Camino a las Villas

por Sabii Mar Ago 03, 2010 5:57 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Luego de retirarme de los baños, en donde me habia encontrado con un joven de la alta sociedad, con el cual habiamos convenido vernos al dia siguiente, para que me ayudara a escalar posiciones sociales, y asi poder encontrar con mas facilidad a mis dos hermanos, que por el momento eran lo unico que me interesaba.
Ya era de noche, se me habia echo tarde caminando hacia la Villa, es que no podia dejar de pensar en lo ocurrido, me sentia muy feliz al saber que tendria una oportunidad, de parte de un gran señor.
Mientras caminaba, comenze a pensar en que traje me pondria para el dia de mañana, tendria que ser el mas sofisticado y hermoso, de seguro usaria mi vestido favorito, el cual era de un color lila con dos lineas echas con hilo de oro. Mientras pensaba en eso, tropece con una piedra y perdi el equilibrio, teniendo que sujetarme de un arbol. En ese momento estuve durante algunos minutos apreciando el paisaje, y aunque no se distinguia mucho, las estrellas iluminaban muy bien el lugar. Los campos eran abundantes, y tambien asi lo eran las flores, de las cuales habia una gran cantidad y de distintas especies.

-Que ganas de que mis hermanos vieran este hermoso paisaje junto a mi, me gustaria contarles tantas cosas. Y saber todo de ellos, espero se encuentren bien.

Suspire y segui caminando mas despacio, ya que al tropezarme me habia herido levemente el tobillo.

por Fye Dom Nov 06, 2011 10:10 pm

Espere la explicacion de alguno de ellos dos, Helena estaba muy callada, demasiado para lo que solia ser ella, estaba muy extraña, yo pense que habia sido culpa de ella, y cuando me dispuse a decirle algo, entonces fue Paolo el que hablo, segun su explicacion, todo habi sido culpa de el, pero no me bastaba solo con saber quien era el culpable queria detalles, por que errores como este, no se podia tolerar en personar que supuestamente iban a ser la elite de mi ejercito.

Entonces me lo explico, que todo habia sido por que otra armadura mas habia aparecido, eso me hizo olvidar un poco el accidente, yo estaba deseando que mis guerreros despertaran, y escuchar que otra armadura estaba apareciendo fue una gran noticia.

Esta bien, comprendo la situacion, y dentro de lo malo, es una gran noticia, pero no se puede tolerar este tipo de despiste, vamos, iremos a pie a la embarcacion, coged los caballos y todo el equipahe y vamonos.

Solte a Alexandra, creo que se podia mover por ella misma, pero estaba extraña de nuevo no hablaba ni hacia nada, llevaba ya algun tiempo asi, y eso no empezaba a gustarme. Los tres estaban muy extraño, esperaba que una vez llegaramos al templo todo se solucionara y controlara.

por Solomon Lun Nov 07, 2011 10:01 am

El general se mantenía altivo dejando que la radiante luz del sol se viera reflejada en el conjunto de finas perlas que llevaba por sonrisa. Seguro como siempre espero atentamente las palabras sollozantes de una típica doncella intimidada. Al rato dio cuenta que su paciencia resultaba en vano, la mujer sencillamente permanecía muda, indiferente y ensimismada.

Los demás soldados permanecían callados, sin mostrar mayor tensión al acto rebelde de la joven, después de todo, era sólo una mujercita cualquiera, un hombre era más que suficiente para hacerle "entrar en razón". Así todos solamente quedaron como espectadores, algunos sonrientes de saber que destino deparaba a la extranjera.

Por su parte el general parecía excitado con la aparente indiferencia de la chica, su molestia era fácilmente diseminada por la bella faz de la criatura frente a sus ojos.

No me oyes! ¿Acaso eres muda, descerebrada o simplemente tonta? hahahaha - Reía socarronamente - En cualquiera de los casos... más te vale aprender a hablar y darme una respuesta...

El hombre se inclinó rápidamente demostrando gran capacidad elástica para lograr coger el brazo de la mujer atrayéndola hacía él, lo suficiente para que sus palabras no lleguen a oídos del emperador que yacía muy próximo. Su respiración era profunda aunque agitada intencionalmente para ver como el cerquillo de la doncella me iba meciendo levemente.

...O esperaras que en el Castrum mis hombres te saquen las palabras a la fuerza...

Siempre mostrando su cautivadora sonrisa decide esperar brevemente sin dejarla suelta; su lujuria parece desatada y la piel blanca de la joven sólo parece incitarle a más.

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Off: Manipulación permitida.

por Alexandra Lun Nov 07, 2011 7:02 pm

Un fuerte dolor de cabeza me habia atormentado demasiado durante el viaje. Realmente no sabia que era pero me estaba preocupando, tenia descontrolado un poco mi cosmos y emepzaba a actuar de forma extraña. De seguro ya se habria dado cuenta el amo Fye y lo peor es que no podia decirle por que ni siquiera yo sabia que me pasaba.Las cosas me daban vuelta y solo escuchaba la voz distorcionada del amo, de Paolo. No veia nada! y lo peor es como sentia que pronto caeria desmayada, por que sentia mucha presion y se me dificultaba respirar corrrectamente, por lo que trate de no alterar al amo que tambien se encontraba un tanto desconcertado por lo que pasaba.

Mis ojos se cerraron demasiado rapido y no pude evitarlo. Eso era frustante, mis parpados no reaccionaban y lo peor es que no podia decir nada por que una fuerza mas me lo impedia. Enseguida senti de que el carruaje habia frenado demasiado precipitado y lo peor era que sentia que se hundia el techo, pero una mano en mi hombro me hizo reaccionar y volver a la realidad, mis ojos de inmediato se abrieron y vieron el cuerpo del amo mas cerca de mi, sosteniendome con un brazo y con el otro el techo para que no nos callera encima.

[i]-¿Que carajos hago?...¡No se supone que YO deberia estar salvandolo! ¿Que clase de amazona soy?me preguntaba abructamente por que todo parecia ir tan rapido, no sbaia que sucedia en verdad, no recordaba mucho y lo peor seguia sintiendo este insoportable dolor de cabeza que avanzaba hacia mi nuca y seguia por toda mi esplada, como si trajera miles de canasta en mi espalda.

Odiaba sentirme asi, una inutil ante mi amo y lo peor, en el cosmos de Helena podia ver el gran amor que le tiene al amo y como cambia cuando esta con el......la entendia por que yo tambien me sentia asi, pero ya desde hace años las esperanzas se fueron....la vida me las habia hecho creer y yo lo hice, y aun asi, todavia seguia sintiendo lo mismo, pero lo que ahora importaba es que el amo hablaba y mi conciencia comenzaba a llegar, pero sabia que mi cosmos me trataba de decir algo, lo presentia, pero deje eso de lado, lo importante seria no preocupar al amo por que conociendolo, se estaria preguntado que rayos me pasaba, por que yo no era asi.

En fin, tendria que demostrarle que estaba bien para que no tuviera preocupaciones y enseguida de que hablara le conteste - Claro amo lo que usted ordene - Y solo hasta que hablo el amo me percate de que aun me tenia tomada de los hombros, tal vez la presencia del amo ayudo a disernir eso que me dañaba en cierta forma, realmente no lo sabia pero algo que podia afirmar es que tenia que volverme fuerte, conseguir mi armadura y proteger con vida a mi amo, a mi dios, a mi sol en todos los terminos.

por Helena Lun Nov 07, 2011 8:59 pm

La voz del amor platónico de la amazona de Abel retumbó en los oídos de la misma, quien al parecer estaba en un dilema porque no sabía qué hacer o cómo reaccionar ante la situación de Paolo. Aún se veía que el asunto del accidente no estaba terminado, pero se entendía que por ahora estaba zanjado hasta que llegasen al barco o al templo. Una energía bastante fuerte hizo que la mujer se estremeciera, porque aparte de que la mirada de su señor estaba encima suyo, había una energía totalmente negativa por los alrededores de los caminos. Todo eso unido a la tensión del asunto hizo que la amazona se sintiese más nerviosa; sin embargo no dijo nad apuesto que al final su amo había resuelto que tenían que ir a pie hacia los muelles para de una vez marcharse de ese lugar.

-Sí señor... Iremos a pie antes que usted para ya tener listo el barco en el que nos marcharemos, espero lo que podamos hacer sea de su agrado y le de un viaje más placentero que el que le di con la conducción del carruaje- Helena dijo esto evitando como si fuese un mandato la mirada de su amo, entendía que si el la veía a los ojos aunque fuese una vez todo se iba al carajo. Tenía que acostumbrarse a manejar sus personalidades con él, era de vital importancia que con su amo también pudiese controlarlas, de modo que nada de lo que ella pensara fuese revelado.

-Alexandra lo lamento mucho... Espero no haberte causado daño- dijo la mujer de los cabellos rubios mientras se acercababa al carruaje y pasando cerca de de su amo sin mirarlo siquiera, la amazona empezó a sacar el equipaje que estaba dentro del mismo, acto seguido colocó cuidadosamente las bolsas en cada uno de los caballos mientras pensaba que tenía que confiar en su compañero y que si el no corría peligro de ser severamente castigado, ella no tendría problemas en guardar silencio. Es que no estaba aceptado que ella siendo la compañera de Paolo no tuviese confianza en sus capacidades o sus planes.

-Ya está señor... Cuando ustede desee puede avanzar, por lo pronto yo me iré a los muelles, espero encontrar una embarcación digna de usted- Helena miró a su compañera Alexandra y sintiéndose culpable por no poder controlar los caballos dijo- Lamento no haber controlado a los caballos asustados por la armadura... La próxima vez lo haré mejor. - Una vez dicho esto Helena sujetó las riendas de uno de los caballos de Fye y lo condujo con cuidado hacia los muelles que estaban cerca. Nada dijo acerca de la presencia que sintió antes, pues entendía que su deidad la había sentido ya y que tomaría las medidas necesarias para protegerse junto con sus compañeros. Además que sabía que no todo estaba perdido ya que los muelles estaban bastante cerca de donde ellos se habían estrellado, tan cerca que luego de caminar unos diez pasos ella ya estaba observando el mar y los barcos llenos de gente que partía a muchos sitios diferentes.

-Bueno... A buscar un barco para mi amo... Me gustaría que las cosas no fuesen tan raras, tengo que dejar de ser tan obvia y tengo que controlar mi insolencia. Todo esto es muy difícil...-pensó la joven mientras caminaba hacia un barco que le llamó la atención, porque parecía tener el sello de la familia de Fye, lo que le hizo pensar que quizá su amor platónico tenía un barco propio, lo cual no le sorprendería para nada dada la gran fortuna que manejaba el joven.

Narración/ Helena/ Pensamientos de Helena

por Raider Mar Nov 08, 2011 7:50 am

La habían forzado a pararse del tronco en que se encontraba pacíficamente sentada. El violín cayó al suelo produciendo un ruido chillón al rasgarse las cuerdas contra la corteza del arbol muerto. Sarahissa sentía las debiles manos del hombre que la había tirado hacia arriba, no había puesto resistencia, pues su naturaleza de por si era calmada a simple vista. No era una mujer alaraca, ni un berseker que hablara más de lo necesario, aunque si le gustaba hablar cuando la ocasión lo requería y por lo general, no le gustaba que la interrumpieran cuando aquello sucedía.

De cualquier forma, el imprudente actuar de ese hombre no la tomó por sorpresa. Recordaba de sus días en Germania la forma en que los Romanos reclamaban como suyo cualquier cosa que tiraban hasta el suelo. Así había ocurrido con la mujer que la crió cuando escapando del fuego en el poblado donde habitaban en el canto del río, arrastrandolos a ella y Kainan, fue tomado por los romanos mientras ella y su hermano mellizo se encontraban escondidos entre las maleza- Aun podía recordar el rostro de dolor de la mujer mientras era montada por uno y otro y otro soldado Romano, mientras se turnaban para penetrarla y humillarla por intentar correr. Aun recordaba el olor de la carne carbonizada a su alrededor mientras las altas malezas le rozaban el rostro.

- Se que tipo de trato le dan a las mujeres extranjeras ustedes, basura Romana. - Dijo sin abrir los ojos mientras la brisa movía su larga cabellera de un lado a otro.- Lamento informarte, que no tengo intensión de seguirte a ningun lado, insignificante hombre.

El sujeto rió como si las palabras de Latrivan le causaran mucha gracia. De seguro ver a una campesina con semejante lengua le era un motivo para reir. Pero de pronto, entre las risas, sus ojos se tornaron desesperados y sesó el sonido. Una gota gruesa de sangre salió como una lagrima desde su boca y cayó por su mentón hasta el suelo.

Lo siguiente que se escuchó fue un seco golpe contra el piso. El soldado había caido muerto, inconciente, completamente inmovil a los pies de la mujer de rostro gélido e indiferente.

Entre sus manos, oscultas atras de su espalda, se encontraba un muñeco extraño que había tomado la forma de un soldado romano. Apretaba el pecho del muñeco y se veía que su uña había traspasado justo sobre el corazón.

Uno a uno, todos los que estaban alrededor del palaquín fueron cayendo, incluyendo aquellos que lo sostenían, haciendo que éste cayera al suelo. Un acto muy poco digno, sí, sobre todo considerando que quien iba dentro del palaquín que había caído era el señor de los mares que en ese momento se encontraba sin soldados que lo protegeran. De cualquier forma, pensó Latrivan, ese sujeto no necesitaba que nadie lo defendiera y ella al mismo tiempo no necesitaba que nadie la tocara ni le faltara el respeto de esa forma.

- El castigo por tocarme es la muerte. - Susurró abriendo los ojos nuevamente. Miró hacia el palaquín en el suelo, omitiendo los cadaveres a su alrededor. - ¿Qué desea de mi el señor de los mares para detenerme de forma tan poco cordial? - preguntó con lentitud y sin ningun tono en específico. - Mi presencia no se debe a usted, por lo cual puede seguir su camino, si así lo desea. No tengo ordenes de realizar hacia usted ningún mal.

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OFF: Utilizo el muñeco voodoo que active el turno pasado ^^ Ya que los soldados no se pueden defender al ser personajes ficticios, mi objeto los mata.

por Solomon Mar Nov 08, 2011 11:19 am

El viento seguía su curso, indiferente a la muerte que había llegado a tocar el corazón de los hombres allí tirados, sus rostros mantenían aun la sorpresa de lo ocurrido, habrían muerto sin la certeza del saber el porqué. ¿Quién era esta extranjera? ¿Una bruja como la presentada días atrás en palacio? pobres diablos, en serio, jamás lo sabrían.

Pero aquel punto de muerte parecía inexistente entre ese panorama de ensueño. El sol radiante, los verdes campos, las avecillas que surcan los cielos y hasta los abejorros en su búsqueda incesante del néctar en las multicolores flores. Como siempre, a los dioses de la naturaleza les valdría poco o nada el fallecimiento de unos cuantos humanos.

Sin embargo, el rostro del emperador que había caído con todo y palaquin al suelo seguía siendo de lo más insensible, es más, su existencia parecía una más con la naturaleza.

Paso regular tiempo para que el joven comenzara a moverse, sin prisa y sin contestar a las palabras de la jovenzuela que desde ya había demostrado conocer algunas cosas que la sacaban del grupo de la gente común y silvestre. Pasando por entre los cadáveres sin titubeos, ni contemplaciones, ni el más mínimo ruido.

No me confundas con los de tu clase Berserker. No reconozco a ese "señor de los mares" como dios, ni a ningún otro. - Marcaba un atisbo de rabia aunque no contra ella sino contra lo que representa.

Su indumentaria imperial se mantenía estática muy a pesar del viento fresco que hacía mecer con facilidad su cabellera. Se mantenía a la espectativa, debido principalmente a la ausencia de agresión en sus palabras, lo cual la separaba levemente de los otros berserker conocidos. Sin embargo, el hecho de acabar con todos sus soldados le quitaba las dudas del verdadero origen de la extranjera.

Ciertamente no creia tener que encontrarme con más como tú, no luego de lo ocurrido. Lo único que me intriga es tu propósito aquí. Si tu misión requiere tu permanencia en Roma será mejor que te prepares para acompañar a tus dos compañeros: Hellgorack y Ushuriel. - Sentenció fríamente.

Recordó el hecho que la villa de Fye no se hallaba muy lejos de allí. Acaso esto significaba que...

Dime tu nombre berserker o será mejor que no te recuerde más que por la pestilencia que siempre ustedes llevan consigo.

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Off: De aquí se marcan dos posibles rutas. En tus manos queda Latrivan.

por Raider Mar Nov 08, 2011 3:37 pm

No era común en un dios rechazar su calidad de tal. Sarahissa examinó con su temple frío la forma en que el hombre que se paraba con tanta alcurnia frente a ella hablaba. Si no era un dios, sin duda hablaba como uno. Si no era un dios, entonces rechazaba su calidad de tal... pero un lobo no puede esconder su naturaleza como un tigre no esconde sus manchas. Su cosmoenergía era la que se había sentido el día en que Hellgorak y Ushuriel habían muerto. Por mucho que la escondiera, por mucho que la negara, el era el dios del mar, el emperador Poseidón.

- Mi próposito aquí no le concierne en nada. Los asuntos del Olimpo y en específico del templo de la Guerra son nuestros, y suyos cuando llegue el preciso momento. No antes. No despues. - Ni si quiera pestañó cuando habló. Mostraba la serenidad de siempre, la mirada fija y cristalina que la hacían parecer una muñeca más que un ser vivo. - Mi presencia aquí en Roma se acabará pronto.

Se agachó y tomó entre sus manos el mango de su violín. Cuando se paró derecha éste desapareció entre sus dedos, como si el viento se llevara la materia del cual estaba hecho.

- Mi nombre ... yo no tengo nombre. Las personas nacen siendo lo que son, y soy Latrivan de la división del pánico y terror, del miedo y la desesperación.

No hizo una reverencia, no veía necesidad de hacerla ante nadie que no fuese su señor. Los bersekers no se agachaban, no pedían, sólo tomaban. Y en ese momento, Sarahissa no estaba ahí para pedir nada de Poseidón ni entregarle nada tampoco. Su visita en la tierra no tenía conexión alguna con aquel quien estaba frente a ella.

por Solomon Mar Nov 08, 2011 8:48 pm

Dialogo
Pensamiento
Denotando cambio de ruta
Denotando efecto de Ataque medio: Implantación de Idea

Cambio de Ruta:

Ruta 1) Monte de Sangre y lanzas
Ruta 2) Ciudadela oculta de doce estrellas<------Elegida por post de Latrivan

Nota: La elección de ruta es marcada por un unico post más ésta permanecerá si nada cambia la tendencia escogida.

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La respiración de la mujer permanecía tranquila, siendo los latidos de su corazón tan pausados como el viento que circulaba por aquel instante. Para Solomon que sólo conocía la clase de guerreros con sed de sangre le resultaba muy difícil de catalogarla. Incluso Sokaro mantenía mayor agresividad que la muy cercana joven. No la veía, pero la sentía, siendo sólo esta sensación absoluta calma.

La actitud franca que demostraba en aquellas frías palabras la volvían una rareza para el siempre expectante emperador. Si no fuera por aquella pestilencia la daría como una "x" más.

La suave fragancia de las flores llegaba a él con el viento, justo en aquel preciso instante en que la ahora conocida Latrivan le brindaba su nombre. Siempre apática, siempre marchita. Una analogía viviente de él, quien aun en tales circunstancias se mostraba indiferente.

¿Y te llamas a ti misma Berserker? - Pregunto naturalmente, siendo aquello más una burla que otra cosa.

Quizás un tanto decepcionado, dirigía su rostro a un lado, cómo si no le importase un ataque sorpresivo de la susodicha Latrivan. él habría estado preparado para pelear, es más, habría luchado con todas sus fuerzas de ser preciso, pero ahora...

Las nubes iban cubriendo el sol por tan sólo breves minutos. El viento ahondaba en fuerza elevando levemente su ornamentado vestir. Lentamente elevaba su faz y por ende su careta de hierro quien a la misma velocidad era retirada por sus manos.

Parece ser que todos poseen nombres de lo más inusuales...Latrivan. jah.

Emitiendo algo apenas reconocible como risa dirigía sus ojos aun cerrados hacía el punto exacto en que el sol saldría. Él ciertamente parecía más locuaz que de costumbre, más que en aquel encuentro con Anfitrite. Daba por hecho que la sangre le afectaba tanto física como emocionalmente dando como resultaba a una maquina mucho más "humana".

Los primeros rayos de sol caían directo a su vista, más no parecía molestarle, su piel alguna vez pálida permanecía bañada en un bronceado magnifico, su cabellera rubia reflejaba levemente la luz del astro rey mientras sus iris, si aquellos vivaces ojos de oro se mostraban al mundo dejando que la luz del sol los traspasase haciéndoles casi imperceptibles al ojo humano.

Un fino haz de luminiscencia se esparcía rápidamente dejando que un calor muy leve llene de energía cada partícula viviente alrededor suyo. Todo adquiría un color más vivo, radiante y mórfico.

Pero todo aquello no llegaba a su propio corazón, sencillamente él era algo y no alguien. Jamás volvería a sentir la vida como el resto, esa era la razón del porque la imagen de Fye cómo posible dios Ares reiteraba a su mente.

++Es cierto, toda la familia del emperador ha de ser divina. La guerra aparecerá en esta tierra tal como hacía más de veinte años.++

Aquel viejo pensamiento era uno de los pocos vestigios que el Solomon original habría dejado. Bajando el rostro veía por fin el cuerpo de la asesina del dios de la guerra. No era nada espectacular, siendo su cabello lo único inexplicable. Una guerrera vestida de sierva. Ciertamente aquella mujer no era la clase de guerrero que se mostrará abiertamente.

Tienes que ver mucho con Fye, cierto? - Decía claro y preciso, manteniéndose aun con el mismo rostro insensible.

Estaba seguro de tu muerte Latrivan, pero ahora doy cuenta de una presa aun mayor en campo.

Si bien los soldados yacían muertos sobre la tierra, sus fieles corceles habían permanecido a su lado hasta entonces. Siendo Solomon en vida un experto jinete no le fue difícil atraer con su mirada de oro algunos cuantos para su partida.

Dices que no debería preocuparme por tu estadía aquí. Con eso entenderé que no te presentas como una enemiga, como el caso de tus camaradas. - Hablaba mientras tomaba las riendas del caballo más próximo a él.

...Desde ya sabes que llegará el día en que tu vida será cobraba por mis propias manos, al igual que la basura al que llamas dios. Así mismo deberé decirte... - Dejando una pequeña pausa para luego confrontar sus ojos dorados con los de ella muy brevemente.

...Que no tengo intención de mentirte Latrivan, todo lo que salga de mi boca será la autentica verdad...

Dejándola de lado, Solomon subía de inmediato a su corcel el cual permanecía muy sereno viendo en dirección de Latrivan. El tiempo había corrido rápidamente en la última plática, ya el viento auguraba el final de la tarde.

Sé donde esta Fye Juliai, si tienes que ver algo con él será mejor que subas y me acompañes. De lo contrario este será nuestra despedida, al menos por ahora.

Sin decir más ocultaba sus preciosos ojos con la careta de hierro dejando que aquel paraje de ensueño se esfumara violentamente. Comenzaba su marcha hacia el valle en el cual encontraría a Fye, el supuesto Ares.

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Off:

*Empleo efecto de Implantación de Ideas:

Spoiler:

por **Dados** Mar Nov 08, 2011 8:48 pm

El miembro 'Solomon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Objeto' : 2

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#2 'Ataque medio' : 6

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#3 'Cosmos' : 30

por Raider Mar Nov 08, 2011 10:20 pm

Pensamiento implantado: Todo lo que Solomon dice es cierto.

Libro Primero – Silencio.
Capitulo Uno – Cuervo mensajero.

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No entendía mucha la reacción del hombre que estaba ahí mirándola con tanta solemnidad en sus ojos. Tenía una altivez que muy pocas veces antes había podido percibir en otro ser. De alguna forma, le recordaba a la mirada que le había dado Gelum Juliai en la tumba de quien al parecer había sido su madre, si ese niño alguna vez llegara a crecer en ese mundo en guerra, sería muy parecido a lo que el tiempo le había hecho a Solomon Juliai.

El silencio los invadía, los abrazaba, les hablaba más de lo que las palabras entre ellos decían. Era de esperar que una conversación entre un hombre y una mujer así fuera de ese tipo, pero al mismo tiempo, dejaba un cierto aire de melancolía por alguna extraña razón. Era como si ambos estuviesen buscando desesperadamente algo sin poder encontrarlo… y en el caso de ella, era posible que jamás lo hiciera, que toda su vida fuera sólo para servir y cumplir los deseos de otros, en especial, de su señor Ares.

Ese era el destino de un guerrero. El honor de un Berseker.

- No tengo nada que ver con Fye Juliai. – Respondió aunque realmente no sabía por qué su voz había salido tan apresurada a aclararlo.

Se lo recriminó a sí misma en ese instante, justo en ese momento, porque ese sujeto no tenía porqué saber nada de lo que ella hacía ahí. Ella no le debía explicaciones, ni si quiera debería haberle estado hablando. Aún así, no veía hostilidad en su actuar y el hecho de que pidiera que la acompañara y se subiera al caballo era aún más confuso. Él había sido atacado por seres como ella, ¿Por qué entonces querría estar cerca o incluso dejarla ir así como así.

<< Es Sophia Juliai y todos a su alrededor quienes me interesan. Ellos son mi misión. Es en Roma donde se supone debo estar ahora. >>

Miró a Solomon de reojo mientras subía a un caballo entre los hombres muertos. Era como si la vida y la muerte de sus hombres no le interesara. Pasaban a ser un banquete más para los cuervos, así como algún día lo sería ella.

- Tú y Gelum Juliai… - Dijo de pronto, mirándolo cada vez más atento. - Tu y Fye Juliai… - Cada vez lo entendía un poco mejor, cada mirada que le daba comparándolo con su hermana Samantha a quien había conocido, con Fye Juliai a quien había visto de reojo y al pequeño Gelum. - ¿Aun no te das cuenta?

Un ojo crítico lo sabría. Cualquiera con dos dedos de frente lo entendería. Había más en esa familia de lo que ellos mismos estaban dispuestos a entender y todo ello se iba entretejiendo para mostrar las verdaderas intensiones de todos los actores de aquella increíble epopeya.

<< La misma mirada, el mismo cabello claro, los mismos ojos soberbios, el mismo silencio y la misma melancolía… se puede oler la frustración en todos ellos como una peste que los invade. >>

por **Dados** Mar Nov 08, 2011 10:20 pm

El miembro 'Sarahissa' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Defensa' : 8

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#2 'Objeto' : 1

por Solomon Miér Nov 09, 2011 5:08 pm

El primer avance que había dado el elegante corcel era detenido por las manos de su jinete. Solomon había quedado un tanto intrigado por las palabras que había escuchado cómo breve murmullo. No era meramente circunstancial, ni ningún truco fabricado por el viento que llegaba a sus oídos. Latrivan...aquella mujer de librada de toda emoción o individualidad había entonado algo que la sacaba de su hasta entonces habitual encasillamiento.

El emperador daba vuelta paulatinamente a medida que su intuición le llevaba a pensar que Latrivan conocía más de lo que aparentaba. Su gesto inexpresivo ahora era el de reproche, cómo si ella de pronto fuera un subordinado suyo. No la veía más como a femina, sino como a un soldado.

Que dices...

Algo en aquella simple respuesta le comenzaba a turbar, pues si algo sabía era que los berserkers eran susceptibles a su poder, a diferencia de Anfitrite quien los reprime...entonces, eso quiere decir, que dice la verdad...!¿Pero cómo?!

El sol carecía rápidamente de su brillo esplendido, las nubes habituales de la tarde comenzaban a cubrirle incesantemente no dejándole bañar la tierra con su fino encanto. El viento ahondaba aun más en fuerza agitando su traje con facilidad; decenas de pétalos multicolores se veían adornando el panorama. Parecía ser el anuncio del fin de un sueño.

El rostro de Solomon se enfocaba en dirección de donde suponía la ubicación de Ushuriel, sus latidos eran evidentes, había percibido una confusión inicial en aquella guerrera más ahora parecía apaciguarse ¿Que traía en manos?

La duda que intentaba fomentar mediante aquellos fragmentos de oración no parecían interesarle más a Solomon quien percibía con suma atención a lo lejos pequeños lamentos, sólo recuerdos de una guerra pasada se decía para sí.

Ares...

Fue lo único que pronunciaba, casi mecánicamente. No sabía a ciencia cierta que o cómo pero ese dios yacía detrás de lo acontecido en la naturaleza. La villa de Fye yacía cerca, lo más probable era que Latrivan sólo intentara gastar tiempo para librar a su amo y señor de la furia de la maquina conocida como Solomon. Una furia ciega comenzaba a llenar su sangre al sentirse engañado.

Espera a tu señor en la misma puerta del infierno Latrivan. Que la cabeza de Fye, Gelum ó hasta la de Sophia caerá esta misma noche...

Sin dar mayor tiempo a su respuesta dio media vuelta y se encamino raudamente en pos de la famosa villa Crisaida.

por Raider Jue Nov 10, 2011 5:10 pm

<< Cómo si eso me importara en lo aboluto. Matalos a los tres, evitarás que lo tenga que hacer mi señor... le quitarás su diversión pero tambien un dolor de cabeza. >>

Latrivan ni si quiera miró al caballo de ese señor Romano alejandose. No le interesaba mucho a decir verdad. Su única misión era traer la cabeza de Sagitario al templo de la guerra. ¿Cuanto más podría esperar? No lo sabía. Tenía la seguridad que su demora no debía haber sido bien vista o recibida por Ares o por ningun otro berseker.

¿Qué mas daba? No necesitaba llenarse de halagos o palabras de felicitaciones, sabía que el veneno estaba entre cada uno de los Bersekers y el fracaso de uno era la alegría de otro.

<< Debo estarlos diviritendo, pero veremos quien tiene la última carcajada. >>

Miró en dirección a la Villa, pero las presencias de todos esos hombres aún estaban ahí. Nadie había entrado o salido, sólo Poseidón que iba en dirección a ese lugar.

<< Es hora... >>

Sarahissa desapareció entre las ramas. Iba siendo momento de comenzar su espectáculo.

por Raider Sáb Dic 10, 2011 4:57 pm

Que patetico se habia vuelto el mundo de los humanos ahora que el caos caía sobre ellos. Que patetico se había incluso vuelto su propio dios ahora que algo le habia trastocado su cerebro. El dios a quien Latrivan alguna vez había idolizado como un grande entre los grandes ahora, simplemente, no le llamaba la misma atención. No fue sólo eso, sino el desprecio con que se sentía su cosmoenergía hacia todos aquellos que le habían sido leales desde el comienzo.

¿Que más daba? Latrivan no estaba interesada en seguir pensando en Ares sino en cumplir con sus propios asuntos. Pits of inferno había resultado bien hasta el momento en que Apocalypsis lo había quebrado. Aun necesitaba seguir controlando su cosmoenergía para que la proxima vez nadie saliera de ese mundo de fuego y miedo. Aún caminaba por las rutas de la villa esperando a su objetivo. Pero el muy cobarde no salia. Por lo cual se quedaría a esperarlo hasta que lo hiciera. ¿Qué más daba? A esa altura nada podía cambiar el hecho de aque algunos debían morir para que otros comenzaran a vivir. Pero la guía que Ares había dado a sus subordinados la tenía bastante aburrida. Ares sabía que no había forma de matar a Edward de Sagitario mientras se encontrara en Roma y aun así la tenía ahí perdiendo literalmente su tiempo.

Bostezó y se sentó en el pasto. Si no había nada mejor que hacer comenzaría a concentrar su cosmoenergía hasta poder controlar el Pits of Inferno a su antojo. Despues de todo, se sentía a Ares en Egipto. Se preguntó si el humano Octavius aun recordaría su promesa de matrimonio con Selene. De seguro que no. Octavius era un hombre completamente distinto desde que cayó en manos de esa sombra.

Su cabellera rojiza levitaba hacia los aires, mientras que por su piel recorría energía lista para ser utilizada de una u otra forma a su favor en Pits of Inferno. Pero hacer aquello tan insignificante la mantenía tan aburrida que habría preferido que su alma volviera a dormir.

5to Post Pits of Inferno

por Solomon Mar Dic 13, 2011 6:35 pm

Sus sutiles pisadas lo hacían casi felino, sin producir siquiera un debil sonido ante su avance el cual no dejaba de acelerar, impulsado por una extraña corazonada. Un sentimiento de lo más voluble le comenzaba a nublar, no era rabia, ni siquiera angustia ante la presencia de Ares quien había resultado ser Octavius, su primo. Era otra cosa.

El sol colapsaba a lo lejos dejando su cuerpo bañado por su ultimo brillo. Solomon avanzaba sin siquiera dar cuenta de la muy proxima Sarahissa. Aquella peste no era la razón de su desvario. Era otra cosa, una que había olvidado por la prisa y algo...inusual.

Comenzaba a tener todo mucho sentido. Las palabras del dios de la guerra no le habían sacado de la cabeza que su verdadero proposito era Athena. Sin embargo, no conocia a ciencia cierta quien era, ni siquiera si había reencarnado en esa parte del globo. Pero su instinto le señalaba las pistas que debía seguir, no por medio de la magia o algun otro truco barato, sino mediante unicamente lo que quedaba de su corazón. Aquel objeto frio que se veía revitalizado ante ese sólo pensamiento.

por Raider Miér Dic 14, 2011 12:26 am

Pits of inferno estaba casi por completo bajo su dominio. El lugar había sido la dimensión en que Latrivan y Gorgordan mandaban a las almas rebeldes de los bersekers caídos a pagar por sus pecados, pero cada uno de los actuales bersekers tenía una importancia en ella. Como Sarahissa había dicho habían recamaras en las cuales los esbirros de cada uno de los bersekers habitaba y desempeñaba una función letal. De cualquier forma abrir la puerta de ese paraíso de muerte era un tanto complicado, no cualquiera podía hacerlo. Era como buscar una llave en su mismísima alma que le permitiera ir y venir de pits of inferno.

La sala del trono de pits of inferno era realmente letal. Criaturas ancestrales habitaban allí y cosas aun peores, espíritus de Bersekers caidos que habían sido exiliados al olvido para ser purgados por sus crímenes contra Ares y el Olimpo. Ni si quiera Sarahissa estaba segura de todas las cosas que allí sucedían pero mientras estaba sentada intentando reunir la suficiente cosmoenergía en su cuerpo para hacer que esa dimensión de muerte y sombras volviera a ella.

El día era extraño. Algunas cosmoenergías estaban mucho más activas que otras y ella sabía aquello. Sin embargo no pudo evitar preguntarse que tanto el resto de los Bersekers estaría haciendo, si alguno de ellos había conseguido si quiera despertar el mismo poder que ella. Había tenido que soportar indiferentemente las brutales palabras de Ares en el Olimpo sobre su efectividad, pero aún así, no había un berseker que se le igualara en fuerza y era mas que probable que ninguno de ellos jamás lo lograra. Latrivan, podía ser silenciosa, fría e indiferente, hasta el punto de la crueldad, pero no tenía una gota de falsa modestia en ella, tenía más que claro que era la carta de más poder en ese momento pero se preguntaba porque entonces Ares mostraba cero a nulo interés en ella y si en basuras que ni si quiera contaban con técnicas como correspondía para luchar par a par contra el ejercito de Athena.

De cualquier forma, sentía que ya había reunido la suficiente energía para hacer lo que se le diera la gana. Iba siendo hora de salir de ese letargo en que el entrenamiento la había dejado e ir contra un enemigo que fuera digno de ella y además mostrara ser una amenaza para los planes de su señor, si es que aun se le podía llamar, su señor. Estaba cada día más convencida que Ares llegaría y la mataría por no ser útil para él. No estaba tampoco muy interesada en mostrar su utilidad. En las guerras que habían luchado siempre había sido la última carta cuando el resto de los imbéciles sangrientos morían por estúpidos al precipitarse en batallas en que no medían la fuerza de su enemigo. Latrivan no era así, era cautelosa y prefería estudiar a un enemigo para vencerlo que ir a ciegas a su encuentro.

Pits of inferno estaba completo, tal vez iba siendo hora de probarlo… contra la ciudad más grandiosa de todas, Roma.

Ultimo post de entrenamiento elemento muerte > Pits of Inferno

por Paolo Vie Dic 16, 2011 11:40 am

Los minutos pasaron y el viento frio rosaba la palida piel de aquel jovenque de reojos miraba a su amo y dios, no cabia duda que estaba dispuesto a llevar en sus hombros el peso de aquel accidente pero sabia muy bien que no seria nada comparado con lo que pudiese sentir su compañera, ademas una mujer herida y ademas con auto-dessepcion no seria bueno en aquellos momentos, sin embrago, se sorprendio al escuchar las palabras de Fye... no eran regaños, o incluso ni un solo golpe, era algo pasifico, tranquilo, un pequeño llamado de atencion envuelto en aquella satisfaccion por decirlo de cierta forma de que ya otra armadura que estaba a su servicio despertase.

Si señor, como usted diga, fueron las palabras, la unicas palabras que en aquel instante esboso aquel joven muchacho para luego levantarse y tomar uno de losa caballo y algunas de las pertenenecias. A pocos metros pudo ver a Alexandra en perfecto estado y tambien su otra compañera que se dirigio de inmediato hacia el puerto en busca de una nave para poder sarpar con rumbo a Grecia.

Sin mucho o mas bien nada que decir, Paolo tomo su corcel y continuo el camino hacia el puerto acompañando a su amo y a alexandra, sin decir una sola palabra en el camino mientras la armadura de mercurio desaparecia, volvia a su lugar de custodia... el templo del dios Abel en el centro de las montañas de grecias, mas allá del santuario atheniense.

______________________________-

Off:

Spoiler:

por Solomon Vie Dic 16, 2011 7:48 pm

Su trote por la ciudad había sido completamente una locura. La gente de todas las clases se reunia para reverenciarle y agradecerle de las más infinitas formas la restauración del reino, las mujeres lanzaban sus lagrimas de alegria, los hombres arengas en pro de la vida de su señor, los jovenes y jovenzuelos bebian con regozijo mientras entonaban canciones creadas por ellos mismos y niños con sus mascotas yacian a sus faldas imitando a los guardias y centuriones que debían protegerle. Un caos total del cual no podía escapar, aunque cuando lo desease su ira permanecia controlada, tal vez él aun se mantenía aturdido por intentar encontrar la solución a su predicamento.

En todo caso, fue cosa de suerte para ellos el que su dichoso señor por fin logrará escabullirse por entre un hueco dejado entre un par de mendigos. Sólo aquel instante libre de baches le había permitido arribar a más allá de las fronteras urbanizadas de Roma. En verdad era un alivio para su desordenada psique. Sin embargo, sólo significaba más trabajo para él.

El cuadro de apacibles prados y huertas yacía manchado por la pestilencia de Ares y sus guerreros de la muerte. Al parecer habían tenido más de una faena durante la noche, seguramente aquella fue el verdadero motivo de la extensa platica con el dios, sólamente un señuelo.

Pero algo se salia de tu plan Ares. Un lazo formado sin concentimiento o siquiera conciencia tuya. El unico eslabon seguro entre mi actual yo y el del pasado.

El sol iluminaba a su maxima expresión, los aromas si bien muchos no se terminaban por mezclar en la atmosfera. Además, Solomon ya podía distinguir de entre toda la peste una muy importante. Avanzando rapidamente en pos de aquella huella acabose en su busqueda poco menos de una hora. Allí estaba ella...

Sin revizar más alrededor, por ejemplo una trampa, el hombre rubio se deshacía de su careta de hierro dejandola en el bolso de su animal. Su ojos dorados salían apenas levantaba sus pesados parpados para hablarle.

Latrivan.

por Raider Sáb Dic 17, 2011 11:19 pm

Había estado caminando por esa ruta tan transitada dirigiendose a Roma. Pits of Inferno estaba completa y si había algo que le causaba curiosidad era saber si funcionaría de la forma en que ella estaba, de lo contrario una técnica tan maravillosa como esa habria sido una perdida de tiempo.

Sin embargo el destino no parecía querer dejarla avanzar mucho ese día, pues apenas caminó algunos kilometros se encontró con un mendigo que pensó haber sacado de su camino con anterioridad.

- Tienes ojos de un demente. - Dijo con suavidad observando a esos ojos dorados que proyectaba hacia ella. Eran anormales, horribles, algo que le provocaba deseos de golpearlo. Pero no se movió, se quedó ahí mirandolo con inflexibilidad y con la mas desinteresada de las expresiones.

No era que ese hombre no le interesara, al contrario, era simplemente que Sarahissa era incapaz de reflejar en su rostro interes por nada. Era fría, esa era su naturaleza, alejada y ajena a todo lo mundano, incluyendo la presencia de ese sujeto, quien podia ser o no un dios, el dios Poseidón que había derrotado a dos bersekers (Por muy inutiles que fuesen).

- ¿Que haces aquí? - Preguntó sin moverse de su posición.

por Solomon Dom Dic 18, 2011 7:16 pm

Dialogo

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¿Lo preguntas en serio?

Pregunto friamente mientras sus pasos seguían en dirección de la bella joven, siempre viendola, no cómo a una mujer sino cómo a una increible poseción Un arma, eso sería más preciso.

Deberia preguntarte aquello a ti Berserker. Suponia que su principal misión es la de proteger a Octavius, a quien ustedes denominan Marte. Sin embargo, tu ausencia fue inegable...lo que lleva a pensar el porque de tu aparente aislamiento.

Algo raro sucedia con el emperador, su rostro parecía mostrase mucho más expresivo, incluso sus palabras denotaban algo más propio de un ser vivo que de la maquina que originalmente se denomina. Este sorpresivo interes por algo más que Roma reflejaba probablemente el hecho de haber consumido energía muy recientemente, ya había ocurrido la vez anterior.

Su mente, mucho más activa calculaba detenidamente lo poco que sabía de la fria doncella de cabellera flameante. Su condición de Berserker ya antes había quedado a duda, su ansias por pelear no era igual o siquiera similar al de sus hermanos, tal vez empleaba alguna otra arte, cómo la estrategia ¿Pero que haría un estratega entre las filas del dios de la guerra violenta?

Así que no eres la clase de Berserker guerrero por naturaleza. Debes ser lo suficientemente debil para que Ares te mantenga a distancia. Bien, creo que no representas ninguna amenaza.

Pero aquello sólo es relativo. Ares, sólo te tiene miedo Latrivan. Teme de quien no es cómo ellos. Es facil de predecir lo que ocurrirá contigo.

Lo menciono mientras su mirada alucinante se volvia más penetrante, casi podia sentirse el son de burla que aquellos ojos mostraban.

Latrivan. Eres muy diferente a los otros Berserkers, no sorprenderia que ante los ojos de alguien consumido por la brutalidad cómo Ares te vea cómo alguien debil...y debes conocer muy bien el destino de los debiles en un ejercito. Es mejor que mueran antes de la batalla, siendo los eslabones más debiles comprometerian al resto.

Quedaba a poco menos de un metros de la chica, su aura no era comparable a la hellgorack o Ushuriel. Pronto las tres espadas que no había arrojado en palacio aparecían en su mano izquierda aun en posición de reposo.

O querrás demostrar que me equivoco Latrivan. En tu actual estado, moririas sin remedio. Demostrarias a tu señor lo poco que vales, es más, él ya lo da por hecho seguramente.

Pero existe una solución a tu dilema Latrivan. Acaba con tus compañeros y con el avatar de tu señor.

Su tono se volvia siniestro mientras el color dorado de sus ojos se intensificaba. Todo alrededor se tornaba de colores fosforescentes.

Latrivan, tu unico camino es el de buscar la eliminación de los Berserkers que sirven a Ares. Acabar con el humano al cual Ares tomo. Esa es la más clara muestra de tu fidelidad a tu dios.

Finalizo incendiando su alma con el fuego de aquella maldición.

Y yo, Solomon, soy tu camino. La forma de hacer realidad tu objetivo es sirviendome. Haste que el momento llegue.

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Off: Efecto aun vigente en Latrivan: Tomar todo lo que digo cómo cierto.

por **Dados** Dom Dic 18, 2011 7:16 pm

El miembro 'Solomon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Ataque medio' : 10

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#2 'Objeto' : 8

--------------------------------

#3 'Cosmos' : 14

por Raider Dom Dic 18, 2011 7:45 pm

Sarahissa permaneció inmóvil parada en medio del camino. El viento mecía su cabello, era la visión de la verdadera belleza en la frialdad de sus ojos. Desde su nacimiento había aborrecido a los Romanos, y estar en Roma ahora le revolvía el estómago. Pero ver a ese hombre frente a ella la hacía pensar que ninguno de esos vulgares Romanos si quiera sabía quién era la clase que los gobernaba. Estaba el humano Octavius y ahora Solomon, ninguno se parecía el uno al otro, de hecho Solomon era idéntico a Fye, el hermano de esa mujer llamada Sophia que Octavius había dicho era Athena.

- Usted no sabe nada sobre la guerra, señor Poseidón. – Respondió Latrivan con frialdad y sin expresión alguna demostrando que sentía por lo que estaba escuchando. – Los bersekers son espíritus demoniacos nacidos de los defectos más bajos del hombre… el miedo… la vergüenza… la soledad… la apatía… todas ellos motivos suficientes para dar lugar a luchas unos contra los otros sin motivo aparente aparte de vencer o morir. – Latrivan dio un paso adelante, si Poseidón creía que le temía a sus ojos locos estaba en un error. - Así como las ninfas u otras criaturas, vivíamos en el Olimpo, siempre luchando los unos contra los otros sin motivos, sólo para determinar quién era el más fuerte. Ese fue el inicio de la guerra como concepto. Fueron siglos de luchas entre clanes, razas y alianzas. Algunos fueron exterminados por siempre, otros más débiles se volvieron más fuertes y algunos nunca pudieron ser vencidos. Lo mejor de lo mejor, los ganadores, fuimos escogidos por Ares.

Bajó el rostro cerrando los ojos. Su piel pálida se veía extraña bajo esa luz solar pues líneas rojas y negras comenzaban a cubrir sus piernas y brazos con lentitud, estaba mostrándole a ese sujeto la verdadera cara de la guerra en su cuerpo, lo que la identificaba como un berseker.

- Ares nos dio propósito cuando carecíamos de alguno. Hasta entonces, peleábamos por instinto. Después de él, peleábamos porque sabíamos que éramos seres nacidos de la sangre y el miedo. Nuestra naturaleza era la guerra, ese era el motivo principal para matarnos unos a los otros. Pero nos prohibió matarnos desde entonces… a menos que alguno de nosotros rompiera la regla más fundamental de todas, perder las ansias de luchar.

Recordó el día en que todos los sobrevivientes decidieron dejar de matarse uno a los otros, pero sabía que ese instinto seguía muy vigente en el corazón de todos los bersekers incluso el suyo. Ver a otro berseker morir o fracasar hacia que el resto se sintiera mejor, por algun motivo. Eran una calaña de mal nacidos, cada uno de los bersekers. No eran un ejército unido y amoroso como el de Athena, entre ellos habían disputas milenarias, guerras de clanes que aun no estaban completamente solucionadas.

- Es difícil cumplir esta regla. De una forma u otra todos deseamos la muerte del otro. Es una regla tácita nunca confiar en un berseker ni darnos la espalda entre nosotros. Dices que yo no soy una guerrera por naturaleza, pero te pregunto, ¿Cómo podrías estar tan seguro de ello? ¿No crees tal vez que sea mi intensión que tu creas aquello? Te concedo que mis hermanos y hermanos tienen el coeficiente intelectual de un maní, o incluso más bajo. Eso no significa que nos diferenciemos el uno del otro en lo más importante, las ansias de luchar.

Dio otro paso adelante. Era evidente que todo ese aspecto en latrivan era un avatar perfectamente seleccionado por ella. Nadie podría nunca haber sabido cuales eran las verdaderas intenciones de esa mujer ni si quiera haber comprendido que estaba escondiendo atrás de ese rostro inexpresivo. Tal vez dentro de su pecho fuese un animal tan sediento de sangre como el resto, pero si por algo se había ganado el nombre de Hechicera maldita, era por ser como un camaleón que mostraba exclusivamente lo que quería que su enemigo viera. Por ello, nunca mostraba nada, ni expresión ni sentimientos ni deseos. Todo lo que concernía a Latrivan está dentro de su cuerpo y su mente. Que el resto pensara lo que se le diera la gana.

- Nadie puede predecir lo que ocurrirá conmigo u otro berseker. Menos tú. Si Ares desea mi muerte lo único que debe hacer es pedirlo. Sabe que cuenta con mi completa fidelidad y obediencia. Y Ares no es un ser estúpido, el sabe que hay debajo de mi rostro, lo siente, de lo contrario no me dejaría servirlo pues sería deshonroso para él tener a alguien débil y patético a su servicio.

Le hizo hasta un poco de gracia la idea de matar a sus compañeros. ¿Quién decía que hasta ese momento no lo había hecho ya sin que el resto se diera cuenta? Se había deshecho de al menos 4 ya, y uno descaradamente sin si quiera ocultar el hecho de que lo había derrotado. No necesitaba la ayuda de nadie para sacar del camino de su señor a las almas débiles y patéticas. Ares sabía bien que la guerra entre los bersekers era algo que no se podía evitar, pero al menos no se hablaba de ello abiertamente, todos sabían que un Berseker siempre intentaría joderse a otro.

Pero la idea de servirlo para beneficiar a Ares, aunque sonaba ridícula y falsa, le hizo mucho sentido. Miró al suelo, pensando en mil formas de entender que le estaba sucediendo que un pensamiento tan débil y patético como aquel le resultara cierto. No entendía nada, no quería entender nada. La idea de servirle a Poseidón era ridícula pero de pronto le resultaba fascinante.

- ¿Qué quiere decir? ¡Explíquese! ¿Qué me ha hecho? ¿Cómo se metió en mi mente de esta forma?

por Solomon Dom Dic 18, 2011 8:11 pm

El brillo de sus ojos disminuian en intensidad mientras los entrecerraba a medida que las palabras de Sarahissa podían ser escuchadas y entendidas de la mejor manera. Yacía satisfecho de la información que la mujer le daba, su instinto no le había fallado, desde la primera vez que la vio, Latrivan estaba destinada, no para Ares y sus planes...sino para ser empleada por él.

Un arma para otra. Eso lo resumiria todo. Sin embargo, aquella doncella de frio temperamento no sería un pan regalado, ni mucho menos. Todo lo contrario, se notaba claramente la resistente que presentaba aun estando bajo el efecto del hechizo del emperador.

Todos los berserkers son tan orgullosos de su estirpe. Ushuriel y Hellgorack tambíen me demostraron eso hasta su último suspiro.

Latrivan era una clase muy particular de Berserker, su fuerza no resultaba cómo a los otros. Era su mente lo verdaderamente valioso. Pero eso no debía ser suficiente para ser una guerrera de elite, su actitud desafiante la alejaba de la tipica figura de un traidor, cuyo unico merito es la obtención de la victoria mediante las mentirasy la astucia. O no, esta mujer ya había demostrado ser más que eso.

Avanzas sin duda alguna. Algo poco sabio para quien parece jactarse de su inteligencia al momento de la batalla.

Solomon volvía a abrir sus ojos misticos revelando un brillo enceguecedor y a la vez tan fascinante cómo el de la luna.

Sin embargo tu resitencia cedera. Es inutil para algo no divino librarse de estos ojos. Aceptalo Latrivan. Tu rol como Berserker acabó desde el instante en que me dirigiste la palabra. Ya no sirves a Ares. Sólo y unicamente a mí.

Y me ayudarás...o sí...lo harás.

por **Dados** Dom Dic 18, 2011 8:11 pm

El miembro 'Solomon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Ataque medio' : 1

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#2 'Objeto' : 1

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#3 'Cosmos' : 45

por Raider Dom Dic 18, 2011 8:28 pm

- Me acerco a ti porque estoy esperando que ataques. Pensé que alguien con la inteligencia de un dios se podría dar fácilmente cuenta de ello. Pareces haber olvidado un pequeño detalle de nuestro último encuentro emperador.

Abrió la palma de su mano y mostró lo que había estado ocultando desde hacía unos momentos. No había olvidado lo que tenía listo para ese sujeto desde un tiempo hasta ahora. El se había acercado a ella con intensiones indignas, cuestionando su fidelidad con su señor. Eso era algo que no perdonaría fuese quien fuese ese sujeto. Si Latrivan tenía dudas sobre la efectividad de los planes de su señor o que le podía haber sucedido desde que esa sombra lo había cubierto, eran dudas de ella, exclusivas, a los ojos del mundo seguía siendo alguien que hubiese muerto por Ares en cualquier lugar y a cualquier hora.

- Le presento a Solomon, su copia. – Dijo cuando fue evidente que el muñeco deforme que estaba en su mano se transformaba en uno de cabellera rubia, ojos de cuentas doradas y también el ropaje purpura de un emperador. – Me he aburrido de sus palabras, ¿Qué tal si le atravieso la lengua?

Con su otra mano comenzó a juguetear con los labios del muñeco voodoo que estaban hechos de una ramita, pasando la punta de sus dedos por ellos, pensando si quería o no sacarle la lengua ahora o después.

- Tal vez sea cierto de que mi único camino a la salvación de Ares sea por ti. – Dijo aceptando que no podía hacer nada por la manipulación de pensamientos que ese ser estaba efectuando contra ella. Era lo que era y tenía que aceptarlo, pero al menos podía salvarse si utilizaba la lógica de la forma que a ella le estimase conveniente. - ¿Pero quien dice que Ares quiera la salvación? Lo que él desea es luchar… yo dejaré de servirle o serle útil cuando él me lo diga. No antes, no después.

Siguió acariciando al muñeco entre sus dedos, pensando que le iba a hacer si seguía molestándola y metiendo ideas raras en su cabeza. No había que ser un genio para darse cuenta que Poseidón estaban intentando meterle pensamientos errados para que los considerara verdaderos. Por lo cual miró hacia un costado. Si no le miraba los ojos, no habría forma de que ese ser siguiera entrando a su mente con aquellos ojos desorbitados.

- Preferiría la muerte antes de ayudarlo, señor Poseidón. Mi lealtad sólo es ante aquellos que reconozco como superiores mí. A mis ojos, usted es patético, no porque carezca de fuerza, sino porque carece de la voluntad para utilizarla para subyugar a aquellos más débiles.

_____________________________
Ya que mantuviste activo los efectos de tu técnica también lo haré yo. El los posts pasados tenía mi muñeco de Voodoo activo y ahora lo comenzaré a utilizar contra ti.

Voodoo Doll

Si se utiliza como objeto, este deforme muñeco se tranformará en una copia miniatura de cualquier personaje.
Cada vez que el personaje lance cosmo 40 , podrá introducir una aguja dentro del cuerpo del muñeco, haciendo 500 de daño idefendible al personaje real. Puede seguir enterrandole agujas todas las veces que quiera. El muñeco puede utilizarse cada vez que se lance como objeto para cambiar de forma.

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