Camino a las Villas

Sheznarda se emoció al ver la vanlentía de su novio, estaba contenta de tener al fin alguien que se preocupara por ella, y ese hombre sin conocerla el tiempo suficiente estaba enfrentándose a una situación que bien podría ser peligrosa. De pronto la oscuridad de la noche ya no le estaba afectando tanto y por ratos sentía que no había enemigos contra los que no pudiera louchar, es más estaba sintiendo deseos de pelear contra ese ser que estaba en la oscuridad de las calles, pero ya estaba Jabranth defendiéndola con tanta valentía que no quería arruinarlo con peleas precipitadas causadas por ella.
No sabía porqué motivos ahora ella estaba sintiendo dentro de ella algo parecido a un fuego, de pronto su pecho sintió una gran opresión y se dificultó bastante su capacidad para respirar obligándola a ponerse de rodillas en el piso.

-Qué me pasa...?- Dijo en voz baja mientras se presionaba el pecho en una zona cerca a su corazón, estaba asustándose, puesto que era la primera vez en mucho tiempo que le pasaba esto; de pronto su vista se nubló y una mujer igual a ella pero con aspecto más siniestro y portando una armadura le dijo:

-No tienes que tener miedo nunca de nadie. Tu ama, la señora a la que sirves es muy fuerte y es su poder el que hace que tú seas más fuerte cada vez... Sheznarda ya te falta poco para despertar- La ladrona de cabellos amarillos intentó preguntarle de qué hablaba a esa mujer, pero esta fue tomada de la cintura por unas manos gigantes, pálidas y siniestras, con un ojo en el dorss de cada una y fue llevada hacia un vórtice de color morado con nero, pero antes de irse esta mujer le dijo:

-La hambruna es tu mejor arma que no se te olvide.


Hablo/narro/pienso/Habla la el fantasma dentro de ella.

Off

Primer post para la defensa

Sheznarda pudo observar desde donde estaba como el fantasma del hambre se lanzaba contra su novio con un odio y una violencia tan grandes, que hacía que ella sintiera mucho pesar en su corazón. No tenía idea de qué era lo que quería ese fantasma del hambre, y las lianas otra vez empezaron a ejercer presión pese a la promesa de aquel fantasma que estaba al lado suyo.

-Mmmm al parecer tu novio está más fuerte no es así?- preguntó el fantasma mientras jugaba con la cadena que siempre suele cargar Sheznarda en su cinto- Bueno es hora de que vallamos en serio.

Cuando el fantama dijo esto Sheznarda vio como la espada cuya hoja antes se había hecho añicos ahora reaparecía en escena con ese extraño color verde briillante; algo horrible seguro estaba planeando ese fantasma, pero ella no podía liberarse aún y las lianas que la aprisionaban ya estaban causando laceraciones en su piel.
El fantasma del hambre, quien estaba ahora a sus anchas en ese cuerpo amarró la espada a la cadena que tenía enrrocada en el cinto, de modo que esta pudiera ser lanzada a una distancia interesante, ya que el círculo de lava no la dejaría avanzar así no más.

-Eso lo veremos ahora - dijo el fantasma por toda contestación ante lo que decía Jabranth, para luego correr a toda velocidad y tensar bien los múscululos de su pierna, para así pegar un gran salto, de modo que cayera en el centro de círculo muy cerca de Jabranth. Si lograba caer dentro haría que el la atacase y se distrajera en ello; entonces cuando el hiciera esto la fantasma haría uso de su defensa para atraparlo y poderle clavar la daga que portaba en su mano derecha en todo su cuello. Para que la distracción fuera mayor la fantasma iba agitando la cadena dándole vuelta a la misma, haciendo que esta se moviera de forma amenazante, dando a su oponente sólo la opción de defenderse, o mandarla hacia atrás, para la cual ella también idearía un plan que resultara con la realización de por lo menos una herida medianamente fatal a su enemigo.

-Basta! No hagas eso ¿Porqué estás atormentándome?- dijo la joven de cabellos amarillos moviéndose de forma frenética, ante lo cual el fantasma contestó.

-Deja de mirar eso y mejor pon atención a lo que se ve acá- La fantasma se puso frente a ella y movió sus brazos hacia arriba de forma muy delicada haciendo que una cortina de polvo verde se pusiera frente a ella- Mira esto con atención, porque esto es a lo que deseo le pongas nombre- La cortina de polvo poco a poco fue emitiendo unas prolongaciones parecidas a unos brazos humanos, sin embargo en el mismo rato la fantasma dejó de mostrar tal visión para decirle:

-Te sacaré de las ataduras si me respones una cosa.- La fantasma sonrió de forma siniestra y dijo- ¿A qué divinidad pertenece mi ser?- Ante la mirada de sorpresa de Sheznarda la fantasma dijo- Vamos no me digas que no sabes. Tú pronto le servirás a ella... Porque después de todo ella es tu señora...- Una risa burlona resonó por el lugar aumentando la desesperación de Sheznarda, quien mirando la escena del ataque de su cuerpo controlado por ese ser se sentía más impotente que nunca.

Apenas me daba cuenta del posible significado que podrían tener mis palabras, mis manos sujetaban las riendas para pasar a ver de nuevo el rostro de ese hombre que aunque no lo expresaba podía sentir lo atónito que estaba al decir algo bastante personal sobre mí, me recline hacia atrás esperando algún comentario suyo pero cuando me miraba… rápidamente dirigí mi atención a otro punto del camino deseando ahora que olvidara ese comentario.

Uno no podía perderse ya que era el único que conducía a todas las villas, a pesar de que existiera una que otra pequeña desviación siempre era el mismo trecho largo y erosionado por el tiempo, adelantaba a la yegua a pocos metros porque no quería que pensara que deseaba establecer una relación más íntima con él. Seguía viendo directamente hacia el frente… desde que salimos no mencionaba palabra alguna al igual que Ioros que solo me seguía por detrás cuando él era mi guía pero al parecer no le importaba mientras no me distanciara más de lo debido. Hasta ahora me había acostumbrado a la atención que me ponían las personas a pesar de que yo me mostrara desinteresada por establecer cualquier tipo de contacto… eso podría decirse que no soportaba la falta de interés de ese hombre al no querer molestarme más.

Decidí enfocar mi atención entonces en mis pensamientos para no desesperarme por cosas que realmente resultaran innecesarias como el estar pendiente sobre un hombre que supuestamente no significaba nada para mí… y así era.. ambos seguíamos siendo completamente desconocidos. Mis dedos se deslizaban por la crin de la yegua blanca que se sentían tan suaves al contacto… ya que iba a ser viaje el transcurso para mi encuentro con Vergilius preferí matar el rato al recordar algo sobre mi país pues eso llegaba a relajarme a tal grado que mi actitud se volvía completamente taciturna, empezaba a concentrarme pero nada se me venía a la cabeza… extrañada trate de forzar a recordar cualquier mínima cosa pero cada vez me costaba más.

No puede ser..

Respiré con profundidad para no ponerme nerviosa, cerraba los ojos nuevamente pero solo ese vacío en mi pecho era lo que podía sentir… mis recuerdos.. era como si se desvanecieran lentamente sin que yo me percatase de ello. La silueta de esa mujer portando una hoz se manifestaba en mi paso como una especie de espejismo deteniendo al corcel instantáneamente sintiendo un terrible escalofrío recorrer por toda mi espalda..

Tú de nuevo… te habías tardado en mostrar.

Clavaba mi vista sobre su figura con gran desprecio pues cada vez que algo solía sucederme al parecer esa sombra hacia acto de presencia, algo en su ser crecía con odio puro cada vez que nos encontrábamos de esa manera aunque podía considerársele parte de mis alucinaciones.. por lo tanto Ioros ya me había alcanzado colocándose justo a mi lado para ver qué fue lo que me ocurrió para detenerme bruscamente.

• La soledad volvía a corromper mi vida, se interponía nuevamente en mi camino y afectaba a mis seres queridos, otra vez, mi conducta de rebelde volvían a acechar en mi, pues estaba con ganas de venganza, quería culpar a alguien por lo de la muerte de mis padres, y no había nadie a quien poder culpar, volví a sentirme mal conmigo mismo y a tener mi corazón frío de antaño, la sangre me hervía y necesitaba desquitarme con algo o alguien, ya no le prestaba atención al terreno ni a los animales que había en mi entorno ni a la gente amable al igual que ya no me importaba la gente malvada, buscaba mi propio propósito y aquél que interfiera en mi camino debía ser eliminado, aunque mis padres hayan muerto de la forma que sea, alguien debía pagar las culpas.

Caminando aún por las rutas que me llevaban hacia la ubicación del Coliseo Romano mis pasos eran mas decididos que antes, la vida me arrebataba todo de golpe, primero la libertad, luego a mis padres, esto era muy injusto para mi que no le había hecho nada malo a nadie,
pero de todas formas sospechaba de alguien, por eso quería averiguar si lo que pensaba yo era cierto.


He vuelto, más renovado, mas justo y fuerte, he vuelto decidido a cambiar esta mierda...
Exclamé con mi mirada fija hacia el frente y mi voz seria, llena de seguridad y resentimiento, el cambio comenzaba ahora y algo grande me esperaba, esas eran mis ideas, mis pensamientos, mis sueños...

Off

Tercer post de la defensa.

Volvía por los caminos otra vez, buscaba un lugar donde alojarme pero sería difícil encontrar alguno donde admitan animales, y no pensaba dejar a Pancho por ahí, ya le había tomado cariño y sobretodo se había convertido en mi fiel amigo, entre tanta caminata con mi nueva vestimenta disfrutaba mas el caminar ya que antes me lastimaba los pies por andar descalzo, ahora tenía unos zapatos color negro, con plantilla del mismo color y el borde de la parte de arriba era blanco, eran buenos para el invierno pero no tanto para el verano, luego tenía un pantalón común y una chaqueta.

De repente me topé con un anciano, éste estaba sentado en un banco alimentando a las palomas que se amontonaban cerca de el para comer, el hombre parecía bondadoso y estaba acompañado de un perro que estaba sentado a su lado sacando la lengua y moviendo la cola mirando a las palomas, cuando pasé cerca de ahí de inmediato el perro pegó un salto espantando a las aves hacia todos lados para que pancho intente saltar y atrapar algunas sin éxito, luego el perro del viejo se acerco a pancho y comenzó a olerlo para luego gruñirle, en ese momento tomé un rápido accionar y levante al cachorro alejándolo del perro de aquél anciano, éste de inmediato lo llamo y sin decirme nada se fue junto a su mascota a hacia un banco mas alejado donde comenzó a tirar nuevamente migajas de pan a las aves.

.- ya paso amigo, vamos.
le dije a mi perro asustado mientras lo ponía en el suelo y continuaba mi rumbo

Mi aura platina comenzaba a emanar del cuerpo poniendo nerviosa a la yegua la cual nerviosa emprendió una loca carrera hacia el frente por la sensación de algo más sobrenatural que la rodeaba percibiendo el mismo miedo, sujetaba las riendas jalándolas hacia atrás para forzarla a detenerse pero solo continuaba atravesando esa oscura sombra dejando atrás a Ioros… el camino era uno largo comunicando todas las villas por lo cual dejaba que corriera en línea recta pues sabía que me alcanzaría ese hombre para tratar de calmar a la yegua ya que parecía que yo no lo lograba por mucho que tratara de detenerla.

No por mucho un joven de cabellos azulados se encontraba a mitad del sendero, algo ocurría pues su presencia pareció tranquilizar al animal trotando desesperadamente hacia a él, sin opción me vi forzada a bajar de ese animal de un salto cayendo arrodillada pues otro poco comenzaría a desbocarse para obligarme a desmontarla, poco a poco me reincorporaba caminando en dirección a ellos pero la yegua trataba de esconder su cabeza en el torso de ese hombre como si buscara algún tipo de protección, cuando pude llegar me di cuenta del cachorro que le acompañaba.. este se le erizo la piel comenzando a ladrarme pero al mirarlo inexpresivamente chilló escondiéndose detrás de su dueño… los animales me temían.

Disculpe las molestias… la yegua se desboco.. mi acompañante no tardará en llegar… podría esperar conmigo hasta que llegue?... tal parece que no le caigo bien a los animales.