia el corazón del emperador no resistió y de un infarto murió…
-¿Cómo puede ser posible que de un infarto haya muerto? … por todo los Dioses el senado ha de estar hecho un caos con esta noticia…
-No es todo mi señor antes de que yo salir del senado escuche que Talos dejara al descubierto el nombre de una mujer que ha traicionado el pueblo Romano y que dice estar en el trono de éste imperio…
-¿Una mujer?… puede ser posible que sea ella (en mente divago) Rápido Luís llama a mis tropas pues la misión que tenemos es estar en la cámara para ser de pilar de apoyó al sobrino del emperador el senador Solomon… rápido.
Dicho eso Lestat terminó de ponerse los grilletes de oro sobre sus muñecas, asimismo enrolló el cinturón de cuero y enfundó sus espadas, mientras colocaba su casco sobre su cabeza, las hombreras no era tan toscas por lo que desnudos su hombros se mantenía pues sólo servia para poder sujetar la capa carmín, la cual se ondeaba por detrás de su espalda tosca. Serio en mente comenzaba a maquinar un sin fin de dudas con respecto a lo escuchado.
-¿Qué trama Talos al querer desencarar a una simple mujer como venidera causante de la caida de Roma? ¿Cómo es que pudo morir el emperador por un simple infarto? Por todos los dioses ¿que es lo que en verdad se planea el Senador Solomon?
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Luís llegaba con su legión, rectos daban su saludo al general romano quien serio se subió en el quicio de un pilar y así dio sus órdenes:
Luís y nueve hombre más me acompañaran al senado los otros treinta surcaran el palacio por si una oleada de traidores que quieran rapiñar con respectó al tema de la muerte de nuestro honorable emperador… roguemos a los Dioses que la situación no se agrave… están en pleno derecho mió aniquilar a seres que se vean sospechosos y esperemos que nuestros demás compañeros lleguen… ahora bien Luís tomar a nueves hombre y venir conmigo de inmediato… ¡Por el emperador… por Roma!
-¡Por el emperador… por Roma y al servicio de nuestro general! ahaaaa…
Dicho eso Lestat bajó del quicio del pilar y se alejó con diez hombres más rumbo a la cámara del senado… mientras que sus pensamientos se iban amansando y quedando solo la imagen de su amor Larissa.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Larissa llegó a las afueras del senado, el cochero estaba ahí, pero su amado prometido ya no se encontraba en ese lugar, las cosas no iban bien, la chica de cabellos color avellana estaba teniendo una serie de presentimientos todos desafortunados, estaba deseosa de que el tiempo pasara rápido para poder enterarse de las noticias de una posible guerra; sin embargo también tenía miedo de que el tiempo pasara tan pronto y ella lo perdiera finalmente por cosas de los líderes de esa inmunda nación que llamaban Roma. COn lentitud Larissa detuvo su marcha y respiró agitadamente, estaba pensando en todas las cosas que había vivido antes de Lestat, todo había sido desastroso y tenía mucha tragedia cargada, en la misma, por lo que al final las cosas buenas sólo empezaron a pasarle cuando conoció a su querido prometido.
-Lestat espero que estés bien, tengo grandes deseos de poder estar a tu lado en estos momentos, ven pronto corazón mío.
La mujer de cabellos castaños se sentó en uno de los bancos que estaban ahí y se sentó mirando hacia el cielo, estaba aburrida de estar tanto tiempo en ese lugar, porque ya había pasado varios minutos, pero la verdad es que si tenía que esperar mil años ella iba a esperar porque deseaba estar a su lado y valía la pena esperar tanto.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Señor una dama yace sentada en las afueras del senado…
-Una dama (Lestat cuestionaba y al mismo tiempo se detenía) ¿Quien será? (en mente comenzó a divagar) ¿Acaso será ella? Luis y demás soldados espérenme aquí, mi prometida me siguió en lo que tú busca el permiso para poder ingresar a las cámaras dl senado yo iré a socorrer a mi dama…
-¿Su prometida? (cuestionaba Luis) ¿Cómo es eso posible señor? Yo tenia entendido que era viudo.
-Mi suerte cambio querido amigo luego te contare la hermosa historia de mi felicidad ahora bien vayan y pidan el permiso para entrar… os regresare rápido.
De inmediato Lestat dio media vuelta y como pudo salió corriendo dejando atrás la estampa de sus guerreros. Ya estando en las afueras del senado el caballero rubio y alto observó la silueta de una dama con vestido color carmín y silueta sensual, eso le indicaba que se trataba sin más ni menos de Larissa. Surcando una sonrisa y suspirando el general romano comenzó a caminar mientras su capa se ondeaba por detrás de su espalda y estando a un costado de la hermosa mujer, éste se sentó y se quedó mirando fijo el firmamento crepuscular mientras musitaba con gran serenidad:
-Hermosa la tarde ¿no lo cree así mi señorita?… pero más hermoso son sus ojos grandes que irradian una inocencia que causa en mi ser el frenético deseo de besarla… Larissa mi querida prometida no pensaba que si llegarías, ahora me siento feliz… ya que sin ti sólo soy un cascaron de hombre.
El caballero echaba su cuerpo hacia la derecha y con ello tomaba entre sus brazos a la pensativa damisela para así simplemente cerrar sus ojos y fundir sus labios con los de su prometida en un ardiente besos sin moral alguna, los segundos pasaron y con ello el caballero se separó, recargando sus cabeza en el hombro de Larissa éste dijo:
-Mirad madamas amor me has encuentras vestido con mi ornamentare de guerra…
-Una dama (Lestat cuestionaba y al mismo tiempo se detenía) ¿Quien será? (en mente comenzó a divagar) ¿Acaso será ella? Luis y demás soldados espérenme aquí, mi prometida me siguió en lo que tú busca el permiso para poder ingresar a las cámaras dl senado yo iré a socorrer a mi dama…
-¿Su prometida? (cuestionaba Luis) ¿Cómo es eso posible señor? Yo tenia entendido que era viudo.
-Mi suerte cambio querido amigo luego te contare la hermosa historia de mi felicidad ahora bien vayan y pidan el permiso para entrar… os regresare rápido.
De inmediato Lestat dio media vuelta y como pudo salió corriendo dejando atrás la estampa de sus guerreros. Ya estando en las afueras del senado el caballero rubio y alto observó la silueta de una dama con vestido color carmín y silueta sensual, eso le indicaba que se trataba sin más ni menos de Larissa. Surcando una sonrisa y suspirando el general romano comenzó a caminar mientras su capa se ondeaba por detrás de su espalda y estando a un costado de la hermosa mujer, éste se sentó y se quedó mirando fijo el firmamento crepuscular mientras musitaba con gran serenidad:
-Hermosa la tarde ¿no lo cree así mi señorita?… pero más hermoso son sus ojos grandes que irradian una inocencia que causa en mi ser el frenético deseo de besarla… Larissa mi querida prometida no pensaba que si llegarías, ahora me siento feliz… ya que sin ti sólo soy un cascaron de hombre.
El caballero echaba su cuerpo hacia la derecha y con ello tomaba entre sus brazos a la pensativa damisela para así simplemente cerrar sus ojos y fundir sus labios con los de su prometida en un ardiente besos sin moral alguna, los segundos pasaron y con ello el caballero se separó, recargando sus cabeza en el hombro de Larissa éste dijo:
-Mirad madamas amor me has encuentras vestido con mi ornamentare de guerra…
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Larissa una vez más salió de golpe de sus pensamientos, puesto que alguien la había tomado para fundir sus labios con los de ella en un beso apasionado. La mujer de cabellos color avellana abrió los ojos sorprendida puesto que no pensaba que su marido se enteraría tan pronto que ella estaba en ese lugar esperando por él, pero ya veía que las cosas no eran como pensaba y que su amado estaba ahí con ella dándose otro de sus besos apasionados; por ese motivo cuando fue arrancada de sus pensamientos , la mujer no gritó, sino que se dejó llevar por el beso, ya que sabía claramente que el era su futuro esposo.
-Mi cielo no hay nada más lindo que me guste que verte con cualquier traje, o sin ninguno de ellos.- Larissa dijo esto mientras se separaba lentamente de la silueta de su futuro esposo, después de todo estaban en las afueras del senado y ese lugar no era para que llevaran esas prácticas "indecorosas" por así decirlo.
-Y dime... ¿Aún no entras o ya estás saliendo de la reunión querido mío? Yo creo que esa reunión no va a terminar pronto sabes? Esos tipos son unos pomposos que se demoran dos horas unir varias frases para hacer una idea medianamente buena. Ya imagino a algún tarado criticando que Roma no es como antes, que los soldados son esto y aquello, y los del senado claro, ni siquiera lo están tomando en serio.
Larissa dijo todo esto en voz baja, puesto que no deseaba que nadie la escuchara diciendo esas cosas, por unos segundos separó sus ojos del rostro de su amado y suspiró para procerder hacia el sitio donde se llevaban a cabo las reuniones del senado, ese lugar no le auguraba nada bueno si le pedían su opinión, pero no le importaba así se fuera a la guerra, ella estaría casada con Lestat para el amanecer y punto, de todas formas sabía que por mucho que el tuviera que enfrentar, su amado general regresaría vivo para verla y poder vivir a su lado.
-Mi cielo no hay nada más lindo que me guste que verte con cualquier traje, o sin ninguno de ellos.- Larissa dijo esto mientras se separaba lentamente de la silueta de su futuro esposo, después de todo estaban en las afueras del senado y ese lugar no era para que llevaran esas prácticas "indecorosas" por así decirlo.
-Y dime... ¿Aún no entras o ya estás saliendo de la reunión querido mío? Yo creo que esa reunión no va a terminar pronto sabes? Esos tipos son unos pomposos que se demoran dos horas unir varias frases para hacer una idea medianamente buena. Ya imagino a algún tarado criticando que Roma no es como antes, que los soldados son esto y aquello, y los del senado claro, ni siquiera lo están tomando en serio.
Larissa dijo todo esto en voz baja, puesto que no deseaba que nadie la escuchara diciendo esas cosas, por unos segundos separó sus ojos del rostro de su amado y suspiró para procerder hacia el sitio donde se llevaban a cabo las reuniones del senado, ese lugar no le auguraba nada bueno si le pedían su opinión, pero no le importaba así se fuera a la guerra, ella estaría casada con Lestat para el amanecer y punto, de todas formas sabía que por mucho que el tuviera que enfrentar, su amado general regresaría vivo para verla y poder vivir a su lado.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
El general romano con atención escuchó el dialogo de Larissa dando así un desacuerdo fingido por parte de los asuntos de los aristócratas romanos, cosa que hizo que Lestat cambiara su faz de felicidad por una de seriedad. El rubio siguió con la mirada el proceder de su dama y con ello le siguió por la espalda. Ésta terminaba y con ello él le tomaba de la mano y acercaba su cuerpo al de ella, para así descender su rostro hasta que sus labios estuvieran rosando con la oreja de la mujer de cabellos largos color castaño. Suspirando para así demostrar su cierta inconformidad el joven musitó con gran cautela:
-Larissa amor si otro general te escuchara te condenaría a muerte y yo por el enorme sentimiento que tengo ante usted mi dama la defendería hasta caer humillado y ser catalogado como desertor. Te suplico mi vida que no digas estas cosas por estos lugares ya que no quisiera derramar sangre frente a ti (posando sus manos sobre los hombros de Larissa éste le giro para mirarle con seriedad) aún así amor tienes demasiada razón pero mí deber es servir a esta Nación para que tú puedas vivir en paz (suspirando y cerrando sus ojos) Larissa es probable que vaya a la guerra y tarde meses para que nos volvamos a ver, no quiero irme sin antes no a verme casado contigo y estado ambos solos como debe de ser(Abriendo sus ojos y surcando una sonrisa) es por eso que pediré a Luis que se quede y atienda estos asuntos que se muy bien que como soldado de Roma no debería estar aquí ya que son cuestiones de los ilustres de vuestra gloriosa tierra…
Dicho eso Lestat se alejó de Larissa si no antes darle un tierno beso en la frente y recargar su mentón en su nuca para así abrazarla con fuerza y transmitirle un sentimiento de apoyo. Alejándose de ella para así ordenar el presentar de Luis éste con voz firme dijo:
-Mí comandante le dejo en manos mí tropa para que así si el compañero Talos requiera ayuda se la proporciona. Yo tengo que servir el corazón de ésta dama que los Dioses me han obsequiado. La boda se llevara a cavo ésta noche en mí casa todos están invitados si algún senado desea ir puede usted darle mí petición de presencia. Con su permiso gracias mi buen amigo y espero no se resienta con lo que hago pero si no procedo en éste instante me lamentaré toda la eternidad… más que nadie tú sabes lo que me ha pasado Luis espero vuestro apoyo con su permiso.
Lestat se alejó y con ello una vez más frente a Larissa quedó para así abrazarla y cargarla. Caminando con su dama hacia las afueras del senado y quedando a lado de su corcel, éste bajó a Larissa y con ello dijo con gran tranquilidad:
-Es momento de que ésta señorita se case conmigo y si nos vamos en éste momento llegaremos a tiempo. Larissa amor la casa nos espera.
Surcando una sonrisa el general se montó primero sobre el lomo del cuadrúpedo. Ladeando su cuerpo él extendió su brazo izquierdo y con ello alzó a Larissa para que se sentara delante de él en una posición de costado.
Observando el firmamento crepuscular aquel surcó una sonrisa y con ello hizo que el caballo comenzara su cabalgata rumbo al oeste hacia la casa donde una boda les aguardaba.
-Larissa amor si otro general te escuchara te condenaría a muerte y yo por el enorme sentimiento que tengo ante usted mi dama la defendería hasta caer humillado y ser catalogado como desertor. Te suplico mi vida que no digas estas cosas por estos lugares ya que no quisiera derramar sangre frente a ti (posando sus manos sobre los hombros de Larissa éste le giro para mirarle con seriedad) aún así amor tienes demasiada razón pero mí deber es servir a esta Nación para que tú puedas vivir en paz (suspirando y cerrando sus ojos) Larissa es probable que vaya a la guerra y tarde meses para que nos volvamos a ver, no quiero irme sin antes no a verme casado contigo y estado ambos solos como debe de ser(Abriendo sus ojos y surcando una sonrisa) es por eso que pediré a Luis que se quede y atienda estos asuntos que se muy bien que como soldado de Roma no debería estar aquí ya que son cuestiones de los ilustres de vuestra gloriosa tierra…
Dicho eso Lestat se alejó de Larissa si no antes darle un tierno beso en la frente y recargar su mentón en su nuca para así abrazarla con fuerza y transmitirle un sentimiento de apoyo. Alejándose de ella para así ordenar el presentar de Luis éste con voz firme dijo:
-Mí comandante le dejo en manos mí tropa para que así si el compañero Talos requiera ayuda se la proporciona. Yo tengo que servir el corazón de ésta dama que los Dioses me han obsequiado. La boda se llevara a cavo ésta noche en mí casa todos están invitados si algún senado desea ir puede usted darle mí petición de presencia. Con su permiso gracias mi buen amigo y espero no se resienta con lo que hago pero si no procedo en éste instante me lamentaré toda la eternidad… más que nadie tú sabes lo que me ha pasado Luis espero vuestro apoyo con su permiso.
Lestat se alejó y con ello una vez más frente a Larissa quedó para así abrazarla y cargarla. Caminando con su dama hacia las afueras del senado y quedando a lado de su corcel, éste bajó a Larissa y con ello dijo con gran tranquilidad:
-Es momento de que ésta señorita se case conmigo y si nos vamos en éste momento llegaremos a tiempo. Larissa amor la casa nos espera.
Surcando una sonrisa el general se montó primero sobre el lomo del cuadrúpedo. Ladeando su cuerpo él extendió su brazo izquierdo y con ello alzó a Larissa para que se sentara delante de él en una posición de costado.
Observando el firmamento crepuscular aquel surcó una sonrisa y con ello hizo que el caballo comenzara su cabalgata rumbo al oeste hacia la casa donde una boda les aguardaba.
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Re: - Esperando Fuera de las recamaras del Senado -
Larissa se dio cuenta de que su comentario no le había gustado mucho a su querido futuro esposo y esto la hizo preocuparse un poco, por su parte Lestat estaba acercando su cuerpo al de ella para darle un abrazo y acercar sus labios a su oído hablándole una vez más con esa voz grave y masculina que tanto le gustaba y le llamaba la atención a esa mujer de cabellos color avellana; las cosas que dijo de verdad tenían sentido y eran preocupantes, ella se dio cuenta de su imprudencia y no pudo evitar sentirse tonta al poner así en peligro la vida de su querido general, después de todo por esos tontos del senado el ostentaba el cargo que ostentaba y tenía la casa en donde el pensaba vivir con ella.
-Lamento mucho haber actuado así, creo yo que he sido una tonta por haber dicho eso, pero no pudo evitar pensarlo, mira que tal y como se ve, estoy más que segura que tu te irás, y con eso de que te marchas yo no sabré qué hacer, no podré soportar estar tan lejos de tu lado, la verdad no puedo evitar sentirme así, yo sé que es tu deber pero...
Larissa guardó silencio, ahora Lestat se había puesto de pie, porque quería ir a buscar a su amigo el comandante y pedirle que estuviera al tanto de las cosas porque el quería casarse cuanto antes con su amada novia. Larissa estaba pensando que Lestat podría estar obrando mal y poniendo su vida en peligro por la forma en que estaba dejando sus obligaciones en el senado, pero no dijo nada, ya que el como hombre era capaz de saber qué decisiones tomar, por su parte las mujeres como ella tenían que guardar silencio y esperar que sus maridos o prometidos terminaran con sus obligaciones y no ponerse a ir en contra de ellos contra diciéndolos, ya que bastante tenían con enfrentarse a diario contra el mundo.
-Está bien mi querido prometido, nos vamos entonces, ya estoy deseosa de poder casarme contigo.
Larissa dejó que su futuro esposo la ayudara y se sentó detrás de su amante tomando un frente diferente a el de él, puesto que así se sentaban las mujeres sobre los caballos. Con un cariño enorme y cerrando los ojos Larissa se aferró al pecho de su prometido y esperó que el camino hacia la casa estuviera completado.
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