Camino a las Villas

por Sabii Mar Ago 03, 2010 5:57 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Luego de retirarme de los baños, en donde me habia encontrado con un joven de la alta sociedad, con el cual habiamos convenido vernos al dia siguiente, para que me ayudara a escalar posiciones sociales, y asi poder encontrar con mas facilidad a mis dos hermanos, que por el momento eran lo unico que me interesaba.
Ya era de noche, se me habia echo tarde caminando hacia la Villa, es que no podia dejar de pensar en lo ocurrido, me sentia muy feliz al saber que tendria una oportunidad, de parte de un gran señor.
Mientras caminaba, comenze a pensar en que traje me pondria para el dia de mañana, tendria que ser el mas sofisticado y hermoso, de seguro usaria mi vestido favorito, el cual era de un color lila con dos lineas echas con hilo de oro. Mientras pensaba en eso, tropece con una piedra y perdi el equilibrio, teniendo que sujetarme de un arbol. En ese momento estuve durante algunos minutos apreciando el paisaje, y aunque no se distinguia mucho, las estrellas iluminaban muy bien el lugar. Los campos eran abundantes, y tambien asi lo eran las flores, de las cuales habia una gran cantidad y de distintas especies.

-Que ganas de que mis hermanos vieran este hermoso paisaje junto a mi, me gustaria contarles tantas cosas. Y saber todo de ellos, espero se encuentren bien.

Suspire y segui caminando mas despacio, ya que al tropezarme me habia herido levemente el tobillo.

por **Dados** Dom Dic 18, 2011 8:28 pm

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'Cosmos' : 1

por Solomon Dom Dic 18, 2011 8:41 pm

Narración
Dialogo
Dialogo destacado por acción del efecto

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Su rostro dejaba lentamente aquella apariencia apática, el emperador, parecía ir cediendo ante el calor cada vez más intenso que comenzaba a abochornarle, lo cual era inusual, nunca antes aquella sensación había sido causal de un malestar, ni siquiera cuando tuvo que estar en medio de brasas tan ardientes cómo el mismo foso infernal en la batalla con Hellgorack y Ushuriel. La sangre en su interior adquiría mayor velocidad, la suficiente para hacer que sus mejillas se tornasen ligeramente rojas. Su corazón repiqueteaba a compás levemente superior al normal.

Las flores, los árboles, las nubes y la tierra mostraban colores de tan intensos colores que volvía rápidamente aquel simple terreno en un paraíso igual al de los campos Eliseos. La técnica aplicada por él reflejaba velozmente su estado de animo y este desde hacía mucho que caldeaba. Pero Solomon, éste nuevo ser, siempre habría resultado hermético y obstinado para permitir aflorar el resto de cosas que guardaba. Era cómo un jarrón sellado con un tapón conteniendo agua a una muy alta temperatura, la presión aumentaría sin remedio, logrando tarde o temprano romper con el jarrón mismo para terminar por rebalsarse ó explotar.

Así era cómo Solomon, Dark Archer, no conocía a ciencia cierta su verdadera naturaleza, mucho menos sus limites. Pero la terquedad que persistía en Latrivan le hacían llegar cada vez más lejos, sin darse cuenta desde luego.

Ya veo.

Dijo muy resuelto de huesos al ver el muñeco que había guardado su interlocutora cómo última carta. Ciertamente no sabía si sentir ira o alegría de sus palabras. El hecho de poder conocer sus propios límites resultaba crucial para su eventual enfrentamiento a Anfitrite, pero aquello no podía resolver a la interrogante del calor avasallador que corría por sus venas y arterias. Sentía tanto calor que no lograba concentrarse, ni siquiera pretendía entender el porque de la sonrisa que nacía formada por sus labios. Resultaba todo muy absurdo.

Así que crees que con dejar de verme te libraras de todo esto. Muy mal…niña.

Cada palabra entonado era malicia pura, parecía disfrutarlo, gozarlo, pero aquello no era propio de una maquina sin emociones. Sus pensamientos se alejaban de Roma ¿Pero porque? El aura apenas visible que rodeaba a ambos se tornaba más densa y viciosa. Incluso el sol adquiría una tonalidad rojiza en su corona, aquella misma coloración se podía percibir muy levemente en la cabellera dorada de Solomon, así cómo en sus iris aunque muy fugazmente.

Tú lo último que deseas es causarme daño. Todo lo contrario, tu único deseo por ahora es el de quedarte quieta para oír calmadamente lo que tengo que decirte. Ja.

Sus mechones de cabello comenzaban a cobrar vida propia, ondulándose y retorciéndose sobre si mismos. Su actitud dejaba de ser de aquel sujeto frío y sin emociones, sencillamente Archer dejaba de existir para ser ocupado por otro, no era Poseidón, sino algo mucho más aferrado a lo terrestre.

Te lo dije, es inútil resistirse. Aunque siento tu cuerpo vibrar o es acaso tu armadura la cual intenta desesperadamente hacerte recordar a Ares. Latrivan…responde esto. ¿Quién es ahora tu señor? Anda, no tengas miedo.

El par de estrellas doradas volvían a menguar en luminiscencia al entrecerrar los ojos producto de la satisfacción de poder saborear el sufrimiento mental de la doncella. Era raro, muy raro en él, pero así lo sentía, lo gozaba plenamente.

A lo lejos, relámpagos y truenos auguraban el camino de un tormenta. Pronto el sol colapsaría por las sombras.

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Pdt: Cabe aclarar que el efecto de implantación de ideas no depende si la victima le ve o no a los ojos. Sólo con estar su cuerpo al alcance de la vista de Solomon es suficiente, así que lo descrito un post anterior si llegó a Latrivan.

Ejemplo practico: Así cómo la melodia de la flauta de Sorrento no dependia si Andromeda tuviera su sentido de la audición. La musica y su correspondiente efecto llega directo a su cerebro apenas oido la primera nota.

Descripción integra de la tecnica de Ojos dorados:

Spoiler:

por **Dados** Dom Dic 18, 2011 8:41 pm

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#1 'Ataque medio' : 5

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#2 'Objeto' : 3

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#3 'Cosmos' : 15

por Raider Mar Dic 20, 2011 5:36 pm

Observó a ese sujeto con la mirada perdida. Ya no sabía qué era cierto y qué no. Hasta entonces había creído ciegamente en Ares, sin cuestionamientos hasta que volvió al Olimpo y mostró una sombra que Sarahissa no reconoció como su señor. Una sombra que a sus ojos lo volvía débil, no el ser que alguna vez había logrado dominar a todos los Bersekers bajo su mando. Dicha oscuridad se debía tal vez al corazón humano de Octavius, o, Ares había perdido completamente la cordura.

Aún así, Sarahissa sabía que su única función era luchar por él. Sin cuestionar sus motivos directamente, sólo obedecerlos, por muy ridículos que pensara que fuesen. En ese momento, cada palabra que el emperador de los mares le decía parecía una verdad irrefutable que su mente no podía negar, y aquello, la estaba haciendo perder la cordura lentamente. Todo lo que pensaba era cierto hasta entonces, su razonamiento más básico, estaba colapsando dentro de su cabeza.

- Tú lengua es veneno, Poseidón. - Sentenció finalmente mientras miraba el pasto intentando no observar aquellos ojos dorados, sólo para darse cuenta que aquello era inútil. Hiciera lo que hiciera todo lo que estaba escuchando venir de él parecía una verdad irrefutable. Sintió que sus manos temblaban. Nunca antes había sentido tanta confusión dentro de cuerpo, como si todo lo que estuviese hablando ese sujeto estuviese consumiendola por dentro. - Creo que... debes callarte.

Tomó el muñeco entre sus manos y mirándolo con los ojos perdidos, clavó una uña dentro de su boca con fuerza, tanta fuerza que sintió la sangre del muñeco en la punta de sus dedos. No subió la mirada para ver que había sucedido con ese hombre, sólo mantenía la mirada perdida y confundida sin pestañar hacia el suelo.

- Mi señor Ares... - Susurró pensando en Octavius y en la forma en que éste la había criado y le había dado un motivo para seguir viviendo. - Deberé morir. Es la unica forma. - No había nada más que hacer. Si ese sujeto se había introducido de esa forma en su mente violando su propia alma y razón de vivir, la lucha por Ares, entonces su existencia en ese mundo ya no tenía sentido alguno. Se había vuelto inecesaria. - Pero no moriré sola...

Elevó su cosmoenergía, estaba alcanzando el séptimo sentido sin problemas. Tal vez fuese la desesperación de sentir que su caracteristica más tipica, el ser un ente racional, estaba siendo manipulado al antojo de ese hombre. O quizás, se tratara del hecho de que sabía que no encontraba sentido en seguir luchando por Ares por culpa de Solomon, quien había implantado la idea de que sólo podía estar a su lado si quería salvar a su señor.

Su cosmo estaba ardiendo, mostrando la verdadera naturaleza violenta de cualquier Berseker. Tanto era así que todo a su alrededor se comenzó a deshacer incluyendo los bosques y las rocas. Su cabellera revoloteaba furiosa hacia atrás y desde sus ojos sólo se mostraba vacío.

Subió su dedo índice frente a ella y una cantidad de aire comenzó a girar alrededor de éste. Una esfera de cosmoenergía y viento se formó ahí mismo, una corriente ventosa que parecía levantar todo alrededor, incluso los árboles de raíces. Sólo desplazó su mano en dirección a ese sujeto, sin mirarlo, susurrando:

- Vermilion.

__________________

- Se activa Vermilion sólo en su efecto secundario. Se equita con defensa 80+.

- Si Poseidón no se defiende que él describa el resto de la técnica y la forma en que la Berseker del escuadrón del miedo lo aterroriza con su cosmoenergía.

- Se cumple con la regla de un dios mayor ser afectado sólo cuando se alcanza el septimo sentido.

- Si Poseidón desea utilizar su bonus de Armadura, entonces deberá poner que se la pone onrol, de lo contrario no cuenta.

- No utilizó el daño de "500 HP" de Voodoo doll, pero sí mando una herida la boca de Poseidón para que no vuelva a hablar. Al ser este daño indefendible, deberá permanecer en silencio a menos que de alguna forma sané dicha herida.

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Camino a las Villas - Página 12 N66sed

Ataque Medio - Vermilion

Spoiler:

(Onrol, Si se lanza con cosmo 40+, esta tecnica tiene la habilidad de paralizar el sistema nervioso por el terror al cual induce a su oponente. Durante dicho paralizis el oponente no se podrá mover a menos que sea por orden de Sarahissa y que se le manipule a traves del cosmo. Cada vez que le salga cosmo 25+, podrá darle una orden de movimiento al sujeto, siendo manipulado sus movimientos al antojo de Sarahissa. Para salir de esta tecnica se necesita defensa especial 80+ o cosmo 45+.
Pelea, se esquiva con defensa 80+. )

OFF:
La idea implantada de Poseidon es que todo lo que diga es verdad. Por lo cual todo lo que esta diciendo en la mente de Sarahissa ahora parece ser cierto lo cual la lleva a un estado de confusión completo.

por **Dados** Mar Dic 20, 2011 5:36 pm

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#1 'Ataque medio' : 8

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#2 'Cosmos' : 48

por Solomon Mar Dic 20, 2011 6:28 pm

Dialogo
Dialogo con uso de efecto implante de ideas
Ushuriel
Hellgorack
Latrivan

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Las nubes en dirección del poniente proseguían en su avance, ahora más rápido, sus frondosas copas blancas se iban manchando por una tinta oscura, la cual provenía de una pequeña y solitaria al fondo tras las gigantescas que llevaban la delantera. Las corrompía, podía verse detalladamente cómo el color traspasaba a cuentagotas colosal y siniestro. La tormenta sería un hecho para todo viejo conocedor. Si todo aquello sucedía en el cielo, a la tierra no le iría mejor.

El soplo del viento era fuerte, lo suficiente para mecer con errática fuerza cada cosa no arraigada al suelo. El sol se mostraba indiferente ante la amenaza que venía del occidente, estaba detenido en el tiempo, no avanzaba en lo absoluto y más bien parecía retroceder, su corona siempre constituida por una resplandeciente luz blanca ahora lucía enturbiada por un velo rojizo oxido. Pesé a los colores tan vividos que rodeaban a Solomon y Sarahissa, todo lucía por culpa del sol de un aura tristona y deprimente tal cómo un sueño melancólico.

Tu lengua es veneno, Poseidón.

Veneno. La de una serpiente. Tal vez no Latrivan no se alejaba mucho en su frase, pues el emperador yacía en verdad raro, más de lo normal. Su sonrisa macabra, aquella que no dejaba escapar siquiera un ápice de cordura no era definitivamente del señor emperador. Sus orbitas se hundían levemente a medida que el fulgor de sus ojos dejaba de intensificarse, la luz emanada por ellos menguaba, tanto que pronto la expresión de Solomon salía a flote. La posición de sus ojos lucía muy distinta a la de su sonrisa, ésta se mantenía tan seria e inclemente, cómo del “original” hombre que era Archer. En conclusión, resultaba muy difícil conocer sus intenciones. Pero al notar éste el muñeco que sujetaba Latrivan con claras intensiones de atacarle todo fue expuesto.

La mirada ida de la Berserker lo único que generaban en su persona era curiosidad, dejo de comportarse cómo un hombre para asimilar de un niño o lo mejor, el de un animal. Algo temible procedía de este aspecto, no presentaba rabia, furia, tristeza, orgullo, nada…sólo curiosidad.

Esa energía ilumina mis sentidos…

Musito dejándose fascinar por la ardiente energía que desprendía cada centímetro de piel de la blanca doncella de la guerra. Dejaba al intenso viento separarle de ella varios centímetros, aquella pequeña tempestad parecía ser de lo más impredecible, cual carácter de su dueña. Las nubes acompañaban aquella fuerza, su oscuridad comenzaba a apreciarse sobre los verdes prados , el sol desaparecía y junto a él el rapto de bizarra inocencia de Solomon.

…

Vermilion.

Los ojos del emperador se expandían a medida que entendía el significaba de la palabra de Latrivan. Sus ojos dejaron de destellar para y su sonrisa volvía a extinguirse, el gesto de Archer regresaba. Aquellas nubes de tormenta eran para él lo que sería un baldazo de agua helada. El calor se perdía, se consumía para ser reemplazado por el frio característico de aquellos que han perdido toda esperanza, aquellos que yacen más ligados con la muerte que con la vida.

La maquina sin corazón regresaba con la oportunidad de lograr lo improbable. ¿Pero estaría a tiempo? Nada quedaba definitivo, no en tales circunstancias. Pero dejándose guiar por las voces de los caídos Ushuriel y Hellgorack que yacían aun en su cabeza dejaba escapar apenas un par de palabras, las cuales nunca se llegarían a oír por la violenta fuerza eólica. Una esfera tan roja cómo la sangre caía sobre su cuerpo siendo antes interrumpida en su limpio avance por un cumulo de nubes, no negras, sino carmines. El sonido de la tierra removida en forma conjunta con toda vegetación no dejaba oír nada al interior de aquella suerte de torbellino formado, apenas un clack metálico, lo suficientemente resonante para escapar de la bóveda roja.

En un abrir y cerrar de ojos, apenas un pestañeo y todo yacía quieto. El cumulo de nubes color carmín se abrían cómo lo haría una flor despejando consigo el aun agitado viento. La calma volvía abruptamente, y cómo no ante unas muy altas puertas de gris deprimente. Eran los antiguos pórticos armada por el propio dios Poseidón, alguna vez ornamentados con tan variadas joyas, ahora sólo lucían enchapadas por un manto de ceniza blanca grisácea. Éstas se abrían muy pausadamente a causa de la escoria que yacía sobredimensionándolas.

¿Esto es Vermilion?

La voz se podía reconocer, era la de Solomon. Pero había algo que no cuadraba, pues ahora su vestimenta no era la del emperador que se había presentado, ahora lucía una armadura tan o más gris que el par de puertas que al termino de abrirse se agrietaban para derrumbarse y atomizarse cómo si de ceniza fuesen. Su rostro seguía adornado por sus ahora muy sutiles brillos áureos, que permanecían igual de encantadores pesé a la leve luz que emitían, principalmente porque eran estos los que terminaban por destacar entre tanto fondo gris, éstos y los mechones de pelo rojo fosforescente que seguían elevándose a los cielos. Era el ropaje de un dios más no lucían cómo tales, Solomon tampoco lucía cómo siempre, aquella extraña sonrisa reinaba y parecía haberle ganado la batalla a la seriedad de sus ojos.

Creíste ganarme, acabar conmigo aun cuando significará tu propio fin. Ustedes los berserkers son de lo más peculiares.

Esto último le enfurecía sacándole de su alegre trance, escupía sobre el suelo algo incandescente mientras avanzaba en pos de Latrivan. A cada paso su gesto risueño se reinstauraba.

Ya me han hecho ponerme esta maldita armadura dos veces. Primero Ushuriel y Hellgorack. Malditos sean. Y ahora tú…sabandija.

Te lo dijimos. No digas que no intentamos advertírtelo.

Ella es fuerte, muy fuerte. Aunque cueste reconocerlo es cierto.

Dos voces tan distintas brotaban de sus labios, ninguna igual a la de Solomon. Aunque estuviese solo, reñía sobre sí mismo. Nuevamente escupía amargamente para retomar su alegría bizarra, en especial al ver detenidamente a Sarahissa.

En el fondo eres buena mujer. Velar por tu señor hasta lo último. No eres cómo el par de Berserkers que acabe primero. No lo eres, créeme… Hahahahahahahahahahahahahahahahaahahahhahahahahahahahahahhahahahaahahahahahhahahahahahahahahahahah

Una risa de lo más impropia y hasta cierto punto espeluznante llenaba todo aun cuando estuviesen en un lugar completamente abierto y despejado. Sus pasos se detenían ante ella quien de seguro permanecía mirando el vacio. Aunque considerándolo así, se estaría viendo al espejo, pues ella hacía mucho que lucía igual de vacía.

Pero no tomes el hecho que tu técnica no sirvió. Claro que lo hizo. Es más…aquí la tienes Latrivan. Tómala y si…es inútil defenderse de esto y más.

Con una diáfana sonrisa alzó su dedo, el cual apenas contenía un pequeño punto carmín, el cual se expandía de inmediato develando una ráfaga pigmentada que se dirigía a Latrivan, si fuerza más que para el de hacer levitar las hojas de los arboles caídos iba a paso muy parsimonioso, sin prisa hacía Latrivan quien parecía no tener más fuerzas o en especial cerebro para poder evitarlo.

El viento bermellón aterrizaba sobre su lengua pigmentándola ligeramente de su color para luego adentrarse en su cuerpo. Solomon lo gozaba, su lengua escapaba lentamente mientras su mirada brillante se llenaba de todo menos seriedad. Espero con ansias las primeras reacciones de su cuerpo y en cuanto esto ocurriese todo estaría más que perdido para ella. Solomon buscaba sus ojos perdidos.

Ahora que ocupo tu atención. ¡Observa detenidamente el mandato dorado de tu señor!
El brillo tenue que llevaba hasta ese instante cambió abruptamente a uno tan intenso que desde el inicio ocultaba su rostro para finalmente cubrirlo todo. El espacio dejaba de existir, el tiempo se detenía, todo era luz, una que no terminaba su cometido con sólo introducir una idea. Esta vez no. El cuerpo de la aun viva Berserker parecía levitar, dejando la tierra firme se extinguía la idea del arriba y abajo. Todo era tan infinito cómo así se quisiera. En aquel paramo solitario únicamente yacían ambos: ella y Solomon.

Te lo diré porque creo que te lo mereces. Estas por dejar de existir. Presenta cuanta resistencia quieras, más diversión para mí. Tus gritos y sollozos serían lo mejor que podría ocurrirme en mucho tiempo.

Solomon alzaba sus brazos perezosamente, quería sentir su sufrimiento, el cual no parecía existir para mala suerte suya. Una vez sus manos se posicionasen a la altura de las orejas de la mujer la atraía para sí, el contacto tan cercano con aquellos orbes de luz resultaba imposible de describir más que con “paz”

La luz se introducía en ella dejando que esta se escapase por todo orificio conocido, cada poro desprendía pequeñas esferas traslucidas, las cuales explotaban cómo burbujas apenas salían a flote. El espectáculo luminiscente era en verdad hermoso e impactante, casi tanto que no parecía estar sometido a las mismas leyes físicas del resto del universo. Sarahissa dejaba de existir con la última esfera de luz que brotaba de sus labios, con él quedaba tal cómo una muñeca. Una lista para moldear.

Solomon no lograba evitar la inusual sensación de bienestar y autosatisfacción. Su cabellera rojiza le hacía presagiar que su tiempo había llegado a su clímax, el reloj de arena de sí mismo comenzaba el camino de regreso.

No te ves tan distinta. En verdad lucias y eras cómo una muñeca. Una mujer con alma de muñeca. Supongo que eso somos los humanos para los dioses, únicamente muñecos.

Comenzaba a idear cómo tratarla de ahora en adelante. Tal vez la sentencia de muerte era la mejor, después de todo ella era una servil de aquellas sabandijas y aun cuan débil colaborador fuese debía morir conjuntamente a los amos de su destino.

Pero ahora soy yo quien seré tu camino. ¡Latrivan! Este es tu veredicto. Vivirás. Sí, tu vivirás. No borrare nada de tu pasado, más cambiaré lo suficiente de tu memoria. Espero estés complacida.
Tu vida fue tal cómo el que llevas hasta ahora, pero a diferencia de la Latrivan de ahora y la de antes yacerá en que en tu historia yo, Solomon, el hombre que ves frente tuyo, es quien merece el mismo aprecio que hasta ahora has demostrado para Ares. Ese dios o algún otro no valen nada para ti, fue muy afortunado que tú fueras tan inteligente para engañarlo y tomar el puesto de Latrivan a beneficio mío. El engaño, tal vez necesario en las circunstancias en las cuales nos hallamos. Solomon, tu único amo te asigno esta misión hacía un año en la gruta escondida de palacio. No tienes idea de cómo llegaste a conocerme más sabes bien que así sucedió.

Siempre a mi lado. Hemos batallado juntos contra Hellgorack el invencible y Ushuriel, siendo esta última la primera en conocer nuestro nexo. Era tu deber acabar con ella y fue todo un éxito…

Su mano derecha se posaba en la garganta de ella, dejando su índice recorrer suavemente hasta el centro de sus labios sonrosados para luego ir descendiendo hasta detenerse en la parte superior de sus pechos para luego avanzar hacia la izquierda.

…Una autentica lastima el corte que Ushuriel te propino…

Su sonrisa diabólica volvía a sobresalir mientras el gesto producto de su mirada se volvía triste. Aquello le quitaba lo poco de razón a su rostro. La lengua que brotaba cómo botón de sus labios terminaban con broche de oro. Ahora y con un rapaz movimiento cortaba limpiamente en diagonal la zona superior del seno de Latrivan justo hacía su cuello. La sangre apenas brotaba delineando un par de hileras de sangre.

…Pero para ella apenas fue un gusto, justo previo a que le diera un golpe fatal.

Los hilos de sangre rápidamente eran recogidos por él mediante su índice para luego ponerle entre sus labios y lamerlo con desesperación. Tal cómo un niño con un dulce, incapaz de poder resistirse al salvaje goce.

Una cosa más. Deseas que todos te llamen Latrivan, a menos cuando no necesites camuflarte. Sin embargo existe cómo todo una excepción a la regla.

De pronto se detuvo. Llevando su otro brazo a la altura de su cabeza parecía indeciso con cómo terminar la delicada operación. Ella necesitaba algún nombre y la verdad, nunca se lo había dicho…así que debía improvisar.

Soy el camino a seguir y tú quien lo sigue. Bien. Eso es suficiente para mí. Desde ahora tu verdadero nombre será…Rider.

Luego de aquello suspiro, un tanto aliviado. Pronto aquella luz comenzaba a menguar para exponencialmente desaparecer. Solomon, quien parecía mostrarse mucho más humano de lo usual habría olvidado algo más, lo cual lograba decir justo a tiempo.

Ahora vienes a mí para decirme todo lo recopilado hasta la fecha con Ares.

En eso la luz desaparecía dejando a ambos sobre el suelo tapizado por toda clase de hierba muerta. La lluvia comenzaba a caer a cantaros aunque a él no le importase. Mantenía su cabellera roja y su gesto atípico.

Rider. Vuelve en sí. Es una orden.

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DEF: 71 + 30 (Bonus de Armadura) = 101

OBJ: +7 Oricalcos...Uso: Sanar daño infringido por muñeco.

Ataque Medio: Uso efecto de lavado de cerebro con dado ataque 10 y cosmos +40 (considerando tambiénbonus+2 de tridente)

Aclaración: Emplee manipulación. Cualquier objección y lo corrijo. Saludos.

por **Dados** Mar Dic 20, 2011 6:28 pm

El miembro 'Solomon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Defensa' : 71

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#2 'Objeto' : 7

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#3 'Ataque medio' : 9

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#4 'Cosmos' : 47

por Raider Mar Dic 27, 2011 6:02 pm

Por mucho que su ataque estuviese siendo efectuado mediante el uso del séptimo sentido, estaba frente a un dios, un ser completamente superior a ella en ese instante. Su ataque parecía no afectarlo, y pensó en ese momento si esa era realmente la fuerza de un dios para que ni si quiera utilizando el séptimo sentido pudiese ser afectado. Apretó su puó y recibió el ataque que Poseidón le devolvía, haciendo que flotara en el aire completamente vencida... ya no había voluntad en ella ni si quiera para haber vuelto a levantar su mano contra el.

Sentía como desde sus poros la abandonaba el espíritu del Berseker Latrivan que había encontrado en dicho cuerpo un buen lugar donde vivir y acomodarse por ese momento. Ya no había nada de berseker en ella, sólo quedaba una muchacha germana, esclavizada por el imperio Romano, llamada Sarahissa. Sus padres habían muerto y se había aprendido a cuidar con su hermano mellizo Kainan. Un hombre había sido alguna vez importante en su vida... un hombre llamado Octavius quien le había dado aquel collar con el simbolo de un águila dorada como agradecimiento por los años en que habían vivido juntos y ella había aprendido a cuidar de él.

Pero hasta aquello ahora parecía no importar... pues había alguien más en su vida. Aquel que la estaba sosteniendo como si se tratara de su hija. Cuando levantó los ojos lo recordó, o fue tal vez como si nunca lo hubiese olvidado. Había conocido a Solomon a escondidas cuando fue capturada y vendida. El había sido el que le había dado protección cuando tanto Kainan como Octavius desaparecieron de su vida. Él había sido el único que la había sostenido como si fuera una persona y no una cosa más que poseer.

Solomon Juliai había sido el sol en un mundo de oscuridad en que ella había vivido y desde entonces le debía todo lo que era.

- Traicioné a Ares, por tí... quien utiliza el cuerpo de Octavius no significa nada para mi. - Susurró mirandolo con tristeza en su rostro. - Manipulé a Ushuriel tal como me lo pediste para que despertara a Ares en su envase... y luego la maté cuando se dio cuenta del engaño. Maté a Bazir tambien. Causé la muerte de Apocalypse... ¿Qué más deseas de mí...amo?

Su armadura perdió sus poderes y cayó pesadamente al piso pieza por pieza sin ser util ya para aquella que no tenía dentro el alma de Latrivan. No tenía sentido para el alma de un berseker renacer en el cuerpo de alguien que no seguía a Ares, menos para el alma orgullosa y fría de Latrivan que incluso antes del ataque de Poseidón pensó en rebanarse la cabeza para que nunca supiera nada de los planes de Ares.

- No hay nada en mí ahora... sólo deshonra. - Susurró bajando el rostro por la contradicción en su alma de sentir esa devoción absurda por el ser dentro de ella, sin entender el motivo. No sólo eso, su forma de ser tan digna y leal... había sido violada por ese ser al darle un recuerdo falso de algo que su propia personalidad jamás le habrían permitido realizar. - ¿Qué más deseas de mí? ¿¡No has hecho ya suficiente!? Ni si quiera mi armadura me reconoce como su dueña... no soy una guerrera ahora... no soy nada.

Nada... sólo tuya.

Tú Rider.

OFF:
Logicamente el espiritu de un Berseker no quedará dentro del cuerpo de un humano corrompido por un dios, por lo tanto, el espiritu de Latrivan abandona a Sarahissa, quedando ésta como una guerrera sin dios.

por **Dados** Mar Dic 27, 2011 6:02 pm

El miembro 'Sarahissa' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Ataque medio' : 8

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#2 'Cosmos' : 49

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#3 'Defensa' : 13

por Solomon Mar Dic 27, 2011 7:46 pm

Todo lucía oscuro, siniestro, enigmático. Las gotas de lluvia caídas sobre la tierra replicaban lo sucedido en el cielo tal cómo una plaga, silenciosa pero mortal. Allí entre los escombros de la vorágine armada minutos previos yacía erguido un hombre sobre el cielo, descendiendo muy lentamente, sostenido y depositado finalmente sobre la hierba traslucida por una mano majestuosa y gentil aunque invisible.

...

Él no parecía vivir, sus ojos sólo llevaban las ansias y el goce desenfrenado. Sus pupilas apenas tintineaban una muy tenue luz amarillenta hasta finalmente desaparecer, absorbidas por la negrura de sus pupilas, y cuando el ultimo resplandor cayera finalmente estás, se arremolinarían para finalmente sellarse en un bello pero frio tono verde metálico. Su gesto era de lo más risueño, deleitándose ante el espectáculo derramado por su nuevo juguete. Latrivan.

Un berserker. Uno miembro del famoso ejercito del dios de la guerra. Hahahahahahaha....!!!

Pero aquel sentimiento tan lleno de enfermiza alegría fue extinguido por los lamentos fastidiosos que desprendía el aura de la doncella apenas viva. Su armadura lejos de someterse a su voluntad parecía reclamar al cuerpo que protegía las razones de lo acontecido previamente. De inmediato este fue perdiendo su color, desarmándose para desaparecer inexorablemente a donde mejor creyese.

Pero que diablos!

Musito apenas invadido rápidamente por una ira asesina. Sus pupilas parecían desbordarse de sus orbes intentando comerse viva a la reciente nombrada Rider. Pero todo había resultado tan rápido que poco o nada logro hacer. Sus pies tocaban suelo dejando entre penumbras la mitad de su rostro a causa de la cabellera que aun mantenía una gran vivacidad alentada por ese aun intenso color carmesí que llevaba.

¿Con que aquello...era un Berserker?!

Realmente se interrogaba a si mismo, totalmente ajeno a las quejas de la susodicha guerrera. Su tono mostraba una mezcla de ira, inquietud y hasta burla. Su pie izquierdo chapoteaba sobre le hierba húmeda una y otra vez producto de un poco sano nerviosismo. Cuando de pronto...

Así que ese es o mejor dicho fue el orgullo de un guerrero de elite. Hahahahahahah....

Enderezando su cuello revelaba una muy tranquila sonrisa mientras sus ojos delataban su absoluta confianza. Veía a aquella mujer deshonrada y despojada de todo orgullo un trofeo igual de grandioso.

No entiendo el motivo de tu lamento niña. Realmente siéntete regocijada al saber que eres la primera en verse sometida al dominio del hombre.

Avanzando estiro sus dedos para detenerse apenas a centímetro y medio de su pecho, el cual por suerte había dejado de drenar sangre, en su lugar, sólo yacía la marca física de su guerra contra los dioses. Sonriendo se retiro dándole la espalda para inmediatamente volverse.

No seas patética. Aunque las lagrimas de tu alma me alegran no pienso permitir que alguien que ni siquiera demostró el orgullo de Hellgorack o Ushuriel me venga a increpar.

Su voz y gesto fluía erráticamente, cambiaba muy rápido de estado de ánimo y tono.

Si deseas morirte adelante...qué esperas...hazlo o aprende a resignarte y afrontar las cosas tal cómo se te presentan. Ahora eres Rider y tu único deber es para conmigo. jejeje...

Ahora pequeña estúpida responde... ¿Que son ó eran ustedes, los Berserkers?

por Raider Mar Dic 27, 2011 8:08 pm

- ...

El cuerpo de Rider finamente dejaba de ser manipulado por esa cosmoenergía tan extraña, para caer al piso... las hierbas le rozaban sus largas piernas desnudas. Apenas y un poco de algodón cubría el resto de su cuerpo, despues de todo no había necesitado estar vestida al portar una armadura.

Pero aquello era parte del pasado. Ahora no tenía el privilegio de llamarse una guerrera. Ignoró la voz de aquel hombre que sentía en su corazón ser la razón por la cual vivía. En ese instante, no deseaba hablar. De hecho, si había idolatría en su pecho hacia él, lentamente por su trato se convertía en odio, y repugnancia. Aunque aquello no reflejaran sus ojos. Claro, Solomon podría haber cambiado el pasado que ella conocía hasta entonces, pero estaba en ese instante forjando el presente, el presente con una mujer que lo veía como algo divino sólo para tratarla como basura. Era lógico que ese tipo de trato hacia ella con tan poco respeto no lograría nada.

- En mi alma no hay lágrimas. En mi alma no hay nada.- Respondió fría poniendose de pie y dandole la espalda. - Pensé que eso ya estaba claro. ¿No eres tú el que me encontró por ese motivo?

Pensó en su ofrecimiento acerca de morir. De seguro que la muerte sería mucho mejor que llevar una vida junto a él. Bajó la mirada hacia sus manos, ya no tenía un motivo para seguir adelante, su existencia en ese mundo se había vuelto completamente inutil

¿Había un significado en su existir ahora que había fracasado en ser una Berseker y además había traicionado a Ares? ¿Había un motivo en existir bajo el dominio de un ser tan detestable como aquel? No. No lo había.

- Tengo una mejor propuesta para ti. - Dijo sin mirarlo. - ¿Por qué no averiguas por ti mismo que es un berseker? Ya he hecho todo lo que deseabas, no veo motivo para seguir sirviendote, tal vez todo este tiempo sólo he visto algo en ti que ahora se disuelve... el hombre que encontré en la gruta, no hay nada de tí en él. Por lo cual, no te debo nada. Para mi, que no tengo nada, no hay nada que perder. Si crees que le temo a la muerte deja de engañarte. Vivir o morir en esta altura para mi significa lo mismo.

por Solomon Miér Dic 28, 2011 2:57 pm

Pronto las gotas de lluvia comenzarían a disolverse sobre él, sencillamente aquella menuda melena de rojo incandescente parecía elevar en un rango muy corto la temperatura, lo suficiente para transformar las diminutas esferas de H2O en vapor, el cual rápidamente se dejaba elevar formando una estela en dirección del cielo desapareciendo a unos cinco metros por sobre el suelo aproximadamente. El origen de la transformación física y claramente psicológica del emperador permanecía aun en el misterio, uno mayor al que venía mostrando el paisaje desolado, oscuro y frio.

Rider yacía del otro lado del pequeño círculo que era apenas iluminado por la cabellera de su nuevo señor, en sus ojos seguía persistiendo el mismo sentimiento de soledad absoluta. Ni siquiera Solomon podía en esos minutos entender lo que movía a aquella muñeca de alma gélida. Su clara muestra de rebeldía no generaba en él rabia...llevaba poco sentido común para entender la idea de desprecio que mostraba ella para con él. Solomon, o lo que era el ahora, sólo lo asimilaba cómo un goce...relamía sus labios ante cada suspiro melancólico de la ex-berserker al intentar separarse del destino que a ella había cubierto.

Ya veo, has perdido todo significado ante la pérdida de tu armadura. Ni siquiera te asimilas cómo una humana nuevamente. Hahahaha...tenía razón entonces, eras sólo una cosa. Sin vida, mucho menos emociones...

Su sonrisa carecía de burla o algún sentimiento negativo, en cambio gozaba de pureza, cómo la de un niño pequeño, liberado de toda maldad y de toda bondad. Sólo decía lo que pensaba sin profundizar más en cosas tal cómo estrategia. Sin embargo, su felicidad fue drásticamente cambiada a la seriedad total.

Esos ojos...lucen cómo alguien que conozco. Pero ni idea de a quién.

Susurro ensimismándose. Retirándose apenas un par de pasos su vista realmente rehuía a la de la mujer, algo avergonzado de no poder referirse a la persona que le recordaba. Por más que lo intentaba...no lo lograba. Se sentía extraño, sus recuerdos eran nubosos y desordenados, pero algo en él. Una corazonada, una risa incesante peleaba por seguir saliendo a flote.

Pensamientos. Sí, Latrivan. De qué va la vida sin ellos...

Tu amor por él te trajo a mí. Acéptalo ó muere .

Elevando la voz en su último dialogo comenzó a caminar sin rumbo fijo, ni siquiera por el camino que le había llevado allí, guiado instintivamente por el llanto que se mantenía oculto entre las sombras de la noche. La lluvia parecía seguirle pues pronto aquella desaparecía llevando su melancólica e inusual marcha a donde él de seguro estaría.

por **Dados** Miér Dic 28, 2011 2:57 pm

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por Raider Dom Ene 01, 2012 12:38 pm

- No lo pondría de esa manera. – Expresó Raider mirando a un costado con los párpados caidos un tanto. No era que por perder la armadura hubiese perdido todo sentido de existencia, más bien, era como si su existencia en si ya careciera de sentido al haberse puesto en un lugar en el cual no tenía utilidad alguna.

Ignoró por completo aquel comentario que el sujeto realizó sobre sus ojos. A Raider no le importaba a quien le pudiese recordar en cuanto no la comparara con ella. Ese tipo de sentimentalismos baratos la hacía sentir incomoda.

Sus piernas, largas y definidas comenzaron a moverse, dio la vuelta y miró hacia el camino delante de ella pensando que haría en ese instante ahora que todo parecía haber acabado y no había más que hacer ahí. Sentía una fuerte obligación por proteger a ese sujeto atrás de ella, pero también un fuerte rechazo producto de su histeria. Un hombre histérico y demente no era para nada alguien a quien Raider pudiese admirar.

Cuando lo conoció en la gruta y vio a sus ojos la grandeza que portaba, pensó en ese momento que nunca habría un hombre que se le igualara en ningun sentido. Que tenía la fuerza y la inteligencia para haber logrado cualquier cosa y ello fue en primer lugar lo que la cautivó. Pero ahora, por la forma en que le hablaba y la locura que emanaba de cada uno de sus poros, esa chispa que había atraído a Raider a su lado… se desvanecía frente a sus ojos.

- ¿Amor? Tsk… - Cerró los ojos. Que un tipo como él le hablara de amor la irritaba un tanto pero claro, aquello nunca se expresó en su rostro de porcelana. – No hay aquel sentimiento en mí. Pensé que eso ya estaba claro. Lo único que alguna vez hubo en mi pecho fue orgullo de ser una guerrera, pero tú has acabado con eso. No queda nada en mí.

El viento empezó a soplar con un poco más de fuerza moviendo el algodón que portaba de un lado a otro, mostrando el principio de sus piernas y el final de sus nalgas. Su cabello largo ondeaba mientras sus ojos se perdían en sus propios pensamientos.

Silencio. Así era mejor estar. Si ya no era util era mejor esperar que ese silencio acabara de un momento a otro.

por Armand Mar Ene 03, 2012 6:31 pm

[left]En un paso atenuate, sin fuerzas, cabizbajo y melancolico el andar de mi corcel se propicio un largo camino que me llevo a lo largo de un paramo desconocido para mis ojos pero para mi Corazon no, al final de la brecha una montaña se llergue tapando por unos momentos el calor extenueante, una sombra embarga mi cuerpo le brinda un poco de frescura al mi tan acalorado cuerpo, mi capa casi perdia su color blanco al de un tono arena por la suciedad que se me pegaba en el camino, al llegar al principio de la montaña doy un suspiro y observe lo que me falta para regresar a mi hogar , que despues de tanto tiempo por fin veria de Nuevo una sonrisa se dibujo en mi rostro cansado y sucio, y doy un apresurado galope , mi corcel con lo ultimo de sus fuerzas sale de prisa llegando a la sima en solo unos instants, lleguando a la sima observe por fin la Hermosa villa vallis mellitus.

Por fin y despues de tanto tiempo estoy de regreso

por Raider Miér Ene 04, 2012 7:51 pm

No entendía bien el por qué del silencio de ese hombre. Le era indiferente su distancia a decir verdad. No lograba comprender su mirada ni lo que deseaba de ella ahora. Ya había cumplido con su propósito, ya no cumplía ningún fin específico en la tierra. ¿Por qué no la mataba y acababa con el asunto? Era inútil seguir divagando el asunto, sobre todo ahora que parecía que su alma hubiese dejado su cuerpo.

Lo observó con indiferencia mientras cruzaba los brazos dándose cuenta de un pequeño corte en su pecho. ¿Cuándo lo había recibido? No lo recordaba a decir verdad, solo una imagen de una mujer peleando vino a su mente, pero no le interesó a decir verdad. No sentía que hubiese en aquella memoria nada merecedor de recordar. Puso de esa forma su mano sobre el pecho, aplicó cosmo energía e hizo que esa marca en ella desapareciera. La única marca que nunca borraría era el símbolo de la Legión que la había capturado y quemado su cuerpo con metal al rojo vivo. Iba a permanecer ese símbolo en su cadera para siempre, recordándole el verdadero sentido de la vida en la tierra, la crueldad que imponía el más fuerte al más débil. Esa marca que había estado en su pecho no representaba nada para ella. Haber eliminado a un estorbo era como querer recordar el día en que se limpia una casa de la basura que hay en ella.

Observó a Solomon, se aclaró la garganta y habló con fuerza para que ese sujeto la escuchara fuera donde fuera que había divagado en sus pensamientos.

- ¿Me necesita para algo más? – Si la respuesta era negativa, era ese el punto en donde Raider y Solomon se iban cada uno en un camino distinto.

por Solomon Miér Ene 04, 2012 10:34 pm

Algo más...algo más...ALGO MÁS!

Esas simples palabras venían repitiéndose una, otra y otra vez hasta el cansancio en su mundo ensimismado, donde el espacio es infinito y el tiempo permanece ausente. Sólo fueron unos segundos para los labios rojos de ella y casi una eternidad para él. Cerrando sus ojos con la mayor de las parsimonias para luego abrirlas al máximo de igual forma, viendo detenidamente cada cosa a su alrededor, perplejo y sin saber donde estaba, mucho menos que hacía.

Estaba seguro de avanzar...!¿pero...?!

Incrédulo de su situación dio vueltas por lo menos un par de veces, buscando los pilares incesantemente, totalmente ajeno a toda otra cosa que no fueran aquellas construcciones o el mausoleo con el encriptado idioma. Sólo pasando un rato quedo estático sin importar su dirección, la cual casualmente daba hacía donde debía ocultarse el sol, aunque el ocaso no logrará divisarse por la oscuridad derramada por las nubes que seguían sobre su cabeza. Su ojos dejaban aquella frialdad, volviéndose tristones y un tanto misteriosos.

...A...Raider...sigues aquí.

Mascullo sonoramente, lo suficiente para ser oído. Su cariz resplandecía cómo la de un niño que acababa de despertar de un hermoso sueño, aunque el sudor que corría de su frente lo relacionaba más al despertar de una pesadilla. Su gesto melancólico pronto fue usurpado por el de una sana intriga, al darse cuenta de la sorprendente aura que rodeaba la piel de la mujer parada a lado suyo, quien parecía emitir el mismo tono fantasmal que él tomaba en "sus sueños".

Pareces muerta en vida. Cambia ese rostro de una buena vez.

Su hasta entonces angelical gesto era atropellado por lo temible de su tono. No parecía provenir de él, demostrando nuevamente la clara repartición de personalidad que venía aumentando en gravedad conforme iban pasando los días. La razón aun permanecía oculta, aunque con un toque de lógica sería muy fácil deducirlo. Ahora al borde de la locura y con lapsos cada vez más breves de lucidez todo se volvía mas intrincado en resolver.

Su corta melena volvía a adquirir vivacidad, se volvía inestable y lanzaba bocanadas de energía que rápidamente eran apagadas por el frío del ambiente. Algo andaba mal en él. El malestar con todo lo que involucrase pronto lo tomaría con la suficiente sorpresa para hacerle perder el sentido del equilibrio a lo que le llevo a optar por sentarse respirando profundamente.

Si quiero algo más...esa fue tu pregunta, no?

Resoplo con fuerza, sin interesarle la posición tan desventajosa que traía consigo. La verdad, aquello le importaba muy poco, lo que si no era capaz de soportar...era...

Parece ser que destruí tu pequeño universo. Es así?...quizás para el berserker que eras...Hahahaha....Hahahaha...lo volveria a hacer si pudiera.

Pronto con cada suspiro brotaban de entre sus labios pequeños copos de color carmín, apenas perceptibles, siendo tan frágiles que eran rotos por el viento derramando su contenido, un gas incandescente que se iba disolviendo a la brevedad. Así mismo, su cabellera dejaba de ser roja, pare volver a ese rubio magnifico.

El destino se forja por si mismo, sin importar cuanto se fuerce a aquello. Te lo digo por experiencia Raider. Dejaste de ser Berserker al verme, estaba predicho. Tu vida no era ser un berserker por lo que durará tu vida, únicamente aprender lo necesario para servir a tu verdadero señor y objetivo: Solomon y el pueblo de Roma.

Ser testigo presencial de la experiencia que acabará con este maltrato hacía nosotros, los humanos. Aquello es y siempre será tu propósito. Y todo por medio de un regreso a la nada Hahaha...aquello que todos creen que es el absoluto vacío. Justo cómo lo que refleja tus ojos: "la llenura de lo que yace vacío".

Terminando lo último con una significativa sonrisa. Parándose a cuenta gotas, y sin abrir más sus ojos se contrapuso a ella.

Y encima me preguntas. ! Acaso no ves lo grandioso de tu deber en este mundo! No naciste para ser parte del Olimpo, aun cuando tu cuerpo, corazón y mente así te lo diga. Desecha eso, pues sólo es Latrivan la que manipula tus pensamientos.

Si quiero algo más...claro, sólo algo que te hará digna de vivir o morir con orgullo ¿Quien esta parada frente a mí: Latrivan, La berserker de Ares o Raider, la mujer?

por **Dados** Miér Ene 04, 2012 10:34 pm

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'Cosmos' : 13

por Raider Jue Ene 05, 2012 8:51 pm

Narro / Pienso / Hablo

¿Acaso su señor no podía ver su dilema? ¿Era posible que estuviese tan ciego con la grandeza de sus propios poderes que no pudiese observar nada más a su alrededor? No se trataba de si él hubiese destruido su universo o no, era mucho más grave que ello. Al haberse despojado de Latrivan dentro de su cuerpo, todo lo que quedaba en ella era una cáscara vacía sin propósito, sin destino, sin historia, sin sentimientos, sin lealtades… sin nada. Hasta ese momento había nacido en esa era para servirle a Ares, para ser el recipiente del alma de la Hechicera maldita.

Todo aquello había cambiado el día en que Raider conoció a Solomon en las grutas y vio en sus ojos la verdad de su existencia… ella debía servirle, cuidarle y darle su vida. Pero ese propósito ya había sido cumplido. Había traicionado a su propio destino por él y el alma que había sido consignada para ella esa época no tenía un uso, no tenía propósito, no tenía destino. Había caído en el juego de los dioses que hacían y deshacían con los humanos y ahora ella, era una simple muchacha germana perdida en la línea de lo que se esperaba que cumpliera con su existir.

¿Cómo puede si quiera pensar que yo, una mujer germana esclavizada, a quienes el pueblo Romano le quitaron todo, podría estar en este mundo para servir a Roma?

Eso no. Eso nunca.

Fueron los Romanos los que asesinaron a mis padres, observé la forma en que montaron a mi madre como si se tratara de una perra una y otra vez hasta que ya no le quedaba si quiera fuerza para gritar. Entonces, la desecharon cortándole la garganta para luego quemarla junto con la villa en que nací. Desde ese día, cuando apenas era una infante, no hay nada en mi.

Abrió los ojos y los movió hacia la dirección en que estaba parado Solomon.

– Tal vez usted crea que es de mi interés lo que los dioses hacen de los humanos, la forma en que nos dan fuerza y luego nos dejan jugar a la guerra con ella. Pero no lo es.

Ese día perdí el interés en todo ello. Sólo supe… que seguía viviendo para cumplir una misión, un destino.

- Mi destino era Ares… lo encontré moribundo, lo cuidé, lo traté como si fuera lo único que tenía, lo único que me importaba, le di mi corazón, mi vida, mi alma… - Miró hacia el piso, pero no había tristeza en su voz, sólo vacío. – Y ahora ese propósito no existe. Sólo existe usted. Si destruyó algo al aparecer en mi vida, fue justamente mi destino. Por ello ahora no tengo utilidad alguna y lo único que me espera es la sonrisa de la muerte.

Caminó unos pasos hacia Solomon observando la forma en que su cabello volvía a su color. Ella misma sentía parte de su escencia dentro de él y a él dentro de ella. No entendía que le había hecho para que así sucediera, pero así eran las cosas. No se pondría a cuestionar a un dios, pues después de todo, ese joven de hermosos ojos… a quien le había entregado ese cuerpo vacío, era el Emperador de los mares.

- Vivir o morir ya no me importa. Creo que nunca me ha importado. No hay nada. Nunca ha habido nada que me mantenga aquí. – Confesó. – Al menos no desde ese día en que como humana perdí lo único que me hacía humana: La fe en el mañana y el deseo de ver el sol salir al día siguiente. El tiempo transcurre sin que me afecte o me interese… Creo ya haber dicho que mi orgullo como guerrera ya no existe. – Se arrodilló con una rodilla en el piso. Estaba frente a lo único que hacía que todos los pedazos de inexistencia en ella se unieran por un propósito. – Frente a usted esta Raider, nadie más, mi señor Solomon. Raider, una mujer sin propósito ni destino, sólo el que usted le de, desde hoy, hasta el día en que muera.

por Solomon Jue Ene 05, 2012 9:30 pm

Sin propósito y sin destino...

Pronuncio sin el menor reparo, sin detenerse lo suficiente para entender lo que yacía inmerso en la oscuridad del alma de la ex Berserker. Quizás a alguien cómo Solomon, el senador, le hubiera cautivado y hasta conmovido, pero ese de ahí ya no existía.

Parecían tener cierta semejanza, Archer y Raider, dos cáscaras de lo que alguna vez fueron. Dos organismos sin otro camino más que el marcado por su destino y misión. Para ella lo fue todo Latrivan, para él, Roma y los dioses. Sin embargo...existía una enorme distancia entre estos dos entes solitarios.

...mentiras que te has clavado en el alma desde mucho antes de conocer a Ares o mi persona.

No se conocía el motivo del repentino intervalo de sosiego y lucidez del emperador, aunque lo más probable es que fuera justo lo mismo que había logrado cambiar su cabello de rojizo al dorado habitual. Aun agotado por sabe dios que mal comenzó a caminar, muy despacio, recordando claramente el objeto tan preciado que lo alejaba del limite de la locura.

Las caretas que nos formamos los hombres de esta tierra. Nos hacen tan débiles, tan insignificantes.

La visión del pedazo de hierro que usaba a modo de mascara le resultaba una analogía perfecta de los pensamientos actuales de Raider. Aquella careta metálica sólo servia cómo un intento desesperado de no permitirse extraviarse en el mundo de lo divino, de no atreverse a más. Dejar de ser él para arriesgarse a ser otro...era un temor que yacía en lo más profundo de su corazón. En algún lugar tan profundo que al parecer ni siquiera Archer había logrado indagar.

Bien mujer sin destino...volvamos a palacio. Ahora es...

Una fuerte sacudida repentinamente atravesaba todo su cuerpo. Un presentimiento avasallador que parecía retumbar desde sus oídos hasta su corazón. La posible muerte en algún lugar muy lejano de Vergilius.

Mal...di...ción.

Reprodujo en cámara lenta mientras sentía cómo sus piernas perdían fuerzas desplomándose instantáneamente, luego sus brazos, su corazón y por último su conciencia. Su cuerpo quedaba tendido sobre la tierra húmeda y fría.

por **Dados** Jue Ene 05, 2012 9:30 pm

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'Cosmos' : 10

por Raider Vie Ene 06, 2012 8:25 pm

Raider era de pocas palabras. Siempre con su mirada vacía, siempre solitaria, siempre pensando en la verdad y el motivo atras de todo ello. Ese sujeto quería llevarla consigo, y al haber perdido su utilidad, la unica cosa que tenía en ese momento era seguirlo, aunque todo ello no tuviera sentido en su cabeza.

Si él le ordenaba seguirlo, lo haría. Despues de todo ahora era lo unico que le importaba y al único que le guardaba algun tipo de fidelidad. Se preguntó por qué la cabellera de su nuevo señor se habría vuelto peliroja por algunos segundos sin notar que sus propios ojos de cristal azul se habian vuelto dorados por el mismo lapso de tiempo. Pero ahora lentamente, ese color oro cambiaba nuevamente a su azulino natural.

Al ver la mirada un tanto desesperado en el rostro de Solomon pensó que tal vez algo le pudiese haber ocurrido, pero no le importaba lo suficiente saber qué era como para preguntarselo directamente. Por lo que a ella le concernía, los asuntos de su señor era suyos. Si quería sociabilizar con ella podría siempre dirigirse a su persona, si quería contarle lo que sucedía en su mente y cuerpo era tan sólo cosa de hablar. Sin embargo, ella había sido alguna vez una guerrera orgullosa de su fuerza y ahora que podía ver la forma en que el ritmo cardiaco subía abruptamente y la presion de su sangre corría con fuerza... podía deducir que fuera lo que fuera que sucedía con el debió darle una impresión bastante fuerte.

Observó como el cuerpo de su señor se desplomaba frente a ella, pero no le interesó lo suficiente como para prevenir su caída. Una parte de ella deseaba que se golpeara contra el piso y que sufriera por lo que le había hecho, mientras que la otra se desgarraba por dentro suplicandole que le ayudara y lo protegiera con su vida.

Caminó lentamente a su dirección con las manos en su cadera y se acunclilló para tomarle el puso y ver si estaba muerto o no. Puso delicadamente una de sus manos en el cuello del hombre y se dio cuenta que su corazón despues de ese tremendo choque seguía vivo, pero apenas latía.

Suspiró, tomó uno de sus brazos y se lo hechó al hombro. En ese segundo desapareció del camino que conectaba las villas de Roma con la Metropolis para poner el cuerpo de Solomon en un lugar más a salvo.

Tenía una misión y proposito nuevamente, cuidar de ese hombre con su vida.

por Celeste Mar Ene 31, 2012 11:34 am

**Despues de la corta despedida en la casona localizada en los barrios del tiber, todas empezamos a tomar distintos caminos, cada una mas alejado de la otra con la promesa de que nos volveríamos a encontrar algun dia.
Yo por mi parte decidi ir hacia las villas, para asi descansar un poco y pesar con claridad hacia donde dirigirme.
El camino era algo dificultoso pero no exagerado, aunque si me costaba algo de trabajo poder caminar, un viento empezaba a correr de este a oeste provocando que mis cabellos se movieran, algunos de ellos colocandose enfrente de mis ojos impidiendo mi visibilidad, asi que tenia que quitarlos de enfrente para poder mirar bien hacia donde me dirigía, ya estaba algo cansada y tenia hambre pues mis pocas provisiones se habian agotado por completo.

por Helena Jue Abr 05, 2012 1:19 pm

Helena estaba rumbo a la villa Valis Mellitus donde antes había vivido durante toda su vida el hombre al que decidió entregar su existencia. Por unos segundos, la cazadora observó hacia otro lado. Hacia un camino bastante transitado también, puesto que la hierva no había tenido la oportunidad de crecer por el constante paso de los caballos hacia el sitio donde conducía el mismo. Se tratraba de la casa en donde ella había vivido meses antes. El sitio donde su madre se encontraba tratando de vivir una vida normal sin olvidar para nada a su querida hija, quien tomó un rumbo diferente al que ella esperaba. Una especie de nostalgia se cirnió sobre la joven, quien se vio tentada a pasar por aquel lugar sólo de lejos para observar el estado de la villa; sin embargo al recordar su misión y el ojo vigilante de Paolo, quien ella presumía estaba atento a cualquier error suyo para harcerla ver mal, decidió sencillamente dedicarse su tarea inicial y pasar de largo.

-Espero el guerrero que quiere el señor esté en ese lugar, sino tendré que perder mi tiempo buscándolo por toda Roma.- Helena dijo esto y de golpe hizo que su caballo se detuviera, pues algo horrible estaba pasando por su mente, y la estaba haciendo pensar cosas que quizá no eran buenas o correctas, pero que eran sencillamente lo que podía traducir por las acciones de su amo.

-No... Seguro estoy confundiendo todo. No creo que el sea capaz de algo como eso. Es imposible, eso es una equivación mía.- Helena apretó las riendas de su caballo y nuevamente tomó el rumbo hacia su destino. Estaba segura de que por lo menos iba a haber un guerrero de Abel, uno que pudiera ser digno de portar algún manto sagrado de la deidad de la corona.

por Helena Miér Mayo 09, 2012 9:48 am

Una vez más Helena se vio llevada a aquel camino que conducía las villas para una nueva misión un tanto más difícil que la anterior, pues presentía que buscar el paradero de la escurridiza hermana de su amo le iba a resultar bastante difícil debido a que ya se le había escapado a él, el hombre más inteligente que ella había conocido luego de su difunto padre. Nuevamente la bifurcación que daba paso al camino de la villa donde ella creció apareció frente al la rubia, quién esta vez no pudo resistir la tentación enorme de ver a su madre, pues hacía mucho tiempo que no estaba cerca de ella y se sentía algo preocupada.

-¿Será que puedo ir a verla un rato? Sólo sería durante poco tiempo y estoy segura que no afectará en nada a la misión...- Se dijo a sí misma la joven de los cabellos rubios mientras se detenía unos minutos al inicio del camino. Una vez más Helena se vio en la obligación de escoger entre esos dos sitios. Por un lado estaba su madre, quien siempre la crió con amor y dedicación al igual que su padre, y por otro lado estaba el sitio donde podría encontrar información sobre la hermana de Fye. Ambos eran sitios importantes para ella y ambos requerían de su presencia por lo menos durante unos minutos.

-Mejor voy primero a la villa de mi amo. Una vez que sepa para donde tomar el rumbo de mi búsqueda, entonces voy a poder visitarte madre. Espera por favor por mí unos minutos más.- Una vez que Helena dijo esto tomó el rumbo hacia la villa donde antes vivió Fye para buscar información de Sophía.

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El regreso

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