Las calles del mercado

por Luna Lun Ago 02, 2010 2:15 am

Recuerdo del primer mensaje :

Cubría mi rostro con la capucha para disimular un poco la mascara, simplemente no me acostumbraba a no usarla, tan solo en privado o frente a algunas personas no la utilizaba. Pero bueno tampoco era la idea llamar la atención, así que nada que unos harapos no hicieran pasar desapercibido.

-Tsk…hmhmhm – Contenía la risa, ya que la mascara haría ecos un poco extraños. Pero ver la reacción de la gente a nuestro alrededor cada vez que el estomago de Enya rugía de hambre era en verdad gracioso. Aunque mejor eran esas caras que ponía de ruego por llegar a las tiendas del mercado.

No fue mucho lo que habíamos caminado cuando comenzamos a ver algunos de los puestos ambulantes en el horizonte. Pero el calor y el sol hacían el camino mas extenuante, nos habíamos alejado un poco de la brisa que traía el río. Cada vez había más puestos, más grandes, con más variedades. Por instantes me detenía observando lo que exponían en alguno que otro pero suponía que el hambre de mi amiga ya la estaría hostigando mucho. – ¿Viste algo que le apetezca al ruidoso?- inquirí volteándome, pero me encontré hablando a la nada ya que Enya no estaba allí. Dirigí mi mirada unos metros mas adelante encontrando a mi compañera ya en un puesto. –Haha que impaciente.- musité mientras me acercaba a ella a ver que había encontrado.

por Steven Sáb Oct 02, 2010 6:12 pm

¿Quién demonios era aquel muchacho que se pensaba la gran cosa, siendo nada mas que una basura?...Steven decidió ignorarlo, después de todo, no valía la pena como para gastar saliva en alguien que no tenia futuro en las tierras de roma. Un hombre que ignora el poder de una espada muere bajo su filo, quien ignora el poder de un imperio muere bajo sus flechas. Steven recordaba las palabras de todos los guerreros que fueron sus tutores cuando él recién salía de la infancia para enfrentarse a los enemigos del imperio. Y al parecer, la idea de Steven resulto, tan solo pasaron unos momentos y aquel extraño e idiota personaje se retiro del lugar, sin mas palabras que decir debido a que su corto cerebro no le daría para mas. Quizás el hambre no debía dejarlo pensar ya que buscaba desesperado en el mercado algo para comer, o al menos ante los ojos del guerrero romano, eso es lo que buscaba…Comida. Como un perro buscando en el tacho de basura, porque no es capaz de cazar su propia comida como lo hacen las verdaderas fieras, los verdaderos caninos. Un perro no es mas que un intento de canino que se conserva con las sobras o con lo que la gente le dé por lastima, mientras que los verdaderos caninos como los lobos, buscan su comida y cazan animales mas débiles para autosatisfacer sus necesidades…Sin ayuda y sin tener que rebajarse. Eso era exactamente lo que pasaba, Steven podía cazar animales y tenia para comer en su hogar, como un lobo, pero quien debía de buscar que los demás cazaran por él…era simplemente un perro pulgoso. Luego de que el lamentable sujeto se retiro, Steven prosiguió a hacer lo que estaba haciendo, y esperaba que esta vez no fuera interrumpido por ningún borracho o algo por el estilo, decidió seguir hablando y esperar que Jabranth le contestara…Aunque parecía algo perdido o fuera de si.

-Menudo idiota, ¿No crees?...

Dijo mientras esperaba que Jabranth, esta vez, contestara.

por Jabranth Sáb Oct 02, 2010 9:44 pm

Levemente escuchaba la intromicion que habia creado un callejero eso era lo que se podia decir, puesto que solo hacia interrumpir la pequeña presentacion que apenas habia echo, tenia casi las palabras para decirlas, pero fui interrumpido, y solo agredia al nuevo compatriota que acababa de conocer, mi furia crecia mas, cuando comenzaba a hablar de las perdidas, de muertes de los soldados de Roma, yo sabia lo que era una guerra, habia estado en unas cuantas en Asgard, donde peleabamos contra los barbaros que llegaban solo a destruir todo, por eso se habia echo la muralla para evitar con todo su paso, cada defensa que peleeabamos centares de hombres morian de ambos bandos, pequeños niños que se habian enlistado tambien morian, pero siempre se veian una disimulada sonrisa, habian creado libertad y fuerza a su reino, donde vivian ellos, sus padres hermanos o talvez hijos, todos cortaban, golpeaban sin piedad, teniamos una fuerza interna que hacia que explotaramos en jubilo cuando veiamos correr al enemigo, o cuando tan solo veiamos su sangre derramada en la blanca nieve.

Ja, dejalo no sabe lo que un soldado tiende a hacer en el campo de batalla, es realmente una incoginita cuando no estas presente en un combate, tan solo es la reaccion del mas fuerte, el que tenga ganas de sobrevivir, y creo que aquel tipo no tiene deseos de morir, lo hubiera enfrentado, solo que a mi no me insulto como lo hizo contigo, creo que deberiamos de matarlo...

Guarde silencio, levemente comenze a cerrar los puños, era mi furia tal, que podia haber golpeado a cualquiera que se me topara, pero decidi relajarme un poco, respire profundamente, y los musculos comenzaron a lejarse...

Mejor no, seria tan poca cosa matar a alguien que ni siquiera conoce la lealtad y el respeto del batallon, mejor dejemoslo, ah y perdona, por no responder lo anterior, ando perdido en roma, bueno, creo que me perdi hace segundos, pero como todo extranjero, ando buscando trabajo, el oro escasea por aqui, y creo que es el unico modo de sobrevivencia ¿no?

Dialogo - Rol

por Deuteros Dom Oct 03, 2010 12:21 am

Me encontraba en las calles del mercado, este era un lugar que ya antes habia visto y que ahora volvia como un administrador exitoso. Mientras caminaba mis esclavos y demas sirvientes me seguian, yo les ordenaba que comprar para el mes. Las tierras necesitaban insumos para las producciones de este mes. Mis guardaespaldas me alejaban de la plebe de comerciantes que venian a ofrecer "supuestos insumos de primera". Me acerque hacia una esquina donde me vi un comerciante muy famoso por la calidad de sus insumos, rapidamente mande a hacer una lista de lo que le comprarian cuando decidi seguir caminando un poco mientras los esclavos compraban y llevaban todos estos insumos a mis tierras en progreso constante. En eso un limosnero se hacerca hacia mi y rapidamente uno de mis guardaespaldas empuja a este limosnero, sucio y harapiento. Al empujarlo, el limosnero cae y enpuja a un joven de cabello blanco, mi guardaespalda me cubre nuevamente y me dice.
-Señor Paul su carruaje nos espera junto con los insumo retiremonos-
Disponiendome a retirarme del mercado sintio algo, como si alguien me mirara, una sensacion desagradable para cualquiera obiamente gire mi cabeza para ver que pasaba o quien era.....

por Sheznarda Dom Oct 03, 2010 2:21 pm

Sheznarda como siempre iba por ahi distraída sin nada que hacer, todo lo que estaba planeando hacer era un teatro para que por ahi alguien dijera que se ivo a la acompañante de la hermana del senador hizo una ofrenda a los dioses y con esto Alucard no tendría una imagen mala de la amiga de la mujer que amaba.

No importara cuanto le gustara lo que robara, tenía que hacer la ofrenda para impedir que los otros hablaran mal de su amiga a la que tanto apreciaba y tanto quería; la mujer que la recogió, puesto que la joven no tenía donde vivir, ni donde pasar sus días, principalmente porque no tenía dinero, ya que se lo había todo en bebidas y ropa.

Las calles como siempre estaban llenas de gente, todas claro se ponían en tumulto cuando cuando había una pelea, es más la joven estafadora haciendo uso de su ligereza de pies se metió entre la multitud y vio a un joven que estaba hablando con alguien y en posición de pelea. Siendo el caso de que el estaría muy entretenido en ello pensó que ni el, ni su amigo no daría cuenta de lo que ella estaba haciendo movió su mano y trató de agarrar la bolsa de cuero que tenía colgada de su cinto lateral a su mano para tomarla. Si usaba bien las condiciones del mercado todo estaría a su favor y podría robarse aquella bolsa con monedas.

-Ya casi... Un poco más...- Pensó mientras se movía otra vez de forma ligera con mucho cuidado para no llamar la atención y no tener que correr como loca para huir.

por Jabranth Dom Oct 03, 2010 3:02 pm

Despues de haber soportado un poco al pesado lugareño que habia hablado pestes de un soldado romano, el que ahora estaba enfrete mio, Steve, ahora letamente fui golpeado de nueva cuenta por otra persona, dos golpes en un solo dia, levemente di la vuelta, y entonces pude denotar que un anciano hiba cayendo hacia mi lado, tirado ya estaba, desvanecido besando las piedras de antequera que yacian en las calles del mercado, levemente me arrodille, y lo tome de la mano, lo alze un poco mientras se reponia del golpe que le habian causado, frente de mi un guardia o algo por el estilo solo comenzaba a reir.

Anciano te encuentras bien?- pregunte, el solo asintio con la cabeza, lo deje reposando ya parado en una pared cerca de ahi, vi como se hiba hacia un hombre, creo que era su amo, puesto que le decia de tal manera- parece que te diviertes verdad?, pero no eres nada diferentes a las ratas, si a ti te estoy diciendo, tu amo igual te a de mandar golpear cuando no cumples, tan solo eres basura maldito- el soldado regreso, traia una espada en sus manos, solo pude denotar mi cuerpo comenzaba a tensarse, no era por el miedo a morir, pero ahora no queria mostrar mi poder, tome mi lira, y toque la nota de sol, levemente todo se le paralizo a aquel guardia, rapidamente antes de que todos se dieran cuenta, me acerque hacia el y le lanze un golpe directo a la cara, cayo como un costal de plomo al suelo, sin siquiera meter las manos.

No dije nada mas, caye despues de haber visto a ese dueño, o amo del soldado, no podia creer que gente asi existiera en roma, bueno aunque era el punto principal de imperio, no era de sorprendese, de pronto sentí una sensacion de que alguien se acercaba a mi, ladee un poco la mirada y por la espalda, cerca de mi oro, ví una mano, rapidamente, di la vuelta y la aprisione.

Señorita no deberia de estar haciendo eso, ahora no tengo mas remedio que llevarla a los guardias por ladrona, dije.

por Deuteros Dom Oct 03, 2010 3:20 pm

Vi que aquel hombre de los cabellos blancos y con una chaqueta azul, habia golpeado a uno de mis guardias. El hombre robusto con rostro de perro cayo al piso como una fruta madura de un arbol. Yo solo hize una mueca con la cara y luego sonrei, pegue una mirada fulminante hacia el objeto musical del joven con cabellos blancos. Decidi retirarme rapidamente este lugar nunca me agrado, llena de gente simple que no sabia nada de la vida y que como todo el mundo juzgaba a la primera visto o impresion. Volteo mi curpo hacia la carroza que antes estaba ya a mi detraz, subo un ecalon y rapidamente escucho unas palabras.

Señorita no deberia de estar haciendo eso, ahora no tengo mas remedio que llevarla a los guardias por ladrona.

Rapidamente veo que pasaba en este lugar, que ocurria que sucedia, me percato de que una muchacha con una flor en los cabellos le estaba robando al joven de cabello blanco. Me detuve un segundo y rapidamente miro al joven y me dirijo hacia el.

Buenas tardes joven, creo que mi deber es pedirle disculpas por el incidente de hace unos segundos, disculpe mi guardia es un hombre analfabeto que todo lo resuelve con los golpes y violencia, cosa que no me gusta mucho. Me presento soy Paul... un administrador de tierras de cultivo al norte de Roma. Perdone mi intromision pero no cree usted que tratar a una dama asi es incorrecto?. Le pregunto a usted, una muchacha asi roba a la gente por placer? o por necesidad?

por Steven Dom Oct 03, 2010 4:17 pm

Las calles del mercado eran un lugar muy transitado, mucha gente pasaba por allí, un muchacho que parecía estar borracho o algo por el estilo, que no dejaba de insultar al imperio pero ya se había retirado. También había una muchacha que intento robarle a Jabranth e incluso una especie de hombre importante que venia en una carroza. Este hombre mando a que un soldado golpeara a un pobre anciano, el cual cayo en el suelo golpeándose con las piedras del camino. Esta acción hizo que Steven reaccionara de mal manera, pero se calmo porque sabia que no estaba en una batalla sino que se encontraba en un pueblo donde asesinar a alguien no era una victoria, era homicidio. El guerrero invencible se calmo y tomo aire para que sus nervios se pasaran, vio como Jabranth levantaba al hombre y luego le daba su merecido a aquel guardia, los ojos de combatiente que tenia Steven pudieron hacerlo notar que el instrumento musical que tenia aquel muchacho había paralizado por segundos al enemigo, sin tan siquiera dejarlo mover y la sorpresa e impotencia en los ojos del guardia demostraban que Steven estaba en lo correcto. Las cosas no parecían relajarse ya que Steven estaba distraído por la reciente acción de Jabranth y de repente una muchacha estaba intentando robarle al muchacho de cabellos blancos. Hubo un gran lío mientras que Jabranth la sujetaba de la mano y le decía que debía deportarla a los guardias. Pero el hombre del carruaje se bajo y hablo por primera vez con los dos muchachos. El hombre se dijo llamar Raúl y ser un administrador de tierras en Roma, al parecer era un puesto importante, ya que era difícil pronunciarlo. Este hombre critico a Jabranth y luego a la muchacha, por lo que Steven decidió que seria mejor introducirse en la conversación.

Se acerco lentamente mientras que agarraba de la mano a la muchacha y se la quitaba a Jabranth, apretando su mano lo suficiente como para que no escapara, pero también lo suficientemente despacio como para no hacerle daño. La mirada de Steven miro el indignado rostro de la muchacha que había sido atrapada.

-Tranquila…Todos perdemos alguna vez. –Steven soltó su mano y la dejo ir, si es que ella lo deseaba, luego de soltarla volteo su mirada hacia los otros dos muchachos y prosiguió hablando- Es obvio que lo hace por necesidad… ¿Porque habría de robar una muchacha tan linda por placer?…

por Sheznarda Dom Oct 03, 2010 7:03 pm

Por unos segundos la joven Sheznarda se asustó al ver que su víctima de robo la había atrapado agarrándola de la mano y la había amenazado con mandarla a los guardiass; pensó mil y un formas de escapar, sin embargo cuando iba a hacer su mejor acto de desaparición, un hombre que parecía ser administrador de alguna cosa dijo que la soltara, y así otro joven más le tomó su mano y la dejó de modo que ella podría huir de si así lo quería.

Lejos de sentirse alivida la joven ladrona se sintió algo indignada y molesta. Y es que el hecho de que se pusieran a analizar sus hábitos de vida no era nada lindo, ni mucho menos que presumieran que ella por ser mujer no robaría por puro gusto. Para demostrarles cuán equivocados estaban la joven Sheznarda aprovechó esos momentos que fueron criciales para soltarse rápidamente y arrancharle la bolsa de cuero al joven que la había agarrado primero y con toda la rapidez que había ganado en sus años de robos y estafas salió corriendo ganando un poco de distancia en tal lugar. No era difícil para ella confundirse entre la gente, pero no estaba segura de que esos hombres fueran cualquier clase de idiotas, por lo que siguió corriendo mientras mitaba para atrás, estaba segura que su víctima no se quedaría tranquila con esto.

-Cielos si esto llega a los oídos de ella, me matará... Lo más seguro es que me mande a freir en aceite- dijo en voz alta mientras seguía corriendo presintiendo que por lo menos uno de ellos estaba corriendo detrás de ella, y que lo más seguro era que la distancia que los separara no era mucha, ya que ese joven parecía ser de los que ganaban distancia tan o más rápido que ella.

por Jabranth Dom Oct 03, 2010 8:23 pm

Escuchaba las palabras de aquel mercader que se hacia llamar Paul, el hacendado, que levemente interrumpio mi pequeño juicio, donde se veia involucrado la mujer que estaba sosteniendo, tenia ganas de matarlo a el por hablador, pero respire profundo y fui quedandome tranquilo, solo con fuerzas en mis manos para que no escapara la landrozuela, no quise hablar con el mercader, hasta que steven pidio que la soltara, ya que solamente se trataba de una mujer bella, y aunque no lo reconoceria en ese instante, si era hermosa.

Pero que es lo que dices, si la suelto podra seguir robandole a cualquier ciudadano de roma, ahora pude ser yo, al otro dia no se sabra quien sera, puede que este muy necesitada, pero si quiere el oro, tiene que trabajar, debe de hacerlo como todos lo hacen...

Levemente el lugar de mi mano fue ocupado por las de steven, levemente cedi a eso, aunque aun con mucha desconfianza, sabia que no se podria perdonar asi a un ladron que, aunque fuera mujer, era mas sutil que todos los demas juntos, me aleje un poco y segundos despues lo unico que senti fue un pequeño tiron que hizo sacudirme levemente, habia robado mi preciado oro, no podia permitirlo eso era lo unico que tenia igual para vivir, aunque fuese poco igual solo era mio, vi como se movia entre las personas corriendo sin detenerse.

Ven lo que les digo, ella sola se a puesto la soga al cuello, por eso es que nunca deben de confiar, yo por ahora me despido steven, vere si puedo alcanzarla, si es asi, espero venir aqui junto con ella, para que digas donde estan los enjuiciadores.

Sali corriendo tras ella, rapidamente comenze a esquivar lo que se me ponia enfrente, bolsas, costales, personas, y incluso animales, ella estaba a unos cuantos metros de mi, aun habia mucha gente, asi que segui persiguiendola.

Detente, o juro por dios que te detendre a la fuerza, y eso no te va a gustar, le grite entre la muchedumbre esperando que por fin reaccionara.

por Sheznarda Dom Oct 03, 2010 8:31 pm

Al parecer el joven al que le había robado estaba muy enfadado puesto que no tardó en gritarle amenazas que ella sencillamente no escucharía porque no era la primera vez que la amenazaban ni sería tampoco la última.

La joven estafadora seguía corriendo, la ligereza de sus pies era impresionante, y sus conocimientos de las calles del mercado eran realmente útiles en ese caso ya que se metió por callejones cada vez más estechos y llenos de gente que se metía cada vez más en el camino, pero que ella esquivaba incluso con brincos porque sabía como y estaba acostumbrada a ello. Cuando al fin decidió esconderse lo hizo entrando a otro callejón en donde estaban unos puestos de frutas podridas, en el fondo había otro puesto así mismo rodeado de moscas con una gran tela que le serviría para taparla y detrás del mismo había una pared que se podía escalar en caso de que necesitara huir y con la aguilidad de una gacela pegó un brinco y se escondió regunlando su respiración de modo que el si acaso la encontraba no la sintiera respirar; pero la cosa no terminaba ahí ya que tenía empuñada su arma con el fin de amenazarlo o herirlo si fuera necesario.

-Maldición no sé porqué no me está resultando como lo planeé pensó mientras seguía oculta.

por Jabranth Dom Oct 03, 2010 9:00 pm

Segui corriendo detras de la ladronzuela, que estaba escasos metros, entre las personas aveces se lograba esconder o camuflajearse, pero luego regresaba a mi vista, sabia que tenia que aumentar mi ritmo, asi que lo hice y rapidamente comenze a casi atraparla, pero igual como yo acelero mas el ritmo de sus pasos y logro superarme hasta esconderse completamente entre la multitud, la perdi de vista, comenze a moverme lentamente por todo el lugar, solo habia pequeños callejones y cosas tiradas por ahi, vigile todo el lugar y comenze a caminar sigilosamente, por si acaso estaba ahi, no queria que escuchara mis pasos, unas cuantas personas comenzaban a caminar por ahi, solo vi como tres, que me miraban como sospechando de mi, pasaron caminando y nada mas, de pronto, un olor fetido comenzo a llegarme a mi olfato, a lo lejos se asomaba una piramide de frutas prohibidas y todo lo demas que ahi habian tirado, a lado un pequeño telon, que se veia muy sospechoso en mi mirar, tome la lira que portaba en mis espaldas, y suavemente comenze a afinar las cuerdas, no habia mas sonido en el lugar, solo el que yo estaba produciendo, suavemente comenze a tocar mis cuerdas, una melodia comenzo a hacerse presente, esta tenia solo un objetivo, al igual como lo habia echo con el soldado de aquel terrateniente, este era para paralizar el cuerpo, de alguna manera las notas entraban por el oido y piel afectado cada neurona del cerebro haciendo que perdiera el equilibrio por momentos, al terminar la tonada, jale con fuerza la tela que estaba cubriendo la mesa, ahi encontre a la pequeña ladrona con su daga entre las manos, me miraba con terror....

Te dije que te detuvieras, no te hiba a entregar a los soldados, tan solo te hiba a liberar fuera de la vista de esos dos para que no empezaran a murmurar, ahora solo me has echo crear esto, no deberia ser asi,.. dije mientras tome el bolso de mis monedas, aqui estare a tu lado hasta que acabe el efecto asi me podras decir como te llamas, sonrei un poco.

por Sheznarda Dom Oct 03, 2010 9:14 pm

La joven escuchó los pasos de su perseguidor pero no se movió su plan hasta ahora estaba bien elaborado, sin embargo una música con la que ella no contaba comenzó a sonar y le produjo una rara sensación hasta el punto de hacer que cada músculo de su cuerpo se paralizara y no pudiera moverse. No estaba asustada si no realmene contrariada por el asunto ahora tendría que devolver lo qe había robado y eso no era algo que le gustara mucho que se diga.

Cuando su captor se acercó a donde estaba ella sacó la tela y la hizo caer al piso, luego le quitó la bolsa con las monedas y le dijo que no iba a entregarla a los soldados, sin embargo ella sólo le lanzó una mirada envenenada porque no podía hablar, y luego de varios minutos al fin fue recuperando la movilidad; minutos en los que ella se pregunta qué hacía el ahí y no se marchaba o la entregaba a los soldados.

-No veo porqué deba decirte mi nombre- dijo de forma antipática mientras miraba la pared y calculaba el tiempo que tardaría en dar un salto para escalar la pared y marcharse del lugar, pero aún seguía sin poderse mover lo suficiente para ello, así que solo se limitó a mirar el cielo y esperar que el joven se fuera o lograra sacarle más palabras que las que acababa de decir.

Pasados los minutos la joven se puso de pie y pegó un salto hacia la pared con el fin de escalarla como ella sabía, pero su parálisis había hecho que un músculo suyo se acalambrara y se cayera otra vez.

-Maldición- dijo en tono molesto mientras trataba de ponerse de pie.

por Jabranth Dom Oct 03, 2010 9:35 pm

Si yo fuera tu no lo haria de nueva cuenta, el efecto de mis requiems, son duraderos por mas tiempo de lo que tus musculos pueden estar tensados, asi que creo que estaras por varios segundos asi, y es preferible que no quieras escalar esa pared, un golpe de esa altura podria romper todas tus articulaciones, y dejarte con una discapacidad, dije mientras la tomaba de la mano, para ayudarla a levantarse, podria estar tambaleante asi que la incorpore a un pequeño asiento que habia tirado ahi, la deje ahi y tome su pequeña daga que la tenia aun en la mano, con fuerza se la quite, era un buena arma para una mujer como ella, pero ahora ya me pertenecia.

No puedo creer que una mujer tan hermosa como tu, este haciendo estas acciones de robar en este lugar, pero bueno es tu decision al hacerlo, por ahora no me preocupa los motivos, ahora solo me gustaria saber tu nombre. - mientras tomaba el mango de la daga, y acercaba la punta de esta hacia su pecho, no la hiba a matar solo queria asustarla un poco.- vamos no seas una chica mala y dimelo, o creo que tu propia daga atravesara tu corazon, acerque un poco mas la daga a su piel, no tenia suficiente presion como para lastimarla, tenia fuertemente agarrada el mango de esta, si acaso queria suicidarse en ese acto, se lo quitaria con suma agilidad.

No vas a decirmelo pequeña? o acaso no le tienes miedo a la muerte, si es asi, seria algo sorprendente en ti, vamos dimelo...

por Alessa0 Dom Oct 03, 2010 9:37 pm

Las horas pasaron mientras aquella caminaba saliendo una vez más de los territorios fétidos del Tiber, sin mirar atrás dejaba aquel pasado mediocre, junto con todo y todos los que algunas vez rosaron una interacción con Alessa, dejando una entrada a la cual había jurado matar hasta los mimos dioses para liberar la idiotez de su hermana, en aquellos momento tan solo se burlaba de ella misma por tan estúpidos momentos, agitando la cabeza y rascándose las palmas tan solo se alejaba, ya nada importaba ya era tan solo una mala experiencia que se borraría por otra, según el criterio de Alessa y mas por sus vivencias.

Nuevamente el mármol de las típicas callejuelas empredragada del mercado Romano, se esbozaba, trayendo ridículos recuerdos en su mente: de un niño, una pieza de barro, polvo y de ahí un rostro oscuro, al cual levemente le genero malestar en su estomago, suspiro y siguió caminando hasta llegar a una diagonal, aquella que siempre visitaba solo por el simple hecho del cálido recorrido que hacia ahí la brisa y si olvidar la fuente con aguas cristalinas.

Llegando Alessa ha estar en frente de la fuente, suspiro y tan solo se sentó en una de las orillas dejando que la brisa jugara con su pelo el cual suelto estaba, mientras veía su reflejo entre las estancadas aguas, pasando su diestra sobre el parche que levemente le ardía, bajando su rostro tan solo divagaba para después nada…

por Deuteros Dom Oct 03, 2010 9:53 pm

Paul vio que los 2 jovenes habian entablado una conversacion y que luego de esto uno de ellos, el del cabello blanco, se marchaba rapidamente persiguiendo a la joven ladronzuela. Paul solo sonrio y se puso a pensar como de simple eran estas personas, obiamente gente que era anafabeta y que no tenia educacion. En eso el chofer del carruaje le dijo:

-Mi señor le pasa algo?.-

A lo cual Paul respondio con calma y con certeza.

-No nada Califus....... Caminare un poco y vere que hay denuevo en esta ciudad y mercado que despues de tiempo eh vuelto. Avanzen y recogeme cuando te mande a un mensajero ok.-

El viejo chofer rapidamente se dirjio con tranquilidad.

-Si mi señor.-

El carruaje se fue mientras los blancos caballos del carruaje se movian con rapidez y con una belleza gigantesca. Paul empezo a caminar viendo todo el lugar, pensando en que se habia convertido Roma. Un lugar llena de hipocrecia, de sencillez, de simplicidad. Eso era algo que Paul no pasaba y que eran cosas que en la antigua Roma no pasaria, aquellos años en su niñez cuando estudiaba y hasta los ladrones eran bien hablandos. Caminando por el lugar, se canso un poco y desidio tomar un poco de agua de una fuente, puso sus manos en la fuente y la fuerza del chorro de agua salpico un poco de agua a una muchacha que estaba sentada en el lugar.

-Disculpeme señorita no fue mi intension mojarla-

Con una sonrisa tierna y bella, Paul saco un pañuelo de sus ropajes el cual era de una tela finisima. Paul le alcanzo el pañuelo a la joven y espero que ella coja el objeto.....

por Sheznarda Dom Oct 03, 2010 10:10 pm

La estafadora vio el accionar del joven que la había atrapado, al parecer este no iba a irse de ese lugar sin tener conocimiento de su nombre. En un momento fatal la joven vio como su captor había tomado su daga, eso en el mundo de los ladrones significaba una sola cosa:Ahora esa daga le pertenecía a él.

En un intento de hacerle dar miedo la apuntó con su propia daga y le dijo algo acerca de tenerle miedo a la muerte, cosa que hizo que ella riera y con un tono socarrón dijo alegremente:

-No le tengo miedo a la muerte para nada, y menos miedo a los hombres; sin embargo en un sitio me están esperando para cenar y voy a decirte mi nombre sólo para no perder el tiempo en una discusión estéril- La joven sonrió y moviendo su mano hizo una seña para que el se acercara a ella y le dijo: - Pero eso sí, para decírtelo debes acercarte a mi oído, si no no te diré nada, aunque me mates.

Sheznarda planeaba algo y seguro el joven se daría cuenta de ello, pero como el lo habia demostrado quería saber su nombre y no iba a a irse sin saberlo, cosa que lo haría caer parcial o completamente en su trampa, además que nadie más que el mismo sabía bien el efecto de su técnica, cosa que lo haría confiarse cada vez más de sus fortalezas olvidando parcialmente los peligros que podrían rodearlo sólo con acercarse a la joven mujer que de enagaños sabía más que nadie.

por Alessa0 Dom Oct 03, 2010 10:17 pm

Narración// Pensamiento de Alessa // Dialogo de Alessa

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Y de la nada un sobresalto invadió a la pensativa Alessa, frunciendo el ceño, abriendo la boca, demostrando el enojo por causarle aquella sensación de espanto, pues no era peculiar que aquella se desviara demasiado de la realidad… su cuerpo lentamente se puso gélido tras el correr de las gotitas de agua provenientes de la fuente, alzando el rostro aguantando las ganas de maldecir a aquel apersona que le había generado tal incomodes, percatándose con su ojo derecho que se trataba de un jovenzuelo, no muy viejo , mirándole detenidamente, escudriñando su pie y su figura, denotando aquel pañuelo fino, por lo que rápidamente sonrió y se dijo así misma:

-Simplemente un riquillo despreocupado…

Después solo ladeo su cuerpo y le dio la espalda tratando de mutar con sus acciones un mensaje de rechazó o tal vez de desinterés aquella caridad rebuscada, cruzándose de piernas y adentrando la diestra en el agua aquella hacia círculos para tan solo decir:

-No se preocupe ya todo paso y culmino como debía de ser… en nada, igual simplemente fue agua, la cual si no era tomada por usted en algún momento mi cuerpo lo aria, buenas noches caballero…

Después guardo silencio y Alessa se quedo fija mirándole de reojo esperando las reacciones de aquel extraño caballero que parecía ser de la nobleza, por la forma en que hablaba, se expresaba, su aroma y aquella sonrisa vaga…

por Deuteros Dom Oct 03, 2010 10:35 pm

La jovenno recibio el pañuelo fino, cada movimiento cada seña, cada expresion podia ser leida facilmente por mi mente desarrollada. Sabia lo que pensaba simplemente por sus expresiones. Aunque obiamente ella guardaba el respeto hacia Paul, el pensamiento de ella y sus acciones decian otra cosa. Lentamente Paul solo hizo una sonrisa, vio que la joven le daba la espalda y hacia como si no le importara el gesto de Paul. Paul solo pensaba (Que infantil... mmm) fue entonces cuando la curiosidad de Paul hizo que viera a la muchacha detenidamente para examinar cada parte de su fisionomia. Asi Paul penso en su mente (mm cabello largo, no muy cuidado, un parche en el ojo derecho, ropajes muy incultos demostrando su bello cuerpo. Plebe o sirviente). Paul miro a la joven y vio que su ropaje estaba un poco mojado, la cortesia y los modales de Paul decidieron hacer algo.

-Bella dama no sea caprichosa, tome el pañuelo y se puede secar las partes mojadas de su cuerpo, ademas por lo que veo mi precencia frente a usted le incomoda, si se siente cohibida no se preocupe se puede secar normalmente, igual yo ya me retiro, fue un gusto conocerla y disculpe si la incomode solo que me hizo recordar a una jovencita que tambien tenia una flor en el cabello y que vi hace unos momentos. Adios-

Paul volteo, le dio esta vez la espalda a la muchacha y camino lentamente hacia un puesto donde se encontraban muchachos mensajeros elevo su mano lentamente y con un gesto de despedida le dijo a la muchacha.

-Por cierto mi nombre es Paul, no dudes en buscarme si necesitas algo, total debo de pagar mi falta-

por Arone Dom Oct 03, 2010 11:07 pm

Narración / Pensamiento / Dialogo

Fui al mercado para comprar algunos vivieres para todos en casa un poco de todo pero mientras caminaba por el mercado de romano mire al cielo y algo de nostalgia invadió mis pensamientos...tome el collar de la estrella divina que se encontraba en mi cuello y con el...recordé a mi familia Egipcia y me pregunte si estarían bien, si estarían a salvo o...les abra ocurrido algo...ya que después del ataque del ejercito romano no los he vuelto a ver no importa las veces que salga de Roma y me dirija a las orillas del Nilo solo encuentro escombros de lo que fue el pueblo donde vivieron el resto de lo que era mi familia original ellos eran la poca familia que tenia...aunque después de todo también son mi familia mi padre y mi madre romanos aunque no tengamos lasos sanguíneos ellos me cuidaron y protegieron cuando era solo un bebe...no todavía después de 15 años me cuidan y se preocupan por mi bienestar sin importar que tenga corriendo por mis venas sangre Egipcia y no Romana como ellos.

Bajo mi cabeza como si ahora viera el suelo que piso mientras mis cabellos cubren mi rostro .-La furia y resentimiento fue lo que quedo en el alma de los Egipcios después del ataque de los romanos, no los veo pero por alguna razón siento su resentimiento como si fuera una nube negra que tapa el sol con su sombra...espero que esa sombra no envuelva el corazón de Hang ya que el me mostro su amabilidad sin conocerme.

Levanto la mirada con algo de nostalgia en ella solo estando en mis pensamientos sin darme cuenta de lo que pasa a mi alrededor.-Ojala que esa amabilidad no desaparezca ya que esas emociones son como una pequeña flama que puede ser extinta con el leve soplo del viento...pero también es bueno ser como el viento...espero que dejes ir tus emociones y seas libre como el viento que nada lo apresa ni retiene Hang...

.-Bueno es mejor que me apresure sino se preocuparan por mi
Seguí comprando víveres en el mercado para luego regresar a casa junto con mis padres...Pero después de recordar a mi familia me acerque a una fuente y me senté para pensar un poco mas antes de retirarme del lugar.

por Alessa0 Dom Oct 03, 2010 11:24 pm

Palabras que pronunciaba aquel caballero, cosa que Alessa no le importaba ya tenía demasiada malas experiencias, y esto no lo veía como simple acciones mojigatas de su parte, igual ya iba despidiendo tal vez se iría a su villa a perfumear o tan solo desperdigar alimentos que los ciudadanos romanos no tenían, miro como se alejaba y se despedía entre la bulla de un puesto, sonriendo cortésmente mientras escuchaba su nombre, por lo que la jovenzuela suspiro y dijo cuando se levantaba:

No se preocupe noble joven, si tanto es su pena la que le envuelve, por haberme mojado con gusto le acepto algo como enmienda y así disipar su malestar (Alessa lo decía así de esa forma pues se moría de hambre) con tan simple una rebanada de pan me conformo igual no es nada más para mí y tal vez ni termine comiendo pero aquel niño (señalando hacia la izquierda) me preocupa desde hace algunos segundos, pues su semblante es pésimo, tan famélico… y por siento mi nombre es Alessa un gusto en conocerle de esta forma joven…

Gurdo silencio y sonrió mientras se llegaba su mano derecha de nuevo a su ojo cubierto con su parche pues la herida ardía con gran exagere que aquella por no ser orgullosa ya estaría sollozando plenamente avista de los demás por tan dolorosas ondas que se dispersaban entre su parpado…

-Bueno si usted gusta joven de la nobleza…

por Steven Lun Oct 04, 2010 3:51 am

Las calles del mercado parecían estar más habitadas por seres que destacaban de la gente común. Steven se había equivocado al dejar libre a la muchacha debido a que esta le arrebato el Oro otra vez a Jabranth y se dio a la fuga. El muchacho salio tras ella y se perdió entre la gente, mientras que Steven quedaba solo y mas confundido que nunca. Mientras tanto el hombre del carruaje se había ido a hablar con una mujer que tenia su ojo emparchado, Steven se quedo solo en el medio del mercado como idiota. No sabia que hacer y no conocía a nadie, por lo que pensó que lo mejor seria retirarse del mercado, pero antes quería refrescarse con algo, su cuerpo estaba seco por la tierra y la arena de las calles de Roma. Caminó un par de minutos y anduvo entre las tiendas, hasta que llego a la fuente donde estaban la emparchada y el tipo extraño de la carroza. También había un joven sentado en la fuente misma, parecía pensativo. Steven mojo su rostro en el agua y luego lavo sus manos, mientras que se seco con la remera que llevaba puesta. Luego de refrescarse miro a aquel muchacho que estaba pensativo y le dirigió unas palabras, solamente en modo cordial.

-¿Algún problema amigo?

Dijo Steven, pero el muchacho parecía estar muy perdido en sus pensamientos, por lo que Steven creyó que estaba todo bien y se retiro del lugar, dejando atrás al mercado y todos los conflictos que hubieron allí.

por Jabranth Lun Oct 04, 2010 4:09 pm

Escuchaba desconfiando de ella, la propuesta claro que me hacia dudar de que en realidad fuera posible que me dijera el nombre, no sabia que artimañas diria ahora, diria cualquier cosa para poder salvar el pellejo, levemente me aleje de ella, tan solo para darle la espalda.

Crees que podras engañarme con esas tretas, podre acercarme con mis oidos, pero no sé, si estas seguro que lo que me diras es la verdad, tan solo se puede decir que eres una caja de pandora, llena de tretas y artimañas que aunque pareciera una muerte segura para mi, es algo que no puedo dejar pasar, asi que veremos que es lo que pasa....

Dije mientras respiraba levemente, aun tenia su daga en mi mano, lo tome como arma por si acaso intentaba hacerme un daño extra, de lo que me habia echo con mi oro, tome mi lira la puse a mis espaldas, al igual que el oro para que no fuera sorprendido de nueva cuenta, la daga se acerco al pecho de nueva cuenta, suavemente la punta comenzo a denotarse en la piel de la joven, me arrodille junto con ella, y fui acercando mis oidos hacia su boca, ahora todo estaba predestinado, si osaba morderme le clavaria sin dudar su daga en una parte de su cuerpo, era algo peligroso pero el juego que ella estaba dandome parecia ser emocionante, la adrenalina recorria mi ser, y ahora estaba a punto de explotar, no se si era para bien o para mal...

por Sheznarda Lun Oct 04, 2010 5:03 pm

La joven sonrió mientras veía como su interlocutor accedía a acercarse a ella aún sosteniendo la daga haciendo que la punta se insinuara contra su pecho, y eso era justo lo que quería; tal y como ella había pensado el estaba cayendo en su trampa y estaba poniendo a su disposición el único objeto que le interesaba: su preciada daga, aquella daga maldita que había conseguido en uno de sus tantos robos.

Lentamente el oído del joven estaba cerca de sus labios tan cerca que su aliento llegaba hasta este y el sonido de su respiración seguro entraba hasta lo más profundo de su cabeza, quería actuar de forma que el no supiera lo que iba a hacer, pero tenía miedo de que por precipitada perdiera su objeto y su plan fallara.

-Bueno... Ya que has accedido me portaré como una niña buena y te lo diré... - Sheznarda decía esto arrastrando las palabras en un tono aterciopelado, su pecho subía y bajaba rápidamente y sus sentidos todos estaban agudizándose. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo, el joven estaba arrodillado y su mano estaba libre para tomar la daga porque el estaba concentrado en una sola cosa, y esa cosa seguro estaba ocupando casi todos sus pensamientos. Con la rapidez que adquirió desde hace mucho tiempo tomó la daga y la viró de modo que esta ahora apuntara a su interlocutor, y mientras hacía esto decía:

-Mi nombre es Sheznarda... Y la daga que estamos disputando es la cuchilla maldita de Isis, si la porta un hombre le caerá una maldición que hará que muera su ganado, sus cosechas se sequen y su hombría se transforme en una verruga afuncional, cosa que no creo que tú desees que te suceda- mientras decía esto iba avanzando por el rostro del joven a tal punto que sus labios llegaron al labio superior del mismo y rozaron lentamente con los mismos, para luego abrirse ligeramente y darle lo que casi parecía un beso.

-Déjame decirte que no eres el único que usa cosas paralizantes- dijo Sheznarda mientras sacaba de sus bolsillos una bolsa pequeña de color azul y la lanzaba al piso liberando un polvo azul que irritaba la garganta y hacía toser; una vez que el polvo estaba entre los dos y se esparció haciendo uan gran nube de polvo, la cual le permitió moverse dando un salto hacia la pared anterior y escalalarla, justo cuando faltaba un poco para ya lograr irse del lugar dijo en tono desafiante:

-No pienses que me has ganado, esta es una batalla, pero ganaré la guerra y esas monedas serán mías.- Una vez dicho esto la joven mujer pasó al otro lado del muro y se fue corriendo por las calles del mercado, puesto que ya sabía que con ese tipo de hombres de debía actuar rápido o no había marcha atrás.

por Jabranth Lun Oct 04, 2010 5:34 pm

Levemente la comenzon creada por las bolas azules que habia lanzado la joven se convertian en un ardor en mis mucosas nasales, al grado que carcomia mis sentidos, corri fuera de ese pequeño humo que habian creado, los ojos comenzaban a llorarme por el mismo efecto, comenze a tratar de evadir el ardor, frote mis ojos con las manos, queriendo borrar todo rastro de aquel producto, aun tenia la daga en mis manos, pero a mi mente venia el nombre, Sheznarda, era un bonito nombre para una mujer tan guapa, pero aun asi me parecia un poco desconsiderado aun tener su daga en mi poder.

Si quieres tener de nueva cuenta tu daga, ven esta noche a la sobajera, ahi te estare esperando, te invitare una copa, si es que quieres que regrese contigo este objeto de un gran valor. dije esperando a que me escuchara por el lugar donde andubiera en esos momentos, levemente el ardor fue desapareciendo despues de aspirar sufiencente aire para que desapareciera, comenze a caminar un poco, recordando las palabras que habia dicho.

¿que muera mi ganado? mm yo no tengo aun alguna cabeza, tampoco las cosechas se me podran secar, ja, y mi amiguito no se secara como una verruga, jajaja, es muy buena de parte de Sheznarda, creo que lo unico que quiere es esta daga, puede que sea algun recuerdo familiar, -dije mientras la comenze a mirar, tenia un borde filoso que podia aver cortado cualquier material fino, cuero, ropas y incluso con eso se podia haber amagado a un ciudadano.

Guarde la daga entre mis ropajes, si la veian podrian decir que era un asesino o algun ladron, y yo no queria problemas por ahora, decidi regresar donde andaba steve, aver si aun lo encontraba despues de haber estado un rato con la chica, me habia olvidado de el.

por Sheznarda Lun Oct 04, 2010 6:06 pm

La joven estafadora escuchó las palabras del hombre que tenía su daga, estaba realmente ansiosa por tenerla en su poder y se enojó mucho cuando se dio cuenta de que en su ansiedad por escapar y en la complejidad de su juego había olvidado tomar lo más importante de todo: Su preciada daga maldita.

Estaba pensando en como podría lograr obtener su daga sin tener que ir aceptando sus términos, siempre odió aceptar los términos de un hombre, estaba realemente frustrada porque su plan tuvo un fallo principal: Ella misma.

Pensó mucho en decirle que estaba ocupada, que seguro tendría algo que hacer, sin embargo la joven estaba muy molesta ya por perder aquella cosa tan preciada y sin poder siquiera tener opción a negarse decidió que no tenía más opción que ir a ese lugar. Mientras se iba formulaba un plan que constaba de pasos importantes como emborracharlo hasta hacerlo dormir para luego tomar lo que era suyo y lograr tener su sus cosas de vuelta, más que todo aquellas monedas de oro que tanto le gustaban.

-No sabes lo que acabas de hacer- pensó la joven mientras seguía su camino pensando en un modo de lograr que esta vez sus planes fueran tal y como ella quería.

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