Camino a las Villas

por Sabii Mar Ago 03, 2010 5:57 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Luego de retirarme de los baños, en donde me habia encontrado con un joven de la alta sociedad, con el cual habiamos convenido vernos al dia siguiente, para que me ayudara a escalar posiciones sociales, y asi poder encontrar con mas facilidad a mis dos hermanos, que por el momento eran lo unico que me interesaba.
Ya era de noche, se me habia echo tarde caminando hacia la Villa, es que no podia dejar de pensar en lo ocurrido, me sentia muy feliz al saber que tendria una oportunidad, de parte de un gran señor.
Mientras caminaba, comenze a pensar en que traje me pondria para el dia de mañana, tendria que ser el mas sofisticado y hermoso, de seguro usaria mi vestido favorito, el cual era de un color lila con dos lineas echas con hilo de oro. Mientras pensaba en eso, tropece con una piedra y perdi el equilibrio, teniendo que sujetarme de un arbol. En ese momento estuve durante algunos minutos apreciando el paisaje, y aunque no se distinguia mucho, las estrellas iluminaban muy bien el lugar. Los campos eran abundantes, y tambien asi lo eran las flores, de las cuales habia una gran cantidad y de distintas especies.

-Que ganas de que mis hermanos vieran este hermoso paisaje junto a mi, me gustaria contarles tantas cosas. Y saber todo de ellos, espero se encuentren bien.

Suspire y segui caminando mas despacio, ya que al tropezarme me habia herido levemente el tobillo.

por Helena Vie Ene 21, 2011 9:47 am

Helena iba montada en el caballo de su amo, con e viento ondeando su rubia cabellera y pegándole a la cara, tenía que admitir que hacía algo de frío, y que salir tan de noche a buscar a ese hombre que ni siquiera sabía de su existencia era una locura, pero para ella el señor fye ejercía una especie de fuerza extraña la llamaba hacia Roma, es que había sucedido algo pero ella no se había dado cuenta de ello, al estar cerca de Fye ella había podido percibir la energía que fluia dentro de él, pero como el era su deidad se había familiarizado inmediatamente con el, de modo que ahora ella estaba siguiendo su camino guiada por esa energia que desprendía su ángel del olimpo, aunque el no estuviera ahí; y es que parecía que tenia una conexión con esa energía, si intentaba sólo cambiar el rumbo su corazón se sentía intranquilo hasta que no retomaba otra vez el camino hacia Roma.

-Vamos lindo tenemos que ir rápido, no quiero perderme detalle de él, ya llevo mucho tiempo esperando y sencillamente ya no deseo esperar más.

Helena dijo esto en voz alta pero no importaba que alguien la escuchara, ya que ese dia la joven cazadora se sentía bastante feliz de poder ver a su amado hombre, ese ser por el cual ella se esforzó tanto e hizo todo lo posible para llamar su atención sin éxito alguno hasta ahora, pero estaba segura que si hacía esto último el se daría cuenta de su existencia. Era por eso mismo que ella no iba a rendirse hasta verlo por fin, luego de eso no sabría qué hacer porque ya no tenía más planes después de todo el era su deidad ya no tendría que buscarla más.

-Señor Fye pronto voy a verlo espero se tal como lo imaginé...

por Lestat Sáb Ene 22, 2011 10:08 pm

Lestat se ponía un poco nervioso al ver como la señorita Larissa se sonrojaba, al grado que torpe se tornaba al momento de hablar, tuvo que suspirar para calmar sus reacciones corporales. Después de eso una vez más la mujer daba las gracias, aquel simplemente contesto con una leve reverencia de cara.

Después por fin tomaba la señorita un poco de confianza, y cuestionaba de su edad y sus pasatiempos, mientras indicaba con sus delicados dedos hacia la villa, dando así un giro de dirección, aquel comenzó a platicar con gran tranquilidad:

-Pues aunque actué como un hombre de cuarenta años, como varias mujeres me aún dicho, mi edad apenas es de veinte años recién cumplidos, ¿Y usted señorita qué edad tiene? Si me permite saberlo, y de pasatiempos pues me encanta montar a caballo y mirar por las tardes el firmamento crepuscular ¿Y a usted bella dama cual es su pasatiempo?

El caballero siguió su proceder, viendo de lado a la señorita Larissa, después una cuestión directa llego causando que Lestat bajara el rostro y se detuviera, había pasado ya os meses desde que acepto la usencia de su gran amor, pero no quería incomodar a la jovencita, por lo que suspiro y con vos firme dijo:

-Lo estuve hace algunos ayeres, pero por desgracia mi y maldad de los dioses, me la rebataron de mi ceno, por una enfermedad no antes conocida por el humano ilustre, por lo que ahora en este momento soy viudo y libre, tengo todavía su vivo recuerdo en cada ojo, pero mi razón y la falta de su imagen me hace estar en conciencia que jamás la volveré a ver, hasta el día en que muera y si los dioses me lo permiten… aunque no tampoco descarto el deseo de volver a casarme y estar a lado de una linda mujer tierna e inocente, como lo es usted… y dígame usted es casada? Si es así que hombre tan más afortunado en tenerla a su lado.

Lestat guardo silencio para escuchar el argumento de la señorita mientras notaba que ya en el camino a las villas caminaban.

por Larissa Sáb Ene 22, 2011 11:33 pm

Larissa escuchó cada cosa que dijo Lestat, acerca de su edad, y su estado civil, ese hombre tenía un pasatiempo muy interesante que le llamaba la atención, por ahí dijo algunas cosas que hizo que ella se sintiera algo abrumada y su sonrojo se acentuara más, pero justo cuando el le preguntó acerca de si era casada o no ella recordó a sus padres y se ensombreció su rostro, entonces en un tono un tanto monocorde la chica empezó a decir lo siguiente:

-Bueno yo tengo 20 años, y mi pasatiempo anterior era nadar, pero ahora mi pastiempo es ir al cementerio a visitar la tumba de mis padres, casi todos los días lo hago y les llevo muchs flores para que estén alegres, y no estoy casada, por lo tanto no hay hombre afortunado a mi lado, porque mi primer novio luego de vivir casi medio año conmigo me dejó y el otro bueno... Se fue muy lejos y no lo podré alcanzar jamás.

La chica de cabellos castaños suspiró y siguió su caminar puesto que ahora no estaba tan contenta, habia caído otra vez en su depresión por recordar algo triste que pensó ya tenía superado; tal vez no tenía que haberle contado nada a ese joven, pero ya que el estaba siendo sincero ella decidió serlo también y seguir contando sus cosas, porque al final de cuentas estas correspondían su pasado y estaban hablando ambos acerca del pasado de cada uno.

-Como ha podido conservar usted la esperanza? Yo casi la he perdido toda- Larissa detuvo un rato su caminar para ver las piedras del camino hacia las villas y luego otra vez emprendió su caminar.

por Lestat Dom Ene 23, 2011 11:42 am

Lestat escuchaba con gran atención todo lo que decía la señorita Larissa, al oír de la muerte de sus padres y la decepción en el amor, no pudo evitar aquel joven de cabellos rubios y cortos, entristecerse y al mismo tiempo sentirse mal, pues le había generado a aquella señorita un mal rato por una estúpida pregunta. Algo cabizbajo caminaba un poco pensativo:

-¡Por todos los dioses! ¿Qué hice? Soy un estúpido, mira que por la curiosidad la hice sentir mal, ahora su rostro que antes reflejaba un hermoso brillo con su sonrisa, esta todo apagado y marchitado… ¿Qué hare para que arregle mi mal proceder en esta charla? ¿Flores? ¿Una frase de aliento? ¿Un abrazo y un beso? Bueno eso dos últimos no, me vaya a dar una santa bofetada que me tumbe en la inconsciencia… ¿que puedo darle? ¡Espera ya se!… mi apoyo, que sepa que existen personas que la quieren ayudar, si eso hare.

Lestat suspiró un poco aliviado, pues ya su plan estaba concretado, solo faltaba hacerlo presente entre aquel sendero, donde una señorita triste estaba. Después Larissa le cuestiono algo que desarmo por completo la confianza del caballero, aquel se detenía y tan solo miraba el firmamento, viendo pasar de largo a la de castaños cabellos.

-¿Esperanza?

Musito con dolor y un poco abigarrado el joven general, sus ojos en ese instante se llenaron de leve lagrimas, pues el no había pensado en la esperanza desde que su corazón había sido arrancado de su cuerpo, en el instante en que su esposa lo dejo, pues ya a este mundo no pertenecía. Bajando el rostro aquel se expreso:

-Tiempo tiene que no pienso en la esperanza mi joven dama (comenzando a caminar acercándose a ella, tomando su diestra para así hacerla detener, dejando a un lado el canasto, Lestat la volteaba para así verla frente a frente y sonreírle) Mas sin embargo no la dejo perder, por que si hago tal cosa atroz es como si me rindiera y tan solo fuera un cascaron monótono en este mundo… Larissa, señorita, niña, bella… jajaja una lotería de frases hermosas para una dama de igual porte, usted no puede perder la esperanza, es joven y aun le queda mucho por vivir… es inocente y no a vivido las cosas que yo si e podido presenciar… además, discúlpeme usted por usar la memoria de sus padres… pero ellos no creo que quisieran verla tan abatida.

Lestat ladeaba su rostro, clavando así su mirada profunda en los ojos castaños dela dama y acercándose aun más, aquel tuvo el descaro de besarle en la mejilla, para así jalarla y abrazarla, todo aquello lo hacia con inconsciencia, sin recato… ya teniéndola en sus toscos brazos, aquel le susurro:

-Y si alguna vez pierde la esperanza, no dude que yo hare lo imposible para rescatarla o darle yo la mía, para que usted sonría y yo en paz viva… Mi hermosa sirvienta.

Aquel abría los ojos y dejaba de sonreír, para así ponerse recto, tomar los hombros de la dama y separarla un poco mas, su cara estaba sonrojada y su mirada demostraba una total pena, pues la había regado con la ultima frase, dejando al descubierto su verdadera identidad.

-Estem… bueno…jaja…Larissa niña… ¡Por los dioses! Perdón.

¡Mierda! ¿Qué hice? Y tan hermosa situación en la que estábamos, ahora la señorita se va a molestar conmigo y no va a creer en lo que le diga después.

Pensado aquello, el joven bajaba su rostro, ciñendo su frente, bajándola curvatura de su boca, demostrando una leve tristeza, aun teniendo entre sus manos los hombros de la dama.

por Larissa Dom Ene 23, 2011 6:02 pm

Todas las palabras que había dicho ese hombre resonaban en la cabeza de Larissa, algo muy cierto había dicho acerca de la esperanza, a pesar de tantas cosas feas que el había sufrido sus deseos por encontrar un futuro mejor no habían desaparecido a diferencia de ella, quien no dejaba de sentirse triste por ratos y lamentarse mucho.

Los ojos de Larissa ahora sólo reflejaban el rostro del joven que la miraba como si fuera una especie de tesoro difícil de entontrar,estaba pensando que si seguía mirándolo de esa forma iba a quedarse su imagen grabada en su memoria y se terminaría obsesionando con el, por lo que rápidamente miró hacia el suelo, pero unos brazos fuertes la atrajeron hacia el macizo pecho del soldado quien le decía un sin número de cosas lindas.

-Pues yo...- Larissa guardó silencio y se confundió al escuchar lo que dijo el joven acerca de que ella era su sirvienta, por unos segundos se asustó porque pensó que el podría enojarse con ella por sus retrasos tontos, pero en vez de alterarse decidió guardar silencio y dejar que las cosas avanzaran y cuando el al final la soltó y se disculpó por su accionar con ella, pudo ver su expresión triste y lejos de salir corriendo como loca decidió quedarse ahí y decirle algo a ese hombre que sólo intentaba animarla.

-No se ponga mal, no me ha hecho nada malo, antes yo tengo que disculparme por haber tardado tanto, mire que aún sigo en este luga, así no tendrá la comida a tiempo.

La sirvienta suspiró y tomó lamano del joven rubio y lo haló para que siguieran caminando porque tenían que ir a la casa para que el comiera lo que ella iba a prepararle.

-Me da mucho gusto conocerlo, usted es tal como dijo la jefa, lamento no haberme dado el tiempo para conocerlo antes y así no hubiera tenido usted que pasar po algo tan vergonzoso como el hecho de que la sivienta de su casa no lo reconoce en la calle.

por Lestat Dom Ene 23, 2011 6:25 pm

Lestat suspiraba algo aliviado al ver la reacción que Larissa le presentaba, atónico no dijo nada simplemente se sonrojo, y cuando aquella delicada dama lo tomaba de su mano, el joven general trago saliva y con fuerza apretó la mano de la hermosa doncella, el silencio reino por minutos mientras caminaba en dirección hacia su casa, a cada segundo aquel deseaba hablar y no cortarse, seguir con aquel ambiente cálido en el que ambos envueltos estaban, mas sin embargo cada vez que se daba hablar mudo se quedaba por lo que su ultima opción era suspirar y suspirar, su mano se humedecía por el sudor que se generaba por tan cálidas sensaciones que expedía la de los cabellos largos castaños, mas no era desagradable, al contrario era pasable para aquel general.

Y sin pensarlo el joven se detenía, jalando a Larissa a que también lo hiciera, dándole la media vuelta, aquel le sonrió y con voluntad sobre humano por fin se expreso:

-Mire Larissa fui yo el que no le dijo desde un principio, pero pues cuando se enteran de quienes somos en verdad, cambian su forma de tratar a las persona, y pues yo no quise perder eso de usted… espero y me disculpe, pues existe otro problema que tal parece nadie le comunico… Mire los días viernes en la tarde hasta sábados en al noche, mis sirvientes salen, se van… tiene permiso de hacer por un día completo su voluntad… así que pues en al casa nadie encontrara, mire le pido… mas bien le ruego que me acompañe, le juro a mi lado nada ni nadie le hará daño, me ayude con gran pena lo digo, me ayude en lo de la comida y me explique que puedo hacer de desayuno mañana y pues usted esta totalmente libre de ir a donde le plazca… jejej aunque seria hermoso que usted me acompañara y como recompensa a todo esto me diere el honor de invitarla a algún lado mañana…

El caballero rasco su mejilla y se sonrojo, sin poder y ver la mirada de la señorita ladeo el rostro esperando con ansias la respuesta de la dama, mientras trabaja cotosamente saliva y apretaba con mas fuerza pero con delicadeza aquella pequeña mano.

por Larissa Dom Ene 23, 2011 6:46 pm

La sirvienta de los cabellos castaños no salía de su sorpresa, por las acciones del general, su corazón latía tan fuerte que parecía que su corazón iba a reventar, los ojos del soldado hacían que ella se sintiera un poco rara, era como si con una sola mirada el pudiera entrar a lo más profundo de su ser y confundirla, pero la sola idea de tener que alejars de el la ponía mal, no entendía bien porq ué se comportaba así con un hombre que recién conocía.

-No importa enserio no me molesta que no me lo haya dicho, usted es un buen hombre, y todo aquel que se preocupe así por mí no es malo ni merece mi enojo, usted fue muy compasivo y no porque me ocultó su rango me voy a enojar, porque no era su obligación- Larissa sintió la presión de la mano del joven sobre la suya y se sonrojó una vez más mientras escuchaba lo que el le decia acerca de los días libres.

-No importa, yo no tengo nada que hacer ni a donde ir y pensaba quedarme igual, es más me sentiré feliz de poder atenderlo en esa casa suya, y bueno no necesita invitarme a ninún lugar, pero si así lo desea puede ser que salgamos a algún lado.

Larissa sonrió y prosiguió su camino para llegar al villa aunque ahora no tenía prisas por llegar, se sentia algo rara con ese hombre pero igual se sentía feliz de poder conocer a ese joven tan apuesto y amable, que ademas era su jefe, el hombre tan bueno del que todos le habían hablado y al que le serviría mientras trabajara en ese lugar, claro que la forma en la que lo conoció fue bastante rara eso sí, pero ya eso no le importaba.

por Lestat Dom Ene 23, 2011 7:10 pm

El caballero suspiraba al escuchar como la damisela se expresaba con tanta amabilidad por los hechos que los envolvía, aquel le sonreía con gran felicidad al escuchar que estaría la mujer con el todo un día completo, por lo que no tardo en imaginar que mañana la llevaría a montar caballo y que viera con el atardecer, platicar mas y mas, además iba alimentarlo, siendo para el un honor probar su comida, aunque fuera su sirvienta, el había crecido con costumbres de siempre elogiar a una dama, respetarla y admirarla por su esfuerzo en este mundo, toda y cada una de las mujeres de este mundo, por lo que Larissa no era si excepción.

Se puso nervioso el caballero al ver como dicha mujer se sonrojaba, causando que sus tobillos temblaran, aun así fue serio y prosiguió a lado de ella su andancia hacia su casa, ya casi estando por fin en la entrada de su mansión otorgada por el gobierno de su tan hermosa Roma, tragando saliva este mirando el frente un ultima vez se expreso:

Agradezco a lo dioses en haberla conocido de esta manera, en darme unos exquisitos minutos en escucharla, sentir su palpitaciones en mi piel, oler su aroma y pues… jejeje es una hermosa mujer Larissa de o razón se lo digo y seria un honor que me acompañara en esta cena que usted preparada con sus manos y ya de ahí pues si no tiene sueño platiquemos un rato mas, pues me encanta estar a su lado… dándome el permio de admirar su belleza.

El joven se cayó pues lo ultimo lo decía en una manera un poco inconsciente, generando el temblar de su cuerpo, soltando la mano de Larissa este mejor se adelanto para no escuchar algún refute de la dama mientras que en mente divagaba:

-Soy un idiota, pero que estupidez dije… dándome el permiso de admirar su belleza… daaa parezco un niño pequeño,, pero es que eso es lo que soy cuando esa mujer me mira de es manera, que siento un poco atrofiado en su presencia, pero aun así me encanta estar a su lado, me encanta verla… es una buena niña, su sufrimiento será recompensado, tendrá suerte y encontrara un buen hombre.

Aquel no dijo nada y continuó caminando por delante de Larissa.

por Talos Jue Ene 27, 2011 9:36 am

El sol brillaba con toda su fuerza en lo mas alto del firmamento mientras algunas nubes eran capaces de opacarlo dando algunos momentos de sombra para los habitantes de la tierra, asi era como el tiempo pasaba mientras Talos caminaba de brazo con Nicole por los caminos que llevaban a las villas, su viaje a Persia seria hasta en la noche, ademas el no debia encargarse de nada, su sirviente Luccia debia arreglar todo para cuando el general llegase a la villa.

El viento soplara lentamente, causando que los cortos cabellos del general se movieran un poco, de cierto modo extrañaba su largo cabello ya que se habia acostumbrado a el, pero ese cambio de imagen le servia para adaptarse aun mas a la nueva etapa que emprenderia en su vida, la cual seria la conquista de Persia. Pero ahora tenia un gran problema, y era Nicole, si se iba tal vez ella encontraria a otro hombre a quien amar o su familia lo decidiria por ella asi que si iba a su residencia y hablaba con sus padres, o con quien estuviese encargado de ella podria formular intensiones de matrimonio, el nombre de Talos en Roma era recordado por ser una persona ejemplar un gran estratega y no por nada combatia junto al Cesar.

- Y bien Nicole, por donde queda tu hogar? -

por Nicole Vie Ene 28, 2011 12:06 am

El sol brillaba con mucha intensidad, tanto que en varias ocasiones tenia que ir con su mano sobre la frente evitando que los rayos del sol llegaran a sus ojos, yendo del brazo de Talos cuando una brisa choco con su cabello provocando que este se moviera un poco, Nicole continuo mirando aquel camino, el silencio le incomodaba un poco estaba apunto de romper el silencio sacándole un poco de platica cuando Talos le pregunto que hacia donde se encontraba su hogar, Realmente Nicole no sabia para que quería saber donde vivía y realmente ella vivía con Diva y no pensaba regresar a ese lugar, se mantuvo pensativa por algunos segundos sin decir una sola palabra cuando de la nada recordó una pequeña villa propiedad de su hermano Máximo no recordaba su nombre así que puso una cara muy graciosa y chasqueando sus dedos trato de recordar aquel nombre.... hasta que lo recordó - Muy bien mi hogar esta en villa Casale si quiere vamos a descansar y comer algo hehehe me muero de hambre- Dijo sonriendo

por Solomon Dom Ene 30, 2011 12:12 pm

Ya hacía buen tiempo que llevaba montado por sobre su esplendido corcel, cabalgaba con la suficiente calma como para poder disfrutar de la vista de los verdes campos de su amada tierra, terrenos de fertilidad que aun no eran amenazados por la amenaza egipcia o el capricho de los dioses.

El sol caía por sobre su ropaje que agitado por el viento resplandecía como formado por diminutos cristales, no conocía exactamente el tiempo que había pasado dormido inconsciente en su cama, pudieron ser días, semanas o hasta meses en que su estancia en el Olimpo pasara, se sentía en parte privilegiado de haber llegado tan lejos, de muchos héroes de poemas se había leído llegar hasta el profundo Hades, pero de ninguno al cielo. Solomon creía con fiereza que solo e deseo de los hombres en sobrevivir era más que suficiente como para emparejar cualquier amenaza celestial que hubiere.

De pronto a lo lejos, a los lejos, por entre los bosques, pudo divisar un antiguo enemigo, los nubarrones rojos aparecían y desaparecían, iban directo hacía la villa del senador Máximo, habría sido interesante ir, pero la situación Egipto-Roma había quedado muy relegado como hacerlo demorar más.

Selene, aun no olvido aquel nombre...

por Sheznarda Lun Ene 31, 2011 3:47 pm

Sheznarda llegó a camino en las villas, este como siempre estaba repleto pero tenía que usarlo para poder así llegar al palacio de Roma en donde encontraría información acerca del pararadero de la diosa Afrodita; por unos segundos pensó en que talvez sería mejor qeu ella se pusiera en pos de asaltar el castillo y entrar al mismo como la ladrona que era, pero claramente esto era un poco exagerado principalmente porque no se le mandó a robar nada, por lo que estaba igual que al principio, sin opciones de nada.

-Cielos y ahora ¿Cómo se supone que voy a ver a esa mujer si no puedo entrar a ese castillo?- preguntó en voz baja la ladrona, hasta que un murmullo de unos soldados llegó a sus oídos, al parecer ellos venían del senado y la princesa de Roma se encontraba en ese lugar con su primo SOlomon; por lo que sabía el que ella estuviera con ese hombre no le daba buena espina, porque ese senador era el que había hecho sufrir a su diosa, pero ya no importaba tenía que ver la forma de dar su invitación y luego sencillamente dejar que Eris se encargara de lo demás.

-Y ahora cómo le mando el mensaje a esa mujer?- Sheznarda caminó en dirección al palacio de Roma, recordó que en el portón se vendían palomas y ya tenía una idea cerca de las mismas, quería culminar rápido su tarea porque su premio estaba esperando por ella.

por Saphire Mar Feb 01, 2011 8:07 pm

Aquella sensacin que habia tenido antes aun no podia desaparcer de su ser pues se sentia mas que extraña, sin ebargo trato de apasiguar aquel sentir con su cainata y al ver el ielo y dase cuenta que anocheseria seria fabuloso ir a caminar mas alla de las villas, asi qe decidiio salir de aquella casa donde por ahora estaba, asi penso por qaue ahora haciendose pasar por Sophia seria su hogar, pero algo le decia que algo mas alla de su entendiemiento habia.

Camino lentamente mientras aspiraba el aroma de las flores que se encontrbaban cerca y podia ver que algunas las conocia, sonrio y sigui caminando por aquel camino que sabia que de seguir por este la llevaria hasta la cuidad, sin embargo ella no queria ir ahi, sino a un lugar mas aprtado,a si que decidio tomar el camino rumbo al bosque.

- Sera divertido ir ahora.....- hablo al momento en que sus pasos cambiaban de rumbo, pues no seria la primera vez que iba sola ahi, ese lugar lo conocia bien y penso que seria bueno ir ahi una vez mas antes de que el anochecr se hiciera presente.

Asi la dama de cabellera rojiza camino rumbo al bosque, sin saber que ahi un destino del pasado le aguardaba, un historia que conoceria pronto que camiara el rumbo de todo lo que ella conocia.

por Gelum Miér Feb 02, 2011 12:01 am

El caballo galopaba por roma, llegaba un poco apresurado, no tenia motivos para ir a alguna parte donde no estuviera seguro, ahora tenia un presentimiento, sin duda solomon o incluso el propio octavius estaria ya buscandome para no poder decir lo que guardaba aun en mis pensamientos, un poco de hipocrecia por parte de el y de Selene se me hacia alusivo a ser solo un niño sin poder ni nada, pero eso podria cambiar solo con unas cuantas palabras que hiciera explotar o por lo menos no dejar vivo aquel pais, asi que segui cabalgando y ahora me encontraba un poco lejano de las playas, despues de haber desembarcado, y por ello segui, sin dejar de golpear al caballo, mi ira tal que casi golpeaba sin pensar.

Vamos caballo, muevete, tengo que llegar antes de que todos se enteren... Seguia ahora estaba en los caminos de la villa, todas las personas me miraban con algo de asombro, los veia un poco enojado, de seguro en sus adentros solo se burlaban de mi, el fracaso lo sostenia en mis espaldas pero no lo queria para mi familia por eso hiba a tratar de evitarlo.

Ahora el caballo estaba cansado, con su hocico abierto, exalando mas, estaba siendo explotado a su maxima potencia, e incluso ahora le tenia lastima, este no era la manera de actuar, el caballo deberia ser casi un amigo para el montador, y yo solo estaba torturandolo, pero el tiempo era lo importante ahora.

Hermano... Reyna..

por Ambrose Jue Feb 03, 2011 5:32 pm

El general tría en sus brazos a mi hermana, mis pasos eran apresurados debíamos llevarla pronto a Roma, atravesamos los pasillos y finalmente nos encontrabamos en la entrada a la villa, el carruaje del General se encontraba allí, los caballos mansos cuando esbocé fuertemente al cochero: - Preparese ... por órdenes de su amo marchamos a Roma ahora mismo. Sin esperar a que nos abrieran la puertecilla del carruaje la abrí y me subí acomodandome dentro del coche, el General venía detrás mio, delicadamente y con mi ayuda dispusimos el cuerpo de Nicole en posición horizontal, dejando reposar su cabeza sobre mis piernas, sentí el relinchar de un caballo, parecía que aquella jovencita había tomado la decisión de acompañarnos.

El sonido de la puerta cerrarse y el escuchar las órdenes de General Talos fueron inmediatas y simultáneas, sin demoras el carruaje emprendió su marcha a toda prisa, debíamos arribar a Roma lo más pronto posible.

Tomé una de las manos de Nicole, comenzaba a ponerse un tanto frías, a pesar de estar satisfecha de que salí finalmente de Casale, mi corazón palpitaba de manera extraña al tener a Nicole en aquella situación, mi mano libre acariciaba su rostro y de vez en vez sus cabellos, parecía dormir, se mostraba serena y dulce.

El carruaje iba a gran velocidad y en una de esas hizo un sobresalto que me altero por completo, con gran dureza en la voz repliqué: - Sea tan amable y tenga más cuidado ... no necesitamos llevar en mal estado a mi hermana

Agarré el cuerpo de Nicole, evitando que tanto ella como yo cayesemos al suelo, continué haciendole "mimos" mientras lo que duraba el viaje, mis pensamientos se encontraban, mostrando mis deseos de estar en Roma, debía enterarme de lo que ocurría allí, además era hora de empezar a usar al "Tio Klaudius", pero este repentino padecimiento de Nicole no me dejaba coordinar bien las ideas ni pensaba mis movimientos a seguir una vez en Roma, solo quería llegar rápido a la ciudad.

Los caballos relinchaban un vez y un galope paralelo nos venia siguiendo con la misma rapidez que el carruaje, por un momento pensé: - Quién demonios era esa chica?

por Aixa Jue Feb 03, 2011 6:54 pm

Aixa cabalgaba a un paso más bien apurado detrás de aquel elegante carruaje que iba a gran velocidad. En un momento el vehículo sufrió un sobresalto por lo que se obligo a tirar de las riendas de Ángel para que frenara un poco su ritmo. Tras aquel leve inconveniente siguieron la marcha sin mayores sobresaltos.

- El bastardo que se encontraba en Villa del Casale junto con la señora de aquel sitio, debe tener una buena posición económica – las cavilaciones de la jovencita se vieron interrumpidas por un reciente recuerdo – Si mal no recuerdo ella lo llamo con el titulo de general…General Talos.

Todo parecía estar sumamente tranquilo, el único sonido que se hacía presente era el de las ruedas del carruaje y sus caballos, acompañado por el suave pero firme galope del corcel negro de la hija menor de la familia Khrisomallys.

- Cuando lleguemos con el médico lo mejor será mostrarme dulce y amable, necesito información sobre Casale.

por Alexandra Miér Feb 16, 2011 2:40 pm

Alexandra al fin podia divisar los caminos de las villas, luego de salir de los del bosque, y de los senderos de las montañas, pues ahi habia descubierto su verdadera identidad de ella y de su amo Fye, ademas de que al fin habia conocido su verdadera fuerza interna, y no era como las demas personas decia.

Ahora bien, solo tenia que llegar co su amo, junto coN su amigo Armand, para poder darle la iformacion de su hermana, la señorita Sophia, de la cual queria saber informacio su amo y dios, pues por lo que veia, estaria mas que preocupado solo que o lo daba demostrar, po su caracter.

Si embargo, el pensaria que regresaria ella con la señorita Sophia, pero al parecer no habia sido asi, pues ella estaba un poco enferma, ademas de que le habia pedido que la dejara con su primo, el general Vergiluis . Ella sabia que eso no le iba a agradar mucho a su amo, pues odiaba al general, pero aun ai, la señorita se lo habia pedido como un favor personal y no pudo decir no.

-Ya estamos cerca......espero y el amo Fye, no se eneoje comigo pues tal vez me hehche la culpa a mi......-

susurro al momento en que el caballo paraba su paso y llegaban hasta las orillas de la Villa Vallis Mellitus, miro a su compañero Armand y le sonrio, tratado de darle animos, pues ya les faltaba muy poco y solo era cuestion de unos metros para llegar a la viilla

por Arwen Miér Feb 16, 2011 8:02 pm

Realmente no sabia hacia donde ir, pues luego del mercado no supo a donde fue a dar, hasta que vio a lo lejos a una gran edificacion que fue el gran coliseo Romano, sin encambio no pudo ver en que parte de la cuidad estaba y para supesar, no tenia aun un lugar donde quedarse.

Mirando el cielo se quedo y se dio cuenta de que ya era muy tarde para que estuviera en la cuidad, y mas aun para una joven como ella, pues jamas habia estado lejos de casa y esas horas del dia.

Rapidamente pudo localizar un carruaje que decia villas, atl vez ahi podia pedir posada en algun lugar y seguir con su busqueda el dia siguiente.Por lo que se encamino hasta ese sitio y subiendose al carruaje le indico al cochero que la llevara, pues le daria algunas monedas, por lo que acepto. asi sentada del lado de la ventana derecha, pensaba en lo sola que se sentia, pues hasta ahora se podia decir que no tenia familia alguna......

por Beneth Jue Feb 17, 2011 7:17 pm

No tenía opción mas que volver de nuevo a casa era inquietante saber si alguien ha querido hospedarse en casa, o por los alrededores. De paso ver como estaba el estado de mi villa, y mi casa sin olvidarme de mi sirviente y los esclavos. Caminaba por los caminos que llevan a las villas del Imperio Romano, ya no tenía que ocultarme de nadie después hablar con Helena y Dandy, me sentía mucho mejor mi capa negra la había dejado tirada en la Puerta Principal del César. Caminaba como si no hubiese nadie, aunque habían muchas personas y carros a caballo que iban y venían ande a saber que destino. No me acordaba que era lo que molestaba mi tranquila “conciencia”, ohm, ya me acordé los aldeanos de mi villa, me fui sin avisarles, en sí nunca les dije nada, era temprano y todos dormían. Mientras caminaba, tranquilamente con las manos en mis bolsillos, por la calle sentí aullidos de un gatito, nadie lo notaría con el ruido que hacían los caballos que galopaban aparte soplaba un poco de viento que corría mis rubios cabellos lacios, el aullido transmitía dolor y angustia, parece que el gatito se encontraba en aprietos o algo por el estilo, eso pensé yo en ese momento.
Camine en dirección al llanto del pobre animalito, que daba a uno de los costados del camino a las villas, adentrándome a los arboles que cubrían el camino, aunque no era mucho la distancia tan solo cuatro arboles adentro, claro que no era tan cerrado el bosque así que podía caminar tranquilamente buscando al impaciente gatito, que tanto me tentaba de intriga, al parecer solo yo lo escuchaba. Pude ver a los pies de un árbol grueso como una casa y alto como una torre de guardia, un gatito muy pequeño tal vez unas semanas de días era lo que tenía, su pelaje de color negro azulado con ojos rojos como los de un conejo. El desafortunado gatito estaba atrapado con una de las delgadas raíces de ese árbol que sobresalía de la tierra y volvía a la misma formando un arco con el suelo. Me acerqué al pobre desdichado animalito, y por alguna razón sentía lastima por él, sus ojos rojos me atraían demasiado. Nuestras miradas chocaron como un meteoro impacta en la Tierra, sus aullidos fueron apaciguados cuando notó que yo lo miraba fijamente, inconscientemente me agaché y con una de mis manos haciendo una porción de fuerza levanté un poco la raíz del gigantesco árbol, sin dejar de mirar al gatito.

-Ahí esta pequeño ya puedes salir, vuelve con tu madre si es que la encuentras, las villas no están tan lejos. (¿Por qué estoy hablando con un animal?)

En ese momento me sentí un estúpido, mientras el gatito salía de su trampa y lamía su pata trasera, calmando el dolor de ella. Bien ya no tenía mas que hacer en este lugar así que decidí irme a casa lo más pronto, me levante y caminé unos pasos cuando de repente siento una bola de pelos que recorría mis zapatos impidiéndome caminar. –Pero que fastidio gato ya te salvé ahora ve con tu mamá gata-.
De alguna forma no podía dejarlo solo, era mejor llevarlo en un momento pensé que no estaría mal tener un acompañante, por lo menos no habla… de todas formas esos ojos rojos me gustan mucho, así que lo tomaré como mascota, a parte no parece tener una mamá gata por este lugar.

-Bien gato, tu nombre seraaa… y que eres gato o gata, a ver (lo levanté como para ver si era gato o gata, y por tener el pilin adelante era gato). Tu nombre será Grant, es lo único que se me ocurre, así que de ahora en adelante te llamarás Grant, escuchaste.

Lo baje después de mi comprobación de sexo, y salí del bosque al camino que lleva a casa, seguí mi rumbo mirando al gatito entre mis brazos. De alguna forma en mi mente recordaba todo el mal que había hecho en mi oscuro pasado, ahora hago cosas que nunca haría hace unos cuantos años atrás, por qué… cual será el motivo de mi cambio tan repentino y brusco. Será que mi maldad ha abandonado este cuerpo, o será que mis padres están guiándome por el sendero correcto del otro lado, que me pasa, no lo sé pero seguro todo tiene un porqué a mis preguntas…

por Arwen Jue Feb 17, 2011 7:59 pm

La dama vio que el cocheron o avanzaba y que seria mejor que ella fuese camiando, no era por presumir, pero corria muy rapido y seria bueno hacerlo, pues la noche corria y no podia quedarse ahi, asi que le pidio al cochero bajarse, el se habia negado al inicio pero a tanta insistencia de la dama, este acepto.

Arwen solo le dio unas cuantas monedas y bajo del carruaje, para empezar a caminar uin poco por el camino y viendo que el cochero regresara por el camino, volvteo y a lo lejos vio la sombra de un joven, segun lo que sus ojos le podian dictar juicio.

Asi que se acerco, pues no perdia nada en hablar, y ya estando cerca de el vio a un lindo gatito, por lo que sonrio, dandole ternura el esuchar como pensaba ponerle el nombre al animalito.Camino con mas fuerza para ser escuchada y le dijo

- Hola.....lamento interrumpirlo, pero vi a su gatito y realmente me gusto....-se quedo frente a el, esperando a que este le respondiese mientras miraba como si fuera una niña pequeña detras de un dulce, al gatito, pues se veia muy tierno.

por Beneth Jue Feb 17, 2011 9:13 pm

Miraba el cielo pensando si mis difuntos padres mirarían desde el firmamento celeste, a un quizás arrepentido hijo malcriado, la noche comenzaba a caminar lentamente por el camino que lleva a casa, el pobre animalito empezaba a erizar su pelaje sintiendo escalofríos, la verdad yo no sentía nada de frío no por mi ropaje blanco y a la vez abrigado, sino porque siempre he pasado frío en Esparta en mis entrenamientos, caminar… que lindo es caminar en una noche fría y tranquila, pensaba dentro de mi cabezota. Un carro a caballos parecía tener problemas había parado a unos cuantos metros atrás, bueno al menos eso era lo que se escuchaba, el chofer discutía con su clienta. No quise voltear para ver, sino parecería una vieja chusma si lo hiciera, mejor sigo caminando…
El pobre de Grant dormía como una “doncella” en mis brazos, roncaba como un ¡oso! De repente siento que alguien se acerca la naturaleza me lo decía y los rápidos pasos y obvios dirigidos hacia donde estaba. Una chica de cabellos largos rojizos como el fuego, y un vestido blanco medio azulado que con solo verla cualquiera sentiría frío, - Hola.....lamento interrumpirlo, pero vi a su gatito y realmente me gusto....- Fue lo que exclamó delante mío y del acucurrado gatito, la verdad no sentía ninguna amenaza de ella y parecía estar sola, ninguna amenaza porque de noche era raro que una mujer ande caminando sola más en estos tiempos donde los hombres sedientos de niñas se aprovechan, debe ser una guerrera o alguien de la alta sociedad con ese vestido tan formal, mmm quizás sus guardianes los tiene en los puntos ciegos de este lugar para atacarme si me propaso con ella, quien será…

-Hola señorita de donde viene, y que hace una doncella como usted en este camino estrecho y peligroso a estas horas, por cierto mi nombre es Beneth, y mi mascota se llama Grant por si quiere saber ya que lo mira como si quisiera comerlo. Jeje, solo era broma, no lo tome a mal… (le di una sonrisa por si me juzgara mal por mi confiado comportamiento).

por Talos Sáb Feb 19, 2011 4:13 pm

Despues de aquella conversación con Octavius donde Talos había puesto sobre la mesa todos los Ases que llevaba bajo la manga no le quedaba mas que esperar la respuesta del primogenito y verdadero heredero al trono romano y es que asi era, el mas inteligente y zagas general romano era el único que conocía aquella verdad y podía ir a cambiar el rumbo de Roma. Pero detestaba tanto su nación y los hombres que la desangraban y corrompían, que realmente valia la pena salvarle? Si todos fuesen como Octavius tal vez, pero similares a el nunca volveria a encontrar en su vida.

Aquel muchacho interrumpió la conversación entre los dos generales, joyas del imperio y llevo al general de regreso a las villas, montado en su caballo galopaba rápidamente atravesando Roma entera para llegar a las villas, allí habían muchos recuerdos de su familia, sus riquezas y trabajadores que le hacían su vida menos miserable y tal parece que todo fue arrasado en un abrir y cerrar de ojos por un incendio.

Porque demonios Roma solo le traia desgracias se preguntaba el peliplateado mientras pasaba por los caminos que conducían a todas las villas intentando llegar a la mas alejada, si esto fue un accidente maldita sea su suerte, pero si esto era provocado para su mente solo había un causante, o mas bien una causante, la señora de Roma que al parecer se había dado cuenta de lo que en verdad significaba el general.

por Arwen Dom Feb 20, 2011 6:45 pm

La damicela de cabellera rojiza y vestido blanco, miraba al gatito, pues realmente ella era amante de aquellos animales y no se pudo detener de poder verlo, tanto que habia llegado con el desconocido que tenia el cachorrito, sin emabrgo este no mostro mucha sorpresa al verla, sin emcamdio solo la miraba muy detemnidamente, por lo que, le sonrio y mirando al chico, que aun tenia una sonrisa en el rostro, ademas cabe mencionar que era un tipo muy apuesto, pues era rubio y de tez nivea, pero dejando eso atras, escucho al joven, que le preguntaba de donde venia y que hacia ahi en un lugar peligros, pues era ya tarde, ademas de que se hacia llamar Bneth y su mascota Grant, era un lindo nombre, pero el mencionaba que ella casi se comia con la mirada al gatito, ante el comentario se sonrojo levemente y luego de escuchar que era una broma le respondio

- No te preocupes Beneth jejeje...ya no me lo comere jajajajaja (sonrio un poco y prosiguio), que descortes de mi parte, aun no me presento jejeje, yo soy Arwen, y vengo de Britania, ammm y pues ( se rasca un poco la nuca, suavemente con una sonrisa) y estem, venia solo por aqui, para ver si encontraba una posada cerca, ya que es tarde, ademas que, no me daria tiempo buscar....-

paro un poco su relato, pues no sabia si era conveniente decir todo, por lo que suspiro levemente y le dijo- bueno no te quiero aburrir con mi historia jejeje, pero tu dime, que hacias por aqui? -

por Beneth Dom Feb 20, 2011 8:19 pm

Después de la presentación de la dama Arwen, parecía estar perdida necesitaba encontrar una posada donde pasar la noche, obviamente la noche sería un problema ya que las nubes comenzaban a cerrar las vistas de las estrellas, la villa no quedaba muy lejos pero no llegaríamos a tiempo, tal vez era necesario encontrar un lugar donde pasar la noche.

-Ya veo, yo vengo del Portón Principal del Palacio del César, ahora voy a Villa Carmesí, donde realmente vivo, la verdad no hay mucho solo un par de casas destruidas algunas refraccionadas, mas que nada la mía. Así que… no te gustaría pasar por allí, hace poco le construí un hermoso jardín alrededor, por ahora están mis esclavos, y mi sirviente, Nine. A pesar de mi invitación osada, no quiero que piense que me aprovecharía de una inocente dama tan hermosa como usted.

Unas gotas tocaron mi rubios cabellos, lo que me esperaba al parecer no vamos a llegar a casa, así que no me quedaba opción que hacer una carpa con una manta que tenía en mi mochila, en los costados de los caminos habían muchos árboles juntos, que se iban perdiendo en el trayecto del camino.

-Señorita Arwen parece que nos tenemos que ocultar en los árboles sino la fría noche y la lluvia solo complicaran nuestro avance, nos enfermaremos, tengo una manta para cubrirnos los árboles serían el sostén para que no nos mojemos, claro si no le molesta y desconfía de mi.

Le dije mientras sacaba de mi mochila la manta para usar de techo, y con unas sogas en las puntas atarlas a los árboles

por Arwen Dom Feb 20, 2011 9:36 pm

Las nubes empezaban a tapar las hermosas estrellas que salian en aquel anochecer, cosa que hizo que mirara al cielo la dama, para poder apreciar esto. Una tormenta se avecinaba y aunque corriesen, no iban a llegar a una posada, pues las gotas empezaban a caer, mientras este le decia que el venial del Porton Principal del Palacio del Cesar y ahora iba a su villa, una villa llamda Carmesi, describiendola totalemente y comentando que habia un par de casas destruidas, y otras refraccionadas, una de ellas era la de el y comentaba que no le iba a gustar pasar por ahi, pues pensaria otra cosa, cosa que hizo que sonriera un poco, pero al darse cuenta que las gotas empezaban a caer, el chico saco una manta, mientras le decia que tenian que pasar la noche en los arboles, pues aunque estuviera cerca su villa no alcanzarian a llegar, eso si aclarando de que no se molestara ella.

La dama sonrio y estando a lado del chico, que ponia una manata y unos palos respondio- No hay problema, mientras no nos mojemos todo esta bien y no me molesta, de hecho gracias, pues apenas me conoces y ya te habies molestado por mi...te lo agradezco Beneth - tomo al gatito, lo puso debajo del arbol y empezó a ayudarle al joven con la manta, para que terminaran mas rapido y no se mojaran, mientras le sonreia agradecida, ademas pensaba que tal vez le podia decir de un senador o alguien que conociese a sus primos.

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